Masaje hipnótico (22)

Seguí escuchando a Luis y a las chicas entendiendo que hay cosas que aunque no nos gusten y nos indignen, no se pueden dejar de lado como si no existieran porque… existen… María demuestra sus progresos y aparecen “regalos” para quienes necesitan

HISTORIA DE CHICOS… Continuación…

María también comenzó a tocarse los pechos y le pedí que se acomodara mejor porque quería jugar con mis dedos en su cola, lo hizo, se acomodó y me permitió recorrer su ano y vagina con mis dedos, antes apreté sus glúteos macizos que la posición parecía endurecer más y por lógica comenzó a mojarse, esto ayudó a lo que yo pretendía, deslizar mi dedo pulgar en su ano y mis dedos índice y medio en su vagina, después parecieron volverse independientes y se movían ayudando a su satisfacción.

Lo estaba pasando muy bien porque a mi particular modo de ver y de sentir un momento de sexo y erotismo era precisamente así, tranquilo, sencillo, sereno, conversado, sensual, erótico, sin apuros, participativo, sin descartar las descargas de las mujeres que acrecentaban mi placer y sin apurar las mías, no puedo explicarlo bien, hay que sentirlo.

Es una cosa “ tántrica ” y quizás el sexo debería ser siempre así, lo que sucede es que suele estar presente la otra parte y los momentos, las obligaciones y las urgencias junto a los tiempos no son siempre los mismos, como digo siempre “ Los imposibles no existen pero, a veces, es imposible ”, además, entre una y otra cosa existen los “ rayes ” por eso y hablando de “rayes” , antes de continuar con Luis quise aclarar algo.

Lo aclaré y le ordené a los cuatro que no volvieran a repetir un modo de hablar que no me gustaba.  Esto tenía que ver con la utilización de los artículos “ el ” o “ la ” delante de los nombres propios pues, lo que sonaba como lógico en el hablar de mucha gente del interior, desde siempre me sonó como la manifestación de la ignorancia, falta de estudios e incultura de quien así se expresaba, lo mismo me sucedía con la utilización del “ haiga ” en lugar del “ haya ” que corresponde y/u otros errores (¡horrores!) de pronunciación y ortografía.

Me bastaba con escucharlo para catalogar a la persona y nunca de la mejor manera, por ende, tampoco pensaba permitir que quienes me rodearan hablaran de ese modo.  Cuestión de “ rayes ” que le dicen.

Me había bastado una corrección de una maestra en la escuela primaria, “ Sólo se permite delante de un apellido y como una forma de destacar la importancia de esa persona ”, el ejemplo fue “ La Storni ” refiriéndose a Alfonsina Storni.  Fue de por vida y no hacía un juicio sobre los valores de la persona que se expresaba mal, quizás sí sobre el valor de su intelecto, ni creía que era una “ mala persona ” pero, para mí, pasaba a ser “ una baldosa ” o “ un mosaico ” ( más chica o más grande, cuadrada por donde se la mire ).

Había aprendido a tolerar y a no corregir a nadie del mismo modo en que pasaba por alto las faltas de Ortografía de los demás y admito que, anteponiendo sentimientos, ignorar me era más fácil, de todos modos escuchar “ el Pedro ” o “ la María ” o “ haiga hecho ” me resultaba como un cachetazo en el oído y si podía evitarlo, mejor que mejor.

Indudablemente es un “ raye ”, no lo descarto y en las ocasiones en que esto se daba, ocasiones que, por desgracia hoy por hoy son muchas y en demasiada gente porque la ignorancia y la dejadez parecen primar, me parecía sentir en similar a un músico que escucha una nota mal tocada o un instrumento mal afinado, de hecho quien mal hablaba pasaba a ser un tipo que pretendía cincelar una obra de arte utilizando una masa de dos kilos para golpear el cincel, ( bruto/a por donde se lo mire y ordinario/a como dentadura de madera )…  Lo reitero, quizás son “ rayes ” míos.

Por lo pronto seguía mi charla con Luis observando que Raquel ponía los ojos en blanco al liberar su orgasmo y Josefina mordía en silencio su labio superior mientras que María temblaba apretando mis dedos.

