MCP V: A plena vista
La primera competición de natación está a la vuelta de la esquina. Y dentro de los equipos cada uno aprovecha su tiempo en la piscina de diferente manera para perder los nervios, incluso aunque pueda haber más gente delante
Tras su casi pelea el pasado sábado David ha intentado pasar desaparecibido. No le ha costado demasiado, parece seguir siendo invisible para la mayoría incluídos los entrenadores. Héctor por su parte es de los pocos que se ha fijado de verdad en él. Ambos deciden, por separado, quedarse a nadar después de los entrenamientos normales, aunque con ideas muy distintas en mente sobre como enfocarlo. Sobre todo, qué se puede hacer en la piscina y qué no.****
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Héctor
El móvil me vibró con fuerza mientras caminaba hacia los vestuarios para el entrenamiento del miércoles por la tarde. Lo saqué sin prestar demasiado atención, intuyendo lo que podía ser… Y efectivamente, un correo del primer entrenador, con un asunto que no dejaba mucho lugar a dudas: Asignaciones de competiciones - Octubre.
La rueda ya empezaba a girar de nuevo. En mi caso no había mucho misterio, las marcas de tiempo que se hicieron desde enero hasta el Campeonato de España en verano eran las que marcaban en que competiciones podías participar en esta primera tanda. Pasar el corte de las menores era sencillo, como la Liga de Invierno, pero los campeonatos era otra cosa… Y con mis mejores marcas de verano me iba a tocar… Sí, hay estaba
El campeonato de Zaragoza el primer finde de octubre, en 400 estilos y 200 para braza y espalda. Bien, habría que ir a por todas. Quedaban 2 semanas
Ahora empezaba lo bueno
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David
Sería el primer finde de octubre. Primer torneo de la Liga de Invierno. Y ahí estaba mi nombre. Junto a un buen puñado de nadadores del Martín Carranza-Pío. Busqué con la mirada, reconociendo a mis amigos: Enrique se quedaba junto con la gente de la Escuela en Madrid para la Liga… Todos excepto Mateo, que le mandaban ese mismo fin de semana a Zaragoza, al primer campeonato, para nadar en 400… Al igual que Fran, que estaba inscrito para los 400 y los 1500.
Y por primera vez fui consciente de lo atrás que estaba en cuanto a nivel
Algo resignado fui a mi calle en el fondo. Al pasar el primer entrenador me hizo un gesto y preguntó si había visto la asignación. Asentí y le aseguré que me esforzaría. Por su parte me dijo que me tendría puesto un ojo encima, para ver que tal estaba para la primera competición.
No tuve oportunidad de hablar con Mateo, que se había metido ya con el chico gallego en la calle central. Ni con Fran, que nadaba en la otra piscina olímpica también en el centro, solo que en la de al lado.
Una piscina olímpica estaba formada por diez calles para los entrenamientos, de las que en competición se usaban ocho. Y, de la misma manera que en las competiciones, en el MCP se organizaban como las alas de un pájaro. En el centro, los más rápidos… Y de ahí desplegándose a sus lados el resto de calles, formando un gradiente de técnica y velocidad hasta que se llegaba a los extremos de la piscina: donde nadaban las personas más lentas.
En la mía, como siempre, solo nadaba yo. En el extremo derecho de la piscina
Ignoré a las personas de la calle de al lado, replicando como me ignoraban ellos a mí. Y me dispuse a esperar la señal para hacer los ejercicios del entrenador. Estaba algo distraído, pensando en las competiciones. Me sentía intranquilo pero daría lo mejor de mí, además luego había quedado con Enrique para tomar algo; y eso siempre me animaba
A puto tope, David
, me animé a mi mismo impulsandome en el agua cuando dieron la señal
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Héctor
Nadaba en una calle al lado de la central. Así que no me podía dormir en los laureles. En cuanto mis marcas empeorasen un tanto, me bajarían de nivel y eso no lo iba a permitir. Yo solo podía ir hacia arriba, era mi camino natural. Esfuerzo, trabajo y talento. No había más, esas tres cosas determinaban tu lugar dentro del Carranza-Pío.
Una vez dejabas la Escuela Deportiva atrás las cosas cambiaban bastante, como seguro que ya estarían viendo los novatos… Absoluto y Junior tenían sus diferencias, pero la base era la misma: una decidida estructura piramidal. Y eso te daba espacio para jugar
Estaba caliente, la verdad. Desde el sábado pasado no había podido follar, y como siempre Lau no ayudaba al asunto. El sexo era sexo, nada más. Negarse a ello era como negar una parte de uno mismo, sobre todo si se hacía por el miedo… Nadie debería actuar dominado por el miedo. Era una debilidad. Y en eso Lau era débil
Conforme fui avanzando por la piscina en los diferentes ejercicios me fui calentando cada vez más. Porque no paraba de darle vueltas al insidioso cosquilleo que sentía en la base de la polla, deseando poder meterla en algún lugar caliente… Pero aún así mantuve el foco. El primer entrenador estaba cerca, como siempre más centrado en las calles centrales que en la de los laterales, que apenas si les prestaba atención… Pero eso implicaba que estaba muy atento a cómo nadábamos los rápidos.
Estar en la cima tenía su precio
Pero también tenía sus ventajas
En cuanto acabé el entrenamiento, tras hacer un simulacro de 1500, me quedé remoloneando en el agua. Esperando a que se vaciara todo un poco. Varios me preguntaron de ir a tomar algo, pero lo desestimé. Tenía otras ideas en mente
Con calma comencé a nadar hacia la calle de los lentos de Absoluto
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David
-Tío no me jodas, habíamos quedado- me crucé de brazos en mitad del hall- No te me puedes rajar ahora-
Enrique, mi amigo, basculó el peso de un pie a otro incómodo. Se pasó la mano por la nuca, intranquilo. Que mal se le daba mentir, la verdad. Y al final acabó cediendo
-Vale, es que me han propuesto los de mi calle ir a tomar algo y bueno…- se mordió el labio- Ya sabes, ahora somos compañeros y…-
Suspiré
-Anda vete, vete a hacer amigos- entrecerré los ojos- Me debes una cachimba al menos-
Enrique sonrió ampliamente
-Donde el moro, ya sabes- me dio un corto abrazo- Hablamos para el domingo-
-Ya ya…- dije sin demasiadas ganas, despidiendo a mi amigo para ver como se sumaba al grupo de chicos de su calle, una de las centrales
Mi plan a la mierda. Llevaba varios días sin poder cerrar nada con mis antiguos compañeros. Me estaba cansando de esto. Y lo peor es que si quería salir con mis amigos de toda la vida tenía que volver de nuevo volver a casa, a más de una hora con varios transbordos. Que puto asco todo… Encima Fran había salido hace un rato con sus compañeros de Absoluto, así que ni un triste polvo me quedaba como consolación.
