Masaje clandestino

Como nunca sabes con quien vas a vivir cuando alquilas una habitación, puede ir mal o puede ir bien, sobre todo con una compañera de piso madura y caliente.

Bueno después de un tiempo sin escribir, hoy quiero contaros lo que me ha pasado estos últimos dos meses.

Después de mucho pensarlo y no sin miedo, me decidí a cambiar de ciudad para vivir y emprender un nuevo proyecto, dejando atrás mi pequeño piso alquilado y mirando al frente para emprender nuevos retos.

Claro está que me equivoque para hacerlo ya que nos 15 días después saltaba el estado de alarma. Por suerte o por desgracia así fue.

Puedo dar gracias, a que mi nuevo negocio solo estaba empezando a andar y no me costó mucho cancelarlo, eso sí con la consiguiente pérdida económica.

Estaba en una nueva ciudad sin conocer a mucha gente y con un sitio que no podía pagar, así que decidí volver a casa con el rabo entre las piernas y tragando mi orgullo.

Al volver no todo iba ser de color de rosa, claro está, y me puse a buscar algo de alquiler que me pudiera permitir antes de volver a retomar mi idea inicial, pero todo estaba fuera de mi alcance.

Durante semanas estuve buscando piso, habitación, amigos familia…. Hasta que por fin un conocido me dijo que una amiga/conocida suya, que estaba en el paro quizás pudiera alquilarme una habitación, bastante apañada de precio y me dio su nombre Lydia, me dijo que la avisara que iba de su parte y así lo hice.

Sin más opciones, me decidí a llamarla y ver como se planteaba el tema.

Tras llamarla, note una voz suave y agradable al otro lado del teléfono, muy amable me explico el motivo por el cual podría aceptar el alquiler de la habitación.

Hablamos durante mucho tiempo casi 30 minutos y concretamos que la visitaría en su casa y después de la impresión que la causara, decidiría si me alquilaba la habitación o no.

Esa misma tarde fui a su casa, al abrir la puerta me recibió una mujer de unos 50 años, bien conservada no demasiado guapa, pero si tenía un cuerpo bastante bonito y con curvas, vaya curvas.

Me comento que había perdido su trabajo por esto de la alarma, pero rehusó darme más detalles, que realmente tenía unos ahorros que la permitirían seguir viviendo sin problemas, pero bueno nunca está de más un extra y no sacrificar sus ahorros a la primera de cambio. Tomamos un café estuvimos charlando y finalmente me alquilo la habitación, eso sí me advirtió de algunas reglas que tenía que respetar o en cualquier momento ella de manera unilateral resolvería el contrato de alquiler, que de todos modos era verbal, pues así ella se sentía con más poder de terminarlo a su antojo, a lo cual no pude poner objeción pues mi situación no me hacía estar en una situación como para hacer fuerza sobre esto.

Las reglas eran bastante sencillas, no entrar en su habitación salvo que ella me lo pidiera, no entrar en una habitación que tenía para trabajar desde casa, lo cual me extraño pues me comento que estaba en el paro. El resto de la casa podría utilizarla, tanto el baño de invitados como la cocina y el salón.

La casa no estaba mal, estaba reformada y muy limpia, aunque el edificio por fuera no lo aparentaba. Casi todos los vecinos eran bastante mayores sobre unos 60-80 años la mayoría, excepto la vecina de enfrente que rondaría los 50 como Lydia.

La habitación que me alquilo, no era la más grande del mundo, la verdad que era bastante pequeña, con una cama de 90, un armario empotrado y lo justo para poner un mueble con una tv y mi portatil.

Pues nada con todo claro al día siguiente y con más miedo que vergüenza por si me paraban en algún control, me mude a la casa de mi nueva compañera de piso.

Ese primer día estuve llevando algunas cajas y maletas con ropa, no demasiadas pues tampoco teníamos pensado prolongar el alquiler más allá de lo que durara esta situación.

Ese primer día fue muy tranquilo, me entrego unas llaves, la clave del wifi, cosas así.

Ya por la noche y con algo de comida que traía preparada, me fui hacia la cocina para calentarme un tupper que dejé en la nevera, cuando apareció Lydia en la cocina:

L- ¿Qué tal David como estas? ¿Cómo llevas la mudanza?

