Me cogí a mi cuñada borracha (2)

Tenía a mi cuñada totalmente perdida de borracha, estaba a mi disposición, me la había cogido de la manera más deliciosa, pero yo seguía caliente, más porque sabía que podía hacer con ella lo que se antojara

Me cogí a mi cuñada borracha.

Tenía a mi cuñada totalmente perdida de borracha, estaba a mi disposición, me la había cogido de la manera más deliciosa, pero yo seguía caliente, más porque sabía que podía hacer con ella lo que se antojara

.. En ese momento me di cuenta que aún no le había hecho los honores a sus senos, esos tremendos melones que siempre me habían parado la verga sólo de verlos bajo sus incitantes ropas, pero al fin esta noche harían su triunfal debut…….

Tomé nuevamente la cámara y me dediqué a tomarle fotos, de todos los ángulos posibles, el sólo ver tras el lente un acercamiento de su coño recién cogido, con el agujero dilatado escurriendo la mezcla de nuestros jugos, hacían que mi verga volviera a dar señales de vida.

Quiero mencionarles que esto sucedió hace dos años, yo tenía entonces 49, y ya tenía rato que mi cerebro ya a funcionaba mucho más rápido que mi querido amigo de placeres, que se había vuelto más lento para reaccionar, aunque más sensible y conocedor, sabía disfrutar una buena cogida sin las prisas de juventud, otorgándome y dándole a mi pareja el mayor de los gustos, los dos habíamos aprendido por experiencia que disfrutabas más, y obtenías más saboreando paso a paso una buena cogida, entre más haces disfrutar a tu pareja más lo gozas y aseguras que tu pareja se vuelva adicta a tu verga, siempre va a querer repetir y te va a buscar cuando quiera ser deliciosamente fornicada..

Debido a esto, al morbo de tener a la Morena a disposición y el tremendo ajetreo que acababa de librar mi fiel compañero y el haber salido triunfante, firmando su actuación con una venida que yo recuerdo como una de las mejores en mi vida, sabía que tenia que darle un descanso, ya no son los tiempos aquellos en que podía presumir de "pito de novio", que reaccionaba al primer estimulo.

En esas andaba, cuando caí en la cuenta de que estaba caminando como pingüino, con los pantalones y calzones en los tobillos, así que me senté junto a la Morena y me quité toda la ropa. Con mis calzones le limpié el coño, no pude evitar meterle dos dedos, comprobando lo caliente que tenía el agujero y lubricado con los restos de nuestra venida, ya tenía suficientes fotografías de la preciosa boquita abierta rezumando miel.

Me dirigí a la Morena y comencé a quitarle la ropa, desabroche los botones de su blusa, abriéndola, ahí estaban esos preciosos balones apenas contenidos por un brassiere negro de encaje, la blusa me estorbaba, así que levanté su brazo y le saque con bastante esfuerzo una manga, pues tuve que medio cargarla, cuidar de su cabeza, pues colgaba totalmente hacia atrás, jalarla hacía mi torcerle el brazo, bueno ya se imaginarán, además se resbalaba del sillón, el espacio era muy pequeño, estábamos muy incómodos, afortunadamente el único que se daba cuenta era yo.

Decidí subirla a su recamara, así que la cargué y como pude, subí a las escaleras, la Morena iba en calidad de cadáver, lo cual hacía que tuviera que esforzarme más. La solté sobre la cama y ahí quedó como cuando sueltas un gran mono de peluche y queda en la posición que lo dejaste, medio de lado, un brazo bajo su cabeza, una pierna encogida, la otra colgando al borde de la cama, etc. Yo estaba sudando, sediento, necesitaba un trago, bajé a la sala y recogí la botella de vodka, tenía menos de un cuarto, vi el reloj eran las doce de la noche, habían transcurrido a lo más dos horas desde que la bajé del taxi y ella venía tomando en el carro y bastante a juzgar por lo que quedaba en la botella, ya que yo sólo me había servido en un vaso jaibolero lleno de hielo y estaba casi llena cuando la recogió del bar, buena peda(borrachera) traía la Morena; eso me tranquilizó por si alguna preocupación tenía de que fuera a despertar, o más aún a tomar conciencia de lo que estaba sucediendo.

