Me coge el ex novio de mi hija
Después de un rapidín con un amigo en su coche, en la madrugada me despierta el ex de mi hija y me coge en mi propia habitación.
Para quienes no han leído mis otros relatos, me presento: me llamo Paty, tengo 42 años, soy divorciada y hace poco comencé a relatar algunas de mis experiencias pasadas y recientes. Mis experiencias comenzaron cuando estaba casada, porque mi esposo no me hacía caso, prefería irse de borracho los fines de semana, en lugar de atenderme como se debe. Eso me llevó a buscar lo que no tenía con él, así empecé mis infidelidades con un sobrino que vivía con nosotros, poco después algunos compañeros de trabajo y amigos o profesores de la universidad en la que estudié. Esas aventuras sexuales con mi sobrino, hicieron que cuando me divorciara, se me quedara el deseo de tener sexo con jóvenes, lo que además alimentaba mi ego al sentirme deseada por hombres mucho más jóvenes que yo. Pero, evidentemente, no me limito a tener sexo con jóvenes, sino también con amigos del trabajo, viejos conocidos e incluso con algunos jefes o ex jefes; me refiero a clientes que tengo, ya que soy asesorías en materia legal a algunas empresas.
El año pasado fui a una fiesta de amigos de la universidad, uno de esos rencuentros que están de moda. Quería que vieran lo bien que estaba y pues si conocía a alguien, pues qué mejor, así que me llevé un vestido blanco entallado y me fijé que se notara un poco mi pequeño calzoncito; además me puse un bra que levantar un poco a las niñas jejejeje. La reunión estuvo muy bien, la verdad, lo típico, mucho alcohol y mucho flirteo; aprovechaban la bailada para tocar un poco de más. Buena parte de la fiesta estuve con mi amigo Memo –uno de esos amigos con beneficios- así que no me dejó mucho espacio para re encontrarme con algunos compañeros, pero después algunos me buscaron. No muy tarde, como a las diez, Memo me llevó a mi casa, en la fiesta me estuvo toqueteando bastante, así que me imaginé en qué acabaría la noche. De camino, todo el tiempo iba agarrándome las piernas y diciéndome lo bien que me veía o cómo se me quedaban viendo algunos, incluso me comentó algunas de las cosas que le dijeron sobre mi; yo empecé a calentarme, así que cruzaba y descruzaba mis piernas para que se me subiera un poco más el vestido y me toqueteara más.
Me saqué de onda cuando vi que en efecto me estaba llevando a mi casa y no a un hotel, así que cuando ya estábamos cerca le dije:
Yo – Creí que la noche sería más larga.
Memo – Quedé de alcanzar a Lety –su esposa- en una cena con unos amigos suyos.
Yo – Mmmm…ni modo –en eso se estacionó en una calle oscura, sola, muy cerca de mi casa- aquí me vas a dejar?
Memo – Tenemos tiempo de un rapidín en el coche, Patita.
Yo – Seguro? Vas a llegar con tu esposa oliendo a sexo? Va a saber que te cogiste a alguien y se va a enojar.
Memo – Aquí traigo un cambio, además así recordamos los tiempos de la uni, no?
Yo – Qué travieso eres, eh, Memito…y qué jarioso!
Memo – Así me pones, Paty…me acuerdo que te gustaba en el coche –empecé a acariciarle el paquete- y mucho.
Yo – Te acuerdas de eso, Memito? –le acariciaba el paquete mientras se endurecía-.
Memo – Cómo no??!! Las mamadas que me dabas manejando…me ordeñabas bien cabrón, Patita –le saqué la verga del pantalón y se la jalé-.
Yo – Se te antoja una ahorita?
Memo – Un rapidín completo, no? –me incliné y empecé a mamársela, me acerqué un poco más para que me manoseara y eso hizo; primero me agarró las nalgas sobre el vestido, pero después me descubrió las nalgas y me las agarró bien rico, luego deslizaba sus dedos entre mis nalgas hasta llegar a mi conchita ya húmeda-.
