Más que deseo

Es mi historia de como una fantasía se vuelve realidad al tener sexo en un sitio publico. fue una experiencia extremadamente excitante.. Asi que ven a excitarte.

MAS QUE DESEO

Hola. Para empezar, me quiero presentar. Mi nombre es Sandra, tengo 23 años y estudio comunicación social. Vivo en Medellín - Colombia, con mis papás, pero esto no impide que me pegue una escapadita de vez en cuando con alguno de mis amigos.

Soy una mujer de tez trigueña, mido 1,70, tengo cabello negro lacio hasta la cintura,  soy delgada y como buena latina, de caderas pronunciadas con glúteos orgullosamente bien parados. No considero que tenga busto grande, pues mi brasier es talla 32 b, tengo algo de cintura y mi abdomen es plano, modestamente tengo mis caderas lo suficientemente grandes como para recibir  bastantes elogios por ello. Me puedo dar el lujo de lucir mis piernas, me gustan mucho las faldas, vestidos, en fin.

Ya que me conocen un poco y tienen una idea de mí, comenzaré la historia que vine a contar. Se las quiero compartir ya que fue un momento de mucha excitación, cada que me acuerdo de este día me excito tanto que es casi inevitable que lleve mis mano a mi rosada vagina y me masturbe.

Mi amigo Eddie es un hombre, alto, fornido, con unos glúteos de campeonato y debo admitir que desde que lo conocí tuve sueños húmedos con él. Su cara es seductoramente hermosa y siempre pensé que nunca podría tener algo con él, por eso me conformé con masturbarme y soñar con que me tocaba y me abrazaba con esos largos, fuertes y grandes brazos que podrían dominarme con un solo empujón y de sólo pensar en esto, mi vagina se humedece.

Me gustaba sentarme junto a él y no entiendo por qué, pero su olor hacia encender aun más mi cuerpo, él me descontrolaba, soñaba con esos dedos recorriendo mi cuello, apartándome el cabello para poder besarme he ir bajando sus labios por mi columna, hasta llegar al final de mi espalda, mientras que con uno de sus brazos me rodeaba para que no pudiera alejarme de él, mientras con su otra mano recorre  mis piernas, subir por mis muslos y llegar a mi vagina…         …bueno, normalmente esos eran mis pensamientos,  cuando yo le hacia el amor en sueños a mi amigo.

Luego, un día me invita a salir como tantas veces, yo encantadísima busco mis pantis mas seductores (por si había suerte), mi falda mas encantadora y enloquecedora por supuesto,  y una blusa escogida estratégicamente para por fin obtener mi pedacito de cielo.  – Ahhh - por fin llega Eddie, saluda, nos vamos, no me quiere decir a donde, pero no me importa, llegamos a un parque ecológico llamado Piedras Blancas y me parece apropiado para mis planes, hablamos de mil cosas, tomamos vino, comemos, y entre charla y charla, yo trato de seducirlo aunque sin mucho éxito porque mis  nervios no me dejan ser encantadora (mala suerte).

Eddie decide que es mejor irnos a caminar y entramos a una especie de balcón, donde no hay mucha gente, así que casi que se me olvida que es un lugar publico.  Yo, voy detrás de Eddie pensando y planeando como hacer para que él me preste la atención que yo quiero y necesito. Pero, de repente él se queda callado, se da la vuelta, y yo lo miro confundida y finalmente él me besa; un beso tan indescriptible que me toma por sorpresa. Un beso, ese beso que me había imaginado varias veces y que era fuente de mis masturbaciones y que hacían que mis pantis se mojaran. Él sostiene mi cara entre sus manos sin parar de besarme.

Cuando por fin me funcionan los músculos y sin poderlo creer yo lo abrazo por el  cuello, nuestro beso se hace tan largo y tan intenso que produce gran excitación en mi, mientras tanto, siento como baja su mano por mi espalda hasta mi cintura y de un tirón me pega a él, yo trato de guardar la compostura, pero creo que no existía aquello en mí en ese momento. Mientras una de mis manos solo se pierde en su cabello, la otra se deslizaba por sobre su hombro hasta su pecho. Y cuando menos me lo esperé, él me aparto, me miró, yo estaba casi jadeando,  podía sentir mis labios hinchados por la excitación y a la espera de lo que iba a pasar. Eddie me vuelve a besar pero esta vez más apasionado, con una de sus manos me sujeta por la espalda y la otra acaricia uno de mis glúteos levantándome la falda sin ninguna dificultad. Nos seguimos besando el cuello,  por detrás de las orejas y cualquier lugar donde tuviéramos oportunidad.

Él empieza a jugar bajando su cara dándome besos por el lóbulo de mi oreja, sigue por el costado del cuello, entre la clavícula y parte de mi pecho, pero no hacia mis senos. Aunque a estas alturas ya están duros y con ganas de que me los toque, muerda y bese.  Y pienso: “ tócalos, bésalos, saboréalos y muérdelos”.