Tomé el vaso que me había servido y de un trago me lo tomé, necesitaba refrescarme, serví el resto de vodka en el vaso casi se llenó y busque un par de hielos. Regresé a la recamara y me metí al baño a orinar al tomarme la verga para apuntar, la sentí toda pegajosa y con costras de semen, terminé de orinar y me la lavé en el lavabo, no había toalla así que recogí un trapo que estaba tirado, lo iba a utilizar cundo vi que eran unas pantaletas seguramente de la Morena, antes de secarme las puse en mi nariz, -Ummmmm- que delicia ahí estaba el olor de la pucha de mi cuñada, un poco más fuerte pero igual delicioso, con trabajo las retire de mi cara y me sequé con ellas.

Regresé a mi deliciosa labor, no sin antes dar otro buen trago al vodka, giré a la Morena y terminé de sacarle la blusa, subiéndome a la cama, la jalé de los brazos para subirla completamente, sus brazos quedaron abiertos formando una "Y" pegada a la cabecera, me bajé de la cama y le saque sin mucho trabajo la falda, me quedé un momento observando ese hermoso cuerpo con únicamente el brassiere y los zapatos cubriéndolo, le abrí las piernas y pude regodearme con la vista de su panocha con la cual jugué unos momentos, abriéndole los labios, pellizcando su clítoris, metiéndole los dedos en el agujero de las cogidas, ella comenzó a humedecerse otra vez, aunque algo ayudaban los restos de nuestra venida anterior.

Me levanté y le tomé más fotos, enmarcando su peludo triangulo, que aunque estaban medio calvas "las líneas del bikini" había mucho vello inclusive en sus labios, se veía que no había mucho interés en tenerla presentable (¿para quién?); noté también algunas estrías en su abdomen, lo cual a mi en lo particular me calienta, las pequeñas imperfecciones me dan la idea de "realidad" de que no me estoy cogiendo a una muñeca inanimada, sino a una persona real de carne y hueso, aunque en este caso tenía a una persona real de carne y hueso, pero inanimada y me calienta aún más. (¿Qué retorcido? ¿No?)

En fin dejé la cámara, tomé un trago y me dirigí al lugar de mis fantasías, iba por el dulce postre después de haberme "comido" un prohibido y delicioso platillo, me subí a la cama y me hinqué con una rodilla a cada lado de su abdomen, casi a la altura de sus tetas, apoyando un poco mis nalgas sobre su cadera, brinqué porque los pelos de su panocha me hicieron cosquillas en el culo. Afortunadamente el brassiere tenía un "heroico" broche frontal el cual abrí sin gran esfuerzo, inmediatamente sentí un jalón que me separaba las manos y solté el bra, al sentirse libres los enormes balones se acomodaron a sus anchas colgándose un poco hacia los lados, quité de enfrente las dos mitades de tela y quedaron ante mi vista unos pezones café y unas enormes areolas un poco más claras, inmediatamente tomé un seno con cada mano, abarcando lo más posible de sus tetas y luego cerrándolas, que sensación tan increíble, jamás iba a poder abarcarlas con mis manos las estuve amasando un rato, apretándolas, estirándolas, juntándolas y luego soltándolas para verlas volver a tomar su posición original, metiendo mi cara entre ellas y apretándolas contra mis orejas.

Sus tetas eran suaves, pesadas, en un momento determinado al apretarlas, los pezones semi erectos me quedaron entre los dedos índice y corazón, los cuales cerré aprisionándolos y tallando los dedos uno contra otro, deliciosa sensación, empecé a sentir como se ponían duros conforme los frotaba, empecé a lamerlos, me metí un pezón en la boca y lo empecé a morder, a torturarlo con mi lengua, a chuparlo, mamaba su chichi como becerro, mientras con la otra mano le apachurraba la otra teta y retorcía suavemente su pezón con mis dedos.

La Morena gemía casi imperceptiblemente.

