Masaje hipnótico (19)

Las curaciones a la esposa de mi amigo dan resultado y la hija tiene que “pagar” la factura.

CURACIONES - SARA.

Regresando a la esposa de mi amigo, descubrí que pasó toda una vida al servicio de los otros y acorde a sus conceptos, estaba viviendo una vida desperdiciada porque nadie la valoraba.  La bronca más grande y su desilusión mayor estaba dada para con ella misma, se había anulado como mujer y los miedos a “ lo que pudiera venir ” la hicieron encerrarse en sí misma, por ende, sus escasas alegrías se opacaron y desvanecieron.

En esencia, tal como mi Psicología de entrecasa podía discernir, se culpó a ella misma por su inutilidad y culpó a los demás por su indiferencia, se postró para ya no servirle a nadie y se convirtió en una “ carga ” para que la sirvieran y atendieran en sus últimos años.  Les pasó y se pasó “ facturas ” y así esperaba morir.

Daba pena escucharla y aún sin compartir su proceder me obligué a entenderla pensando en la cantidad de mujeres que podrían pasar por sus mismas circunstancias y se anulaban como tales actuando de modo errado, lastimándose a sí mismas y a su entorno.

De cualquier modo había que cambiar la historia o la “ historieta ” de su vida y comencé por alabarla como mujer, marcándole pautas que debía seguir en adelante…  Por ello le ordené que se sintiera feliz y excitada con mis caricias, que no se negara ( como si pudiera ) y no se las negara, que las dejara penetrar en su mente y todo su cuerpo sintiendo la necesidad de expresarse sexualmente.

Le hablé de sus pechos (que se conservaban bastante apetecibles) , de sus piernas, de su rostro deseable, de su cola que tendría que revivir y mientras tanto la acariciaba con una mano en su cuello, otra en su pecho y mirando que su pezones se endurecían, le ordené que se tocara por debajo de sus ropas dejando de lado sus miedos, tabúes y frenos autoimpuestos.

Desde ahora en adelante olvidaría sus broncas y rencores, se preocuparía por su apariencia, activaría sus energías y, de vez en cuando, intentaría el sexo con su marido de la forma que fuere, mostrando además un desparpajo en el trato que ayudaría a su incentivo de macho, asimismo, se mostraría coqueta y alegre provocando los celos que él nunca tuvo que experimentar, ( le dije “de vez en cuando” porque si le daba demasiada impetuosidad me lo “cagaba matando” al viejo ).

Se olvidaría de todas las “ pelotudeces ” aprendidas respecto al rol pasivo de la mujer y se dedicaría a vivir lo que quedaba de su propia vida.  Ella escuchaba y asimilaba, su mano seguía activa por debajo del camisón, se agitaba por esto, un fino reguero de baba se deslizaba por la comisura de su boca, sus piernas se movían y como yo debía cumplir con la cuota de “ alimento ” sexual porque ella era mujer, le ordené que me acariciara sin miedos, que sacara mi miembro del pantalón y que lo lamiera y besara hasta endurecerlo totalmente.

Me costaba (¡¡Mierda, que no es lo mismo una de veinte o de treinta!!) pero el trabajo de sus manos y boca inexperta lograban su objetivo y no quise “ agrandarlo ” para su mente sabiendo que mi tamaño normal podría cumplir igual con lo pretendido.

Se la notaba muy excitada y el aroma de sexo de mujer caliente se expandía por la habitación, le ordené llevarlo a la boca y tragarlo en su totalidad para que supiera que por allí comenzaría a manifestarse sexualmente con su marido ( recordé que una vez, en una de esas confidencias que surgen naturalmente, mi amigo me había contado que su mujer era nula en esta materia, por eso, para satisfacer este gusto, él (el gran “machoman”, que de “enseñar” a “su” mujer, a expresarse ni pizca, pagaba a otra u otras ).

Tenía mi miembro en sus manos, lo miraba y lentamente lo acercó a su boca para comenzar a chuparlo, lo hacía despacio entonces la tomé de los costados de su cara y arremetí con un “ mete y saca ” cada vez más profundo y con cierto grado de violencia que ella no resistió aun cuando parecía ahogarse y los ojos se le llenaban de lágrimas.

