Mas sobre mi madre -
Continuación de la historia de Todo sobre mi madre
Mas sobre mi madre
La tarde del cine marcó un antes y un después en nuestra relación. Siempre había fantaseado con mi madre, y de hecho era algo que desde pequeño tenía claro que era mi principal fantasía, pero no pasaba de eso, una fantasía.
Al volver a casa me fui directamente a la ducha. Olía a coño, a semen a cine guarro. Pero lo que necesitaba en realidad era relajarme un poco y meditar lo que iba a hacer en adelante. Me desnudé y seguía oliendo esa mezcla del perfume de mi madre con olor a corrida. Le di al grifo para que saliera agua caliente, muy caliente. Y allí bajo los chorros estuve repasando mentalmente todo lo sucedido esa tarde. Uff, eso me encendió de nuevo, y el agua caliente ayudó a levantar el ánimo. ME iba enjabonando el cuerpo y masajeando la polla, con los ojos cerrados, viendo toda la película de nuevo en mi mente. Igual no me reconoció. Estaba oscuro, tenía la cara llena El ruido de la ducha no me dejaba oír lo que pasaba fuera.
- ¿Pepe? – dijo- Holaaaa, ¿estás en casa Pepe?.
No escuché nada, ni la puerta de entrada, ni su voz, ni la puerta del baño cuando la abrió. Entró sigilosa y no dijo ni palabra. Se fue desnudando, la falda, la camiseta, las medias. Y así, desnuda y sucia de todas las corridas que llevaba encima de su cuerpo, abrió la mampara de la bañera y entró conmigo.
Qué haces?
Hola Pepe, ¿quieres que me vaya?
-Mmmm, no sé. ME estoy duchando – Mi polla se puso más dura todavía, así que era evidente que no quería que se marchara.
Gírate y mírame anda – A lo que yo accedí, por supuesto. Qué visión. Ella completamente desnuda delante de mí. Sus enormes tetas se veían todavía más grandes con la humedad. Esos pezones que me vuelven loco en cuanto se clavan en mi mirada me pedían guerra. Tenía todavía alguna marca de las manos que las habían agarrado y magreado. El pelo de su coño se veía todavía húmedo, y sus grandes labios entreabiertos dejaban escapar alguna gota de flujos.
Dime que quieres Pepe? ¿Qué quieres que haga tu puta? Me dijiste que en adelante sería tu puta.
¿Vas a ser mi puta? ¿Estás segura que quieres hacerlo?
Sí mi amor, sabes que tengo debilidad por ti. Mírame como estoy, chorreando por ti. Me he resistido todo lo que he podido, pero hoy has descubierto la verdad. Y ya no puedo ocultar que necesito ser tu puta. Necesito que me poseas.
¿Harás todo lo que yo te diga y cuando te lo pida?
Siiiii, dímelo ya! Dime que quieres que haga Pepe.
En adelante me dirás Amo. Siempre que estemos solos.
Si mi amor- Me dijo dando un paso para besarme.
Le agarré el pezón con tres dedos y le di un fuerte tirón, sin compasión.
Que has dicho? – Tiré con más intensidad.
Siiii mi amo. Siii haré lo que digas. Soy tu puta, solo tuya. Dime lo que quieres.
Ábrete de piernas. Límpiate el coño y los pezones. – Accedió sin rechistar. Se limpió y enjabonó como siempre, hacía tiempo que no disfrutaba viendo cómo lo hacía. Mientras yo disfrutaba de la visión de esas manos recorriendo sus enormes pechos, y bajando a ese coño que tantas ganas tenía de probar. Yo había empezado a masturbarme lentamente, cosa que mantenía mi tremenda erección. Y ella al verlo ya sin esconderse, también se masturbaba.
No te pajees puta. Eso lo voy a hacer yo. Cuando quiera y donde quiera. Sólo límpiate, queda claro- Y otro tirón de pezón con saña. Estaba todavía enfadado, molesto. Ella se había entregado a otros sin darme la oportunidad de disfrutar yo de ese cuerpo. Y eso no lo podía consentir.
Siiii mi amo, siii. Pero dame placer, necesito correrme. Tu puta está muy cachonda y mojada. Nunca me corrí como hoy contigo en el cine.
Te correrás cuando yo quiera que lo hagas. Serás mi puta y solo follarás cuando, donde y con quien yo diga – En ese instante ella ya me estaba poniendo la teta cerca para que tirara de su pezón. Le gustaba que lo hiciera. Pero aparte de tirar del pezón sin miramientos le metí dos dedos en su sediento coño, de golpe y hasta el fondo.
Mmmmm siiii mi amo, siii –
Te ha quedado claro puta.
Que gusto mi amo! Más más más – Mis dedos fueron girando y entrando y saliendo de sus entrañas. Ese coño era como una fuente de flujos. No paraba de chorrear. Tres dedos, y todavía pedía más guerra.
Siiii fóllame, méteme la mano. Me vuelve loca. Aggg voy a correrme.
No! – quité la mano de golpe – Te correrás cuando yo lo diga puta! – y otro tirón de pezón, pero esta vez con un cachete a sus labios inflamados.
Siiiii mi amoooo aaaahhhhhgggg--- Un chorro salió de su coño.
En la ducha tenía el bote de espuma de afeitar. Lo pasé por su vagina para que empapara de sus flujos. Me miró horrorizada-
- No eso no mi amo! ¡Es muy gordo y dolerá!
Tirón de pezón, que ya estaba sacando sus primeras gotas de leche.
Te lo voy a meter. Y sí, te dolerá un poco al principio, pero te vas a masturbar con él. Ábrete bien de piernas. ¡Así! – Lo metí con suavidad para que entrara la punta del bote. Luego al apretar un poco resbaló por la humedad hasta el fondo.
