Masaje hipnótico (5)

No necesito exigir para obtener lo que deseo… Continúa la atención de las pacientes “obligatorias” y aunque abundan culos y tetas trato de aguantar lo “ordenado” venciendo a lo desesperante en forma de féminas que se me ofrece

PRIMER PRÉSTAMO Y DESPUNTANDO EL VICIO.

Me dio hambre pero ya no quedaba ni comida ni dinero, de inmediato pensé en la “ vecina ” ya atendida y la llamé, desde el teléfono se la notaba eufórica.

  • Hola, no te imaginás lo bien que ando, tengo ganas de hacer mil cosas, me anoté en el gimnasio y te cuento otra, a mi marido lo estoy “matando”, anoche, lo llevé a un hotel, lo até a la cama y lo “gasté”, mejor que cuando era una “pendeja” ”.
  • Tranquila mujer, lo vas a consumir .
  • Que se “joda”, toda la vida me “hinchó los ovarios” pidiéndome que hiciera esto o lo otro, ahora que se las aguante ”.
  • Bueno, me alegro por vos ( ya te voy a agarrar yo ), te llamaba porque necesito un favor .
  • Pedime lo que quieras ”,
  • Necesito que me prestes algo de dinero hasta que cobre en cinco o seis días .
  • No me expliques nada, ¿venís a buscarlo a casa o te los mando?** ”.
  • Hacémelo llegar porque estoy de entrecasa y tengo “ fiaca ” para cambiarme .
  • Listo, te lo mando y te veo otro día ”.

Al rato apareció un remís, me entregaron un sobre cerrado que contenía un fajo de billetes grandes, la “ orden ” había dado resultado y de seguro ya no tendría más problemas de dinero.  Me fui a almorzar en la parrilla, se me hacía imperioso el contacto con la carne asada, comí bien y al momento del postre sonó el teléfono, era el Abogado preguntando por un turno y agradecía que me hubiese acordado.

Pensé decirle que yo podría en la mañana siguiente pero me era urgente apurar esos tratamientos.

  • Si te viene bien, puedo hoy a las 20.00 horas .
  • Yo tengo una reunión en el Colegio de Abogados pero le pregunto a mi mujer y te aviso ”,

-me contestó-.

Listo, ahora quedaba esperar el llamado, eran las 15,30 y tenía tiempo, como mínimo, hasta las 19,30, por ello, con “ plata dulce ” se me ocurrió ir al Bingo a jugarme unos cuantos cartones.  Antes pasé por la Farmacia y compré aceite para bebes, estaba seguro que lo iba a necesitar.

Cuando entré me puse a charlar con Mariana en el mostrador de Relaciones Públicas, la conocía desde que vendía cartones, era rubia, tenía treinta y dos años, sin dudas teñida aunque no se le notaran raíces oscuras en su cabello, esto de teñida era por su tez no tan pálida y de ojos oscuros.  Una hermosa mujer aunque de poca simpatía, su boca de labios semi gruesos que parecían inyectados, invitaban a mirarla, siempre “ producida ” y bien maquillada.

El conjunto de su físico era excitante, cintura pequeña, piernas con pantorrillas de gimnasta y unos “perfiles” incitantes de arriba y de abajo, de las que “ calientan ”, ¿me entienden? , así y todo, poca “ bola ” con todo el mundo.

Era de aquellas mujeres que piensan que si se muestran demasiado agradables en el trato todos se la “ cogen ” de prepo.  Me preguntó cómo estaba y se quedó mirando el colgante…  La había notado un tanto incómoda y molesta.

  • Yo estoy muy bien pero parece que vos no podés decir lo mismo .
  • Me está “matando” el dolor en la espalda y la nuca, debo estar mal de la presión ”.
  • No es la presión , -le aseguré-.
  • ¿Cómo podés saberlo vos? ”,
  • Es simple ( ahora todo me parecía simple ), -le contesté-, estás sentada en un taburete más alto que la mesa, no apoyás bien los glúteos, te agachás para escribir y usar la computadora tampoco tenés respaldo en ese asiento, es más, no sólo te duele la nuca y los músculos que rodean las cervicales también te duelen los dorsales en los dos costados de la espalda y tenés duros los muslos y pantorrillas, apretalos con la mano y te vas a dar cuenta.  Tratá de tomar un analgésico porque a las ocho de la noche te van a doler hasta las pestañas .  -Me miró extrañada y preguntó seria-:
  • ¿Cómo sabés todo eso ?”.
  • Porque soy Masoterapeuta y si no supiera esto lo mío no tendría razón de ser.
  • Ya que está, decime como lo soluciono ”.
  • También es simple, “ empastillate ” con Ibuprofeno para calmar los dolores y provocate una úlcera gástrica o hacete estirar y acomodar los músculos por medio de masajes, por si te interesa te dejo mi número de teléfono además, para mayor comodidad, voy a domicilio .

