Me cogí a mi mejor amiga

Cómo me cogí a mi mejor amiga en repetidas ocasiones

Mi nombre es Hikari, mis padres son asiáticos, específicamente japoneses, pero yo nací en latinoamérica. Soy algo baja de estatura, de tez muy clara y cabello castaño. Toda mi niñez y adolescencia estudié en colegios mixtos y siempre me gustaron los hombres, sin embargo, cuando empecé a masturbarme me di cuenta que me prendían mucho más las mujeres.

Conocí a una chica a la cuál llamaremos Alejandra. Era alta, no súper delgada pero no estaba nada mal, buenas piernas y trasero paradito, aunque pocas tetas, su piel era más morena que la mía y tenía el cabello negro y crespo. En poco tiempo nos hicimos cercanas y cada vez teníamos más confianza. Nos agarrábamos las tetas en modo de broma, al igual que con el trasero. Seguimos así pero cada vez eran cosas más fuertes, en el baño subíamos nuestro brasier y nos pellizcabamos los pezones mutuamente, y en múltiples ocasiones, aprovechaba que ella estaba sentada para acariciar su trasero y pasar mi mano por debajo para llegar a su entrepierna. Todo parecía un juego, pero a mi me excitaba mucho y estoy segura que a ella también porque al tocarla podía sentir lo mojada que estaba.

A las salidas, acordabamos ir al baño a "jugar". Un día, en una de esas escapadas, nos encerramos en el baño como siempre, estábamos abrazandonos cuando de pronto me caí encima de ella y mi cara quedó justo en su entrepierna. Me excité mucho y quería saber si ella también así que subí y la besé. Nuestras lenguas no dejaban de tocarse y al separarnos dejamos un hilo de saliva. Fui bajando poco a poco y, después de recorrer su cuello, llegué a sus pequeños pechos. Levanté su polo y su brasier deportivo, empecé a besar, succionar y morder sus pezones mientras ella hacía leves ruidos de placer. Dejé un camino de besos hasta que por fin llegué a lo que estaba esperando. Bajé su pantalón y por encima de sus bragas empecé a masturbarla dando movimientos circulares sobre su clítoris. Gemía y gemía mi nombre, lo cuál me excitaba muchísimo. Bajé sus bragas y decidí primero darle sexo oral. Pasaba mi lengua por sus labios y luego la metía moviéndole dentro. Se retorcía mientras me pedía más. Para ese entonces ya conocía bastante sobre el sexo a pesar de mi edad, me gustaba mucho mirar porno lésbico dónde amarraba a las chicas y las trataban como animales, me prendía demasiado. Recordé eso y después de un rato de sexo oral me detuvo para susurrarle al oído "eres una zorra Alejandra" mientras pellizcaba sus pezones oscuros, ella respondió "soy tu zorra, dame más, más", con su voz quebrada. Estaba a cien. Bajé y le metí 3 dedos de una, ella gritó y ver la expresión de su cara fue muy placentero. Metía y sacaba mis dedos mientras ella me decía que le diera más. Le ordené que se pusiera en cuatro y ella lo hizo al instante. Una vez en cuatro, le metí dos dedos en el ano y ella gritó como nunca. Los metí y sacaba diciéndole cosas fuertes y dándole nalgadas. Después de un rato, ella quedó exhausta pero yo no había recibido nada así que me bajé el pantalón y las bragas, me levanté, la jalé del cabello y puse su cabeza justo en mi concha. Me miró y al instante comprendió lo que debía hacer. Empezó a chupar y meter su lengua dentro mío mientras yo acariciaba mis pechos con una mañana y con la otra la sujetaba del cabello. Ordené "dame más perra" y pegué su cabeza aún más. Ella chupaba y succionaba mi clítoris hasta que llegué al orgasmo. No me bastó con eso así que cruzamos nuestras piernas y empezamos a mover nuestras caderas haciendo que nuestras vaginas se juntarán. Llegué a mi segundo orgasmo con ella y nos pusimos en un 69 para lamer nuestros fluidos.

Nos pusimos el uniforme y cada una fue a casa.

Haré una segunda parte de otro de nuestros encuentros.