  • Luis, ¿qué te pasa cuando te acordás de Juan?
  • Y… me dan ganas de sentirlo, se me para y me entra “calentura” ”.
  • ¿Con las mujeres que te pasa?
  • También me gustan porque las chicas de pueblo me enseñaron y me dejaban hacer lo que quería ”.
  • ¿Jugaste con tus hermanas como lo hacías con las “ chicas ” del pueblo?
  • No, porque si mi papá se enteraba me mataba aunque a veces las miraba cuando se bañaban y una vez Josefina me dejó que la viera toda desnuda y Raquel me dejó darle un beso de lengua ”.
  • ¿Qué hacías después?
  • Me iba al monte y me aliviaba solo señor ”.

Tres hermosos culos, tres pares de tetas apetecibles rodeándolo, criado con animales de granja que hacen lo suyo sin pedir permiso, ruidos en la habitación de los padres y hormonas agitadas, algo inconcluso y menos mal que aparecieron las “ chicas ” del pueblo…

Ya de grande, solo y conviviendo en un lugar que ayudaba en mucho a la promiscuidad, evidentemente el pobre debía tener callos en su mano y miembro, para peor, su propio culo seguía palpitando y con “ saudades ”.  Había que hacer algo por él.

  • ¿Te gustaría que tus hermanas te la chuparan y te metieran los dedos?
  • Sí señor, me gustaría
  • Bueno, por esta única vez lo van a hacer, una vez cada una, luego lo recordarás como algo que pudo haber sucedido, lo mismo harán ellas, después nunca más a mirarse o desearse entre ustedes .
  • Raquel, mientras Josefina comienza a contarme lo suyo vos se la chupas toda a tu hermano, te la metés hasta la garganta e introducile los dedos para que termine y estate atenta porque vas a tragar todo.  Josefina, vos vas a hacer lo mismo después ahora dejales el sillón, vení a sentarte sobre esta otra pierna y contame tus experiencias .

Tenía a dos hermosas mujeres sentadas en mis piernas, una misma versión con pocos años de diferencia y veía como Raquel devoraba con ganas la verga del hermano, arrodillada y moviendo su culo a la par que jugaba con los dedos que yo no podía ver e imaginaba por la cara de satisfacción de Luis.

  • Josefina, te toca a vos .

Al igual que su hermano usaba un lenguaje y expresión que podría llamársela “ pura ”, sin giros idiomáticos, sin rebusques gramaticales, sin pausas o puntos y comas sin embargo, destilaba espontaneidad y frescura.  Estaba expectante para que empezara a narrar…

  • Yo siempre tenía ganas pero nunca me animé porque a veces la escuchaba a mi mamá con mi papá y me parecía que no le gustaba y que no era lindo”.
  • “Una vez cuando todos dormían vino mi papá hasta mi cama y me tocó toda, me pasaba las manos por la cola, por las piernas, por los pechitos, que algo tenía y por la “chuchi”, yo me hacía la dormida y él me metía un dedo despacito, yo me mojé toda y él me dijo que no estaba dormida entonces sacó su “cosa” y quería que la besara pero tenía un olor feo y no quise”.
  • “Entonces me tocó y apretó más fuerte los pechitos y me quería dar besos con la lengua y a mí me dio asco porque tenía un olor a vino asqueroso, le dije que la iba a llamar a mí mamá y se enojó, por eso me agarró la cara y me dio un beso a la fuerza y después se fue y nunca más me tocó”.
  • “Yo me acordaba de lo que había pasado y, a veces, me entraban las ganas pero Alicia que era una amiga de la escuela me decía que no dejara que me hiciera nada porque no iba a poder tener novio ni casarme porque a ella le gustaba mi hermano y no podía ser la novia porque ella era “la putita” del padre como él le decía y que en la casa la “cogía” por todos lados y le prohibía tener novio y le decía que si se enteraba de algo la llevaba al monte y la mataba a machetazos ”.

Decididamente y desgraciadamente en muchos “ hogares ” existen realidades que no se ven o lo que es peor, que no se quieren ver, lo más dramático es que, lo reiteraré siempre que pueda, no es potestad exclusiva de la ignorancia o los ignorantes.

