Me case con mi suegra

Adoro a mi mujer por lo comprensiva que es y adoro a mi suegra por lo buena que es.

ME CASE CON MI SUEGRA ... PARTE 1

Victoria, La atractiva madre de Virginia mi mujer y de Jenny, en la época de este relato contaba con cuarenta y tres muy bien cuidados años, con un físico que poco o nada tenía que envidiar a sus agraciadas hijas, muy por lo contrario, La madre era más alta y esbelta que sus estupendas hijas, con unas caderas amplias y un trasero digno de esculpir, además de un par de tetas prominentes y erotizante, delgada no lo era, pero tampoco le sobraban kilos. Era de esas maduras que cualquier hombre deseaba tener para sí y que no pasa desapercibida. Cuando salían de Shoping las tres parecían hermanas, aunque los hombres se giraban para contemplar las buenas bondades de la madre.

Ella, mi querida suegra, había tomado la buena costumbre de visitarnos cada dos meses y se quedaba una o dos semanas con nosotros, antes de retornar a su ciudad de residencia. Mi mujer se ponía muy contenta en su compañía ya que las unía una amistad y confianza especial. ---- Y yo aunque ustedes no lo crean, también disfrutaba mucho de su estadía, pues poseía una sensualidad y madurez que me andaban trayendo excitado todo el día.

En esa oportunidad y motivo de mi relato debió concurrir por una repentina enfermedad de Virginia, su querida hija, donde él médico recetó reposo absoluto por una neumonítis y como si esto fuera poca cosa se le presentó un cuadro de infección urinaria por lo que para mi fue un verdadero castigo ya que le suprimieron las actividades sexuales con marido y eso cuando recién habíamos cumplido dieciocho meses de casados donde el sexo para nosotros era más importante que nuestra diaria alimentación por tanto su enfermedad me significaba un verdadero suplicio, pues nuestra cuota llegaba a dos por la noche y una por las mañanas y ahora llevaba una semana en cero. Veía una mujer interesante en la calle, la seguía con una lasciva mirada, produciéndome una auto excitación y cuando llegaba a casa en vez de tranquilizarme, mi querida suegra se me mostraba cada día más provocativa, deseable y atractiva.

Esa noche llegué más temprano que de costumbre y después de pasar un rato junto a mi mujer que ya empezaba a dar muestras de mejoría, maliciosamente me deleitaba también observando los deliciosos muslos de Victoria que acompañaba a su hija de rodilla sobre la cama y al usar una corta falda dejaba relucir todas sus bondades hasta poder observar el pequeño calzoncito de lycra blanco que usaba esa noche, que al ser tan diminuto permitía ver parte de su vellosidad pubiana. Esas visiones me calentaban a full y ardía de deseos por lanzarme sobre ella, quitarle sus prendas de vestir con mis propias manos y extasiarme de esas apetecibles carnes de su bien desarrollado cuerpo, penetrándola repetidamente como ella se lo merecía, por provocarme de esa forma.

Muy sobre excitado esa noche, preferí abandonar el cuarto de mi mujer, llevándome grabado en la mente, la erótica imagen de mi suegra. Me dirigí al cuarto de servicio, lugar elegido como mi esporádico dormitorio pues acusé mucho agotamiento por la dura jornada laboral del día, pidiéndole a Victoria, que antes de irse ella a la cama me pasara a dejar una taza de leche tibia, a lo que la buena mujer accedió.

Camino a mi nueva alcoba, me llevé media botella de Whisky y dos vasos, este sólo echo indicaba a todas luces que esa noche algo extraordinario que venía tramando desde mucho tiempo, estaría a punto de ocurrir

Victoria continuó acompañando a su hija, --- Y según supe después --- decidieron ver una película en la Televisión, haciendo saping en el cable se encontró con una pareja en escenas de cama, optando por dejarla anclada ahí. Las escenas y la trama se fueron haciendo cada vez más excitante por su erotismo y contenido hasta que pasado veinte minutos se notaba a las dos mujeres inquietas de excitación hasta que Virginia pidió a su madre cambiara de canal por que si no, tendría que llamarme forzosamente para que le calmara la calentura.

