Matacrisis 11 (triángulo en Internet)

Mientras Camila repasa los últimos acontecimientos, recibe una inesperada visita a través del messenger que la conducirá a una nueva experiencia con Vanessa.

La vida transcurre apaciblemente para una familia madrileña de clase acomodada hasta que la crisis económica empieza a afectar a las consultas del matrimonio de psicólogos formado por Sergio y Rebeca.

Mientras, su hija Camila empieza a ver cómo su mundo se desmorona y las fronteras de lo que conocía hasta ahora se desdibujan ante la presencia de la imponente novia de su hermano: Vanessa.

Capítulo 11

Camila se enfrenta a un triángulo en internet

de lo más extraño.

Camila no podía dejar de pensar en lo sucedido en el piso de Vanessa.

La excitaba recordar cómo un aparentemente inocente masaje a manos de la rusa Ekaterina, una de las dos sirvientas en casa de su novio, se había transformado en una intensa sesión de sexo lésbico.

Tampoco podía dejar de pensar que Vanessa también había hecho lo mismo con Rada, la gemela de Kat que también trabajaba en la casa de Toni, y eso la hacía sentir una mezcla de celos y una fuerte tensión sexual a partes iguales.

Por un lado sentía celos al imaginarse a Vanessa y Rada entregadas a la lujuria, teniendo sexo sobre la cama de la novia de su hermano. Pero a la vez, ella sentía crecer una intensa ola de pasión en su vientre al imaginarse sustituyendo a la rusa sobre el desnudo cuerpo de la hermosa y seductora Vanessa.

Encima, se complicaba el cóctel de sus pensamientos con una pizca de culpa al recordar lo mucho que había disfrutado su encuentro con Ekaterina… pero, extrañamente, no por Toni sino por Vanessa. Cada vez la resultaba más claro que su mente estaba cada vez más enganchada de esa chica. Y se sentía estúpida. Era la novia de su hermano, estaba claro que se amaban y lo mostraban constantemente tanto en público como en privado, si todas esas insinuaciones de la propia Vanessa eran ciertas.

Para completar su caos mental, estaba Toni. Era su novio, cierto, pero aunque sus últimos encuentros habían sido de lo más positivos, según pasaban los días volvía a su mente la idea de una urgencia que nada tenía que ver con él.

De hecho, no dejaba de pensar en la oferta que la joven criada rusa había formulado después de compartir una íntima sesión de sexo en casa de Vanessa y se imaginaba a sí misma aceptándola y metiéndose en la cama con Kat y Rada en casa de su novio… y del padre de éste, que apenas unos días antes había abusado de ella hasta correr el riesgo de haberla llegado a embarazar o transmitir alguna enfermedad.

Eso era, quizás, lo que más la hacía desechar la idea. Cada vez que lo pensaba, la recorría un escalofrío. Por encima incluso siquiera de llegar a pensar que podía ser una forma de engañar a su actual pareja, claro que Vanessa seguramente la diría que en realidad no pasaba nada… como cuando le hizo la mamada a ese chico en la parte de atrás del coche cuando fue a recogerla tras sufrir la violación por parte del padre de Toni.

Claro que, otras veces, lo que pensaba es que a quién estaría engañando sería a Vanessa. Y eso sí la hacía tener un ligero sentimiento de culpa por tener esos impuros pensamientos con la rusa.

De todas formas, tampoco estaba segura de que Vanessa y Rada también lo hubieran hecho... ¿verdad?. Ni siquiera lo había preguntado, sólo lo suponía.

Todos esos pensamientos se agolpaban en su mente y la hacían sentir cada vez más confusa y atormentada.

soñando despierta?

De repente apareció un mensaje emergente en la pantalla de su ordenador que interrumpió sus pensamientos, un mensaje de Vanessa.

Mientras pinchaba para abrir la conversación, su pulso se aceleró.

Ahí tenía el texto, pero Vanessa no la figuraba como conectada y ella misma tenía la configuración del Messenger como “desconectada”.

Volvió a leer sin darse cuenta el mensaje en pantalla, mientras aparecía un nuevo texto justo debajo.

Vanessa dijo (22:59):

soñando despierta?

Vanessa dijo (23:00):

hooooola!!

despierta, conéctate

Camila no dudó. Se puso como conectada e inmediatamente, como si fuese una señal, empezaron a salirle ventanas emergentes de conversaciones en pestañas junto a la de la novia de su hermano. Eran los chicos del coche de hacía unos días a quienes Vanessa había dado sus correos, aparte del juego en que las había apostado a ambas si uno de los chicos era capaz de aguantar cinco minutos una mamada con ella.

Camila dijo (23:00):

hola

Vanessa dijo (23:02):

qué hacías?

pensando en que conjunto ponerte para Toni?

Camila no había vuelto a pensar en esos modelitos tan sugerentes que Vanessa la había incitado a comprarse… o casi. No pudo evitar enrojecerse al pasar rápidamente la imagen de Kat por su mente.

Y, aunque sabía que no era lo mismo que si los tuviera realmente enfrente, las iluminaciones anaranjadas intermitentes de las otras cinco pestañas la ponían tan nerviosa como si estuviera contando sus más íntimos secretos a ese grupo de desconocidos.

Vanessa dijo (23:03):

qué pasa?

te ha comido la lengua el gato?

