Mauro
Eres tú, el resto ha dejado de importar, qué más da que seas moreno, de pelo y piel, más alto y más mayor que yo, qué más da que tus preciosos ojos sean oscuros como la noche y tus labios sean lo más parecido a un pecado.
Es tarde, muy tarde y no puedo dormir, me cansa ver tanta tele y enciendo el ordenador, me paseo por varios sitios hasta que doy con un sitio, la gente habla y empiezo a leer. Dos horas después estoy totalmente enganchada, solo leo, se podría decir que escucho y veo los toros desde la barrera, hasta que te veo a ti
Te leo y captas mi atención al instante, tu manera de expresarte me indica que eres una persona culta, además todos te respetan y te hablan, te adueñas de la sala, de sus gentes y de mí.
Pides algo y yo sin pensarlo te contesto, rápidamente nos metemos en una conversación a dos bandas, hasta que un parpadeo me indica que me hablas en privado.
-hola
-hola-te contesto-
-eres nueva?
-si
-puedo quedarme un rato contigo? –me pides-
-claro, ponte cómodo
Dos horas después habíamos hablado de todo menos de nosotros. Tu no me cuentas nada y yo no pregunto, me despido y te despides.
Al día siguiente, te busco de nuevo, te veo y enseguida el parpadeo me indica que tú también me estabas esperando, de nuevo durante horas hablamos, nos damos diferentes opiniones.
-me gustas –me dices-
-tú también a mi
Me da miedo el rumbo de la conversación y me despido, te despides y me voy a dormir, pienso en ti y al día siguiente de nuevo estas ahí, de nuevo hablamos, esta vez de sexo, preferencias y demás, no me amilano y tú te sueltas, dos horas después pareciendo expertos en la materia me dices:
-me gustaría verte y hacerte el amor
-a mí también
Y de nuevo me despido y te despides, esto es demasiado inesperado y debo procesarlo, me meto en la cama y pienso, pienso y pienso.
No sé quién eres, no sé cómo eres, no sé cómo te llamas, no sé nada y te deseo, deseo que me acaricies, que me beses, que me ames.
De nuevo nos buscamos y de nuevo hablamos durante horas, libros, películas, televisión y al final
-te deseo –me dices-
-yo también
De nuevo salgo corriendo a esconderme y tú me dejas ir, no dejo de pensar en cómo va a terminar esto, jamás imagine poder sentir esto por alguien a quien realmente no conozco, pero no es cierto, si te conozco, sé que piensas, sé que te gusta, sé que comes, bebes y la ropa que te gusta en una mujer y la que a ti te parece cómoda.
Se mas de ti que mucha de la gente que cada día te ve, te habla, te da la mano y convive contigo.
nos buscamos y esta vez me dices nada más encontrarnos
-necesito verte
-y si no nos gustamos?
-tu a mí me gustas ya, no necesito ver tu cuerpo para saber eso, nada podrá cambiar lo que siento por ti ahora, tienes miedo de que yo no te guste a ti?
-no
-entonces veámonos, sin ningún compromiso, si no sentimos nada no pasa nada, seremos amigos, pero necesito verte, tocarte, olerte.
-creo que yo también
-esta es mi dirección, mañana cuando quieras ven
-porque en tu casa?
-soy alguien normal, no temas, quiero que sea en mi casa porque no quiero compartirte con nadie. Quiero verte sin nada a mí alrededor.
-no sé, no te conozco
-dale mi dirección a una amiga y la llamas en una hora, si no lo haces sabrán donde encontrarte. Te deja eso más tranquila?
Me despido, salgo de nuevo a esconderme y tú me dejas ir de nuevo. No voy a ir a tu casa, me da miedo, no tú. Me da miedo no controlar las cosas. A las diez de la noche voy a conectarme y enciendo el ordenador, entro y vienes de nuevo a mí.
-aun te espero
-no puedo
-si puedes
Me despido, y me dejas ir otra vez. Me desnudo y me voy a la cama, doy vueltas sin parar y a las doce me pongo el abrigo sobre la ropa interior, cojo el bolso y salgo a la calle, cojo un taxi y toco a tu puerta.
