Mas que amigos 2

Segundo capitulo de la serie Mas Que Amigos, en este capitulo conoceremos a nuevos amigos de nuestro protagonista.

Llegue al edificio donde estaba el estudio que me habían comprado mis padres abrí la puerta y llame al ascensor, cuando bajo salió un hombre, ¡Dios que hombre! Era perfecto era alto un poquito más que yo, con un cuerpo trabajado de gimnasio pero sin exagerar, para mí era un Adonis. Lo deje salir del ascensor y que olor desprendía al pasar, me metí en el ascensor y me quede mirándolo que culo tenia, se cerraron las puertas y me quede embobado pensando en ese chavo. Entre al estudio y wouuu, no parecía a lo que vi cuando lo venimos a comprar, ya entendí los días que vino mi madre para terminar los tramites de la compra.

Era un estudio, bastante bien para una persona o para una pareja, entrabas y encuentras la cocina con la nevera de diseño retro SMEG que tanto me gusta de color rojo, una barra pequeña y todo equipada al fondo una pequeña sala con TV LED de 45 pulgadas y dos puf de esos de saco uno negro y otro rojo. En la pared del lado derecho habían dos puertas la primera al lado de la cocina, se encontraba el baño, de tres piezas: ducha, váter y lavabo, con un mueble espejo y otro mueble para guardar toallas y demás cosas, en la segunda puerta ya en la zona de la sala estaba la habitación, con cama de matrimonio en un lado una mesa de noche y al otro la cómoda, un armario de dos puertas y el escritorio. La neta mi madre se salió, cogi el móvil y la llame para agradecerle todo.

Después de una larga charla con mi madre, me fui a pasear por la zona, camine por la Calle Castillo, donde están todas las tiendas y fui a comer al McDonalds de Plaza Candelaria ya que me estaba muriendo de hambre y no tenía nada de comida en la casa, anotar en la agenda: hacer la compra, llegue al edificio y en mi planta encontré al papasito que vi cuando llegue hablando con un chico al lado de mi estudio, mirando de reojo abrí mi puerta y antes de entrar escuche como me llamaba.

-¡Ey!, Javier ¿verdad?- me dijo después de despedirse rápidamente del chico con quien hablaba.

-¿Si?-conteste extrañado que supiera mi nombre.

-Hola, soy Raúl, espero que te gustara como dejamos el estudio-dijo apoyado a la puerta con una sonrisa.

-Oh, sí quedo padrísimo- le dije mirándolo ya directo a los ojos.

-La verdad, que gracias a que tus padres me compraron este estudio puedo darle un poco de caché al edificio.

-¿Eres el dueño?

-No pero si llevo la planta 2 y 3, y estoy preparando en la azotea un lugar de zona común que está quedando muy bien.

-¿Qué bien?- le llegue a decir- ganaras dinero alquilando los estudios, están bastante bien.

-No me puedo quejar, ¿Quieres que te muestre como estoy dejando la azotea?

Ni me lo pensé, cerré la puerta y lo acompañe. Subimos a la azotea y la verdad que estaba muy bien currada, con una especie de terraza con sus mesas, dos barbacoas de obra, dos carpas con unos sillones de mimbre, zona de solárium y duchas.

-¿Qué te parece?-me dijo al terminar de enseñarme todo.

-Esta genial, la verdad te lo curraste.

-Bueno y en los sótanos esta la zona de lavandería y por esas escaleras esta mi piso.

¿Y por qué me ha dicho eso?, pensé.

-Si quieres entramos y te invito a un refresco.

-Oh, gracias-dije sin pensármelo dos veces.

La verdad es que me sentía bien estando con él, tenía algo que me hacía sentir bien y olvidarme de lo demás. Estuvimos como cuatro horas hablando mientras nos tomábamos una Coca-Cola acompañada de unas papas y cacahuetes, me conto como había conseguido tener las dos plantas del edifico, que quería conseguir la primera para tener todo el edificio, hablamos un poco de nosotros aunque él sabía bastante de mí, ya que ayudo a mi madre con la redecoración del estudio y a mi madre le encanta presumir de hijo, ya que soy el único y su consentido.