Vanessa dijo (23:04):

XD

Camila dijo (23:04):

no, lo siento

es que me apareces desconectada y tengo a esos pesados a la vez y me has pillado a punto de irme a la cama

Había mentido, pero la situación la había pillado tan de improviso que, como siempre que estaba ante Vanessa tanto en persona como virtualmente, no era capaz de reaccionar normalmente.

Nerviosa, esperó la respuesta de la chica al otro lado de la pantalla.

Cada minuto que iba pasando era peor que el anterior. No sabía si Vanessa seguía allí o si ahora, de verdad, estaba desconectada. Quizás se había vuelto a enfadar con ella.

No podía soportar esa idea.

Al final, reunió fuerzas para teclear de nuevo.

Camila dijo (23:10):

vanesa?

Vanessa dijo (23:10):

Vanessa

Camila dijo (23:11):

qué?

Vanessa dijo (23:11):

mi nombre es Vanessa, no te hagas la estúpida, vale?

Camila dijo (23:11):

lo siento

Vanessa dijo (23:12):

a ver si aprendes un poco de educación y dejas de comportarte como una cría

Camila dijo (23:12):

ya dije que lo siento, perdóname

Contestó, sorprendida por la cortante respuesta. Nunca terminaba de acostumbrarse a esos cambios de humor de la novia de su hermano y no sabía cuánto le podría durar esta vez. Y no quería que estuviera enfadada con ella.

Vanessa dijo (23:13):

dónde los tienes?

Camila dijo (23:13):

qué?

Vanessa dijo (23:13):

eres tonta?

Camila dijo (23:14):

es que no sé de qué hablas

Vanessa dijo (23:14):

los conjuntos del otro día

o ya te olvidaste?

Camila dijo (23:15):

los tengo guardados

Vanessa dijo (23:15):

tengo ojos, sabes?

ya veo que no llevas puesto ninguno

Camila dijo (23:15):

cómo lo sabes?

Vanessa dijo (23:16):

adivina

Camila dijo (23:16):

no lo sé

Vanessa dijo (23:17):

eres un poco cortita a veces, lo sabías?

mira delante tuyo

Camila dijo (23:17):

qué?

Vanessa dijo (23:17):

¡por Dios!

Vanessa dijo (23:18):

es qué no ves que tienes encendida la cam?

Camila dijo (23:18):

lo siento

Se sentía tonta y desorientada. Ni se había fijado en ello. No sabía siquiera cómo se había puesto en funcionamiento la webcam.

Por un momento, incluso pensó que Vanessa era la que había encendido el aparato. Pero eso era imposible, ¿verdad?.

Otro pensamiento cruzó su mente. ¿También la estarían viendo en las otras ventanas de conversación?. La recorrió un escalofrío por todo el cuerpo al sentirse totalmente expuesta sin siquiera darse cuenta, espiada.

Pero luego otra idea cruzó su mente. Vanessa la espiaba. ¿Significaba eso que…?.

Vanessa dijo (23:20):

y bien?

vas a dejarme ver cómo te sienta alguno de esos modelitos o es que no piensas volver a ponértelos nunca más

Camila dijo (23:20):

me están viendo todos los que están conectados ahora?

Vanessa dijo (23:21):

es una pregunta idiota

Sólo te veo yo

o es que estás chateando con alguien más?

Camila dijo (23:22):

no

Vanessa dijo (23:22):

mejor, porque soy muy celosa

La nueva descarga que sintió Camila ahora fue de placer.

En el fondo la gustaba y deseaba ser objeto del deseo de Vanessa, aunque no sabía si estaba hablando en serio o no.

Se levantó y fue a buscar uno de los modelitos que había comprado apenas un par de días antes.

Lentamente se desnudó, de espaldas a la cámara, por la extraña sensación de ser observada por más ojos de los que deseaba que se posaran sobre ella.

De hecho, cuando ya estaba completamente desnuda, fue cuando se dio cuenta de que en realidad podía ser así. Y no precisamente desde la webcam.

Acababa de recordar que tenía la persiana subida.

Las cortinas estaban corridas, cierto, pero eso no evitaba que su cuerpo pudiera ser espiado debido a la mayor intensidad de la luz procedente de la lámpara del techo frente a la oscuridad reinante fuera.

Era una sensación extraña, una mezcla entre su pudorosa personalidad y ese puntillo exhibicionista que la hacía tener Vanessa cada vez que estaba con ella… o se comunicaban por el messenger, como ahora.

Al final, abrió uno de los cajones y cogió el primer conjunto que encontró.

No quería demorarse eligiendo entre todos ellos, se sentía demasiado expuesta pese a esa pequeña excitación que rondaba al borde de su mente.

Se puso el pequeño sostén que no llegaba a cubrirla la parte superior de sus senos y se dio cuenta de que, sin darse cuenta, sus pezones se habían puesto rígidos. No necesitaba tocarlos para saber que estaban… Era desconcertante.

Luego se puso el tanga. Al menos había escogido con las prisas uno que cubría completamente su sexo, pese a que esa pequeña parte suya que se excitaba en presencia de Vanessa no hubiera lamentado mostrar algo más.

Iba a ponerse el liguero, pero se dio cuenta de que no tenía las medias, así que se quedó simplemente como iba. Cubierta tan sólo por el tanga y el sujetador con aro.