-hola –me miras sabiendo quien soy-
-hola
Eres tú, el resto ha dejado de importar, qué más da que seas moreno, de pelo y piel, más alto y más mayor que yo, qué más da que tus preciosos ojos sean oscuros como la noche y tus labios sean lo más parecido a un pecado.
-ven pasa
Te apartas para que pase y tu brazo roza mis pechos, mis pezones se endurecen al instante. Tú miras y te das cuenta de mi excitación.
Me llevas directamente a lo que creo es tu habitación y solo cuando estamos ahí te acercas, tu boca está a un palmo de la mía.
-voy a desnudarte, no quiero que nada me separe de tu piel.
Desabrochas mi abrigo y tus ojos se abren al máximo cuando ves mi ropa interior, no esperabas que fuera medio desnuda.
-sabía que eras una mujer caliente, pero nunca soñé que tanto. Sabes que eres la primera mujer que conozco de internet?
-porque yo?
-porque me da mucho morbo tu manera de pensar, tu manera de ver las cosas…
-yo nunca había conocido a nadie, era la primera vez que entraba en un chat
-siempre me parecieron mujeres frívolas, vacías, nada me llamaba a conocerlas personalmente, tan solo era una diversión en el ordenador.
-y tu mujer?
-no vive aquí
No me explicas más, y no pregunto más. Tus manos resbalan por mi piel, acarician cada rincón de mi cuerpo que queda libre de la ropa interior, empiezo a desnudarte, apenas tienes vello, y el que tienes es muy fino, tu piel se estremece bajo mis manos y me excito, mis bragas se mojan aún más, cuando noto que te sacas la polla, te sientas en la cama, me arrastras contigo y apartándome la braga entras en mí, me penetras de un solo empujón, mientras me miras y sacas mis pechos de sujetador.
-siento ser tan directo, pero no puedo más, llevo días soñando con esto, necesitaba estar dentro de ti.
Me mueve sobre él y su polla se mueve libremente en mi coño cada vez más mojado, me da morbo que me folle con las bragas puestas. Me agarra del culo y me ayuda a menear las caderas,
-estoy a punto, quieres que salga?
-no
Te mueves más deprisa hasta que consigo correrme y antes de terminar noto tu semen invadir mi vagina, se llena de tu leche caliente.
Me tumbas a tu lado y me bajas las bragas, mientras te inclinas ante mí, abriéndome las piernas bajas tu cabeza y empiezas a lamerme, frotas mi clítoris con tu lengua mientras me sigues follando con dos dedos, que chapotean con mis fluidos y los tuyos.
Muerdes flojo la carne inflamada hasta que jadeo agarrándome a tus sabanas y tengo mi segundo orgasmo contigo, empujas ahora tres dedos sin dejarme bajar y de nuevo lames, me das la vuelta dejándome boca abajo en tu cama, muerdes mi culo y me das un azote antes de abrirlo y pasar tu lengua por mi raja, pasas largo rato lamiendo mi culito, excitándome como nunca he estado, me retuerzo debajo de ti como una culebra, después de dos orgasmos estoy hambrienta de más, te pones ahora a mi lado y pones tu polla en mi boca.
-chúpamela cariño, lame mi polla, quiero verla entre tus labios.
Chupo, lamo, beso y mordisqueo el capullo de tu polla, te miro y me sonríes
-no imaginas lo excitante que es ver tu cara de princesa lamiéndome así la polla, como una putita.
Empuja entre mis labios y me la mete en la boca, yo trago y me meto más aun, acaricio sus testículos, los pellizco flojo y también los chupeteo, mientras meneo su polla antes de volver a tragármela.
-sí, que bien lo haces, sabía que sería así, lo supe el primer día que discutimos de política.
Sé que quiere correrse en mi boca y chupo fuerte, más fuerte, muevo mis labios, mi lengua
-nena no voy a aguantar
Yo sigo y noto como poniendo la mano de canto entre mis piernas, mete dos dedos en mi coño y empuja uno en mi culito mojado anteriormente por él, me duele, me muevo.
-no te muevas cielo, déjame que siga jugando con tu culito
Mete más los dedos en mi vagina y entre mis jadeos se aprovecha y mete el de mi culo completamente, lo deja quieto y soy yo quien mueve las caderas para sentir mi vagina penetrada, el empuja y yo chupo, mordisqueo y jadeo, grito cuando de nuevo me corro y el empuja su polla dentro de mi boca y se corre en mi garganta, en mi boca, sin dejar de mover sus dedos en mi interior.
