Matrimonio maduro

Quedo con una pareja para hacer un trío pero primero el marido me pasa la ITV.

Mi nombre es Carlos, actualmente tengo unos 48 años, pero voy a relataros mis andanzas por los mundos de los tríos bisexuales con parejas de variada edad, con las que tuve encuentros hace mucho tiempo.

Ahora mi situación personal no me permite volver a repetir esas experiencias, pero me gustaría compartirlas con todos vosotros para que no queden en el olvido y si os ayudo a masturbaros con alegría; mejor que mejor.

Bueno, empezaré con una pareja con la que me lo pasé bastante bien. En aquel momento yo tenía unos 29 años y había contactado con un matrimonio de una población cercana a la mía que querían conocer a un chico bisex para estar con los dos. Ellos rondaban la cincuentena pero eso no me importaba demasiado. Es más, me ponía muy guarro. Yo ya había tenido experiencias homosexuales por zonas de cruising de la zona (esas son otras historias que relataré) y tenía muchas ganas de estar con un matrimonio y ser un juguete para los dos.

Fui una tarde a conocer solamente al marido porque la mujer se encontraba fuera haciendo compras. Se llamaba Juan, pelo cano, no muy alto y con una barriguilla no demasiada abultada. Estuvimos hablando un buen rato en su oficina (allí me citó) y después de relatarle mis experiencias de todo tipo, me dijo que le parecía bien y que quedaríamos los tres dentro de muy poco. Como el que no quiere la cosa, me comentó que si no le importaba hacer alguna cosa con él antes de ese encuentro. Yo estaba más caliente que una mona después de la charla y accedí gustosamente a ese primer encuentro. Dicho y hecho. Juan se plantó delante de mí y se bajó los pantalones mostrando un pollón nada despreciable de unos 17 cms, medio empinada y con unos buenos huevos depilados. Me lancé a comerle la polla como si no hubiera un mañana.

  • Estabas deseando comértela, ¿eh?

No le contesté porque no podía dejar de tragarme ese pollón que cada vez se ponía más dura y gorda dentro de mi boca. Muy gorda, recubierta de una suave piel que contrastaba con la dureza que iba notando.

  • Mucho bisex, pero en el fondo lo único que queréis son pollas y disimuláis quedando con parejas.

Le levantaba la polla con una mano mientras le pasaba la lengua por los huevos y a lo largo de todo el pene para volver a tragármelo con pasión. Estaba disfrutando mucho y él también a tenor de los gemidos que daba. No dejaba de decirme que me iba a dar toda la polla que quisiera pero que parase que se corría. No hice caso y le seguí dando una buena paja mientras con la otra mano empecé a acariciar su ano que ya tenía medio abierto.

  • "Para cabrón, que me corro", dijo.

Paré y me condujo a una parte de su oficina/almacén donde tenía un camastro que dijo que utilizaba para dormir cuando se le hacía demasiado tarde trabajando y así se ahorraba el camino de vuelta a casa. Me daba a mí que ese tío se había follado a más de uno en ese colchón medio sucio. Allí nos desnudamos y ya tumbados se puso a comerme la polla con muchas ganas y diciendo que estaba muy rica.

  • Oh, que puto que eres. La tenías escondida. Que buena porra te gastas, cabrón.

Tengo una buena polla. Unos 18 cms de larga y bastante gorda. El tío estaba encantado. Y lo hacía bien. No era la primera que se comía. En la conversación anterior me había dicho que a veces quedaba con otro amigo también casado y se pegaban buenas comidas de pollas. Yo le acariciaba la espalda mientras lo hacía y me dijo que a ver si yo era un poco  maricón por acariciarlo. Jajajaja Tampoco es que lo que estuviéramos haciendo no fuera de eso, pero bueno. No iba a entrar en polémicas cuando me lo estaba pasando realmente bien.

  • Traga que te gusta más que a mí, le dije.

Ahí siguió un buen rato, mientras yo le pegaba una buena paja y exploraba su ojete cada vez mas abierto.

"¿Me quieres follar?"

  • Nunca se lo he hecho a un tío, le dije.

"Espera un momento." Y de un cajón sacó un consolador de color carne de buen tamaño, una polla bastante realista.

"Métemelo antes de follarme".

Se tumbó boca arriba en la cama y levantó sus piernas. Empecé a metérselo lentamente. Su ojete palpitaba cada vez que se lo sacaba por completo y lo volvía a meter.

"Que gusto me das, que pollazo", me decía.

Yo estaba con una erección de caballo. Y después de unos minutos haciendo esto, me puse un condón, le levanté las piernas y le metí toda mi polla lentamente.

"Uffffff, que gusto más grande" " Que culazo tienes" le decía.

Para ser el primer ojete de tío que perforaba me estaba gustando muchísimo. Sentía como su esfínter abrazaba todo mi pene en cada envite que le daba y el tío no dejaba de gemir como una putita.

"Ay, sí, sí, que pollón, dame más, que gusto, que gusto,"

"¿Esto no es de maricones? Mírate, espatarrado mientras un tío te folla el culo" "Toma polla, mariconazo de mierda" "Te voy a follar delante de tu mujer para que vea con quien se ha casado"

Me estaba viniendo arriba y cada vez tenía los huevos más hinchados. Me pone mucho el decir guarradas cuando follo.  El calor que subía de mis cojones inundaba todo mi cuerpo. Me sentía genial. Estaba muy cachondo y cada vez me estaba gustando más follarme ese ojete. Le solté una pierna y le agarré la polla para pegarle una paja mientras lo follaba.

"Ah, ah, que me corro" me decía.

Me agaché mientras seguía taladrando ese dulce culo y le pude chupetear un poco el capullo.

No pudo resistirlo. Se corrió inmediatamente y me agaché a comerle toda la corrida. Me encantaba sentir toda su polla recién corrida llena de lefa restregándola por mi cara y chupando todos los restos. Enseguida me levanté y arrimé mi polla a su boca para que la chupara.

"Traga puta, cómete bien esta polla"

Le seguía follando el culo con dos dedos (lo tenía muy abierto) y el aprovechó para meterme un dedo también a mí. No duré mucho. Me corrí en su cara y se tragó toda la lefa.

Después nos fumamos unos cigarros, nos vestimos y quedamos en llamarnos próximamente para concertar una cita ya los tres juntos. Pero eso es otra historia (continuará).


Por favor, decidme en vuestros comentarios si os ha gustado la historia y si tenéis ganas de leer la continuación.