  • Tragala toda, disfrutala, sentite una mujer deseada y deseosa, mostrate como una puta experimentada, dale, haceme gozar y cuando yo termine vas a tener un orgasmo hermoso, profundo, compulsivo y silencioso .

No daba para seguir aguantando y llené su boca con mis jugos, la “ viejita ” se estremecía como si una corriente eléctrica pasara por todo su cuerpo, bebió con desesperación, tragó, me limpió y se dejó caer hacia atrás. ¡Vaya uno a saber cuánto hacía que no tenía un orgasmo!

Estaba transpirada y me miraba con una sonrisa picaresca en sus labios, nos sonreímos juntos y escuché un golpe en la puerta que ella ignoró ( menos mal que fue así, sino me hubiese preocupado bastante ).  Era la hija y le dije que saldría enseguida, luego le di las indicaciones pertinentes nuevamente a la “ viejita ” que seguía sonriéndome y relamiéndose ( pobre amigo ahora tendría que consumir puré de Viagra ), le recalqué que no lo consumiera al marido, que regulara ( estuve magnánimo pero, interesado o no, yo lo quería bien para el negocio ).

Por último agregué que se arreglara un poco y que en quince minutos fuera a la cocina y le pidiera una toalla a la hija para poder bañarse, después conté hasta tres.  Sabía que me había tardado más de lo debido y que la hija y el esposo estarían preocupados y ansiosos por lo que les podría decir y salí con cara de satisfacción.  Fui a la cocina y me ubiqué en la parte más alejada para que ellos, al conversar conmigo, le dieran la espalda al comedor y al dormitorio.

Ambos preguntaban atropellándose con sus palabras y les pedí calma, les conté que estaba bien pero mucho dependía de ella y del trato que recibiría de ellos dos, además, necesitaría los servicios de un Fisioterapeuta para recuperar mejor los músculos de piernas y brazos y que debía ser un hombre por la fuerza de sus manos y para moverla mejor y con más energía, yo lo pagaría y les dije que usaran el dinero del negocio para ello ( esto lo agregué para que la “vieja” tuviera un hombre que la tocara y gozara de un “extra” ), me agradecieron y dijeron que se ocuparían.

Iba a darle otras indicaciones pero decidí que “ masajearía ” a Rubén para que hiciera lo correcto.  Después y siempre sonriéndome dije que me iba a preparar unos mates porque si la “ vieja ” llegaba a aparecer la cocina sería un “ despelote ” y nadie los prepararía por mí, los dos se rieron de mi ocurrencia, incluso la hija me dijo sonriendo, “ lo que menos te falta es la fe en lo tuyo ” y de pronto el “ Nena dame un toallón que voy a bañarme ” desató las alegrías, los besos y los abrazos.

La miraban, me miraban y las palabras parecían no encontrarse para explicarlo, terminaron todos llorando.  A la “ vieja ” se la veía feliz entonces le dije que la dejaran ir a bañarse y a mi amigo le dije que ahora le tocaba a él, que lo iba a enderezar de la espalda, lo que no le comenté era que pensaba asegurar el negocio y su matrimonio ya que en un local comercial rondan muchos culos y tetas que pueden perderte.  Fue fácil y quedó muy bien, incluso tan derecho que parecía más alto.

Aproveché para ordenarle que trabajara con ganas y alegría y así todos íbamos a estar mejor, que no “ jodiera ” con tener otras mujeres, amable con todas pero la única para él sería su esposa, que cada dos o tres días se echara un “ polvito ” con la “ vieja ” haciendo todo lo que tenía ganas de hacer, que no habría boca, ni culo, ni posición que le negaría, que fuera mimoso y atento con ella, que la celara aunque no tanto, que me rindiera cuentas del negocio todos los meses y que me hiciera caso en todo lo que yo decía.  Volvimos al comedor y ahora la alegría de la hija fue doble.

SARA.  DESEO CONCRETADO.

