Masaje hipnótico (28)

Karen plasma su historia.

KAREN.  SUS INICIOS.

Cuando Karen llegó nos pusimos cómodos en el Gabinete y le comenté que la había llamado porque quería que me contara lo que la primera vez había dejado pendiente, esto es, ¿Que fue lo que le pasó, cuando era una nena, con el Almacenero y con esa promesa a su tío? Le pedí que contara todo lo que recordaba y más, yo trataría de no interrumpirla.

  • Si “papito”, te cuento todo, todo pero vos me tenés que dar lo que mi colita exige, ese es mi premio ”.

Como otras veces me había pasado me salía con respuestas que me hacían dudar de su grado de sometimiento hipnótico  aunque sabía que no podría resistirse.  Le prometí el debido “ premio ” y dije que comenzara sin ahorrar detalles…

Tenía una gran duda que se me había metido en la cabeza desde la primera vez y pretendía sacármela, además, me parecía que iba a ser morboso y excitante, todo lo de ella lo era, entonces, sacándome de mis pensamientos, se puso seria y comenzó a hablar.

  • Cuando yo tenía casi dieciseis recién cumplidos era una chica rellenita y pizpireta, me habían crecido bastante los pechitos y tenía la cola paradita.  Siempre usaba una pollerita tableada algo corta para la época y además, nadie lo sabía pero me gustaba que los chicos más grandes me dijeran cosas que no le decían a mis amigas, nada más que eso porque mi mamá no me dejaba hablar con ninguno”.  Había cosas que no comprendía, mi abuela y abuelas de chicas conocidas, ya a mi edad se habían casado con hombres mayores pero nosotras no podíamos ni hablar con otros chicos, salvo con los parientes de edad similar o algún que otro compañero de escuela ”.

  • Evidentemente, hoy lo sé, eran otros los catorce años de antes y una fluctuaba entre los miedos que te metían en la cabeza, las frustraciones de las madres y abuelas por un lado, esto quizás por la educación que “arrastraban” y por otro lado estaba la revolución hormonal que se experimentaba, traducida esta en las ganas de “ descubrir ” y “ sentir ” que la edad y la época te marcaba, todo esto “ ayudado ” por una televisión incipiente, primeras revistas de chimentos, fotonovelas, radioteatros e imaginaciones varias, sin olvidar una rebeldía que había que “ tragarse ” porque de preguntar o tratar de interiorizarse sobre temas que no sabrían explicarte bien ni hablar”.

  • Sin dudas que, en esa educación arcaica y en esa ignorancia, era más sencillo un “ sopapo ” o una paliza que tratar de dar otro tipo de respuestas que una “ no tenía que saber ”.  Así las cosas, había que ser y comportarse como “nena” aún a costa de la mujer que pugnaba por estallar ”.  Desde aquí en más pasó a ser la nena la que contaba.

  • Un día fui con mi mamá al Almacén y le pedí que me comprara un poco de Mantecol, que es una golosina que se vendía suelta y que aún hoy se vende y que desde siempre fue una irresistible debilidad para mí.  Me contestó de mal modo y me pidió que no la molestara, retándome delante del Almacenero y yo me puse muy mal, entonces éste se rió y le dijo que un poquito no me haría engordar, ella insistió en que no me daría ese gusto, porque no tenía para gastar en golosinas, ante esto el Almacenero se sonrió nuevamente, cortó un pedazo y me lo dio como un regalo diciéndome en voz baja sin que mamá escuchara que cuando yo quisiera más fuera sola a pedírselo y que sería un secreto de los dos ”.

  • Yo no dije nada y guardé el paquetito para comerlo en mi casa.  Mi mamá no quería que yo aceptara dulces de cualquier hombre pero en este caso el Almacenero era conocido y no dijo nada, a mí no me dijo nada, en cambio a él le dijo que yo era una “ mocosa caprichosa ” lo cual me hizo sentir muy mal, aún cuando él ignoró el comentario y siguió con otro tema”.

  • “Me encantaba el Mantecol y a los dos días fui con una amiga a pedirle, esto lo molestó, me retó y me dijo que no tenía ganas de darme nada porque había ido acompañada, yo me sentí muy mal porque lo había desilusionado y, a punto de llorar, le prometí que no volvería a hacerlo, igual nos dio un pedazo a cada una y al hacerlo nos apartó, habló algo con mi amiga y luego me dijo que si yo quería un pedazo más grande tenía que ir sola y no decirle nada a nadie”.

  • “Al otro día fui sola como a las cinco de la tarde y me hizo esperar hasta que se fueran dos clientas que había y una tercera que entró detrás de mí, después me explicó que cuando hubiese gente no pidiera nada porque los demás también le pedirían cosas gratis.  Luego me dijo que abría a las cuatro y media de la tarde pero como vivía en los fondos del negocio si yo quería podía ir a eso de las tres de la tarde y podría comer y llevarme algo sin que nadie se enterase, finalmente me cortó un trozo y pidió que no le contara a nadie.  Yo se lo prometí” .

  • Al día siguiente mi mamá estaba en casa y no pude ir pero la acompañé a hacer las compras y aunque tenía muchas ganas de comer mi golosina predilecta no me dio nada, por eso, por lo bajo le dije que mañana volvería a las tres de la tarde, me contestó que entrara directamente por la entrada del costado.

  • ¿Qué pasa?, preguntó mi mamá y él rápidamente le contestó que yo le preguntaba por el precio del Mantecol y que me estaba diciendo que era caro, que había que pagarlo y que no podía regalármelo siempre.Tiene razón nena y como yo no pienso gastar en eso, no hay Mantecol.  No seas caprichosa y no molestes más, dijo enojada, él la completó diciendo, Es así Karen, si no hay pago, no hay golosina, no te enojes , a la vez, me guiñó un ojo y no dijo nada más” .

  • Yo quería el Mantecol y la “ amargada ” de mi mamá no iba a impedirlo por eso a las tres del día siguiente estaba entrando por la puerta del costado y luego de un pasillo semi oscuro pasé directo a un depósito que quedaba detrás del local.  Él se estaba lavando y no tenía puesta la camisa, me saludó con un beso, me dijo que me sentara en una silla y terminó de secarse.

