MCP IV: Un sábado de sexo
Tras la primera semana de entrenamientos llega el sábado. El día más duro para todos Tanto que muchos prefieren quedarse a dormir por la tarde en la residencia aprovechando sus camas. Y otros prefieren darle más usos
*Los equipos afrontan su primera semana de entrenamiento y llegan exhaustos al sábado, el día más exigente de la semana.* Tras un primer día de infarto, Mateo no sabe muy bien qué pensar ni sobre él ni de lo que ha vivido. No sabe como podrá reaccionar Eloy ni a lo que atenerse. Fran sigue pendiente de David y este intenta, como puede, adaptarse a su situación como único integrante del grupo de entrenamiento.
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Mateo
Al día siguiente, martes, fui hecho un manojo de nervios a mi desayuno con Rubén, que había insistido en le comenzara a llamar Rubi como hacían todos, e Isma, el chico gallego de ojos verdes. Debí aparecer como un fantasma, apenas había pegado ojo en toda la noche
¿Que iba a hacer cuando viera a Eloy? ¿Le podría evitar de alguna manera? ¿Decirle que no iba a contar nada? ¿Y si me abordaba? ¿Y si me acorralaba en algún lugar? Los pensamientos se me agolpaban en la mente, y lo peor era que algunos de ellos me provocaban un cosquilleo por todo el cuerpo… Y no era de miedo, ni de inseguridad… Y me daba terror puro pensar en ellos como para querer saber que eran de verdad
Estaba tan centrado en eso que, cuando Eloy apareció para desayunar, me esperaba de todo de ese chico rubio casi platino menos lo que acabó haciendo: me trató con normalidad. No hubo mirada reveladora, ni gestos elocuentes, ni hostilidad, ni amabilidad, ni nada… Nada que no fuera exactamente la misma impresión que tuve de él: un chico serio y algo distante
Y lo mismo hizo el miércoles, y el jueves, y el viernes
No entendía nada
Y entonces llegó el sábado, cuando empezábamos a entrenar a media mañana y continuábamos del tirón hasta las tres de la tarde
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Héctor
No teníamos mucho tiempo, era sábado y tenía que irme a entrenar, por eso me decidí a forzar las cosas. Laura se removió un poco entre mis manos, como queriendo ganar de nuevo los milímetros que separaban mi piel de su sostén: bajo la camiseta. Con delicadeza apoyé una mano en su cintura, tirando del beso que la estaba dando para evitar que lo hiciera. Pero finalmente mi novia se empecinó demasiado y tuve que dejarla ir
-Héctor… Aún no- dijo mirando al colchón, donde la había estado empujando con suavidad- Me lo prometiste-
-Lo se mujer- dije suspirando al ver que mi plan se caía sobre sí mismo-Solo quería que nos tumbáramos- mentí mirándola a los ojos
Coño Lau, que tenemos diecinueve ya, ¿podemos dejar la tontería de la castidad? Dejó de tener gracia en bachillerato, pensé exasperado
Laura, mi novia, era una chica guapa. De hecho, había sido la más guapa de mi instituto, un centro privado en pleno corazón de Madrid; pero también era exasperantemente puritana. Llevábamos saliendo desde hacia dos año… Y todo lo que había conseguido es que me la meneara un poco hace un par de meses, en verano; y que me dejara tocarle las tetas por encima del sujetador. Tan, tan, pero tan poco.
Me tumbé en la cama
-Estoy algo ido con la vuelta de los entrenamientos…- dije pasando la mano por las sábanas-Si quieres podemos tumbarnos abrazados, hasta que me tenga que ir- continué con la mentira, a ver si ese enfoque me salía bien
-Tengo catequesis- respondió ella, intuyendo por donde iban los tiros- ¿Quedamos a la tarde? Vamos a ir las lomas a tomar algo-
Genial, con las pesadas de sus amigas, pensé recostándome del todo
-Claro, luego hablamos Lau- sonreí sin sentirlo- Venga, que te acompaño al portal-
-Pasivos…pasivos…- murmuraba mientras mi dedo se movía ágilmente por la pantalla-Tío, que lamentable; ni uno que esté bien-
Estaba ojeando una de las aplicaciones que tenía para ligar; una que en concreto era solo de chicos.
Era bisexual, si es que me tuviera que poner alguna etiqueta… Aunque yo prefería pensar que me gustaba el sexo, sin más; ya que sentir algo, lo que se decía sentir, no había pasado aún.
Suspiré. Estar en la aplicación de los modosos no me estaba dando demasiado… Pero siempre me gustaba ver si podía pescar algún chavalín inocentón… Así que mientras estaba en el ascensor abrí la otra: la de los salidos.
Las llamaba así: la de los modosos y la de los salidos
En la de los modosos tenía como foto de perfil una mía, de espaldas y mirando a una cala de arena blanca; mientras la camisa de lino amplia que llevaba se agitaba por el aire; perfilándose mi rostro de rasgos finos y elegantes contra la luz del atardecer. Esa app era para cuando me apetecía jugar un poco: llevarme algún pasivo, y con suerte virgen, a casa, y calentarle hasta que me lo acababa follando. Pero eso, la verdad, había pasado menos veces de las que me gustaría. En esa me hacía llamar Cristian.
Por eso estaba la otra: la de los salidos. En ella directamente había una foto mía de cuello para abajo tumbado en la cama, tapado por las sábanas y dejando a las claras tanto el cuerpo que me gastaba como la erección que se marcaba contra las sábanas. En esa me hacía llamar Joven Centro, junto al icono de una berenjena.
