Más que amigas, amantes

Mi mejor amiga Veronika y yo, mas que mejores amiga somos novias y muy buenas amantes.

Hola mi nombre es Tatiana y les contare como mi mejor amiga  Verónica y yo mas que mejores amigas y novias nos volvimos amantes, por que nos amamos.

Una noche mientras charlaba por teléfono con mí mejor amiga Verónica, como era nuestra costumbre diaria. Entre una cosa y otra, esta me dijo que estaba muy aburrida, que por qué no hacíamos algo diferente a lo de siempre. Sugirió hacer algo loco como meternos a un video Chat porno que ella conocía. Me pidió que fura a su casa pues Ella estuviera allí, Acababa de llegar de su trabajo. Al principio me negué, se puede decir que hasta dude de ir, pues tenía muchas cosas pendientes para hacer. De todos modos insistió y al rato logró convencerme.

Les voy a describir a Verónica. Ella es delgada, de piel morena y ojos negros grandes y expresivos, un poco mas bajita que yo,  no es la mujer mas hermosa del mundo, pero eso si es súper picara, eso si, es la típica chica que todos quieren con ella, pero a ninguno les hace caso y nunca he entendido porque. Yo, por el contrario soy de complexión mas gruesa, algo más alta, morena como ella y utilizo anteojos, se podría decir que un poco mas simple que ella.

Acabando de llegar a su casa, nos sentamos frente al computador y nos metimos al video Chat que tanto menciono, comenzamos a conversar con alguno que otro chico, pero ninguno logro captar nuestra atención mas allá de un mar de risas y burlas, a pesar de las conversaciones subidas de tono, por lo que rápidamente perdimos el interés y desdimos salir del video Chat.

Entonces comenzamos una conversación acerca de sexo por que es el tema del que mas nos gusta hablar. Y se fue calentando la cosa. Entre cuentos de fantasías y cosas que hemos hecho obvio cada una x su lado. Aclarando, tanto a ella como a mí nos gustan los hombres, pero Verónica nunca ha descartado la posibilidad de estar con una mujer y me lo ha dicho abiertamentamente en repetidas ocasiones. Contrario a mi ella ha tenido experiencias con hombres, ha estado con varios y ha hecho prácticamente de todo lo que se le ha ocurrió. Yo nunca he estado con un hombre íntimamente y con una mujer mucho menos y la idea nunca me ha pasado por la cabeza, mas bien me dedico a preguntarme como puede estar una mujer con otra y que hacen.

En medio de la conversación salia a relucir el hecho de que a veces no podemos estar una separada de la otra y que siempre andamos pegadas sin explicación alguna. Verónica se quedo mirándome fijamente a los ojos y me dijo: “ que pasaría si te beso? A lo que le conteste que sabría contestarle. Se acerco lentamente hasta el punto en que sus labios tocaban los míos. Me quede fría y no supe si moverme y besarla. Sentía su aliento en mi boca y sus labios rozando los míos mientras me decía: ''Esto… En realidad... hace mucho tiempo que deseo hacer esto...'' y me beso en los labios como nunca nadie lo había hecho. Sentí la pasión con la que me besaba y rodeaba mi boca con su lengua y esperó una respuesta. Pero esa respuesta no llegaba. Entonces se comenzó a poner nerviosa al ver que me quede en shock. No podía articular palabra alguna. Mi mejor amiga acaba de besarme ¡!! No lo podría creer, me quede de una pieza sin saber si moverme, golpearla o besarla yo a ella. Después de un largo rato en que nos quedamos ambas en silencio me dijo: ''Tatiana. No sé qué decirte...si quieres vamos a un lugar más tranquilo a hablar, por favor”

Nos subimos a su auto y honestamente no podía salir de mi asombro y llegamos a un parquecito poco frecuentado que queda cerca de la playa donde hay varios banquitos donde te puedes sentar a ver el mar. Caminamos un rato por el lugar sin dirigirnos la palabra. No entienda lo que estaba sintiendo, ni muco menos lo que estaba pasando. Ese beso que me dio me causo una excitación que jamás había sentido, sentía mi entrepierna totalmente húmeda y sentí vergüenza de ello, mi corazón latía con fuerza. Me comenzó a causar mucho morbo el hecho de verme en una situación de las que tanto cuestionaba, con ella y Verónica sabia cuan curiosa yo puedo llegar a ser.  Así que por mi mente no estaba pasando la idea de frenarla.

