Masaje hipnótico (4)

Siguen apareciendo los pacientes.

En el primer relato de 2021 aprovechamos para desearles que se cumplan todos sus deseos y que todos tengamos la salud que tanto nos merecemos. Guilleos1 y Tauro47. Un abrazo.

COMPLETANDO PACIENTES.

Todavía estaba asombrado, ¡el primer paciente ya estaba atendido! y ni siquiera lo había buscado… Había pasado casi una hora y me volví a casa para tomar el libro e ir a devolverlo.  Cuando lo levanté para llevarlo me encontré con otra sorpresa, ya podía ver y leer la última página.  Pude leer lo siguiente:

Usted ya logró pasar sin problemas todos los pasos hasta aquí exigidos para realizar masajes hipnóticos ”…  “ Ya habrá podido comprobar las ventajas del Poder que se le otorga pero, en todo momento, deberá tener en cuenta que:

1) No deberá solicitar nada material en la primera sesión, salvo que sea en calidad de préstamo y en ésta deberá brindar satisfacción sexual y bienestar físico por medio del masaje y la hipnosis.

2) La satisfacción sexual en las primeras cinco sesiones será sólo del paciente, luego de éstas y sólo luego de éstas primeras sesiones podrá participar activamente usted.  Recuérdelo bien”, ( eso me sonó a amenaza ) .

3) “La palabra elegida para recordarlo y facilitar el nuevo trance debe ser siempre la misma para todos los pacientes”.

4) “La edad mínima del paciente será de 18 años, la máxima de 70 años”.

5) “Gozará de energías casi sin límites o la tomará de sus pacientes pero aprenda a manejar sus tiempos, asimismo a partir de ahora será estéril y no se contagiará ni adolecerá por enfermedades”.

6) “Una vez lograda la voluntad del otro nada le podrá negar”.

7) “Elija bien las órdenes a impartir”.

8) “No diga jamás ni por nada que hay hipnosis de por medio”.

9) “Ante un bien realizado se podrá imponer lo contrario, elija, descarte y aplique sin cuestionárselo”.

10) “A partir de este momento tendrá veinticinco años más de vida, con opción a otros diez años más si se considera que ha realizado bien lo exigido.  Disfrute sin negarse los placeres ”.

Leyendo esto me quedó claro que las cartas estaban echadas y barajarlas bien o mal dependía sólo de mí.  Era una especie de Pacto y de allí yo tendría que obtener mis ventajas. ¿Con quién era el Pacto? , lo ignoraba pero tenía una idea clavada en mi cabeza y, aún con el riesgo de ser “utilizado” por “alguien”(no creía que fuera “algo”) o de ignorar como debería “pagar” , ya no estaba en condiciones de contradecir nada.  Las preguntas y las respuestas eran sencillas:

¿Continuaba con mi vida de “mierda” o lograba todo lo que quería?...

¿Seguía aguantando las “pelotudeces” de los demás o fijaba mis propias reglas?

¿Vivía hasta los ochenta y pico de años con salud, energías y comodidades o envejecía con carencias, enfermedades y achaques? La respuesta era una sola… ¡Qué se vayan todos a la mierda!...

Lo único que quedaba era devolver el libro y es lo que hice.  En esta ocasión me atendió una señora mayor que controló la fecha y lo puso debajo del mostrador, me dijo que estaba bien, preguntó si necesitaba algo más, dije que no y me fui.

Antes de volver a encerrarme en casa pasé por el negocio del vecino, éste tenía una gran Distribuidora de productos para la alimentación y, a decir verdad, nunca supe si era de él o de ella.  Allí había un revuelo total, la propaganda de la primera paciente había surtido un efecto más grande de lo esperado.

El marido me llamó desde el cuarto privado que usaba para facturar y cobrar y me preguntó que le había hecho a su mujer.

  • Masajes, sólo masajes, quédese tranquilo , -respondí-.
  • No sé que le sucede, anda como loca y no para de hablar de ello, está tan bien que quiere que la lleve a cenar y después a un hotel, así no le voy a poder seguir el tren ”.
  • Hágase cargo vecino, lo mío sólo fueron masajes energéticos, lo otro le corresponde a usted , le contesté riendo.  Era una pequeña maldad y me lo imaginé hecho “ teta ” en una cama de hotel.-

CATALINA.  LA DOCENTE CON CARGO.