Los dos nos quedamos tumbados sin hablar, sin movernos, solo retumba en la habitación el sonido de nuestras respiraciones acompasándose.
-algo me decía que iba a ser así nena, que te ha hecho cambiar de opinión y venir
-el miedo
-miedo a que?
-a no volver a hablar contigo, a que desaparecieras y no quisieras saber más de mí.
-nunca tengas miedo de mí, lo podemos hablar todo.
-tengo que irme
-alguien te espera en casa?
-no
-me alegro
-no vives aquí verdad? –le pregunto-
-no
Me levante, le mire y me puse el abrigo despacio sin la ropa interior
-volverás?
-creo que si
Salí de ese piso, deje su olor, sus caricias, sus besos y salí al frio de la noche y le añore, ya echaba de menos como me hacía sentir, como sentía a su lado.
Cuando llegue a casa encendí el ordenador y enseguida el parpadeo me indico que estaba esperando.
-hola, que tal? cuéntame cómo crees que ha ido –pregunte confundida-
-podría decirte que me pareciste preciosa y por eso no pude controlarme y te hice el amor sin preámbulos, pero no es cierto.
-no te guste?
-no es eso, me pareciste preciosa, pero es que me hubieras parecido preciosa aunque no lo hubieras sido. Me encanto todo en ti, pero es que me hubiera gustado lo que hubiera visto, porque eras tú. Estaba predispuesto a todo, tu preciosa boca que lo es, me hubiera parecido igual de preciosa aunque hubiera sido fea, solo por ser tuya. Me entiendes?
-creo que si
-cuando volverás? –preguntaste-
-tengo que irme
Me despedí y tú de nuevo me dejaste partir, esa noche tú fuiste el centro de mis sueños y desperté mojada, hambrienta y frustrada, me fui al trabajo y por la tarde fui a tu casa, toque el timbre y me abriste, te retiraste de nuevo
-pasa nena
Lentamente ande por el pasillo que llevaba a tu dormitorio mientras me desabrochaba la camisa sacándola de mi falda, la tire en el pasillo. Te mire y sonreíste tras de mí, sin acercarte demasiado.
Desabroche la falda y la deje caer, de nuevo estaba en ropa interior en tu habitación y entonces te acercas, me besas y yo me arrodillo, desabrocho tu pantalón y saco tu sexo, ya estas duro, suspiras cuando lo meto en mi boca y lo succiono, lo muerdo, lo beso y lo vuelvo a meter bien adentro, succiono de nuevo hasta que tus jadeos me indican que estas al límite.
Me levantas y me tiras sobre la cama, de nuevo me follas con las bragas puestas, las apartas y en un instante estas en mi interior, entras y sales tan deprisa… tan fuerte que mi cuerpo clama el orgasmo, suspiro, jadeo y me corro gritando. Me pregunto porque solo contigo mis orgasmos son así?
Me coges ambas manos y me levantas de la cama, me llevas a un sillón y haces que me arrodille mirando el respaldo, te arrodillas tras de mí y de nuevo muerdes mi trasero, lo abres y pasas tu lengua por mi rajita, la metes de nuevo en mi culo y jadeo del placer que me das, metes ya un dedo profundamente, lo siento pero no duele como ayer, entras y sales hasta que lo dilatas y luego añades otro y me follas el culo con tus dedos mientras muerdes mi carne y con tu otra mano friccionas mi clítoris hasta que de nuevo me corro de esta manera tan inesperada, te levantas y no me dejas girar, noto tu polla empujando en mi culito medio dilatado, me agarras fuerte y metes la cabeza de tu polla, yo grito de dolor.