No la dejé contestar y por el modo curioso de mirar el colgante supe que ya estaba “ enganchada ”.  Se quedó pensando y yo me fui a jugar.  Primero fui a las máquinas tragamonedas pero no me convencieron, al colgante tampoco porque lo sentí vibrar cuando me acerqué a una máquina, era lógico, de frente a ésta no podría lucirse ni yo mostrarlo.

Me fui al Salón de Bingo y me senté en una mesa con cupo para seis personas, al lado de un hombre con cara de enojo y enfrentado a cuatro mujeres ( tres chicas jóvenes y una de aproximadamente 45 años ).  Saludé dirigiéndome a las mujeres y dejé el frasquito de aceite frente a mí.

La bolsita de la Farmacia era casi transparente y dejaba saber lo que contenía, a más, la marca era muy conocida, esto, conjuntamente con el colgante provocó un murmullo y risas apagadas en las chicas entonces la señora les pidió que se callaran, yo ni las miraba.  Pasó la vendedora, compré último y el hombre se levantó y se fue.

  • ¿Estaba enojado? , -le pregunté a la señora-.
  • Son las chicas, es la primera vez que vienen, están contentas, se ríen y parece que se molestó ”.
  • ¿Nadie ganó nada?
  • No, nos quedamos a uno o dos números ”.

La miré bien, no era habitúe, bien maquillada, elegante, ropa cara y bien combinada, muy buen nivel.  Las chicas tendrían 21 ó 22 años, una más atractiva que la otra.  Mientras yo hablaba volví a escuchar el cuchicheo y un comentario referido al aceite, la señora, que resultó ser la madre de una de ellas, las retó nuevamente.  La partida comenzaba y dije que no importaba, que si supieran para que usaba yo el aceite no se reirían tanto.

Luego que terminó la partida, las cuatro me miraban serias.  Les devolví la mirada sonriendo y expresé que se estaban riendo de mi “ herramienta ” de trabajo, la hija de la señora “ picó ”.

  • ¿De qué trabaja? ”.
  • Soy Proctólogo , -le contesté serio-.  Casi nos echan porque las cuatro estallaron en una sola carcajada, el “ hielo ” estaba definitivamente roto, la risa las hacía llorar y les dije la verdad.
  • Soy Masoterapeuta y éste aceite me resulta más eficaz que otros aceites pegajosos, vine un rato a distraerme y como a las ocho de la noche tengo que atender a una paciente aproveché para comprarlo .

Desde allí en más se soltaron para hablar y preguntar y yo aproveché para averiguar.

  • Nunca las vi en el Bingo.  ¿Son de la zona?
  • Mi hija, mi marido y yo vivimos en el Country tal… (no quedaba lejos), ellas dos son compañeras de Facultad de mi hija y están en casa estudiando para un examen en Medicina ”.  -La señora era la que hablaba y las chicas asistían-.
  • Estábamos aburridas y solas, mi marido es Práctico naval y pasa días embarcado, por eso decidimos salir a caminar y nos tentó el Bingo, ya que está y disculpe que le pregunte, ¿Cómo es el tema de los masajes?, una vez fui a una Masajista y me quedó la espalda dolorida por una semana ”.
  • Para eso es el aceite, hay que calentar el músculo, aflojarlo y luego trabajarlo, tiene sus secretos pues si te hago doler lo mío no sirve .