Yo había desatendido a María y ahora mi mano acariciaba los pechos duros y los pezones parados de Josefina sintiéndola temblar, a su vez, veía a Raquel con su hermano y ya no quise esperar por la cola de María, por eso le ordené que sacara, acariciara y chupara mi miembro, que ella sola se “ cogiera ” la boca gozando con ello.  Se arrodilló entre mis piernas, con toda dulzura se apoderó de mi carne y comenzó su erotizante tarea usando la boca como, para mi sorpresa, una cortesana avezada.  Yo seguí con Josefina que narraba…

  • ¿Qué pasó después?
  • Alicia me decía que siempre le dolía y que se aguantaba para que el papá no se enojara y yo le dije que nunca lo haría, igual una vez lo toqué a mi hermano cuando dormía y me gustó porque era suave y limpio, yo me quería “dejar” con él y una noche me desnudé toda para mostrarle y hacerlo pero no quiso y después nunca más, por eso cuando me vienen las ganas y nadie escucha lo hago sola ”.

El gemido profundo que anunciaba la primera eyaculación de Luis me llevó a mirarlo y noté la cara de lujuria de Raquel.  El relato de Josefina no era excitante salvo por el hecho que era virgen, aun así trataba de concentrarme en él porque los labios y la boca de María unido a su sube y baja lento y constante más los sonidos de su goce amenazaban con vaciarme y todavía no quería hacerlo.

  • Josefina, ocupate de Luis y decile a Raquel que venga .

Cambiaron sus lugares y Raquel se sentó en mi pierna, enseguida la noté más menuda y menos pesada pero su cola, aunque más chica, era más dura y mejor armada que la de su hermana, igual pasaba con sus pechos que “ pintaban ” para ser más grandes que los de Josefina y su madre además sus labios se destacaban llenos, pulposos, sensuales e incitantes para el beso.  Estando sobre mí  me echó los brazos al cuello demostrando que era la más cariñosa de todas, yo amasaba sus pechos y le dije a María que sólo me tocara y a Raquel que comenzara a contar.  No lo dudó y comenzó su relato…

  • Yo miraba a todos los animales que se juntaban y me daba calor allí abajo entonces me tocaba, una vez mi mamá me retó pero como me seguía gustando lo hacía a escondidas”.
  • “A los doce años tuve un novio que se llama Pedro y él tenía once, nos tocábamos los dos, yo le mostré mi “chuchi” y él me mostró su “pitito” y desde ahí lo empecé a tocar para que se le pusiera duro, una vez me dieron ganas de chuparlo, me arrodillé y lo hice tragándolo todo porque era chiquito y a él le gustó porque llegaba un momento en que se le ponían los ojos blancos y temblaba”.
  • “Nos veíamos en el Catecismo y al salir nos íbamos atrás de la Iglesia para que yo lo chupara y nada más porque él no me quería tocar, yo me quedaba con ganas de que me tocara y tampoco me gustaba que no se dejara tocar la cola, un día no me aguanté y lo toqué agarrándole los cachetes pero me empujó y no lo quise más como novio” .
  • Ni lo miraba y al otro día cuando quería hablarme en la clase, el Cura lo retó y lo llevó a hablar con él en la Dirección, cuando volvió el Cura me dijo serio que tenía que hablar conmigo y yo me asusté.  Al terminar la clase me llamó y me dijo que tenía que confesarme con él por mis pecados y me preguntó todo lo que hacía con Pedro y yo le conté”.
  • “Él estaba sentado y yo parada, me hizo poner al lado suyo, más cerca y entre sus piernas, mientras tanto me tocaba las mías preguntando por todo lo que me gustaba hacer ya que él tenía que saber para poder perdonarme.  Subía las manos, una por adelante y la otra por detrás y me tocó toda, me daba vergüenza pero también me gustaba y me estaba mojando como con ganas de hacer pis, igual él me dijo que no tuviera vergüenza y yo lo dejé seguir ”.

Que un Cura o Pastor o “ representante ” de cualquier Religión se aprovechara o se aproveche de la inocencia de un chico usufructuando miedos que habían sabido inculcar para satisfacer sus instintos de “ mierda ” o su homosexualidad escondida o su discapacidad para conseguir a una mujer como el común de los hombres es impensado ¿No? ... ¡Eso nunca! ... ¡Vade Retro! , ay, ay, ay Religión cuantas “ mierdas ” se esconden tras tu nombre y detrás de tus hombres y mujeres.  Raquel seguía contando y mi morbo se aceleraba…

