Me baño.. me vaceo

Mi madre y su trasero.

ME BAÑO, ME VACEO.

Mi madre tiene un culo delicioso. Ella lo sabe y lo cuida. La he visto como se lo levanta un poquito y se lo mira en el espejo. Ella quiere tenerlo más paradito, pero a mí me gusta así, con sus nalgas pegaditas, duritas, algo grandecito y caderas de ensueño.

Yo he gozado de ese culito. Primero viéndolo, luego tocándolo. Finalmente derramándome en semen con su trasero. La amo. Ella lo sabe, pero prefiere el silencio.

Tengo 19 años y ella 40. Soy de casi siete pies y ella de cinco. Parece una niña a mi lado. Ese es nuestro juego. Una noche estábamos solos, ella se metió en la ducha y cantaba sonriendo, yo veía la tele, pero pensaba en su cuerpo. Ella necesitó la toalla, se la llevé lleno de deseo. Estaba linda, como adoro su cuerpo, ella me puso un seno en la ceja, me dijo "sécame que muero de frío". La sequé todita, acariciando su cuerpo.

No era secreto, nuestro juego llevaba ya tiempo. La espiaba dormida, la masajeaba entre sueños. Masajes que fueron caricias, suspiros de ella que eran petitorios de más placer. Al comienzo semivestida, luego casi desnuda. Primero la espalda o una pierna, luego sus nalgas, sus senos. Ella quería, yo quería.

Ya seca me sugirió que también me dé un baño, me prometió una buena enjabonada. Yo la verdad moría de frío, pero insistió y se encendió el deseo. Ella que me buscaba y no me buscaba, yo que pedía y no pedía. Vio mi desnudez, no como siempre sino como algo nuevo. Ella fresca, con casi nada sobre el cuerpo. Mi pene se levanta, no hay secreto, ella lo enjabona, lo mima, y termina dándole un beso.

La amo. Me ama. Me chorreo en sus labios, ella pide tenerme dentro. Le digo que deseo su culito, me dice que no es secreto. Se lo levanta, y paraditos le meto todo dentro. Es mía. Mi madre jadea conmigo dentro. Sus tetas me piden manoseo, le doy eso y sus labios beso.

Duro poco, ella me dice que no me moje dentro. Da un quiebre de caderas y retira mi miembro. Yo me vaceo, mitad afuera, mitad adentro. La cojo de las caderas, mi semen las blanquea sin remedio. Lindas las caderas que inician su trasero. La quiero.

Vuelve a bañarse, pero con más recelo. No estaba preparada para este acontecimiento. Pero sabe que su culo ya tiene dueño, y sonríe en secreto. Yo me escapo en vergüenza, qué rico la gocé, pero no debo.

La amo. Su culo es mío, ella es mi deseo. Ahora me baño a diario, y siempre derramo los huevos. Ahora ella está preparada, ahora me chorreo dentro. Aunque su regla no llega y tememos que su vientre tiene visita dentro.