Más allá del cielo
¿Has intentado tocar el cielo con una verga en el culo? Pues yo si. Drogas, sexo y una gran sensación de libertad.
Desnudo como estaba me senté sobre el, permanecía en la misma posición con la respiración todavía agitada y bastante sudado por haber acabado.
Puse mis manos en su cuello para después lanzarme a besar sus labios gruesos de nuevo.
El movía su lengua dentro de mi boca de una forma salvaje casi no me dejaba respirar pero igual yo seguía excitado con ese machote, esa era su forma. Con una de sus manos masajeaba mi espalda y nalgas, con la otra masturbaba mi miembro. Estaba en el cielo nunca imagine que terminaría de esta forma con Enrique.
No dure mucho, con un grito acabe en su mano y el pecho de mi amante, gozando con aquella crema espesa que salía de mi verga. Aun con la respiración agitada, él llevo su mano a mi boca que tenia mis restos y que con gusto lamí.
El moreno me agarro firme por la espalda y movió su cuerpo de forma tal que quedamos acostado, yo sobre el en el sofá. Nos dábamos besos muy suaves mientras conversábamos de lo bien que había estado todo.
… de repente se abrió la puerta.
-¡Lo sabia! ustedes dos tenían algo estaban muy raros. Era Carlos el dueño de la residencia quien gritaba parado en la puerta de la residencia.
Enrique un moreno atlético, y yo un trigueño mas delgado y más joven, estábamos completamente desnudos en el sofá todavía sudorosos, con la respiración algo agitada y llenos de leche. En segundos ya estábamos parados tapando nuestras partes, avergonzados y con nuestras caras rojas como un tomate, sin poder pronunciar una sola palabra y sin mirar fijamente a Carlos a los ojos.
Él había cambiado la cara de sorpresa inicial por una de risa. -Rique pervertiste a Luisito pero que chévere se la han pasado y no invitan vale-.dijo Carlos de lo mas jodedor.
Solo nos quedo a mi y a Enrique lanzar una sonrisa incomoda, mientras veimos como pasaba al lado de nosotros cagado de la risa diciéndonos que no lo volviéramos hacer en el mueble mientras se dirigía a su cuarto. Yo iba a decir algo pero las palabras no me salieron y quede en nada.
Una mirada entre Enrique y yo basto para recoger nuestras prendas y tomar rumbo a nuestras habitaciones. Una vez que llegue a mi cuarto todavía seguía tenso y mi corazón parecía explotar, le pase seguro a la puerta y me senté en la cama con las palmas de mi mano en la cara. La inseguridad me domino no estaba preparado para que alguien mas lo supiera y menos de esa manera, no pude salir de la habitación cancele los planes del día y no salí.
Al día siguiente madrugue para no encontrarme a nadie despierto y así ir más relajado a la universidad.
A las 10 am Enrique me envió un mensaje.
-“C lo q stas pnsando. No podmos cguir con esto soy hetero y nadie pued sabr lo q hicimos”
No pude contestarle al instante, me invadieron unas ganas de matarlo, se suponía que el fue quien me llevo a todo y esta mas que claro que yo en algún momento lo iba hacer pero fue él quien comenzó y yo lo acepte. ¿Hetero? Él me beso con todas sus ganas, me la mamo aunque estábamos drogados y para colmo me lo dice por mensaje, me cago en la pu…
-“ OK!”.
Llegue a las 4 de la tarde a la residencia con un ánimo del demonio. El primero que vi al abrir la puerta fue a Enrique que al verme cambio de cara, evite su abrazo, salude a los demás amigos de la residencia con una leve sonrisa y rápido seguí mi camino a mi cuarto donde no pude evitar cerrar la puerta con bastante fuerza. No podía negar que estaba triste y a la vez molesto pero me dije que la vida era así.
Me llegaron varios mensajes de Enrique disculpándose pero no me sirvieron de nada ya el daño estaba hecho. Maldije a mi adentro por sentir cosas por Enrique y tan rápido.
Sin querer me quede dormido, y al rato me desperto Carlos, que llamo a mi puerta en la noche, tuve que abrirle por tanta insistencia traía una hamburguesa y un vaso de refresco lleno de pepsi.