Pero mis manos ya no responden a los movimientos que realmente quiero, y se quedan jugando en su cabello y espalda y una que otra vez le cojo los glúteos y son tan duros y grandes como siempre lo soñé. Pero sin embargo, completamente rendida a sus encantos …  … y pensar que iba a ser yo la que dominara .. !JA¡

Nuestros cuerpos se separan unos segundos para recuperar el aliento. Pero casi inmediatamente sus labios se posan en mi piel una vez mas, que recorren el camino hasta mis senos, él los besa y mordisquea suavecito por encima de mi blusa, con esa facilidad, como si mi brasier fuera ultra-delgado pero yo podía notar mis pezones duros como una piedra bajo la tela y él encantado, pasa la mano los toca, besa y muerde (yo siento su tacto).

Sigue su viaje por mi abdomen y yo ahí parada controlando mi respiración, mientras siento como mis pantis se humedecen por mi lubricación. Sus manos ahora acariciaban mi pelvis, pero yo necesito que me toque mi rayita, trato de correr su mano pero no me hace caso, sus labios se detienen a jugar con mi ombligo y me mira maliciosamente pero sigue bajando hasta llegar a mi falda, observa mi ropa interior y me alza una pierna posándola sobre su hombro, mete sus labios entre mis piernas, me pasa su húmeda lengua encima de mis pantis mojados, siento el aliento tibio de su boca en mi rayita que hace que me humedezca más, así que trato de hacerme a un lado el panti pero no me lo permite. Mientras el me pasa toda la lengua por toda la rayita, me mordisquea y resulta muy excitante que me acaricie por encima, esa sensación de querer que me masturbe, pero que lo impida una tela.

Luego, sin previo aviso corrió el panti y por primera vez sentí como su lengua me lamia toda mi mojada rayita, probando mis jugos yo me pongo a mil y se me escapa un gemido al sentir su aliento cálido, sus manos que sostienen mis glúteos, su boca y su lengua totalmente traviesas me lamen y succionan mis labios, así que mis pantis dificultan el trabajo de Eddie, y le digo a él: “necesito demasiado que me quites toda la ropa”. Pues me estorba quiero sentir su piel rozando mis senos, sus manos tocándome todo lo que esté a su alcance, Pero Eddie quiere subir otra vez y su misión de darle placer a mi vagina se la deja a sus dedos, sube su dedo hasta mi clítoris y se devuelve hasta el huequito húmedo de mi vagina, este movimiento ocasiona en mí, pequeños movimientos involuntarios circulares de mi cadera.. ahhh que rico – pienso y trato de que, así sea por accidente meta la punta de sus dedos en mí. Me tiene enloquecida y yo trato de pararme lo mas abierta para dejarle espacio para que me toque.  y mientras siento sus dedos recorrerme por primera vez mi húmeda  vagina, siento como su mano me agarra mis senos, me baja la blusa y estos saltan Eddie corre la tela del brasier para dejar libre mi pezón. Y cuando siento su boca en mis senos y uno de sus dedos penetrándome suelto otro gemido- ahhhhg- y al casi involuntariamente suelto otro lo que me recuerda que debo agradecerle por todo este placer que me brinda y con una de mis manos recorro sus cuerpo hasta llegar  este deseado duro y rico bulto que esconde en sus pantalones, se me hace agua la boca, nunca había deseado tanto tener un miembro en mi boca, sentir  el olor, sentirlo entrar y salir de mi boca.

acaricio su miembro que presiento que no esta del todo duro así que muevo mi mano  no muy rápido de arriba abajo por encima de su pantalón; él se acerca un poco mas para darme mas comodidad pero no para su labor de masturbarme con sus dedos que ahora se mueven con mas fuerza y rapidez que casi hace que tenga un orgasmo y hace que me olvide un poco lo que estaba haciendo.

Pienso -Ahhh qué rico me hace y qué rico se siente este pene.

Yo casi a ciegas por la excitación trato de quitarle la camisa y aprovecho esta ocasión para recorrer con mis labios todo su pecho  hasta llegar a la correa del pantalón, lo desabrocho, le muerdo suavecito su miembro por encima de la ropa intima “que rico huele “ pienso. Le quito su pantalón y el me quita el brasier pero yo sigo  arrodillada y preparándome para darle besos a su hermoso pene. Un pene de tamaño normal, un pene grueso el cual ya imaginaba como seria metérmelo. Lamo varias veces ese rico pene desde la base hasta la punta sin olvidar a mis consentidas. Me meto uno a uno sus testículos succionándolos, lamo por detrás y por delante y luego inicié el "mete y saca" unas veces más profundo que otras pero siempre terminando en el glande con una succión mas fuerte lo que lo pone loco y trata que me lo trague más y más ayudándose con las manos, y el saber que lo esta disfrutando me excita así que me masturbo metiéndome dos dedos en mi húmeda y rosada vagina, mi labor de lamer el pene de Eddie se extendió hasta que él me paró para besarme y agarrarme fuertemente los senos, mientras sus manos van deslizando de mis pantis hacia mis tobillos. El empieza a bajar nuevamente sus labios a mi pelvis, pero esta vez sin ninguna tela que lo detenga, pasa su deliciosa lengua por la piel próxima a mi vagina y yo inconscientemente separo mis piernas para facilitarle su labor. Él que aun no quiere penetrarme la vagina, aunque con mis ojos frenéticos y perdidos se lo suplico, me enloquece jugando por los alrededores hasta que casi por sorpresa siento sus dedos otra vez tocándome y penetrándome con un dedo. ¡Qué delicia! y me muevo para sentirlo lo más que puedo, luego van dos dedos y su lengua que succionan mis jugos, saca sus dedos y en su lugar posa la lengua, la pasea por toda mi rayita y yo me muevo para sentirlo  le tomo la cabeza y casi sin querer lo presiono contra mí. Ya mis latidos de corazón están enloquecidos y le suplico: métemelo Eddie por favor, métemelo. Mientras me muevo frenéticamente,  pero él no tiene esos planes para mí al menos no aun, me da la vuelta y me lame la vagina desde atrás, me la chupa y me penetra con sus dedos, mis gemidos aumentan, me besa los glúteos, me muerde y me agarra los senos durísimo pero no me duele, me excita y yo le ayudo a apretar. Mis caderas se mueven frenéticamente.

