Me cogí a un policía (2): cita en el parque

Después de no saber nada de Will por días, lo encuentro fuera de la universidad y hacemos cosas juntos en el parque.

(PUEDES ENCONTRAR LA PRIMERA PARTE DE ESTE RELATO EN MI PERFIL)

Aquella noche, tuve problemas con mi mamá por llegar tarde, pero casi ni la escuché por que en lo único que pensaba era en ir a mi cama para poder tocarme pensando en Will y en lo rico que me cogió. Recordar el grosor y tamaño de su verga me calentaba aun mas, recordarlo ordenándome cosas, ahorcándome, lamiendo mi cuello. Me habia encantada y ansiaba que me mande un mensaje para poder coger de nuevo con él, pero no pasó pronto.

Pasaron los días y yo no tenía mensajes o llamadas perdidas de algún número no registrado. Con el tiempo, deje de estar tan ansiosa con algún mensaje suyo y mi emoción e interés por volver a verlo obviamente disminuyó.

-¿Tenemos exámenes esta semana?- me preguntó Nick, tan distraído en la universidad como siempre.

-Frances el miércoles- le dije.

-Aghh, francés, odio francés- se quejó-. Me imagino que vas a ayudarme a estudiar.

-Seguro- contesté con sarcasmo. Mientras hablaba con él, estaba leyendo un libro y comenzaba a molestarme que me distraiga tanto.

-¿Por qué no?

-Porque eres insoportable- me quejé mirándolo.

-¿Te falta sexo de nuevo?-suspiré cansada y me levanté de mi asiento para alejarme-. ¿Qué dije de malo ahora?

-Detesto que relaciones mi mal humor con la regla o con falta de sexo. Si me falta sexo o estoy en mis días es mi problema, Nick.

-Lo siento, creí que era un juego interno entre nosotros, ya sabes, como amigos- lo miré y volví a suspirar esta vez calmándome-. ¿Me ayudarás en francés?

-Si- respondí al fin. Nick sonrió y besó mi mejilla.

-Quizás te ganes un trio conmigo y mi novio.

-Cállate- le dije riéndome.

-¿Te llevo a casa?- me preguntó.

-No, está bien, vine en bici, gracias.

-Ok, nos vemos mañana.

Tomé mi bicicleta y, mientras caminaba hasta la salida de la universidad, pensaba en que no habría nadie en mi casa a esta hora, en que tomaría un baño, quizás me masturbe y luego me pondría a estudiar francés para el examen.

-April- escuché mi nombre al llegar a la esquina y antes de que pueda subir a mi bicicleta. Ahí, después de dos semanas sin recibir señales de que estuviese con vida, vi a Will acercarse hasta mi-, hola- me saludó.

-Ah hola- mi saludo pareció desinteresado, pero en realidad estaba interesada, principalmente en saber como me había encontrado. Era eso o "casualmente" estaba en la puerta de la universidad. Trabajando obviamente no estaba pues no traía su (muy sexy) uniforme-. ¿Qué haces aquí?

-Vine a buscarte- lo miré, ahora estaba aun mas interesada en saber como habia llegado hasta la puerta de la universidad-. Luces asustada.

-Me da miedo pensar en como me encontraste- él sonrió un poco por eso.

-No soy un acosador, vi el folleto de tu universidad cuando revisé tus cosas- eso de cierta forma me tranquilizaba.

-Okey, pero por que...

-Me robaron el teléfono un día después de conocerte.

-Claro, que conveniente- le dije con sarcasmo comenzando a caminar con la bicicleta junto a mi.

-Tienes serios problemas de autoestima.

-¿Eres policía y además psicólogo? Estoy impresionada- hablé nuevamente con sarcasmo.

-Si quisiera haberme deshecho de ti, no estaría aquí o no te habría hablado nunca y se acababa el problema- me dijo parándose frente a mi para que deje de avanzar. Solté un suspiro mirándolo.

-¿Y por que viniste?

-Tengo que darte tu regalo de cumpleaños.

-¿Cual es mi regalo?- Will volvió a sonreír un poco. Acercó su boca a mi oído y, causándome cosquillas lindas en el cuello, susurró.

-Podemos usar mis esposas.

Aquella palabras abrieron por completo las puertas de mi imaginación en la que volaban por todas partes escenarios sexuales en los me encontraba esposada y gozando insaciablemente del sexo con Will.

-Puedes usarlas con cualquiera- le respondí, desafiándolo.

-Pero quiero usarlas contigo. No tienes idea lo caliente que me pones.

-Pruébalo- lo reté. Él me miró cuestionándome-. Quiero que te masturbes para mi en ese parque- le dije señalando con la cabeza el parque en la esquina de la universidad. Él miró aquel lugar, luego me miró a mi y luego a su pantalón, todo esto mordiendo su labio-. Puedo ayudarte, tengo un bonito escote debajo de mi abrigo.

-Son las cinco de la tarde, estamos a plena luz del día.

-No hay casi nadie en el parque y hay un sitio oscuro en el que no te verá nadie.

-Pero...

-¿No lo harás?- lo interrumpí-. Que lastima, bueno, suerte encontrando a alguien con quien usar las esposas, Will.