Se acercó al ordenador y se le iluminó la cara cuando comprobó que Vanessa había activado su propia webcam y la miraba con gran intensidad y una sonrisa en la cara.

Y, también, porque descubrió que la novia de su hermano estaba completamente desnuda.

El cuerpo de la hija de los psicólogos reaccionó instintivamente. Un ardiente deseo subió desde lo más profundo de su sexo hasta su cerebro, para caer luego por todo su cuerpo hasta hacerla sentir como si fuese una lluvia de excitación.

Vanessa dijo (23:34):

estás muy guapa, aunque no lo recordaba así

Vanessa dijo (23:35):

lo recordaba como mi pequeña guitarrita camilita… ;D

Camila dijo (23:35):

gracias

Vanessa dijo (23:36):

sólo faltaría incluir a Toni en escena

Vanessa hizo la mención mientras ponía una de sus sonrisas pícaras y se llevaba un dedo a los labios para adoptar la pose de “niña traviesa”. La otra mano descendió hacia abajo en busca de… Camila tragó con una ligera ansiedad, imaginándose claramente cómo la novia de su hermano se podía estar tocando su sexo mientras la miraba.

La ponía a cien la simple sospecha de que Vanessa se masturbase por ella.

Camila dijo (23:37):

Toni?

Vanessa dijo (23:37):

sí, tontita

el espectáculo del otro día estuvo muy… mmmm…

La hija de Sergio y Rebeca observó cómo la novia de su hermanito cerraba los ojos y se reclinaba hacia atrás, elevando sus sugerentes senos terminados en unos puntiagudos pezones que se acariciaba con la mano que había estado usando para teclear. Su otra mano ahora se veía más claramente y estaba completamente concentrada en la masturbación de un sexo tan dilatado que hacía que la propia Camila sintiera unos repentinos deseos animales de lamer la zona de la pantalla donde se apreciaba.

Los dedos de Vanessa se movían con habilidad por toda su entrepierna, entrando y saliendo de la profunda y oscura cueva del centro de su sexo, una y otra vez sin detenerse.

Camila también empezó a masturbarse mientras miraba fijamente, sin pestañear, la pantalla. Apartó el tanga a un lado y comenzó a acariciarse su propio sexo del que comenzaba a emanar ese olor procedente de las más profundas intimidades de la hembra.

Así estuvieron varios minutos, cada una a un lado de la pantalla, entre pequeños gemidos y vistazos ocasionales de Vanessa… casi como dirigiendo a la pequeña Camila en ese doble concierto de sus dedos en el salón de actos de sus calientes humedades.

Sin darse cuenta, la hermana de Darío llevaba uno de sus pechos al descubierto y el tanga completamente ladeado. Sus manos poseían voluntad propia. Sus ojos se concentraban en la imagen de la seductora Vanessa en la pantalla.

No pudo evitarlo, cuando vio cómo Vanessa se corría ella misma sintió una dosis tan intensa… un cóctel tan profundo, que supo que ella también explotaría.

Amaba a esa chica, no podía evitarlo, la deseaba con cada fibra de su ser. Y adoraba esa lujuria animal que despertaba en ella.

Cuando Vanessa la miró y se acercó al teclado, estalló. Una intensa descarga de felicidad la inundó mientras su empapado sexo estallaba en una explosión orgásmica.

Fue tan intenso que tardó unos segundos en poder mirar a la pantalla, repentinamente incómoda. Tímida. No podía creer lo que había hecho… y no podía dejar de anhelar repetirlo.

Vanessa dijo (23:48):

nada como desahogarse, verdad cariño?

Camila dijo (23:49):

si

Vanessa dijo (23:49):

te importaría hacerme un favor?

Tragó saliva.

Su corazón empezó a latir de nuevo más rápido, mientras su sexo volvía a crecer, hinchándose de placer anticipado.

Sin darse cuenta, se relamió a la vez que las manos de la novia de su hermano volvían a danzar sobre su teclado.

Vanessa dijo (23:50):

quiero que saludes a Erick

tiene muchas ganas de conocerte

Vanessa dijo (23:51):

pero si no quieres…

No era eso lo que estaba esperando, pero Camila ya había visto lo temperamental que era Vanessa a veces y, cuando vio que movía la mano hacia el ratón empezó a sospechar que si se negaba cerraría la ventana. Y no quería.

Tampoco era tanto lo que pedía, ¿verdad?. Intentó justificarse a sí misma Camila, pese a que, en el fondo, imaginaba que Vanessa la estaba preparando otra cita a ciegas. Quizás ya no deseara que saliese con Toni y la ofrecía otro posible novio o… bueno, la verdad es que con Vanessa todo era una sorpresa y, a una parte de Camila, eso la encantaba.

Camila dijo (23:51):

si

vale

Antes de darse cuenta, otra imagen apareció en pantalla. Acababa de entrar el tal Erick en su conversación con Vanessa.

Por un momento se quedó inmóvil, sin saber qué hacer.