Él se para y posa su pene en mi vagina pero no lo mete. Sólo lo recorre varias veces desde mi vagina hasta mi trasero, yo trato cada que pasa por el hueco de mi vagina en meterlo, aunque solo logro que penetre la puntita, se siente muy rico, pero quiero más y más.

Él me da la vuelta, me hace encaramar una pierna sobre el barandal del balcón, me sostiene con una de sus manos por mi cintura y comienza a pasarme su duro y formidable pene, desde mi ano hasta mi vagina y finalmente siento como suavemente me penetra. ¡que delicia! Hace que se me escape un gemido de placer y casi al mismo tiempo el me embiste mas duro.

Siento como el cuerpo de Eddie se vuelve complemento del mio y como mi vagina pide mas y mas de él, nuestros cuerpos de dejan llevar por el vaivén de nuestras caderas y nos vamos sumergiendo en el frenesí, casi olvidando en el sitio que estábamos, así que Eddie me recuerda que debo de hacer silencio y esto hace que me excite mas y me desespere por ganas de que me haga de todo lo que quiera hacerme. Yo me sostengo de las barandas, sierro mis ojos y me concentro en sentir como ese delicioso pene entra una y otra y otra vez en mi vagina, me dedico en sentir como su pelvis choca contra mis nalgas, como sus testículos de vez en cuando alcanzan a tocar mi clítoris y como su pene me hace sentir tal placer que hace que mi pierna tiembla.

La mano izquierda de Eddie se escurre con sigilo por mi brasier me toca los senos me aruña mi café y pequeño pezón (que resalta en mi piel blanca), que esta durísimo, me agarra todo mi seno y lo aprieta con tal fuerza que se me vuelve a escapar otro suspiro así que el vuelve a hacerlo. Mientras su mano traviesa se encarga de darle placer a mis senos, la mano que antes se posaba en mi cintura ahora se escurre hasta mi rayita, me toca mi endurecido clítoris y haciendo forma de círculos hace que mi vagina tiemble y que yo involuntariamente emita un gemido algo mas fuerte de lo normal.

Ya con mi mirada perdida por la excitación, Eddie me lo saca (yo mojada como nunca ) me hace sentar encima de las barandas del balcón con las piernas abiertas el me sostiene por la cintura y yo lo abrazo por el cuello. Vuelve a meterme su pene hasta el fondo pero esta vez sus embestidas son mas y mas frenéticas haciendo que me den unos pequeños choques eléctricos en mi cuerpo y con cada uno de eso mis gemidos de hacen mas y mas fuerte, así que él decide taparme la boca con la mano, mientras yo bajo mi mano y le agarro la nalga para ayudarle a que su labor sea taladrarme por dentro, me encanta sentir ese pene abriéndose paso a través de mi carne.

Me las ingenio para sacarme uno de mis senos para que Eddie pueda morderlo y yo pueda gemir y sentir mas placer. Ya que en este punto comenzaba a sentir que mi tan ansiado orgasmo se avecinaba.

De repente Eddie empezó a intensificar el ritmo de sus embestidas así mismo como la fuerza y yo sin poderlo evitar empecé a clavarle las uñas en las nalgas de mi verdugo, que placer tan infinito el que sentía que se me salían las lagrimas y aquí fue donde caí en cuenta que me estaba empezando a venir y como pude le dije “ me estoy viniendo ahhgg“ y el comenzó a gemir junto conmigo. Nos queríamos devorar, quería meterme dentro a todo Eddie quería que me taladrara y que me partiera en dos. De repente Eddie comenzó a decir “ que putita eres “ y como si hubiera encendido fuego en mi sentí una explosión mayor a la que estaba sintiendo. Ahhh que delicia de orgasmo.

Cuando hubo terminado nos quedamos moviéndonos con menor intensidad hasta que finalmente paramos para darnos cuenta que uno de los encargados de cuidar el parque se estaba masturbando con semejante escena, pero eso ya es otra historia que luego les contaré.