Estaba por comenzar otra partida y nos callamos.  Al terminar ésta, una de las chicas dijo:

  • Es un “curro” ”, -lo dijo en forma casi despectiva-.
  • ¿Te parece?, si fuera un “ curro ” yo no te podría decir que músculos de tu cuerpo te duelen o molestan en estos momentos o que te van a molestar si se inflaman y todo ello sin revisarte, ¿Vos podrías si fueras Médico? , -me miró y dijo-:
  • Dale, decime ”.
  • Sólo si sos sincera como para reconocerlo y podés tutearme, no hay problemas …  -Le dije- y esto último fue algo así como para marcar distancias y poner un grado de seriedad.
  • Perdón, estoy lista ”.

Les aclaré que tenía una desventaja porque no podía verlas de cuerpo entero y tampoco sabía cómo se paraban pero que igual lo iba a intentar.  La miré bien ante las expectativas de las demás y me lancé.

  • Tenés un músculo en la espalda que te molesta o te va a molestar porque se inflama y para que no creas que soy yo quien te lo produce tu amiga te va a tocar donde yo le diga para que lo notes además hay un tendón contracturado en el pulgar de la mano derecha y, miré por debajo de la mesa, el arco del pie izquierdo te pega tirones y es por otro tendón .  -Enseguida me dirigí a otra de las chicas-.
  • Tocala sin apretar debajo del omóplato izquierdo y, a lo largo, tratá de estirar suavemente el pulgar derecho .  La amiga le tomó el pulgar y le hizo doler al tratar de estirarlo luego tocó el músculo por debajo del omóplato y ésta se quejó dolorida.
  • Respecto del arco del pie, decímelo vos y decime también que tanto “ curro ” es todo esto .

Me había molestado el apelativo y siempre me ha costado disimular cuando algo no me gusta.

  • Es verdad, ¿Cómo hiciste para adivinar? ”.
  • ¿Adivinar?...  ¿Ustedes estudian Medicina no?...  ¿Acaso van a “ adivinar ” los síntomas cuando les toque atender y diagnosticar a alguien?  La cosa es así, primero estudié, luego observo las posiciones de las manos, las piernas, el cuerpo, el modo de sentarse, de moverse, está todo relacionado .
  • Ahora me toca a mí ”, -dijo otra-.
  • Lo puedo hacer con todas pero este no es el lugar .
  • Chicas, ¡por favor!Compórtense ”, -terció la señora-.
  • Dejalas, la culpa la tengo yo por hablar . -No pudo contestarme porque sonó mi teléfono-.
  • Hola Doctor, perfecto a las 20.00 estoy allí, mándeme la dirección por un mensaje de texto y listo .

Colgué, miré la hora, eran las 18,45, tenía una hora para seguir jugando y conversando.

  • Disculpen, era el esposo de una paciente, ¿Qué decíamos?... Volvió a sonar, leí el mensaje y lo apagué ( la casa era en un barrio residencial cercano, con un remís o taxi llegaba en diez minutos ).
  • Yo les decía a las chicas que no te molestaran ”.
  • No es molestia, lo que sucede es que el lugar me resulta incómodo porque no puedo explicar bien además, vine a jugar al Bingo y no a buscar pacientes, así no me puedo concentrar para “ llamar ” a los números , -esto lo dije riendo y festejaron la broma-.

Jugamos otra partida y quedé a un número que palpitamos todos pero no apareció.

  • ¿Cuánto dura una sesión? ”, -preguntó la señora- que estaba intrigada pero pensaba las preguntas para no parecer ansiosa.
  • Normalmente de treinta a cuarenta y cinco minutos pero con vos tendría que tardar más de una hora .
  • ¿Por qué, qué tengo yo? ”…  -Las chicas me miraron por la respuesta y por su reacción-.
  • Varios problemas y es para hablarlo tranquilos, miren, ahora viene una jugada con cartones más caros, me tengo fe y si lo gano, sólo si lo gano, les voy a proponer algo .
  • Bueno, dale ”, -dijeron todas-.

Compré una serie de seis cartones, tomé el colgante y cerré los ojos pidiéndole ayuda a “ mi amigo ”, hice muecas y para ellas fue una broma, yo esperaba que “ él ” comprendiera.  Saqué la Línea y el Bingo, en total una excelente suma.

  • ¿Cómo hiciste? ”, -dijo una-.
  • Ojalá pudiera saber,me tenía fe, este juego es azar puro y me tocó .

La hija de la señora que no paraba de mirar el colgante le expresó a todas.