Era evidente que a los de la segunda app no había que camelárselos demasiado
Entré en mi casa, saludándome la decoración de la Francia imperial que tanto gustaba a mi padre. Con un cuadro réplica de Napoléon cruzando los Alpes, para recibir a las visitas. Mi padre había sido durante muchos años embajador en París y en Berna; y actualmente era un alto cargo del Crédit Agricole e iba y venía … Y mi madre, como todos los domingos, estaba en sus mañanas de “café y bombones” con sus amigas: es decir, café irlandés y bombones de licor belgas.
Así que toda la casa para mí solo, como siempre… Como siempre
-Te voy a reventar- jadeé mientras le follaba la boca al universitario, que solo pudo gemir- Traga, traga-
Mis caderas golpearon con fuerza, haciendo que su gemido se entrecortara con un par de sonidos de ahogo… Lo que me excitó más, sobre todo porque, por fin, mis huevos comenzaron a golpearle en la barbilla, como tanto me gustaba. Él por su parte se masturbaba furiosamente sobre mi cama, con su cabeza fuertemente apresada por mis manos
Joder Lau, mira que si la chuparas así, pensé excitado
O más bien si me dejara follarle la boca así
Ni cinco minutos me había costado encontrar a alguien que me apeteciera: apenas me metía en la app de los salidos, pero cuando lo hacía solo tenía que ir a los chats que se habían ido acumulando… En concreto elegí a un chico guapete: tenía varias fotos en el gimnasio haciendo crossfit, y unas cuantas de él en bolas que me pasó por privado cuando empezamos a hablar.
Tenía un culo moreno y prieto, que parecía querer pedir a gritos que lo reventaran… Y claro, como dije, a estos no había que camelárselos. Por lo que en media hora le tenía esperando junto al portero para “darme clases particulares de Matemáticas”, como le había instruido.
Me gustaba ver como flipaban al entrar en mi recibidor, con la severa mirada de Napoleón sobre ellos. Con los modosos era todo sonrisas, un vaso de agua, alguna caricia suelta e ir al salón a hablar mientras les iba camelando… Con los otros el ritual era distinto: concretamente un vaso de agua por cortesía y directos a mi cuarto a follar.
Y claro, me gustaba el efecto que les generaba al verme en persona, dado que en ambas apps era discreto y apenas pasaba fotos mías, y a los salidos solo aquellas en donde no se me veía la cara.
Por mi parte, era alto y delgado, de piel blanca, con un cuerpo pensado para oponer poca resistencia en el agua, pero con mucho aguante. Y sé que era atractivo, no de forma apabullante, pero atraía varias miradas al pasar; sobre todo por mis ojos: de un verde oscuro casi negro. Y mi rostro de rasgos finos, potenciados por los suaves rizos negros y cortos de la parte superior de mi cabeza
No sé ni cómo se llamaba el chico, porque por mi parte siempre me presentaba como Cristian y no solía preguntar, pero tanto daba. Para mi era el universitario. Un veinteañero algo más alto que yo y mucho más fuerte; de piel algo morena… Y una cara de chico formal y responsable que me encantaba, sobre todo cuando le metí la polla por la boca… Eso sí, su barbita de dos días no me gustaba, pero que se le iba a hacer
-Hasta el fondo…- dije poniendo una mano en su nuca-¿Te ves capaz?- le pregunté
El pareció pensarlo un segundo, pero viendo que me estaba encantando asintió no sin mucho convencimiento… Y yo no necesité más, le ensarté hasta el fondo de la garganta, dejando que se la tragara entera. El chico se removió un poco y finalmente se separó de golpe, tosiendo y cayendo en la cama
Yo me subí encima de él, comenzando a masturbarle con furia para que no tuviera ni un segundo de descanso. Como me gustaba hacer sentir a los chicos. El universitario empezó a gemir e intentó llevarme con su mano en mi nuca a su polla, yo me deshice con elegancia, pero de forma elocuente: no me gustaba comer pollas.
Para que no se desanimara paré un segundo para desprenderme con rapidez de toda la ropa que llevaba, ya que me la había estado chupando con los pantalones a medio muslo… Y eso le encantó. Como decía, era delgado, pero eso mismo hacía más fácil que marcara y hasta creía pensar que estas que este pasado año con ejercicios intensos en el gimnasio y piscina habían hinchado mis brazos y redondeado mis hombros… Aunque en realidad, no había mejorado mucho más de lo que ya estaba
Me tumbé a su lado y en seguida se echó encima de mí, encaramándose… Era más alto, y también más fornido, pero por la forma en la que me besaba por el cuello y por cómo sus manos recorrerían con ansia mi cuerpo estaba claro quién llevaba allí el control… Y eso me encantó
Yo mientras le acaricié por el cuello y los hombros, apretando con fuerza para sentir lo que supuestamente le había dado el crossfit: y no me decepcioné… Contra mis muslos se apretaba su polla, ahora que me estaba besando y lamiendo el pecho; mientras que la mía se apretaba contra su estómago. Disfrutando.
En cuanto llegó, se encontró de nuevo con mi polla ligeramente morena. Era más grande que la suya, y por habérmela chupado antes tenía un aspecto ligeramente reluciente: jugosa y lista para follarle. Yo me puse de rodillas, haciendo que acercara su boca… Y mientras lo hacía mis manos echaron mano del montoncito de condones que había dejado preparados para la ocasión en una esquina de la cama.
Mientras me la comía me eché hacia delante, cogiéndole de las caderas para ensartarle desde allí, mordisqueando la parte baja de su espalda y algo de las nalgas. Le estaba follando de nuevo la boca, aunque esta vez no había un bombeo rápido como antes. Ahora le daba un empellón fuerte, para ensartarle, para luego retirarme casi entero y volver a empezar; sintiendo la acanaladura de su paladar y garganta en cada ciclo, arrancándome gemidos de placer
Me iba a correr pronto si seguíamos así… Y eso era justo lo que quería. Mis manos le dieron un par de fuertes palmadas, forzando que mi polla penetrara más al agarrarme a ese culo duro como dos gajos de naranja.