Ahhhhhghgg dueleee. ¡Pero que gusto que me da! Mmmm
Agárralo y mastúrbate con una mano. - Ordené- Con la otra me vas a dar teta. Quiero leche.
Me amorré a su teta succionando como un poseso. Ella gemía como una loca. Su coño chorreaba de nuevo, y su otro pezón rezumaba leche de tantos tirones y magreos. Estaba en el paraíso, con mi puta obediente y gozando de lo que hasta ahora no había sido mío.
Le ordené que arrodillara – De rodillas puta, ya basta de que goces ahora me darás placer a mí.
En cuanto se arrodilló abrí su boca metiéndoles dos dedos que relamió como una posesa. Y con la boca ya abierta se la metí hasta la garganta.
- Chúpala como hacías en el cine, so puta. No dejes nada por chupar-
La fue sacando hasta llegar al capullo. Empezó metiendo la punta de su lengua en mi escroto, que sacaba líquido de tanto placer. Jugaba con su lengua en mi capullo, a lametones, succionaba, oprimía con sus labios. Paraba y se la metía casi toda entera, hasta la garganta A la vez masajeaba mis huevos con su mano. Y con la otra seguía masturbándose con el bote de espuma.
- Fóllame, quiero que me folles mi amo. ¡Quiero sentir esa polla dentro de mí! ¡Por favor!
Le metí la polla de nuevo en la boca, hasta que noté sus labios en mis huevos. Y le follé la boca hasta correrme como nunca. La última embestida llegó a su gola y exploté en el fondo de su garganta. No pudo evitar tragarse de golpe toda mi leche. Le agarraba con fuerza la cabeza para que no se escapaba. Se estaba atragantando. Y yo estaba todavía descargando mi leche que ya rezumaba por la comisura de los labios.
Ahhhhgggggg putaaaa que gusto! Traga zorra, trágatelo todo. ¡No dejes nada!
Límpiala bien, que no quede nada. ¡Sin manos! – y tirón de pezón otra vez.
Sí mi amo- Me dijo mirándome a los ojos mientras abría la boca de nuevo y se relamía lo que había salido hasta su barbilla. Los ojos llorosos de haberse atragantado, pero una con una sonrisa de puta satisfecha y saciada.
La hice incorporar. El bote ya estaba rodando por la bañera. Su coño estaba muy dilatado, un agujero del placer enorme. La toqué y todavía estaba húmedo. Me miró con cara de vicio, estaba claro que quería más, necesitaba más. Estaba descontrolada, era una puta ninfómana.
-Ábrete el coño, zorra. Te voy a dar lo que quieres desde que has entrado.
Se abrió de piernas, puso una de ellas en el borde de la bañera. Estaba completamente abierta. Le metí los cuatro dedos de golpe y apretando con la palma su inflamado clítoris empecé a hacer el gesto de “ven” dentro de su coño. Eso la volvió loca. Cada vez que lo hacía tocaba su punto “G “y soltaba chorritos de flujos. Aumente la velocidad, ella se agarraba a mi cuello.
- Maaaas, más más, no pares mi amo, no pares. Maaas, maaas que me corroooo
Justo en el momento que empezó la corrida deslicé mi pulgar hacia adentro. Y ese coño se tragó entera mi mano hasta el antebrazo. Lo engullía cada vez más adentro. Gritaba, gemía como una posesa, chorros y chorros de corrida, pis o una mezcla de ambos. Ella misma se iba empalando. Había perdido el control totalmente.
Siiiiiii, mi amo siiiii. AAAAggggghhhhhh soy tu puta no pares. Me corro otra vez. Siiiii
Córrete so puta. Ahora sí te puedes correr. Disfruta como una zorra.
Se corrió tres o cuatro veces seguidas. Era impresionante la capacidad que tenía de tener orgasmos uno detrás de otro. ME tenía alucinado. Cada movimiento de mi mano podía desencadenar otro orgasmo. Las piernas le temblaban y ya no conseguía mantenerse en pie. Saqué mi mano chorreante, y se la metí en la boca para que lamiera todo lo que era suyo.
Acabé de ducharme, y salí. La dejé en la ducha y me fui a mi habitación a hacer algunas tareas pendientes. Entre ellas, escribir algunos detalles de lo ocurrido en mi diario. Al cabo de un par de horas tenía un hambre atroz. Tanto sexo me había agotado, y mi cuerpo pedía azúcar para recuperarse.
¿qué has hecho para cenar? –
Una tortilla de patatas, y jamón. Como a ti te gusta mi amo. – Me dijo con una sonrisa picarona guiñándome el ojo. Sólo llevaba el delantal puesto. Debajo llevaba un pequeño pijama de verano, con pantalón corto y camiseta holgada.
¡Muy bien, tengo hambre!
Nos sentamos a cenar viendo las noticias. Era más tarde de lo habitual, y los dos estábamos exhaustos. Nos fuimos a la cama sin decirnos más que “buenas noches, descansa”. Ya en la cama, solo, fui repasando mentalmente de nuevo todo lo sucedido esa tarde y noche. Era una locura. Había pillado a mi madre mintiéndome y yendo a un cine porno. Rebuscando en sus cajones encontré la caja de sus fantasías. En el cine comprobé que se entregaba a todo aquel que quisiera poseerla, menos a mí. Y para acabar conseguí que se entregara definitivamente a mí sin contemplaciones y con todas las consecuencias. Me vinieron a la mente imágenes de lo sucedido mezcladas con imágenes de mis más oscuros deseos que haría realidad con ella. Mi mente calenturienta y retorcida tenía sus planes.
Espero que os guste. Si es así enviadme un correo y sugerencias, así podré seguier el relato.
Gracias por leerlo!