La esposa de mi amigo, bañada y arreglada le contaba a la hija las maravillas del masaje, Rubén la abrazó, le dio un beso, le dijo que la quería y también contó sobre los masajes.  Comíamos las masas, la torta acompañada del café y la hija miraba a uno y a otro, asombrada y sin entender nada.  Después de un rato dije que me iba al hotel para cambiarme e ir a cenar y quizás caminar un rato por la Ciudad y dije que no quería olvidar otra cosa más, esto lo expresé riendo fuerte…

  • Voy a redactar una factura que alguien tendrá que pagar .
  • Esto no lo paga nadie, no hay plata para pagar todo esto ”, -dijo mi amigo-.
  • No me hagas caso, es una broma, -dije saliendo-.  Sara me alcanzó al momento de subir al auto.
  • No creas que olvidé lo que dije, ¿Cómo voy a pagar? ”  -La miré de arriba abajo, recorrí con una mirada de deseo todo su cuerpo y ella bajó la mirada-.
  • Con algunas cosas me tiento pero soy “ viejito ” y me dan miedo .
  • Dale, no hagas bromas ”.
  • Quedate tranquila, -dije- y la aflojé tomándole las manos.
  • Vení a cenar esta noche, yo cocino para vos ”.
  • No, hoy disfruten en familia y si mañana tenés ganas de un masaje vení al hotel después de dejar a los chicos en el colegio y charlamos , arranqué el auto y me fui sin esperar respuesta.

En el hotel me cambié y cené luego salí a pasear por la Ciudad, hermosa, limpia, cuidada por todos sus habitantes y con una intensa actividad nocturna de lo más variada, restaurantes, cines, teatros y bares daban un marco de luminosidad a turistas y gente propia del lugar.

Las tentaciones no eran pocas pero volví temprano a dormir, había sido un jueves agitado.  El Conserje me hizo saber que podía brindarme la posibilidad de compañía femenina y decliné amablemente el ofrecimiento alegando un cansancio que en realidad existía y dejé dicho que me despertaran con el desayuno a las 07.30 horas.

Dormí de un tirón hasta que me llamaron.  Comí hasta las migas y luego me bañé, a las 08.15 me avisaron que me buscaban y pedí que dejaran subir a la persona que me visitaba.  La recibí en bata, pantuflas y colgante dispuesto a escuchar porque supuse que tendría su “ libreto ” estudiado.

  • Hola, al final me decidí a venir porque quiero que hablemos, está claro que “algo” tenemos que arreglar…  ¿Todavía no te cambiaste?
  • ¿Cómo está tu madre?
  • Muy bien, fantástica, no sé qué hiciste con ella y con papá, parecen dos novios…  ¿Te vas a cambiar?
  • No, no me voy a cambiar y si querés hablar, hablá, prometo que no me voy a sacar la bata para atacarte , -lo dije con un tono de tipo ofendido-.
  • No te enojes conmigo, lo que sucede es que yo me di cuenta como me mirabas y yo te dije eso de “pagarte” y…
  • ¿Y… que?, dale mujer soy Masajista no adivino .
  • Nada, no te voy a negar que se me ocurrió la idea del “pago” que vos querías pero yo tengo mi familia, mi marido, vos sos amigo de mis padres y entonces… y lo que pasa es que… ”.

Yo disfrutaba de su turbación y la dejaba hablar, de todos modos, aunque ella no lo sabía, saldría muy feliz y bien “ cogida ” de la habitación, no por nada había hecho más de 1.000 kilómetros para tener ese culo.

  • Yo no puedo darte nada, aparte, sería adulterio y no me está permitido porque no me lo permite la religión y tampoco se debe ”, -otra vez el “ pelotudeo ” religioso que no le permitía a las personas ejercer el libre albedrio pregonado por los libros y el Hijo de Dios pero, a la vez, prohibido a conveniencia por los propios hombres-.
  • ¡Mentiras!, -le dije casi gritando y se sorprendió-. Me mentís como si yo fuera un idiota y además te mentís a vos misma usando a la Religión como excusa, tendrías que tener en cuenta lo que la Religión le hizo a tu madre o lo que logró tu madre con la Religión.  Viniste hasta aquí y entraste con ganas de sentir y vivir otras experiencias que te alejen de lo chato y aburrido que te brinda el matrimonio.  Dejaste a tu referente religioso en la puerta y ahora lo llamás a los gritos porque tenés miedo de hacer algo que te saque de lo monótono que te está ofreciendo la vida que elegiste .