-Hola Luisito, aquí te traigo algo para que comas.
- Gracias- le dije tratando de fingir una sonrisa.
-¿Qué paso? ¿Qué tienes? Dijo Carlos con una cara amistosa.
-Nada, todo esta bien, la universidad me tiene estresado.
-Yo se lo que tienes, ya Enrique hablo conmigo a solas chamin.
Nuestra conversación duro alrededor de una hora, Carlos se entero de mi versión de todos los hechos hasta los de la fiesta y no pude evitar reírme con sus bromas, él me conto que Enrique no estaba bien tampoco y que en realidad quería hablar conmigo.
No niego que estaba molesto y a la vez decepcionado pero como soy débil al día siguiente fui a la habitación de Enrique para hablar con él y no todo se soluciono, se que lo trataría como un amigo pero ya no como antes. Enrique se disculpo por todo y al final de la conversación me volvió a mencionar lo de “Soy hetero” no pude evitar hacer caras pero maneje la conversación con total diplomacia, al final de la charla le di un pequeño beso en la boca y salí de la habitación.
Era esa pequeña rabia que le tenia que me llevo a actuar de esa manera se que fui un bobo al sentir algo por esa persona en tan poquísimo tiempo lo reconozco pero es que siempre había sentido algo por él y ese ultimo beso lo disfrute.
La semana paso casi normal, las pruebas, el estrés, una peli con los amigos, mas cigarro de lo normal, mas música de lo normal, ahora buscaba otra manera de tratar a Enrique bueno otra mas, Carlos me prestaba mas apoyo y las echaderas de bromas entre todos los de la resi eran como siempre, hasta me uní a los tragos de ron un jueves en la tarde mientras veíamos una peli.
Un día acostado en mí cama viendo el techo blanco con algo de telarañas y escuchando música llego a mi cerebro una idea que no había cuajado, la vez que Carlos nos encontró a Enrique y a mí en el sofá lo tomo de lo mas normal, ni lo menciono en las charlas posteriores y ahora me veía con otros ojos aunque podía ser lo de mi problema con Enrique y que todos me trataban como un chamito mmmm ignore la idea.
Uno de esos días que le tocan estar triste a uno no podía evitar pensar en Enrique y siempre caía en lo de ¿Por qué se miente?, podíamos ocultar lo nuestro yo no era de esos chamos que botan las plumas, simplemente era un chamo que no había vivido mucho de la vida y aun era ingenuo, ¿No soy lo suficiente bueno para él?, y así pasaron pensamientos ridículos, hoy en día lamento haber pensado sendas tonterías.
Un día en el que estábamos todos en la sala viendo tv, Carlos vio que no estaba tan normal.
-¿Qué pasa nene? Alégrate, vive la vida- todo esto lo dijo con tono de burla tipo hippy, todos rieron porque en realidad interpretaba su propio personaje.
-Jajaja tranquilo que estoy bien hermano le dije riendo.
-Esta bien te creo, si quieres te brindo algo para que te relajes y botes esas malas vibras dijo Carlos con total naturalidad.
Como por arte de magia saco un porro y lo prendió.
-Relájate con esto Luisito veras las estrellas- acerco su mano con el joint a mis labios y con cierto nerviosismo empecé a robarle la energía. Iba rodando y aunque había sido el primero en probarlo en aquella oportunidad y que Carlos me obligo a darle dos golpes, tosí como un diablo, cuando llego a José Carlos el último en probarlo yo seguía con tos, fui el centro de las risas juntos con los cuentos locos de Carlos y las últimas novias de José de Carlos, esa noche la pasamos bien, con todo y lo mal que hace un rato estaba. Y destaco que nos quedamos sin provisiones de chatarra y nuestro distribuidor (Carlos) nos regalo otros porros.
Más tarde, ya los ánimos habían bajado considerablemente así que tocaba dormir. Me fui al cuarto, ya había pasado bastante el mareo aunque aproveché el poco efecto que quedaba con el techo y las luces de los carros que pasaban por la ventana y unas canciones setentonas llenas de alucinantes solos de guitarras, de repente entro Carlos sacándome del momento.