Pero yo a casa no me iba a ir, aunque fuera iba a aprovechar el tiempo… ¿Haciendo qué? Mis opciones eran… Eran… Bueno, era nadar
Algo resignado tecleé un mensaje para Fran en nuestro chat, que al final no envié por amor propio:
Potrillo, me quedo a nadar más… Escríbeme si vuelves por si sigo por aquí
Yo no mendigaba atenciones
Me di la vuelta, volviendo a los vestuarios enfadado con el universo
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Héctor
Estaba sentado en el borde de la piscina, viendo a mi amigo nadar. Guille era lento. De hecho de los más lentos de Absoluto… Pero me ponía a mil. Y esa era la razón de estarle dirigiendo el entrenamiento extra esa tardd. La verdad es que era gracioso, porque tendía a olvidar lo nervioso que me ponía el verle nadar sin éxito.
Guille era fuerte. De hecho era muy fuerte. Espalda ancha, brazos fornidos, mandíbula cuadrada y un pelo rapado que intimidaba si no le conocías de antes. Tenía mucha potencia explosiva, y en las salidas era como un cohete. El problema era todo lo demás.
Su técnica era basta, oponía demasiada resistencia al agua y no pillaba los ritmos… Y eso hacía que su cuerpo, por muy recio que fuera, consumiera oxígeno de forma exponencial. En largas distancias se ahogaba, como en 800 o 1500, y en cortas daba igual porque él mismo se restaba velocidad por todos lados
Acabó el largo y se paró a mi lado en la piscina, jadeando. Me miró de reojo, expectante y esperando veredicto. Con su boca de labios carnosos y algo blanquecinos entreabierta, de lado y dándome el masculino perfil de su rostro.
Estábamos casi solos, aunque como siempre se habían quedado varios de los lentos a nadar y seguir practicando. Sobre todo en Junior. Y, de nuevo como siempre, sin supervisión.
Los entrenadores dejaban de prestar atención una vez pitaban el final del entrenamiento, y aún así era difícil que incluso ellos les dedicaran una fracción de tiempo de lo que lo hacían a las centrales. Que remedio, el tiempo era limitado y había que tomar decisiones.
Coste de oportunidad
La palmeé la espalda. Tanto para darle ánimos como para calentarme más en el contacto con su cuerpo. De Absoluto no se había quedado casi nadie, ya resignados con los años al puesto que tantas oportunidades perdidas les habían granjeado… Por eso Guille me caía bien, no se daba por vencido… Por eso, y porque me lo iba a follar claro. Todo sumaba
Me deslicé en el agua a su lado
-Guille macho, que te lo he dicho mil veces- suspiré- En 800 y 1500 la salida y la llegada no importan, solo los largos medios- nadé a su alrededor- Volvemos a las bases, aguanta nadando-
Guille asintió, sumiso. Y mi polla dio un bote dentro de mi bañador
Le llevé hasta el centro de la piscina. Y ahí le hice nadar en el sitio. Simplemente haciendo fuerza con las piernas en círculos para mantenerse a flote, sin usar los brazos. Tardó poco en empezar a resollar, lo que me hizo poner los ojos en blanco.
Guille lo intentaba con todas sus fuerzas, pero su cuerpo no estaba hecho para esto. Mi amigo siempre había sido fuerte, se había desarrollado antes, por eso había pasado el corte de la Escuela Deportiva con facilidad. Pero luego… Luego el resto habíamos comenzado a pegar estirones y a ganar fuerza en el cuerpo, y pronto quedó claro que el recio Guille no era para estar en el agua. Tenía poca resistencia.
Su cuerpo era demasiado voluminoso, no era alargado y grácil como el que se espera de un nadador. Pegaba más en un gimnasio que en una competición de natación, sobre todo en niveles altos. Por eso era sorprendente que, por los pelos, superara el corte de Junior a Absoluto el pasado verano.
-Héctor… Estoy cans...cansado del entrenamiento- resopló- Necesito moverme-
-No- respondí tajante y empecé a nadar en círculos a su alrededor- De qué te sirve moverte, si solo usas los brazos- cerré la vuelta un poco más- Tienes que aprender a usar las piernas, tío- pasé una mano por sus hombros, que estaban tensos- Relaja el cuerpo, no intentes forzar la postura con la espalda o te harás daño-
Seguí nadando en círculos a su alrededor, sin dejarle tomar un descanso. Estaba demasiado caliente y me encantaba ver su cuerpo en el agua. Intentando mantener el ritmo.
Al respirar, su fuerte pecho se expandía y retraía como un fuelle, desesperado por oxigenar su cuerpo musculoso. Sus brazos estaban tensos de apretar los puños para forzarse a no usarlos, y sus labios carnosos expulsaban el aire en jadeos resollantes.
Era un becerro intentando escapar de un pozo
Seguí dando vueltas a su alrededor, acechándole
Su espalda era enorme. Me encantaba. Y puede que su cuerpo no estuviera hecho para la piscina, pero era un deleite ver como el agua salpicaba sus redondeados hombros y de ahí bajaba el corto tramo de su amplio trapecio hasta caer de nuevo.