Volví a mi casa, comí lo poco que había y noté que ya no quedaba nada de dinero, tampoco había nada por hacer y los pensamientos se acumulaban, las dudas e incertidumbres se hacían un “picnic” en mi cabeza.  Decidí dormir un rato dándome cuenta que tenía los horarios cambiados, eran las 19.30 y me parecía que llevaba años sin descansar bien, por eso, estirarme en la cama y apoyar la cabeza en la almohada fue un bálsamo, me dormí enseguida.

El teléfono me despertó poco antes de las diez de la noche, era la madre de mis hijos, se había enterado de los masajes y quería saber si podía atender a alguien.

  • ¿Qué te pasa mujer, estás “ del tomate ”?... ¿Te fijaste la hora que es?

¡Pobre “ex”! .  Le tenía poca paciencia o ninguna, quizás porque su carácter obsesivo (algunos le llaman “hinchapelotismo”) se contraponía con el mío y surgían los “ chispazos ”.  Yo trataba de “ aguantarla ” pero siempre terminaba por sacarme de las casillas y no era sólo a mí, últimamente “ jodía ” a todo el mundo con su última Religión adoptada, en realidad era la misma de siempre aunque ahora haciendo hincapié en los Ángeles, los cuales eran aquí celestes y rubios de ojos claros en cambio los míos eran “ oscuros ”, negros podría decir.

¿Cómo será esta Religión en otros lugares del mundo en los cuales el color de la piel de sus habitantes es en su mayoría negro o cobrizo? , se me ocurre que como es una Religión adaptable a las conveniencias de los hombres ( tal como todas, no nos engañemos ) lo más probable es que las estampitas y estatuillas estuviesen realizadas en otro color, ¿ Acaso no hay hasta un Cristo negro ? , no vaya a ser cosa que los acusen de discriminatorios, ¿ no ?

De todos modos mi “ ex ”, la madre de mis hijos, no era mala persona y yo la quería mucho por eso siempre terminaba “ dándole bola ”.  Le pregunté que le sucedía y comenzó a contar que la hija de una Inspectora Escolar compañera de ella ( mi “ex” era Inspectora Escolar de una actividad especial ) yendo al Colegio donde daba clases, al bajar del colectivo, se había enganchado el brazo en el pasamanos y se lo había torcido.

Estaba cantado era la maldita y puta costumbre que tienen las mujeres de bajar de los transportes cargadas y con las piernas y cuerpo mal colocado, siempre en contra de la inercia, tienen que bajar apoyando su pierna derecha y pisan primero con la izquierda, por ello, si el transporte se mueve o tropiezan con algo, culo para arriba con toda su humanidad y torceduras feas en brazos, muñecas o peores lesiones.

  • ¿Qué le dijeron que fue, el Supinador largo, el Pronador redondo, el Primer Radial o todos juntos? , -pregunté- y de paso le demostraba que algo sabía.
  • ¿De qué me hablás? Yo no sé que tiene, lo único que sé es que no tiene nada roto, le dieron un calmante fuerte e igual le duele, no para de llorar del dolor ”.

También me dijo que le habían recomendado y mandado a un Masoterapeuta pero que no podía esperar por un turno, que seguía en un grito y que patatín y patatán…

  • ¿Dijiste que era Maestra de Grado?
  • Si, ella da clases en el Grado…
  • Hacela corta, ¿dónde vive?

No quedaba lejos, le dije que comprara en una Farmacia de turno una botellita de aceite para bebes y me pasara a buscar.  De buenas a primeras aparecía la Maestra de Grado, la Docente en actividad y era una oportunidad que no debía dejar pasar.  Me puse un sueter oscuro y el colgante parecía notarse más.  Pasó a buscarme con la madre de la chica a las 22,30 y fuimos hasta la casa.

  • ¿Vas a poder ?”, -preguntaba mi “ ex ”-.
  • Para mí es simple, ustedes dos me dejan con ella, me concentro y si no hay nada roto, me le animo a cualquier músculo .  No me creyó y parecía arrepentida de haberme ido a buscar.  Llegamos rápido y cuando bajamos del auto mi “ ex ” preguntó por el colgante.
  • Es un regalo , -contesté-.
  • Es muy lindo, me gustaría tener uno igual ”, -dijo y lo tocó-.
  • No creo que puedas, es único… -y vaya que lo era-.

Ingresamos a la casa y noté que la chica estaba desencajada y llorando, “ no sé qué hacer ” dijo la madre y eran las primeras palabras que le escuchaba decir, me miró como dudando, seguramente un tanto descreída a instancias de la madre de mis hijos.

  • Yo sí sé que hacer y lo primero que haremos es calmarla .

Me acerqué, la saludé, conversé un rato con ella preguntando por sus dolores, apoyé mi mano en su hombro absorbiendo las “ malas ” y se calmó, las otras dos mujeres se miraron y yo las ignoré.