Erick era un joven de ojos de un suave tono azulado con un cabello rubio corto y en punta. Estaba desnudo. Pese a ser claramente más joven que ella, tenía un cuerpo fibrado, cultivado, propio de uno de esos niñatos que pasan más tiempo dedicándolo a sus músculos que a las neuronas. Es decir, casi todo lo que detestaba Camila en un hombre. Pero tenía un pene impresionante, como pudo observar cuando la webcam cambió su punto de vista a ese lado de la red .

No pudo dejar de apreciarlo. Él lo sostenía con una mano, un erecto miembro masculino hinchado y reluciente. Y a una parte de la hija de los psicólogos le gustó. Esa parte animal que estaba deseando sentirse una hembra primitiva.

Cerró los ojos. El momento pasó. Y entonces se dio cuenta de su propia desnudez. No del todo, pero casi.

Abrió los ojos, sonrojándose e intentando cubrirse pudorosamente.

Interrumpió la búsqueda del ratón para desconectarse cuando se dio cuenta de los nuevos mensajes de Vanessa.

La hacía sentir tan… tan…

Vanessa dijo (23:54):

niña tonta

no te escondas

Erick dijo (23:55):

ola guaapa

Vanessa dijo (23:55):

maleducada

Camila dijo (23:56):

hola

Erick dijo (23:56):

m gustaria follarte tia y romperte en dos

Vanessa dijo (23:57):

deja de decir chorradas o te cierro para siempre

Camila dijo (23:57):

eso

Erick dijo (23:57):

xo si m dijiste q pdia hablar con ella

Vanessa dijo (23:57):

no me interrumpas, Camila

Vanessa dijo (23:58):

tranquilo, machote

deja de pensar con la polla y escribe bien

no hay quien te entienda

Camila dijo (23:59):

lo siento

Erick dijo (23:59):

vale tia

Vanessa dijo (00:00):

empezamos de nuevo, vale?

quítate eso, Camila

no seas maleducada

Erick dijo (00:01):

si

Vanessa dijo (00:01):

estoy hablando yo

al próximo que me interrumpa le cierro

Vanessa dijo (00:02):

entendido los dos?

Erick dijo (00:02):

si

Camila dijo (00:02):

por qué tengo que hacer eso?

Vanessa dijo (00:03):

primero porque te lo pido yo

y segundo porque hay que ser educada y vamos a hablar en igualdad de condiciones

algún problema con eso?

Después de un breve instante de duda, esa parte de su mente que quería hacer una tontería, que deseaba dejarse llevar, que adoraba la naturalidad y sexualidad sin tapujos de Vanessa tomó el control… por el momento.

Vanessa dijo (00:05):

no

Camila se terminó de desnudar frente a la cámara, mientras sus ojos no dejaban de ir de una imagen a la otra, observando como Erick se pajeaba mientras la miraba como un baboso y Vanessa se tocaba su propio sexo de una forma lenta e insinuante.

Sintió crecer aún más su excitación.

Erick dijo (00:08):

guapaaaa

Vanessa dijo (00:08):

deliciosa

Camila dijo (00:09):

gracias

Erick dijo (00:09):

tia, estas para mojar pan

Vanessa dijo (00:10):

es mi último aviso

deja las groserías o te corto

acabo de presentarte y me estás dejando mal

Erick dijo (00:11):

vale, tia, lo siento

es que esta muy buena

Vanessa dijo (00:11):

lo sé

Respondió Vanessa guiñando un ojo a la pantalla y haciendo un sugerente repaso de sus labios con su lengua, claramente dirigido a Camila. O al menos eso pensó ella.

Una oleada de calor la recorrió, y sabía que no era por la desnudez frente a ese desconocido. Los gestos sensuales de la novia de su hermano en la pantalla y sus frases con un poder oculto la hacían aún más irresistible a los ojos de la joven.

Su respiración se aceleró mientras Vanessa la sometía a un nuevo repaso virtual desde su propio dormitorio a varios minutos en coche de la casa de los psicólogos. Era una sensación extraña, ardiente desde el interior y húmeda en su piel.

Se sentía sudorosa, con la piel en un estado de… de… no sabía definirlo. Tenía los pelos erizados en algunas partes. Y su coño estaba tan hinchado que sabía que de frente podía verse ese húmedo y oscuro agujero de su palpitante sexo. Sentía como si tuviera un volcán entre las piernas.

Vanessa dijo (00:12):

mmmmm

Erick tiene razón

tienes un cuerpo delicioso

Camila dijo (00:13):

gracias

Vanessa dijo (00:13):

tendrás que disculpar a Erick

es el más formal de los cinco

Camila dijo (00:15):

cinco?

Vanessa dijo (00:15):

nuestros cinco amigos del coche de…

no me digas que no lo recuerdas

Entonces fue cuando Camila se dio cuenta.

Erick era uno de los chicos que estaban en el coche que paró junto a ellas la noche en que Vanessa fue a recogerla después de haber sufrido la dura penetración de su virginal sexo por parte del padre de su novio cuando ella le había confundido con el propio Toni al encontrarse su mente y cuerpo en una situación a medio camino entre la paralización racional y la pura excitación animal mientras espiaba desde el pasillo la profunda e intensa sesión lésbica entre Rada y Kat, las sirvientas rusas de la casa.