Yo – Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm…
Memo – Ya estás mojadita, chiquita –me dio una nalgada y yo gemí- me encanta que sigas tan caliente, Paty, tan cogelona –yo seguía mamándole la verga y jalándosela-.
Yo – Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm…
Memo – Qué rico mojas tu calzón –en eso deslizó un par de dedos en mi conchita y al sacarlos me mojaba hasta el culito- y qué rico te entran los deditos…y todo.
Después de unos minutos me quité el calzón y lo monté, en cuanto me senté en su rica verga él me bajó el vestido y el brasier para chuparme las tetas; me agarraba fuerte las nalgas y me daba nalgadas.
Yo – Ay, qué rico, Memito! Qué rico me coges!
Memo – Es que estás bien buena, Paty…y eres bien caliente.
Yo - Todavía estoy buena?
Memo – Muy cogible, chiquita!
Yo – Chúpame las tetas, Memo…ay, así, papito, así…mmmmmmmmm…-me agarraba muy fuerte las nalgas- me siento como una putita de 20 cogiendo en un coche…jaja.
Memo – Jajaja…siempre has sido una putita que coge donde sea, Paty.
Yo – Te gusta, no?
Memo – Qué?
Yo – Que sea una puta para que me cojas a tu antojo.
Memo – Me encantas, cabrona! Me calientas un chingo!
Yo – Ya viste cómo me recorté? Cortito…como te gusta…-le enseñé mi conchita-.
Memo – Tienes una panochita exquisita, Paty, recortadita se te ve de no mames…jajaja…querías verga hoy, verdad? Eres bien cabrona!
Yo – Escúpeme las tetas, Memo…me voy a venir –como hemos cogido muchas veces, sé qué hacer para que acabe rápido, y lo hice- ay, qué rico, no mames…me encanta cómo me coges, papi…mmmmmmmmmm…
Memo – Ay, pinche, Paty, haces que me venga en chinga cuando quieres, cabrona.
Yo – Sí…vente…dame tu lechita, Memo…quiero sentirla…me vengo, papi, me vengo…-en cuanto sentí su semen dentro de mi, me vine. Ay, sí!!! Mmmmmmmm…
Memo – Aaaahhhh…uuuuuuuhhhhhhh…no mames, qué rico, pinche Paty!!!!
Después de venirnos lo seguí cabalgando unos pocos minutos hasta que fue perdiendo su erección. Me vestí, pero me pidió que le dejara mis panties de recuerdo, que nunca le había dado unas o hacía mucho que no, y pues se las dejé. Espero no las vea su esposa, pero ese ya no es mi problema.
Mis hijos habían hecho una reunión con sus amigos y cuando llegué a casa ya estaban todos bastante tomados; mi hija estaba besuqueándose con un chavo en la sala y ni me vio llegar. Sentí cómo varios de los presentes me desnudaban con la mirada, y como olía a sexo y andaba sin calzones –lo que seguro se notaba- me fui rápido a acostar, aunque no fue tan rápido porque los amigos de mis hijos me detenían para saludarme, toquetearme si podían o al manos darse un buen taco de ojo; incluso oí que uno le dijo a mi hijo: Oye, tu mamá viene despeinada, de dónde vendrá? Jajajaja.
Me quité el vestido, me lavé la cara, un poco mi conchita, me puse una playerita de tirantes y unas panties y me acosté a dormir. De repente en la madrugada sentí que me acariciaban las piernas hasta la cadera, abrí los ojos, me di la vuelta y Jair estaba acostado a mi lado sólo en boxers, al parecer él me había destapado y estaba acariciándome.
Yo – Qué haces?? –le dije muy sorprendida-.
Jair – Ya se fueron todos…y tus hijos están en sus cuartos poniéndole.
Yo – Qué?
Jair – Pato está con su vieja en su cuarto y Fer con dos güeyes en el suyo, se la han de estar cogiendo…al menos eso parece por lo que se oye.
Yo – Pues entonces vete a tu casa –se notaba que estaba borracho y me veía con bastante lujuria-.