¡Ah! – Que bien dijo Victoria y a mí quien me socorre. -

Si quiere te paso un set de consoladores que me regaló George, dicen que son fabulosos, pero yo no he tenido necesidad de usarlos todavía, por que mi hombre no me deja pensar en ello, ¡ Hay madrecita, no me quiero ni imaginar cuanto estará padeciendo el pobrecito, cuando siempre a esta hora todas las noches le daba su "papita".

¡Hay! –Dios mío, perdóname hija --- en estas ocasiones es donde hecho de menos a un hombre. --- Replicó Victoria a su hija.

No te podría creer, que desde que falleció mi padre, no has tenido relaciones con alguien.

Por favor no me hagas hablar cosas, porque si te contara, tendrías que llamar a gritos a tú marido, que no sé por qué se fue tan luego a dormir.

Yo creo que mi pobre George su fue luego a su cuarto, pues tú lo dejastes medio trastornado de caliente viéndote todo sobre la cama.

¡Oh! – No me di ni cuenta—pobrecito – replicaba Victoria, solicitando a su hija que le mostrara los consoladores que recién le había ofrecido, recibiendo las intrusiones de ésta para ubicar la caja que se encontraba dentro del armario.

¡Uy! – Qué maravilla, pero si son verdaderos penes flexibles y carnosos, mira ese grandote y --- ¿ Porqué tienen esos cables eléctricos? --- Preguntaba Victoria.

Para producir la vibración que te da el gustito pues tontita – le respondía Virginia.– Y haciendo que esta fijara su atención en otros aparatos le informaba: Mira estos tres unidos por cables, el más grande te lo insertas en la vagina, el más pequeño te lo metes en el trasero y el mediano te lo llevas a la boca y así hechas a volar tus fantasías y simulas estar fornicando con los mejores tres tipos a la vez, ¡Qué orgía mas linda Dios mío!—terminó comentando Victoria, para después seguir con su habido interrogatorio sobre la materia:

¿Y cual es el que más se asemeja al de George?—Preguntó expectante la excitada mujer.

Así como ése que tienes en la mano – contestó rápidamente su hija, sin siquiera llamarle la atención por el interés demostrado por su madre en la intimidad sexual del matrimonio.

¡Ah! ---Qué fabuloso tamaño --- Respondió Victoria, a la vez que abría desmesuradamente sus ojos color miel, para luego continuar preguntando:¿ Y tú se lo aguantas bien o te hace doler?

Para nada mujer, siempre le pido más.--- Rió con ganas Virginia.

Tú eres igual que yo, pero a tú padre no podía pedirle más porque lamentablemente no fue favorecido en el reparto de penes, pero con lo poco que tenía, reconozco su apasionamiento con que me lo hacía.

Pero te olvidas cuando te escapabas con Esteban, su chofer , de quien decían se gastaba un feroz garrote y llegabas muerta a casa.

No me recuerdes esas cosas que son tiempos ido y la página ya la di vuelta.

¿Y también diste vuelta la página de mis compañeros de la secundaria Byron James y Christian Gordimer? --- Quienes después me molestaban exigiéndome que les dijera papá.

¡Ah! – Pero para entonces yo ya había enviudado y su madre que ha sido mi amiga de toda una vida me imploró ayuda y aunque no fue la total solución en algo le cooperé hasta donde pude .( Nota: Esta historia se encuentra relatada en detalles en "Madre Adoptiva pide Auxilio" Categoría Confidencias) contándosela Victoria a su hija con lujos de detalles, para concluir que:

Es de escucharte y no creerlo --- decía Virginia, con asombro por los relatos escuchados ---- Cómo es posible que un par de mujeres casi cuarentonas, se dejaran manipular por unos niños de catorce o quince años, ustedes que podían haber sido sus abuelas y no me explico como unos "pendejos" tan menores supieran tanto de sexo como para hacerlas acabar a ustedes así cómo tú me cuentas.