Mmmmmmmmm…mmmmmmmm …mmmmmmmmmmmmmm…ahhhhhhhh

Que gusto me estaba dando, mi verga reaccionaba y crecía, no quería perderse la oportunidad de meterse entre esas dos montañas y ser aplastado por un alud de carne, y no la privé de esa oportunidad, lamí y ensalive el canal entre las tetas y me acerque metiendo mi pito semi erecto en el medio, agarré las tetas con mis manos, como quién levanta a un cachorro estirándole la piel y las junté, presionándolas un poco, MI PITO DESAPARECIÓ, empecé a deslizarlo adentro y afuera –Mmmmmmm- que placer, era una sensación rara, seguía con el mete-saca, al mismo tiempo que frotaba los bizcos pezones de la Morena con los pulgares, estaban duros y las areolas granuladas y más pequeñas, la Morena empezó a gemir suavemente mientras sus pezones apuntaban hacia las paredes de la recamara.

Mmmmmm… ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh mfghhhhhhhhhhhhh

Estaba reaccionando al frotamiento de sus pezones, mi verga feliz crecía, ya podía ver el glande apareciendo en cada empujón que daba. Aunque cada vez me costaba más trabajo y se estaba volviendo doloroso pues faltaba lubricación, me levante y me hinque entre sus piernas, con los dedos abrí los labios de su panocha y coloque mi glande en su orificio, metí mis brazos bajo sus piernas que levante con mis antebrazos y se la dejé ir de un solo empujón, mis huevos se estrellaron contra su hermoso culo, con un sonoro –PLATTT- al mismo tiempo que oía la cachonda canción que mi cuñada había murmurado toda la noche:

-MmmmmmAghhhhhhhmmmmmmmmmAhhhhhhh.

Estaba en el séptimo cielo, me había cogido los melones de mi cuñada, y ahora le volvía meter la verga por su caliente túnel lubricado con sus jugos y los recuerdos de mi anterior visita, me deleité un buen rato metiéndosela hasta el fondo y retrocediendo casi hasta sacarla, para volverla a meter mientras apretaba sus enormes senos:

-Mássshhs máaaaaassssss sssshhhhhhhiiiiiiiiiiiiii asíiiiiiiiii- balbuceaba, pérdida en su sueño.

Empecé a sentir el inicio de mi orgasmo y con mucho trabajo me detuve, no quería terminar en sus panocha, quería seguir disfrutando esa sensación de poder, de hacer lo que se me venía en gana con el lascivo cuerpo de mi cuñada, sin oír protestas ni mojigaterías, quería sobre todo estrenar ese imponente culo, si es que no me había ganado mi exconcuño.

Me levanté y me bajé de la cama con la pinga tiesa, busqué el vaso de vodka para darme otro trago, estaba en el buró del otro lado de la cama, en eso, la Morena se movió, se pasó la lengua por los resecos labios, yo me quedé petrificado, sin abrir los ojos se dio la vuelta recargándose en el codo y buscando a tientas algo sobre el buró, al sentir el vaso lo levantó y se lo tomó de un trago, hizo una mueca con la cara-Agggghhhhbrrrrrr- trató de colocar el vaso sobre el buró y se desplomó otra vez en la cama, el vaso cayó a la alfombra y afortunadamente no se rompió.

Por poco me cago del susto, me quedé unos momentos inmóvil junto a la cama, recuperándome de la impresión, el más asustado fue mi compañero de placeres volteé a verlo y el pinche cobarde se hacía lo más chiquito que podía, de haber sido posible se hubiera metido como tortuga hasta desaparecer atrás de lo huevos. ¡Que susto de puta madre, ¡¡¡se tragó el vodka!!!

Creí que hasta la peda se me había bajado, pero no poco a poco volví a sentir el agradable calorcito que sientes cuando traes de una generosa borrachera. Volteé al buró y vi que un poco más atrás había otro vaso, con un asiento de agua, seguramente la Morena es de las personas que se llevan su vaso de agua a la cama y lo toman durante la noche de manera automática.

El valemadrismo volvió a mí, pero definitivamente necesitaba otro trago, rodee la cama, de puntitas, volteando a ver si la Morena no reaccionaba, estaba perdida. Baje a la sala y en la cantinita encontré una botella de whisky, le di un buen trago y me la llevé a la recamara. No me cansaba de ver las redondeces de la morena, no era un cuerpazo de modelo de Playboy, pero era una jamona muy bien proporcionada que desbordaba carne, invitaba a ser manoseada milímetro a milímetro, cámara y botella en mano seguí tomando fotos y whisky, de repente me imaginé la panocha sin pelos, con la mente enturbiada por el alcohol fui a buscar con que rasurarla, encontré todo lo necesario, excepto pasta para rasurar (no había machos en su casa).