Jair – Me iba a ir, pero oí cómo se están cogiendo a Fer y me calenté –empezó a acariciarme las piernas, yo estaba nerviosa porque es un chavo bastante fuerte y estaba borracho, además si se enteraba mi hijo se iban a pelear horrible; pero también empecé a calentarme un poquito- fui al baño de aquí arriba y busqué unas pantys para jalármela, pero encontré unas pantys tuyas…y me la iba a jalar imaginándote–mis pezones ya se notaban a través de la playerita de mi pijama- pero pues ellos están muy entretenidos, yo muy caliente y tú muy solita –estaba enorme su erección, se veía el bultote en sus boxers-.
Yo – Qué te pasa, Jair, cómo crees? Ya vete a tu casa –me di la vuelta otra vez, pero en realidad era para provocarlo; en ese momento se comenzaron a escuchar gemidos y algunas palabras como “sí, métemela, cabrón”, “cójanme rico! Así!”, “qué rica la tienen”, y esas cosas; eran de mi hija-.
Jair – Ya oíste cómo se la están cogiendo? –se me acercó y me cuchareó embarrándome su dura verga en mis nalgas; me acarició la cadera y subió hacia mis tetas- te acuerdas cómo la hacía gemir cuando era mi chava? Seguro nos escuchaste varias veces…no quieres que te haga gemir igual? –me agarró las tetas y me embarraba su verga como si me estuviera cogiendo; yo estaba muy excitada, acababa de coger con Memo, pero la verdad hacía tiempo que se me antojaba dárselas a Jair- tienes bien duros los pezones, Paty...se me hace que sí quieres que te haga gemir como a tu hija –llevé la mano hacia atrás y le agarré la verga-.
Yo – Me vas a cumplir? Soy muy golosa, eh –metió la mano en mi playerita y me agarró las tetas, pellizcando mis pezones- mmm…qué rico…
Jair – Un chingo de veces pensaba en ti mientras me cogía a tu hija…y seguro de dedeaste un chingo de veces imaginando cómo te cogería, verdad? –se quitó los boxers- ahorita se nos va a hacer…por fin te vas a comer esta vergota, mami –me quitó el calzón y estuvo acariciando mi conchita con su vergota como si me la fuera a meter; eso me calentó un chingo-.
Yo – La tienes bien grande…qué rico…
Jair – Eso me decía tu hija…no mames, qué rico cogerme a la hija y a la mamá…cuál será más puta? –en ese momento me la metió-.
Yo – Ay! –empezó a bombearme, la tenía larga y entraba mucho a pesar de la posición; me levantó la pierna para metérmela mejor- ay, no mames qué rico…cógeme, Jair, cógeme rico.
Jair – A güevo que sí, mamita.
Yo – La tienes grande, papi…ay, ay, ay…mmmmmmmm….
Jair – Y te la vas a comer todita, mami –después de unos minutos en esa posición, me puso boca arriba, él se hincó me agarró las piernas con sus brazos y me la metió rítmicamente y poco a poco hasta adentro- qué recortadita panochita, Paty…qué putita…pero a la otra rasúrate todita, mami, quiero verla bien peladita…
Yo – Sí, papi…me la voy a rasurar para ti.
Jair - Ahora sí, ahí te va toda, perrita.
Yo – Mmmm…sí, papi…dámela toda…métemela toda, papito…ay, no mames! –se oían jadeos y gritos de mi hijos cogiendo, pronto los míos se unirían, estaba disfrutando mucho la verga de Jair-.
Jair – Quieres gemir así, putita? Quieres que te haga gemir como la puta de tu hija, perrita? –empezó a bombardearme más fuerte, la cabecera de la cama chocaba contra la pared y mis gemidos eran más fuertes-.
Yo – Ay, sí…ay, cabrón, qué rico me coges…ay, sí dame duro…-yo estaba casi gritando sin importarme que me escucharan mis hijos- qué rica verga tienes, papi!!!! Ah…ah…!