Tenía deseos de humillarla y al ver su mirada supe que lo estaba logrando.

  • ¿Qué crees que pueden pensar los que te vieron entrar moviendo ese hermoso culo que tenés? , -me miró abriendo grandes sus ojos-. Efectivamente, mal que te pese o no, es tal como lo pensás, para todos sos una “ putita ” que viene a pasar un rato con un señor mayor y hasta podría violarte sin que nadie diga nada, me bastaría con afirmar que era lo que vos querías, además, para que te des cuenta lo tan “ putita ” que sos, te voy a recordar que ese “ como yo quería ” es un “ invento ” tuyo…  ¿Cuándo te dije algo al respecto?, tampoco jamás dije nada de adulterio ni de “ cuernos ”, ni de que me dieras nada, todo corrió por tu cuenta y tus deseos ocultos, no me tomés por idiota .

Rompió en llanto tapándose la cara con las manos y yo me sentí muy bien y excitado, me encantaba ese rol de “ humillador ” ante la hipocresía y la mojigatería que, desgraciadamente, muchas de ellas utilizan.  Le había “desarmado” todas sus excusas y le alcancé un pañuelo para que secara sus lágrimas…

  • Ahora estás de lo más tensa,sentate derecha que te voy a relajar un poco los hombros, no cierres los ojos , -amasé sus hombros parado frente a ella y en un par de segundos su mirada parecía traspasar los muros del cuarto-.
  • Normalizá tu mirada y contestame…  ¿Cuántas veces por semana hacés el amor con tu marido?
  • Una vez por semana y a veces ninguna ”.
  • ¿Gozás mucho cuando lo hacés?
  • Ahora nada, yo quiero pero no llego ”.
  • ¿Tiene un miembro normal?
  • Si ”.
  • Mirá vos, yo tengo uno de 23 x 6 cm y cuando te vayas de acá lo habrás probado por todos lados y habrás tenido todos los orgasmos que quieras…  ¿Tenés ganas de “ coger ” o de que te haga el amor?
  • Si, muchas ganas y quiero que me hagas lo que vos desees ”.
  • ¿Desde cuándo?
  • Desde que me dijiste que yo era hermosa y era una lástima que estuviera casada y vos fueras amigo de papá ”, era para no creer eso fue casi como una broma cuando todavía no se habían mudado a Mendoza, hacía cinco o seis años atrás.
  • Finalmente te vas a dar el gusto, desnudate despacio que quiero gozarte y sé coqueta y alegre .

Me senté en un sillón a mirarla y cada rastro o trozo de piel que aparecía me calentaba más, no era “ la mejor de la mejor ”, de hecho, mis Caseras o las chicas estudiantes estaban mejor conformadas en su conjunto pero era la concreción de algo que anhelaba, era el culo esperado o una piel que ansiaba tocar y sin dudas, era “ ganarle ” a los tabúes y a los preconceptos establecidos en su mente y proceder.

Además, estaba convencido que, para el hombre, cada mujer en sí misma representa un fenómeno en particular, a similitud de físicos bastaba un mohín, una sonrisa, una mirada, el color o la tersura de la piel, la forma de moverse, ganas escondidas o lo que fuere, hasta las ganas de joder a un marido idiota, para inclinar la balanza a favor de la que se elegía.  No sé si la mujer piensa igual y quizás, tan sólo quizás, es por eso se afirma que al hombre le gustan todas.

Cuando terminó de sacarse la ropa se mostró, giró y reía feliz, sus ojos brillaban preguntándome si lo que hacía me gustaba…

  • Me encanta lo que haces, ahora acercate y sacame la bata que tengo algo para vos .