-La verdad que tu madre no paraba de hablar de ti, ¿eres hijo único?

-Sí, ¿se notó?, mi madre siempre hace lo mismo.

-Se nota que te quiere mucho.

Mire el móvil y tenía tres llamadas de Pablo y un mensaje multimedia de Ana, mi vecina y mejor amiga, y vi la hora que era.

-¡Joder!, que rápido pasa el tiempo, ¡Mira qué hora es!-dije al ver que eras las 21:40

-Bueno, cuando se está en buena compañía el tiempo pasa volando, o eso dicen.

-Me voy- le dije dándole la mano-gracias y ya nos veremos.

-Cuando quieras, para cualquier cosa, ya sabes donde vivo- me dijo apretándome la mano.

Me acompaño hasta la azotea y se quedó ordenando las mesas que alguien habría usado y no coloco. Baje a mi piso y entre a mi casa, me extrañaba las llamadas de Pablo, nunca lo hacía ya que no suele tener saldo. Llame primero a Ana.

-Hola Javi, ¿vistes mi mensaje?

-No Churri, ¿es importante?

-¡Que si es importante!, es de “tu novio”-dijo tu novio de un forma como para recalcar esa palabra-poniéndote los cuernos y ya sabes que no es la primera vez.

-Otra vez con esas, él me quiere-le dije un poco enfadado, ya que no era la primera vez que me lo decía y sabia que Pablo no era santo de su devoción- no es la primera vez que me sales con esas.

-Pero esta vez te mando pruebas y es con el mismo chico de las otras veces.

Me quede pensando, un mensaje multimedia donde estaba la prueba de los cuernos y llamadas de Pablo, cosa que hace cuando es importante, y esto para él lo era.

-Javi, ¿estás?

-Sí, Ana te llamo luego voy a ver el mensaje, un beso.

Colgué y abrí el mensaje, allí estaba Pablo comiéndole la boca a el Jhony, su mejor amigo del barrio. No sé porque nunca sospeche, pero claro nunca sospecharía que El Jhony fuera gay, cogí el móvil y llame a Pablo.

-Nen, por fin me respondes-me dijo apurado-no creas nada de lo que te cuente Ana-hablaba rápido sin dejarme hablar a mí- me vio con Er Jhony en plan vacilón y se pensó que estábamos haciendo algo- hablaba rápido y casi sin respirar-tu sabes que te quiero mazo y te echo un montonazo de menos.

-¡Pablo!-le dije para que parara de hablar y se cayó-tú sabes que no es la primera vez que me lo ha dicho y nunca le creí.

-Por eso.

-Pero esta vez es diferente-hice una pausa pensando bien lo que iba a hacer- esta vez es con pruebas y me supongo que las otras veces también serían verdad-Pablo hizo un ademan para hablar pero le corte-no me vuelvas a llamar y no quiero saber nada de ti- y colgué.

Como sabía que me llamaría y me atosigaría, añadí su número de fijo y el de móvil a lista de rechazados para no recibir sus llamadas y en el wassap lo bloquee. Llame a Ana, sabía que el hablar con ella me consolaría, me disculpe con ella por todas esas veces que me advirtió y pasé de ella, las veces que me enfade con ella por lo mismo. Después de hablar con ella, subí a la azotea, me puse en una hamaca a contemplar las estrellas, por el día había calor, iba con unos piratas vaqueros y camiseta, pero la noche estaba fresca. Tenía los ojos llorosos pensando en lo tonto que había sido, de las veces que me enfrente a amigos que me avisaban de cómo era Pablo e ignore, así que era un cornudo.

-¿Estas bien?-era Raúl- escuche la puerta de la azotea y me extraño, nadie sube de noche.

-Perdona si te desperté-dije secándome las lágrimas.

-No, para nada-me dijo sentándose a mi lado-¿Qué te pasa?

-Nada he recibido una noticia que me ha sentido como jarro de agua fría.

-¿Mala?

-Aún analizo si es mala o buena-le dije soltando un risita, estar a su lado se veía todo mejor.

-Bueno por lo menos has sonreído, algo es algo-dijo con una sonrisa.