No le recordaba. Claro que realmente sólo se había fijado en aquel que acudió a la parte trasera de su coche para enfrentarse al desafío de la mamada de Vanessa, quien había apostado una noche de sexo entre ellas dos y los cinco machos si ese primer joven macho era capaz de no correrse antes de cinco minutos. Y también recordaba a otro que se había pajeado mientras miraba entre los dos coches, salpicando con su semen parte del lateral del coche en que estaban las chicas.

No tuvo que revisar demasiado sus recuerdos, porque para ella estaban muy recientes y porque ahora que Vanessa lo había mencionado podía ver con claridad la iluminada pestaña de conversación donde se veía el nombre del chaval.

Sabía que realmente no debería estar haciendo eso, mostrarse impúdicamente desnuda ante ese macho. Pero hacerlo, y hacerlo porque se lo pedía Vanessa… eso la resultaba muy excitante. No dejaba de crecer un pálpito intensamente ardiente y húmedo en lo más profundo del volcán que era su expuesto sexo.

Ver al chico masturbarse lentamente frente a ella… ver a Vanessa tocándose su propia intimidad a la vez… y saber que era todo por ella… la hacía sentirse muy… muy… muy vulgar… muy puta… y la estaba gustando.

Su mente era un hervidero hormonal. Pura lujuria al servicio de ese momento.

Parte de ella sabía que luego se sentiría mal. No la importaba. Era un placer tan francamente rico que hizo oídos sordos y siguió atenta a lo que veía y leía en la pantalla.

Erick dijo (00:16):

cumplo 18

Camila dijo (00:16):

felicidades

Vanessa dijo (00:16):

acaba de cumplir los 18

Vanessa dijo (00:17):

y le había prometido un regalo

ver cómo uso un consolador

Erick dijo (00:17):

quiero verlo en directo

no grabado

Por alguna extraña razón, a cierta parte de Camila la breve mirada que lanzó Erick hacia el lado en que ella se imaginaba que estaría la ventana de Vanessa en la pantalla del ordenador del joven macho, hizo que por su mente pasase la idea de que todo estaba como muy… planeado.

Pero era algo absurdo, ¿verdad?.

De todas maneras, esa conversación era cada vez más rara… aunque en cierto sentido cada vez era más afrodisíaca para la joven y lujuriosa mente de Camila.

Imaginarse a Vanessa masturbándose frente a ella, aunque fuese a través de la webcam, era algo que la ponía… y mucho.

Su volcán seguía creciendo en poderosa intensidad en su entrepierna, casi obligándola a abrirse más y mostrarlo aún más. Y eso también la excitaba, retroalimentaba su propia sexualidad a una escala cada vez mayor.

Vanessa dijo (00:18):

pero tú tienes el mejor

Camila dijo (00:18):

qué?

Erick dijo (00:18):

el consolador

Vanessa dijo (00:19):

lo recuerdas, ¿verdad?

el azul

Camila dijo (00:19):

Erick dijo (00:20):

enseñamelo

Vanessa dijo (00:20):

cómo se dice?

Erick dijo (00:20):

sorry

podrías enseñármelo?

Camila dijo (00:21):

qué?

Vanessa dijo (00:21):

deja de hacerte la tonta

enseñaselo al chico

como regalo de cumpleaños

Camila dijo (00:22):

un momento

Camila se daba cuenta de lo extraña que era toda esa situación. Pero a la vez era estimulante. Mucho.

No podía dejar de pensar que estaba participando de algún secreto juego de seducción límite de Vanessa. Una parte de ella lo veía asqueroso, jugar de esa manera con el joven macho dándole la oportunidad irreal de verlas desnudas a las dos frente a él pero sin tenerlas en verdad… era algo casi cruel… aunque con un punto de poderosa lujuria en ese juego de falsas putas virtuales que a hacía sentir… era algo que nunca había experimentado de esa forma…

Y, a la vez, era como traicionar a su hermano… pero… ¿lo era?. Quizás para Vanessa no, quizás lo veía como un simple juego sin importancia. A lo mejor ni se la ocurría que fuese algo malo. Pero…

Era una sensación extraña, un cúmulo de sentimientos que se revolvían en su interior como si estuvieran en una centrifugadora cuyo centro era ese volcán que tenía ardiendo y a punto de estallar entre sus piernas. Y sabía que los mandos los tenía Vanessa.

No lograba parar, se sentía como un barquito de juguete en una tormenta… un huracán llamado Vanessa.

Sacó el consolador, esa grande e incitante estructura del placer, con sus estrías y sus puntos y ese hipnótico e intenso azul brillante.

Casi se lo imaginaba chillándola para usarlo… ¿o era su coño quien en verdad ansiaba que lo emplease?. No lo sabía. Era todo tan confuso… y tan… tan… tan excitante.

Regresó frente al ordenador para enseñárselo a ese joven tan inmaduro.

Camila dijo (00:24):

aquí está

Erick dijo (00:25):

metetelo

Vanessa dijo (00:25):

no seas maleducado

Erick dijo (00:25):

métetelo, x favor

Camila dijo (00:26):

de qué hablas?

Vanessa dijo (00:26):

es su regalo de cumpleaños

te lo acabo de decir

Camila dijo (00:27):

pero

es que yo

Erick dijo (00:27):

veeeeeenga

please

me lo prometió

Vanessa dijo (00:28):

no me hagas quedar mal

una promesa es una promesa

Vanessa dijo (00:29):

quieres dejarme como una mentirosa?