  • No era muy “viejo”, era como mi papá y a mí no me molestaba verlo así porque mi papá andaba por la casa hasta en calzoncillos y yo estaba acostumbrada pero estaba serio y parecía enojado.  Le pregunté si estaba enojado y me dijo que no aunque tenía un problema por mi culpa, que había estado pensando y que ya no podría darmenada si yo no pagaba dado que él tenía un negocio y algo de ganancia tenía que obtener ”.

  • Esto fue como una cachetada, yo me había ilusionado con lo que me iba a dar y como mi mamá no me compraría no podría comer más lo que tanto me gustaba.  Aunque entendí lo que me explicaba me dolió esa lógica que me dejó fría y a punto que se me cayeran las lágrimas se me ocurrió preguntar que se podía hacer, entonces me dijo que solamente había una forma pero que tendría que ser un gran secreto entre nosotros dos.

  • A todo esto, estaba arrodillado frente a mí y me tocaba suavemente las rodillas y parte de mis muslos, esto no me molestaba y estaba atenta a lo que me iba a decir.  Hablaba despacio diciendo que yo era una hermosa mujer a la que había que darle todos los gustos…  Eso me gustaba, del mismo modo en que me gustaba que una de sus manos me acariciara la cara y parte del cuello como nadie lo había hecho nunca, estaba complacida y cómoda pues me hacía sentir bien ”.

  • Me sentía “importante” y noté que ya no estaba contrariado ni enojado, por ello me animé a preguntarle cual era la forma para que pudiera darme el Mantecol, allí me explicó que a la única persona a la que él podría darle el Mantecol y otras cosas gratis era a la novia y yo no lo era, a menos que quisiera serlo, lo cual tendría que ser un secreto muy bien guardado y nadie debería enterarse, igualmente, siguió diciendo que si yo no quería no habría mayor problema pero iba a tener que irme sin nada y nunca más me podría dar nada de nada”.

  • “Le contesté que era muy chica para tener novio y que además no sabía lo que era ser novia.  Dijo que, en cuanto a la edad, ya era toda una mujer aunque mi mamá me tratara como una nena y que él podría enseñarme todo lo que significaba ser novia pero había que jurar que nadie sabría nada.  Mientras decía esto me trajo un pedazo de Mantecol, me lo dio y yo lo comí con ganas a la par que notaba que él me acariciaba el cabello y la espalda llevando la mano hasta casi tocarme la cola ”.

  • Me quedé pensando y se me ocurrió decir que él tampoco le tendría que decir nada a nadie y menos que menos a mi mamá porque ella se la pasaba retándome y no me iba a dejar tener novio.  Esto lo puso muy contento y me abrazó diciendo que me quedara tranquila y prometiéndome que jamás le diría nada a nadie, que el secreto sería sólo de los dos, después me preguntó si yo sabía sobre todo lo que hacían los novios cuando estaban solos”.

  • “Le dije que se daban besos, que se tomaban de la mano y que otra cosa no sabía.  Se sonrió y me explicó que se daban besos, que se tocaban acariciándose y que no tenían vergüenzas, que esto se daba en secreto y siempre que estaban solos, además, que una novia hermosa como yo tenía que dejar que el novio le hiciera muchas caricias para lograr que ambos se sintieran bien ”.

  • Como ya era hora de abrir el negocio y éramos “novios” me trajo un trozo más grande de Mantecol y dijo que se lo tenía que agradecer con un beso “de novia” , yo le di un “piquito” en la punta de los labios y me explicó serio que no eran así, que tenían que ser con toda la boca, con la lengua y con un abrazo incluido… “ Tengo que comenzar a enseñarte” dijo, entonces me abrazó por la cintura y al ser más alto me levantó contra él y me besó abriéndome la boca con la lengua, eso me resultó raro pero también me gustó, era mi primer beso y me agradaba”.

  • “Siguió besándome toda la cara y cuando pasaba sus labios por el costado de mi cuello llegando hasta mi oreja parecía que iba a derretirme.  Yo me entregaba a sus besos y me encantaba recibirlos, a la vez, una de sus manos me tocaba toda la cola y me la apretaba diciendo que no existía ningún novio que tuviera a su lado a una novia con una cola tan hermosa”.

  • “Me hacía sentir muy bien, mucho más cuando con la otra mano me tocó en el interior de uno de mis muslos y el calor hizo que me mojara, tenía miedo de hacerme pis y sentía un poco de temor pero todo lo que me hacía y decía me encantaba por eso trataba de devolverle los besos y caricias como una buena novia . Nos seguíamos besando y cuando más me gustaba y mejor respondía a los besos, golpearon la puerta del local para que abriera”.

  • “Me pidió que me fuera por la puerta lateral y que volviera al otro día para que siguiéramos “enseñándonos” , así me lo dijo, porque decía que yo también le enseñaba cosas nuevas.Me fui con mi Mantecol y muy contenta porque tenía un novio que me hacía sentir distinta y porque sus besos y sus manos me habían hecho experimentar cosas desconocidas y agradables y aunque nadie podía saberlo me sentía mayor, además él me decía que ya era toda una mujer ”.

  • Al otro día, luego del colegio y de almorzar, no veía la hora en que llegaran las tres de la tarde y como mi papá trabajaba todo el día y mi mamá cuidaba a una señora desde las dos hasta las ocho de la noche yo quedaba sola, por eso a las tres de la tarde estaba entrando al depósito.  Él estaba recostado en una camita que usaba para dormir la siesta y me acerqué a saludarlo con un beso de novia, nos dimos un montón de besos usando la lengua que me gustaban cada vez más”.

  • “Me dijo que yo era un encanto de mujer y que aprendía muy rápido, eso me hizo sentir más que bien y cuando una de sus manos me tocó la cola pasando por debajo del elástico de la bombacha me dio un escalofrío raro que me gustó y aunque me sorprendió, más me gustó cuando me tocó el agujerito de la cola con uno de sus dedos .

  • Seguía diciendo que yo era la novia más linda del mundo y pidió que me acostara junto a él para hacernos mimos, le pregunté que quería que hiciera yo y me dijo que lo tenía que dejar a él, que solamente debía disfrutar sin miedos ni vergüenzas.  Yo estaba excitadísima pero no entendía bien que me pasaba.  Me acosté junto a él y comenzó de nuevo a besarme en la boca, en la cara y en el cuello mientras una de sus manos tocaba mis muslos y ascendía hasta llegar a mi “ chuchi ””.