Pero porqué te ha de extrañar eso niña por Dios, Tú bien sabes que las mujeres empezamos con nuestras reglas a partir de los once o doce años y eso significa que la mujer está en condiciones de previa una fornicación el poder ser madres. Bueno a los muchachos a esa misma edad se le empiezan a despertar los instintos y deseos sexuales y él sabe que es la mujer quién puede aplacar esos deseos, por lo tanto la mujer se transforma a temprana edad en su objeto de placer y el muchacho con el miembro tieso de deseos no le importa la edad de la mujer para buscar su deleite. Y es tan verdadero lo que te cuento que al respecto contaba mi hermano Mat, que él a los doce años se iba a meter al cuarto de nuestra mucama que tenía veintiocho y yo que en ése tiempo tenía catorce, lo sorprendí una tarde en que no había nadie más en casa, cómo Nat , siendo tan niño la fornicaba de tal manera que ella llegaba a chillar y cuando los vi acabar, me dio tanto susto pues pensé que a ella le había dado algún ataque de tipo epiléptico y salí corriendo a encerrarme en mi cuarto.

Fue la primera vez que veía hacer el amor, hasta que seis meses después nos fuimos de vacaciones a casa de tía Dorothy y ahí me agarró mi primo Willyams, que tenía diecisiete y llegó a hacérmelo hasta tres veces por día. Bueno, pero volviendo a lo de nuestra mucama, ella le confesaba a Nat, que él la hacía gozar en mejor forma que cuando lo hacía con mi padre que también se le metía en su cuarto a la muy bribona, o sea un muchachito de apenas doce años haciendo acabar a una mujer de casi treinta, así como hay niñitas de doce o menos que se acuestan con hombres de cuarenta y los estrujan.

Con razón, yo y Jenny, llevamos tú herencia de ninfómanas. Yo cuando me caliento al igual que tú, pierdo la cabeza y me dan unas ansias locas de tener un gran pene dentro de mí --- argumentaba Virginia, con la mayor naturalidad del mundo.

¡Bien! --- Dijo finalmente Victoria a su hija ---lo de ninfómana tendríamos que verlo, pero para mí eso es fuerte. Este es un secreto entre tú y yo y nadie más por lo tanto te pido la reserva del caso, así otro día te cuento otras cositas porque ahora con el sólo echo de recordar esas cosas tengo mi sexo ardiendo de placer, por lo que sí me prestas esas maravillas fálicas que tú tienes, veré si alguno es capaz de desahogarme. Ahora me voy a mi cama, te daré tus remedios y tus pastillas para que duermas bien y yo me llevaré estas maravillas a ver si pasa algo – dijo Victoria – señalando el set de consoladores.

Déjame uno a mí, que con tus calientes aventuras me siento super excitada—dijo Virginia al momento de tomar uno de buen tamaño.

Ya en su cuarto, Victoria se metió a la ducha antes de irse a la cama, después se dio una sesión de masajes con cremas, mientras los consoladores se encontraban ordenadamente expuestos sobre la cama, se tendió en ella de espalda, tomó el más pequeño recordando a su marido, lo untó con algo de crema e inició tocaciones sobre la zona de su sexo y sobre los pezones de sus senos hasta empezar a sentir una avasalladora excitación. Ya había logrado enchufar el que según Virginia era el que correspondía a mis medidas, cuando se recordó que me había prometido camino a su cama, dejarme un vaso de leche antes de irse a la cama.

Cubriendo su desnudo cuerpo con un batón y calzando pantuflas, se dirigió a la cocina y retornó portando el vaso de leche para su excitado yerno, no sin antes entrar a observar a su hija a quien encontró durmiendo profundamente, mientras la lámpara de la mesa de luz se encontraba encendida, pudiendo apreciar que mi joven mujer, desprovista de ropa de cama que la cubriera, mantenía sus piernas apretadas y casi entrelazadas, mientras el consolador aunque apagado, permanecía aún introducido completamente en su vagina, intentó retirárselo, pero ella instintivamente y sin despertar lo volvió a su sitio, manteniendo su mano junto a él. Su madre la cubrió, apagó la luz y abandonó con una sonrisa la habitación.