  • Con un dedo me tocaba adelante y luego atrás y después me metió un dedo en cada lado y me decía que lo disfrutara mucho porque por mi cara se iba a ver el Demonio que salía.  A mí me gustaba, no quería abrir los ojos y tenía como electricidad entonces él me dijo que agarrara su “coso” por debajo de la sotana para que echáramos al Demonio entre los dos”.
  • “Yo lo hice y se notaba que era más grande que el de Pedro y tenía pelos alrededor que eran duros, también me dijo que lo besara con la boca abierta y que él me ayudaría con la lengua, eso de la lengua me gustaba más y él me tocaba toda la boca por adentro y yo estaba cada vez más mojada y me daban ganas de moverme más pero empezó a temblar, decía cosas que yo no entendía, su “coso” se puso más duro y me llenó la mano de un líquido blanco y pegajoso, yo salí corriendo asustada y no quise volver ”.  Cura o no, tremendo “ pelotudo ”,
  • Seguí Raquel, ¿Qué pasó después?
  • Yo seguía asustada y ni me animaba a tocarme pero me acordaba de los dedos del Cura y de la lengua en mi boca y me volvía a mojar, por eso empecé a fijarme en mi hermano y quería que me besara con la lengua, un día lo hicimos y era mucho más lindo, lo que más me gustó es que era muy suave y no resoplaba como el Cura, igual, no me quiso tocar pero me parecía que a él también le gustaba porque me di cuenta que se le había puesto duro ”.  -Otra “ pendeja ” virgen y “ calentona ”, tenía para hacerme un festín-.
  • Ahora nos vamos a dar un lindo beso con los labios y con la lengua y vas a tocar y besar una “ cosa ” más grande que todas y después te vas con tus hermanos pensando cuando te va a tocar tenerla adentro .

La besé, mordisqueé sus labios llenos y recorrí toda su boca con mi lengua mientras ella me tocaba y abría en forma desmesurada sus ojos.

  • ¿Qué te pasa? , le pregunté.
  • ¿Todo eso me va a meter?
  • Sí, todo y por todos lados, es más, lo vas a disfrutar y gozar, todas lo van a disfrutar y gozar, vení, besalo un poquito, te está esperando , -se arrodilló, lo miró, lo acarició y lo besó haciendo esfuerzos para introducirlo en su boca-.  Me encantaba pero yo no quería terminar de ese modo y la aparté.
  • Bueno chicos lo de ustedes ya está, ahora esto va a ser todo de mamá, ¿No es verdad María?
  • Sí señor pero primero por la cola y después por donde usted quiera ”.

Les di a los chicos un par de indicaciones, fundamentalmente que estuvieran pendientes para cuando les “ tocara ”, les dije que ordenaran, limpiaran y se fueran a dormir porque nos haríamos “ mimos ” con la madre.  Se fueron y quedé solo con María que miraba expectante y deseosa.

  • Quiero que participes más, desnudame y mostrate alegre y juguetona preparándote para gritar todo lo que quieras , -se levantó con gracia, con aires naturales de “señora bien” y exhibiendo su mejor sonrisa, esa misma sonrisa que me podría “ dar vuelta ” si la dejaba-.

Me desnudó acariciándome y la llevé al Gabinete pues si era como imaginaba iba a gritar hasta desgañitarse y no quería que los de Seguridad o algún vecino o sus hijos escucharan.  Caminaba adelante moviendo graciosamente su cola y mi miembro semi flácido comenzó a recuperar su vigor.

Ya en el Gabinete cerré la puerta y le pedí que se moviera desnuda por la habitación, era una delicia su cuerpo alegre y no quise dejar de lado la oportunidad de admirarlo.  Luego se acercó y me abrazó para besarme, me tocaba y deseaba ser tocada, después se dio vuelta, se agachó acercándome sus nalgas y tomó mi miembro para pasar el glande por su vagina empapada y por su ano, a la vez, me encandilaba con una sonrisa pícara que mostraba desde su cara alejada y torcida para mirarme.

Cuando creyó que tenía el miembro suficientemente lubricado lo colocó en su orificio trasero y comenzó a presionar su cuerpo hacia el “ endurecido ”.  El glande penetró y lo sacó pegando un grito.

  • Me duele, ¡Por Dios es enorme!, sáquelo, sáquelo, me está rajando ”, -decía aunque mi miembro estaba afuera y sólo lo apretaba con la mano-.  Lo volvió a intentar y repitió lo anterior.
  • Me parte, no puedo, espere, espere, vamos de nuevo y voy a poder, voy a poder, tengo que poder ”, -repetía buscando de auto-convencerse entonces lo introdujo hasta la mitad gritando desaforada-.
  • Ya está, ya está, ya entró, no se mueva, hágalo despacio, yo lo ayudo…  ¡¡Ayyy María, Madre de Dios!!… ya no voy a poder caminar normal, tengo la cola partida en cuatro ” -y se movía sensualmente-.

