May we meet again IV

Fan fiction basado en la serie Fear the walking dead con Alicia Clark y Elyza Lex.

Alicia corrió hacia ella y lloró sobre sus labios, sin importarle que todos los demás la vieran. Sebastián se acercó con vendas, hilo y aguja para suturar y un poco de antiséptico.

– Va a estar bien – le dijo suavemente – no ha perdido tanta sangre, ve con tu familia – Alicia negó con la cabeza.

– Quiero quedarme con ella.

Entre Sebastián y Travis llevaron a Elyza hacia una de las habitaciones, Alicia sin despegarse de ella. Se sentó en un sillón y tomó la mano izquierda de la chica, mientras Sebastián hacía lo suyo.

Travis regresó a la sala para llevar a Nick hacia la misma habitación, con ayuda de Chris. Blanca ya había bajado y estaba junto a Madison, atando en las escaleras a Ka y a Trevor. Habían improvisado torniquetes para los chicos, pero no sabían qué hacer con ellos.

– Encerrémoslos aquí con los caminantes – dijo Chris regresando y mirándolos con furia.

Trevor lo miraba lleno de miedo y lágrimas gruesas corrían por su rostro hinchado. Los gruñidos y golpeteos provenientes de la estancia y el sótano empeoraban la situación. Madison estaba sentada en el primer escalón, se veía agotada y cuando Travis llegó junto a ella, ella le dio un beso corto y caminó hacia la habitación donde estaban sus hijos.

Travis puso sus manos en la cintura y con el ceño fruncido miró a los chicos.

– No nos dejan ninguna opción de piedad – dijo frotándose los ojos con cansancio.

Ka sonreía con sarcasmo y Trevor temblaba de miedo con el rostro lleno de sudor.

Madison entró en la habitación y vio a Alicia sentada en un sillón junto a Elyza y a Nick aún inconsciente en una cama individual. La chica acariciaba con su pulgar la mano de la rubia.

– Nos iremos apenas despierten – dijo en voz baja, acariciando la frente de Nick y luego yendo hasta Elyza revisando su brazo.

Alicia asintió recostándose de nuevo en el sillón.

– ¿Estás bien?

– ¿Qué harán con ellos? – preguntó la chica.

– No lo sé – suspiró.

Alicia miró a Elyza sobre la cama y una punzada de dolor atravesó su pecho, detestaba no ser igual de fuerte que ella, no poder ofrecerle la misma seguridad que la rubia le daba a ella. Elyza incluso aun herida la había protegido.

El sol empezaba a salir, era increíble como después de una terrible noche aún los pájaros cantaran alegremente, ajenos al miedo y al terror. Alicia se había quedado dormida en el sillón, con la mano de Elyza en su regazo, luego de haber cambiado sus vendajes y la camisa manchada, con ayuda de Madison.

– No te imaginas lo extraño que se me hace ver lo mucho que te gusta – dijo su madre cuando intentaban sacar el suéter del cuerpo inerte de Elyza, al ver que Alicia se sonrojaba terriblemente al sacar la camiseta que tenía debajo, dejando ver solo un sostén deportivo.

– Mamá – susurró apenada y Madison sonrió.

Nick parecía estar pasando por una fuerte resaca, tensó los labios cuando vio a Ka y a Trevor atados a la escalera. Salió rápidamente aun descalzo hacia la entrada.

– ¿A dónde vas? – le preguntó Travis siguiéndolo.

– Había uno más – dijo Nick llegando al jeep estacionado.

Vio al chico escondido en el asiento trasero y lo haló de la camisa para sacarlo, el chico lleno de pánico solo podía negar con la cabeza. Lo llevó a rastras hasta la casa y lo ató junto a los demás.

Madison, Blanca y Chris decidieron revisar las maletas en busca de ropa limpia y comida. Nick vigilaba a los tres chicos atados al borde de la escalera y de vez en cuando miraba por los ventanales hacia la calle, donde Sebastián y Travis hablaban sobre alguna cosa.

Dentro de la habitación donde estaba Elyza, Alicia caminaba de un lado a otro revisando las gavetas, algunas maletas abiertas en el suelo y los escaparates. Encontró varias prendas de ropa de su talla y dos gorras que ponían zombie lovers y rio por la ironía. Miró por encima de su hombro a Elyza, que aún seguía dormida y se quitó la camiseta que llevaba puesta para probarse la ropa que había conseguido. Vio en una esquina un pequeño espejo roto y se miró.

– Esa te queda muy bien – dijo una voz somnolienta al fondo.

Alicia giró sorprendida y se encontró con la mirada azul de Elyza sobre ella. Se acercó rápido a ella y acarició su frente y su cabello con cariño.

– Por fin despiertas – dijo en un susurro – estaba realmente preocupada.

– Estoy bien – dijo la rubia haciendo una mueca de dolor al intentar mover su brazo y no poder.

