Mas que amigos 1

Este relato va a ser una serie, en este primer capitulo conoceremos a una pareja, Javier y Pablo, y como el primero se va a estudiar lejos de su novio.

CAPITULO 1

-Claro que te voy a echar de menos-dije mirándole a los ojos-y nos veremos pronto, siempre que haya puente o vacaciones vendré.

-¿Me lo prometes?-dijo mi novio con lágrimas en los ojos.

-Te lo prometo.

Y nos besamos apasionadamente.

Bueno, antes de comenzar me voy a presentar, me llamo Javier, tengo 18 años y aunque soy Mexicano llevo viviendo en Madrid desde los 8 años, así que me considero Madrileño: tengo el pelo negro ceniza, ojos verdes, tengo la piel bronceada como si estuviera siempre en la playa, mis compañeros del instituto me decían el galán ya que parecía un galán de telenovelas, soy gay y todo mi entorno lo sabe aunque no se me nota nada. Mi novio desde hace dos años se llama Pablo tiene 20 años y es un chavo repetidor pero que quiere estudiar para salir del barrio de donde es, como repitió no puede ir a la universidad así que se queda estudiando en Madrid: él es un poco kinki pero más bien de apariencia porque es todo lo que una chica o chico quiere cerca, él es de tez blanca pelo rapado y le gusta vestir de chándal y ojos negro. Pues yo me iba a estudiar en la Universidad de La Laguna en Tenerife para alejarme un poco de la situación que estaba viviendo, me llevaba bien con mis padres pero ellos estaban en pleitos pues se querían divorciar, pues mi madre pillo a mi padre liándose con su secretaria, ya veis como en las telenovelas ¿será la sangre mexicana?, pues estaban todo el día discutiendo y por eso mismo me quería alejar, al menos un año o eso pensaba yo.

-Ya, ya… mejor vámonos que nos van a echar por escándalo sexual o público- le dije a Pablo al darme cuenta que los clientes del restaurante donde estábamos cenando ya nos estaban mirando.

-Mmmmm… no quiero separarme de ti-

-Disculpen, he de pedirles que abonen su cuenta y abandonen el restaurante- nos dijo un camarero.

-Relájate- dije mirando a Pablo, pues con el carácter que se gastaba sabía que iba a montar algún pollo al camarero.-Ok, discúlpenos, ya voy a pagar- dije al camarero y se fue.

-Joder, seguro que nos quiere echar porque se estaba poniendo cachondo- me dijo Pablo hablando en alto y medio cabreado.

-Amor…, relájate-dije acariciándole su linda cara-espérame fuera voy a pagar y salgo.

Pague y me encontré con Pablo y nos fuimos a mi casa, entramos y nos fuimos a mi habitación y nos sentamos en mi cama, nos besábamos y nos fuimos desnudando hasta estar totalmente desnudos e hicimos en amor toda la noche, ya que esa era la última noche que íbamos a estar juntos, pues por la mañana cogía el primer vuelo a Tenerife. Fue el mejor sexo que habíamos tenido en dos años que llevamos juntos, pero era normal si íbamos a estar en sequia durante meses, hasta que volviese a Madrid por vacaciones. Sentir sus labios recorriendo mi cuerpo, sentir su cuerpo pegado al mío, su calor, su aroma, sentirlo dentro de mí hasta que nos corrimos y nos dejamos dormir abrazados.

Toc, toc, toc…-escuche la puerta, era mi madre, siempre daba tres golpe a la puerta y entraba-hijo levanta que- al acercarse a la cama se dio cuenta que estaba Pablo-Hola Pablo, veo que habéis dormido poco.

-Hola suegra- dijo Pablo tapándose con la sabana, ya que en pleno verano estábamos en cueros.

-Hijo mira la hora que es, y tu padre quiere despedirse de ti antes de irse al trabajo.

-¿Aún no se ha ido?-dije, ya tapado con la sabana y estirándome.

-No, esta abajo desayunando mientras habla con la golfa esa.

-Mamá supéralo ya, por esto es por lo que me quiero ir, después de tres años creo que deberías superarlo o no se vivir ya en casas diferentes, no sé porque aún viven juntos.

-La verdad que eso es un poco raro-dijo Pablo dándome la razón.

-Por ti hijo, y venga que se te escapa el vuelo.-y salió de la habitación.

-No te vallas, aun estas a tiempo de quedarte aquí conmigo- me dijo Pablo mientras me besaba.

-Amor… ya lo hemos hablado, solo será un año para ver si mi familia se aclaran de una vez, tú mismo lo has dicho es raro que mis padres estén divorciados y vivan juntos, que estén siempre discutiendo y cuando menos me lo espero los encuentre de lo más apasionados besándose, me voy a volver loco- le volví a explicar- lo necesito-le bese.

Pablo se vistió con su ropa y yo me puse unos bóxers y una camiseta de tirantes y bajamos a desayunar y nos encontramos a mi padre con el móvil.

-Si te recojo en una hora, así que no tardes-hablaba con el móvil y al verme-cariño te dejo que voy a despedir a mi hijo… si… se los daré… un beso-colgó –Que lo pases bien de parte de Helena, cree que vas a Tenerife de vacaciones.

-Dale las gracias y repítele que voy a estudiar-le conteste dándole un beso de buenos días.

-Hola Pablo-saludo a mi chico.

-Hola Jefe-contesto Pablo.

-Bueno hijo, estudia y pásalo bien y cualquier cosa ya sabes-dijo mi padre- tu madre y yo te vamos a echar muchísimo de menos.

-Y yo a ustedes también-dije aguantándome las lágrimas, odio las despedidas.