En el parque, no había nadie, era muy callado, hasta un poco oscuro de primera instancia hasta  me dio un poco de miedo.  Pero al intuir lo que podría pasar se volvió más fuerte que el miedo a la oscuridad y el silencio del parque. Nos sentamos en un banco. Eran cerca de las doce y media de la noche. Solo se escuchaba el sonido de las olas del mar chocando contra las piedras de la orilla. Entonces rompí el silencio y le dije: “Honestamente prefiero no hablar. ¿Por qué no me demuestras lo que quieres hacer realmente y ya?'' - mientras la miraba fijamente. Y exactamente eso hizo. Se puso de pie frente a mi, abrió mis piernas y se metió entre ella, me tomo el rostro con dulzura y me dijo suavemente que me amaba mientras metía sus dedos por mi cabello halándome la cabeza suavemente hacia atrás, luego lo soltó y cuando mi cara volvió a quedar a nivel se inclino hacia mi y volvió a besarme como antes pero esta vez fue correspondido. No podría describir exactamente las diferentes  sensaciones que recorrían todo mi cuerpo en ese momento. Yo solo me deje llevar. Ella traía puesto unos shorts y pase mis manos por sus muslos lentamente, la sensación de tocar así aquella piel era increíble. Notaba como su respiración se comenzaba a hacer más rápida con el rosar de mis dedos hasta llegar por la parte de atrás de sus muslos a sus nalgas. Ambas nos reíamos, como si todo fuera un juego. Quién sabe... quizá realmente lo era.

Entonces ella me desabrocho la chaqueta que traía puesta y metió sus manos por debajo de mi camiseta. Me desengancho el sujetador y me empujo suavemente contra el banco donde estaba sentada. Estaba completamente excitada y el hecho de pensar que alguien nos podía ver nos excitaba a ambas mucho más. Me dejo boca arriba acotada en el banco se subió sobre mi y comenzó a recorrer todo mi abdomen metiendo las manos por debajo de mi camiseta que aun tenia puesta, hasta llegar a mis senos los cuales acaricio sutilmente mientras yo hacia lo mismo con los de ella por sobre su camiseta. Cuando intento quitarme la camiseta le dije:

‘‘¿Vamos a hacerlo aquí?'' Su mirada era morbosa, llena de excitación, sus ojos brillaban en aquella oscuridad y solo con el mar como testigo y solo contesto: 'Claro... ¿no quieres? O ¿No te atreves?..... Dudo que venga alguien. Sonrió a carcajadas y se quitó la camiseta.

Podía ver a trabes del resplandor de una luna llena, que era lo único que nos estaba alumbrando, cómo por debajo de su sujetador sus pezones estaban duros. Así que fui a acariciarlos. Era la primera vez q tenia una mujer semi desnuda sobre mí y en esta situación. Sentía cómo las ganas de morderlos y chuparlos se apoderaban de mí, así que no lo pensé mas y ahí fui. La ale contra mí y sus pechos quedaron justo frente a mi cara. Comencé primero a rodearlos con mis manos y luego pase mi lengua lentamente por alrededor de su pezón, cosa que a ella la enloqueció por como comenzó a gemir al contacto tibio de mi lengua. Luego de un rato así ella se quito de sobre mi y me empezó a quitar la camiseta. Dejándome como ella estaba.