Al llegar a la puerta del cuarto que ocupaba yo, por fin la escuche abrir sigilosamente la puerta, pensando que yo estaba dormido. La verdad que también había sintonizado en la TV., La misma película que había despertado el erotismo de las mujeres, por lo que afectado por la trama, me entretuve en ello, por lo que idee darle una sorpresa a mi querida suegra y la esperé desnudo y con el miembro erecto porque estaba decidido esa noche a dárselo como fuera, por lo tanto al pasar los minutos mis deseos se fueron acrecentando, afortunadamente mi oído agudo, detectó como se abría la puerta y entraba un as de luz exterior, rápidamente quité la ropa de cama que me cubría y simulé estar dormido, mientras podía entrever su apetecible silueta que avanzaba a mi lado con paso felino y cuando vi que esta dejaba el vaso de leche sobre la mesa de luz, con voz dormida pregunté: ¡Mi amorcito! ¿Eres Tú?—Virginia querida ---- No hubo respuesta ---- Victoria, quedó paralizada y a pesar de la semi oscuridad del cuarto; ella descubrió mi total desnudes, con mi imponente miembro apuntando al cielo mientras estiraba mis manos para tomarla de la bata atrayéndola a mi lado. .

Después supe que la visión del gran falo de su yerno hizo estremecer su excitado físico de los pies a la cabeza, quiso salir corriendo de la habitación , pero su prolongada excitación la hacía desear fuertemente el goce carnal, razón suficiente para no oponer resistencia a los acontecimientos y sin pensarlo dos veces dejó que yo la tomara por las manos y la hiciera inclinarse junto a mi.

La bata que la cubría se deslizó de su cuerpo posándose en el piso, al momento en que se metía a la cama desnuda para ser acogida por mis fuertes y ansiosos brazos, de inmediato sentí que se encendían en mi mente mil luces de todas las tonalidades al palpar la calidez y armonía de su delicada piel y las caricias y besos sobre la mujer no se hicieron esperar, ella con cierto pudor y temor en un principio, trato de safarse de mi, pero tambien al contacto con mi varonil desnudes, más el agobio de mi dura y potente verga, la hizo ir cediendo lentamente. Una leve corriente de aire se encargó con complicidad de cerrar la puerta de la habitación, volviendo la oscuridad total.

El cierre de la puerta la hizo reaccionar pero positivamente para mis desatadas intenciones, con pasión respondía uno a uno mis besos y frenéticas caricias a todo ese cuerpo que esperé tener por tanto tiempo, ahora me deleitaba al tenerla a mi voluntad. Producto de las rápidas caricias por sus grandes senos y por el pubis, las piernas de Victoria, se separaron voluntariamente y su vulva lubricada y preparada para el acto sexual, sintió como era penetrada hasta lo más profundo de ella, empezando a sentir rítmicas y fuertes clavada que la hacían gemir de deseos. Yo estaba eufórico por tener a la madre de mi mujer a mi entera disposición. No se si la palabra "placer " , logra interpretar en toda su extensión, todo lo que yo sentía en ese momento al penetrar profundamente a tan rica hembra y extasiarme con las bondades de sus movimientos, sus eróticos gemidos y la forma en que respondía a mis incontrolables exigencia sexuales.

¡George! --- Por favor, suave, suave, que me matas --- suplicaba ella ---- mientras sus piernas se entrelazaban presionando con sus talones mis desnudas y agitadas nalgas de su caliente yerno que la estremecía de cada clavada que le daba sin respiro ni descanso.

¡Mamacita, querida! --- Al fin te tengo, mí zorrita linda---- murmuraba yo junto a su oído, mientras mis voluminosos testículos rebotaban contra la velluda vagina de la ardiente mujer,.

Ella empezó a gemir con inusitado descontrol, dando brincos que lo único que hacían eran obtener penetraciones de máxima profundidad, lo que envolvió a ambos en un estado enloquecedor. Yo no quería que me sorprendiera tan rápido mi eyaculación, por lo que ante su inminente presencia, le retiraba el pene de la vagina para prolongar por mas tiempo mi íntimo contacto con las bondades de mi suegra, pero de inmediato recibía las súplicas de ella, pidiendo ser penetrada con mas unción.