  • Por si no lo recuerdan este señor tiene una proposición que hacernos ”.
  • Es verdad y no lo olvidé, el tema es así, yo vivo solo, no tengo horarios ni compromisos y el dinero me interesa solamente para darme gustos por ello, como me siento muy cómodo con ustedes, si me esperan en tal Restaurant ( nombré el mejor de la zona ) quiero darme el gusto de invitarlas a cenar a las cuatro y allí me podrán preguntar lo que quieran.  De todos modos, tengo que ser sincero, serán dos gustos, uno invitarlas y el otro estar o seguir rodeado de cuatro bellezas .
  • “¡Esssoooo!” , -dijo una de las chicas-.
  • Es sin compromiso, ustedes deciden, de todas maneras yo igual pensaba ir a cenar allí .
  • Listo, vamos, vamos ”, -dijo la hija-.
  • Esperen, esperen ”, -saltó la madre- y afloraron las “ pelotudeces ” de siempre ( al tiempo supe que no eran tales ),
  • No estoy arreglada, ¿Qué hacemos hasta las nueve?, ustedes tienen que estudiar, hay que darle de comer a los perros ”.

Yo no decía nada y otra partida comenzaba, luego de ésta, la hija decidió por la madre.

  • Mirá mamá, vamos a casa, te cambiás, nos cambiamos, nosotras soltamos a los perros, les damos de comer y estudiar, estudiamos mañana, hoy disfrutamos ”.  No le quedó otra que aceptar además estaba intrigada y hay en existencia un dicho que lo expresa, “ Mujer intrigada, mujer ganada o por lo menos interesada ”, también  hay quienes afirman que “ la ” curiosidad es femenina.  Todas aceptaron y me presenté.
  • Yo soy “ fulano de tal ”, ¿ustedes?

Madre e hija, Elena y Sol, amigas, Carolina y Celeste.  Para completar el cuadro encendí el teléfono y llamé al Restaurant.

  • ¿Martín? , ( era el cajero y yo lo conocía de sentarnos a la tarde en algunas mesas del Bingo pues le encantaba ese juego como a mí ), habla “ Fulano ”, necesito una mesa para cinco a las 21.00 horas .
  • ¿Ganaste hoy? ”.
  • Si, si, efectivamente, si, al lado de la ventana del frente está bien, si, cena completa, listo, gracias , ya está chicas, ahora no se pueden echar atrás y tienen más de una hora para pensar las preguntas, por lo pronto, sigamos jugando que antes de irnos tenemos que ganar dos Bingos más .

KAREN.  LA PROFESIONAL EN LEYES.

Creer o reventar, ellas ganaron uno, yo el siguiente, tenía en mis bolsillos un buen par de billetes y trabajo por hacer.  19.40 horas salimos todos juntos, se ofrecieron a llevarme pero preferí el remís en la puerta, las despedí, esperé el auto y me fui por la “ Profesional en Leyes ”.

Llegué a las 20.00 horas en punto, me recibió con frialdad, medio encorvada, con evidentes dolores que trataba de disimular y con ojeras en su rostro pero la bata corta dejaba adivinar un hermoso cuerpo de “ pendeja ” que trabajado con gimnasia disimulaba sus cincuenta y tres años.  Quise mostrarme simpático y romper el hielo diciendo:

  • Estás igual, ¿dónde dejaste los años?
  • Dejate de “boludeces”, los años están, yo sé que están igual que los cincuenta y pico tuyos que se notan bastante ”.  -De todos modos insistí como para no quedar “ pagando ”-.
  • ¿Qué puedo hacer?, algunos no podemos con ellos . ( ¡Hija de remil putas!, esta me la vas a pagar muy cara ), me había molestado bastante el tono de su respuesta.

La casa era enorme, bonita, confortable y allí no parecía que escaseara el dinero.

  • ¿Querés tomar algo? ”.  -Lo preguntó esperando que me negara y efectivamente dije que no-, la consulté por sus dolores.
  • Son en la espalda y la cintura pero tratá de no causarme otros porque ya tengo bastantes, la semana pasada hice echar a dos masajistas a patadas y ahora te atendí porque el “pelotudo, hincha pelotas” de mi marido insistió.  ¿Vos sabés algo de esto? porque lo único que me calma un poco son las inyecciones de “B12” por eso tengo todo el culo amoratado, lleno de pelotas y dolorido, otra cosa, que no se te ocurra tocarme el culo con la excusa de las inyecciones porque “se pudre todo” ”.

