Mas que una amiga
Una simple verdad...
Mas que amiga
¿Hace cuanto que nos conocemos? Años. ¿Hace cuanto que aparento indiferencia hacia ti? También años. Somos amigas hace cinco años y nunca te has dado cuenta de mis sentimientos por ti. Nos presento tu hermana, pero yo te conozco de antes, en la biblioteca. Siempre leyendo sentada en un rincón bajo la ventana que te daba la luz y un poco de privacidad. Lo se, porque al preguntar por mi libro favorito me decían: - La joven al final del pasillo lo tiene. Y siendo la única copia completa peleaba por el con la bibliotecaria. Así te conocí. Fui a hablar contigo, dispuesta a reñir contigo por el libro, pero al verte me paralice. Levantaste la mirada y me quede prendida de tus ojos sin poder articular una frase coherente entonces di media vuelta y me marche. Aquel día te vi por primera vez y, ya no pude dejar de mirarte.
Trataba de coincidir contigo cada vez que podía. Tú siempre estabas en el mismo rincón y yo no podía evitar mirar como tu cabello negro y liso caía por tu rostro dejándome un hueco para conocer tus ojos claros que se achinaban cada vez que estabas pensativa o cuando tenías una interrogante, tu frente se arrugaba mirando hacia el techo como enfadada. Al sonreír me ilumabas el día aun siendo lluvioso. Así fue que comencé a enamorarme de ti de una mujer.
Llovía el día que nos presentaron formalmente. Tu hermana, que es mi amiga, nos presento. Jamás se me paso por la mente que podías ser tú. Cuando te vi se me cayo el café en la entrepiernas de la impresión, pero no me importo demasiado. Te tenía enfrente de mí y me sonreías no me lo podía creer.
Con el tiempo nos conocimos mejor y nos llevábamos bien. Nos hicimos buenas amigas y pasábamos mucho tiempo juntas. Tiempo en cual te conocí mejor que tú misma y tú a mí, pero no lo suficiente, pues nunca deje que percibieras lo que sentía por ti así llego tu cumpleaños, llevábamos ya mas de un año conociéndonos.
El día de tu cumpleaños tu no estabas aquí, sino donde tus padres. No querías celebrar, pero igual al volver lo organice todo para la noche del mismo día. Llegaste a eso de las 10 de la noche. Al entrar todos dijeron: ¡¡¡Feliz Cumpleaños!!!... No decías nada. Pero luego un "gracias" salio de boca. Todo iba bien. Estabas contenta y alegre....Estabas preciosa. Y yo, yo no podía dejar de mirarte y desear besarte Se me volvió una meta para esa noche
Algunos estaban bailando y otros conversaban Tú te encaminabas hasta el final de la casa. La cocina. Te vi y te seguí con la intención de minimizar mi necesidad de ti al robándote un beso "No dudes y hazlo sin vacilar". Me dije dándome fuerzas.
Me encamine hacia ti sin más obstáculo que mi miedo. Iba llegando y de pronto se fue la luz. ¿No se porque? ni me interesaba. Era la oportunidad perfecta Y con la poca luz que iluminaba tu silueta. Te tome por el cuello con una mano y pose mis labios en los tuyos sin previo aviso Para mi sorpresa, tu boca estaba entre abierta, como esperando Me aferre a tu boca sin darme cuenta y te acerque lentamente hacia mí tomándote por la cintura. Tuve tus labios en mi boca por unos segundos o minutos, no lo se. Solo se que sentí tu respiración mezclarse con la mía me sentí en el cielo.
Al soltarte me perdí entre los demás y al instante volvió la luz. Me voltee a verte y tu cara de sorpresa me conmovió tan confusa. Todo un poema.
Nunca supiste que fui yo la que te dio el beso más increíble de tu vida. Eso fue lo que dijiste ¿no? Desde ese día no he vuelto a tener el valor de besarte ni confesarte mi amor por ti.
Hoy se cumplen dos años desde que me enamore de ti Dos semanas han pasado desde que te dije que ya no podía seguir siendo tu amiga ni mucho menos tu confidente (el escucharte contarme de tus amores y desamores era una verdadera tortura). Preguntaste: - ¿Por qué? Y te respondí: - ¿Acaso no lo sabes? No. Respondiste. Y luego se escapo de mis labios "te quiero". No dijiste nada. Me mirabas sorprendida y, sin saber que hacer, te bese. Sin preámbulos, sin dudar. Solo bese tus labios con amor y ternura. Con todo lo que tenía dentro. Como si mi vida dependiera de ello .
Al separarme de ti me miraste con una cara de atónito que jamás olvidare y yo sin mas me refugie entre mis rodillas y llore, llore hasta que mis ojos se secaron y mientras lo hacia te acercaste a mi abrazándome con una ternura que no he sentido nunca .levante mi vista sin mirarte. No me atrevía, pero te mire y en tus ojos no encontré reproche y desprecio. Tu mirada me trasmitía cariño y comprensión. Te acercaste más y me dijiste: - Me besas otra vez. Y yo, sin hacerme de rogar lo hice. Te bese otra vez y fue descaradamente superior al anterior. No lo podía creer. Tú me besabas y lo hacías tan bien que el corazón me empezó a dar saltos de alegría.