Tal vez me estaba precipitando, sé que no soy muy lanzado pero tenía un buen presentimiento con Raúl, era gay y mi madre seguro que le diría que yo lo era, por eso atacaba tan directamente.

-Creo que me decidí que es una buena noticia-le dije sonriendo.

Me quede un rato más arriba hablando con Raúl y baje al estudio. Por la mañana temprano llame a mi casa para hablar con mi madre.

-Familia Montesdeoca, ¿buenas noches?-respondió Alicia, la ama de llaves de la casa.

-Hola Alicia, soy Javi.

-Hola señorito, ¿Cómo estás?

-Bien Alicia, ¿está mi mamá?

-Si señorito, ahora mismo se la paso.

-Javi, mi amor, ¿Qué tal?

-Bien mamá, oye, ¿Ana te ha comentado algo?

-¿Sobre tu ex Pablo?, sí, ya me lo conto- me dijo en tono burlón-espero que esta vez, que te dio pruebas hayas hecho lo correcto.

-Por eso te llamo, como has dicho ya es mi ex.

Pasaron los días, ya habían empezado las clases y tenía ya un grupo de amigos con los que había congeniado, me apunte a un gimnasio cerca del edificio donde vivo y gimnasio que comparto con Raúl, y todas las noches después del gimnasio subo a la azotea con Raúl para charlar. Estaba feliz, me despertaba temprano me tomaba mi café y salía a correr un poco, llegaba desayunaba y me iba a clases, comía en la facultad casi siempre, llegaba a casa hacia algo y al gimnasio con Raúl, me solía duchar allí después íbamos a la azotea para charlar, la verdad que Raúl y yo nos llevábamos bastante bien.

Últimamente iba a correr al parque García Sanabria donde hacia algo de estiramiento y donde los últimos días había coincidido con un chico de mi edad que también salía a correr y nos estábamos conociendo, se llamaba Julio tenía 18 años con buen cuerpo, rubio de ojos azules y muy guapo, tenía cara de niño y una mirada picara.

-Nos vemos mañana-me dijo Julio.

-Hasta mañana-conteste.

Fui corriendo a casa para cambiarme e ir a clases. Ya en la facultad, en la cafetería, me encontré a dos de mis amigos José y Miguel. José es alto casi como yo, rubio oscuro, ojos color miel y siempre luce una barba de tres días bien cuidada, lo que más me llama la atención son sus labios carnosos y su cuerpo cuidado ya que jugaba en un equipo de fútbol, miguel era bajito con buen cuerpo pues jugaba también a fútbol, tenía el pelo negro siempre bien peinado, ojos negros y piel morena.

-Ey, que tal-dije sentándome en la mesa junto a ellos.

-Bien aquí esperando a Esther-dijo Miguel, Esther es también del grupo, es alta guapa y simpática, tiene el pelo rojo y un look roquero y a la vez pijo que la hace destacar, tenía a muchos chicos detrás de ella, pero ella solo tiene ojos para José cosa que parecía no ser mutuo.

La esperamos y como siempre llegaba tarde, fuimos a clases y después volvimos a la cafetería para comer.

-Chicos, me invitaron este sábado para ir al Papagayo Beach Club-dijo con voz de pija-a una fiesta y tengo 5 entradas, ¿se apuntan?-dijo Esther mientras buscábamos una mesa libre.

¿Qué es el Papagayo Beach Club?-dije yo imitandola.

-Es la discoteca más pija y más grande que hay en Tenerife-me respondió José.

-Yo no puedo juego el domingo temprano-dijo Miguel

-Conmigo cuenta-respondí yo.

-Yo me apunto-dijo José.

-Me faltan dos entradas ¿si conocéis a alguien?

-Yo sí, te lo confirmo esta tarde-le dije pensando en Raúl.

Despues de comer y de charleta con mis amigos habían dos entradas que una iba a ser para Raúl si quería venirse y otra que estaba en el aire. Fui directamente a ver a Raúl a su casa, te toque a la puerta y me abrió, estaba en bóxer y camiseta, se veía muy sexy.

-Hola Javi, pasa- me invito a entrar-¿pasa algo?

-No, solo quería ver si querias venirte conmigo y unos amigos al Papagayo Beach Club

-¿Cuándo?

-Este sábado.