Que gusto va a ser follarme este culito, por dios, me mordí el labio
-Me corro- dije, pero no hice ademán de parar, dejando que fuera él quien decidiera
Y tomó, por suerte, la decisión correcta. Ensartándose entero y precipitando mi orgasmo, tragando con fruición mi corrida sin dejar que una gota escapara de su boca… Y encima, para impedir que parara la fiesta, su lengua comenzó a darme suaves pasadas, enroscándose y paladeando mi semierección al acabar de correrme… Peleando por volver a ponerme tieso… Se notaba que sabía lo que se hacía
Ahora que estaba más centrado y que sobre todo no tenía que esforzarme por ensartarle, me recosté del todo contra su espalda… Cogiendo y abriendo el condón, tomando parte de las gotas que estaban dentro del envoltorio para comenzar a dilatarle.
Tenía un bote en el armario, guardado dentro de mi antigua bolsa de deporte. El servicio tenía prohibido tocarme ese armario, porque era donde guardaba mi equipación y el material que usaba para entrenar en nuestra finca en verano: las gomas, las tablas, las aletas, etc… Y mi madre la última vez que la había visto coger un trapo fue para lanzárselo a una mariposa mientras gritaba para que viniera Mercedes, su asistenta personal… Así que allí estaba a salvo, junto a mi reserva de condones. Pero no pensaba ir a por él
Me gustaba penetrar a pura fuerza
Un dedo y luego otro… En lentos movimientos circulares. Aunque la posición no ayudaba, pero era suficiente para que no me doliera demasiado a mí mismo.
La saqué de su boca, ya erecto del todo, y me coloqué el condón con maestría. El universitario se arqueó un poco, a cuatro patas sobre la cama y dejándome su trasero prieto listo para que me lo follara.
Empecé sin muchos rituales… Si hubiera sido uno de los modosos, de la app “buena”; me hubiese tomado mi tiempo. Seguramente nos hubiéramos estado enrollando un buen rato, se la habría meneado hasta que se corriera y luego le hubiera hecho chupármela mientras le dilataba con suavidad… Y luego seguramente le hubiera follado de cara, dejando caricias y besos por su rostro hasta correrme dentro.
Pero con los otros no: las cosas eran diferentes. Le ensarté con fuerza, hasta un tercio de mi polla entró de golpe. Él se inclinó hacia delante, intentando inconscientemente escapar, pero le cogí de las caderas para volver a pegarle… No había besos, no había caricias y no había apariencias: era solo eso, sexo puro y duro.
Le seguí ensartando de forma constante, penetrando como si fuera un ariete. Pronto se comenzó a habituar y mis manos pudieron dejar de evitar que escapara para pasar a recorrerle la espalda y el pecho desde detrás… Le masajeé los hombros con fuerza una vez que se la hubo metido entera, como premio por apenas haber gemido
Su culo era estrecho, pero no tanto como los vírgenes que me gustaban de verdad… Pero haría el apaño. Comencé con un ritmo rápido desde el primer momento, haciendo fuerza desde sus hombros para que fuera más profundo
Pronto comenzaron a oírse mis caderas y huevos chocando contra su culo y una mano se liberó para darle varias cachetadas, excitado. Por su parte el universitario se dejó caer hacia delante, enterrando la cara en el colchón, pero con el culo erguido, todo para poder masturbarse a la vez que yo le ensartaba.
Me eché igualmente hacia delante, haciendo que una mano se pusiera en su nuca para apretarle contra la cama… Y el bombeó perdió velocidad para ganar profundidad, arrancando gemidos ahogados cada vez que llegaba hasta el glorioso final. En fuertes y firmes empellones
-Joder…joder…joder- estaba el universitario contra la cama, seguramente encantado del ritmo infatigable y constante que llevaba-¿Haces deporte o algo?- preguntó de forma amortiguada, por tener la cara contra el colchón
Yo hice una mueca, no me gustaba que esos chicos me preguntaran por mi vida. Así que le ignoré, dejando que fuera mi resistencia a la fatiga muscular ganada en la piscina la que le respondiera.
Así follamos en el Carranza-Pío, cabrón, pensé mientras le penetraba sin piedad
Él ya estaba jadeando, y mi propia respiración comenzaba a agitarse… Por suerte sentí que ya se venía la corrida. Así que aumenté la velocidad. Mi polla ya entraba con soltura y ahora podía golpearle en fuertes empellones de cadera, pero a un ritmo mucho mayor… El tío gimió como loco, poniéndose de nuevo a cuatro patas
-¿Te corres?- le pregunté poniéndome de cuclillas para follarle con soltura aprovechando que se había puesto de nuevo en la postura original
El tío asintió con un jadeo. Así que mi mano fue a su polla, estrujándosela con fuerza y haciendo que tuviera que reclinarme parcialmente sobre él para poder seguir follándomelo a esa velocidad endiablada
-Aquí el que primero se corre soy yo, ¿te queda claro?- le pregunté, totalmente cachondo
-Si…- respondió cerrando los ojos
-Entonces… ¿te corres?- pregunté de nuevo, estrujándosela con fuerza una segunda vez
Esta vez el universitario negó con la cabeza, dejándola alzada para mirar al techo… Las sienes le sudaban ligeramente, y su barbita de dos días era más evidente al contraluz. Con su rostro masculino contraído en una mueca de placer y vicio
Solté su polla que cabeceó libre. Me deje caer sobre su espalda, abrazándole el estrecho pero fuerte tórax… Escuchando su respiración agitada
Me forcé a mi mismo a aguantar, pero ya estaba al límite. Se la saqué entera
-Date la vuelta…-
El universitario se dejó caer en la cama y se giró para verme. Yo me puse con las piernas a cada lado de su cintura, irguiéndome en toda mi altura para comenzar a masturbarme como loco sobre su pecho tras quitarme el condón. El hizo que su mano fuera a su polla, pero de un suave manotazo le hice apartarla
-Primero me corro yo- le recordé
Y para su suerte, porque se notaba que iba a reventar, tardé poco. Con un gemido me corrí sobre su pecho, haciendo que mi estómago se expandiera y retrajera con fuerza al respirar: marcando mi fibrado cuerpo… Un par de chorros le llegaron a la barbilla, pero la mayor parte le cayó en el fuerte pecho, desde donde empezaron a gravitar hacia los lados.