Me metió una mano por el pantalón, y empezó a restregarla por mi tanga. Realmente me estaba enloqueciendo de placer y mucho al grado de que consiguió que empezara a gemir. Se divertía de solo verme así porque no paraba de hacerlo, cada vez me frotaba con mas fuerza mientras me decía: “se que te gusta, verdad”.  Sentía como mi tanga cada vez se humedecía mas al contacto de sus dedos por sobre mi entrepierna. Creo que ella se moría de ganas por quitarme el pantalón y el tanga, así que le dije que lo hiciera. Lo hizo. Me puse de pie y me bajo los pantalones y la tanga dejándome totalmente desnuda. Sentí un poco de vergüenza pero no le di mucha importancia, lo que estaba sintiendo era mucho mas fuerte que la vergüenza que me daba el estar con ella parcialmente desnuda y yo completamente en un parque donde cualquiera pudo haber llegado. Me observo detenidamente y me dijo mientras me sentaba frente ella, volvió a recostarme sobre el banco y metió su mano por mi entrepierna para acaciriar mi clítoris: ''Vaya, es mucho más bonito de lo que me había imaginado. ‘‘Sonrió y empezó a jugar con mi clítoris. Notaba cómo su lengua recorría cada extremo de mí, y me gustaba la sensación de cosquilleo que recorría todo mi cuerpo, mordisqueo suavemente los labios de mi vagina y paso su lengua introduciéndola suavemte hasta llegar al punto de q se me escapo un pequeño grito pidiéndole que ya se detuviera. Cuando se detuvo me puse de rodillas frente a ella para corresponder a todo el placer obtenido, entonces comencé a jugar con su clítoris. Era tan sexy, era tan extraño tenerla ahí frente a mí ofreciéndose toda para mí. Y sobre todo ver su cara como se lo estaba disfrutando. Mi lengua jugaba con todo lo que podía, mientras mis dedos la masturbaban rápidamente. Notaba su respiración entrecortada, y sus pequeños gemidos. Me sujetaba por el cabello presionando mi cara contra su pubis y yo simplemente ya no podía parar. Su clítoris estaba duro, y cada vez que lo tocaba con mi lengua y lo mordía ella se retorcía de placer, se lo saboreaba y solo pedía que siguiera que no me detuviera entre un gemido y otro. Había pasado un rato, así que no creo que faltara mucho para que se viniera. Y yo... lo estaba deseando. ''No falta mucho... sigue, más rápido... más rápido por favor!!!!”  Notaba como casi no podía hablar y solo gemía cada vez más fuerte, al punto de que se le escapaban pequeños gritos. Estaba más excitada yo que ella, solamente por poder verla en un momento así... sentirla, acariciarla... todo era genial. Sentí como numerosos espasmos recorrían su cuerpo, nunca había visto un orgasmo así, su cuerpo se veía brilloso por lo sudado que estaba. Pero no acabo ahí. Estiro la mano hacia donde estaba nuestra ropa y su bolso saco un consolador, al cual le paso la lengua con tal naturalidad que me llegue a ruborizar.

Luego lo cogí, y lo introducía poco a poco en su vagina y lo sacaba con igual suavidad a lo que ella respondía mordiéndose los labios y solo me decir que siguiera así que lo estaba haciendo muy bien.  Poco a poco fui aumentando el ritmo y lo fui haciendo más y más rápido. Mientras confinaba lamiendo su clítoris y se volvió a venir de una forma espectacular, su espalda se arqueaba sobre el banco y ya sus gemidos sentí que a una cuadra podrían ser escuchados solo opte por fundir miS labios con los de ella en un apasionado beso para así mitigar el sonido de sus gemidos, notaba como de su cuerpo emanaban abundantes jugos vaginales. Su orgasmo fue... cómo describirlo... no tiene descripción. Su cara de placer en ese momento tampoco... nada puede describirse, y yo aún no había terminado pero tampoco me importaba mucho.