-Lo haré si me dejas tocarte- mordí mi labio. Me encantaba como no solo estaba dispuesto a masturbarse en publico viéndome, si no que quería tocarme en publico también. Esa sola idea hizo que mis bragas comenzaran a mojarse. Will volvió a acercarse a mi oreja-. Y si te tragas mi semen, te dejo elegir como será nuestra cita- susurró.

-Ahora hasta quiero que me cojas en el parque-él se rio un poco por eso, supongo que porque se notaba en mi forma de hablar y mis gestos que ya estaba extremadamente excitada. Ya no tenía el control, él lo tenía, y no me molestaba en lo absoluto que lo tuviese.

-Si te portas bien, tal vez lo haga- el dorso de su mano acarició mi mejilla y comenzó a bajar hasta que llegó a mi cuello y lo acarició con la punta de sus dedos-. ¿Quieres ir al parque?- que hiciese aquella pregunta tan inocente que escondía tantas perversiones, logró que de nuevo caiga a sus pies.

-Si quiero.

Así logré que en menos de cinco minutos, Will este comiendo mi boca contra un árbol en el sector mas oscuro de aquel parque. Pude sentir la gran erección que tenía a pesar de estar usando unos jeans. La forma en la que me besaba y me tocaba con tanto salvajismo me calentaba muchísimo, y estar haciendo tales cosas en un lugar publico me daba mucho morbo y me encantaba. Él se enteró realmente cuan excitada estaba en cuanto metió su mano derecha dentro de mi pantalón y mis bragas. Sus dedos literalmente resbalaban en mi vagina mojada.

Me pareció justo que yo también lo tocara a él, por lo que desabroché su pantalón y sin esperar a que Will me dijera algo, comencé a masturbarlo. Me había olvidado que ese era trabajo suyo; él debía masturbarse para mi. Pero, para ser sincera, me sentía muy caliente y me parecía muy egoísta de su parte que solo él pudiese divertirse. Aunque dejé de concentrarme en masturbarlo en cuanto metió tres de sus dedos dentro de mi.

-Ay dios mío- solté un suspiro inevitable. Will me veía serio y mordiendo su labio, él estaba al tanto de que poseía el control nuevamente, estaba al tanto de que podía hacer lo que quisiese conmigo en aquel parque.

-Estas muy mojada- me dijo al oído. Lo único que pude hacer fue asentir-. Te gusta coger en el parque, que puta eres, me encanta.

Yo no podía decir nada, lo único que salía de mi boca eran gemidos y quejidos de lo rico que se sentían sus dedos. Solo sus dedos. Ansiaba que me coja. En lo único que pensaba mientras que metía sus dedos eran en lo rico que se sentía su verga y en las ganas que tenía de sentirla.

-Cógeme, por favor, por favor- le supliqué. A esa altura yo estaba al tanto de que le gustaba que le suplique.

-Shhhh- me silenció cubriendo mi boca-, todavía no, me gusta jugar contigo antes.

-Por favor.

-En un rato- sacó sus dedos de dentro de mi y me miró a los ojos-. Déjame ver tu escote.

Obedecí y procedí a quitarme el suéter. En cuanto lo hice, Will se tomó unos segundos para verme; mi cuello, mi cara, mis tetas (mi escote las resaltaba mucho, por eso habia llevado un suéter a pesar del buen clima). Luego, como si yo fuese la porcelana mas fina en el mundo, comenzó a tocar mis tetas con la yema de sus dedos. Era irónico que él me tratase con tanto cuidado mientras yo quería todo lo contrario. Sin embargo, deje que haga lo que quiera por dos razones; 1) a esa altura ya estaba al tanto de que a Will le gustaba tener el control en el sexo y no iba a hacerme caso y 2) mientras él miraba mis tetas, yo pude detenerme a apreciar sus bonitos ojos café claros y su pelo algo alborotado. Will era sexy, pero lindo al mismo tiempo.

-¿Te gustan?- le pregunté y él me miró-. Mis tetas, digo, las ves mucho-Will sonrió un poco.

-¿Me dirás que soy el único que se queda viéndolas?

-No, pero eres el único que se queda viéndolas cuando tiene la posibilidad de apretarlas mientras me coge.

-Eso seguro- apoyó su brazo en el árbol y sobre mi cabeza. Su cara volvió a estar cerca de la mía. Mordí mi labio esperando a que diga algo, sus dedos seguían acariciando la piel que mi escote resaltaba-. ¿Así que pasamos de una paja a una cogida?

-Si no quieres no, con una paja tuya me basta.

-¿También me dirás que te vas a ir sin que te coja?

-No eres tan irresistible.

-Entonces me hare la paja, a no ser que te voltees y te bajes el pantalón en los próximos 5 segundos- entrecerré los ojos y él sonrió-. Uno- comenzó a contar-, dos - odiaba darle la razón a alguien, pero no podía irme sin coger. Habia llegado hasta ahí, no me iba a ir sin nada-, tres- estaba agradecida de que contara tan despacio. Casi como si estuviera hipnotizada, bajé mi pantalón y me voltee, quedando contra el árbol-. Pídemelo.