Camila dijo (00:30):

no sé de que hablas

Vanessa dijo (00:30):

le he prometido un regalo

ver usar el mejor consolador

Camila dijo (00:31):

quieres que me masturbe delante de él?

Erick dijo (00:31):

veeeeenga

Vanessa dijo (00:31):

si tanto te molesta…

Antes siquiera de darse cuenta, la conversación acabó.

Vanessa se desconectó y desapareció su webcam. Sólo estaba Erick.

Camila iba a cortar cuando sonó su teléfono móvil. Tenía un mensaje.

Era de Vanessa: “Me has decepcionado”. Nada más.

Una insoportable tristeza la invadió y supo qué tenía que hacer para recuperarla.

Tragó saliva y se puso frente a la pantalla. Tuvo que imaginarse a Vanessa espiándola al principio, pero según iba usando el azulado artilugio en su interior, las sensaciones que se desprendían de su ardiente volcán y, para qué negarlo, la visión de Erick machacándosela frente a ella, lograron que sus restos de pudor desaparecieran bajo una oleada de frenesí lujurioso.

Aceptó sus peticiones sin dudar, llevándole hasta la explosión final que salpicó la pantalla en su lado, sin que ella dejase de pensar ni un instante en Vanessa a la vez.

Cuando el chico se corrió, cerró la ventana y todo se quedó en un incierto silencio virtual, mientras ella seguía tocándose lentamente y enfriándose aún con el consolador cumpliendo su labor dentro de ella.

Vanessa dijo (00:40):

me ha encantado

Camila dijo (00:41):

me estabas viendo?

Fue como un resorte. En cuanto aparecieron las palabras en pantalla, pese a que Vanessa seguía apareciendo como desconectada, el sexo de Camila empezó a crecer de una forma exponencial, hinchándose y humedeciéndose a la vez que un ardiente deseo resurgía con fuerza en lo más hondo de su cuerpo.

Era una sensación de lo más deliciosa y placentera, que la hacía olvidar todo lo anterior y concentrarse de nuevo en esa sexualidad tan profunda que emanaba de cada instante que pasaba con la novia de su hermano.

El sentirse observada a escondidas por Vanessa mientras llevaba al orgasmo al joven semental del otro lado de la pantalla, la hacían revivirlo todo de una nueva e intensa forma que anulaba esa pequeña sensación de haberse estado comportando como una vulgar puta cibernética.

Casi sin darse cuenta, la mano que dirigía el azulado consolador incrementó el ritmo. Entraba con facilidad y la eléctrica sensación que ocasionaba se amplificaba ante el retorno de Vanessa.

Vanessa dijo (00:41):

aunque me gusta más tenerte para mi sola

Vanessa dijo (00:42):

no se lo digas a tu hermanito

;)

son cosas de mujeres, nuestro pequeño secreto

Vanessa dijo (00:43):

los hombres no entienden de esto

hay cosas que sólo podemos compartir nosotras

Camila dijo (00:44):

si

Vanessa dijo (00:44):

no vayas a pensar mal de mi

quiero a tu hermano

Vanessa dijo (00:45):

pero tengo necesidades y él no siempre está conmigo

y otras sólo puedo compartirlas contigo

(xo)

Camila dijo (00:46):

y yo

Vanessa dijo (00:46):

nos vemos, cariño

Camila dijo (00:47):

te vas?

:(

Vanessa dijo (00:47):

tengo un asunto que hacer

mañana me toca levantarme temprano

Camila dijo (00:48):

entonces, buenas noches

Vanessa dijo (00:48):

buenas noches, cariño

y un consejo: termina en el lavabo o cogerás un resfriado

… con tanta humedad

;)

Camila dijo (00:49):

eres un sol

Ya no hubo más respuestas y, después de esperar cinco minutos mientras seguía masturbándose con el azulado instrumento del placer, decidió apagar el ordenador e ir al lavabo como la había aconsejado Vanessa. Era un riesgo, pero sentía que debía hacerlo y… esperaba no encontrarse con nadie a esas horas.

Se cubrió con la bata y fue por el pasillo hasta el lavabo. Fue despacio, escuchando con atención, pero ningún ruido fuera de lo normal se escuchaba.

Ya dentro del lavabo, volvió a desprenderse de la bata y comenzó a masturbarse lentamente. No quería ser sorprendida… pero poco a poco los recuerdos de la noche y las palabras de Vanessa fueron captando toda su atención. Y su cuerpo se lo pedía.

Tenía un volcán hirviendo y pedía ser saciado.

Fue incrementando el ritmo poco a poco, mientras entrecerraba los ojos y paseaba su mano libre por el resto del cuerpo lentamente, como se imaginaba que lo haría Vanessa… o Kat…

Porque nuevamente la imagen de la seductora gemela rusa que la había llevado al límite en un masaje con un… final muy feliz, volvió a ella. Y al poco eran las dos. Vanessa y Ekaterina entraron en su ensoñación para poseerla.

Mientras una de sus manos se ocupaba de complacer al volcán sexual en que se había convertido su más profunda intimidad, la otra se repartía en movimientos lascivos por toda su anatomía como si ambas hembras estuvieran junto a ella para poseerla en un triángulo amoroso de lo más ardiente.