  • “Fue tocarme y me estremecí con escalofríos y algo de vergüenza porque estaba toda mojada.  Se lo dije y me explicó que eso era porque me gustaba y que era preferible que me sacara la bombacha para no mojarla, no me dejó ni pensarlo, lo hizo rápido antes de que pudiera decirle nada y después tapó mi “ chuchi ” con toda la mano, lo cual me dio un calor nunca antes experimentado” .

  • “Me parecía estar hirviendo en todo el cuerpo y me había dado un poco de temor porque me daba cuenta que si todo esto continuaba iba a terminar por “ cogerme ” y no podría decirle que no. Algo ” sabía de “ eso ” porque cuando hablabamos con las chicas sobre estos “ secretos ”  decían que era muy doloroso, que te hacían gritar y te sangraban toda, por otro lado, era tan lindo todo lo que sentía que decidí “ dejarme ” porque estaba segura que él no me haría mal ”.

Esa palabra “ dejarme ” me causó gracia, era propia de la época a que ella hacía referencia, ahora creo que ya no se usa pero en ese entonces besos y toqueteos juveniles daban lugar al “¿Te dejás?” que el joven intentaba.  La aceptación, con las inexperiencias y todos los interrogantes, implicaba “ coger ”, “ ponerla ”, “ hacer uso ” o como quisieran llamarle, la negativa de parte de la chica conllevaba a la ruptura de la relación o a la búsqueda de alternativas para obtener la satisfacción masculina e impedir la tan temida penetración, esto traducido en toqueteos a través de la ropa, algunas “ pajas ” inexpertas con unas manos más chicas y suaves y, aunque difícilmente, sexo oral.

  • Como él estaba con el torso desnudo me pidió que también me sacara la camisa, le dije que me daba “ cosa ” porque se me verían los pechitos y los tenía chiquitos, no le importó, dijo que para él eran maravillosos y me hizo bien escucharlo, después fue el turno de la pollerita y quedé sólo con las medias, luego me hizo acostar boca arriba, volvió a colocar su mano en mi “chuchi” y movió sus dedos acariciándome despacio.

  • Yo continuaba mojándome y sin retirar su mano comenzó a besarme la pancita pasándole también la lengua, lo mismo hizo cuando llegó a mis pechitos, los besaba, chupaba y lamía produciéndome sensaciones muy agradables que me hacían gemir y me obligaban a cerrar los ojos porque me parecía que así sentía más, además notaba como que iban a explotar porque los dos pechitos y sus “ puntitas ” estaban durísimos”.

  • De pronto me dio como electricidad en todo el cuerpo y mientras él me tocaba con un dedo en mi “ chuchi ” y otro en la cola me arquee en la cama y pareció que me vaciaba, sentí placer y quise gritar pero no pude porque me tapó la boca con un beso . Me resultó un alivio hermoso y aprovechó mi “ explosión ” para meter todo un dedo en mi cola moviéndolo despacio hasta que me calmé.

  • Primero me pareció raro y lo sentí extraño pero me gustaba cada vez más, entonces comencé a moverme para que entrara un poco más en cada movimiento y en cuanto lo sacó me animé a pedirle que siguiera, que me estaba gustando mucho, él se sonrió ante mi pedido y me dijo que yo era una novia muy “ calentona ”, que eso estaba bien y le gustaba muchísimo”.

  • “Dijo también que mi orgasmo había sido espectacular, explicándome que eso era lo que yo había sentido y que se daba cuando la mujer estaba muy excitada.  De seguido comentó que también estaba así y que me iba a hacer sentir muy bien de nuevo pero que yo tenía que ayudarlo a descargarse para que él también sintiera el mismo placer, le pedí que me enseñara cómo y contestó que lo haría luego de besarme en un lugar que me iba a encantar .

  • Enseguida descendió con su cuerpo hasta más abajo de mi pancita y me acariciaba y besaba en el interior de mis muslos, yo estaba como en otro mundo.  Cuando besó mi “ chuchi ” y metió la lengua allí sentí otro montón de sensaciones que me hicieron temblar y gemir, entonces me pidió que lo tocara y acercó mi mano a su miembro.  Me dio un poco de impresión pero se lo toqué por sobre el pantalón y se lo apretaba y soltaba mientras él, con la lengua en mi “ chuchi ” y un dedo en mi cola, me ponía mucho más “ loquita ” que antes y no pude aguantarme, tuve otro orgasmo mejor que el anterior y le apreté fuerte el miembro duro.  Fue maravilloso ”.

  • Poco a poco me fui calmando pero como él seguía introduciendo ahora dos dedos en mi cola comencé a moverme de nuevo empujando, no me dolían y mi cola gordita y paradita y yo parecíamos querer más.  Él me hablaba y decía que le encantaba mi cola dura además, que se iba a “ comer ” un lindo culito.

  • Yo le contestaba que sí, que lo mordiera, que lo masticara, que hiciera lo que quisiera y me seguía moviendo, entonces paró, se bajó de la cama y dijo que me tocaba a mí.Se sacó los pantalones, puso su “ pito ” en mis manos y pidió que lo besara y chupara metiéndolo en mi boca todo lo que pudiera teniendo cuidado con los dientes.  Yo lo tocaba y lo veía grande aunque también era suave y no me pareció feo por eso lo empecé a tocar con la lengua y le chupaba el juguito que le salía, metiéndolo de a poco en la boca ”.

  • El gemía y empujaba queriéndolo meter cada vez más adentro, luego tomó mi cara con las dos manos y comenzó a entrar y salir de mi boca.  A veces empujaba un poco más y me daban arcadas pero lo sacaba y volvía a comenzar hasta que me dijo que quería besarme bien la cola entonces se acostó y me enseñó a poner el cuerpo invertido para que nos chupáramos los dos a la vez…

  • Yo miraba su miembro cerca de mi cara y parecía latir pidiendo ser besado por ello recomencé a meterlo un poco más cada vez.  La posición me gustaba y me era más cómoda porque aunque él se movía no me daban arcadas y yo regulaba hasta donde entraba ”. Igualmente, cuando él pasaba la lengua por la cola y mi “ chuchi ” me daban ganas de tragarlo todo y me asaltaban los deseos de “ explotar ” mucho más cuando me apretaba un cachete con una mano y me metía dos dedos de la otra moviéndolos despacio cada vez más adentro”.