– Seguro – dijo con una sonrisa – en un par de horas nos iremos – Alicia se levantó – ¿Quieres agua? ¿Algo de comer? – preguntó mientras caminaba hacia la puerta.

– Quiero que te quedes – dijo – ¿Qué pasó anoche? – preguntó con voz seria.

– ¿Después de salvarme la vida una vez más? – preguntó con brillo en la mirada. La rubia sonrió.

– No voy a dejar que nadie te toque – le respondió.

– Lo sé – dijo dándole un beso corto en su mano izquierda – los dos chicos están atados en las escaleras, no saben que harán con ellos.

Elyza asintió frunciendo el ceño.

– ¿Quién es el chico que vino hacia mí?

Elyza evitó su mirada y Alicia la tomó de la barbilla haciendo que la mirara.

– ¿Por qué te cuesta tanto hablar del pasado? – Preguntó – yo no voy a juzgarte, eres importante para mi ¿lo entiendes? – dijo con seriedad. Elyza empezó a jugar con sus dedos en la sábana.

– Yo estaba con él, éramos como una especie de familia, habían otros – miró a Alicia – si alguien lo molestaba o lo hacía enojar, él lo mataba – añadió – yo me alejé de ellos antes de encontrar a Sebastián y a Bianca. No puedo creer que me lo haya encontrado de nuevo.

– ¿Qué pasará con ellos ahora?

Elyza cerró los ojos con cansancio – solo vámonos lo antes posible de este lugar.

Alicia salió de la habitación anunciándoles a los demás que Elyza había despertado. Sebastián llegó hasta donde estaba la rubia y se acercó a ella para ayudarla a levantarse de la cama.

– ¿Y bien? – le preguntó abriéndole la puerta.

– No dejes que sea mi decisión, por favor.

– No podemos matarlos.

– Claro que no – dijo la rubia suspirando llegando hasta la sala y viendo a todos reunidos allí – vámonos ya – espetó.

Tomó un cuchillo de una de las maletas y esperó que los demás salieran. Alicia la miró interrogante desde la puerta.

– Ve, en un segundo iré contigo – le dijo. Al salir volvió su vista a Ka – debería matarte por todo lo que has hecho – Ka la miraba con cinismo.

Se acercó al chico rubio y cortó las cuerdas que lo ataban – tú vendrás conmigo – el chico asintió agradecido – ¿Cómo te llamas? – el chico la miró e hizo una seña con sus manos sobre su garganta, dejándole ver una enorme cicatriz en su cuello.

– El idiota no habla – escupió Ka.

– Espérame en la puerta, no dejes que los demás te vean – le pidió.

Elyza se masajeó la sien y cortó la cuerda de Trevor. El chico se arrastró hasta una esquina con terror en los ojos. La rubia lo miró con lástima y dejó el cuchillo sobre el primer escalón, un poco alejado de Ka, que aún seguía atado. Caminó hasta la puerta de la estancia y quitó el seguro.

– Puedes ayudarlo a escapar y seguir siendo humillado y maltratado por él – le dijo a Trevor – o puedes dejar que los caminantes hagan su parte – salió de la casa con el chico rubio a su lado y cerró la puerta detrás de ella.

Llegó hasta la camioneta donde estaba Alicia esperándola y se sorprendió al ver al muchacho junto a ella – vámonos ya – le dijo a la morena.

Arrancaron en fila y salieron dejando atrás la mansión.

Mientras tanto, los golpeteos en la puerta de la estancia hacían que la puerta poco a poco fuera deslizándose.

– No seas imbécil y ayúdame – dijo Ka desesperado.

Alicia le tendió una de las gorras que había tomado y se la puso a Elyza.

– Te queda bien – le dijo sonriendo.

Elyza tomó la otra y se la puso a ella – a ti te queda mucho mejor – le dio un beso en la mejilla mirándola con ternura.

Desde la segunda cabina, el chico las miraba con una sonrisa tímida en el rostro. La rubia lo miró y le ofreció una barra de chocolate, iluminándole la mirada.

– ¿Puedes escribir tu nombre? – le preguntó la rubia y el chico asintió. Elyza sacó de su koala un lápiz de grafito y hurgó en la guantera del auto encontrando un pedazo de papel amarillento.

– Jaden – deletreó – bueno Jaden, yo soy Elyza y ella es Alicia – el chico asintió entusiasmado – Puedes quedarte con nosotros si quieres – le ofreció y el chico asintió con más entusiasmo que antes, haciendo reír a las chicas.

Still falling for you sonaba en el reproductor, luego de que Elyza registrara asegurando que había un cd en alguna parte. Jaden dormía en el asiento trasero.

– ¿Puedo pedirte algo? – dijo la morena llamando la atención de Elyza.

– Lo que quieras – dijo mirándola con curiosidad.

– ¿Puedes enseñarme a disparar? – Preguntó con timidez – cuando mejore tu brazo.