No importó, puse una toalla bajo sus nalgas y primero con tijera quité el exceso de pelo, en el lavabo mojé las pantaletas que había olido hacía un rato y las enjaboné, con ellas aplique jabón por todo el monte de Venus y comencé a rasurar, fue un trabajo delicado y delicioso, terminada su pucha la voltee y le metí una almohada para levantarle el culo, así empinada le abrí las nalgas para descubrir su arrugado agujero, primero se lo lamí un poco y después empecé a meter mi lengua, sólo unos pequeños-Mmmmmm-, por parte de la Morena, estaba muy apretado, le metí un dedo enjabonado con un poco de esfuerzo y moviéndolo hacia los puntos necesarios le rasuré el prieto culo.

Tomé la cámara y la botella, ya había tomado más de cincuenta fotos y entre trago y foto seguí con mi pervertida labor, poniéndola en todas las posiciones que podía, pues muchas veces cuando ya la había colocado, me retiraba para tomar la foto y ella se caía desmadejada. Hubo una, en que la coloqué acostada con las piernas abiertas pegadas a sus tetas y deteniéndoselas con sus manos, que pude lograrla metiéndole una almohada bajo las nalgas, se quedó un buen rato así, dándome la oportunidad de sacar varias fotos donde parecía que la Morena se jalaba la piernas para que yo pudiera tener una vista de su panocha totalmente rasurada, como de niña, tenía la rajada entreabierta asomando el clítoris y los labios internos, protegidos por unos gordezuelos labios exteriores y por añadidura su prieto ano se mostraba orgulloso. ¡Que Calentura! ¡Gocé hasta que cayó desmadejada otra vez!

Siguieron varias fotos y más whisky, la volví a acomodar empinada al borde de la cama, con un par de almohadas bajo su vientre y me dediqué a hacerle los honores a su culo lo empecé a lamer, a cogérmelo con la lengua, le metí un dedo y la Morena gimió –Aghhhhh-, inicié un lento mete y saca, del buró tomé un tarro de crema y se la unté en prieto agujero y volví a meter el dedo ahora con el consiguiente –Mggmmmmm-, metí con mucho trabajo el segundo dedo y el –Aghhhhhhhh- fue más largo y la Morena se movió un poco retirando el culo, le saqué un dedo mientras el otro entraba y salía haciendo círculos en su culo, después de un rato inserté una vez más el segundo dedo, ahora más fácilmente y seguí abriendo ese arrugado túnel, preparándolo para que mi verga pudiera entrar a sus anchas, luego fueron tres dedos y la Morena buscaba con su culo mis dedos.

Con todo esto mi verga me llamó la atención, también quería participar en la fiesta y para demostrarlo se erguía, cabeceando, totalmente erecta, la unté de crema aprovechando para pajearla unos momentos, agarrando una nalga en cada mano las abrí totalmente, colocando el glande en la entrada de su ano, era una sensación increíble sentir como su estrecha boquita, besaba la cabeza de mi pito, comencé a hacer presión empujando levemente mis nalgas hacia adelante, como un émbolo bien lubricado penetró distendiendo al máximo su agujero y lentamente mi pito comenzó a desaparecer, penosamente deformado dentro del prieto túnel.

-AAAAggggghhhhhhhhh ayyyyyy No no no aaayyyyyy AAAAggggghhhhhhhhh

Disfrutando al máximo, estaba metiendo lentamente la verga en el negro agujero de mi cuñada, la sensación era indescriptible, cuando entró la cabeza sentí como el esfínter la apretó por el cuello ahorcándola, me detuve a disfrutar esa placentera sensación, el broche se había cerrado en la parte mas delgada, (ahora entendía el término abrochar), una leve presión hacia delante o hacia atrás, hacía que su ano apretara, como una deliciosa mordida sin dientes, manteniendo el glande adentro atorado por el cuello, el morbo hacía que mi verga creciera más, hubo momentos en que sentí y vi como el culo de la Morena trataba de expulsar o mejor dicho "cagar" mi tranca, confundiéndola con los restos de la comida del día.