La Docente no tendría más de 22 años, se llamaba Catalina, rubia natural, ojos claros, altura promedio y estaba muy bien.  El problema no era sólo en el brazo y sus músculos, todo el dorsal estaba “ apelotonado ” o endurecido y aunque ya no lloraba en sus ojos se notaba el miedo por el dolor que yo podría ocasionarle entonces le dije que se quedara tranquila, que no le iba a doler, luego pedí permiso para pasar al baño a asearme, allí eructé sus “ malas ondas ”, me lavé las manos y salí.

Le pedí a la madre que me ayudara a sacarle la remera pero antes solicité un toallón grande que me alcanzó con prontitud.  Catalina no quería saber nada de mover el brazo temiendo por ese dolor que imaginaba.

  • Cortá la remera con la tijera mamá, cortala, de otro modo no se puede ”, -decía llorosa-.

Ante esto, muy seguro expresé que no era necesario, metí la mano por debajo de la prenda, le apreté un músculo de la axila y le levanté el brazo sin que sintiera dolor.  Las tres se miraron sin entender, yo tampoco entendía nada pero, ni borracho lo diría.

El toallón se lo coloqué como un gran “ babero ” para evitar que se sintiera incómoda, lo mismo contaba para mí porque tenía que trabajar de frente y debajo de ese corpiño se adivinaban unas tetas duras, llenas, erguidas, fenomenales.

  • Señoras, si me permiten, ya les demostré que algo supe hacer para que se calmara y como mi tratamiento es un secreto milenario les voy a pedir que se retiren y me dejen solo con mi paciente para poder proseguir .  -Se lo dije serio pero se sonrieron y salieron, aún dudaban-.

Tenía a Catalina sentada en una silla y con una mirada cargada de dudas, yo me quedé parado de frente, tomé su brazo y le pedí que no mirara lo que yo hacía porque inconscientemente ejercería torsión en los músculos, que era mejor que mirara de frente a mi pecho, ella aceptó y comenzó el ritual.  El colgante cumplió su función brillando fuerte y, casi sin necesidad de que yo hablara, abrió sus ojos mirando fijo y sus músculos se aflojaron y acomodaron solos.

Una oleada de morbo me “atacó” ante ese par de maravillas y no me privé de apretar y acariciar sus pechos macizos y tentadores a la vez que pellizcaba sus pezones chiquitos pero endurecidos al tacto.

No dejé rincón sin apretar ni acariciar y mientras tanto le pedía que tuviera un orgasmo agradable y tranquilo para lograr una relajación total.  Ella a todo decía que si con los ojos muy abiertos y me encantó y excitó escucharla gemir con un sonido “in crescendo” a medida que el orgasmo parecía envolverla.

Antes de decir tres le di las indicaciones comunes y pedí, nada de sexo con nadie salvo que, día por medio, debía masturbarse pensando en mí.  Indudablemente alguien hacía que esto del sexo se hiciera presente y persistiera, haciendo que me gustara cada vez más.

Luego me alejé de ella y a un paso de la puerta conté hasta tres y abrí llamando a las otras mujeres que estaban impacientes y expectantes esperando desde el otro lado.  Habían pasado sólo quince o veinte minutos y Catalina se ponía la remera sin ayuda y estaba feliz y contenta.  Ya vería que maldad debería oponer después porque una “cosquillita” mental parecía estar dando vueltas.

Ninguna lo podía creer y no quise cobrar en atención a mi “ ex ” ( me vino bien como excusa ) pero pedí que me llevaran a casa.  Catalina nos acompañó y contaba que le había parecido como que mis dedos estiraban y acomodaban sus músculos desde adentro y que nunca sintió dolor.

Yo disimulando sonreía y le pedía que no exagerara aunque sabía que eso sucedía y que no eran mis dedos.  Ella le preguntó a la madre si me habían pagado.

  • No nos quiso cobrar, es un ángel ”, le respondió la madre.  ( Negro señora, un ángel negro y de alas negras que en algún momento se cobrara con alguno o todos sus “agujeritos de placer” ), eso pensaba yo sonriendo y lo hacía extensivo a las tres porque también se me ocurría cambiar algunas de las muchas cosas que no me gustaban de mi “ ex ”.

Cuando llegamos las saludé con un beso y me fui a dormir.  Ya había atendido a la Docente en actividad y me habría gustado estar en ese Colegio a la mañana siguiente.  Quedaba la Abogada y otros pero ya se vería en la mañana, antes tenía que comprar los aceites necesarios, un maletín y una o dos batas también pantalones y un par de zapatillas, decididamente era un gasto que, por ahora, no estaba en condiciones de hacer.