Estuvimos así, besándonos un tiempo haciendo que nuestro juego de labios y lenguas se volviera más apasionado y ardiente. Tú te ensañaste con mi cuello jugueteando con mi cabello mientras que con la otra mano acariciabas mi espalda. Yo me deleitaba en tus labios, los mordía y rozaba con tanta suavidad, de tal manera que tú no sintieras deseos de separarte de ellos jamás. Te tome por la cintura recostándote en el sofá y colocándome encima de ti empecé a besar tu cuello, el lóbulo de la oreja pasando por la comisura de tus labios escuchando en cada beso unos suspiros que me estremecían y me excitaban tanto, tanto, que fue inevitable sentir que me sucumbía en mi humedad resbale mis dedos por tu anatomía, rozando tus pechos, aventurándome a los que serian mi perdición: tus pezones. Despacio fui subiendo tu camiseta sin dejar de besarte, pero tú la querías ya lejos de tu piel, y levantaste los brazos para que te la quitara de una vez dejando a mi vista aquellos hermosos y rosaditos pechos que sin demora bese y acaricie no antes de quitarte el sostén. Te escuchaba suspirar de gusto mientras mordisqueaba tus pezones, que estaban duritos como piedras, me entretuve entre ellos por unos diez minutos y seguí mi recorrido hasta tu abdomen plano deleitándome en tu ombligo rozando con la yema de mis dedos tu entrepierna, (que debe estar mas que excitada). Te bajo el cierre de tus pantalones y bajándolos con pausa observo tus braguitas húmedas, me arrodillo ante ti y me seduce la imagen de tu piel semidesnuda, subo a tus labios y mordiéndolos primero te beso largamente, pero ahora con mas pasión y mas sensualidad que antes, me quería regodear en tus labios y en ti sin censura.
Comencé con un suave desliz de mis dedos entre tus muslos, sin rozar tu sexo, mientras seguía besándote sin descanso, luego me aventure en tu cuello bajando lentamente al nacimiento de tus pechos, que sensibles al contacto le robaban pequeños gemidos a tu boca. Así llegue a tu abdomen y explore sin demora tu ingle embriagándome con tu aroma de mujer haciendo de mis deseos por ti, un total descontrol en mi interior. Asome tiernamente mi nariz a tu sexo rozando tu palpitante clítoris. Tú gemías ya con desespero y me pedías que por favor no me detuviera Comencé a besar los labios de tu cuevita lentamente, regodeándome en cada lamida que te proporcionaba y después de darme por satisfecha empecé a acariciar con la punta de mi lengua tu clítoris que pedía a gritos ser mimado, al mismo tiempo introduje en ti dos deditos haciendo que gimieras mas fuerte todavía y, pausadamente empecé un mete y saca que te removía las entrañas y acompañándolos por un candenciero movimiento de tus caderas te retorcías de placer en el sofá acariciándote los pechos hasta que sin remedio sentí como comenzabas a arqueaste, y convulsionando entre gritos y gemidos estallaste en un orgasmo que te dejo sin respiración por unos segundos mientras seguías agitándote ya que yo continuaba besándote esa cuevita de placer que no dejaba de deleitarme.
Cuando lograste recuperarte un poco me tomaste con tus dos manos la cara y me acercaste a ti besándome tan rico que sentí mis piernas desvanecer ..con prisa comenzaste a despojarme de mi ropa sin pausar el descontrol de tus manos acariciando mi cuerpo. Te decidiste de mi camiseta, el pantalón voló hacia la mesa, y como mi sujetador te dejaba media imagen de mis pechos lo retiraste con suavidad al igual que mis bragas ya inundadas de mis jugos .te déjate caer encima de mi rozando tu piel con la mía, mimando mi piel en cada roce y beso, me estabas enloqueciendo por ti mas de lo que ya estaba. Te perdiste en mis pechos y te empeñaste en mis pezones hasta casi gastarlos, me tenias al borde de la locura cuando posaste tu mano en mi sexo que palpitaba sin descanso, lentamente comenzaste un masaje en mis labios vaginales de arriba hacia abajo tan placentero que no pude evitar dejar escapar un potente gritito de mis garganta mientras que con tu pulgar mimabas mi botoncito de placer anhelante de caricias. Te sentí descender por mi vientre hasta mi ombligo, me estremecí al verte posar tu lengua en mi clítoris hinchado, haciendo círculos con el y, enloqueciendo mi mente y mi cuerpo me penetraste con tus dedos removiéndolos dentro de mi, ¡uff! Eran mágicos aquellos deditos, me llenaron de sensaciones nuevas y electrizantes, todas desconocidas para mí. Mi explosión no se hizo esperar mas y me desboqué en un orgasmo tan fuerte que me creí desfallecer
Las dos acostadas de costado, una en frente a la otra. Mirándonos sin dejar de tocarnos ni de besarnos, te mire a los ojos te atraje hasta mí besándote con más dulzura aun, así como la primera vez, ahí con tu frente pegada a la mía te dije: - Te amo. Tú me miraste a los ojos y me confesaste: - Yo también te amo. Dicho eso te volví a besar invitándote a hacer mía otra vez.