Jair – Qué ganas te tenía, pinche Paty!!! –me bajó la playerita para ver cómo rebotaban las tetas con sus embestidas; me agarró de los brazos para jalarme más hacia él- qué buena estás, perrita, no sabes cómo te me antojabas…-me bombeaba duro y mis tetas saltaban, yo quería agarrármelas pero él me no me dejaba- te gusta, mami?
Yo – Sí, papi…me coges bien rico! No mames qué rica la tienes!!!!!
Jair – Te dije que te iba a gustar, mami.
Yo – Déjame montarte.
Jair – Quieres subirte a esta verga, perrita?
Yo – Sí, déjame montarte, papi –entonces me la sacó y golpeteó mi conchita con su verga, después como que me masturbó rozando mi clítoris pero con su verga- ay, qué rico…síguele, síguele…-me calentó un chingo eso- más, más…me voy a venir, papi…me voy a venir…ay, no mames…métemela, métemela…ay, así…aaaaaaaahhhhhhhhh…-le agarré las nalgas mientras me la metía de misionero y tuve un orgasmo delicioso- puta madre qué rico, papi…mmmmmmmm…cógeme…-me la sacó y me la volvió a meter de una embestida- ay, cabrón, me vas a partir con eso.
Jair – Rica, verdad, putita? A tu hija también le encanta mi verga, mami –entonces me la sacó, se acercó de rodillas, me golpeteó las tetas con su verga y luego se echó saliva en la cabeza de su verga y me la puso en la boca- mámamela –lo hice y entonces me cogió la boca unos minutos, yo me preguntaba, me imaginaba qué tanto le habrá hecho a mi hija este cabrón- qué bien la mamas, Paty…puta madre, algún día te voy a llenar esa boquita con mi lechita, perrita –me la sacó, se la dejé bien babeada- quieres más, verdad, puta? –se alejó y se paró debajo de la cama, a los pies, empezó a jalársela- ven –me fui a gatas hacia él, directo a su verga, en cuanto se la empezaba a mamar se hizo hacia atrás- jajajaja eres una golosa, mami…-caminó hacia atrás y se sentó en el sillón que tengo en mi cuarto, siguió jalándosela- ven, mami, móntame –caminé hacia él, acomodándome la playerita-.
Yo – Eres un cabrón!
Jair – Estás más que buena, mami…para matarte a pijazos –me hinqué sobre él, acomodó su verga en la entrada de mi conchita y me senté poco a poco sobre ella, mientras él me bajaba los tirantes y me agarraba las nalgas-.
Yo – Te gustan mis tetas?
Jair – Están bien ricas, mami, pero me gustan más tus nalguitas –me dio una nalgada-.
Yo – Chúpame las tetas, papi –lo hizo y después de unos minutos me hizo hacia atrás y me masajeó el clítoris mientras me cogía; me bajó la playerita y la enrolló en mi cintura, y la usó para jalarme hacia él- tú sí sabes coger, papi.
Jair- Hay que cogerlas como putas…en la cama todas son unas putas, mami.
Yo – Puta madre, me voy a venir otra vez…
Jair – Vente, mami, vente, putita…qué ricas se te van las tetas…los pezones bien duros, perrita –me dio unas “cachetadas” en las tetas y seguía masturbándome, yo gemía-.
Yo – Ay, sí…ay, sí…síguele, síguele…mmmmmmm…no mames, pinche, Jair, me vas a matar, cabrón…a-a-a-a-a-a…mmmmmmmmmm…
Jair – Vente, putita…báñame la verga con tus juguitos, mami.
Yo – Mmmmmmmmm….ayyyyyyyyyy…-me incorporé y lo abracé agitada- no mames, con razón gemía mi hija; él me seguía bombeando y empezó a lamerme las tetas-.
Jair – Nos oíste muchas veces, verdad?
Yo – (Sonreí) Sí.
Jair – Te calentabas?
Yo – Tú qué crees?
Jair – Que la hija es tan puta como la madre; seguro te masturbabas cuando nos oías.
Yo – A veces.