Al final no pudo más y volvió a tener un orgasmo, más fuerte y poderoso que antes.

El consolador salió chorreando de su interior, con un intenso olor que la hizo sentir cosquillas por toda la piel. Un animal rugiente se acomodó en su interior y Camila supo que sólo era una pausa, que pronto la pediría más... y no sabía si podría negarse.

Se lavó como pudo, procurando hacer el mínimo ruido necesario, y regresó a su cuarto con una sensación de felicidad y cansancio a partes iguales. Pero también algo de nervios porque si se encontraba con alguien no se la ocurría cómo explicaría el alargado objeto azulado que sostenía en la mano y que tanto placer la había hecho gozar.

Cerró la puerta de su cuarto con precipitación, sin darse cuenta apenas de que no llegaba a encajar y quedaba abierta apenas una fina lámina. No la importó.

Una parte de ella casi ansiaba el ser espiada… se imaginaba nuevamente a Vanessa allí mismo, observándola mientras con el cuerpo desnudo escondía de nuevo el consolador dentro de su armario.

Con la luz apagada, pero entrando una claridad suficiente de las farolas del exterior, se tumbó aún desnuda en su cama, para tener lindos sueños, con un fuerte componente erótico, a los que regresaban una y otra vez Vanessa… y Kat… y Erick.

Continuará...

PD: cualquier duda o sugerencia no dejéis de hacerla, ya sea en la sección de Comentarios aquí mismo o en mi correo skaven_negro@hotmail.com

La historia de Camila:


QUIÉN ES QUIÉN

(capítulos 1-11)