Y- Pues bien, como te dije no traigo muchas cosas y más o menos tengo todo ordenado, espero no haber hecho mucho ruido, he movido la cama de sitio para tener más espacio para la tv y el ordenador.

L- No te preocupes ponte a tu gusto, mientras no rompas ¡nada!

Y- No tranquila, tender cuidado.

Mientras hablábamos de cosas sin mucha importancia, no pude resistirme a hacerla un pequeño examen visual, la verdad que tenía buen cuerpo, es una mujer sobre 1,65m, unos 60 kilos pechos generosos buen culo, lo que se dice una mujer con curvas., pelo negro corto y bien cuidado, muy arreglada para estar en casa, como si diera la sensación de que quería agradar.

Vio lo que tenía de cena y enseguida me dijo que de ninguna manera iba a dejar que me comiera aquello, que prepararía algo para los dos, a lo que no pude decir que no, pues la verdad que no soy buen cocinero.

La noche paso tranquila, hablando de unas cosas y otras, me comento que desde hacía unos 20 años estaba separada y que no tenía intención de buscar pareja estable nuevamente, pero bueno en algunas ocasiones sí que se sentía sola. Igualmente me pregunto si yo tenía pareja o algo por estilo y que, de ser así, prefería que no fuera a visitarme pues con todo lo que está pasando no quería mucha gente por su casa, algo comprensible.

Todo fue normal durante una semana más o menos sin grandes cambios, yo buscando algo que hacer con mi negocio, buscando nuevas formas etc… complicado, en fin. Lo que hacía que mucho rato estaba muy aburrido, y que hace un hombre cuando se aburre… ver porno, chatear cosas del estilo.

Como ya incluso esto se hacía monótono, empecé a investigar por la casa, cuando Lydia salía a comprar o algo por estilo, que no eran muchas veces, pues ella me pedía que si podía ir yo a hacerlo por ella y claro cómo iba a negarme.

Uno de esos días decidí mirar en su cuarto, abrí la puerta, pero no vi nada raro, no llegue a entrar, pues lo que podía ver era un dormitorio normal, muy buen decorado eso si, con una gran cama, pero nada fuera de los normal, así pues, me centre en la otra habitación, la del “trabajo”.

La puerta estaba cerrada con llave, pero di la casualidad que encima de la mesilla de la habitación de Lydia había una llave, una llave que yo había visto que ella utilizaba para entrar, así que no hizo falta atar muchos cabos.

Al abrir la puerta me quede sorprendió era una sala de masajes, porque tendría Lydia una sala de masajes en su casa… todo empezaba a cuadrar, y claro solo quedaba saber qué tipo de masajes eran, pero pronto mi mente empezó a funcionar y maquinar. Pero claro no tenía la certeza de que Lydia fuera una masajista erótica, y si no lo era… cual era el motivo por el cual lo ocultaba, todos los indicios me hacían pensar que así era.

Pase un par de días pensando como averiguar si era masajista erótica o no, hasta que un día me vino una idea en la cabeza… y si pongo su número en internet… ¡BINGO!! No tarde en encontrar anuncios en varias páginas, donde efectivamente ella se dedicaba a dar masajes eróticos con terminación en final feliz. En los anuncios salía ella en varias fotos con muy poca ropa, en otros vestida de enfermera, de asistenta, en bata…. Incluso en un anuncio pude verla desnuda, no se mostraba la cara, pero podía reconocer ese cuerpo.

Estaba viviendo con una masajista erótica, eso me dada un morbo muy intenso, me hacía estar más caliente que de costumbre, lo que sumado a que llevaba sin sexo casi un mes, tenía que buscar la forma de que ella accediera a darme alguno de esos masajes.

Después de esto cada día me paseaba por la casa con menos ropa de la habitual, a lo que Lydia no tardó en darse cuenta y claro yo notaba que ella se fijaba más.

Un día que me cruce con ella por la mañana antes de ir al baño, recién levantado:

L- ¿Perdona David, puedo preguntarte algo?

Y- Claro, por supuesto.

L- Mira, no te molestes por lo que te voy a decir, ¿ok?

Y- Si dime. (qué demonios estará pensando, algo he hecho mal…)

L- Nada es solo una tontería, solo que últimamente te paseas por la casa con poca ropa y bueno, me alegra que estés cómodo, no es nada malo solo que claro, estamos aquí los dos viviendo y creo que es necesario que los dos mantengamos un cierto respeto… ya me entiendes.