Entonces luego de recuperarse un poco, se incorporo y me dijo: ''Déjame hacer los honores...'' Sonreía mientras se apartaba el pelo de la cara. Cogió el consolador, y en el momento que note me lo iba a introducir la detuve y le dije, “No así no, entonces lo soltó recordando que nunca había estado con un hombre e introdujo sus dedos suavemente dentro mi vagina, que ya estaba demasiado húmeda luego del espectáculo de orgasmo que había presenciado. Solté un pequeño grito de dolor, pero ella lo agudizó con un beso tierno, paso su lengua lentamente por alrededor de mi clítoris mordiéndolo sin piedad, a lo que yo respondía con pequeños gritos. Sentía sus dedos dentro de mi vagina y su lengua recorriendo lo más intimo de mí ser y ya el dolor no era dolor, sino placer, un placer que jamás pensé tener, sentía numerosos espasmos recorriendo todo mi ser. Comencé a acariciarme los senos, mientras ella continuaba haciendo lo suyo con mi clítoris, lo hizo prácticamente suyo, yo fui suya en ese momento y me encantaba sentirme así. No pude contenerme, y acabé corriéndome. Notaba cómo mis  latidos eran más profundos, como una corriente eléctrica mezclada con un profundo cosquilleo recorría todo mi cuerpo, y cómo las ganas de estar con ella aumentaban. Me miro a la cara luego de terminar y se lamió la mano, sonriendo pícaramente como de costumbre. Y yo continuaba sintiendo como mi corazón latía fuertemente.

Mientras nos vestíamos me dijo: ''Ha sido genial... pero espero que esto no haya hecho que nuestra amistad se termine. ‘‘Suspiré y le conteste. ''Claro que no... Esto tendría que hacerla más interesante, no crees?'' Puse mirada de interesante, y le di un beso. ''Me parece bien. ¿Nos vamos...?'' Nos levantamos, me cogió de la mano y volvimos a su casa. De camino a su casa donde estaba mi auto me dijo que porqué no me quedaba a dormir con ella, ya que sus padres no volvían hasta el lunes por la tarde y apenas era viernes. La verdad lo pensé un poco, porque aun me encontraba un poco aturdida luego de lo que había sucedido y el hecho de estar solas por algunos días me hizo dudarlo por un momento pero accedí a su petición.

Al llegar a su casa me pregunto que si no quería tomar una ducha a lo que le dije que si por que quería pensar en lo que había sucedido y además refrescarme un poco. Entre al baño me desnude y abrí la ducha con agua caliente, sin percatarme que había olvidado cerrar la puerta. Mientras me duchaba sentí que la puerta se abría. Cuando me voltee en la ducha era Verónica completamente desnuda, diciéndome que no me asustara, que solo quería ayudarme a bañarme. Me miraba fijamente a los ojos y se reía  juguetonamente mientras yo solo opte por recostarme contra la pared. Me decía mientras se fue acercando. No te are daño, no hare nada que no quieras hacer, es mas te aseguro que nos vamos a divertir mucho mas que hace rato. Cuando la tuve pegada a mi cuerpo, sintiendo su calor y sus pechos pegados a mi, mientras el agua caía sobre nosotras, fue una sensación mucho mejor que la que había sentido anteriormente. Sentía el fuerte latir de nuestros corazones a la par. En ese momento no supe si acariciarla o agarrarla con fuerza y darle rienda suelta a mis ganas.  A las ganas que ella había despertado en mi. Ella pego su rostro al mío, como restregándose contra mi, tanto así que me mordió el labio inferior, nuestros cuerpos querían mas era mas que evidente.  Entonces ya no lo pensé más y metí mis manos por su cabello junto en el momento en que sentí como sus manos bajaban por mi abdomen directo a mi vagina. La ale fuerte del cabello lo cual era evidente que disfrutaba. Le comencé a morder la barbilla y a pasar la lengua por sus mejillas, mientras la mantenía sostenida por el cabello. Cuando llegaba a sus labios se los mordí con ansias pero en cuando ella correspondía al beso me despegaba. Ella intentaba volverme a acercar pero yo no me dejaba y solo me decía: “Tatiana estas jugando con fuego” yo solo le respondí mientras le volvía a morder los labios “No importa si me quemo”. La vire de espaldas contra la pared y pegue mi cuerpo contra el de ella, la volví a sujetar por el cabello y le comencé a morder las orejas con suavidad y a lamerle el cuello, ella solo se dejaba y lo disfrutaba. Baje suavemente por su espalda dado pequeños mordiscos hasta llegar a sus nalgas, le separe las piernas y ahí estaba completamente para mi. Su vagina se veía hermosa desde la parte posterior, jamás pensé que podría decir esto, abrí con mis manos sus nalgas y se veía su ano húmedo por el agua de la ducha, entonces pase mi lengua rozándolo lentamente hasta llegar a al orificio de su vagina y regresar a su ano. Ella no podía articular palabra por más que intentaba y yo disfrutaba de su cuerpo como un manjar. Ella solo se aferraba a la pared y yo arrodillada tras ella. Entonces introduje dos dedos en su vagina y con la otra mano comencé a frotar rápidamente su clítoris y sus gemidos se hacían cada vez más fuerte. Ella trataba de ahogarlos pero se que era mas fuerte y yo solo quería volverla ver venirse.  Y no tardo mucho. Sentí los espasmos de su vagina apretando mis dedos y no podía parar de meterlos y sacarlos mientras pasaba mi lengua por su ano.