Cuando vio “ lo mío ” retrocedió un paso, se arrodilló y dijo que era grande pero hermosa y que tenía tanta hambre que no sabía por dónde comenzar a “ comerla ”.  La tocaba, la besaba, se metía el glande en la boca, lamía mis testículos y se mostraba suelta y desprejuiciada.

  • No me va a entrar toda mi hombre, que linda verga me trajiste, al fin te diste cuenta que yo la esperaba, mi hombre, mi hombre ” -y se “ comía ” los testículos arañándolos con sus dientes diciendo que allí estaba la “ leche ” de “ su hombre ”-.

Me causaba gracia la expresión y vaya a saber uno el por qué pero salía de su profundo interior y no quería ni averiguar ni contradecirla.  Yo tocaba su vagina con la mano y tuvo un orgasmo no “ ordenado ”, eso me gustó pero fue ruidoso y tuve que pedirle que hiciera todo silenciosamente, no quería que la gente del hotel me golpeara la puerta.

Su cola redonda, dura y deseada me llamaba, le pedí que parara y mientras besaba su vientre recorría, tocaba, estrujaba, apretaba y acariciaba con mis dos manos sus nalgas, caderas y piernas.  Mi posición no era cómoda porque inclinaba mi cabeza pero importaba poco, sus gemidos y mis dedos mojados que dilataban su ano me incentivaban.  Le pedí que me ensalivara el pene y la di vuelta pidiéndole que se relajara y se sentara arriba.

  • Ayyy mi hombre, no sé si me va a entrar pero muero por intentarlo ”…

Calcé el glande sobre su agujerito más chiquito y amagó un grito que silenció tapándose la boca aunque proseguía con su intento.  Movía su cola acomodándola y a escasos centímetros de mis ojos vi como esa hermosa y gran manzana de carne escondía mi masculinidad en su sedoso interior.

  • Entró toda mi hombre, entró toda ” -dijo con la voz estrangulada por el deseo y por el esfuerzo-.
  • Muy bien hermosa ahora “ cogete ” y gozá .

Sus excitantes movimientos se acompañaban de gemidos y contracciones que denunciaban sus orgasmos y en esa posición yo tocaba y parecía querer exprimir sus pechos, finalmente no pude aguantar el ritmo que ella imponía a las penetraciones y sentándola con fuerza,  presionándola desde sus hombros llené sus entrañas de semen, a la par que ella agitaba y abría sus piernas teniendo un orgasmo descomunal que no pudo gritar.

Siguió sentada y “ ensartada ”, se recostó sobre mi pecho mientras yo besaba su cuello y acariciaba sus senos, no muy grandes pero llenos y duros con pezones erguidos que la excitación agrandaba…

  • Mi hombre”, al fin llegó “mi hombre”, esto que te di, esta cola virgen la guardaba para vos ”.
  • No lo noté o tenías muchas ganas porque entró relativamente fácil ,
  • Te juro que es verdad, una vez se lo pedí a mi marido y me dijo que eso no se podía, que era sexo contra natura y no estaba permitido pero con vos es distinto y yo hago lo que quieras, igual, no sabés como me dolió y creo que algo se desgarró ”.

Tomé una toalla chica del respaldo para que no desbordara todo al salir de ella, le pedí que se parara con la toalla como tapón y, sin dudas, la mancha de sangre en mi miembro y testículos dejaban establecida una lastimadura en su ano, había olvidado decirle que relajara su esfínter y se lo había “ bancado ” sin quejarse además, al acariciarle el rostro vi su labio hinchado producto de sus mordeduras.

Saqué hielo, lo envolví en otra toalla y le dije que se lo colocara en el labio a la par que “ ordenaba ” que se fuera desinflamando, luego la llevé al baño para que se higienizara, literalmente, le había “ roto el culo ”, apenas una pequeña grieta pero ella estaba feliz, yo, indudablemente, también, lo del “alimento” de “mi amigo” del colgante, lo daba por descartado y se me hacía que estaba satisfecho.  Se acomodó arrodillada en la bañera y la lavé con agua tibia acariciando lo que ya era verdaderamente mío.

