Mas que amigos (3)
Como veo que hay algunas sumisas que les gusta mi relato mando la continuación, pero después vosotras debéis contestarme, sino, no seguiré con este relato.
Más que amigos (3)
Como veo que hay algunas sumisas que les gusta mi relato mando la continuación, pero después vosotras debéis contestarme, sino, no seguiré con este relato.
A la mañana siguiente de esa primera noche que salimos, como "más que amigos" sobre las 12 del mediodía llame a su casa diciéndole que en media hora estaría en su casa, que la quería desnuda, arrodillada, y con el antifaz y las esposas colocadas como la noche anterior, y que se no me obedecía tendría que castigarla, primero antes de ir a su casa volví a visitar el sex-shop, y compré algunos utensilios nuevos, me dirigí hacia su casa, y allí la encontré como le había ordenado, sin hacer nada de ruido, entré y caminando llegué hasta quedar detrás de ella, sin que se lo esperase le di un pequeño azote en su hermoso culo, ella se asusto, quería moverse pero con una mano la sujete por el hombro, se veía asustada ya que me confesó horas mas tarde que por su mente se imaginó, durante ese tiempo de espera, que entrara alguien que no fuese yo, pero al no decir una sola palabra ella seguía asustada, y por primera vez, le acaricié sus pechos y se los pellizque hasta ver una evidente cara de dolor en ella, la solté y fui a cerrar la casa para evitar sorpresas que aún no deseaba, al estar todo cerrado y seguro de no tener imprevistos, volví hasta ella y con la palma de mi mano apreté fuerte uno de sus pechos, hasta que mis nudillos se volvieron blancos con la presión que ejercían, en ningún momento hizo el menor intento de retirarse hacia atrás, aceptando todo lo que yo le hacía, baje mi mano hasta llegar a su concha, noté que estaba excitadísima, parecía una fuente que no paraba de emanar flujos, ella empezó a mover su concha contra mi mano, acto que no acepté y con un cachete en su cara se lo hice saber, ella quedo inmóvil, y volví a restregar mi mano contra su vulva, ella hacía caras de sufrimiento, porque le estaba alternando caricias con pellizcos en esa zona, no le hice ningún dedo, pero ella estaba por terminar, me paré y esperé a que le bajase su excitación, deseaba que recordase este momento, que ella suplicase que le hiciera llegar al orgasmo, de mi bolsa saqué unas pequeñas pinzas y se las puse en uno de sus pezones, quería ver como reaccionaba al dolor, emitió algunos quejidos, y después resoplo, pero no me pidió que parase, se estaba convirtiendo en una gran sumisa y aguantaba el dolor, le puse otra en su otro pezón y lo mismo, resoplo y emitió quejidos .
Pero no me pidió que parase, ,le quite las esposas y el antifaz y ví por primera vez su mirada de agradecimiento, pidiéndome que siguiera, pero no ya era hora que empezara a preparar la comida, le ordene que se levantara y preparase la comida para 4 personas, sus ojos se abrieron como platos, me pregunto si esperábamos visita a lo cual yo no conteste, solo le dije, obedece, y ella se levanto se puso a preparar la comida para 4 personas, la deje con la intriga de que pasaría y quienes serían los invitados, me encantaba verla tan nerviosa, ver como caminaba como un pollo sin cabeza, de aquí a allí, y todo por las palabras que le dije, como ví que sufría mucho y confieso que empezaba a gustarme verla así, le dije que tenía que salir un momento que cuando terminara se colocase como esta mañana y con todo los utensilios perfectamente puestos, que yo cerraría la casa y me llevaría las llaves, al pasar una hora mas o menos, tiempo que creí suficiente para que hubiese terminado de preparar la comida me dirigí hacia su casa y haciendo mucho ruido a propósito abrí la puerta y allí estaba ella, me coloque en frente de ella y tiré un objeto detrás de ella y al oír el ruido, ella su puso muy inquieta porque sabía que yo estaba delante, y le extrañó oír ruido detrás, yo dejé que su mente le jugase la mala pasada de creer que no estaba solo, luego le dije:
-ahora te voy a quitar el antifaz y te llevaras una sorpresa, no muevas la cabeza hasta que yo te lo ordene, ¿de acuerdo?
-siii amo-
Era la primera vez que me hablaba en un tono de tanta sumisión y me encanto. Le quité el antifaz y su mirada buscaba quién estaba conmigo, hasta que le dije:
-tranquila pequeña estamos solos, solo quería ver tu reacción, para futuras acciones, y como veo que no te sentías muy a gusto es posible que algún día se comparta con alguien, y espero que no me defraudes, porque no me importaría lo mas mínimo castigarte con alguien delante, tu vergüenza y temor sería un castigo adicional, seguro que para mí sería muy divertido. Ahora levántate y ven
Cogí mi bolsa y saque un estuche alargado y al verlo ella se puso algo expectante a ver que era lo que sacaba de allí.
-abre las piernas que ahora te colocaré algo que llevarás todo el tiempo de la comida y hasta que te permita quitártelo-
No apartaba la mirada del estuche porque ya sabía lo que iba a pasar ahora, saque el contenido del estuche y después de acariciar un poco la vulva, hasta que ella estuvo muy lubricada, se lo fui introduciendo poco a poco, y no, no es un consolador como todas pensáis, eran unas bolas chinas, la primera le entro sin ningún problema, la segunda también entro fácilmente pero la tercera, noté un gesto que me hacía ver que esta no había entrado tan fácilmente, con la cuarta que ya tenía un tamaño considerable ya tuve que jugar un poco para que entrase, al entrar ella soltó un pequeño grito, y mirándome con cara de súplica, pidiéndome que no le entrara la última, pero no sirvió de nada su cara de compasión, se la entré y vi como dos lágrimas le brotaban de sus preciosos ojos, le hice caminar un poco y lo pasaba mal, créanme lo pasaba mal, le dí permiso para que se sentara y cuando estuvo sentada le dije:
-¿alguien tendrá que servir la comida no?
Al oír esto ella con cara de resignación se levanto y empezó a servir la comida, cuando la tuvo servida, me levante y cogí su plato colocandolo en el suelo le ordene que se colocara a cuatro patas y comiese en el suelo sin utilizar sus manos, la orden le impactó y tardo en reaccionar por lo que no dudé en darle un azote en su trasero y no espero en cumplir mi orden, era bonito verla comer en el suelo, mientras comía saque de mi bolsa un collar y una cadena y se lo coloqué en el cuello cosa que pude ver como intentaba no aceptar ese gesto de ponerle la correa, me enfadé mucho y se lo hice saber que por su rebeldía se había ganado un castigo y que no iba a ser muy agradable para ella, y que estaba un poco cansado de esos gestos de insubordinación, que a partir de ahora o cuidaba mas sus impulsos o tendría que tomar medidas mucho mas drásticas.
Tengo más entregas preparadas, pero depende de vosotras que las mande. Espero vuestros mails a mi dirección.