-Quería tomarme la mañana libre pero me fue imposible-y me dio un beso en la mejilla-pero en cuanto tenga unos días tu madre y yo iremos a visitarte-cogió el maletín y me dio un abrazo- Cuídate y ya sabes cualquier cosa llámanos.

-Ok papá, te quiero- le dije

-Y yo a ti hijo-me dio otro beso se terminó el café  se despidió de nuevo

-Adiós hijo, adiós Pablo.

-Adiós jefe.-se despidió Pablo.

-¿Por qué le dices jefe?-le dije cogiendo una galleta para comer

-¿No se?, suegro no le pega.

Nos reímos. Desayunamos y subimos a mi dormitorio para bajar mis cosas, solo llevaba una maleta con ropa y poco más, pues durante los meses de verano había ido con mis padre para llevar todo al estudio que me compraron, un estudio que usaría un año y que después lo alquilaríamos para estudiantes pues estaba cerca del tranvía que nos acercaba a la Universidad. Después de que Pablo me pidiera por enésima vez que no me fuera y de despedirme me subí al coche de mi madre y mientras me alejaba escuche gritar a Pablo “No me olvides” mire en el retrovisor y lo vi, se le veía triste y desolado pues estos dos años juntos habían sido los mejores de mi vida pero necesitaba hacer esto para desconectar de mi familia. ¿Por qué no nos acompañó al aeropuerto? Porque mi madre después de dejarme se iba al gimnasio a verse con su amigo-novio-amante o yo que sé, por eso también me quería alejar de Madrid, un chaval de 20 años que se aprovechaba de mi madre y su dinero. Puse la radio y sonaba Cometas por el cielo de La Oreja de Van Gogh, mientras mi madre me taladraba la cabeza con cosas de madre, que si tenga fundamento, que me porte bien, que estudie, que cierre la puerta del estudio con llave cuando salga, que tenga cuidado por las noches y bla, bla, bla. Y ya en el aeropuerto más de los mismo.

-Hijo cuando subas a Santa Cruz, nada de autobuses te coges un taxi-

-Mamá, se le dice guaguas y voy a cogerla no voy a pagar unos 80 euros de taxi si en guagua llego bien.

-Y como sabes cual coger, mejor sube en taxi, te puse en la cartera 500 euros.

-Mamá, ¿para qué?- aunque en mis adentros estaba dándole las gracias por ese dinero extra, me hice el ofendido-con los 1000 euros mensuales tengo, solo tengo que pagar el agua, la luz y la comida-saque la cartera para hacer que le devolvía el dinero-y poco más.

-Da igual hijo, quédatelos, de todas formas le dije a tu padre que al menos estos primeros meses te pase un dinero extra para que te compres el material que necesites y los libros.

Después de despedirnos y pasar mi equipaje ya estaba en el avión, rumbo a Tenerife. El vuelo fue tranquilo y ya estaba en el Aeropuerto Reina Sofía, en el sur de la isla. Fui a un estanco y compre un BonoBus.

-¿De 12 o de 30?- me dijo el señor al otro lado de la barra.

-De 12, perdone ¿me podría decir dónde coger la línea 111 dirección a Santa Cruz?

-Si, ¿ves esa puerta? Sales y a la derecha está la parada.

-Muchas gracias, ¿Cuánto es?

-Doce euros- le di el dinero y me fui a donde me indico.

Salí y la guagua ya estaba allí, puse mi maleta en el maletero de la guagua y subí, estaba llena, me senté en el primer asiento que encontré libre, al lado de un chico, bastante guapo que escuchaba música. Estaba cansado ya que no había dormido mucho ni siquiera en el avión. El viaje se me paso lento y pesado, y a cada rato el chico que estaba a mi lado me rozaba con su mano el muslo y me pedía perdón, no es que me molestara pero se le notaba que lo hacía a posta. Llegamos al intercambiador y antes de irme a mi casa, porque durante un año sería mi casa fui al baño a mear. Cuando entre al baño había solo una persona meando, me puse a un orinal después que el, puse mi maleta a un lado y me saque la polla para mear, mire a un lado y me di cuenta que esa persona era el chaval de la guagua y me estaba mirando, me sonrió y se separó del orinal mostrándome su polla. No sabía que hacer, me había excitado durante el viaje con sus roces y él que estaba buenísimo, pero yo tenía novio así que termine de mear cogí mi maleta y me fui a coger el tranvía.

Entre en el tranvía, fiche con el Bono y me senté, faltaba tres minutos para que saliera, me puse los casco y puse el reproductor de música del móvil y le mande un wassap a Pablo “Te hecho de menos” cuando alguien me quita el casco del lado izquierdo.

-Hola guapo-

No me lo podía creer el chico de la guagua, el que en el baño me enseño su polla estaba hablándome, como si nada.

-Hola- le dije poniéndome otra vez el casco en la oreja, tengo novio, tengo novio, me repetía a mi mismo.

-No te voy a comer, si tu no quieres- me dijo quitándome otra vez el casco.

-Perdón, es que soy un poco timido- le respondi

-No te preocupes, no eres de aquí, ¿no?

-No soy mexicano, aunque vivo en Madrid- estaba nervioso y sentía como me sudaban las manos- bueno ahora vivo aquí en Tenerife.

El tranvía ya había salido del intercambiador.

-Mexicano, me encanta todo de México-dijo con una sonrisa pícara.

-Ok-le respondí y mire mi móvil porque recibí un wassap “y yo a ti desde el primer segundo que te fuiste con tu madre, voy hacer todo lo posible para conseguir dinero para ir a verte. TQM” recibí la respuesta de Pablo.

Ya llegaba el tranvía a mi parada me dispuse a levantarme cuando el muchacho me cogió de la mano y me escribió algo.

-Me llamo Adrián, llámame.

Salí del tranvía y mire mi mano y había escrito su número de teléfono.

CONTINUARÁ...