Matices

Me impresionan los días que despierto sumida en un mar de contradicciones dónde requiero ese que de éxtasis para luego sentir vacío, re ese sentimiento de culpa por no saber que sucede en nuestras vidas y enfrentar el hecho que de lo que verdaderamente nos separa.

Capitulo 1

Constantemente me preguntaba si había tomando la decisión correcta, quisas el arrebato había colmado de insensatez mis acciones y no teniendo resistencia estaba acabando con lo poco que nos quedaba, era un hecho, simplemente esa noche me marchaba.

No recuerdo cuantas veces lo pensé e imaginaba el momento de desenlace, las cosas que tenía que empacar, la ropa , los libros aquellos detalles que no tomamos en cuenta en una ruptura, como la mudanza, dejar atrás todo aquello que tiene memoria en el corazón, yo no quería lidear con ese sentimiento y muchas veces, me detuve, sostuve la palabra en mi boca antes de que escapara y atenerme a las consecuencias,

pero ya era algo confuso y en si,

dramático, no era mi estilo,

A mis 28 años mi mundo se había convertido en una gran roca, árida e impenetrable, hermética y sólitaria producto de la rutina, el trabajo de mas de 10 horas en una fábrica de textiles, dónde era la jefe en turno y dónde pasaba los días supervisando que todo funcionará sin darme cuenta, que la que ya no estaba del todo bien era yo, - mi relación personal se había vuelto nula evitaba contacto físico, aunque todas las noches estaba una invitación trataba de excusarme y justificaba mi desánimo con frases tontas, como amor, estoy cansada mañana madrugo,

poco a poco se me agotaban las excusas, ya no tenía más, y casi en el sentido obligatorio me forzaba a tener intimidad dónde la mayoria de las veces apresuraba el acto queriendo evitar disfrute alguno, buscando que la satisfacción fuera parte de una danza, acordé a los pasos repetidos y numerados que, previamente eran señalados por ambas partes, y una ves consumado,

caer en ese letargo y volver al lugar asignado de la cama, donde las buenas noches se daban con un apagón de la lámpara de mesa, así eran mis apasionadas noches de pareja , desde cuando? , No lo sé , no lo recuerdo, no recuerdo en qué momento llegué aquí, a ese punto dónde la vida se resumió en notas de cuentas por pagar de vueltas al súper para la merienda, de llegar a la tintorería por la ropa, cuando paso?? No lo sé,

En ocaciones me despertaba con el ardiente deceo a flor de piel, buscaba entre las sábanas su piel suave, y en ese contacto anhelante me concentraba y trataba de estar húmeda muchas veces no había respuesta, su cuerpo parecía ignorar mi necesidad urgente y buscaba entonces desahogar mis instintos en el roce de mis dedos sobre mi clitoris palpitante que hinchado esperaba al tibio contacto de mi piel, apretaba mis piernas que pronunciaba la sensación de calor, ardía si ardía, tenía la urgencia, quería sentir, mis dedos recorrían mi vagina explorar las profundidades de mi ser, sentirme viva, mis gemidos que obligaba a callar apretando mis labios emitían sonidos casi imperceptibles a los oídos de mi acompañante, que inerte en los brazos de Morfeo se mantenía lánguido e ignorando lo que a su alrededor acontecía, cuántas madrugadas tuve que mantener ese idilio apasionado con mi cuerpo ansioso de amor y me preguntaba porque huia a su caricia cuando me pedía satisfacerme y por otro lado anhelaba buscar esa misma caricia cuando mi cuerpo parecía despertar de una escena de pasión que soñé o cuando necesitaba sentirme viva, deceada, era tarde más de las 7:00am llegaré retrasada esta vez, Dios otro día más, y el aún duerme.