Maxi y sus juegos locos
Un vestido sexy y una tarjetita con instrucciones. Maxi es peligrosa.
Después de la primera sesión, que ya he narrado aquí. Yo estaba algo adolorida y confusa, pero también he de confesar que me sentía demasiado curiosa por los juegos que Maxi inventaba y el mundo que me estaba invitando a conocer.
Mi pareja tenía que llegar muy noche por una reunión de trabajo. Maxi aprovechó para invitarme a conocer otro "nivel" del juego.
Envió a mi oficina una paquete de regalo y una nota con instrucciones (era un juego sencillo, en el que me contrataba de puta por esa noche, yo reí pues me pareció un juego un tanto loco pero divertido). El regalo era un vestido lindo y muy sexy en verdad. Me lo puse y llegué a la hora indicada a la dirección indicada. Cuando toqué Maxi abrió la puerta y yo segui sus instrucciones:
Vengo a traerle el servicio que solicitó
Muy bien linda, pasa, ponte cómoda.
Se fue a la mesita y puso en mis manos una bebida deliciosa hecha con jugo de naranja y amareto.
Mientras charlábamos puso música deliciosa y me sirvió dos amaretos más. En determinado momento yo, bromeando, miré el reloj y le dije que se acababa su tiempo, pues era yo una puta muy ocupada y tenía otros clientes que atender. Entonces su gesto cambió. Algo brilló en sus ojos y me dijo que tenía razón. Qué me pagaría una hora más, además de la que ya habíamos convenido. Me dijo que cuánto era la cuota y yo dije una cantidad por jugar, entonces ella sacó unos billetes y los puso dentro de mi bolso. Yo reí, todavía jugando.
Entonces maxi me ordenó, muy sería,ponerme en cuatro patas sobre la alfombra, subir la falda de mi vestido y abrir las piernas. Yo dude un poco pues era algo violento y repentino
-te he pagado para que obedezcas, ahora cumple.
Lo hice entre avergonzada y juguetona, pero exitada por lo morboso de la situación, entonces ella se acercó a mi y con su mano comenzó a recorrer mis espalda y a acariciar mis nalgas. Llegó hasta la pantaleta y la hizo a un lado. Acercó su boca a mi vulva y comenzó a darle pequeños lametones qué me iban haciendome olvidar de la vergüenza y dar pequeños gemidos de placer. Cuando yo estaba ya bien mojada, se levantó y se puso frente a mi. Se desnudaba lentamente pero si darme autorización de moverme, entonces puso su sexo frente a mi rostro y me dijo que le chupara el clítoris, mientras ella me sostenía del cabello y marcaba el ritmo de mis lenguetazos, era delicioso olerla y chuparla, sintiéndome a la vez poseída por ella. Entonces me quitó la pantaleta dijo que me acostara boca arriba sobre la alfombra y se fue un momento, cuando regresó traía colocado un arnés con un dildo enorme. Me dió un poco de miedo, pero ella se acercó a mi y me penetró. Me acariciaba los senos y me los mordía mientras me penetraba, tuve como tres orgasmos y me sentía agotada y ella no se detenía y le dije que parara por favor que ya no podía más. Y ella me respondió que las putas no protestan, que para eso se les paga que ahora merecía un castigo por haberme comportado como una mala putilla. Se salió, se quitó el arnes y se sentó en el sillón, me dijo que me acercara y que ella me enseñaría a obedecer. Me acerque sin saber que con un movimiento rápido me colocaría bocabajo sobre sus piernas, me inmovilizó rodeándome la cintura con un brazo, levantó mi vestido y comenzó a azotarme muy fuerte. Yo ya sabía que me gustaba que me azotara, pero no me lo esperaba y comencé a llorar por que me dolía y me ardían las nalgas cada vez más y me sentía muy mojada y exitada en aquella situación, indefensa entre sus brazos, con el vestido levantado y recibiendo los azotes de esta mujer de la cual me estaba enamorando. Entonces le dije:
-mi amor, te obedeceré en todo y dejaré que me castigues cuando me porte mal, seré buena, aprendí ya. De verdad, duele
No parece que te disguste mucho, dijo acariciando mi sexo que se había vuelto a humedecer y metiendo un dedo hasta el fondo y masturbándome un poco.
-veamos que tan buena ha sido tu lexión, putita, ven a chuparme las tetas.
Me incorporé y, con las lagrimas, todavía recorriendo mi cara, pero muy dócil, comencé a chupar sus tetas mientras ella gemía, entonces fui descendiendo hasta su botoncito y ella abrió sus piernas para mí y la chupé con gula y delicia mientras ella casi gritaba y llegaba a un orgasmo delicioso, entonces me levantó y me hizo incorporar en el sillón hasta poner mi sexo en su boca y me comía hasta hacerme venir y llorar pero ahora de placer.
Entonces me abracé a ella en el sillón y ella me llenó la frente de besos tiernos y riendo le dije que si le había gustado el servicio y ella riendo dijo que si, que lo contrataría otra vez.
Se había hecho tarde y yo tenía que volver a casa, con mi mujer, entonces me despedí y cuando intenté devolverle los billetes que había puesto en mi bolso, dijo que los conservara, que después de todo los había gabado con "el sudor de mi frente". Ambas nos reímos y yo me compré un perfume delicioso.
Maxi ya no esta conmigo, pero si te gustan este tipo de juegos escribeme a alejandranueva@yahoo.com.mx