-Ufff, este sábado no puedo-me dijo con cara de “joder con las ganas que tengo de ir”-viene mi novia de finde.

¿Novia?, esa palabra me cayó como agua fría, mis esperanzas en él se me fueron volando, tenía mis dudas si era o no era gay, pero con lo bien que estábamos y la unión que teníamos mis esperanzas se esfumaron, él solo era amable y me veía como un buen amigo.

-Puede venirse si quieres-dije ya que quería que viniese-queda otra entrada.

-¿En serio?-dijo con cara de felicidad- es que desde que abrieron he tenido un monton de ganas de ir.

-Hago una llamada a ver si aún está libre y ya.

Y asi hice, llame a Esther y la entrada seria para Susana, la novia de Raúl. Pasaron los días hasta que llego el viernes y después de mi rutina: Levantarme, café, ir a correr con Julio, voy a casa, me ducho, desayuno, voy a clases, almuerzo en la cafetería con los chicos, voy a casa, veo la tele, gimnasio, charla con Raúl y a dormir, rutina total, pero llego el viernes y los viernes no comía en la cafetería sino en casa. Estaba preparándome unos macarrones con tomate cuando me llamaron al móvil.

-¿Si?- dije sin mirar quien era.

-Javi, soy Raúl, ¿estas ocupado?

-No, haciendo algo de comer, ¿por?

-Era para ver si me acompañas al aeropuerto a recoger a Susana-me pregunto.

-¿Ya?- dije mirando con tristeza a mis macarrones aun sin terminar.

-En una hora salgo-me dijo, yo me sentí mejor porque si me comería mis macarrones.

-Ok, en una hora nos vemos.

-Te paso a buscar.

-Venga, hasta ahora-dije y seguí preparando mis macarrones.

Me dio tiempo de comer y darme una dicha rápida, me puse unos jeans pitillos y un camiseta de Desigual ajustadita para presumir un poco lo hecho en el gimnasio y unos tenis, así como de vestir Diesel que me había comprado el finde pasado. Raúl me paso a buscar y fuimos en su coche al aeropuerto norte a buscar a Susana. Ella estudia en la universidad de Granada, se mudó allá por motivos familiares y llevaban un año separados aunque ella venía a menudo gracias al low cost de Ryanair, yo me la imaginaba versión femenina de Raúl, una modelo: alta, esbelta, guapísima y aunque guapa es esta entradita en carnes, no gorda pero tiposa, eso si, es simpática e irradia buen rollo. Cuando nos presentó Raúl, ella me trato como si nos conociéramos de toda la vida.

-Que guapo que eres- me dijo después de darme dos besos- Raúl me ha hablado muchísimo de ti.

-¿Si?-pregunte mirando a Raúl-espero que cosas buenas.

Nos fuimos a una cafetería para que comiera algo, ya que no había comido, salió de clases y fue directa al aeropuerto, se pidió un plato del día, Raúl y yo la acompañamos con un refresco, y descubrí que pensaba Raúl antes de conocerme: “un niño rico y mimado, niño de mamá” eso es lo que le había contado a Susana en verano cuando mi madre compro el estudio, “pero se ve que te quiere un montón, no para de decir lo genial que eres y lo bien que está contigo” opinión que tenia de mi después de conocerme mejor, pues parece que yo era tema de conversación entre ellos últimamente.

Cuando llegamos al edificio me fui a mi casa y los deje solo aunque insistieron a que subiera pero habíamos quedado por la noche a tomarnos unas cañas por ahí, y aproveche para invitar a Esther y a José para que se conocieran y que mañana no hubiera tanto distanciamiento, aunque por parte de Esther no lo iba a tener aunque José si era un poco peculiar en este aspecto. Esther vivía en La Laguna así que sin insistir se animó, José vivía en Güimar, “Tío, joder, es que coger el coche para ir hasta allá para no beber porque tengo que conducir para venir de nuevo” fuero sus palabras, al final lo convencí dejándole quedarse en mi casa.

Quedamos a las 21:00 para cenar algo primero, eran las 20:00 cuando me estaba duchando y tocaron el telefonillo, salí de la ducha y era José, le abrí y le deje la puerta del estudio abierta para que entrara.

