Masturbándome En Mi Auto
Tengo sexo conmigo misma, en el parqueadero de mi trabajo, por culpa de la comida que me preparo mi hermano.
A veces, solo necesitas una chispa para producir ese hormigueo que te hará sentir las palpitaciones que te llevarán a rozar el infinito.
Hola, mi nombre es María Sofía; soy una mujer bisexual, casada con un hombre; tengo 36 años; soy psicóloga, madre y esposa. Tengo el cabello castaño y rizado, ojos Avellanedos, tez blanca; mido 1.72 CM. Tetas grandes, culo pequeño, aunque muy bien ejercitado, caderas anchas de ésas que proyectan fertilidad, y cintura bien marcada, a pesar de no ser completamente delgada. Llevo mi monté de Venus depilado en forma de un triángulo muy discreto, haciendo resaltar mi sexo y mis piernas, las cuales son gruesas y alargadas, lo que provoca que mi cuerpo se vea más voluptuoso de lo normal.
Cómo ya sabrán, soy una mujer que disfruta abiertamente de su sexualidad, lo que me ha llevado algunas veces, a cometer incesto, y es algo de lo que no siento orgullo pero tampoco me arrepiento, y en esta ocasión les contaré. Resulta que era viernes por la mañana, y por alguna razón (no daré detalles) amanecí completamente desnuda, en la misma cama y abrazada con mi hermano. Desperté muy desorientada y embriagada de sexo, aunque con mucho ánimo y felicidad en mí. De inmediato lave mi rostro y mis dientes, busqué ropa interior y me la puse, cogí un vestido del clóset y me lo coloqué, salí rápidamente a prepararé un huevo tibio y un poco de avena para desayunar en el trabajo, arranque mi camioneta y fui muy deprisa mientras me maquillaba en el tráfico de caminó a mis labores. Por suerte para mí; llegué 45 minutos antes, entré al parqueo subterráneo del edificio y me estacione; saqué mi huevo tibio para desayunar y comencé a ver mis redes; pero en algún momento, mientras tomaba el huevo tibio con el tenedor note que una parte de la clara de huevo estaba muy blanda y mantenía una consistencia mucosa, y muy parecida al semen.
Inmediatamente, se me alboroto la libido y lo llevé rápidamente a mi boca, provocando suficiente morbosidad como para recordar que alguna vez, mi hermano, y yo, encontramos una receta en internet, rica en proteínas, a base de semen y fluidos vaginales. Lo que me hizo humedecer las bragas; entonces retire el sillón, y lo lance hacia atrás, arremangue un poco mi vestido, levante mis caderas, y saqué mis bragas, las cuales estaban tan mojadas, que no concordaba con el nivel de mi excitación. Al terminar de sacarlo note que mi prenda estaba cubierta de un flujo blanquecino y transparente el cual no dudé en acercarlo a mi nariz, y comprobé que era semen de mi hermano, producto de una madrugada desenfrenada. La lujuria se apoderó de mí en ese instante, saqué la lengua y la lleve hasta mi braga y saboree la mezcla de fluidos vaginales y semen que estaba adherido a la tela de mi prenda, y el solo saber que era de mi hermano me hizo sentir excitación a a mil.
Como pude, desabroche mi vestido, dentro de mi camioneta y saqué mis brazos de las mangas del vestido, comencé a acariciar mis grandes tetas y a pellizcar mis pezones, mientras que al mismo tiempo llevaba mis senos a mi boca para saborearlos, tomé la cuchara de la avena y la llevé a mi vulva, entonces note que ya había manchado el forro de los sillones de la camioneta, pero poco me importaba en ese momento. Como si de recoger miel se trataba, espere que se llenará la cuchara, y entonces la lleve a mi boca, no sin antes oler para luego degustar de un delicioso manjar de esperma caliente, y mientras lo tragaba comencé a tocar mis labios vaginales. Sobando mi clítoris y jugando con la entrada de la vagina. La velocidad de mi mano se fue incrementando a medida que mi excitación se elevaba, haciendo evidente mi lubricación, por la dilatación de mi vulva. No entiendo si fue el movimiento de mi auto, pero mi excitación se vio interrumpida por un momento cuando pegué un brinco de susto por un somatón en mi ventana Rápidamente dejé de masturbarme, y subí mi vestido para cubrir mis tetas, y bajé un tercio de mi ventana, mostrando tan solo mis ojos llenos de lujuria; entonces note a una persona de seguridad que me preguntó si todo estaba bien a lo que respondí que si; que solo estaba desayunando (me). Y en las mismas volví a subir mi vidrio para seguir mi masturbación.
Entonces con las manos tomé el resto de huevo que había quedado, y lo pasé por mí vulva, llenándose de semen y fluidos inmediatamente y lo llevé a mi boca, saboree mis dedos e introduje mi dedo medio y anular en mi vagina y comencé a rascar mientras que con la otra mano sobaba mi clítoris; casi de inmediato comencé a sudar y mis ganas por orinar se hicieron presentes, seguí rascando, hasta que una fuerte chorro de agua salió disparada y entré el rechinido de las llantas y los motores de los autos se me salió un fuerte gemido que me hizo tensarme y producir una electricidad deliciosa desde mi coño hasta mi cabeza mientras mis ojos y mi cuerpo se retorcía en medio de uno de los mejores orgasmos de toda mi vida.
Con el cuerpo agotado y completamente desorientada, me fui recomponiendo poco a poco, despegue mi cuerpo del respaldo del asiento y note los vidrios empañados, abrí mi bolso y saqué wipes, que por lo general siempre llevo conmigo un paquete. Pase un par sobre mi vagina y mis nalgas, las cuales estaban chorradas y como pude me pase al asiento del copiloto para acomodar mi vestido y no ensuciarlo me baje del auto y sin chance a ventilarlo lo cerré. Había llegado con 45 minutos de ventaja, y ahora iba 15 minutos tarde, pero no me importaba, porque lo había disfrutado increíblemente. Y de solo recordar les juro que ya estoy muy excitada; pero volviendo al relato; Cuando mi jornada laboral término, mi auto tenía ese olor a sexo impregnado, y tuve que llevarlo a lavar, pero no sin antes volverme a masturbar.