Jair – Te dedeabas?
Yo – (Asentí) M-hm.
Jair – Qué más?
Yo – A veces usaba un dildo.
Jair – Sí, ya vi tus juguetes.
Yo – Ah, sí…? -yo me calentaba otra vez- cómo?
Jair – Me los enseñó Fer…y usamos uno –yo subía y bajaba sobre su verga-.
Yo – Sí?
Jair – Usamos tu dildo doble mientras me la mamaba…así le estrené el culito a Fer.
Yo – Se la metiste por atrás?
Jair – Igual que te la voy a meter a ti por el culo, mami –en ese momento me acarició el culito con sus dedos-.
Yo – No voy a aguantar esa cosota!
Jair – Ya veremos, pero yo creo que sí…ponte de perrita, mami –me puso en cuatro sobre el sofá y me la metió poco a poco con un mete y saca-.
Yo – Ay, papito, no mames, qué rica verga tienes.
Jair – Te ves bien pinche buena así, Paty…no mames qué ricas nalgas tienes –me dio una nalgada un poco fuerte-.
Yo – Ay!
Jair – Te gusta, verdad, puta? –me agarró fuerte del cabello; me dio otra nalgada-.
Yo – Ay!!! –grité fuerte-.
Jair – Te gusta, perra? –otra nalgada-.
Yo – Ay!!! Sí, papi…sí me gusta! Cógeme más duro! Dame verga, papi!! –él me seguía bombeando delicioso dándome nalgadas y jalándome el cabello; después me soltó el cabello y se chupó el pulgar, luego empezó a metérmelo en el culito, entonces yo incliné me torso para que quedara mi cadera bien levantadita-.
Jair – Qué rico…hasta lubricas el culito, perrita…-después de unos minutos de cogerme la concha con su verga y mi culo con su pulgar, me metió los dos pulgares-.
Yo – Ay, cabrón!
Jair – Qué rico te entran, Paty…te voy a romper el culo con mi verga, perrita –sentí cómo palpitaba su verga-.
Yo – Sí, papito…soy tu puta…cógeme cuando quieras, por donde quieras, papi…
Jair –Eres mi perrita, Paty? –sentía cómo estaba por eyacular-.
Yo – Sí, papi…soy tu perrita…ay, qué rica verga!!!! –grité, él aceleró sus embestidas-.
Jair – Vas a ser mi perrita igual que la puta de tu hija, eh?
Yo – Sí, papi…las dos…vente, papi, quiero sentir tu lechita…quiero tu semen…ayyyyy!!!
Jair – Quieres mi leche, putita? Quieres sentir mi lechita, Paty? –me agarró fuerte del cabello con ambas manos y me levantó el torso, endureció sus embestidas-.
Yo – Sí, papi, sí…aaaaaaahhhhhhh….dame tu lechita! Vente! Vente, papi! –entonces me la sacó, y agarrándome fuerte del cabello, me puso frente a su verga recargándome en el respaldo del sillón-.
Jair – Te voy a llenar la jeta de mecos, puta…dime que te los eche.
Yo – Échame tu lechita en la cara, papi…quiero sentirla…-en ese momento se vino y me salpicó la cara y las tetas con su semen-.
Jair – Aaaaaahhhhhh…ay, cabrón…-se la jalaba y me seguía echando su semen- me vaciaste, mami…mmmmmmm…-cuando acabó, me embarró el semen con su verga y luego me la metió en la boca, yo se la mamé-.
Yo – Mmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm
Jair – Límpiala bien, Paty –su semen chorreaba por mi cara y mis tetas-.
Después de unos minutos, me metí a bañar; lo invité y me dijo que ahorita me alcanzaba, pero nunca lo hizo y cuando salí, Jair ya no estaba en la habitación. Eso fue hace unos meses y lo he visto un par de veces sin que mi hija sepa. Ellos ya no son novios, sólo salen algunas veces o él viene, pues es amigo de mi hijo, pero aunque me encanta coger con él, me da un poco de culpa coger con el ex de mi hija.