Masaje Inesperado

Masaje inesperado, donde los roles pueden cambiar rápidamente.

Como indica el título, este relato va de un masaje inesperado, donde los roles pueden cambiar rápidamente, pero antes de empezar con el, voy a describirme.

Soy un chico de 27 años que vive en Madrid, mido 176, me encanta salir a correr y es por eso que tengo un cuerpo definido, lo cual compensa mi altura. Mi novia, que es la otra protagonista de la historia, dice que soy muy guapo y aunque lo diga ella, considero que si lo soy, al menos eso creo ya que siempre que salgo de fiesta me entran las mujeres.

Hablando de mi novia, tiene 28 años, mide 165 y tiene un cuerpo perfecto, hace mucho deporte al igual que yo. Tiene unos pechos que no son ni muy pequeños ni muy grandes y un culo de esos que cuando los ves no puedes parar de pensar en todo lo que harías con el.

Con esto del confinamiento, tenemos mucho tiempo para estar el uno con el otro y una de las cosas que he descubierto es que me vuelven loco los masajes, me ayudan a relajarme y aprovecho para escuchar un poco de música, es por esto que cada vez que puedo se los pido a mi novia.

Este sábado, habíamos terminado de ver una película, cuando empezó a hacerme caricias en la espalda, le pregunte a ver si le apetecía darme un masaje, de esos que me da con un poco de aceite y mucho cariño, ella no se negó, pero si que puso una condición, cuando terminase de dármelo, yo le daría otro a ella. Sin duda, yo acepte y nos fuimos hacia el dormitorio, ya que allí la cama es amplia y podríamos estar mas comodos.

Comencé dejando a un lado mi camiseta y encima de esta mi pantalón, quedándome solo con unos boxers blancos que se que a mi novia le encantan, a ver si después del masaje conseguía algo más.

Cuando ella apareció por la puerta, yo ya estaba boca abajo esperando ese masaje que tanto me gusta, al verme así no comento nada pero se fue acercando hasta llegar a sentarse en la cama, en ese momento me dio un azote y dijo "que ganas de morderlo", yo le respondí "puedes hacer lo que quieras pero primero el masaje", este comienzo pintaba bien, iba a tener mi masaje y seguramente después pudiese jugar con ella, de momento mi estrategia de quedarme solo en ropa interior estaba funcionando.

Pasado este primer momento, mi imaginación voló y me estaba empezando a calentar. Ella abrió el bote de aceite y dejó caer el primer chorro, con esto volví en mi, dando un salto de lo frió que estaba, tras extenderlo sobre mi piel se calentó y comencé a disfrutarlo. Primero empezó por mis hombros, eran movimientos suaves, me tenía completamente a su merced, recorría toda la espalda de arriba a abajo, volvió a echar más aceite ya que no era suficiente, esta vez no me sobresale, volvió a esparcirlo por toda la espalda, empezaba a hacer siluetas, como si de un lienzo se tratase, tras un rato masajeandome la espalda, me pregunto si quería que siguiese por mis piernas, "claro que si" le dije, nunca rechazaba nada que pudiese aumentar ese tiempo de masaje y disfrute.

Esta vez el chorro de aceite se lo puso en su palma para que no se derramase hasta manchar la cama y empezó a masajear mis gemelos. Como he comentado, suelo salir a correr y suelen estar cargados, este masaje los relaja, es algo que suelo hacer después de los entrenamientos, pero esta vez, estaba siendo mucho mejor que cuando me lo hago yo mismo.

Cuando llevaba un rato masajeandolos empezó a recorrer mi pierna al completo, desde el tobillo hasta justo el comienzo de mi boxer. Repitió este movimiento apretando poco a poco cada vez más , consiguiendo relajar mis muslos y gemelos al máximo, cuando parecía que empezaba a cansarse, me dijo que iba a bajarme el boxer para poder darme mejor el masaje y no llenármelo de aceite, a mi me pareció perfecto, levante un poco mi culo y ella lo fue bajándo lentamente, cuando estaba en ello, sentí un fuerte mordisco, gire mi cabeza y la vi, su cara pegada a mi glúteo con la boca abierta y mordiéndome, como no era la primera vez que lo hacia no dije nada pero me excito un poco, volví a girarme, ella termino de bajarme el boxer y me tumbe de nuevo, esta vez completamente desnudo.