Y- Si claro por supuesto, pero he hecho alguna cosa …

L- No para nada, solo que bueno… últimamente vas con poca ropa por la casa y no estoy acostumbrada a este tipo de espectáculo, solo eso, a mí también me gustaría pasearme desnuda por mi casa, pero bueno no creo que a ti te guste verme desnuda por aquí como si nada y más cuando no tenemos contacto con otras personas ya sabes…

Y- Perdona me acabo de levantar y no sé qué quieres decir (Estaba un poco adormilado mientras la escuchaba, cuando me di cuenta que a ella la excitaba verme así, como a mi ella, pero claro…) Ha vale …. Disculpa, yo no pretendía, pero bueno somos adultos jje, no creo que pase nada.

L- Jejenes ¿bueno no pasara porque yo no queramos , supongo que a estas alturas ya sabrás a lo que me dedico no?, O crees de verdad que no sé qué ya habrás entrado en mi cuarto de trabajo? La próxima vez me pides la llave o yo misma te lo enseño, no tengo nada que esconder.

Y- Vaya lo siento, ya sabes el aburrimiento te dejaste la puerta abierta y vi que tienes una mesa de masajes (no quería reconocer que había hurtado su llave y demás, a las primeras de cambio)

L- No te preocupes lo he estado pensando y creo, ya que vives conmigo y tu amigo ya te habrá contado algo, a pesar de que le pedí que no lo hiciera, es justo que lo sepas y no te lleves a engaños.

Y- Entiendo, pero no te preocupes no tienes que darme explicaciones de nada, el no me conto nada.

L- Bueno pues todo aclarado, de todos modos, tengo que decirte algo, el motivo por el cual te lo cuento ahora, es porque quizás si esto sigue así, tendré que retomar mi trabajo y bueno en tal caso, tendrías que estar en silencio en tu habitación mientras dure la visita y no salir en ningún caso, yo te avisaría con tiempo.

Y- ¡Te refieres a que vendrían clientes aquí!!!?.... (joder esto no me lo esperaba para nada)

L- Si eso es exactamente, entendería que quisieras buscarte otro lugar, pero es algo que voy a tener que plantearme si esto continua así.

Y- No tranquila es tu casa y lo entiendo. (mi mente empezaba a dar vueltas entre confusión y excitación, la verdad que me daba mucho morbo, pensar en lo que, hacia ella en esa habitación de manera habitual, tanto que, si ya me levanté empalmado por la mañana, mi polla asomaba por la goma del bóxer.

L- Bueno tu piénsalo, no quiero que estés a disgusto con esto, de todos modos, veo que muy mal no te ha sentado eh. jejejjee . Y empezó a reírse señalando mi paquete. Y guárdala que se va escapar¡.

Y- Perdona, pero siendo sincero hace unos días vi un anuncio tuyo y bueno….

L- Y bien ¿ que te pareció mi anuncio? ¿Te gustó? Tu me llamarías?

Y- Pues lo cierto es que si, pero bueno mi economía no me lo permite, jejeje

L- Bueno, eso depende ¿Cuánto tienes ahora? ¿Cuánto puedes gastarte en mi ?.

Y- No se deja que mire, pero ahora no llevo la cartera (sentía como ella no dejaba de mirar mi paquete algo se le pasaba por la mente, ya que de otro modo hace tiempo que se habría marchado, pero algo la retenía).

L- Quizás te haga una rebaja, de todos modos, tú me has ayudado con la compra y eso no te lo he pagado yo…

No podía creer que Lydia me estuviera ofreciendo aquello era un juego que la gustaba jugar y a mí me encantaba.

L- ¿así que dime cuanto estas dispuesto a pagar por un masaje mío? 10, 20, 30 100€

Y.- No lo sé…

Antes de que pudiera decir nada más, ella se abalanzo sobre mí, agarrando mi polla con la mano, me apretaba los huevos con fuerza, me hacía hasta daño;

L- David estoy esperando…. Cuanto te gastarías….

Y- Ahora mismo lo que me pidas. (note un gran alivio tras decir esto pues ella soltó de golpe mis testículos, los cuales ya estarían hasta morados después de aquel agarrón.

L- Bien pues sígueme a mi cuarto, vamos, ahora tengo libre!

Claro está que así lo hice seguí a Lydia hasta el cuarto de “trabajo” , ella me pidió que me quitara el bóxer y la esperara sobre la camilla boca abajo.

