Máster en sexo

Un jóven estudiante aprovecha la opurtinadad de disfrutar de sexo a tope con una compañera de clase...

Hola, mi nombre es Javier y os voy a contar una pequeña historia que me sucedió el año pasado. Tengo 28 años y estaba en Madrid haciendo un MBA en cuya clase había una chica pelirroja de ojos verdes, Marta, que me volvía completamente loco, estaba absolutamente hipnotizado...bueno la verdad es que más que nada me ponía a mil.Después de llegar de clase tenía toda la sangre del cuerpo en la polla ,así que me untaba bien las manos con aceite y me la cascaba sin parar.

Una noche, estando en una discoteca a la que solíamos ir los estudiantes del máster vi a Marta,estaba espectacular como siempre .Había traído un top ajustadísimo que marcaba sus generosas tetas y una minifalda que hacía destacar más si cabe sus bien torneadas piernas y su glorioso culo. Por desgracia para mi ,también se había traído a su novio Nacho.

De pronto los dos comenzaron a discutir a grito pelado, diciéndose de todo. Marta estaba fuera de sí y se acercó a la barra donde yo estaba .Casi llorando me cogió de la mano y me rogó que la sacara de ahí. Yo absolutamente sorprendido accedí, por supuesto. Me pidió que la llevara a casa y por el camino me contó todo, Nacho le había estado poniendo los cuernos durante los últimos meses y ella se quería vengar.

Llegamos a su casa (para entonces mi verga ya estaba como una roca) y no se anduvo con rodeos:

-Le quiero dar su merecido a ese cabrón -me dijo.-y ya que tú tienes el cohete preparado ¿qué te parece si follamos hasta reventar?

Casi me corro en el momento...

Entramos en su ascensor sobándonos sin parar. Comencé a meter una mano por debajo del top palpando sus melones ,mientras que mi otra mano se internaba por su entrepierna salvando el obstáculo de su tanga. Comencé a palmear su chochito y poco a poco le metí un par de dedos. Ella tampoco perdía el tiempo, me bajó la bragueta y me sacó la polla,dándole un buen masaje. Con mi manubrio en su mano entramos en su piso,yo no podía más, le quite el top y empecé a lamerle las tetas como un poseso.A la vez que sus gemidos se iban haciendo más intensos, notaba como sus pezones se ponían duros como aceitunas. Entramos en la sala con nuestras lenguas enzarzadas en una lucha sin cuartel.

-Quiero que me des el mayor placer que hayas dado nunca a nadie-me dijo.

La tumbé en el sofá y la desnude por completo, quitándole la falda y bajándole el tanga con los dientes. Empecé a recorrer su cuerpo con mi lengua, poco a poco...fui devorando los dedos de sus pies y subiendo hasta los muslos mientras ella se retorcía de placer. Di un lametón a su rajita que ya chorreaba con sus flujos. Seguí subiendo recreándome en su ombligo, amasando sus tetas con las manos.

De ahí baje a su coño y después de acariciar sus labios vaginales metí mi lengua dentro buscando su hinchado clítoris que comencé a succionar sin parar. Marta pasó de gemir a dar auténticos alaridos de placer.

-Es hora de probar tu polla-dijo. Se puso de rodillas a la vez que cogía mi verga y empezó a masturbarme lentamente. Se la puso entre las tetas y comenzó a pajearme con ellas. Yo estaba en la gloria sintiendo la suavidad de sus melones alrededor de mi pene, que estaba alcanzando una dureza y un tamaño de proporciones épicas.

-Si hubiera sabido que tenías este pollón te habría propuesto esto mucho antes-

Mi polla subía y bajaba entre sus peras y ella aprovechaba las subidas para dar rápidos lametones con su lengua a mi glande.

-Si te gusta tanto mi polla ¿por qué no la pruebas de una vez?-le dije entre gemidos.

Dicho y hecho. Me agarró la verga con las dos manos y empezó a ensalivarla ,pasando su lengua por mis huevos, subiendo por el tallo y dando un tratamiento especial al glande, que recorría en círculos. Cuando ya tenía el capullo hinchado a tope y rojo como un tomate, Marta se tragó mi polla de golpe hasta la garganta ,sacándola y metiéndosela en la boca como si se tratara de una piruleta .Así estuvimos unos diez minutos hasta que yo estaba a punto de descargar. Ella se dio cuenta –quiero que te corras dentro de mi coño, guapo-me dijo.

Retiró su boca y se alejó un poco de mi, para a continuación acercarse de nuevo contoneándose como una bailarina de striptease. Me quería hacer sufrir, así que comenzó a rozar su mojado chocho con mi humeante pistola. Con una mano le daba palmadas en su culo y con la otra disfrutaba de su chumino .Con mi verga como una viga de acero le invité a un viaje sin retorno al placer. Se sentó a horcajadas sobre mi polla ,que apuntaba al techo,y empezamos a cabalgar. Nuestras caderas chocaban con cada embestida. El ruido de nuestros cuerpos fornicando se amortiguaba por nuestros crecientes gemidos.

Yo le magreaba y mordisqueaba sus pezones ;estaba alcanzando el nirvana...

Marta chillaba de placer, con los ojos en blanco noté como le invadía un orgasmo con sus músculos vaginales contrayéndose, a la vez que un chorretón de semen salía despedido de mi pene.

Cansados y sudando nos desplomamos en el sofá.-tenemos que repetir esto más a menudo-dijo Marta. Yo por mi parte, no podía estar más de acuerdo...