Empezó nuevamente por mis hombros, bajaba hasta la parte alta de mi culo, esta vez estiraba más los movimientos ya que no tenía el impedimento del boxer, cuando se acercaba a la zona de las nalgas mi piel se erizaba, me estaba gustando y ella lo notaba porque poco a poco se acercaba más. Paso a masajear mis piernas y al igual que antes se acercaba mucho más, ponía sus dos manos en una de mis piernas y subía hasta que chocaban con mi glúteo, la mano que subía por la parte interna, me estaba excitando mucho, cada vez que subía se acercaba mas y mas. En una de estas veces su mano no se detuvo y paso su palma entre las dos nalgas sin introducirla demasiado, esto volvió a erizarme la piel, yo ya no estaba pensando en el masaje si no en el placer que empezaba a darme.

Volvió a subir desde los gemelos por mis piernas, pero esta vez con una mano en cada una de ellas, cuando llego a mi culo, agarro las dos nalgas y las apretó, yo no podía creérmelo, el masaje había pasado a ser de glúteos, parecía estar soñando.

Poco a poco mi novia iba separando y deslizando las manos de tal forma que llegaba a rozar muy delicadamente mi entrada, estos roces alguna vez habían sucedido mientras hacíamos el amor, pero nunca en una situación como esta.

Esta vez el roce se convirtió en algo más, en uno de esos instantes, sentí como mis dos nalgas estaban separadas y empezaba a jugar con uno de sus dedos realizando círculos, me estaba volviendo loco, sentí como una de sus manos se liberaba y escuche el bote de aceite abrirse, cuando sentí el liquido frió sobre la entrada de mi culo, un escalofrió me recorrió todo el cuerpo y empecé a imaginar que es lo que pretendía.

Como estaba tan caliente estaba dispuesto a dejarme hacer cualquier cosa, justo cuando iba a decirle que me estaba gustando mucho, sentí como uno de sus dedos empezó a meterse poco a poco con mucha suavidad, nunca me lo habían hecho, no podía creerme que estuviese dejándome hacer eso y menos aún que mi novia se atreviese a hacerlo.

Una vez lo tubo todo dentro, comenzó a meterlo y sacarlo, no podía creerlo, me estaba penetrando con su dedo y lo está disfrutando como nunca, poco a poco empecé a suspirar, esos suspiros se convirtieron en jadeos, tenía ganas de más y como no sabía si esto se volvería a repetir, decidí armarme de valor y le pedí que metiese otro con cuidado, le mire a la cara mientras se lo pedía y ella sonriendo me dijo, "prepárate porque vas a sentir lo que siento yo de normal y te va a gustar". Saco el que ya estaba dentro y esta vez fue introduciendo los dos, poco a poco mi culo se acostumbro y sentía como esos dos dedos se deslizaban gracias al aceite que me había puesto.

Una vez tenía los dos dedos metidos hasta el fondo, empezó a meterlos y sacarlos de nuevo.

Cuando ya pensaba que nada más podía suceder, se acerco a mi oído y me dijo, "quiero que te pongas a cuatro patas, quiero verte como tu me ves a mi",  sin dudarlo le obedecí, me sentía extraño ya que era ella la que me manejaba, nunca la había visto así pero me estaba gustando, era un placer nuevo para mi.

Me puse a cuatro patas y lo primero que hizo fue darme otro azote como el que me había dado al entrar a la habitación, esta vez al no tener ropa interior lo había notado más, pero no llegó a dolerme.

En esa postura estaba completamente a su merced, sin previo aviso introdujo de nuevo los dos dedos de un solo golpe, esto hizo que gritase pidiéndole más, no me dio tiempo a reaccionar cuando con la otra mano que tenía libre empezó a masturbarme, ahora si que no iba a aguantar mucho más.

En una de esas, saco de golpe los dos dedos y volvió a meterlos, pegue un grito de placer que pudo oírse desde el piso de a lado , mi novia estaba viendo como disfrutaba y no cesaba en sus movimientos, ya no era solo introducirlos y sacarlos, comenzó a hacer círculos cuando estaban dentro, yo le pedía que siguiese que estaba apunto de correrme,  justo en ese momento, paró y me dijo al oído, "ahora me toca a mi". No podía creérmelo, me había dejado justo en el punto de mayor disfrute, me la jugo pero bien, ahora era mi turno e iba a saber con quien había empezado una guerra.

Ahora soy yo el que tiene que darle el masaje...

Si os ha gustado, ponerme un comentario y seguiré con la segunda parte.

Andi.