El se retorció en la cama y se empezó a correr encima sin necesidad de tocarse, solo por todo el morbo de la situación. Yo suspiré, meneándomela para que los restos terminaran de caer y me tiré a su lado… Él hizo ademán de besarme y que su pecho con las corridas pringara el mío, pero yo hice una mueca
-El baño de invitados está a dos habitaciones de aquí, pasillo de la derecha- dije seco- Date una ducha y vete, tengo que irme de aquí en quince minutos-
El universitario se cortó ante mi comentario e hizo lo que le pedí… Yendo con su culo prieto, abierto y dando suaves botes para salir de mi amplio cuarto
Ay Lau, las cosas que me haces hacer, pensé resignado pero cachondo
Así se enfrentaba mejor un día de entrenamientos
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David
La verdad es que mantener la promesa a Fran de quedarme fuera de las dinámicas de los equipos estaba siendo sencillo, aunque la verdad es que tenía ayuda. En realidad tenía ayuda de todo el mundo, porque apenas nadie me prestaba atención… Al principio me chocó, la verdad. No estaba nada acostumbrado a eso para ser sinceros. Pero en el fondo tenía sentido: estaba recluido en una calle solitaria, en el extremo de una de las piscinas.
Mi rutina se había vuelto simple durante esa semana, y sospechaba que iba a ser así hasta que entrara en el equipo tras la Liga de Invierno: nadar, descansar, nadar, descansar, nadar, descansar… Solo. En mi calle. Centrado únicamente en mis marcas
Si después de eso no mejoraba, nada lo iba a hacer
Con Fran hablaba casi cada noche, mientras me volvía en bus hasta el punto donde mi madre se acercaba en coche a recogerme. Apenas si teníamos tiempo para vernos, aunque le iba contando cómo iba mi día a día y él me daba consejos a escondidas sobre cómo ir mejorando. Y lo agradecía, esas conversaciones con él me hacían ver que aunque fuera poco a poco, iba mejorando… Una pena que casi no coincidiéramos en los entrenamientos.
Aunque parecía que la cosa mejoraba hasta el sábado. Esos días íbamos a comer gratis en el comedor, porque nadar, y sobre todo a ese nivel, cansaba y mucho. Creo que no había comido tanto en mi vida como esos días, y mi cuerpo pedía más y más. Llegaba siempre a casa con ganas de comerme la puerta a bocados.
Llegué de los últimos a comer. Todos estaban colocados ya en diferentes mesas… Y se me cayó un poco el alma a los pies: estaban sentados por calles. Y de nuevo, tenía sentido, poco a poco habían ido estrechando lazos entre sí durante esa semana, mientras yo seguía en mi calle solitaria
Quizá se refería a eso Fran con lo de no poder más, pero yo era fuerte y se lo demostraría
Me jodía eso, porque nunca había comido solo, pero yo no era de los que a la primera de cambio se achantaba. Así que cogí mi bandeja y me puse a la cola en la barra mientras me servían un plato a rebosar de pasta a la boloñesa… Mi estómago rugió feliz por la inminente comida
-...el del grupo de entrenamiento- me llegó una voz a mi lado, hablando en voz baja
Fingí no ir y avancé de puesto cuando la cola corrió para coger unos filetes empanados con berenjenas al horno
-...injusto- me llegó de nuevo, ahora un poco más allá-...no da el nivel… mimado-
Apreté los dientes, pero me forcé a seguir avanzando hasta el postre. Cuando me volvió a llegar un nuevo cuchicheo
-..lento y…-
-Perdona- me giré- ¿Hablas conmigo?-
Eran un chico de Absoluto joven y uno de Junior veterano los que habían estado hablando a mi lado. Me miraron de arriba a abajo sin responder y de hecho sin parecer esperar que fuera a hacerlo
-Digo, que si habláis conmigo… Como os veo cuchichear a mi lado, no se… Lo pensaba- sonreí sin gracia, el resto de la cola se había parado y nos miraba curiosos
El de Absoluto joven, con el ceño fruncido y obviamente enfadado porque le enfrentara, iba a abrir la boca cuando una figura alta se interpuso entre ambos.