-Estoy en la ducha-le dije al escuchar que se cerró la puerta del piso.

-Ok, pongo mis cosas en el dormitorio-me dijo abriendo un poco la puerta para que le escuchara-

-Ok, ponte cómodo ya salgo.

Salí con la toalla enredada en la cintura para irme a cambiar a mi cuarto.

-Joder que cuerpazo escondes bajo la ropa-me dijo José al verme.

-Nen, ya ves las horas del gym ya se notan- dije vacilando de mis abdominales ya bastante marcados.

Me vestí rápido para no hacerle esperar, unos chinos verde oscuro, una camiseta blanca de Springfield con unos dibujos de colores y unos zapatos deportivos Lacoste, me peine rapidillo y ya estaba listo, salí a la sala y me puse a charlar con José cuando recibí un wassap de Esther que ya estaba subiendo asi que le abrí la puerta.

-Hola amor-me saludo dándome dos besos-hola José, que guapo-dijo acercándose a él y dándole dos besos, eso si muy cerca de sus labios y con una mano casi tocándole el culo.

Estuvimos hablando un rato cuando Raúl me mando un wassap para vernos en el rellano de la escalera, que ya iban a salir, pues dicho nos fuimos a encontrar con él y Susana, allí hice las presentaciones y fuimos a los 100 montaditos de Plaza Candelaria a comer algo, la verdad que no me imaginaba el buen rollo que hubo, parecíamos amigos de toda la vida, Susana y Esther no paraban de hablar, eso sí, sin llegar a desconectar de nosotros y, José y Raúl congeniaron bastante bien. Después  de comer nos fuimos a un pub a tomarnos unas copas y no muy tarde nos volvimos a casa, Esther cogió el tranvía en el rellano nos despedimos José y yo de Susana y Raúl.

-Que buen rollo con Susana, se le nota que se le ha pegado lo andaluz, ¿no?-me dijo José entrando al piso.

-Sí, es majísima.

Entramos a la habitación y saque dos edredones y unas mantas y las prepare a modo de cama, al ver que sacaba todo eso José se extrañó.

-Vale que por las noches refresca pero no exageres-dijo desnudándose.

-Es para hacer una cama para mí, tú te quedas en la cama y yo en el suelo-dije acolchando el suelo con los edredones.

-No seas gilipollas, que la cama es de matrimonio y cabemos los dos perfectamente – me dijo destrozando mi intento de cama.

Me alivie al saber que dormiría cómodamente en mi cama, pero me daba un poco de palo dormir con José, él sabía que era gay y yo, no sé, al estar tan cerca de él tenía un poco de miedo hacer algo inapropiado. José se quedo en bóxer, unos Calvin negros con un bulto considerable y se acostó tapándose con la sabana.

-¿Qué no te vienes a dormir?-me dijo al verme que no reaccionaba.

-Si-vine en mí después de verle casi desnudo, cosa que no había hecho nunca-pero voy al baño un momento.

En el baño me lave la cara con agua fría, me mire en el espejo y pensé para mi “Respira hondo, no va a pasar nada, sabemos que estas a tres velas desde semanas, pero puedes aguantarte”, me quite la ropa allí mismo y antes de salir me hice una buena paja para al menos estar menos cachondo. Entre al cuarto y estaba con su móvil, jugando al apalabrados. Me metí al otro lado de la cama y sin querer roce mi cuerpo con el suyo y ese roce hizo que se me pusiera morcillona, así que no me imaginaba la noche que iba a pasar teniéndolo a centímetros de mí.

-Venga, vamos a dormir, que me muero de sueño-dije dándole la espalda, para que no se diera cuenta de mi excitación.

-Ok,- apago el móvil y yo apague la luz.

Se  viro dándome la espalda también y al hacer eso, su culo y mi culo se tocaron.

-Que sepas que me muevo mucho mientras duermo- me advirtió.

-Yo también.-le dije.

-Buenas noches- dijo bostezando.

-Igualmente-dije yo casi sin fuerzas, al terminar ya lo escuchaba respirar, ya se había dormido.

CONTINUARÁ…

Espero os haya gustado, espero comentarios, buenos y malos serán bien recibidos.