  • ¿Te gustó mi cola virgencita?
  • Me encantó preciosa y ya tengo ganas de entrar de nuevo ,
  • Dale, entrá, a mí me gustó y quiero más, rompémelo de nuevo ”.

Salió de la bañera apoyó las manos en el lavatorio y esperó.  La vista de su agujero dilatado me enardeció y enseguida estuve preparado para volver a entrar, aunque antes me arrodillé, apreté con fuerza sus nalgas, las abrí y pasé mi lengua repetidas veces en el lugar, intentando penetrar lo más que podía, a la par que ella se retorcía gozando, luego me lubriqué en su vagina que chorreaba y entré de nuevo con fuerza y sin pausa.  Miraba su cara de sufrimiento y goce reflejada en el espejo y me sentía regocijado.

  • No te muerdas y apretamecon los músculos , -al entrar y salir sus “ apretones ” parecían como anillos que torturaban con delicias y mientras ella orgasmaba vaya a saber por qué enésima vez me obligué a salir.

  • ¿No te gusta más?

  • Sí Sara, me encanta pero quiero otra cosa, quedate así , busqué su vagina y entré hasta chocar con sus glúteos,
  • Ayyyyyyy, ayyyyy, “mi hombre” esto es un parto al revés, movete, movete que quiero gozar, “cogeme” fuerte que esto es tan lindo que no puede ser pecado ” -y resoplaba con una cara feliz que el espejo me devolvía sonriente-.
  • Vamos a la cama, -le dije-…
  • Llevame así ”, pidió riendo mientras los músculos de su vagina me apretaban y absorbían.

Me era más fácil salir y la dejé caminar delante de mí moviendo su espléndida ex virgen cola, se tiró en la cama y cuando subí me puso sus piernas en los hombros, “ leí en una revista que así entra más, dame con todo, no dejes nada afuera ”, se había “ desatado ” y entré, claro que entré y salí y volví a entrar y salir por un buen rato, mirando su cara y sintiendo su goce en las contracciones y movimientos de su cuerpo hasta que ya no quise aguantar y “ exploté ” viéndola gozar con la boca abierta sin emitir sonidos.

Se salió y se zambulló metiendo su cabeza entre mis piernas para tragar el resto de lo que quedaba, mamaba como mamífero que era, apretando y soltando mis muslos con sus manos.  Le ordené que se tranquilizara y me recosté a su lado, no paraba de hablar y me decía que había hecho un montón de cosas nuevas y quería más.

A mí me daba por pensar en la importancia del diálogo en la pareja pero no en un diálogo de sordos en donde ninguno de los dos escucha o presta atención al otro y acaban sin aprender, vegetando o buscando luego a quien les quiera “ enseñar ” o aceptando a cualquier “ profesor ” que se acerque pretendiendo sacarla de su “ ignorancia ”.

Aplicando una especie de parábola, es algo así como querer mantener un jardín regando el agua un tanto alejado de las plantas, por ende, suele suceder que éstas se secan o buscan la humedad por otro lado, haciéndolo en secreto por medio de lo oculto de sus raíces.

Eran casi las once de la mañana y ella tenía que irse, le di las indicaciones, le dije que fuera discreta si tenía a otro hombre, que trabajara con ganas en el negocio, le expresé también que si su marido molestaba lo mandara “ al cuerno ” y se divorciara, que dejara la Religión dictada por los hombres y sus imposiciones…

También “ me jugué ” en otra, no me celaría, ni me perseguiría pero al verme recordaría todo lo que había gozado conmigo y querría repetirlo, asimismo, si nos encontrábamos solos, sin testigos y con tiempo y posibilidades me besaría con pasión, sería mimosa y me pediría algo de “ guerra ”, por último que estaríamos en contacto permanente.

Se vistió ante la orden, se arregló y a la cuenta de tres se fue feliz y tranquila y así seguiría incluso cuando me viera y se diera cuenta que había cometido adulterio, sin embargo, le “ ganarían ” las ganas de querer repetirlo a toda costa y a como diera lugar.

Continuará…

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GUILLEOS1 se los agradece.