-Perdón...perdón…- dijo Fran mientras nos cortaba el contacto visual- Quiero repetir flan- miró a los lados mientras sonreía- A ver… O quizá natillas…- se apoyó en mi hombro mientras se estiraba sobre la barra para llegar a las natillas caseras- Si, mejor natillas, ¿eh?-
El de Absoluto cambió la actitud y le sonrió a su vez. Fran le puso unas natillas en la bandeja, mientras bromeaban sobre que iba a necesitar doble ración por lo bien que había nadado… Y todo mientras su mano en mi hombro me lo apretaba ligeramente, sin mirarme
Me sentí indignado de que Fran tuviera que venir a salvarme, cuando yo ni siquiera había hecho nada malo. Solo pretendía comer. Y el otro y su amigo eran los que habían estado hablando de mí… Mi orgullo estaba muy herido, y me empezaba a enfadar de verdad la mano de Fran en mi hombro, como si necesitara en algo que me controlara
Por fin se dignó a mirarme, y me sonrió. Aunque sus ojos estaban serios
-Perdona, ¿natillas o flan?- me dijo, aunque la mano en mi hombro me dio otro apretón
-No quiero postre… No quiero nada- y herido en mi amor propio di un brusco tirón del hombro para quitar su mano- Gracias-
-Has nadado bien- susurró, y yo solo bufé sin mirarle a los ojos, enfadado
Aguantó dos segundos más y luego volvió de nuevo entre las mesas, hasta que se sentó en la que estaba previamente, rodeado de gente de Absoluto. Acompañado como todos allí
A mi no me supera nada, pensé sintiendo aún la presión de la mano de Fran
Y me fui a la otra punta del comedor a comer en mi mesa, solo
-
Héctor
Había estado detrás del chico del grupo de entrenamiento, atento a mis cosas mientras luchaba contra mis ganas locas de comer. Había escuchado los comentarios de los dos chicos, que de hecho muy listos no eran, y concordaba en parte.
Era injusto que ese chico tuviera un hueco en los equipos, aunque fuera como grupo de entrenamiento. Si no se superaba el corte, mala suerte. Así era la vida… Y más si se hacía en un grupo del que eras el único miembro
Turbio, turbio
En todo caso no era mi problema, ni me parecía interesante. Tras la Liga o entraba o el mundo se regulaba a sí mismo y se quedaba fuera, así que no merecía la pena aprenderse el nombre… Pero entonces se había encarado y eso había empezado a interesarme
Tenía agallas, el chico. Eso había que reconocerlo. Encararse a uno de Junior, pues bueno, no eran más que cócteles de hormonas con patas. Ni siquiera el hecho de que el año anterior yo estuviera en Junior cambiaba esa apreciación, al menos había tenido autocontrol. Pero iba con uno de Absoluto, uno de los jóvenes como yo, pero de Absoluto a fin de cuentas.
Hay gente que no conoce su lugar en el mundo, pensé y eso iba por los tres implicados ahí
Quizá se pegaran y se amenizara un poco la comida. Y estaba a punto de volver a mis cosas cuando Fran se metió a la pelea… Si, bueno, fue a coger un postre. Pero… No sé, había dejado demasiado tiempo la mano en el hombro del chico y luego este se la había quitado de golpe… Tanto esfuerzo en un novato, en uno que no había superado el corte de la prueba.
Pero ese novato tenía agallas, y eso me gustaba. Quizá uno de ellos sí que conocía de verdad su lugar en el mundo, después de todo
-
David
Tenía hora y media hasta casa. Bueno, pues nada. A lo mejor me echaba una siesta en el bus. Ya puestos… Estaba tan rebotado aún que hasta se me había cerrado el estómago. El comedor se fue vaciando y me fijé en Fran, que estaba haciendo tiempo en su mesa, seguramente esperando a que quisiera irme para abordarme
Y eso me enfadó más
En todo caso tenía que decidir yo cuando hablar de… De bueno… De lo que había hecho. Si, de lo que había hecho. Suspiré internamente. En realidad lo que había hecho era evitar que me metiera en una pelea solo por escuchar dos palabras sueltas y montarme la película yo solo. Subí los brazos encima de la mesa y me apoyé en ellos, entrecerrando los ojos, cansado
Yo no era tan susceptible
Parece que me había sentado peor de lo que esperaba esa semana nadando solo… Y eso no era propio de mi. Pensaba que me conocía mejor. Entrecerré un poco más los ojos… Estaba tan cansado. No sé cuantos largos y kilómetros había hecho esa semana en la piscina, pero era casi lo que se nadaba un mes en la Escuela, eso seguro. No me extrañaba que allí la gente repitiera dos o tres veces de esos platos rebosantes, yo me había comido todo y ahora que el enfado se me dejaba de agarrar al estómago sentía el tirón de mi cuerpo pidiendo más nutrientes
Bostecé
Y entonce sentí una mano en mi hombro, solo que esta vez el contacto de Fran no me enfadó
-Vamos David, que te quedas dormido- me susurró- La gente se suele subir a las habitaciones a dormir tras comer los sábados-
-Podríamos ir a tu cuarto…- dije intentando abrir los ojos- Y…- bostecé- Y bajar la comida con un buen...polvazo-
Fran se rió
-Anda, deja que lleve esto- y me cogió la bolsa de deporte, echándosela al hombro- Te subo y luego ya veremos-
-
Mateo
Toda la semana con esa calma aparente me habían llevado a pensar incluso que me había imaginado lo de hace unos días. Eloy no daba muestras de tener mayor interés en mí que él podría tener en cualquiera de los otros novatos, a parte de porque nadaba en su calle claro. Así que me permití respirar tranquilo. Craso error