Momentos después y controlada en algo la situación, bajé de la cama e hice inclinarse a la mujer sobre el borde de esta, quedando su hermoso y carnal trasero a mi disposición. Ahí la penetré por su apretado y delicioso trasero, mientras con ambas manos aprisionaban sus imponentes senos de hembra madura hasta que no pude contener más los deleites que ella me ofrecía, el fluido chorro de semen inundó por completo su rico culito, en los momentos que ella me respondía con un estrepitoso orgasmo al sentir que el caliente líquido su querido yerno inundaba hasta lo mas profundo su delicioso trasero.

Nuestros cuerpos quedaron exhaustos y unidos por largo rato, reinando un prolongado silencio en la habitación.

Dicen que la noche es para locuras. --- Comentó Victoria --- Cuando ya la tranquilidad había vuelto a su ardiente cuerpo.

Pero esta es la locura más rica que he tenido en muchas noches y te he gozado tal como te soñé tantas veces --- le respondí en voz baja, mientras mi fornido y desnudo cuerpo seguía apegado al de mi suegra, sobre la cama.

¿Así es que soñabas conmigo? --- Decía inocentemente ella ¿Y porqué se puede saber?

Porque de sólo estar cerca de ti, me calientas tanto o más que mi mujer y por mucho tiempo desee poder disfrutar de este momento.

¡Que conste! --- me dijo--- que yo nunca he hecho nada por excitarte. Ahora lo he hecho por mi querida hija, aunque ella directamente no me lo ha pedido, pero antes que te metas con cualquier otra mujerzuela por ahí, yo prefiero sacrificarme, pero te pido que no se lo vayas a contar a menos que la preparemos para darle la noticia

Déjame a mí, buscar la formula,--- murmuraba yo ahora al oído de Victoria, deberemos ponernos de acuerdo para que todo quede como una lamentable equivocación y ella lo acepte.

¡Hay George!, Tendremos que ser muy cuidadosos de aquí en adelante, por lo que yo me voy a mi cuarto de inmediato y mañana veremos que hacer.

¿Cómo te vas a marchar ahora’? --- dije con asombro --- Esta noche es nuestra mi amor y tendrás que gritar por auxilio, si te quieres escapar de mí.

¡ No es eso tontito¡ --- Por mí te lo daría toda la noche, pero se puede despertar Virginia y llegar hasta acá.

Por más explicaciones que dio Victoria, yo no estaba dispuesto que tan apetecible bocado se me escapa así desnudita como Dios la echó al mundo. No se de donde logré tanta energía sexual pero pasamos una noche inolvidable.

La claridad del nuevo día empezaba a inundar la habitación cuando yo descargaba mi última eyaculación dentro de ella. Esa noche supe la diferencia física y amatoria que había entre madre e hija y en la cama también se notaba esa diferencia, Victoria era una mujer opulenta de todas partes sin ser gorda, era un poco mas alta y espigada que mi mujer y poseía una excitante técnica con su cuerpo y su comportamiento mientras hacía el amor, y si el hombre no sabía retenerse, lo hacía acabar sólo con un par de ondulantes movimientos. El reloj despertador me indicaba que debía levantarme para iniciar un nuevo día de actividades, a duras penas logré ducharme y afeitarme, y antes de retirarme besé las desnudas nalgas, tetas y boca de mi amante suegra y me alejé feliz de esa peligrosa pero gran conquista.

Pero antes de salir de casa pasé por el cuarto de mi mujer, que dormía placidamente, manteniendo entre sus piernas e introducido gran parte en su vagina, esa hermosa pieza de silicona con la que con toda seguridad, también había gozado durante la noche mientras yo fornicaba apasionadamente a su rica madrecita.

No se pierda la segunda parte de este relato le pondrá a mil.

Adios George.

Me case con mi Suegra .... Parte 2

Eran pasada las diez de la mañana y Victoria aún no aparecía con el desayuno para la convaleciente Virginia, cosa que extrañó a esta, pues todos los días se levantaba muy temprano y entre las ocho y las nueve llegaba con una surtida bandeja, tomando el desayuno junto a su hija. Esta al no sentir ningún ruido, tocó con un objeto la pared que dividía sus alcobas y le llamó en voz alta, al segundo intento escuchó la respuesta de Victoria que le prometía estar en un instante con ella.