Volví a dar una vuelta para colocarme de cara a él. Su rostro masculino y marcado estaba algo rojo, sufriendo por la lucha interna de no dejar transmitir todo el cansancio… Cualquiera ya hubiera jadeado y se hubiera rendido. Pero Guille no
Guille era un un carnero, un buey, un toro… Que pena que ninguno de ellos estuviera hecho para estar en el agua. A diferencia de mí, que estaba en mi elemento
Cimbreé mi esbelto cuerpo para acercarme en el agua y colocarme a su altura. Ladeé la cabeza y mis ojos pasaron por su largo cuello, tenso y con los tendones marcados.. Y de ahí a los pectorales, de pezones oscuros y erectos, expandiéndose y contrayéndose con fuerza. Me mordí el labio, y me retraje volviendo de nuevo a mis vueltas en círculo, solo que esta vez más cerca
-Respiras demasiado rápido… Así no oxigenas, hiperventilas - dije quitándome el gorro y las gafas, para verle mejor- Tu cuerpo es demasiado grande como para permitirte el lujo de no respirar lento…- me pasé la lengua por los labios a su espalda, deseando arañar esos hombros hercúleos- Ya lo hemos hablado… Inspira… Expira… Desde el diafragma, no desde el estómago- me volví a colocar a su altura, mirándole a los ojos, de un azul pálido y acerado- ¿Recuerdas el último ejercicio?- volví a nadar
Guille tensó el rostro. Esa pregunta iba con doble sentido y él lo sabía
Estreché más el círculo de mis pasadas, ya casi rozando su cuerpo
-Si… Pero no...puedo pensar… en respirar… y en nadar...-
-Para ninguna de las dos necesitas pensar, en realidad- dije, volviendo de nuevo a su espalda- Repasemos-
Me pegué desde atrás y empecé a hacer el mismo ejercicio que él, con cuidado de no estorbar sus piernas… Lo que era difícil, pero tenía su recompensa.
Miré a nuestro alrededor, en la olímpica de Absoluto ya no quedaba nadie. Y casi cien metros nos separaban del final de la piscina de Junior… Era un buen momento. Y yo ya estaba que reventaba
Pose mi mano sobre su estómago, que se contraía rítmicamente. Forcé las piernas para ganar un par de centímetros de altura
-Respira desde el diafragma- dije con calma, apenas cansado por el esfuerzo de mantener en postura a mi esbelto cuerpo- Aquí- mi mano ascendió hacia la parte baja de su duro pecho- Desde aquí, Guille-
-Yo no...no puedo- su postura flaqueó
-Si puedes… No pienses- dije y paseé mi mano por todo su pecho, pegándome a su espalda- Necesitas motivación… Aguanta o nos verán- y le dí un apretón en el pectoral de aviso
-Héctor no…- empezó pero ya era tarde
Mi mano se había metido bajo su bañador, tras pasear por todo su cuerpo, y le había agarrado la polla. Apretándosela… Estaba medio dura. Sonreí internamente, Guille también sabía hacia donde había estado yendo todo este ejercicio y se había estado excitando poco a poco
No podía evitarlo… Estaba demasiado caliente, y Guille demasiado cerca. Su cuerpo hercúleo, más hecho para machacarse fuera del agua que dentro de ella, era un imán. El hacerle entrenar había tenido como objetivo que mejorase, pero también el ver su cuerpo en acción. Tensarse, moverse, flexionarse dentro del agua. Solo para mis ojos
Sus hombros estaban frescos por el agua, pero en su pecho notaba parte del calor que debía de estar sintiendo por dentro, por todo el esfuerzo. Apoye mi frente en ellos, y pasé las yemas de los dedos resiguiendo el camino de varias de las fibras nudosas de su cuello hasta los dorsales, siguiendo hasta los glúteos duros por seguir intentando mantenerse a flote mientras le metía mano.
-Héctor, que nos van a ver- susurró por lo bajo, moviendo su espalda incómodo- Quítate-
-Nos verán si paras de nadar- le mordí un poco el hombro- Si sigues moviendo el agua nadie se va a dar cuenta, estamos solos en el centro-
Apreté sus huevos, haciendo que su bañador bajara y dejara su culo descubierto
-No puedo...aguantar mucho… más- resolló, y esta vez empezó a usar los brazos para mantener la postura, y no se bien si lo hizo para eso o solo para enturbiar más el agua con ondas, pero tanto daba
Le descapullé con lentitud, pegándome del todo a él. Mirando a mi alrededor de tanto en tanto para asegurarme que no se acercaba nadie
Sólo estaban los de Junior, con sus ejercicios simples en la piscina a bastantes metros de distancia. Imposible que se dieran cuenta a menos que uno saliera de la piscina y se acercara a nuestro borde… Y eso nunca lo harían
Había reglas, ocultas pero latentes
Mi mano se paseó por la polla erecta de Guille. Que seguía con todo el cuerpo tenso y duro, por la situación y el esfuerzo de mantenerse a flote. Mi pulgar acarició su glande, estimulandolo bajo el agua, excitándole.
Empecé lento. Para que se relajara. Para que se dejara ir al placer. Al sexo. Para que no pensara, ni ponderara donde estaba o lo que planeaba que hiciéramos. Que se olvidara de todo y de todos, que se centrara en mi. Lo único que importaba. Lo único que siempre importaba.
Su polla era suave bajo el agua, caliente pero a la vez atemperada. Haciendo que el agua de alrededor absorbiera gran parte del calor. Dejando solo humedad y el roce de nuestras pieles templadas. Haciendo todo mucho más real que de haber sentido ese ardor. Porque no había sofocos, si no un decidido esfuerzo por mi parte por excitarle. Sin sutilezas, sin juegos, sin medias tintas.