  • “Volví a terminar sin poder contenerme y cuando lo hacía me apretó la cabeza con sus rodillas, se metió lo más adentro que pudo y gimiendo fuerte me llenó la boca con un líquido agridulce y espeso que tuve que tragar.  No sabía lo que era y me explicó que los hombres terminaban de ese modo y que le había encantado que me tragara todo del mismo modo en que lo hacía él con mis jugos, me gustó lo que dijo y me reí porque él tenía toda la cara mojada” .

  • Quedamos cansados y mientras nos recuperábamos me decía que había sido maravilloso y que era la mejor novia que existía, lo cual me hacía sentir más que importante.  Nos volvimos a besar y me apretaba las tetitas que otra vez parecían a punto de reventar.  Allí preguntó si me habían gustado los dedos en mi cola, le conté que me habían gustado mucho por ello dijo que era hora de que sintiera todo su miembro adentro y que despacio no dolería.Llegaba el momento en que iba a “ cogerme ” y como yo ya había decidido que me iba a “ dejar ” le pregunté como quería que me colocara, me pidió que me pusiera de rodillas apoyando los brazos y la cara en la almohada.  Lo hice y se puso detrás de mí pasándome lo “ suyo ” por la “ chuchi ” y por la raya de la cola”.

  • “Con las dos manos me apretaba los cachetes y me los abría, luego me escupió en el agujerito y apoyó su punta queriendo entrar.  Yo temblaba y me dio miedo porque me parecía que iba a doler, aún así trataba de calmarme escuchándolo decir que ya era toda una mujer y que debía aflojarme para que gozáramos los dos .

  • No sabía cómo aflojarme, tampoco estaba mojada y él intentaba haciendo fuerza al empujar pero no podía entrar, además se puso como loco porque se le ablandaba el “pito”… - No me puede pasar esto, quiero esa cola para mí*

  • me decía y yo no sabía qué hacer para complacerlo.  Volvió a besármela y a meter la punta de la lengua en el agujerito, me echaba saliva y volvía a pasar la punta del “ pito ” por el huequito, entonces me empecé a mover empujando mi cola hacia él, volví a excitarme y me sentía toda una mujer fatal diciéndole que yo quería dársela y que lo metiera pronto porque tenía como un fuego allí, fue peor, cuanto más lo intentaba, más blando estaba”.*

  • “Yo me desesperaba y ya no me importaba lo que pudiera pasar, por eso le pedí que usara los dedos y metió dos diciendo que no quedaba tiempo, cuando metió un tercer dedo me quejé y se detuvo, dijo que era hora de irme, que me cambiara y que seguiríamos otro día ”. Igual me abrazó, me besó y me dijo que aparte de hermosa era más mujer que muchas mujeres grandes, haciéndome sentir orgullosa y con más ganas de seguir en el convencimiento interior que, si esto era parte de “ coger ” y “ dejarme ” bienvenido que fuera”.

  • Yo estaba que parecía “ hervir ” pero él se cambió rápido, trajo un pedazo de mi dulce preferido y pidió que al otro día no viniera porque tenía que ir a hacer compras, asimismo que era mejor que fuera día por medio, le contesté que lo iba a extrañar más y siguiendo un impulso que no pude contener, le bajé el cierre del pantalón, saqué su “ pito ” flojo, me arrodillé y me lo metí todo en la boca notando como crecía.

  • Comenzó a entrar y salir despacio y cuando había crecido bastante lo sacó de mi boca, me dio vuelta, me abrazó con sus manos en mis pechitos y colocó “ lo suyo ” entre los cachetes de mi cola, - Quiero entrarte todo por la cola- , -decía-, - Yo también quiero que entres, no puedo esperar le contesté y lo toqué apretándolo pero me dijo que por hoy ya no podríamos, que era mejor que me fuera y que cuando volviera lo intentaríamos nuevamente.  Me fui pero sentía como un fuego adentro y tenía muchas ganas de seguir ”.

  • Me fui a mi casa, me puse a hacer las tareas pero aún estaba excitada y no podía concentrarme, todos mis pensamientos pasaban sólo por lo sexual, por lo experimentado hasta ahora que había sido hermoso y por todo lo que vendría que me imaginaba y se me ocurría espectacular, sin embargo, en medio de todo esto me surgieron dudas respecto a que si hacía bien o mal con lo que estaba llevando a cabo pero como no tenía con quien consultarlo y ya estaba convencida que mi mamá no sólo no entendería lo que yo sentía sino que, además, me castigaría por hacer lo contrario de lo que ella pregonaba, preferí dejar de lado a las dudas e imaginar para mejor ”.

  • Repensando todo lo nuevo que había vivido con mi novio me di cuenta que me sentía muy culpable porque él me había tratado bien, había sido muy dulce y yo no había sabido “ abrirme ” para que lograra lo que quería, decididamente, la tonta había sido yo porque por miedo me había “ cerrado ” y había arruinado todo, algo tenía que hacer para que no volviera a suceder.Mientras tanto, recordando todas las sensaciones, me volví a mojar y renacieron mis ganas con deseos que no podía manejar, por ello, sabiendo que no había nadie en casa, me fui al baño y me toqué yo sola.

  • Me agachaba y quería meterme un dedo en la cola pero por la posición y falta de lubricación no entraba fácil entonces mojé los dedos en los “ jugos ” de mi “ chuchi ” y descubrí otras sensaciones al tocarme ahí, eran distintas y parecían más agradables, mucho más cuando con el dedo me tocaba un “ bultito ” en la parte de arriba que me producía un enorme placer, placer que derivó en un orgasmo repentino el cual me dejó temblando y sorprendida, felizmente sorprendida ”.

  • Me fui un rato a la cama porque me fallaban las piernas, cuando me recuperé miré la hora, faltaba mucho para que regresaran mis padres y quise probar de nuevo con los dedos en mi cola pero esta vez me puse crema de manos de mi mamá y así entraron con más facilidad los dos dedos aunque otra vez la posición no me permitía meterlos muy adentro y necesitaba entrar más profundo, como si algo me lo exigiera.  Se me ocurría pensar que tenía que ser algo más grande para que mi novio pudiese entrar después sin problemas, entonces recordé que mi mamá había comprado zanahorias ”.

  • Elegí una dura y con un tamaño similar a lo ya “ conocido ”, la lavé bien, le emparejé la punta y luego de ponerle crema me encerré en mi habitación para hacer el “ experimento ” que “ ayudaría ” a mi novio a entrar.  Primero jugué con los dedos y después de un rato intenté con la zanahoria encremada.  La primera parte me gustó aunque dolió un poco pero fue hasta que entró y después despacito, despacito la fui metiendo toda.

