Masaje de pies algo surrealista
3 amigos se meten en un local para disfrutar de un masaje en los pies, y se encuentran con la experiencia más morbosa de sus vidas
En el muro del paseo marítimo, mirando el mar nos encontramos 3 (Miguel, Carlos y yo) amigos, tomando unas cervezas y disfrutando de los últimos rayos de sol al atardecer, el día ha sido otro día caluroso a más de 40º, y está claro que por el olor que desprenden nuestros pies necesitamos una ducha con urgencia.
Decidimos ir al hotel para darnos una ducha antes de cenar, con el olor que desprenden nuestros pies, nos sacarían a la calle por contaminar el restaurante ;)
Miguel un fetichista de los pies sobre todo de hombre, algo que el resto respetamos, y aceptamos, no nos importa que a veces se quede embobado mirando nuestros pies, a mí en particular me encantan los de mujer, como dicen para gustos, colores…
Hablando y pensando de pies se me ocurre que nos acerquemos a un sitio que nos han recomendado en el que hacen unos masajes en los pies muy especiales. No lo dudamos vamos a por los masajes. Ya iremos al hotel más tarde.
Al entrar nos parece que es un poco clandestino, pero bueno estamos viviendo experiencias si nos dicen que aquí se dan los mejores masajes, la curiosidad nos puede hay que comprobar si es cierto.
Pero todo aquello parecía un sitio donde se podía practicar bondage como mínimo. Nos fuimos metiendo en habitaciones y vimos que en una de ellas tenían una mesa con bancos en los cuales te sentabas…
Una chica oriental entro en la habitación, se acercó a nosotros y nos comentó que pusiéramos nuestros pies en el centro, debajo de la mesa, notaríamos como nuestros pies tenían contacto con otra persona, nos pareció un poco rara la situación, pero bueno, lo normal es que salieran brazos de chica y nos hiciera un masaje.
*Anna y su novio Víctor son una pareja que conocimos esa noche, también estaban por el lugar.
En la sala entro otra chica muy guapa y dijo:
- Hola me llamo Anna y me sentaré en ese banco (pegado a una de las paredes) a mirar, si no os apetece que este aquí, volveré a salir de la habitación.
Nos miramos y con gestos de aprobación le dimos el visto bueno a que Anna se quedara a mirar.
Anna a primera vista me llamo la atención, unos labios preciosos, pies delicados y muy apetecibles, entonces me di cuenta del olor tan intenso que había en la habitación y le comente a la chica oriental si nos podíamos asear los pies antes de comenzar con los masajes.
La chica oriental puso una esbozo una sonrisa y a mirar a Anna vi que a ella no le importaba, ya que inhalaba profundamente y se mordía muy lentamente su labio superior. Joder esa tía se estaba poniendo cachonda.
La Chica oriental nos dijo que no era necesario. Es más, que era mejor así. Anna asintió con la cabeza…
Anna se sentó en un lateral de la sala y se quedó mirando nuestro misterioso masaje.
El primero en poner los pies fue Carlos, y nos relató lo que nos íbamos a encontrar, a su manera.
Bueno…, está caliente, (risas), no sé, es una persona pero no sé decir que estoy tocando.
Me precipito a ser el segundo en meter los pies y lo primero que toque fue los pies de Carlos. Los apartamos y al mirarnos, los volvimos a meter buscando por ahora otra cosa.
A todo esto Anna desde su posición lo está viendo todo en primer plano, lo que me da mucho morbo, ya que en su cara podía ver que se lo estaba pasando muy bien.
Sí, el tacto es de piel humana y también noto los pies de Carlos, y bueno Miguel no quiere quedarse atrás, todo esto es muy surrealista pero he de reconocer que aquella noche fue de las que no se olvidan.
Resulta que el local hacia sorteos de roles entre los socios
Era muy sencillo, cada uno de los socios escribía en el papel una fantasía que le gustaría experimentar y la metían en una urna. Después por orden de número de socio iban metiendo la mano en la urna, previamente agitada para mezclar las fantasías. Y esa noche los socios tendrían que hacer la fantasía de otro. Algunas de las reglas de su sociedad era que una vez te tocaba una fantasía no se podía rechazar, siendo castigado con la expulsión de la sociedad.
Anna y Víctor eran socios del local, y a ella le toco:
Mirar a los clientes de la sala 3, sin poder intervenir hasta que alguien de la sala le hiciera una invitación a participar. Nosotros no teníamos ni idea de todo esto.
La verdad es que viendo las caras de mis amigos y notando la dilatación de mi pantalón a punto de explotar, no sabía realmente que estaba pasando, 3 amigos en una mesa, Anna sentada en la penumbra, alguien debajo de la mesa y el roce entre nuestros pies, la situación era muy morbosa y muy excitante a la vez.
El local tenía aire acondicionado, pero no era suficiente para evitar que nuestros pies resbalaran entre ellos y alguien más, todo provocado por el sudor que era abundante.
Sin saber cómo, mis dedos se entrelazaron con otro pie, dios que sensación más increíble.
Entonces notamos que la persona se apartó del espacio donde teníamos nuestros pies, volvió pronto, lo que antes era una superficie más o menos regular ahora era con anatomía de una cara.
Anna que por primera vez abrió la boca, solo dijo estas palabras.
-Restregar vuestros pies como si estuvieran llenos de barro en su cara.
Lo hicimos, y en uno de los movimientos de mis pies note como uno de ellos se paró en seco, abrió su boca y tenía mi dedo gordo dentro, Sí! Alguien me estaba chupando mi pie, dios que pasada.
Estábamos siendo masajeados a lo grande, ya que también note unas manos que tocaban aleatoriamente nuestros pies. Notaba como introducía sus dedos entre los míos, madre mía y como resbalaban,
Me vino a la mente que nuestros pies apestaban, a quien le puede gustar estar debajo de una mesa siendo usado como felpudo.
El aroma que se respiraba en la sala era brutal, aquella persona me imagino que estaría asfixiada.
Anna estaba masturbándose sin ningún pudor y nos dijo que nosotros podíamos hacer los mismo, la verdad que era lo que necesitaba, sacamos nuestros penes y comenzamos a hacerlo, la verdad que yo estaba a mil por hora y no necesitaba mucho más para eyacular y por las caras de Miguel y Carlos estaba claro que todos estábamos listos.
Anna volvió a hablar:
Correros en vuestros pies y limpiarlos bien hasta que no quede nada en la cara que estáis pisando.
Y llego, aquello fue brutal, los 3 nos corrimos al unísono y notamos el calor de nuestro semen en los pies, y seguimos las instrucciones de Anna que se dirigió a la persona que nos servía de alfombra que limpiara los pies con su lengua, que no quedara nada.
Lo que nosotros no sabíamos es que la persona que estaba debajo de nuestros pies era Víctor, al capullo le había tocado estar de esclavo y su misión era limpiar los pies de las personas de la sala en la que estábamos.
Una vez que termino el “Masaje” Víctor salió de debajo de la mesa y se dirigió hacia donde estaba Anna la cual lo recibió con entusiasmo, primero oliéndolo para más tarde chuparle de arriba abajo su cara, vi cómo le metía la lengua por todos los orificios, me pareció asqueroso, pero …
¿ quien era yo para juzgar los gustos de nadie si el sudor y el semen que se estaba metiendo Anna en su boca era mío y de mis amigos?