Era sexo. Solo sexo. Nada más existía. Él y yo solo éramos una extensión de ello
Deseaba hacerle tantas cosas. Tantas, tantas pero tantas cosas. Deseaba estar en una cama, en las duchas, en el vestuario, en los sótanos, en las escaleras, en uno de los cuartos, en uno de los hoteles de las competiciones, en una de las fiestas de después… En todos esos sitios. Poseerle en todos ellos. Entregarme al sexo. Mezclando recuerdos antiguos y fantasías nuevas mientras seguía recorriendo su cuerpo con caricias a la par que le seguía masturbando con delicadeza. Calmando a un animal asustado
Mi otra mano se volvió a pasear por su pecho, buscando sus pezones para rozarlos, como sabía que le gustaba. Guille se estiró, pegándose y restregándose sin querer contra mí, bajando el ritmo de sus piernas, que ya no controlaba conscientemente. Amenzando con hundirnos si yo no hubiera seguido manteniendo la postura con tanta maestría.
Comencé a masturbarle con fuerza, casi con violencia ahora. No pudiendo controlar ya lo que de verdad me excitaba… Y a lo que Guille estaba ya acostumbrado.
-Héctor…- empezó, pero enseguida tuvo que parar para poder seguir respirando, ladeando la cabeza, rendido
Sumiso
-Has nadado bien Guille, vas mejorando- le dije para animarle- Te mereces una recompensa- me pasé la lengua por los labios
Sus muslos eran increíbles, los sentía cada vez que retraía de golpe su polla en cada bajada. Tensos como columnas, una urdimbre de tendones prietos. Unas piernas tan potentes y tan mal aprovechadas en el agua al nadar… Pero que hacían gravitar mi deseo en torno a ellas, deseando asediarle por todos lados.
Me encaramé a él cargando mi peso en su fuerte espalda
Trabé su bañador por las rodillas, restringiendo sus movimientos. Y me bajé el mío propio, para pasear mi polla por su culo. Y eso sí que le hizo tensarse
-Aquí no Héctor… La gente…-
-Ruido de fondo, grandullón… Son ruido de fondo- paseé mi lengua por su oído en una rápida pasada- Confía en mí-
Y a eso se reducía todo… A confianza y control. A sumisión. A entender tú lugar en el mundo. En la pirámide. Entrecerré los ojos. Paseando mi polla erecta por sus duros glúteos, contraídos. Seguía masturbándole con fuerza, apretando su polla de forma rítmica. Al compás de las palpitaciones de su fuerte corazón, que sentía en la palma de mi mano contra su pectoral y en las venas de su polla, hinchadas por mis atenciones.
-No...puedo más…- y la postura de Guille comenzó a flaquear peligrosamente, haciéndome separar para ayudarle con mis propias patadas enérgicas, pero su fornido cuerpo pesaba demasiado
Mi mano dejó su polla que cabeceó libre bajo el agua. Cortando la paja. Pero no me iba a rendir así, le empujé hacia la corchera central, haciendo que se agarrara. Y mi mano aprisionó su brazo para ganar estabilidad, pegando mi cuerpo al suyo.
Ahora, desde el lado de su cuerpo, comencé a masturbarle de nuevo
-Hasta que te corras Guille- le dije en voz baja- Y ahora sí que nos pueden ver- sonreí, ladino
Guille extendió el otro brazo sobre la corchera, echando la cabeza hacia atrás tras quitarse el gorro y las gafas. Dejando su cabeza de pelo rapado al aire y retraída, como si se estuviera relajando en algún jacuzzi. Demasiado cansado y cachondo como para importarle nada más.
Dejó escapar el aire entre sus carnosos labios, abandonado al vicio del peligro
Relajado su cuerpo ahora sus piernas se estiraron, y su pecho disminuyó un tanto su respiración. Con sus oscuros pezones justo en la línea del agua, duros y erectos. Las voces seguían de fondo, tal y como le había dicho a Guille, simplemente ruido de fondo… Pero estaban ahí, y ahora que el agua se había calmado, cualquier que quisera prestar atención en esas casi vacías piscinas se podría dar cuenta de lo que estaba pasando
Algo deliciosamente peligroso y turbador
El brazo flexionado de Guille, que le mantenía sujeto a la corchera, era una tentación. Estaba rodeando con mi mano su bíceps para asirme, apretando fuerte, tanto que los dedos se me ponían blancos y aún así era incapaz de abollar su dura superficie, era increíble.
Todo su cuerpo me pedía a gritos que me lo follara allí mismo, en mitad de la piscina, sin importarme nada más. Que mordiera sus labios carnosos, que atenazara sus fuertes hombros, que amasara sus pectorales y que no dejara escapar sus caderas; aprisionadas por mis manos hambrientas de su cuerpo hasta que me corriera dentro, marcándole como mío. Como solo mío.
Guille dejó caer la cabeza para mirarme con sus ojos acerados entrecerrados, totalmente sumiso. Se mordió el labio. Pero no nos íbamos a besar. No ahí. Luego, en las duchas, tendríamos tiempo para más atenciones… Pero me estaba escalando el calor por el pecho, concretamente desde la polla que tenía aún liberada de su bañador y cabeceando deseando correrse
Me coloqué delante de él, apretándole las piernas entorno a las caderas. Hice que nuestros ojos quedaran a la misma altura
-Hazme una paja, Guille- me incliné como para darle un beso y me volví a retirar- Venga, que esto ya sí que llama la atención … Tenemos que ser rápidos-
Guille hundió una de sus grandes manos y agarró mi polla, algo más larga y esbelta que la suya propia, de tamaño medio ambas. Y comenzó a masturbarme lentamente, frustrándome. Yo mismo le estaba haciendo una paja fuerte y enérgica, y esperaba eso mismo a cambio. Eso era lo que me gustaba. Velocidad, alta intensidad, potencia. Pero bueno, daba igual, estaba tan salido ahora mismo que me correría con un simple roce
Me pegué del todo a él y lancé mis dos manos a su polla, una apretándole los huevos y la otra mastúrbándole al revés, haciendo que la muñeca me doliera un poco pero a cambio poder seguir con esa velocidad endiablada que llevaba. Guille se intentó alzar para besarme, pero le quité el rostro y aumenté el ritmo. Mi amigo me rodeó la cintura con el otro brazo, siguiendo en su plan de la paja lenta, y los dos nos hundimos, hasta el cuello, solo sujetos a la corchera por la nuca de Guille, con su cabeza reclinada
Me tumbé sobre su cuerpo, disfrutando del curioso tacto fresco de su piel y sus músculos por el agua clorada. Aumentando el ritmo de la paja, haciendo que aspirara entre los dientes… Guille seguía con los ojos entrecerrados, totalmente vencido.