  1. Adolfo: padre de Toni. 50 años. Mantiene una relación no consentida con Camila cuando ella está espiando a las criadas de la casa. Tiene bigote.
  2. Almudena Abadía Vergas: hermana de Soraya. 16 años. Pelo castaño rizado. En su primera entrevista privada en la clínica, Sergio descubre que tiene una novia.
  3. Arturo Abadía Vergas: hermano mayor de Soraya. Con 19 años descubre a Soraya, que tenía 15 años, masturbándose y logra obtener favores sexuales, que se prolongan de forma voluntaria por ambos hasta el internamiento de Soraya. Ingresa en el ejército poco después del internamiento de su hermana. Actualmente tiene novia militar también.
  4. Bambi François-Reverdy Martínez: paciente de Sergio. Padre francés y madre española, divorciados y residentes en Barcelona. 19 años. Apodada en el Internado como la “conejita roja”. Pelirroja de ojos azules. Era la favorita de Doña Blanca,la Subdirectoradel Internado. Desde los 16 sufrió abusos sexuales, incluyendo violaciones, por parte del hermano de su padre durante los permisos carcelarios que tenía. Vive en Madrid en un piso alquilado compartido con su prima. Para obtener dinero para gastos y ayudar en el alquiler a su prima, trabaja de masajista y bailarina exótica. Reconoce prostituirse con alguno de los clientes.
  5. Begoña Sierralta Lindström: paciente de Sergio. Apodada “culo prieto”. 17 años. Más de 1’70. Rubia. Ojos castaños. Le hace una mamada a Sergio el día que se conocieron. Tiene una hermana pequeña, Elsa. Vive en Madrid. Explica que la marca que tiene son tres quemaduras que eran la marca del Internado y significaban= Tres quemaduras son: Disciplina, Obediencia y Educación. Fue internada con 15 años.
  6. Camila: hija de Sergio y Rebeca. Universitaria de 20 años. Morena. Ha comenzado una relación sentimental con Toni. Siente una fuerte atracción por Vanessa, la novia de su hermano. En ocasiones ayuda en la consulta a sus padres. Ha tenido una relación intermitente con una de sus mejores amigas desde hace años, jugando ambas con su bisexualidad.
  7. Darío: hijo menor de Sergio y Rebeca. 18 años. Repite curso en el instituto. Ha comenzado una relación con Vanessa hace casi 6 meses.
  8. Ekaterina: una de las criadas, de origen ruso, en casa de la familia de Toni. Gemela de Rada. Abreviadamente llamada Kat. Tiene una sesión de sexo lésbico con su hermana ante la mirada de Camila.
  9. Enrique: primer marido de Inmaculada. Hijo común: Adolfo. Casado por segunda vez con Lucía. Profesor de Administración y Dirección de Empresas enla Universidad CarlosIII de Madrid.
  10. Erick: chico de 18 años recién cumplidos. Rubio de ojos azules. Tiene una sesión de sexo por webcam con Camila por intercesión de Vanessa. Se conocían de la noche en que la hija de Sergio sufrió el abuso sexual por parte de Adolfo, padre de Toni, en que el coche en que viajaba con otros cuatro amigos se detuvo junto al de Vanessa y Camila.
  11. Frederick: médico pelirrojo que atiende a Camila a petición de Vanessa tras la relación no consentida entre Camila y Adolfo, el padre de Toni. Sobre la treintena. Cara pecosa, nariz torcida y aliento a cebollas.
  12. Hugo: profesor de gimnasia en el Internado. Se sabe que viola brutalmente a Zoraida.
  13. Inmaculada: amiga de Rebeca. 41 años. Rubia. Casada tres veces. Se divorció de Enrique, con quien tuvo a su primer hijo, Adolfo. Su segundo exmarido, Eduardo, es el padre de Lorenzo y Nazario. Ahora está casada con Manuel. Sexualmente hiperactiva, tuvo una aventura con Sergio que duró dos años. Tiene una relación sexual con Juan, uno de los chicos del Internado, en la casa de él y siendo descubierto por Rebeca. También parece tener una nueva relación sexual con su primer marido, Enrique, y con su mujer actual.
  14. Juan de Mindsor Rodríguez-Mayoral: paciente de Rebeca. 18 años. Apodado “toro”. Vive en Triana-Madrid. Padres divorciados. Un hermano. Personalidad agresiva, aparentemente, especialmente contra los homosexuales. Internado con 16 años tras agredir a la novia de un compañero. Mantiene relación sexual con Inmaculada, siendo observados a escondidas por Rebeca.
  15. Lola Núñez Cantalapiedra: paciente de Sergio. Apodo: “Lolita la cortita”. 18 años. Casa familiar en Pozuelo, pero los padres le han preparado una en Madrid para que no tenga que usar el transporte público. Muy ingenua. Entra en el Internado con 15 años, por recomendación de un amigo de la familia, amante de la madre, con el que había tenido sexo oral sin conocimiento de esa realidad. Un hermano mayor.
  16. Lucía: segunda mujer de Enrique. Ex-profesora. Problemas de fertilidad.
  17. Luciana: argentina que va a casarse con el padre de Sara y que participa en el fin del Internado al descubrir a la chica en un prostíbulo al que acude con un amante, aunque antes realiza varias visitas al local y asegurándose de tenerla siempre para su aventura sexual con un antiguo conocido.
  18. Manuel Flores Cienfuegos: paciente de Rebeca. Apodado “ojitos”. 19 años. Durante la terapia reside en un piso del portal de al lado ala Clínicadonde tienen sus consultas Sergio y Rebeca. Consume alcohol y, ocasionalmente, porros. Conductor temerario. Internado con 17 años. Pelo castaño y ojos azules.
  19. Rada: una de las criadas, de origen ruso, en casa de la familia de Toni. Gemela de Ekaterina. Tiene una sesión de sexo lésbico con su hermana ante la mirada de Camila.
  20. Rafael: nombre del Director del Internado.
  21. Rebeca: psicóloga. 42 años. Esposa de Sergio. Madre de Camila y Darío. Su mayor dedicación al trabajo ha provocado un distanciamiento en su vida de pareja, especialmente a nivel sexual. Intenta recortar su distancia afectiva con Sergio metiéndose en su misma clínica y compartiendo los casos especiales. Tiene miedo de que Sergio pueda serle infiel. No conoce la aventura que tuvieron su marido e Inmaculada, una de sus mejores amigas.
  22. Sara María Zorrilla Silvestre: paciente de Rebeca. 20 años. Apodada “Zorra Salvaje”. Internada con 14-15 años. Lesbiana. Amante y protectora de Tatiana en el Internado. De pelo castaño y silueta deportiva. Vive en Madrid en un piso compartido con dos de sus hermanas (Magdalena y Mónica, hermanas directas del primer matrimonio de su padre). Tiene un total de 5 hermanas (del segundo matrimonio son: Clara, Estela y Elisa), el resto viven en Valladolid con su padre, quien planea una nueva boda con Luciana, de origen argentino.
  23. Sergio: psicólogo con ingresos medio-altos al que la crisis le obliga a aceptar unos casos especiales para relanzar su carrera. 43 años. Casado con Rebeca, a quien envidia en el fondo por su mayor éxito de clientes. Tienen casa en Madrid y en San Rafael, donde suelen pasar los fines de semana. Tienen dos hijos: Camila y Darío. Tuvo una aventura con Inmaculada, cliente y amiga de su esposa. Tiene una lucha interior con un lado oscuro que mezcla el estrés con un fuerte componente de represión sexual en su vida diaria,la Bestia.
  24. Soraya Abadía Vergas: paciente de Sergio. Pelo castaño y ojos oscuros. Domina inglés y tiene nociones de francés y portugués. Apodada “Devora Vergas”. Fue secretaria de Don Rafael. 19 años. Residente en Madrid. Tiene dos hermanos: Almudena (16 años) y Arturo (22 años). Tres lesiones en forma de triángulo. Empleada a tiempo parcial en la consulta de Sergio y Rebeca.
  25. Tatiana Pulido Katchora: paciente de Sergio. Apodada “cachorrita”. Rasgos eslavos. Melena castaña y ojos azul celeste. 17 años. Vive en Las Rozas con su madre (el padre suele irse temporadas) y dos hermanos. Dos hermanastras por parte de madre: Ekaterina y Rada. Hermanastro por parte de padre: Juan. Hermano: Iván. Fue amante de Sara en el Internado.
  26. Toni: novio de Camila. Tiene 22 años. De familia económicamente pudiente, cuenta con dos criadas en su piso de Madrid: Ekaterina y Rada.
  27. Vanessa: novia de Darío. 23 años. Mide 1’80 metros. Tiene piso propio. Mantiene una relación con Camila de juegos de provocación.
  28. Zoraida Botas Buendía: paciente de Rebeca. Apodo: Zorraida. 17 años. Reside en Villaviciosa. Dos hermanos. Entró con quince años al Internado.