El es un flaco de lo mas sexy, su piel es blanca, pelo negro y de ojos color marrón oscuro casi llegando a negro. Siempre me ha llamado esa forma de caminar y gestos tan relajados, como disfrutando el momento. Al verlo reí.
-Chamo, chamo tu cuarto esta en llamas, el fuego vuela ya viene el fénix rió con medio porro en la mano.
-Jajaja no podías dormir sin fumarte algo más ¡que bárbaro!.
-jajaja Disfrutare el panorama contigo, es mejor estar acompañado- Dijo esto sentándose en la cama a mi lado y pasándome otra vez algo para activarme. Acepte el ofrecimiento.
Luego de terminado el porro se levanto de la cama, había salido de la habitación y en lo que pensé que había sido un segundo, regreso con una de esas bolas de colores que al enchufarlas dan vueltas con varios colores y algo que no pude ver. Cerro la ventana, enchufo la bola y apago las luces de la habitación.
Habían sido muy escasos los movimientos que hice sentado en la cama y una vez que me levante para ponerme más cómodo quedando sentado con los pies en la cama fue como si todo se hubiese activado de nuevo. La música empezó a dominarme con sus subidas y bajadas que ya eran parte de mi, todo aquello acompañado con las luces que no me permitían estar aquí ya estaba demasiado lejos demasiado perdido.
-Recuéstate, así se disfruta mejor- dijo un Carlos en su ambiente, en su mundo muerto de la risa por mis reacciones.
Las imperfecciones del techo se convirtieron en nubes que sentía vivas y me quede hipnotizado por la locura de mi cuarto. Todo tan rápido y coordinado, todo hecho movimientos en mi mente, cerré los ojos y sentí como si fuera hacia arriba viajando a una velocidad sorprende aunque todo era oscuridad.
Fui sorprendido por un beso de Carlos, un suave, inseguro y tierno beso que me llevo a abrir los ojos y observar la cara un poco ida de mi amigo. Cerré mis ojos y lo bese con ganas.
Perdí el mando, Carlos dejo la timidez inicial y tomo el control, me empujo hacia atrás y quede en mejor posición en la cama mientras el encima, besaba mis labios y pasaba sus manos por mi pelo haciéndome sentir especies de pequeños pinchazos muy placenteros.
Amaba las sensaciones ya no había forma de pararme, una vez que comienza, así se acabe el mundo nada hará que esto no suceda. Nuestros labios uniéndose ya no era el normal beso era algo mas eran mas acentuados estábamos perdidos en una infinidad de sensaciones nuevas solo para mi supongo, esa especie de cosquillas en mi mano cuando la paseaba por su espalda, sus labios y lengua que no perdonaron ni un rincón de mi cuello y oreja no me quedaba mas que rogarle que siguiera. Mis latidos y gemidos me delataban, tocó el cuello mi punto débil, el frio en mi piel por los restos de saliva que dejaba al besarme, chuparme, morderme, me volvía loco.
Nuestras camisas habían desaparecido y no recuerdo como llegue a estar encima de él, lo besaba como loco mientras una de mis manos tocaba su paquete ya duro bajo la ropa. Me adueñe de sus pectorales y tetillas, los besaba, le pasaba la lengua haciendo círculos y le daba pequeños mordiscos. Olía sus axilas y me las comía también con ganas, quería disfrutar de cada rincón estaba poseído.
Su olor a sudor me invitaba a lamer y a oler ese cuerpo. Sus abdominales no fueron abandonados y los lamí con ganas me gustaba cada parte de su cuerpo, disfrutaba cada una de las cosas que le hice a Carlos.
-¡jaff! Si así Luisito.
De una baje su bermuda con todo y bóxer no podía esperar mas, había retrasado demasiado el momento, había parecido una eternidad.
El acostado en la cama completamente y yo oliendo su verga que parecía reventar, lamí una gota transparente que salía de aquella rajita, permitiendo disfrutar otro sabor diferente al del sudor, el de su verga. Su sabor salado y amargo rápidamente fue absorbido por mi boca la cual pedía más.