-!Héctor¡- se oyó de fondo, desde la zona de los entrenadores
Los dos nos tensamos. Guille paró, pero yo no. Volví a escuchar mi nombre, esta vez más cerca. Uno de los dos entrenadores me estaba llamando y se estaba acercando.
-Tenemos que parar-
-Como pares te mato- dije jadeando, pajeándole a más velocidad- Hay que aguantar hasta que lo tengamos encima- me mordí el labio inferior, sonriendo como un chico travieso
Guille empezó a masturbarme, ahora sí, con fuerza, en una carrera a contrarreloj para que acabara. Porque sabía que iba en serio. Yo no bromeaba con estas cosas.
Se estaba acercando, lentamente, paso a paso, cada vez más cerca. Y ni siquiera tendría que llegar a nuestra altura, en cuanto se acercara al borde del inicio de las calles ya nos vería enteros.
Mi amigo empezó a hiperventilar, cada vez más tenso y nervioso, hinchando su amplio pecho. Yo estaba encantado con esa nueva sensación, y claro, con notar el cuerpo de Guille en plena acción, debajo de mí. Me iba a correr. Ahora sí, ahora sí. Y por la forma de mover las caderas de Guille, a él también le estaba encendiendo ese morbo tanto como a mí
-Acaba de llegar...al borde- jadeó Guille, que había estado más pendiente
Cerró del todo los ojos y dejó de reclinar la cabeza para sujetarse a la corchera. Hundiéndonos en el agua.
Durante dos segundos estuvimos cayendo hacia el fondo, sin parar de masturbarnos el uno al otro a ritmo frenético. Y ahora, bajo el agua, todo fue a la vez más claro e irreral. Claro, porque ahora podía ver todo su cuerpo que antes se distorsionaba por las ondas del movimiento, e irreal porque la luz de la tarde, ya muy avanzada, cubría todo de un azul pálido y cambiante al penetrar en el agua.
Paré de mastubarle
Me encogí de hombros, poniéndome un dedo en los labios como si le pidiera guardar un secreto. Luego nadé enérgicamente hasta el fondo, serpenteando por él hasta alcanzar el murete. Aproveché para subirme el bañador y salí al borde, justo delante del segundo entrenador. Me apoyé de codos y me pegué al muro, para que no se notara mi tremenda erección. Le miré interrogante, poniendo mi mejor cara de poker
El segundo entrenador se inclinó y me preguntó si no le había oído. Me encogí de hombros a la vez que salía Guille, pegándose al muro igual que yo
El entrenador ni le miró
Al parecer quería hablar con la gente que iba a ir a Zaragoza, y había aprovechado que estaba allí para decírmelo y que de paso avisara al resto de Absoluto que iría. Una tontería sobre un sistema de entrenamiento personalizado, estaba acostumbrado a eso ya
En realidad estaba pendiente de mi corazón que me latía a mil por hora por todo lo anterior
Al irse suspiré dando un codazo a Guille mientras me reía, que tampoco pudo evitar sonreír un poco
-Tenemos que acabar esto en las duchas-
-
David
Me sorprendió ver que había gente que seguía nadando. Eran pocos y de Junior, por lo que ocupaban su piscina. En la otra de Absoluto había dos chicos nadando en el centro, pero demasiado lejos como para si quiera distinguir quienes eran.
Los de Junior me miraron algo raro cuando entré de nuevo, pero no esperaba encontrarlos allí la verdad. Así que fui directo a mi calle, la última, que por suerte no estaba ocupada. Sin pensar demasiado me lancé a nadar, centrado en lo mío y replicando los ejercicios de antes para entrar en calor
Iba meditando cada ciclo, forzándome a ir más lento de lo que solía, para asimilar cada movimiento, como no se cansaba de decirme Fran
Primero nada lento y bien, y luego podrás hacerlo rápido… Paso a paso
Fui matando los largos, centrado en mi y poco a poco empecé a introducir variaciones a los ejercicios. Haciéndolos más complejos, forzándome a usar menos los brazos y más las piernas; utilizando más patadas que brazadas, forzando el arco del hombro para compensar el menor ritmo de impulsos con mayor fuerza en cada uno… Controlando la entrada en el agua, intentando buscar siempre la menor resistencia.
Tal y como me había enseñado Fran
Y así fui evolucionando, sin parar, hasta que solamente hice los ejercicios avanzados, no los básicos que nos mandaba el entrenador estos días. Estaba resollando internamente pero me forcé a nadar… Total, no iba a molestar a nadie. Tenía la calle para mi solo
Solo
La verdad es que, siendo sinceros, me había jodido lo de Enrique. No era la primera vez que un plan se cancelaba ni era la primera vez que él o yo habíamos tenido que hacerlo con poca antelación… Pero ahora… Ahora yo no tenía otro plan. Creo que era la primera vez en mi vida que me pasaba. Y me parecía increíble… Los equipos tomando algo y yo aquí, sin siquiera un triste acompañante que me sirviera de consuelo
Y claro, si todos estaban allí era que… Bueno, no todos… No todos. Estaban esos chicos allí nadando. Forcé la memoria mientras exigía más a los brazos, que ya me quemaban por el esfuerzo. Me sonaban… Me sonaban… Pero no sé de qué. En una de las vueltas de los largos paré algo más y vi a un par de chicos mirarme desde una corchera, mientras hablaban entre ellos en vez de nadar
¿Es que era un puto mono de feria ahora?