Al entrar me pregunto si alguna vez me habían dado un masaje de este tipo, si sería mi primera vez, quise engañarla, pero no pude, así que le dije que no era la primera vez que me hacían un masaje con final feliz, que por cierto ya me habían dado algunos bastante buenos.

No podía ver como estaba vestida, si se había cambiado o simplemente se había quitado la ropa, enseguida note con ella ponía aceite de masaje en mi espalda y empezaba a acariciarme la espalda.

Y- Que buenas manos tienes…

L- Si verdad?, me lo dicen mucho y no solo las manos, pero eso ya lo dirás después.

Y- Me gusta cómo suena eso…

L- Sabes una cosa, me propuse que no te diría nada, pero claro no pensé que estarías tan bien dotado, los que suelen venir a mi consulta hay de todo, pero no sé, el hecho de que vivas aquí me ha puesto cachonda.

L- Bueno y más aún cuando has intentado provocarme andando por casa medio desnudo, es cuando me di cuenta que ya sabias lo que hacía.

Y- Si bueno eso es cierto, la verdad que me ponía cachondo a mí también, saber que vivo con una masajista erótica.

Ella seguía con el masaje mientas sus manos acariciaban mis piernas, fue subiendo y en seguida sus manos estaban tocando mis huevos por detrás, los llenaba de aceite de masaje, lo que me producía un placer inmenso, continuo me hizo levantar la cadera y saco mi polla hacia atrás y empezó a jugar con ella, con pases de sus manos sobre el tronco, ponía también gotas de aceite.

L- Que buena polla tienes David, lo que me he estado perdiendo estos días.

Yo no acertaba a decir nada mi polla crecía por momento mientras ella no paraba de masajearla, combinando sus caricias en la polla con las piernas y los testículos.

Empecé a notar como ella besaba mis glúteos , los apretaba para seguidamente empezar a darme un increíble beso negro, notaba como lamia despacio, me levanto un poco la cadera para poder masturbarme mientras lo hacía, de tal modo que tuve que pedirla que parara.

L- No te gusta? O es que no aguantas de placer? Mmm, espera tengo una idea, levántate…

No pude más que obedecer pues me tenía a su merced, fue entonces cuando pude comprobar que estaba totalmente desnuda, esos preciosos pechos estaban por fin a mi vista, que pezones, duros grandes, su coñito depilado con grandes labios vaginales.

Pasamos a un fotón que tenía en el suelo, esta vez me tumbe boca arriba, ella se sentó en mis piernas y continuaba el masaje, por mi pecho mis brazos, mis ojos no podían de dejar mirar aquellas magnificas tetas, de vez en cuando se inclinaba y notaba como sus pezones recorrían mi pecho…

Y- Que tetazas tienes Lydia, me encantan

L- Ya notaba yo que era así! Desde que viniste a mi casa no dejas de mirarlas.

Y- No son para menos la verdad.

Ella continuaba el masaje mientras notaba como había colocado su coño de tal manera que el tronco de mi polla no paraba de frotarse contra ella. Con la ayuda del aceite resbalaba divinamente y aquello me ponía a mil.

Se sentó sobre el futón poniendo mis piernas sobre las suyas haciendo que quedara abierto de piernas frente a ella, con mi polla a su total disposición. Se aplicaba despacio y con presión sobre mi glande, lo lleno de aceite de masaje y comenzaba a masturbar mi polla con mucha maestría, me tenía loco, aquellas manos expertas me estaban dando un placer superlativo que hacía mucho tiempo que no sentía.

L- Que tal cielo, así te lo hacían otras veces.

Y- Para nada, no así, es increíble…

L- Aún no has visto nada.

Y- No se lo que aguantare si sigues así, esto me mata!

L- No te preocupes que algo se nos ocurrirá si eso pasa!

Ella empezó a aumentar el ritmo de las caricias, note que una de las veces, dejo caer saliva en mi polla en vez de aceite, eso la ponía y yo no le decía nada por ello. No tardó en hacer que me corriera como haca mucho tiempo. Mi polla exploto hacia sus tetas, llenando sus manos, tetas y vientre con mi leche. Ella bajo el ritmo sin dejar de apretar mi polla, estaba sacando hasta la última gota de mis huevos…

Después de esto se levantó hacia una estantería donde tenía toallitas y demás productos, volvió y limpio mi polla con gran cuidado.