Yo la sostenía de las caderas y no la dejaba salir pero la posición no era cómoda.  Me salí y le pedí que apoyara sus antebrazos en el respaldo del sillón y sacara su cuerpo para atrás, semi agachada y con las piernas abiertas, el cuadro era imponente y deposité mi boca y lengua en ese hueco semi dilatado, mis lamidas y besos se sucedían y mi placer se acrecentaba porque sus gemidos no paraban de surgir y sus movimientos se convirtieron en felinos.

La Posición no podría ser mejorada entonces me erguí, me afirmé y entré lento sin detenerme, los gritos fueron alucinantes y amagaba con escaparse pero mis brazos rodeando su talle lo impedían.

  • Ayyy, ayyy, señor, no soy puta, no soy puta y me ha roto usted la cola, deme más, deme más, no, no, no lo saque, ni se le vaya a ocurrir, muévase, aaaaaaaaaaaahhhhhh ”.

Unía las contracciones de su placer al dolor de la penetración a medida en que yo me movía en entradas y salidas que se incrementaban en su vaivén hasta que comenzó a acompañarme con movimientos rítmicos.

Gemidos y ayes, negativas y afirmaciones, lágrimas y sonrisas, todo se conjugaba para el goce de los dos.  Pedía más fuerza, rogaba por lentitud y, decididamente, toda esa mujer y su culo incluido eran muy importantes para mí.  Cuanto más tocaba su piel, más me transmitía y llegué al punto donde ya no hay aguante ni retorno por eso me hundí lo más profundo que pude y la llené de todo mi placer contenido.  Su grito al recibir mi semen caliente en las entrañas fue maravilloso.

  • Me quemaaaaaaa, es hermoso, deme más, lo quiero siempre, soy suya, soy suyaaaaaa ”, -yo lo sabía y me lo demostraba pero que lo dijera no estaba de más y era reconfortante-.

No salí enseguida, me quedé allí moviéndome lento y besé la piel de su espalda a la par que mis manos se aferraban a sus senos, ella se incorporó y parada, muy pegada a mí parecía ronronear entonces unió una mano a las mías y con la otra acariciaba y apretaba mi cadera abriendo, cerrando sus dedos, arañando sin dañar, tal como lo hace un gato en la caricia.

  • Cuando estemos solos vas a tutearme, no me digas más señor, ahora seré tu rey y vos la reina que quiero ,
  • Si mi rey, no te imaginás como te siento, te quiero siempre ahí ”.  -Movía sus piernas como si caminara pero sin moverse del lugar, eso me proporcionaba una caricia impensada y me hacía recuperar fuerzas y ganas para, nuevamente, crecer en su interior.
  • Te siento cada vez más grande mi rey, seguí, seguí, seguí y rompeme de nuevo ”, -su goce se hacía notar y lo transmitía-.

Le di un par de embates profundos y me salí de allí, no sin notar un gesto travieso cercano al disgusto, le dije que fuera a lavarse y pedí que trajera una toallita húmeda para limpiarme.  Sin dudas era una “ gata Flora ”, “ Cuando se la ponen grita, cuando se la sacan llora ”, regresó rápido y me limpió dejándome fresco y renovado entonces la besé, “ comí ” su boca enredando mis dedos en su cabello, recibí la respuesta de su entrega y escuché su corazón acelerado.

Como nunca con nadie la sentí “ mi mujer ”, sin miedos, sin caras largas, sin reproches, entregada, sin “ hinchapelotismos ” ni “ dolores de cabeza ” inoportunos, sin exigencias y mi “ machismo ” hartamente agradecido.  Eran las 00.10 horas y tenía un hambre de lobo, ella también, además, tenía ganas de mostrarla ( hay cosas que los hombres no podemos evitar ).

Llamé al restaurante y avisé que en quince minutos iría con otra persona, a ella le pedí que se cambiara y arreglara porque en diez minutos iríamos a cenar.  Volvió de la casa producida y despampanante, apenas maquillada, perfume, botas, pantalón claro y sueter oscuro, la quería justo así, sencilla y deseable.  En el auto le dije que debería mostrarse como mi mujer, que saliera y entrara tomada de mi brazo y que me llamara por mi nombre, dijo a todo que sí y yo sabía que no me iba a defraudar.