Estaba reventado, pero yo no iba a ser aquí el entretenimiento de nadie. Me sonaban de algo esos chicos, los reconocía de Junior, pero encima no me iban a hacer sentir incómodo por nadar en mi calle… Por muy en el extremo que estuviera
Seguí nadando, uno de los chicos pareció cansarse por lo que pude ver entre brazada y brazada, pero otro comenzó a nadar a mi par. Intentando igualarme e imitar mis ejercicios en el agua, casi como una burla
Chaval, a mi no se me vacila
, pensé apretando los dientes
Forcé el ritmo, ya sintiendo que me estaba cabreando y solo empujado por el orgullo. Debería haber parado hace cinco o seis largos, y más con los movimientos complejos de Fran que forzaban el músculo de los hombros y la espalda, consumiendo oxígeno y fatigándome de forma exponencial… Pero a mi no me iba a ganar
Le fui dejando atrás conforme pasaban los largos, y notaba que se esforzaba en seguir el ritmo. Atento a mis movimientos en el agua. Pero al final desistió con un fuerte manotazo, dándose la vuelta para volver desde la mitad de la calle. Yo suspiré aliviado, forzando la última vuelta
Paré al inicio de la calle. Jadeando y agarrándome con fuerza al borde, asido a la corchera estaba el chico que se había quitado las gafas y me miraba atento
Me giré para encararle, enfadado, pero habló el primero, descolocándome
-¿Dónde has aprendido eso?- me dijo, se había quitado las gafas y me había hablado en voz baja- Esos ejercicios-
-Yo...Bueno, los sé- dije intentando que no se me notara el jadeo- ¿Te gustan? Porque no has parado… de seguirme-
El chico asintió pensativo, y miró a su alrededor para cerciorarse que estuviéramos solos
-Intenté seguirte… Pero no pude- se apoyó más en la corchera y por primera vez me di cuenta de que él estaba casi desfallecido- No pensaba que aguantaras tanto… No dijeron eso-
Debía tener mi edad pero no me sonaba. Parecía de los nuevos fichados. Y la verdad es que era la primera vez que alguien que no fuera ex compañero de Escuela se acercaba a hablarme. Me animé con ese pensamiento.
-Pues mira… Aquí estoy- suspiré cansado-¿Quién dice qué?-
-El resto- dijo encogiéndose de hombros- Por ser del grupo de entrenamiento-
Apreté los dientes tragándome la respuesta cortante que mi orgullo herido exigía. Estaba por fin haciendo una especie de amigo nuevo, había que aprovecharlo. Pero una figura surgió del agua, creo que era el otro chico con el que había estado hablando, cortando la conversación.
-Miguel, a nadar, te quedan varios largos- el nuevo me miró de forma casi hiriente, como si fuera una especie de medusa que flotara en el agua- Y no te distraigas-
El tal Miguel pareció incómodo, pero volvió a nadar de nuevo en su sencillo ejercicio. El otro chico se dió la vuelta y se fue, pero siguió lanzándome miradas furiosas desde la calle siguiente a la del chico que había sido majo conmigo.
A mi no me achantas
, pensé e iba a empezar a nadar de nuevo cuando me di cuenta de que no podía por el cansancio, estaba cerca del sobre esfuerzo, así que me senté en el borde a descansar y a observar a esos chicos que me sonaban de algo
-
Héctor
Suspiré de gusto apoyado contra la pared de mi ducha individual mientras Guille seguía con su mamada. Era algo inexperta, porque no se pudiera decir que tuviera mucha experiencia en chicos. Pero me daba igual. El placer de por fin tener ese desahogo me estaba sabiendo a gloria.
Cogí su nuca con delicadeza y comencé a bombear en su boca. Y Guille se dejó hacer, como siempre. Dejó caer los brazos a cada lado de su cuerpo, y mi otra mano le acarició por los hombros. Me encantaba esta situación, por muchas razones.
Siempre me había gustado follar en el MCP, tenía su punto; pero además lo sucedido en la piscina aún me martilleaba en la cabeza. Me había puesto a mil. Y… Y bueno, con Guille follar era fácil. Llevábamos haciéndolo desde que entramos a Junior, así que ya no había demasiadas barreras.
Tiré de su cabeza hacia atrás, pasando una mano por su corto pelo. Disfrutando de su rostro masculino y sus labios carnosos cuando fui poco a poco sacando la polla de boca… Y Guille por su parte frunció los labios, dejando un suave beso en la punta… Haciendo que deseara correrme por su cara, pero me contuve.
-Apóyate contra la pared- le dije moviendo un poco la alcachofa para que el chorro le cayera contra el cuerpo, corriendo en riachuelos por su pecho- Intentaré ir lento-
Tanto él como yo sabíamos que mentía, pero la cortesía no había que perderla
Guille se levantó y esta vez sí que no pude evitar que me besara. Me desagradaba en parte sentir el sabor de mi polla en él, pero me pegué a su cuerpo, apretándole la nuca para controlar el ritmo y la profundidad. Una de sus manos me acarició el rostro mientras la otra me asía las caderas
-Ve suave…- me susurró contra los labios, clavando sus ojos acerados en mi oscuro verde
-Contigo siempre, grandullón- sonreí- Ya lo sabes-
Y de nuevo ambos sabíamos que estaba mintiendo. Era parte del juego
Guille se apoyó de cara a la pared, colocando sus palmas desnudas en ella. Tensando la espalda y colocando el culo para mi, casi perfectamente acoplado a mi propio cuerpo. Le sujeté por las caderas y no pude evitar pasar una de mis manos por su amplio lomo, apretando el hombro y palpando tanto el estómago duro como el amplio pecho con la punta de los dedos. Que encendido estaba
Mis dedos comenzaron a dilatarle. Guille no dejaba de ser amigo mío, no un cualquiera de las apps; y era del MCP. De los lentos, sí. Pero del MCP de todas formas.
Le fui besando por los hombros mientras le seguía dilatando, sin poder evitar jugar un poco con su próstata al meterme dentro de él. Comencé de nuevo a masturbarle lentamente, haciendo que se pegara más a la pared. Casi hasta que apoyó la cara contra ella, como me gustaba. Subí mi mano y le force a meterse los dedos en la boca mientra le seguía dilatando, y entonces empezó con esos dedos.