Respecto del colgante, no podía salir sin él a la calle, se había convertido en una parte de mí y, en lo que quedara de vida, no podría desprenderme del “ objeto ”, me lo sacaba para dormir y aún así quedaba colgado donde pudiera verlo con sólo abrir los ojos además, si golpeaban a mi puerta me lo colocaba automáticamente antes de atender.  En lo personal, me gustaba llevarlo y lucirlo.

Por otro lado, había recuperado peso, en la cara no se notaba la delgadez de siempre, no estaba pálido, mantenía la línea y me sentía con muchas energías y ganas de sexo aunque, por ahora, tendría que aguantarme.  No era nada fácil y parecía ser una prueba que pensaba cumplir.  Era raro, antes no tenía posibilidades femeninas y no sabía si mis energías responderían pero ahora todo era distinto, me sentía “ apendejado ” y parecía rejuvenecido.

Sucedía algo que antes no pasaba, llámenle “ energía positiva ” o como quieran, tampoco descarto que yo mismo pensaba distinto y eso se “ comunica ” a los demás, de la manera que fuere, la gente me miraba de otro modo, había mejor comunicación y otras sonrisas y amabilidades, se sentía bien.

Desde hacía tiempo estaba convencido de tener “ dos dedos de frente ”, consideraba y muchos consideraban que tenía “ algo ” de inteligencia y esa misma inteligencia aplicada me hacía saber que se me había entregado un “ Poder especial ” al que seguramente otros no podrían acceder.

Tenía la idea que este “ Poder ” no tenía límites pero también entendía que, evidentemente, habría límites que yo no podría transponer y esto no dejaba de ser un problema pues parecía estar “ a ciegas ” en muchas cosas y de vez en cuando se me cruzaban las palabras de la “ Machi ”, “ Tené cuidado con tus afectos y con vos mismo ”.  Trataría de andar con “ pies de plomo ” aunque tenía presente que, en muchos momentos, las “ bajezas ” propias del humano saldrían a flote y no sabía si las podría “ manejar ”, igualmente, todo estaba por verse.

Alguna vez había incursionado en la Política y allí existe un pensamiento generalizado, “ denle poder de decisión y manejo de gente a un “negro” y de seguro se mandará “cagadas ”.  Esto de “ negro ” es peyorativo pero no tiene que ver con el color de la piel sino con los grados de conocimientos, educación, inteligencia y los modos en que estos se plasman.

De todos modos, aunque esto se opine, cualquier Municipio está plagado de ellos, se suben al caballo propio y al ajeno, son soberbios, tiranos y déspotas, ejercen el “ sabelotodismo ”, usan a la gente y acaban odiados, dando pena u olvidados.  Jamás pasan de un tercer o cuarto lugar y si, por incompetencia o desconocimiento de los “ dearriba ”, llegan a planos superiores duran poco pues si se mantienen generan desastres, descontentos y caos.

Escribo sobre “ negros ” refiriéndome a aquellos de mente negra e inculta, ya que, sin dudas, muchos “ blancos de piel ” y con supuesta inteligencia, en casi todos los órdenes, actúan igual, evidentemente esto tiene que ver con “ el Poder ” y las formas y modos en que se ejerce, amén de la mediocridad y falencias propias del humano.

Desde esta perspectiva pequeña imaginen como debería cuidarme yo con lo que se me había otorgado, sin embargo, saberlo era una cosa, “ manejarlo ” otra muy distinta y no dejaba de preocuparme.

Filosofías caseras al margen, debía abocarme a conseguir a mi tercer paciente, “ una ” Profesional en Leyes, porque ya tenía decidido que evitaría, salvo casos especiales, a los pacientes masculinos.  Para esto llamé a Fernando, el Abogado conocido, era media mañana y no estaba ( los famosos “términos” o plazos de los Abogados y sus diligencias en los Juzgados ).

Le dejé un mensaje a la Secretaria, “ por favor, hágale saber que llamó “ fulano de tal ”, el Masoterapeuta, que si me necesita estoy a su disposición ” y dejé el número de mi celular, sabía que me iba a llamar, además me grabé que él tenía sus mañanas ocupadas atendiendo sus plazos y juicios pues podrían ser buenas horas para atender a la esposa.

Ya se vería, lo que si era claro era que no lo querría cerca.  Ya que estaba con el teléfono en la mano aproveché para tratar de alabar a mi ego entonces la llamé a mi “ ex ” sabiendo que hoy también inspeccionaría en ese Colegio, ¡Qué casualidad! , estaba en la Sala de Profesores y en recreo.