El lugar no estaba lleno, apenas en su tercera parte pero los que estaban no pudieron dejar de mirar y comentaron sin disimular.  El maître nos ubicó en un buen lugar, le presenté a “ mi ” mujer y se sorprendió a la vez que la admiraba, lo demás lo dejé librado a sus chismes y comentarios.  Nos atendieron muy bien y comimos mejor mientras tanto, no me cansaba de mirarla y también de admirarla, hacía un papel muy acorde, sonriendo, aceptando mis sugerencias o contestando educada al saludo del camarero, sin embargo, la notaba inquieta y recordé que no estaba acostumbrada a frecuentar otros lugares y otras personas, por ende, su mente asimilaba lentamente otras nuevas posibilidades y algunas dudas la asaltaban.

Le pregunté qué pensaba y me contestó que se sentía un poco extraña, por ello le recordé que no debía pensar en su “ mundo ” anterior plagado de carencias, que ahora debía aprender rápido a desenvolverse en éste otro que yo le ofrecía.

  • ¿Te gusta o no te gusta ser mi mujer?
  • Sí, me encanta, me gusta mucho y me halaga ”.
  • Menos mal que me lo decía vos sino le iba a tener que preguntar la opinión a tu cola .
  • Ella está más contenta que yo, dolorida pero muy, muy feliz, el tema a manejar es que estando a tu lado parece exigir más ”, -nos reímos los dos por la ocurrencia, ella con picardías que se notaban y yo con gran satisfacción que mi ego agradecía-.

Cuando salíamos entraba al lugar una pareja conocida, el Abogado y la Escribana, Fernando y Karen, hice las presentaciones de rigor y Karen se sorprendió, lo mismo aconteció con su marido…

  • “¿No sabíamos que tenías tan hermosa mujer? ” ( Ni yo que se juntaran las dos que más me gustaban y, sin que nadie supiera, que ambas me pertenecían ),
  • Lo que sucede es que me dio envidia de verlos a ustedes tan bien y me busqué rápido a esta hermosa mujer , -todos reímos-.

Ellos habían parado en el lugar para tomar algo y me encantó invitarlos, nos contaron de su viaje a Uruguay y que se sentían fantásticos gracias a mí, Karen, como siempre, estaba espectacular y María la miraba observando todos sus movimientos y modos cosa que me pareció estupenda pues aprendía rápidamente y no le costaría aplicarlo.

Aproveché a preguntarle a Karen por el Rematador y me respondió que casualmente lo había visto por la tarde y tuvo que atenderlo de urgencia por una Cesión de Propiedades también afirmó que no le dio explicaciones pero debía tener algún problema porque se sacaba bienes de encima y que incluso le había dejado todo el dinero de la tramitación e impuestos por adelantado.  Haciéndome el “ tonto ” le pregunté si esas personas tendrían problemas con las propiedades…

  • En absoluto, está todo muy Legal, ya es de ellos, lo raro es que se desprenda tan rápido de todo esto ” -me contestó-.
  • Yo tengo una idea de por qué es eso -le dije-… Atendí a la mujer y a la hija y parece que hay problemas graves en la casa, no sé si con la mujer, la hija o la Secretaria, no lo tengo claro ,
  • Ya se verá ” -afirmó Karen y se quedó pensativa-.

Luego cambié de tema pues ya había averiguado lo que quería saber y preparaba el terreno para un escándalo.  Le comenté a Karen que había recibido su mensaje, que pensaba llamarla el lunes y que además tenía que consultarlo a Fernando por un caso de divorcio con abusos y golpes, al respecto me comentaron que “ trabajaban ” con un Juez muy amigo que sacaba rápido los divorcios, aun los más conflictivos.

Quedamos en que nos veríamos el lunes a las trece horas y después de un rato nos despedimos con la promesa de volvernos a ver los cuatro juntos y María se colgó de mi brazo para salir.  En el auto le dije que en la mañana íbamos a comer todos juntos de un modo normal y que me llamara cuando llegara el primer invitado, me besó, me abrazó fuerte y casi me tiento para decirle que durmiera conmigo pero desistí porque el “ insaciable y hambriento amigo ” se uniría a mis deseos de poseerla y no me dejaría dormir.

Continuará…

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