Al poco rato apareció algo nerviosa ante su hija, con la bandeja pidiendo las disculpas por su atraso: Hay, mi amor – dijo --- mientras se acomodaba a su lado, haciendo lo mismo con la bandeja. --- He pasado una noche pésima, me tuve que levantar varias veces con un dolor como vesicular terrible y sólo gracias a mis remedios vine a conciliar el sueño muy de madrugada.

¡Ah sí, pobrecilla ¡ --- Se te nota en el rostro – Manifestó Virginia --- ¿Y qué te habrá caído mal?

Hay, no sé mi amor, pero no te preocupes pues ya me siento bien – respondió su madre acariciando el rostro de su hija.

¿ Y tú como dormiste? – Pregunto ahora mucho más tranquila.

¡Uf! --- Dormí regio, ni sentí a George cuando se pasó a despedir.

¿Entonces funcionó bien tú consolador ? ---Dijo sonriendo maliciosamente Victoria.

¿Y qué sabes tú, si lo usé o no?

Bueno – respondió su madre – Porque cuando vine a buscar la leche para tú marido, te pase a ver y te encontré dormida, destapada y con el aparato metido al fondo de tú vagina, incluso te lo quise quitar, pero entre sueños te rehusaste y te vi que involuntariamente llevabas tu mano sobre él y te continuabas moviendo sin abrir tus ojos, te observé que lo disfrutaba de tal forma, por lo que me limité a taparte y me marché sin hacer ruidos. Ahora dime ¿ Cómo estuvo eso?

¡Uy¡ -- increíble, lo necesitaba tanto, con lo caliente que me dejaste con esa historia de los muchachos, que me imaginaba haciéndolo con ellos y durante la noche continué en mis sueños teniendo fantasías.--- ¡ Qué delicia mujer, qué delicia ¡!—repetía una y otra vez Virginia --- para después preguntar a su madre: ¿ ¿Supongo que con tus malestares no pasó nada contigo? -- ¿ O sí?

No, si los malestares vinieron después – se apresuró a decir --- la pícara Victoria.

¿ Y con cual probaste?

¿ Con cual te imaginas tú?

¿No me digas que te gusto el similar al de George? ¡Mamá!

Lo bautice como mi "Geor".—Respondió Victoria.

O sea – dijo con espanto Virginia – Tuviste fantasías con mi marido toda la noche.

¿ Y que querías?--- Si tú misma me dijiste que el aparato era igual al de tu marido, con quién iba a fantasear si no con él. Y te diré que se portó tremendo y muy amoroso.

¡Mi Dios! Qué descarada eres madre, si no te conociera como te conozco, diría que lo único que andas buscando con tu jueguito es que te agarre mi marido y te baje todas esas calenturas que tienes dentro de tu cuerpo, con ese respetable miembro que tiene.

Tu bien sabes que les tengo verdadero terror a los penes grandes pues tu padre no era de los bien dotados y no quisiera ni pensar que algo me pueda pasar con tu marido y menos con lo celosa que debes ser tu.

¡Celosa yo ¡ --- dijo asombrada Virginia --- Con cualquiera otra mujer menos contigo madrecita, sabes que todos los días te compadezco por estar tan sola, con ese cuerpo y con lo rico que es hacer el amor ,no sabes como desearía que tu también tuvieras un hombre que te llene de placeres y te haga fundir a "cachas", no te imaginas lo que me haría feliz ---y a propósito madrecita,---- permíteme que te quiera confesar una cosa.

De que se trata querida.--- preguntó Victoria --- mostrando un vivo interés por lo que su hija pudiera decirle.

He soñado viéndote hacerlo con George, y no te imaginas lo que disfruté con ese sueño.

Pero mi amor, eso es sólo un sueño que dicta mucho de la realidad y la realidad pasa por tres persona, la una, es que tu lo aceptes, la dos es que yo lo admita y la tres, es que George esté de acuerdo con las fantasías de su mujercita ---- Ahora yo te pregunto ---- ¿ Tú lo aceptarías?

