Masturbación (o paja)

Esta mañana me he hecho una paja pensando en mi vecina, una treintañera que me vuelve loco.

Masturbación

Mi vecina con braguitas blancas. Un culo redondo. El vello sale por las ingles. Marca de la raja. Se pasea de aquí para allá, No la importa que la mire. ¿Sabe que me la estoy meneando? ¿Se la habrá follado su marido esta mañana? Su cara me dice que hace poco que ha tenido un orgasmo. O quizá no lo ha tenido y se ha quedado a medias. Probablemente su marido se la haya metido y se ha corrido pronto porque tenía que ir al trabajo. Ella ha continuado tocándose con el dedo. O mejor, ha sacado el vibrador de la mesa. Es enorme. De color negro. Se ha metido 25 centímetros. Se ha corrido un par de veces mientras se pellizcaba los pezones negros.

Yo la chuparía el coño. Ese coño peludo con vello negro ensortijado. Tiene un olor ácido, casi desagradable, pero yo lo chuparía. Mejor lo besaría. Besaría los labios de su vulva como si fuesen los de su boca. Lo lamería desde el culo. Sí, intentaría meter mi lengua en su culo. Luego volvería a la chocha peluda. Y la abriría con mi lengua. Me pararía en el clítoris y lo aprisionaría con mis labios. Los chuparía. Lo lamería con mi lengua hasta que ella se retorciese de gusto. Y mi polla estaría muy dura. Babearía. Sería muy larga, y gorda.

Se la metería poco a poco. Y la besaría las tetas. Me movería cada vez con más rapidez. La lefa está a punto de salir. La tengo en la punta. Ya no puedo más. Me follo a mi vecina. Se la meto hasta el fondo. Muy adentro. Aprieto más. Abro sus piernas todo lo posible. Quiero que mi polla llegue hasta su garganta. Ahí va la leche. Toma. Toma. Más. Así, así, muévete tu también. Córrete conmigo. Métetela toda. Bien adentro. Es tan rico tu coño, es tan suave, tan caliente. Ahora está lleno de mi leche. ¡Qué tetas más ricas!

Ahora un café y a estudiar un rato.