Isma se había subido a su cuarto y Rubi me había acompañado a pedir uno libre para cada uno. Eloy por su parte se había ido antes y no sabía bien donde estaba. Pero bueno, estaba tan pero tan cansado que me daba igual… Así que bajé la guardia
Y ese fue el segundo error
Eloy me alcanzó en las galerías superiores y me dijo sin mucho margen de maniobra que me acompañaría. Cogiendo de mis llaves el número del cuarto. Así que encaminó la marcha
Paramos delante de una habitación de la segunda planta, al final de uno de los pasillos que rodeaba el patio interno. Basculé un poco el peso y abrí con la llave que me habían dado en recepción. Eloy estaba apoyado en el muro mientras me observaba tranquilamente
Ahora me miraba de lleno, como lo había estado haciendo desde las galerías. Sin la taciturna distancia de siempre, si no cerca, muy cerca. Y casi no había hablado. Se cruzó de brazos haciendo que las mangas de la camiseta se estiraran
-Abre la puerta- me dijo con suavidad- No es automática-
-Sí…- le miré de reojo- ¿Tú dónde vas a dormir?-
-Oh...donde vea- se encogió de hombros- En un cuarto, en un sofá, en mi casa…- su mano bajó hasta envolver la mía sobre el pomo- O en tu cama- y la giró para que la puerta cediera
La puerta se abrió con calma y los dos nos quedamos en el marco. Yo miré mis manos, que no paraban de juguetear con la llave… Dios, como quería irme de ahí. Eloy puso una mano en mi hombro, y se inclinó
-Tenemos algo pendiente tu y yo, creo- no dije nada- Me debes algo por lo que viste sin permiso-
-No se lo diré a nadie-
Eloy se encogió de hombros, quitándole importancia
-Nadie te creería tampoco y, además, ¿dónde te deja la historia a tí a fin de cuentas?- me apretó el hombro- No muy bien-
Yo no dije nada, volviendo a fijar mi mirada en la llave
-¿Puedo pasar al cuarto contigo?- me preguntó con suavidad, haciéndome un suave masaje con su mano en mi hombro
-Pre...preferiría que no- tragué saliva, hecho un manojo de temblores
-Está bien… Por esta vez…- se inclinó un poco hacia mí- Pero tu y yo vamos a follar Mateo, hazte a la idea-
-No me gustan los chicos- dije con un hilo de voz, ahogado por lo contradictorio que me estaba pasando en ese momento por la cabeza
-Me gustan las apuestas, así que la añado a tu deuda- me apretó el hombro- Has nadado bien esta semana, sigue así… Te quiero nadando cerca de mí-
Y tras darme un beso en la nuca, se fue
-
Fran
David caminaba como un zombi… Pobrecillo, estaba reventado. No era fácil a acostumbrarse a los entrenamientos. Y eso que los entrenadores como todos los años habían empezado suaves. La semana que viene apretarían de verdad
Tenía una mano en su hombro y le iba acompañado por los pasillos de la residencia. Estaban desiertos, hacia rato que los que querían subir habían subido y el resto se había ido a su casa. No había peligro de que nos vieran
David retrocedió un poco al girar el pasillo del tercer piso, para ir a mi cuarto. En el fondo vi dos figuras pegadas, abrazadas… Y entonces se metieron en el cuarto del fondo, mientras la puerta se cerraba de golpe
Algunos no pierden el tiempo, pensé, aunque para ser justos yo llevaba ya dos meses de ventaja
Dejé que David se apoyara en mí mientras rebuscaba en los bolsillos de mi propia bolsa de deporte la llave. Mi cuerpo respondió con un coletazo de placer al sentir el enjuto cuerpo de mi chocolatina contra mí, pero no era el momento. Por muy flipado que fuera David con su comentario de antes hasta después de una buena siesta no iba a estar en condiciones de nada
Abrí la puerta y metí a David conmigo. Le quité la camiseta con cuidado. David me sonrió de lado, chulito, e iba a hablar pero le tape la boca
-Ahora toca dormir- me incliné para cogerle por detrás e irle empujando a la cama- Luego, ya veremos-
-No…- bostezó- Ahora…-
Me incliné para abrazarle por detrás y restregar mi mejilla contra la suya
-Luego-
Y le tumbé en la cama para luego reclinarme sobre él, acostándole en mi pecho y cortando sus protestas
A los dos minutos estaba dormido
-
Héctor
Bueno, el novato era gay. Solo había que saber sumar dos y dos, no era tan difícil. El MCP era abierto en cuanto a la sexualidad en el sentido de que mientras ganarás cosas a nadie le importaba lo que hacías con tu vida. Era liberador eso. Y varios de los miembros de los equipos estaban abiertamente fuera del armario, aunque con un perfil discreto, como era el caso de Fran
De hecho yo me había acostado con un par de ellos, porque allí dentro no me preocupaba que me etiquetaran como bisexual
Así que el novato del grupo de entrenamiento, pensé dando un par de toques en la mesa con mis dedos, Si que los eliges bien, Fran
Me caía bien ese chico
-
Fran
No tenía sueño, y aunque lo tuviera me daba igual, no me iba a perder a David durmiendo por nada. Era como un ángel. Porque cuando dormía no había miradas pícaras, ni sonrisas chulas. Solo quedaba su imagen de niño bueno… Y aunque el contrapunto me encantaba, la verdad era que verle así era desarmante.