Me sorprendió su “perorata” y antes de tocarla ya imaginaba lo “ mansita ” que la iba a dejar, lo único que lamentaba era no poder partirle el culo en cuatro en esta sesión.  Llamó a la empleada y le gritó que no la molestara para nada, la chica asintió y se fue asustada.

  • ¿Empezamos ?
  • Si pero antes date vuelta que quiero mirar cómo te parás .
  • El culo me querrás mirar ” -me contestó y ya lo ordinario de las expresiones me molestaron-.
  • Quedate tranquila que los he visto mejores .

No era cierto, era hermoso, posiblemente el mejor ya que desafiaba las Leyes de la Física y el Tiempo, todo allí era armonioso, duro y casi compacto con glúteos que parecían inflados artificialmente, daba como para que el asombro y las “ babas ” se manifestaran pero yo no iba a demostrarlo y tampoco se lo iba a decir.

En realidad quería tocarla con las dos manos en los hombros para absorber la mayor cantidad posible de “ mierdas ”.  Le corrí la bata y cuando la toqué casi vomito, tenía malas ondas y energías “podridas” que arrastraba desde hacía años, me revolvió el estómago pero se calmó y se suavizó.

  • Ya está, ¿dónde podemos ubicarnos?
  • Seguime, mejor vamos al gimnasio, allí no nos molestará nadie ”.

Me sonreí porque, sin dudas, había cambiado los modos.  La seguí mirándole las piernas y el culo casi “ dibujado ” y espectacular que levantaba la pequeña bata al caminar, hasta el perfume te calentaba.

Entramos al gimnasio donde había cuatro aparatos, una bicicleta fija y una camilla alta especial para mis planes, le pedí pasar al baño para lavarme, eructé allí como un cerdo y cuando salí me esperaba parada al lado de la camilla, sin la bata y luciendo un conjunto de ropa interior muy fino e ínfimo.

  • Me vas a tener que ayudar a subir porque me duele todo ”.  -Me pidió-, yo apenas si la miré.
  • Está bien, ya te ayudo pero vení que te quiero mostrar algo .  -Me paré frente a una de las máquinas y le dije que esa era la que ella usaba-.
  • Es verdad, ¿cómo sabías? ”.
  • Porque los tientos de acero que se usan para tensar los pesos están mal colocados y eso te obliga a usar los músculos de forma incorrecta, a esto sumale que la has usado por un tiempo largo da por resultado lo que tenés en la espalda y la cintura, esto te lo digo para que sepas que tu marido no se equivocó al llamarme .

Se quedó con la boca abierta, yo la miraba con seriedad pensando en que ya comenzaba a “ amansarla ”.

  • Ahora vení a la camilla que vamos a tratar de reparar el error .
  • Ayudame que duele ”, pidió, entonces le apreté un músculo que pasa por debajo de la cintura y le dije que subiera sola, que no le iba a doler, lo hizo y volvió a sorprenderse.
  • Creo que ya te demostré que sé, ahora ponete boca abajo y hacé todo lo que te diga .

Esto se lo decía con voz suave pero cargada de autoridad, le coloqué una toalla debajo del mentón y comencé a pasar mis manos por su espalda notando que el colgante hacía su movimiento ilógico y pendular.  Casi al instante estuvo profundamente entregada, con los ojos abiertos y mirando a ninguna parte.

El relajo de su cuerpo era tal que los músculos se movían y acomodaban solos mientras ella gemía y parecía gozar.  Le ordené cambiar la mirada y ahora era otra cosa, la desnudé  observándola con su cabello castaño cayendo sobre su cara y la vi hermosa y excitante, verdaderamente la exacta conjunción de mujer y hembra, era elegancia, belleza, sensualidad y sexualidad en una sola persona.

Su cuerpo duro y trabajado me llevó a ordenarle que temblara moviendo sus glúteos y pareció un delicioso flan moviéndose al compás de un embrujo, el de “ mi amigo ” por supuesto.