  • No sabés el revuelo que provocó Catalina en la escuela, no para de hablar de los masajes y de vos ”.
  • No es para tanto, -le dije y acepto que fue una tremenda “ falsa modestia ” que ni yo me creí-.
  • Es verdad, me abrazaba y me agradecía a mí por llevarte a la casa, las compañeras le hacen bromas y le preguntaron que le habías hecho.  Está “re muerta” con vos ”.  -Le contesté rápido haciéndome el ofendido-.
  • Vos estuviste allí y sabés que no tuve tiempo para mucho .
  • Ya lo sé, te estoy haciendo una broma, a propósito, te tengo que pedir disculpas ”.
  • ¿Debido a qué? ...  -Otra vez haciéndome el tonto pues yo ya sabía que no me había creído-.
  • En realidad ayer te llamé porque ella estaba muy mal desde la mañana y porque me habían contado lo sucedido con la vecina de nuestro hijo pero no creía, aparte, no sabía que habías aprendido eso ”.

Como estábamos bailando, puse “ mí música ” y descargué un poquito de maldad.

  • El problema con vos y tus creencias es que parecería que te obligan a creer solamente en lo que dicen los escritos que ellos mismos hicieron, te han convertido en una persona sola, desconfiada y cerrada a otras capacidades, idiosincrasias y modos de ser .
  • No te metas con lo que yo creo y practico ”, -contestó alterada-.  Siempre se alteraba cuando yo hablaba de “ su ” Religión y creencias…  ¿ Sería porque había cosas que no podía refutar ?
  • Como gustes pero, pensalo, ¿Le duele el brazo a Catalina?
  • No, no le duele, parece que nunca se hubiera torcido nada, otra cosa, ¿Por qué quisiste quedarte a solas con ella? ”.

¡Qué raro! , años de estar separados y siempre aparecía esa veta celosa que “ jodía ”, en todo y para todo tenía que opinar, para más, jamás lo reconocía y yo ya no discutía sus “ pelotudeces ”.

  • Es simple, uno, porque no me gusta que otros miren cuando aplico mi sistema de masaje milenario, dos, para conservar la intimidad con mi paciente y tres, porque si quería tocarle las hermosas tetas que tiene ustedes se podrían haber enojado .
  • Siempre el mismo tonto, por las dudas yo no me dejo tocar por vos ”.
  • Acordate lo que estás diciendo, no sabés como me voy a reír cuando te ataque un dolor en la espalda o la cintura .
  • ¡Cruz Diablo! ” -dijo y le metí más cizaña-.
  • Estás nombrando  “ al amigo ”, ¿no dijiste que no se lo podía nombrar? , -hizo un silencio y no contestó nada, cambió la conversación-.
  • Aquí hay varias chicas que me pidieron tu teléfono, ¿se los puedo dar? y otra, ¿cuánto cobrás?” .
  • No hay problemas, deciles que ahora la tengo de más de veinte centímetros, que la primera vez no cobro y la segunda sesión la cobro muy barata ,
  • “¡Estúpido!,lo primero que me dijiste son tus ilusiones y por lo segundo, estás loco, vas a perder plata ”.
  • No creas, me aseguro el cliente, siempre aparece un dolor extra, eso sí, deben comprar el aceite y lo de “barato” es para mujeres hasta treinta años, para “ chicas ” de tu edad cobro más caro .

Antes que me contestara le dije que era una broma, que no se enojara y le mandé besos y saludos a Catalina.  La había puesto un tanto incómoda con mi pizca maldita y mi ego estaba más que agradecido.  A los dos minutos sonó el teléfono, era Catalina.

  • ¿Cómo anda mi… ( Casi le digo “odalisca” y hasta completar a los cinco pacientes “obligatorios” no podía ni debería tener sexo ) Docente preferida?
  • Estoy fantástica pero necesito que me des un turno rápido y uno para mi mamá ”.

Sabía que eso iba a suceder pues ella me pensaba y había olvidado ordenarle lo de los quince días ( un error a tener en cuenta ) y su mamá había visto los resultados, igual no podía ni debía apurarme.

  • Ahora es imposible belleza, viajo esta noche al interior por un caso urgente y no regreso hasta la semana que viene, no te pongas mal, apenas regrese te llamo, avisale a tus compañeras .  No tuvo más remedio que aceptarlo y la imaginé haciendo “ pucheros ”.

Continuará.

Si les gusta, por favor, valoren y comenten.

Gracias  - GUILLEOS1 .