Era demasiado guapo. Tanto que hasta sentía algo de miedo por lo que me provocaba su rostro de rasgos finos y esbeltos, con su barbilla estrecha y sus labios de golosina. Su peinado de rubio oscuro, deshecho después de ducharse en el vestuario… Y su cuello, que bajaba hasta un torax estrecho pero marcado. Era demasiado
Hacía casi dos horas que habíamos subido, y David seguía durmiendo. Pobrecillo. Estaba muy cansado. Pero había nadado bien, como un campeón. Porque puede que David pensara que no me fijaba o que lo decía por decir, pero no era así. Siempre tenía un ojo puesto en él
Por eso me había dado cuenta enseguida de la pelea inminente en la que se iba a meter. Y encima contra alguien de Absoluto. David era tranquilo y solía sopesar las cosas, pero también era orgulloso y se dejaba llevar por eso demasiado
Recuerda las promesas, por favor, pensé y mi mano fue a su rostro, para acariciarle
David rebulló y abrió levemente los ojos. Casi lamenté haberle acariciado… Casi
-Ya era hora- dije con una sonrisa- ¿Has dormido bien?-
David se estiró contra mí como un gato, su cuerpo crujió levemente y suspiró de gusto
-Estaba muerto- me dió un cabezazo en el pecho- Lo siento-
Me sorprendí
-¿Por qué? ¿Por la pelea? No les hagas caso, no pueden evitar hablar-
-No, eso no… Por apartarte la mano del hombro, estuvo feo eso-
Me derretí por dentro
-Le dió verosimilitud a la situación- sonreí, besándole la frente- Y estás mono cuando te enfadas así- dejé caer mi cabeza en la almohada- ¿Listo para follar?-
Le cogí del cuello con una de mis grandes manos y le hice alzar el rostro… Con mucha dificultad, porque el instinto me pedía darle un fuerte morreo, saboreé sus labios con delicadeza: mordisqueando y disfrutando de su suave y templado tacto. Inundando su boca con mi lengua golosa, queriendo recorrerla entera; acariciando la suya e invitándola a abandonarse y a dejarse hacer. Pudiendo liberar por fin todo ese deseo contenido que tenía dentro.
Y David respondía con gusto. Poniendo las palmas en mi fuerte pecho y dejando lentas caricias, explorándome y de paso regalándome placenteros escalofríos que escalaban desde la base de mi columna hasta la nuca.
-Te deseo…- le susurré cuando nos separamos, mi mano le agarró de la nuca con fuerza- Mi chocolatina…- gruñí un poco por lo que me costaba controlarme- Quiero follarte-
David me sonrió, con sus rectos dientes blancos. Y sus ojos celestes brillaron entretenidos. Sabía que era consciente de que llevaba el control. De que si me dijera que me pusiera de rodillas lo haría, y de que si me pidiera que le suplicara por dejarme penetrarle lo haría. Cualquier cosa, cualquier precio, me parecía pequeño si con ello pudiera conseguir el tan ansiado objetivo: hacerle mío… Hacer que gimiera de placer
Era un preso feliz con la condena de su deseo
¿Y si me dijera que no? Nunca le había preguntado, siempre había afirmado que quería follarmelo porque era una verdad universal. Tan normal como el respirar… Y David siempre había querido… Pero hondo, muy hondo, tenía miedo de perder esas sensaciones. Las caricias que dejaba por mi piel, el acceso a sus labios, a su terso y duro cuerpo… A mi chocolatina
Su pelo rubio oscuro estaba revuelto, con su peinado de chulito deshecho… Haciendo que los mechones le cayeran sobre la frente, y que a veces me mirara a través de ellos… Con esos ojos celestes y traviesos, como si fuera un diablillo: un fuego fatuo de tentación y deseo
-Mi potrillo…- sus labios me dejaron un recorrido ardiente por el pecho, mientras mi otra mano se instalaba también en su nuca- Dímelo...- y sus dientes me mordisquearon un pezón
Era demasiado. Me dolía la polla, totalmente apretada contra los frescos pantalones de la equipación oficial del MCP. Solo contenidos por la fina licra y el delgado algodón
-David...Quiero follarte- le susurré, de nuevo- Quiero correrme dentro de tí- tragué saliva con dificultad, sofocado
Me levanté de la cama y le arrastré entre mis brazos, deseando poder verle de pie, donde mi altura sabía que le excitaba tanto como mi su cuerpo más enjuto.
Paseé mis labios por su pelo, amarrándole con más firmeza de la nuca con ambas manos y dejando que me siguiera recorriendo el pecho, ahora capturando el otro pezón
-Me encanta tu cadenita- dijo ahora besando en la Valvanera, a la vírgen
Su mano me apretó la polla, haciendo que gimiera… Y mientras me seguía besando la vírgen comenzó a masturbarme sobre la tela, con sus ágiles dedos… Y yo le dejé. Poseído como estaba por el deseo mi cuerpo era totalmente suyo para que hiciera lo que quisiera. Entregándome a él y vaciándome de mi mismo; perdiendo el sentido y la autodefinición
Mis manos fueron a sus caderas, metiéndose bajo su pantalón a través de la cinturilla para amasarle las nalgas: duritas y que me cabían una en cada palma, lo que me encantaba. David subió buscando mi boca, pero cuando quise saborear de nuevo sus labios se apartó un centímetro… Sonriéndome… Y cuando intenté capturar su boca de nuevo, otra vez volvió a retroceder… Ampliando la sonrisa de sus labios de golosina
-Las cosas se piden con educación-
-Eres un puto flipado- dije, y aprovechando que estaba con las manos en cada una de sus nalgas le alcé a pulso y abrí su culo con fuerza, tapando sus quejas con mi boca hambrienta de él
David me pasó los brazos por la nuca, pegando su frente a la mía. Nos separamos para respirar, él también comenzaba a estar tan excitado como yo… Y no solo era por su polla, que escapaba por su cinturilla ya algo bajada por delante por mis grandes manos… Si no su propia respiración, agitada, junto a una suave capa de sudor por su pecho estrecho pero fibrado, que lamí con un par de pasadas, regalándome en sus pezoncitos
Me mordí el labio inferior...Soltando el aire con fuerza por la nariz. Al subirle me habia parado de masturbar, dejando un cosquilleo por toda la polla que esperaba quitarme pronto cuando me lo pudiera follar. Pero o eso pasaba pronto o me iba a volver loco
Le volvía bajar, el cuello de David dejó caer su cabeza a un lado, abandonado al placer. Y yo, sin poderme controlar ya, me puse de rodillas y le bajé los pantalones de golpe. Su polla se liberó, bamboleando delante de mi y sin pensarlo demasiado me la metí en la boca.