No sabes cuanto me gustaría verte en acción con él mamá.

¿Verdad que eso te gustaría? ----- murmuró Victoria

No sólo me gustaría, si no también lo deseo madrecita, ese cuerpo tuyo necesita que lo estremezcan de placer y tu tienes un hambre de sexo que se te nota, claro que siempre y cuando tú estés de acuerdo.

Si tu lo has pensado bien y crees que no te va a afectar y George no me rechaza, estoy dispuesta a complacerte en lo que tu desees mi pequeña.

¡Oh Madre¡--- Sabía que no te negarías a mis deseos y mi George se va a sentir muy feliz con las dos.

Al día siguiente dieron el alta a Virginia y cuando llegue a casa ambas mujeres recién venían llegando después de haber salido a visitar tiendas y comprar algunas lencerías. Aprovechando que mi mujer se metió al cuarto de baño, logré abordar a su madre que la encontré mas llamativa y sexy que nunca, hacía dos días que no teníamos sexo y la deseaba más que a mi propia mujer. La bese y acaricié por completo a lo que ella respondía con cierto nerviosismo, una de mis manos invadían su sexo, cuando me dijo al oído.

Detente George, que tendremos tiempo de hacerlo, Virginia me pidió que comparta la cama con ustedes dos ya que me ha confesado que quiere vernos en acción.

No te puedo creer, eso es maravilloso, me meto a la ducha mientras tu prepara unos tragos que esto debemos celebrarlo – dije a mi suegra loco de contento.

Mientras me daba un baño reconfortante, no podía dejar de pensar en lo que se me venía encima, mi buen miembro lo tenía duro como un bastón de béisbol.

Yo conocía a mi mujer y sabía que por tener sexo y disfrutarlo podía renunciar a mil otras cosas, jamás e sido celoso con ella y trato de complacerla en todas sus fantasías, aunque en ello lleve las de perder, como tampoco lo es ella conmigo, por lo que nuestra filosofía de vida es que seamos felices a nuestra manera y como muestra y sin avergonzarme le puedo afirmar que, a poco de habernos casado, no te bastaba sólo conmigo a pesar de tener un potente pene, sus fantasías y sueños eran hacerlo con dos hombres a la vez. Invitamos a nuestra cama al muchacho que nos cortaba el césped y no se cuanto tiempo lo teníamos con nosotros fines de semanas completos. Se aburrió con él y después vino el policía fornido ése que por evitar que le llevaran detenida por el accidente con un tipo ebrio, le pago metiéndose a la cama con él y yo se lo celebraba. Después Pinck, ese hermoso perro adiestrado para tener sexo con mujeres y que ahora lo tenemos en nuestra casa del Lago, con nuestra cuidadora, animal este a quién tenía a disposición las veinticuatro horas del día y que se la montaba tarde, mañana y noche.... bueno y ahora le confiesa a su madre, que desea fuertemente participar conmigo y con ella en nuestra cama. ¿Y quién soy yo para negarme a complacerla si esa es nuestra felicidad?.

Esa noche el ambiente reinante y los tragos nos ayudaron a realizar esta hermosa fantasía que se inicio como una cosa tan normal, que a pesar que yo sospechaba que algo tramaban madre e hija, no me percaté hasta no estar envuelto en la trama que me habían preparado.

Ellas simularon que se iban a dormir cada una a sus cuartos, mientras yo me retrase por unos momentos ubicando unos elementos que debía enviar a la oficina al día siguiente que por ser sábado no lo trabajaba. Al llegar a mi alcoba donde me esperaba Virginia, esta se encontraba a oscuras, escuchando su voz que me decía: No enciendas la luz querido, desnúdate y ven a la cama que esta noche lo quiero hacer a oscuras.