  • Sentía las rugosidades y como se engrosaba además de la sensación placentera y de triunfo por haberlo logrado.  Por adelante estaba toda mojada y cuando comencé a moverla entrando y saliendo me desesperé y terminé apretándome los pechitos con la mano libre, al rato, aunque me calmaba poco a poco, seguía temblando y jamás pensé que fuera a ser tan lindo ”.

  • Quería probar nuevas posiciones y hasta me senté arriba a pesar de que las piernas me temblaban, lo más placentero fue tocarme la “ chuchi ” con la otra mano y hacer presión y masajes en el “ botoncito ”, fue tremendo y grandioso, no podía parar de terminar hasta que quedé tendida en la cama toda mojada y casi sin poder moverme pero feliz.

  • Al sacarla sentí todo abierto pero mi culito parecía palpitar agradecido y ya sabía que cuando mi novio entrara por allí iba a ser más lindo y estaba preparada para gozar lo más que pudiera.Me levanté, la lavé bien y la guardé en mi placard.  Estaba cansada y al regresar mis padres cenamos y me fui a acostar temprano diciéndole a mi mamá que no me sentía bien, mi papá preguntó que me pasaba y ella, como sabiéndolo todo, contestó que eran cosas de “ mujercita ”, que era por la edad ”.

  • Al otro día estaba recuperada y más feliz que nunca, fui a la escuela, regresé, almorcé, me puse a hacer la tarea escolar y no veía la hora en que mi mamá fuera a trabajar, quería estar con mi novio “ inventado ” y para eso tenía que estar sola, quizás por eso cuando se fue comencé a mojarme sin siquiera tocarme y mi culito parecía que se abría y se cerraba solo”.

  • “Esperé un rato, trabé todas las puertas y me fui a mi pieza, saqué lo que había guardado, me desnudé, le puse la crema y lo volví a intentar.  Fue glorioso y descubrí que si apretaba fuerte mi culito no podía entrar y a medida que me relajaba entraba de a poco y cuando entró toda fue más que excitante, no me dolía nada y parecía que yo lo manejaba a voluntad para que se abriera y no me doliera lo que entraba.

  • Me pasé casi una hora haciéndola entrar y salir, no podía parar de tener orgasmos, también la metí en mi “ chuchi ” pero había algo que no me dejaba seguir y cuando hacía un poco de fuerza me dolía por eso seguí con mi culito que parecía agradecerlo.  Luego dormí toda la tarde ”.

  • Al día siguiente, a las tres menos cuarto entraba por la puerta de costado del negocio, cerré con llave y lo desperté porque estaba durmiendo, me besó, me abrazó y me dijo que me había extrañado mucho.  Yo lo empecé a tocar y me di cuenta que, debajo de las sábanas, estaba desnudo entonces me saqué toda la ropa.Lo destapé y me subí a la cama en la posición invertida, me dijo que yo era una viciosa y me besaba y apretaba la cola tratando de introducir sus dedos con fuerza, ante esto le dije que posiblemente con crema iba a ser más fácil y se levantó para ir a buscarla mientras yo lo esperaba arrodillada con mi cola parada y sonriéndome confiada y relajada” .

  • Al volver le miré el “ pito ” y salvo por la “ cabecita ” no parecía más grande que la zanahoria y muy segura me preparé para gozar.  Se puso crema y luego me puso a mí metiendo sus dedos, yo no aguantaba más la excitación y le pedí que se apurara, que lo hiciera ya… - Si te duele aguantá y mordé la almohada me dijo, le contesté que sí y esperé tranquila pues le iba a dar una sorpresa”...

  • “Entonces hizo algo que no esperaba, apoyó la “ cabecita ” en el agujerito y entró de un sólo golpe.  En un principio grité muy fuerte y me quedé sin aire, pensé que me desmayaba.  Me dolió muchísimo y me saltaron las lágrimas, le pedí que lo sacara, que no aguantaba, que por favor no me hiciera doler y golpeaba la almohada, pataleaba y me movía tratando que saliera pero no me hacía caso y lo metía bien profundo.Yo lloraba sin poder contenerme por el dolor y la sorpresa y él repetía que ese culito era suyo y lo rompería a su gusto, para ello me tenía agarrada muy firme, lo sacaba casi todo y lo metía lo más que podía haciéndome gritar además, parecía gozar con ello”.

  • “Sin embargo, aún con este dolor nuevo de por medio que me hacía doler hasta las pestañas, algo muy íntimo me dijo que yo no debería sufrir, que también debería gozar y me obligué a calmarme comenzando a moverme de a poco hasta lograr el mismo ritmo, lo apretaba fuerte cuando salía y me aflojaba cuando entraba… - El mejor culito de mi vida decía y ahora parecía ser él quien llorisqueaba . Ya no me dolía y comencé con los orgasmos pidiéndole que entrara más… - Dame más, dame más , le decía porque me parecía que eso le gustaba y lo incentivaba, aparte, porque, a esa altura, era yo quien quería más”.

  • “Empujaba todo lo que podía pero yo no estaba conforme y decidí tomar la iniciativa para satisfacerme mejor entonces le pedí que me dejara intentar algo, enseguida lo hice acostar boca arriba y luego me senté despacio “ comiéndomelo ” todo.  Él no lo podía creer y yo le decía que se moviera, que lo deseaba y que mi culito era todo suyo, - Si mi vida, que “putita ” que sos, pedime lo que quieras-, -decía como entregado y rendido-.

  • Allí fue la primera vez que, sin saber nada, me di cuenta que la que “ dominaba ” era yo.  Disfrutaba mirándole la cara pues cuando me movía rápido ponía los ojos en blanco y quedaba a punto de terminar, allí aflojaba el ritmo hasta casi salirme y se calmaba, otras veces quería meterse profundo para terminar pero yo no lo dejaba y jugaba con su “ pito ” haciéndolo entrar sólo un poco.  Cuando me cansé de la posición lo hice entrar bien adentro una o dos veces y terminó llenándome con sus jugos ”.

  • Dio un grito y quedó tirado todo despatarrado, me salí de él y bajé de la cama para ir al baño tapándome con una mano, al regresar lo encontré en la misma posición y me asusté, lo toqué y abrió los ojos diciendo que nunca había “cogido” así, - ¿Te gustó lo que te hice? , -preguntó-… - Sí, me gustó mucho contesté aunque sabía que casi todo lo había hecho yo”.