Las mamadas era algo que había hecho poco, porque normalmente yo me encendía con demasiada rapidez y en seguida quería follarle. Pero David, mi pequeña chocolatina, se merecía una mamada aunque fuera rápida y algo inexperta.
-Joder Fran…- aspiró el aire con fuerza- Me encanta…- hundió la mano en el pelo de mi nuca-¿Puedo?-
Yo asentí con suavidad, dándole permiso mientras enroscaba mi lengua por su polla; y David comenzó a bombear en mi boca, metiéndola con suavidad… Su mano en mi nuca me guiaba con firmeza, y yo alcé los ojos para cruzar la mirada con su celeste, que me observaba con atención.
Desde abajo era impresionante. Por mi altura no podía apreciarlo a veces, pero con la semipenumbra y desde abajo su cuerpo se revelaba atlético y con mucho potencial. Y su rostro, ladeado mientras me miraba, con esa suave sonrisa chula, me desarmó totalmente… David me apartó con suavidad el pelo
-La chupas bien potrillo…Me voy a mal acostumbrar- y le dí una fuerte lamida a su húmedo glande como agradecimiento- Me voy a correr Fran…- me la sacó- Me da algo de cosa que se lo traguen- se disculpó
Yo, que por esos ojos y esa sonrisa hubiera estado dispuesto a eso y mucho más, me encogí de hombros pasándome el dorso de la mano por la boca para limpiar parte de la saliva y su líquido preseminal. David se desprendió totalmente de los pantalones, y yo aproveché para dejar mi polla al aire y comenzar a masturbarme con suavidad, mirándole arrodillado, con la espalda erguida y desde abajo, echando la cabeza algo hacia atrás
-Pero qué bueno estás así, joder- me dijo a la vez que sus dedos se enroscaban en mi cadenita de oro- Voy a explotar Fran, o me follas ya o me corro sin tocarme- y su polla delante de mí cabeceó totalmente húmeda
-Te voy a llenar entero-
Y me levanté desprendiéndome totalmente de los pantalones, al igual que había hecho el. Le dí la vuelta acariciándole la espalda, mientras restregaba mi polla por su culo. Y David, que se había apoyado en mi escritorio, subió su pierna para apoyarla en la silla, dejándome todo su culo prieto listo para que le dilatara
Por desgracia yo ya no estaba para mucha ternura y delicadeza, si el estaba a punto de correrse yo tenía una necesidad imperiosa de penetrarle… Hice lo que pude, pero al final cuando se la metí arranque gemidos y David tuvo que apretar los dientes en un par de ocasiones, yo fui dejando besos por sus hombros pero no bajé el ritmo: necesitaba reventarle ya
Una vez entró toda le abracé desde detrás, restregando mi pecho contra su espalda y mi mejilla contra la suya, en suaves movimientos… Y así comencé a follármelo, reclinándome en parte sobre él. Extasiado por sentir su piel contra la mía en cada fuerte bombeo: con cada empujón y cada retirada. David se agarraba a mi mesa con fuerza y tuve que bajar el ritmo cuando empezó a golpear sonoramente contra la pared.
-Me encanta follarte…- le susurré al oído, totalmente abandonado por el placer- Quiero correrme dentro de ti David- le mordí la oreja con suavidad- Eres tan suave... - aspiré el aroma de su cabello y del sexo que nos rodeaba- Mi chocolatina- cerré los ojos- Como me pones-
David solo pudo gemir, aguantando como podía la follada sin pausa que le estaba metiendo. Yo intenté retrasar mi propio orgasmo, pero era imposible. Cada centímetro de la piel de mi pecho estaba electrizado en el contacto con su espalda, con mis endurecidos pezones clavándose y apretando contra ella; mis brazos se tensionaron sin yo pretenderlo, pegándole del todo a mi… Y le mordi sin querer en el hombro, no pudiendo refrenar del todo mi ardor
Y David no ayudó. Apretó el culo en cuanto sintió que se venía mi corrida, precipitándola el mismo… Tensionando todo su cuerpo cuando dejé mi peso caer sobre él, tensándolo y dejándolo duro y prieto para mí. Haciendo imposible cualquier esfuerzo en contra, era como evitar un tsunami
Le llené entero de mi corrida, espesa y caliente. Mi polla palpitó y yo hundí la cara en su cuello, dejando besos y mordiscos esta vez más mesurados. David se corrió justo después que yo, en cuanto pudo relajar el cuerpo para no soportar mi peso. No hizo falta más que un par de meneos y se corrió sobre mi mesa, por suerte evitando manchar el ordenador.
Los dos suspiramos. Mi polla salió de su culo… Yo le cogí de la mano y le llevé al baño. Le iba a duchar entero. Qué menos después de la follada que le había metido… Estaba deseando ver la espuma por su cuerpo
Y en ese momento tuve que ser sincero conmigo mismo, sentía algo por David
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Hola. Para este cap he bajado un poco el nivel de intensidad, que no conviene estar siempre al rojo. Este es uno puente hacia el siguiente, que ya orbitará en torno a las competiciones, y de nuevo volveremos a subir la temperatura, pero ha servido para varias cosas importantes, como presentar a Héctor. Espero que os haya gustado y como siempre os animo a comentar para poder seguir en la línea de mejora. En el anterior teneis la respuesta a vuestros comentarios. Gracias por leerme