Ella se volteo en la pared mordiéndose los labios pasando sus manos por su vagina y me dijo: “Eres una traviesa, y por niña mala te voy a castigar”  Notaba como le temblaban las rodillas. Se doblo y me beso en los labios con mucha más pasión que antes. Me agarro por las mejillas y me dijo: “Ahora te amo mucho mas” y me volvió a besar. Me puse de pie frente a ella y ella me voltio contra la pared como yo lo había hecho con ella pero esta lo hizo con fuerza. Me golpeo en las nalgas fuertemente, pero lejos de causarme dolor, me excitaba mucho más de lo que estaba. No podía emitir palabra alguna, solo rendirme ante su dominio. Me decía una y otra vez mientras me golpeaba las nalgas: “yo se que te gusta y ahora eres mi perrita” “Eres mía, toda para mi”. Se arrodillo tras de mi y jamás pensé que lo que había hecho yo anteriormente se podía sentir así de genial. Sentía oleadas de placer recorrer todo mi cuerpo. Casi no pude contener y tuve mi primer orgasmo al ella introducir sus dedos dentro de mi vagina y soltó una carcajada y me dijo: “así me gusta, perrita” y volvió a golpearme en las nalgas. Sentía como mis nalgas estaban duras a su contacto y mejor aun era sentir cuando ella me las mordía y su lengua recorría toda mi vagina, mientras me daba pequeños golpecitos, diciéndome: “Yo se que te gusta”. Simplemente no podía hablar, era demasiado indescriptible el sentirme húmeda contra la pared y ella jugueteando como le daba la ganas con mi vagina y mi clítoris. Luego de un rato de estar así tuve el orgasmo más espectacular de mi vida, a tal nivel que sentía que la pared ya no me sostenía y simplemente me doble un poco, lo que ella refuto diciéndome que aun faltaba. Y no paraba de mover su lengua mientras yo me retorcía. Cuando se detuvo luego de que me viniera en varias ocasiones me volvió a golpear las nalgas pero esta vez las apretó con fuerza. Se puso de pie besándome lentamente por la espalda hasta llegar a la parte posterior de mi cuello y me mordió las orejas, metió las manos por debajo de mis brazos y me apretó los pechos y los acaricio. Diciéndome: “Eres mía”, yo me voltee y le conteste tratando de recuperar el aliento y le dije: “Soy tuya”. Entonces ambas comenzamos a sonreír a carcajadas, nos volvimos a besar y terminamos de bañarnos enjabonándonos una a la otra.

Luego de este fin de semana nada volvió a ser igual. Ahora mas que amigas y novias, somos amantes y la pasamos muy bien jugando con nuestros cuerpos.