  • Como fuere, quería seguir y él no podía recuperarse, lo tocaba, le decía que mi “ chuchi ” lo esperaba y parecía no importarle, tampoco quería que lo acariciara, traté de chuparlo para que reaccionara y me apartó con brusquedad.  Me hizo sentir muy mal, no dije nada pero me vestí, corté un pedazo grande de Mantecol, me guardé la crema de manos, lo saludé sin que me contestara y me fui sin entender que era lo que había hecho mal”.

  • “La cola no me dolía, apenas si sentía una pequeña molestia y manejaba mis músculos a voluntad sintiéndome aún más grande a pesar de la edad pues ya había “ cogido . Cuando llegué a mi casa eran las cuatro y veinte de la tarde y me sentía frustrada y enojada, yo me había “ dejado ” y no podía entender su reacción.  Había ido toda ilusionada, le había dado mi cola como me pedía, colaboré con él, quería darle más y pareció que me había “ usado ” y despreciado, para colmo toda-vía tenía muchas ganas y lo que parecía ser una especie de enojo contenido.

  • Me bañé, me lavé bien, me cambié, me puse solamente una remera y un short cortito y apretado que mi mamá no me dejaba usar en la calle y me dediqué a ordenar la casa tal como se me exigía.  Casi al terminar de arreglar mi dormitorio golpearon las manos, era mi tío, el hermano menor de mi papá”.

  • “Tenía treinta y cinco años, era dueño de tres empresas y soltero porque decía que no lo “ engancharían ”, siempre me hacía bromas y aunque venía poco por casa las veces que lo hacía me gustaba estar con él.Le venía a traer un mensaje a mi papá, lo hice pasar y le ofrecí unos mates que aceptó, a todo esto, después de saludarlo con un beso y un abrazo me dijo que estaba hermosa, tomó mi mano, me hizo girar y me contó riendo que en la puerta de calle se había peleado con un montón de muchachos que esperaban para ser mis novios.  Era una broma pero noté que no dejaba de mirarme la cola mientras yo preparaba el mate ”.

  • Lo miré un par de veces de costado y lo descubrí mirándome sin disimulo, era evidente que mi cola le llamaba mucho la atención entonces, inesperadamente para mi forma de ser hasta el momento, haciéndome la coqueta le dije que era difícil que los chicos me miraran porque era “gordita”, además me le acerqué tocándome la cola y le pedí que me mirara y me dijera si con esa cola alguien podría fijarse en mi, esto lo puso un poco nervioso y me contestó que mi cola era maravillosa y que más de uno querría mirarla y tocarla… - ¡Tío!, yo no dejaría que nadie desconocido me tocara le dije y le expliqué que para peor me había caído en la bañera y me dolían los cachetes, de inmediato me pareció tonto lo dicho pero fue lo primero que se me ocurrió porque repentinamente me dieron ganas de mostrarla y volverla a usar ”.

  • Igualmente, en poco tiempo descubrí que los hombres, en determinados momentos, piensan solamente en sus deseos y no se toman el tiempo para descubrir o entender estas “ tonterías ” de mujeres, así las cosas, él se movió inquieto en la silla y pensé que se estaba “ calentando ” como lo había hecho mi novio por eso lo seguí coqueteando dándome cuenta también que aún estaba excitada y muy enojada y contrariada porque el almacenero me había rechazado y despreciado.

  • Ex profeso había dejado las cosas del mate sobre la cocina y no en la mesa donde él se encontraba para que me mirara al desplazarme y mientras le cebaba el mate dándole la espalda me tocaba la cola como si me doliera”.

  • “Era una especie de competencia conmigo misma y me animé a más… - Tío, ¿me harías un favor? -, pregunté y me contestó que le pidiera lo que fuera, enseguida me mostré dubitativa y le expresé que era mejor que no pidiera nada porque me daba un poco de vergüenza.  - Conmigo no tenés que tener vergüenzas, contame lo que sea, yo no voy a decir nada, -me dijo-… - Eso ya lo sé tío, era para que me miraras la cola porque me parece que se me hizo un moretón pero es preferible que espere a mi mamá, no quiero molestarte , -le dije-, poniendo cara de preocupación ”.

  • Otra vez me di cuenta que yo dominaba la situación porque antes de que contestara ya sabía la respuesta. - No Karen, para nada, no es ninguna molestia, si querés te puedo mirar y hasta darte masajes pero vos no tenés que contarle nada a nadie -dijo- y yo pregunté por qué no tenía que contar.

  • Allí me explicó que si alguien lo sabía no lo iba a entender y podrían acusarlo de abusar de una menor y hasta podría ir preso.Le contesté que yo lo defendería diciendo que lo había pedido porque me dolía, dijo que nadie lo creería porque era una nena y rápidamente expresó que era mejor que lo dejáramos así y se levantó un tanto nervioso.  Esto me permitió notar el bulto de su “ coso ”, indudablemente, duro, para más, tenía muchas ganas que me tocara y estaba toda mojada, no podía dejarlo ir ”.

  • Tenés razón tío, te prometo por lo que más quiero que no voy a decir nada, sólo quería que me ayudaras-le dije- y haciendo “ caritas ” como a punto casi de llorar lo tomé de la mano, dudó un poco, me pidió que no me pusiera mal y se sentó de nuevo diciéndome que cerrara bien las puertas.  Fui rápido a cerrar y volví junto a él, me di vuelta y le puse la cola frente a la cara, él me hizo girar, me puso de costado, colocó una de sus manos en mi muslo rozando la entrepierna con sus dedos y me tocó y apretó los cachetes de las nalgas con la otra”.

  • Me los acariciaba haciendo círculos con la mano y yo me quejaba como si me doliera pero estaba que “ hervía ” por sus toqueteos, para más, la mano en el muslo tampoco se quedaba quieta pues me apretaba y me soltaba acariciándome en forma suave.  Ya no me importaba si lo que yo hacía estaba bien o no, lo único que me importaba era lograr lo que quería y así me resultaba fantástico ”.

  • Vi que se acomodó su erección y le pregunté que le pasaba, contestó que no era nada, que estaba mal sentado, sin embargo yo, a esta altura, sabía lo que le pasaba y sabía también que si me tocaba la piel desnuda de la cola nos iba a gustar más a los dos y él no podría detenerse por eso le dije que si prometía no reírse de mi cola “ gorda ” me sacaba el pantaloncito porque de lo contrario no podría ver si tenía moretones.