Pasé mi lengua por su espalda. Y la otra le cogió del cuello. Me estaba calentando de nuevo
-Prefiero de rodillas Guille…- resollé e hice un poco de fuerza para que me siguiera- Pero mirando a la pared-
Mi amigo de nuevo pareció resignarse, aunque yo había notado la palpitación de su polla cuando le había gruñido eso. Se colocó de rodillas, para luego erguirse desde el pecho, giró la cabeza para ver cómo iba a empezar a metérsela y le dejé un beso en la mejilla antes de comenzar. El chorro de agua ahora nos caía de lado, bañandonos parcialmente
Fue entrando con algo de dificultad, me había llevado mi tiempo y el agua ayudaba, pero no teníamos demasiadas comodidades en esa chico. Guille empezó a jadear pero se forzó a estar callado, aunque un par de veces no pudo evitar dar un suave puñetazo contra la pared mientras ahogaba un pequeño acceso de dolor. Le masajeé los hombros para calmarle
-Ya casi está, grandullón… Suave, suave- dije a la par que seguía penetrándole sin parar- Venga, que hoy has nadado muy bien-
Mis huevos chocaron contra su culo. Ahora bajé a las caderas. Para mantenerle bien sujeto y evitar que Guille, de forma inconsciente, se me escapara
-Me duele un poco, Héctor, espe…- pero yo ya había empezando, cortando su frase con un fuerte empellón
Yo ya no estaba para ir lento. Tenía un calentón horrible acumulado. Me lo comencé a follar desde el principio todo lo rápido que podía, y Guille como preví se intentó escapar, deslizándose para sacarse mi polla. Pero estaba preparado
Mis manos le asían con fuerza, impidiendo que pudiera escaparse. Así que Guille primero se apoyó de manos en la pared de delante, flexionando toda la espalda. Y cuando eso dejó de ayudarle, empezó poco a poco a reclinarse, como queriendo ensanchar su culo para que le doliera menos cuando se le metiese. Cayendo al final como un muñeco algo desmadejado mientras yo me tumbaba sobre su espalda, para seguirle follando
-¿Te hubiera gustado que nos corriéramos en la piscina?- pregunté en su oído, modisqueándolo- ¿Que nos pillara el entrenador?- hundi mi cara en su cuello, jadeando contra él
Guille solo podía gemir mientras retorcía un poco el cuerpo por el dolor latente que aún le provocaba… Pero sin intentar escapar ya de mis manos. Acostumbrado ya a estos polvos de tantas veces que lo habíamos hecho así: yo poseyéndole a cada vez mayor velocidad, dejando de lado las promesas de lentitud y suavidad. Ni yo era así, ni a él en el fondo le excitaba que fuera de otra manera
Era solo sexo
Me alcé e incline para pasar mi lengua por el valle de carne sobre su columna, y le di un par de apretones a sus duros glúteos mientras. Su espalda me encantaba, ancha y fuerte. Era de lo poco en lo que se parecía a un nadador de verdad, Guille. Y como queriendo darme la razón, flexionó los brazos para hundir la cara entre ellos, marcando al máximo unos brazos demasiado fornidos para poder permitir algo de velocidad… Pero que me encantaban
Mi polla siguió golpeando sin piedad todos sus recovecos, ensanchándolos a cada bombeo. Domando el interior de su cuerpo. Una de mis manos fue a su nuca, apretándole la cabeza contra los brazos, ahora ya sin el miedo de hacerle daño de verdad
-¿Te hubiera gustado que le pidiera unirse, Guille?- me mordí el labio- Seguro que te hubiera gustado que te folláramos los dos- le susurré, seguro de que la ducha ahogaba los ruidos- Primero yo, claro… Porque solo yo se dilatarte bien para que duela poco… Pero luego él… Y luego de nuevo yo… Y él- con la mano firmemente agarrada a su nuca me incliné para hablarle al oído- ¿Te gustaría?-
Guille giró la cabeza, y se limitó a mirarme con sus ojos acerados entrecerrados. Su boca estaba entreabierta, dejando caer un hilillo de agua que le resbalaba por el lateral del rostros y que era fruto del goteo de mi propia cara sobre él
-Me voy a correr, Héctor- jadeó simplemente, sin llegarme a responder aunque a mí ya se me había olvidado la pregunta
Tensé todo mi cuerpo, apoyándome con la punta de los pies justo en la esquina opuesta de la ducha y me quedé tieso como una tabla sobre él. Con mi polla totalmente dentro, y entonces como si estuviera haciendo fondos, me retraje y le volví a penetrar de un fuerte golpe de cadera
-Córrete Guille, aquí mismo- aprové una de las bajadas para capturar su boca y morderle el labio infrior- Que luego yo me correré sobre tí-
Mis caderas golpeaban ya de forma sonora y húmeda sus glúteos, con mis huevos botando sin control. Y así seguí durante cerca de un minuto hasta que me fue imposible aguantarme más. Me senté a horcajadas sobre su culo, sacándole la polla mientras me masturbaba de forma frenética, hasta que me corrí por toda su espalda empapada ya de la mezcla de agua y sudor que nos había provocado el follar bajo la ducha.
Inmediatamente Guille se medio giró para, de dos meneos rápidos, correrse de forma espesa contra el suelo y un poco la pared próxima.