-tranquila gatita, relájate
Sus palabras no son tiernas, pero hacen que me relaje y de nuevo empuja, empuja y se mete por completo, mis ojos se llenan de lágrimas y él no se mueve, me acaricia la espalda suavemente, su mano sube y baja por mi columna relajándome más, entonces empieza a moverse lentamente, poco a poco acelera hasta follarme desesperadamente rápido y profundo mi culito, que se abre para él, y jadeo excitadísima cuando su mano busca entre mi rajita el clítoris lo fricciona hasta que me corro
-voy a llenarte ahora el culito nena
-sí, sí, si –le digo-
Noto su corrida en mi culo y vuelvo a correrme enseguida, con él, jadeamos, gritamos y gemimos, hasta que nuestras respiraciones se relajan.
De nuevo nos quedamos tumbados, no hablamos hasta que digo que tengo que irme, tú me dejas ir de nuevo. Pero esta vez me dices en la puerta
-jamás había sentido nada parecido nena
Me voy sonriendo, feliz por saber que para ti también es distinto a todo.
Al día siguiente no puedo ir. Te aviso la noche antes, tengo un compromiso. Me arreglo para la cena, he quedado con mi amiga para cenar, quiere presentarme a su marido. Llevan dos años casados, pero no pude ir a la boda se casaron en el extranjero. Entro en el restaurante y Laura me saluda, me siento a su lado después de besarnos efusivamente.
-ya llega mi marido, esta de camino
Hablamos durante más de media hora, siempre ha sido mi mejor amiga, aunque por primera vez llevábamos casi dos años sin vernos, se fue a vivir lejos y se casó allí con alguien que conoció, la he echado muchísimo de menos. Pero por fin volvemos a estar juntas, se mudó el mes pasado.
Se levanta y me dice encantada, es mi marido ya llega, me giro y enmudezco, ambos nos quedamos uno frente al otro sin saber que decir.
-Mauro ella es Sofía por fin os conocéis
-hola –dijimos ambos-
No sé ni como pude ocultar que ese hombre era a quien llevaba días entregando mi cuerpo, mi alma y mi todo.
Durante dos semanas no me conecte, no volví a su casa, era el marido de mi amiga, pase mil noches en vela, hasta que una mañana yendo al trabajo, pare, llame a la empresa y dije que no podía ir y cogió un taxi que me llevo a tu casa, toque el timbre y me abriste.
-pasa –como siempre-
Yo volví a recorrer ese pasillo desnudándome en él y tu volviste tras de mí, me lanzaste a la cama y me follaste sin piedad, ambos follabamos con tanta ansia que marcamos nuestros cuerpos, me mordías los pechos y yo te arañaba la espalda, mientras tu polla penetraba mi coño, mojándolo mientras se hinchaba más , se endurecía dentro de mí.
Nos corrimos enseguida, mis espasmos te apretaban la polla mientras notaba los chorros de tu leche.
No dejaste de empujar, no dejaste de follarme a pesar de que tu polla se puso flácida, cuando salió de mí, bajaste a lamerme, a morderme, a besarme y penetrarme con tus dedos, te giraste para que pudiera lamer tu polla, y la lamí, la mordí y la succione en mi boca, tu jadeabas sobre mi coño yo sobre tu polla. Cuando estábamos por perder el control, dejas de chupar, tu polla ya está de nuevo dura llevábamos semanas sin follar.
Me pones a cuatro patas como las perras y me la metes directamente en culo, me duele tanto que te insulto y tú no paras. Ambos perdemos el control, nos movemos acompasadamente, me giro y te miro, sé que te duele la polla y aprieto más aun mi culo.
-sé que lo haces a propósito, me da igual, quizás merezcamos este dolor
-no pares Mauro, no pares por favor
-no parare hasta llenar tu culo con mi leche
Me muevo, te mueves, me muerdes la espalda y pellizcas la carne inflada de entre mis piernas.
-voy a correrme Mauro
-y yo Sofía
Seguimos moviendo al unísono y tú te acercas a mi oído y me dices justo antes de correrme.
-te quiero Sofía, te amo, córrete conmigo
-si si me corro, yo también te amo Mauro
Y también te corres conmigo, abrazándome, sabiendo que nos amamos.
-tengo que irme –te digo mientras me visto-
-no Sofía, no te vayas, no me dejes
Y vuelvo a la cama, por fin hoy no me dejas ir. El resto me da igual, me abres los brazos y me refugio en ellos. No has dejado que me fuera, me quedo dormida justo cuando de nuevo me dices que me amas.
-yo también a ti –te digo justo antes de dormirme-