-Cógeme- esa sola palabra fue suficiente para sentir su verga introduciéndose en mi. Suspiré. Como si fuese automático, su mano se coloco en mi cuello, sin embargo, no apretó, si no que eran mas bien caricias, como las que hacia en mis tetas-. Ay que rico.

-Dios- lo escuché decir levemente-, dios, como te extrañé.

Sus movimientos comenzaron a ser mas fuertes, dejaba de ser cariñoso y comenzaba a ser rudo como yo esperaba que sea conmigo. Su mano dejó mi cuello y, junto con la otra, comenzó a apretar mis tetas. Me cogía fuerte, me encantaba y en aquel momento en que yo estaba por acabar, como si el universo estuviese en mi contra, tuvimos que parar al escuchar que alguien se acercaba. Ambos tratamos de recuperar el aliento mientras aun se escuchaban voces de personas cerca.

-Sigue, por favor, despacio- murmuré.

-¿Casi acabas?- asentí mordiendo mi labio-. Quiero que acabes en mi boca, ¿si?

-Si, papi- aquellas voces cerca comenzaban a alejarse, Will comenzó a aumentar la velocidad de nuevo. Me encantaba la rudeza con la que hacia que su pene entrase y saliese de mi. En cuestión de segundos estuve al borde del orgasmo nuevamente y se lo hice saber-. Will...

Solo con nombrarlo, él supo lo que quise decir. En cuanto sacó su verga de dentro de mi, me voltee y él se agachó casi al instante. Abrí mis piernas lo mas que pude con el pantalón puesto y Will comenzó a lamer mi vagina y masturbarme para poder llegar a mi clímax al fin. Apreté su cabeza contra mi entrepierna de manera involuntaria.

-Te toca- le dije una vez que estuvo parado de nuevo. Lo vi limpiarse con su dedo pulgar lo que quedo de mi orgasmo alrededor de su boca. Aquello me pareció muy sexy, pero debía volver a casa antes que mis padres, no habia tiempo para otra ronda de sexo en el parque-. Quiero elegir nuestra cita- le dije en una manera disimulada de decir que yo también quería su corrida en mi boca. Él sonrió y mordió su labio un poco.

No esperé a que dijera nada y, casi obligada, me arrodillé y comencé a chuparle la verga. Podía sentir el olor a mi vagina, ese que había aprendido a diferenciar de tantas veces que me había masturbado en mi vida. Comencé a escuchar los gemidos de Will, su mano comenzó a empujar mi cabeza de modo que no podría dejar de chupársela ni aunque quisiera. Y no quería, no hasta que acabe en mi boca al menos.

Su semen no tardó en disparar contra mi garganta y ni siquiera yo supe como me trague todo a tiempo. Una sola gota se escapó de mi boca que rápidamente limpié con mi dedo y chupe una vez parada. Will soltó un suspiro recuperándose y con los ojos cerrados. Su manos soportaban todo su peso apoyadas contra el árbol sobre mi cabeza. Acomodé mi ropa mientras él aun recuperaba el aliento y cuando lo hizo, me miró y yo sonreí con inocencia.

-Esto es lo mas peligroso e ilegal que hice en mi vida- me dijo-, y volvería a repetirlo- añadió.

-Yo también, si no fuese porque ya cogimos dos veces y todavía no sé nada de ti, ni siquiera si tienes novia. Me asusta estar arruinando algo.

-No arruinas nada, al contrario, mejoras mi humor-sonreí. Entendía que lo decía por el sexo únicamente, pero yo no era de recibir muchos "cumplidos", menos de chicos lindos como Will-. ¿Ya tienes pensado como va a ser nuestra cita?

-Si- contesté viéndolo comenzar a acomodarse el pantalón-, te lo diré después, por Instagram- aclaré sabiendo que no le daría mi número de nuevo en caso de que algo le pase otra vez.

-No tengo Instagram.

-¿Que clase de raro no tiene Instagram?-pregunté mientras sacaba un bolígrafo de mi mochila. Él se rio un poco por mi pregunta. Tomé su brazo para escribir-. Si te doy mi numero de nuevo, ¿me vas a escribir o sigues sin teléfono?

-Dame tu número y tu Instagram.

-Pero no tienes Instagram.

-Me haré uno para ti.

-Uh, exclusividad, debes ser experto en coqueteo si sabes que me gusta eso-lo vi sonreír antes de comenzar a escribir su brazo.

-Me siento un adolescente haciendo esto-comentó, pero no dije nada al respecto, me concentré en terminar de escribir mis datos en su brazo.

-Listo, ahora me voy.

-¿Tienes prisa?

-Si no llego a casa comenzaran a hacer preguntas y no quiero eso.

-Entiendo. Bueno, nos vemos otro día o mas tarde si quieres-me dijo mientras levantaba mi mochila y mi bicicleta del césped.

-¿Hoy no trabajas?

-No.

-Entonces quizás nos veamos mas tarde.

-Bueno-me contestó con una sonrisa mientras yo me subía a mi bicicleta y acomodaba mi mochila en mi espalda-, hasta mas tarde.