Los dos nos miramos mientras íbamos normalizando la respiración. Le sonreí
-Que bien sienta Guille, gracias- me incliné para darle un beso, ya que el seguía parcialmente recostado
Mi amigo se sentó a mi lado y me giró el rostro. Antes de que pudiera impedirlo su lengua ya me estaba recorriendo de nuevo con lentitud el interior de mi boca… Hasta que se separó del todo de mí
-Voy a cortar con Marta- me susurró cuando se separó- Antes de que empiece la Liga de Invierno-
Parpadeé sorprendido. Marta era su novia y una de las amigas de Laura, mi propia pareja. Me senté a su lado, algo confuso
-Pero si estabais de puta madre, ¿no os fuisteis a Francia de vacaciones?- pregunté, como si el hecho de que hace unos minutos le estuviera follando fuera solo un detalle anecdótico
Era solo sexo
Guille asintió, dándome una imponente imagen de perfil de su masculino rostro. Suspiró, resignado
-No voy a mejorar si cada dos por tres tengo que quedar con ella- hizo un mohín con sus labios carnosos- Ya tengo bastante con la Universidad como para añadirme eso… No, se acabó- me miró a los ojos- Prefiero la natación-
Asentí, entendiendo en parte lo que me decía. Hice un pequeño cálculo y ya sabía lo que se me venía encima: varios días de consuelo a Marta y a la propia Lau, que solidariamente pasaría la ruptura como si yo mismo la hubiera dejado a ella. Guille me pasó una mano por los cortos rizos húmedos de encima de mi cabeza
-¿Qué tal tu con Laura?- me preguntó distraído
Yo suspiré y le empecé a contar. Como el buen amigo que era
-
David
Me había costado resolver el pequeño misterio, porque no había prestado demasiado atención a quien estaba en cada calle durante los entrenamiento. Pero ahora había caído: quienes se habían quedado a entrenar y en concreto los que lo hacían en las dos calles siguientes a las mías eran los de las calles exteriores.
Y joder, que malos eran
Aunque eso no era del todo justo. Cualquiera de ellos seguro que hubiera roto con las marcas de un Club de natación menor… Pero estábamos en el Carranza-Pío, aquí las cosas eran distintas. Era otra liga, como mi propio puesto en el unipersonal grupo de entrenamiento dejaba claro
Arriba o fuera
O sea que esos, los lentos, se quedaban a nadar. Cuando no había clases de la Escuela, ni de aquagym para mayores, ni se abría a los socios externos. ¿Estarían practicando? ¿Por qué? Si bastante nadábamos a la semana, ¿no les era suficiente con lo que los entrenadores les indicaban? Yo esta vez me había quedado porque no tenía mejor plan, ¿ellos llevaban un régimen regular aparte?
Les dejé nadando mientras me cambiaba en el vestuario. Dentro dos chicos de Absoluto salieron de las duchas totalmente desnudos, con las toallas al hombro. Y uno de ellos, un chico alto y atlético de pelo negro, me saludó con un movimiento de barbilla, como si me hubiera reconocido, aunque no me sonaba de nada. De todos siguió hablando con su acompañante, un chico bastante más fornido, pelo rapado, rostro marcado y mirada penetrante que intimidaba un poco; yéndose a la otra del vesturario.
Cuando estaba acabando entraron los chicos de Junior, eran un grupito pequeño que hablaba en voz baja. Pero como ocuparon uno de los bancos centrales capté que se estaban dando consejos mutuamente sobre como mejorar… Y esta vez no me metí, de entrada porque no conocia a ninguno salvo a ese tal Miguel, que apenas intervenía, si no también porque al sentarse había hecho dos cosas: evitar a los dos chicos de Absoluto, que pronto se fueron; y dirigirme una mirada un tanto hosca al ver que estaba dentro.
No te metas en las dinámicas de los equipos
, pensé de nuevo en la promesa a Fran
Joder que fácil estaba siendo de cumplir, a nadie aquí parecía caerle bien
Me cambié rápido lo que quedaba y salí, dispuesto a llamar a mi padre para ver cómo de factible era que un taxi me llevara a casa… Y estaba grabando el audio de whattsapp para mandarle cuando en el hall una figura me dió alcance
-Ho...Hola- dijo Miguel, mirando hacia atrás, llevaba una camisa mal abotonada y el pelo aún húmedo, como si se hubiera cambiado de a toda prisa- Soy Miguel, el de antes-
-David- respondí guardando el móvil y sonriéndole- Encantado-
Miguel era un chico de cabello castaño algo revuelto y ojos de un marrón claro, parecido a la miel. En el resto era como cualquier novato: un chico delgado y algo espigado intentando no consumirse más con tantos entrenamientos.
-Ese ejercicio…¿No practicabas piernas como nosotros no?- me preguntó susurrando y mirando de nuevo hacia atrás
Por un segundo me sentí algo incómodo con compartir el ejercicio que Fran me había diseñado. Pero joder, era la primera persona que era maja conmigo en el MCP y con la que no me estaba acostando
-No… Practicaba la amplitud articular del hombro- respondí emulando un poco el tono didáctico de Fran- Menos brazadas implica que tienen que ser más amplias y fuertes… Si no el impulso de tus propias piernas te atropellará-
Los ojos de Miguel brillaron, mientras sonreía
-Lo sabía… El resto creía que simplemente hacías mal el ejercicio de pierna- su sonrisa se ensanchó- Nadas muy bien, David-
-Gracias...Miguel- y controlé el ramalazo de ego- Para el grupo de entrenamiento al menos-
Eso pareció apagar en parte su entusiasmo. Miró de nuevo hacia atrás
-Crees…¿Crees que podrías enseñarme a hacerlo? El ejercicio digo- me dijo mirándome de forma tímida a los ojos- No soy muy… bueno… Que digamos- bajó la mirada a sus pies, totalmente cortado
Prométeme que te mantendrás fuera de las dinámicas de los equipos hasta que entres
Y por un segundo el nó me quemó la garganta. Deseando salir… Pero yo… Yo no era así. Alguien me estaba pidiendo ayuda. Y no iba a pasar de él porque fuera lento… A fin de cuentas, yo también lo era
Esto no es romper la promesa, es solo un par de consejos a un chico… Eso no puede hacer daño
, razoné en mi mente
Y asentí lentamente
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Hola. En el siguiente los nadadores se enfrentarán a su primera competición, unos en Madrid y otros en Zaragoza, en su primer fin de semana fuera de casa. Con ello entramos de lleno en el ciclo de competiciones. Puede que lo parta para no hacerlo demasiado denso, tengo que pensar sobre ello. Espero que os haya gustado y como siempre os animo a comentar, me ayudan a seguir mejorando. Teneis las respuestas a vuestros comentarios en el anterior. Gracias por leerme