– Por supuesto – le dijo la rubia – ¿Por qué ahora?

– Anoche cuando estos chicos entraron a la casa y te vi herida – dijo despacio – me sentí tan impotente – su voz se quebró – no soportaría que algo te pasara, quiero poder protegerte, así como tú me proteges a mí.

– Alicia – dijo despacio – si no estuvieras conduciendo te comería a besos en estos momentos – la morena se sonrojó.

– Puedes darme un beso, no voy a chocar – le dijo apenada mirando por los retrovisores.

La rubia se acercó y le dio un beso rápido – eres preciosa – le dijo – y esa gorra te hace ver jodidamente sexy – Alicia rio con ganas.

– Los zombis depuran el planeta, hay que quererlos – dijo la morena – ¿Qué paso con Ka? – había estado evitando la pregunta, pero necesitaba saber, aunque empezaba a conocer más a Elyza, no la creía capaz de asesinar a alguien.

– Lo dejé con vida, pero con una pequeña complicación – dijo mirando por la ventana.

– Hacer este tipo de cosas no te hacen peor persona – dijo Alicia al ver que Elyza se perdía viendo las montañas – hay cosas que deben hacerse porque son lo mejor, las reglas han cambiado, hacer el bien y el mal ya no significa lo mismo que antes.

Elyza la miró y asintió – solo me importa mantenerlos a salvo a ustedes – dijo – aunque suene egoísta.

– Y todos queremos mantenerte a salvo a ti – le explicó – no lleves el peso de cada una de nuestras vidas sobre tus hombros, todos somos responsables de cuidarnos entre nosotros.

– Gracias – le dijo Elyza – gracias por aparecer en mi vida – le tomó la mano y la besó.

Se detuvieron en un campo abierto, alejado de la carretera y se estacionaron cerca de un árbol que daba bastante sombra. Sacaron algunas latas de comida y empezaron a comer. Nadie preguntó por el chico rubio que comía desesperado a un lado de ellos, todos miraban a Elyza esperando alguna explicación, pero ella no dio ninguna.

Nick miraba a Jaden con desconfianza – es solo un niño – le dijo Elyza – no lo mires así.

– Será tu responsabilidad – le dijo mirándola con seriedad, la rubia asintió.

Se puso de pie y llegó junto a Alicia – ¿quieres practicar? – preguntó sacando el arma de su pantalón y tendiéndosela a ella.

– ¿Cómo sigue tu brazo?

– Duele como el infierno, pero vas a disparar tú, no yo – se rio.

– ¿Estás segura? – preguntó la morena terminándose la lata de sopa y poniéndola a un lado.

– Sí, vamos – se puso de pie y caminaron hacia la carretera, donde se veían algunos caminantes perdidos yendo de un lado a otro sin percatarse de la presencia de ellas. Se acercaron un poco y la rubia le indicó a Alicia que apuntara a alguno – siempre a la cabeza – le indicó.

La chica disparó, el siseo de la bala se perdió en el aire sin darle a nadie.

Alicia bufó – intentaré de nuevo.

– Concéntrate – le dijo – apunta por encima de su cabeza – Alicia asintió y se preparó para disparar. La bala rosó al caminante y se dio la vuelta empezado a caminar hacia ellas – de nuevo – le dijo.

El caminante estaba a unos ocho metros de distancia, Alicia tensó los hombros y apuntó una vez más, exhaló a la vez que apretaba el gatillo y, para su sorpresa, la bala dio justo en la cabeza. La morena se dio la vuelta emocionada y abrazó a Elyza con fuerza, se separó de ella y la besó con más fuerza aún. A lo lejos, los demás veían la escena y sonreían entre ellos, incluso Blanca.

– No puedo creer que lo haya logrado – dijo separándose de la rubia y disculpándose al ver la mueca de dolor en el rostro de Elyza – quiero hacerlo de nuevo – cargó el arma siguiendo las instrucciones de la otra chica y se posicionó para continuar.

Elyza la miraba con admiración, notaba su gesto de frustración cuando fallaba y como se emocionaba cuando acertaba, se mordió la sonrisa cuando recordó que hacía aquello porque quería protegerla, a Elyza nunca nadie la había querido proteger, nadie que no fuera Sebastián, pero eso incluso era diferente.

– ¡Esa es mi chica! – Gritó cuando el último caminante cayó al suelo – ven aquí – con su brazo izquierdo rodeó la cintura de Alicia y la atrajo hacia sí para besarla. La morena rodeó su cuello con ambos brazos y se quedaron allí de pie, besándose, mientras los ojos curiosos desviaban la mirada por pudor.


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*aless (ID: 1448656) : Yo solo veo Fear por Alycia Debnam jaja no he visto TWD.*

**HombreFX (ID: 853437) : Gracias :D****

*miley (ID: 1266251) : Uff era tremendo en serio, pero bueno las personas siempre tomamos malas decisiones, yo aún sigo con el corazón roto.*