Le saqué fotos en primeros planos y en poses para lo que luego sería mi colección “ privadísima ” y notaba que me ponía loco la premisa obligada de “ no penetrar ni eyacular ” pero, aunque me costara, aguantaba, entonces, ayudado por el aceite pasé mis manos por todo su cuerpo y la hice brillar.

Ella gemía y le dije que a partir de ese momento y por cada vez que estuviera en trance yo sería “ papito ” y ella una nena de 14 ó 15 años con cuerpo de mujer.  Después le dije que iba a ver el pene más grande de toda su vida y me iba a pedir que se lo metiera todo por donde más le gustara, necesitaba, porque parecían “ pedírmelo ”, que primero fuera dolor y luego el goce le otorgaría otro sabor al orgasmo.

  • ¿Estás de acuerdo?
  • Si papito ”.  Su soberbia y destrato anterior me habían hecho enojar, por ello, cuanto menos, pretendía humillarla y se me ocurrió que fuera una nena sumisa y supeditada a mis mandatos.

Cuando le hice ver mi pene me desubicó, comenzó a pedirme, con voz de nena finita y melosa, que se lo metiera todo en la cola y casi eyaculo sin poder contenerme.  Por momentos la excitación se me hacía inaguantable y guardé lo “ mío ” para no tentarme, le tocaba su cola, abría sus nalgas y le decía que ya estaba entrando, que llorara de dolor pero que pidiera que no parara.

Se retorcía y lloraba pidiendo más y que no lo sacara, le ordené que tuviera los orgasmos que quisiera y me contara lo que sentía.  Allí escuché con sorpresa cosas “ ocultas ” de los subconscientes que también escuché en muchas otras mujeres y quizás describa más adelante.

  • Tomá, “viejo de mierda” tomá, la verga de mi papito es más grande que la tuya y me hace gozar más, tomá “Almacenero sucio”, tomá ”.  -Se aflojó después del orgasmo y casi al instante comenzó a moverse de nuevo-.
  • Ahora me toca a mí Karen y vas a tener un orgasmo prolongado al momento en que creas que yo estoy terminando .
  • Papito, papito que lindo, haceme lo que quieras en mi cola papito, dejalo ahí, me quema tu lechita, me quema, papito ”.

Mordía la toalla y su cara de felicidad y la voz de nena me “ daban vuelta ”, algunas cosas ya las averiguaría pero, por ahora, ese culo al igual que lo fueron otros, sería sólo para mí.  Le ordené “ cerrarlo ” de modo que allí no entrara nadie más que yo y quien yo decidiera, que lo usara normalmente para sus necesidades y lo mantuviera duro y ejercitado.

  • Si papito, eso se lo prometí  también al tío ”, me dijo y se me erizaron los pelos de la nuca.

Le di las otras indicaciones, sexo normal con su marido, sólo con su marido, pedí un aumento del 100% para la empleada, absoluta buena onda y trato con todos sin usar palabrotas ordinarias, no olvidé nada y antes de ordenarle que se vistiera le di un beso hermoso que me retribuyó y aferré con ambas manos su estupendo culo, donde casi ni rastros habían quedado de las inyecciones, se vistió y alejado de ella conté hasta tres.

Estaba cansado como si hubiese corrido una maratón y ella feliz y agradecida, se movía para todos lados y nada le dolía.

  • Parece que me dormí profundamente, no sentí ningún dolor pero me debés haber dado con todo para sacarme las contracturas ”.
  • Un poco me costó aunque lo importante es que te sientas bien .
  • Me siento bárbara y esperá, todavía no te vayas, te sirvo algo de beber, voy yo porque la chica debe estar durmiendo y me da pena despertarla, ¿qué hora es?, ah, todavía no son las nueve igual debe estar viendo la novela por T.V. ”.  “ No le comentes a mi marido pero vos estás cada día mejor ”.
  • Hago lo que puedo .
  • ¿Cómo te puedo pagar? ”.
  • Va por los viejos tiempos además un cuerpo como el tuyo no debería sufrir con nada .
  • Amoroso ”, dijo y se colgó de mis hombros para darme un “ piquito ”.
  • Yo me tengo que ir, recordá lo de la máquina .  Vino el remís que antes había pedido y me fui feliz y complacido.-

Continuará…

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GUILLEOS1se los agradece.