  • Aceptó como dudando y rápidamente me bajé el short junto con la bombacha entonces noté que abría los ojos grandes y tragaba saliva, - Dale tío, mirá bien, con vos ya no me da nada de vergüenza- -le dije- sintiendo mis pocos vellos electrizados y continúe parada en la misma posición mientras él recorría mis cachetes desnudos con toda su mano ”.

  • Aún con toda mi inexperiencia me daba cuenta que no debía dejarlo pensar en otra cosa que no fuera mi cola, mi cuerpo y sus propios instintos… - Tío, ¿Quérés que me tire en el sofá así podés ver mejor?-, pregunté pero lo hice rápido sin esperar que me respondiera, lo que lo obligó a arrodillarse a mi lado mientras yo paraba mi cola desnuda.  Desde allí comenzó a tocarme por la zona interior de mis muslos y al llegar al borde de mis cachetes rozaba con sus dedos mi “ chuchi ” empapada. - ¡Qué ricos masajes tío!, seguí, por favor seguí, no te imaginás como me gustan-, le decía al tiempo que movía mi cola y mis piernas.

  • “Tocó un poco más los cachetes diciendo que no tenía moretones, también me los apretaba y yo gemía quejándome débilmente a la par que le contaba que los masajes me hacían sentir “ rara ” pero que me hacían bien… - Sos un genio, como me gusta lo que me hacés-, le dije y ya no pudo seguir aguantando, llevó su dedo hasta colocarlo en el “ agujerito hambriento ” y gemí suspirando y totalmente entregada ”.- ¿Te gusta que te toque ahí?-, -preguntó-. - Me encanta tío, no sabía que era tan lindo, me dio como electricidad, seguí, seguí tocándome-, contesté.

  • Ya no paró, me pasaba toda la mano por la raya y la bajaba hasta tocarme mi “ chuchi ”. - No sé qué me pasa tío, estoy toda mojada le decía yo con mi mejor cara de nena inocente, - Es porque te gusta lo que te hago Karen, es porque esto te gusta-, repetía y muy despacio me metió un dedo adelante que me hizo saltar porque volví a sentir el tirón y me quejé, - Por ahí todavía no se puede-, dijo pero siguió tocándome sin profundizar.

  • No me quise aguantar, tampoco pude y tuve un orgasmo que me hizo saltar en el sofá, temblaba y al calmarme le pregunté que me había pasado. - Fue un orgasmo mi vida, quedate tranquila, seguí gozando y dejame continuar- , era claro para mí que estaba tranquila y sabía bien lo que había experimentado pero me pareció importante hacerle creer que él me enseñaba, a la vez, le recordé que no se olvidara de mi cola y llevó sus dedos mojados hasta allí ”.

  • Metió un dedo muy profundo y siguió despacio con otro, los movía y yo gemía diciendo… - Tío, tío que lindo es lo que me hacés-, logrando con esto que el incentivara sus caricias.  Era hora de ver y tener su miembro para ello le pregunté si ellos también tenían orgasmos y si lo sentían tan hermosos, me contestó que era algo parecido y lo tenían por el miembro, allí aproveché para pedirle si no se animaba a mostrarme porque yo no sabía cómo eran”.

  • “No dudó y sin sacar los dedos de mi cola, con la otra mano abrió su pantalón y mostró su virilidad, era más grande que el de mi novio aunque nunca se lo diría.  Se lo toqué y el suspiró, le tire la piel para atrás y dije que era lindo y suave tanto que me daban ganas de darle un beso, eso le gustó porque sus dedos se crisparon y entraron un poquito más, - ¿Me dejás besarlo?-, pregunté y antes de que dijera nada lo besé y metí la “ cabecita ” en mi boca.  - Es muy rico tío, ¿Te gusta lo que hago?- y con voz ronca respondió, - No sé donde aprendiste esto pero me gusta nena, me gusta** -.

  • Le conté que nunca había hecho nada igual, que se me ocurría ahora porque me parecía que a él le gustaba pero que si estaba mal debía decírmelo, rápidamente me contestó que estaba bien, que siguiera y que con él expresara con actos y palabras todo lo que me viniera a la mente pues esto sería algo muy íntimo de nosotros dos y nadie debería enterarse”.

  • “Le di un par de chupaditas más y le comenté que me gustaría tenerlo más adentro de mi boca ya que quería que a él le gustara pero no sabía cómo lo podía hacer mejor además, que allí estaba en una posición incómoda, ante esto y acariciando su miembro en mi mano le pregunté si no estaríamos mejor en mi cama y le propuse ir a mi habitación, aceptó enseguida diciendo que era lo mejor y nos fuimos a mi dormitorio.  Me llevó en brazos, alzada contra su pecho y  con su “ pito ” que se mojaba todo entre mis piernas ”.

  • Una vez allí le pregunté cómo hacíamos y él se desnudó dejándome oler el perfume que se ponía en el cuerpo, luego me sacó la remera, jugó con los pechitos endurecidos y me dijo que lo tocara y lo chupara metiéndolo en mi boca.  Él parado, yo arrodillada en la cama y probando los juguitos que salían de su agujerito lo fui metiendo en la boca lo más que pude”.

  • “Levanté la vista para tratar de mirarlo y tenía la cabeza echada hacia atrás y miraba el techo diciendo, - Así nena, así -, lo saqué y le pedí que me volviera a tocar la cola, que eso me había gustado, entonces se sentó en la cama, me puso de costado y me volvió a acariciar metiendo en forma suave dos dedos que luego movió despacio y profundo.

  • Yo me esforzaba chupándolo y movía mi cola al ritmo de sus dedos, de pronto se puso más duro y palpitaba, por eso lo tragué un poco más y me acabó todo en la boca sin poder contener un grito… - Así, mi mujercita, así-, me decía y me sentí fenomenal. - No te enojes tío, me asusté y tuve que tragar lo que salió, ¿Hice mal?- , - Está bien mi vida, eso es lo que quería, vení a darme un beso-“ .

  • “Le dije que no sabía dar besos esperando la respuesta que no tardó en llegar, - Acercate que yo te voy a enseñar -.  Me acerqué con la boca cerrada y él me abrió los labios con los suyos a la par que incursionaba despacio con su lengua y me agradó notar que sus besos me sabían más ricos que los de mi novio, después siguió con mis pechitos y parecía que se los quería tragar, eso lo puso duro nuevamente…Está duro de nuevo tío, ¿Qué hacemos ahora?”, pregunté y se quedó pensando ”.