L- te ha gustado, seguro que hacía tiempo que no te hacían una paja así, verdad?

Y- Pues si la verdad, no recuerdo cuando me hicieron una así, con tanta maestría.

L- Es mi trabajo jajaja.

No pude evitarlo y lance sobre ella empezamos a besarnos , yo la acariciaba por todo el cuerpo, manoseaba sus tetas, su coñito. Que mojadita estaba no sabía si por la excitación o por todo el aceite que habíamos utilizado durante el masaje. Yo chupaba con fuerza sus pezones muy duros en mi lengua mientras ella acariciaba mi pelo, sentí que tenía que agradecerla de alguna manera todo lo que ella había hecho por mí, así que poco a poco baje hasta tener su coñito cerca de mi lengua. Podía ver de cerca aquellos labios de su coñito hinchaditos, pidiendo guerra. Sin pensarlo dos veces saqué mi lengua, y comencé a lamer su coño con ganas, estaba delicioso, una mezcla de sabores recorría mi lengua. Ella enseguida comenzó a estremecerse, levantaba su cadera para que pudiera trabajar su coño bien. Estaba completamente abierta, gemía sin parar, yo la notaba cada vez más húmeda.

L- MMM David así, que rica lengua, no se te ocurra parar por nada.

Yo tras sus palabras estaba más motivado si cabe, succionaba su clítoris con fuerza, mientras mis dedos la masturbaban buscando su ponto “G”, hasta que a ella comenzaron a darla una serie de espasmos, los cuales mezclaba con gemidos de placer, ambos estábamos sudando, cuando ella por fin llego al clímax sobre mi mano y mi boca.

Yo seguía masturbándola despacio mientras miraba su cara, jugaba con sus tetas mientras ella recobraba el aliento mordiendo uno de sus dedos, no olvidare aquella imagen.

Después nos túmbanos el uno junto al otro, reímos, habíamos saciado en parte nuestra necesidad de sexo o por lo menos yo sí.

Y- Vaya coñito rico que tienes Lydia, hacia tiempo que no cataba uno así.

L- Bueno, se te notaba con hambre, quizás te deje probarlo mas veces ya que vives aquí conmigo.

Y- Yo estaría encantado, para mí es un placer.

Enseguida mi polla volvió a ponerse dura, solo con la cercanía de aquella hembra, y ella no tardo en tener mi polla otra vez en sus manos. La agarraba con fuerza y me masturbaba despacio, parecía querer que la piel de mi frenillo rompiera y liberara más si cabe mi glande.

L- Me gustan los hombres con frenillo, bueno me gusta tu polla ejejje

Dicho esto, se levantó un poco y comenzó a lamer mi glande mientras me pajeaba, lo hacía con ganas, notaba como succionaba mi polla con fuerza, mientras lo la otra mano apretaba mis testículos por encima, colocándolos entre su dedo gordo y el índice;

L – Nene así tardarás más en correrte y tendré esta polla más tiempo para mí.

Cada vez que me hablaba era como un chute de adrenalina para mí, hacía que la deseara aún más, su lengua jugaba con mi glande, cambiada de lado. Tan pronto me masturbaba rápido como se la metía en la boca succionando con fuerza, era como si ella controlara el momento en el cual tenía que correrme. Cada vez que yo creía que iba a correrme ella de manera extraña paraba y hacia que aguantara más. No puede contar las veces que me llevo hasta ese extremo.

Yo estaba deseando correrme, pero la presión que hacía con la mano en la base de la polla, no podía correrme, solo cuando ella parecía aflojar un poco, yo pensaba que llegaría al clímax.

Estuvo jugando conmigo durante unos 20 minutos hasta que descargue como un loco en su boca, lo cual acepto de buen grado, pajeaba con fuerza mi polla y la apretaba, intentando sacar todo su jugo, hasta que no quedo nada.

Luego me miro y empezó a dejar caer mi semen por sus labios hasta sus tetas y lo empezó a restregar:

L- Me encanta hacer esto

Después se levantó dejándome sobre el futón y se metió en la ducha, mientras o me quede allí tirado disfrutando de aquel momento, totalmente satisfecho.

Después de aquel día, nuestros encuentros se fueron sucediendo, pero eso algo que os contare más adelante, pues esta historia no ha terminado.