No vacile en cumplir lo pedido y cuando estuve listo me metí a la cama. El cuerpo desnudo de Victoria, mi querida suegra me envolvió de sexualidad y calentura, pero simulando que era mi propia mujer que me esperaba yo solo atinaba a decirle " ¡ Oh Virginia ¡ --- al fin otra vez mi amor --- mientras recorría todas sus formas armoniosas y deseables, ella nada decía, fuera de sus gemidos iniciales que me indicaban que también estaba deseosa de hacer el amor. A los pocos minutos y cuando ya tomaba ubicación entre sus piernas para proceder a penetrarla con ganas, se encendió la luz y pude ver a Virginia debajo de la cama, cubierta con un transparente camisón, mi pene imponente latía fuertemente de puros deseos.

¡ Sorpresa ¡ --- Nos grito malévolamente Virginia.

¡ Oh ¡ --- ¿Que es esto por favor Virginia? ---- exclamé yo haciéndome el sorprendido.

Esa noche me faltó pene para darles duro a las dos, Virginia estaba fascinada con la participación de su madrecita y lo bien que lo había tomado yo (Era que no ). En mi primer encuentro con su madre, en su presencia, Virginia tuvo una participación espectacular, ella misma se preocupó que Victoria estuviera preparada cual novia en su noche de bodas, para recibirme en su ardiente intimidad, notaba la calentura de ambas mientras mi mujer tomaba mi duro pene y lo restregaba en el sexo de su caliente madre que gemía de placer por tenerlo todo dentro de ella, para llenarlo de placer y gozo como ya me lo había demostrado en noches anteriores, pero que ante su hija, se convertía en nuestro primer encuentro. Vi a mi mujer, abrir con sus propias manos los labios vaginales de su caliente madrecita y tomarme el pene apuntando a su entrada, mientras llenaba de lujuria los oídos de mamá que ahora ya pedía y suplicaba que la penetrara con todas mis ansias de macho ardiente.

Así lo hice y no puedo describir lo que sentí al ir invadiendo con mi grueso pene el estrecho y ardiente sexo de mi suegra. Virginia no se perdía detalles de las fuertes penetraciones de que era objeto su caliente madrecita. Yo sentía la acción de su boca y lengua en la misma entrada vaginal de su mamá absorbiendo los jugos producidos por esa tremenda fornicación, después casi descontrolada de caliente, la vi ubicarse sobre el rostro de Victoria, suplicando para que esta le metiera su lengua en su sexo, mientras se tomaba de mi abrazándome y besándome con inusitada calentura, mientras yo continuaba el mete y saca a su madre que sin dilación la vi saborear la vagina y clítoris de su propia hija, en una situación jamás soñada por mi. Este cuadro nos llevó a los tres a sentir que nuestros orgasmos fueran tan sensacionales e irreproducibles.

Esa noche me monte a dos hembras con una tremenda capacidad de producir placer y bienestar, entre ambas estrujaron toda ni capacidad de producir semen, todo se los entregue a mis dos grandes amores, madre e hija. Ahora ellas se han transformados en inseparables amigas y amantes. Con ellas he pasado momentos alucinantes, me tienen como su ídolo, nada me niegan y se esmeran por hacerme gozar al máximo. Dormimos los tres en la misma cama y nuestras relaciones se han transformado en algo de lo mas cotidiano y sin ningún roce o mal entendido, me siento como tocado por una "varita mágica" veo con asombro que Virginia, a veces se nos duerme después de un par de orgasmos, mientras con Victoria continuamos fornicando de lo lindo. O en más de alguna ocasión soy yo quien llega cansado pidiéndoles a ellas postergar nuestra acción hasta el día siguiente, simulo quedarme dormido y las siento como entre las dos se entregan a unas sesiones de lesbianismo, que de puro caliente me veo obligado a intervenir. Ella ya se ha quedado a convivir con nosotros y eso nos tiene felices, claro que también ha debido viajar a ver su casa, pero a los pocos días la tenemos de vuelta y con nuevos bríos. Ambos la echamos de menos muy pronto.... es que es tan buena en la cama como fuera de ella. Yo no me explico porque tantos varones se quejan de sus suegras, cuando la mía es una maravilla, que de solo tenerla a mi lado, me produce unas fuertes erecciones y reconozco que a veces me falta miembro para dejar contentas a las dos.

Adiós........ George