  • Yo sabía lo que quería que pasara y ni loca lo iba a dejar escapar, lo quería todo en mi culito por eso me puse boca abajo en la cama y señalándome la cola le pregunté si no quería probar para saber si me gustaba tanto como con los dedos, además lo rematé diciéndole que, si no se enojaba, yo quería “ dejarme ” con él porque era muy dulce.No pensó más, se puso detrás de mí, me hizo arrodillar y me preparé para gozarlo.

  • Tal como pude comprobar en otras oportunidades la vista de mi cola desnuda y el miembro erecto del hombre que la ocasión pintaba arrojaba un sólo resultado pues estos decidían acorde a sus deseos e instintos acomodando sus decisiones a una cabeza que no estaba hecha para pensar, lo cual, por otro lado, nunca me pareció mal”.

  • “Volviendo al tío, después de acomodarse pasó toda la cabecita de su miembro en mi “ chuchi ” para lubricarlo, también se ayudó con sus dedos lubricados y mojados en el mismo lugar y comenzó a empujar suave pero firme . La cabeza me dolió pero exageré mi queja pidiéndole que lo sacara, que no lo aguantaba y que no fuera cruel, entonces paró un instante para que me acostumbrara y luego se movió lentamente metiendo un poco cada vez.

  • Era delicioso y no pude aguantar, terminé con gran placer y mientras lo hacía él entró todo haciendo tope con mis nalgas y se quedó quieto”.“Sentía una barra de carne dura en las tripas pero era delicioso y no me había dolido casi nada aunque me hacía la dolorida y me quejaba quedamente para que no sospechara sobre su anterior uso, tal que, hasta allí, no sabía que los músculos jamás le permitirían averiguarlo”.

  • “La excitación me tenía temblando y comenzó a salir y entrar con suavidad haciendo que yo me apretara lo más que podía contra él y los orgasmos, uno detrás del otro, no se hicieron esperar… - ¡Qué hermosa cola virgencita me das, la quiero siempre!-, me decía mi tío acelerando los movimientos y cuando entró lo más adentro que pudo, con gran satisfacción de ambos, me llenó el culito con su eyaculación más que tibia ”.

  • Quedamos tirados uno sobre el otro y no se salió dejando que lo apretara haciendo fuerza con mi músculo además, me gustaba tenerlo encima, sentir su peso y que me besara el cuello y los hombros.  - ¿Te dolió mi vida? -, otra pregunta que me acostumbré a esperar y que parecía, en los hombres, plasmar una íntima relación entre el daño que producía su tamaño y su satisfacción sexual y personal.

- Si tío, me dolió mucho pero traté de aguantar- .

- Estuviste fantástica, quiero enseñarte todo- .

- Sí, yo también quiero, enseñame todo, todo y yo jamás le voy a contar a nadie .

- Esa es mi mujercita”-, -dijo por último-.

  • “Luego nos pusimos de costado y, sin salirse, pudo mover las manos para acariciarme y apretarme los pechitos, sus dedos en mis incipientes pezones me encantaban y a él también parecía que le gustaba porque su “ pito ” que estaba un poco flojo comenzó a crecer de nuevo adentro de mi cola y el juego comenzó nuevamente.  Le dije que estaba incómoda pero no era porque no me gustara sino porque así no entraba toda y ya no me conformaba una parte, lo quería lo más adentro posible ”.

  • Entoncesme puso en la cama boca arriba, levantó mis piernas hasta dejarlas en sus hombros y, estando él arrodillado, literalmente me clavó lo más profundo que pudo y me hizo gritar, no pude contenerme porque me dolió bastante y no lo esperaba, tampoco esperaba la forma rápida y casi violenta en que se movía”.Esto también lo comprendí más adelante, pude darme cuenta que los hombres, después de terminar una vez, si se excitaban de nuevo, aguantaban más su eyaculación y podían moverse por más tiempo y con un poco más de violencia como si se potenciaran por haberlo logrado de nuevo y pasaban a ejercer un rol más dominante”.

  • Hasta allí no lo sabía y entre dolorida y sorprendida intenté retomar de nuevo el control, para ello grité quejándome y comencé a llorar, eso resultó porque frenó sus movimientos bruscos diciendo que mi cola lo volvía loco y yo logré lo que quería porque de forma lenta volvió a entrar profundo como quería y me gustaba, además podía moverme y apretarlo, para mejor me tocaba el “ botoncito ” de mi “ chuchi ” con los dedos, eso me hizo terminar mirándolo a la cara y tampoco se pudo aguantar, - Te lleno de leche-, dijo y me inundó ”.

  • Se salió y me fui corriendo al baño, volví tocándome la cola y le dije que me había dolido mucho, que me había hecho daño y tenía todo abierto, quería generarle algunas culpas y temores, de hecho algo logré porque me pidió perdón, besaba mi cara, mi boca, me abrazaba y decía que pidiera lo que quisiera, que yo era su mujercita y quería que lo siguiera siendo”.  “Prometía que no volvería a descontrolarse, entonces lo “ perdoné ” y le dije que me gustaba lo que hacía pero quería que me hiciera sentir bien, dijo que me quedara tranquila, que me haría sentir muy bien haciéndome “ su reina ””.

  • Cuando terminamos de vestirnos me abrazó fuerte, nos besamos y se fue diciéndome que volvería pasado mañana a eso de las tres de la tarde.  No me dio tiempo para “ inventarle ” una excusa porque a esa hora yo tenía que ver a mi novio ”.

  • Cuando quedé sola me sentí muy importante, de buenas a primera tenía a dos hombres grandes junto a mí y a mí disposición, me hacían gozar, descubría que mí cola me podía llevar a lograr otras cosas que quisiera y aún quedaba más por experimentar, el problema era que siempre me quedaba con ganas que renacían al recordar lo anterior, ¿Sería una “viciosa” como decía mi novio? , no lo sabía pero trataría de pasarlo bien y disfrutar sin que nadie se enterara menos que menos mi mamá y mi papá”.  “Como fuere, ordené de nuevo mi pieza, rallé la zanahoria que tenía guardada y la dejé en la heladera para comerla después, ya no la necesitaría para otras cosas .

Continuará…

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