Más Cardinales Mortales. Este. Sangre nueva 3ª Pte

Siguen las andanzas de Jessika Hot...

―¡T―TE LO DIRÉ T―TODO! –Chilla Klausen sin apartar la vista del cañón de la automática―. ¡P―PERO NO ME M―MATES, TE LO S―SUPLICO!

Tras esto, el “Lobo” habla sin parar durante cerca de veinte minutos.

Cuando por fin termina, dedica a Jessica una mirada suplicante…

―Lo siento, Klausen –dice la joven colombiana amartillando el arma―; no puedo dejarte con vida después de lo que has hecho…

Hasta Raquel da un fuerte respingo al oír el disparo que atraviesa de parte a parte la cabeza del que creía su amigo y protector.

―Lárgate de aquí, vete lo más lejos que puedas, de lo contrario, si te vuelvo a ver por aquí, te mataré.

―S―sí… ―Logra balbucear mientras ve como Jessica sube a su coche y se aleja, dejándola sola en compañía del cadáver de el “Lobo”…

CAPÍTULO 10º

LA CLAVEESTÁEN MIAMI

―¿¡Que te vas a Miami!? –Exclama John Bowman cuando su amada le cuenta sus planes de viajar―. P―pero…

―John, cariño… ―Ella le dedica la más dulce de las sonrisas y lo besa en los labios―. No vamos a discutir esto ahora, por favor.

―P―pero, niña… ¿Por qué a Miami? ¿Por qué tan lejos?

―La Compañía, mi amor –responde la bella colombiana con voz cansada.

―¿C―cuándo te vas? ¿C―cuánto tiempo vas a estar allá?

―No lo sé, mi vida. Y no quiero mentirte, a ti no. ¿Lo comprendes?

John no responde, se limita a acercarse a su amada y a abrazarla con todas sus fuerzas, como si con este simple gesto pudiera evitar que ella se marchase.

Tras casi un minuto abrazados, es la joven quien, con gesto firme pero cariñoso a un tiempo, se aparta del escritor y sigue guardando cosas en su maleta.

―¿Qué va a pasar con Laura? –Pregunta entonces John mientras comienza a ayudar a Jessica a hacer el equipaje.

―He hablado con su padre. Vendrá a por ella esta tarde.

―¿Le has contado la verdad sobre tu viaje a Miami?

―¡Por supuesto qué no! –Se apresura a responder Jessica lanzando una nerviosa carcajada y rozando levemente la mano de John, que nota como un leve escalofrío recorre su cuerpo y, sin pensarlo dos veces toma la diestra de la joven y la oprime con fuerza al tiempo que le susurra al oído…:

―¿Te apetece ahora ese cunilingus, niña?

―Mmm… Eres un chico malo… ―Gime la voluptuosa colombiana mientras deja que el escritor le desabroche la blusa y acaricie sus grandes mamas, besando y lamiendo sus oscuros pezones por encima del bello sujetador de encaje, logrando que se pongan duros como piedras contra su lengua.

Un instante después, Jessica Montoya yace boca arriba en la cama, junto a la maleta abierta, mientras John lame su húmedo sexo, recorriendo su hinchado clítoris con su experta lengua.

Pronto, la joven comienza a lanzar grititos y gemidos de puro placer, mientras empuja la cabeza del escritor más adentro en su mojada entrepierna…

―¡JODERRR, JOHN! ―¡NO PARES, NOOO! ¡MMM, DIOS, QUE GUSTAZOOO! –Grita la caliente hembra al llegar al cuarto orgasmo consecutivo gracias al excelente trabajo de lengua de su amado John .

Luego hacen el amor, de forma salvaje, uniendo sus gritos, gemidos y jadeos de placer y acabando abrazados sobre la cama revuelta.

―¿Sabes, cielo? –Jessica gira la cabeza y besa a su amante en los labios.

―Dime, niña.

―¡No sabes cuánto voy a echar de menos tu lengua allá en Miami! –Dicho esto, la guapa colombiana prorrumpe en sonoras y divertidas carcajadas, mientras John vuelve a colocarse entre sus piernas, preparado para hacerle un último trabajito oral.

Dos días más tarde, en el aeropuerto de Laguardia…

―… ¡Y acuérdate de llamarme en cuanto llegues a Miami! –Pide John mientras estrecha a Jessica entre sus brazos y la cubre de besos.

A su lado, Laura aguanta las lágrimas mientras también se abraza a su madre.

―Os llamaré a los dos en cuanto aterrice el avión –La bella joven sonríe, pero pronto, dos gruesas lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas.

Luego se dirige a su hija con estas palabras…

―Por favor te lo pido, Laura, pórtate bien con tu padre, ¿vale, cariño?

―¿C―cuándo volverás, mamá? –Inquiere la niña ya sin aguantarse el llanto.

―Prometo volver en cuanto pueda, mi vida –dicho esto, se abraza a su hija y la estrecha entre sus brazos.

Después se lleva aparte a John…

―Chist, no digas nada –hace un gesto al ver que el escritor va a decir algo―. Sólo quiero que sepas una cosa –dice luego al oído de su amado―: Pase lo que pase, siempre seremos amigos y nunca, nunca te olvidaré. Te lo juro.

―¡Mierda! –Exclama John mientras la besa larga y profundamente en la boca…

FIN

EPÍLOGO 1º

Seis meses más tarde, en el Aeropuerto Internacional de Miami. Vemos a dos figuras con pinta de andar un tanto perdidas. Ellos son el escritor John Bowman y la joven Laura.

De repente, la chiquilla comienza a gritar y a correr en dirección a una tercera figura, su madre, que agita las manos para llamar su atención.

―¡AQUÍ, JOHN, LAURA, AQUÍ! –Grita la guapa colombiana, desde el otro lado de la cola de desembarque…

EPÍLOGO 2º

Esa misma noche, en un lujoso edificio de oficinas del centro de Miami…

“Todo está perdido. Esa puta tetuda ha dado al traste con casi veinte años de trabajo; sólo puedo hacer una cosa para escapar” –El hombre saca una automática del cajón superior de su escritorio y, llevándoselo a la boca, dispara…