Nunca en mi vida de Ko G lón había apreciado esa sensación, el esfínter trataba de hacer su función de cerrarse para trozar y todos los músculos del recto empujaban mi verga para sacarla, su culo sabía y trataba de cagar pa’ fuera, pero yo estaba en ese momento en la deliciosa tarea de enseñarlo a cagar pa´dentro.

Aumente la presión, dejando caer lentamente el cuerpo sobre el culo de la Morena y poco a poco, con las consiguientes mordidas, el émbolo se deslizaba dentro de la apretada funda, milímetro a milímetro sentía las contracciones del su ano, como deliciosas mordidas sin dientes, cuando mis huevos chocaron con su pucha. Me detuve un momento, terminando de escuchar su largo murmullo:

MMmmmmmmffffffhhhhhhhhhh...Mmmmmmghggg…mggggghhhhhhAhh...Ahhhg Ahhhg Ahhhg Ahhhg Ahhhg Ahhhg Ahhhg Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh.

Las mordidas en la base de mi verga eran increíbles, si hubiera sido una pasta de dientes, se hubiera vaciado totalmente.

Me deleité un momento sintiendo esos deliciosos apretones, no se si alguien ha experimentado que le aprieten la verga, en la base pegada a los huevos, como si estuvieran mandando un mensaje en clave Morse, se siente que a cada apretón va uno a expulsar todo lo que trae dentro.

Empecé el antiguo y no por eso menos placentero mete-saca, deslizándome de principio a fin, solté sus nalgas y echándome sobre ella, busque sus senos, los apreté, tomando ambos pezones, que empecé a retorcer, eran unas rocas entre mis dedos, los gemidos de la Morena completaban la escena, pasé una de mis manos a su clítoris, utilizando mi dedo medio lo estuve torturando, logrando que la Morena siguiera mi movimiento, su culo buscaba mi verga que se deslizaba deliciosamente adentro y afuera de la apretada vaina, me deleitaba con las placenteras sensaciones de mi pito estrenando ese delicioso culo, los bordes del apretado ano, ahora totalmente abierto, mostraban unas pequeñas manchas de sangre, claro indicio de que le había partido el culo a la Morena que sin saberlo lo había guardado virgen para que yo lo gozara.

Seguí envistiendo, continuando con mi placentera labor, la Morena no paraba de morderme la tranca con su desdentada boca de los gemidos de la Morena ya eran gritos:

Siiiiiiiiiiiiii cabróoooonnnnnnn métemela hasta el fondo más puto, máaaaaassssssssss, pinche Enrique párteme el culo, siiiiiii cabróoooonnnnn, toda mi vida te había esperado, Agggggggggghhhhhhhhhhh, no te paressssss….. Métemela másssss, mássssss, Uggggghhhhhh, máaaassss cabrón máaaaasssssss, yo seguía dándole gusto a la Morena, con una mano le apretaba una chichi retorciéndole el pezón, con la otra le seguía frotando violentamente el clítoris, ella de repente giró la cabeza y yo me agaché para besarla, iniciamos una batalla de lenguas tremenda, yo estaba en el cielo, ahora por fin conseguía cogerme a la Morena y ella lo consentía, estaba gozando como nunca, mi verga entraba y salía de una manera deliciosa, la Morena sabía que era yo quien me la cogía y me pedía más, mi cerebro explotaba de gusto….. y de repente ZAZ, sentí una cachetada y oí los gritos de !!!QUE HICISTE, PENDEJO¡¡¡, ¡¡¡¡¡QUITATE HIJO DE LA CHINGADA!!!!. Mientras recibía golpes por todos lados, en un principio no supe que pasaba y poco a poco me fui dando cuenta, las cortinas abiertas dejaban entrar el sol en todo su esplendor, la habitación estaba toda iluminada y la Morena totalmente desnuda, medio tapándose con un almohada me golpeaba y me gritaba chingadera y media……. !!!!!!!M E Q U E D E D O R M I D O¡¡¡¡¡¡¡¡……..

Continuará

Agradezco mucho sus comentarios, me dan ánimos para seguir escribiendo….

Saludos desde México.

KoGlon