-Luis más suave, lento, asi…
Mis ganas de probar no habían dejado ningún sabor escondidos en el glande de aquella verga, una vez agotada la fuente de aquel sabor chupe por todo su tronco pero sin dudas me volví loco con el sabor salado y el olor tan fuerte de sus bolas que quedaron bañadas completamente de mi saliva.
Ese guevo duro, caliente y palpitante se perdía en mi boca que bajaba y subía una y otra vez. Tragármelo completo era un meta así que fui llenándolo mas de saliva y con la temperatura de ese guevo me provocaba tragármelo en serio pero mis limitaciones eran claras, un poco mas allá de la mitad de esa verga.
Mi lengua no se quedaba tranquila en aquel tronco, a medida que me la iba tragando, su sabor y la textura que provocaba mi saliva me hacían centrarme más.
-Que rico la mamas así sabroso- decía Carlos mientras acariciaba mi cabeza.
Lo deseaba realmente lo deseaba, quería tragarme esa verga y no se como sucedió y en una de las bajadas, mis labios tocaron sus pelvis llena de pelos provocándome una arcada que casi me hace vomitar.
-JAAAHH! Demonios que rico luis. No quiero acabar, no quiero acabar quiero seguir disfrutando déjame a mi.
Ahora era yo el que estaba acostado en la cama totalmente desnudo y con las piernas medio abiertas. Carlos agarro mi verga con una mano, masturbándola, mientras que pasaba su lengua por mis bolas y por mis mulos dejando toda esa zona húmeda. Empezó a soplar suavemente sobre las partes húmedas haciéndome sentir sensaciones nuevas y placenteras.
Desde mis bolas fue subiendo su lengua en un solo camino hasta mi glande. Centrándose en mi frenillo con la punta de su lengua, haciéndome unas magnificas cosquillas que con tanta excitación casi me llevan a acabar pero el ya conocía los riesgos así que se fue de nuevo a mis bolas y a la base de mi verga.
-Ufff que manera…. Así...
Subió de nuevo hasta mi glande, sopló ahora sobre él y luego con la punta de su lengua fue recorriendo el borde de mi glande o sea el comienzo de la cabeza y sin ningún aviso, se metió mi verga hasta la mitad haciéndome gritar de la impresión. El sexo con Enrique en la fiesta de julio no se comparaban a la forma de complacerme Carlos, mis jadeos lo demostraban.
Sus labios apretando mi verga, su lengua que no dejaba de moverse y las manos acariciando mi abdomen era lo mas rico que había sentido en mi vida. Sabia que no podía soportar tanto placer sin consecuencias, aquella boca hacia de mi verga el centro del universo, el centro de todas las energías.
Se separo de mi verga y no creía lo que estaba haciendo. Agarro algo de la mesa, al lado de la bola de colores y luego se sentó en mi abdomen, quedando esa verga aun dura y caliente palpitando cerca de mi boca. No aguante aquella tentación y lo empuje hacia mí para probar otra vez aquel guevo que pegaba gritos para ser mamado, mientras tanto el se estaba acariciando la entrada de su ano con lubricante.
Tomando el control de nuevo, saco su verga sin avisar de mi boca dejándome con un vacio pero aquello fue recompensado cuando mi cabeza traspaso aquel anillo. Carlos se estaba clavando mi verga lentamente. Una vez toda esa verga dentro de su culo, fue subiendo y bajando con suavidad, sentía como mi corazón quería salirse, sentía como su culo quería cerrarse pero mi verga no lo dejaba y sus ojos cerrados sumado a una boca medio abierta que soltaba gemidos, hacían el momento mas placentero de este mundo. Un tiempo después subía lentamente y bajaba rápido, soltando jadeos que demostraban lo mucho que estaba gozando con mi verga en su apretado culo.
Lo que antes eran movimientos lentos y controlados, ahora eran rápidos y continuos que junto a mis caderas que levemente levantaba volvían loco a Carlos, nuestros gemidos invadían la habitación, éramos el centro del universo y nada podía evitar que sintiéramos tanto placer.
-Ajajjj afff jam jam
Las energías no solo recorrían nuestros cuerpos de arriba abajo sino toda la habitación, nos nutrían, nos protegían, nos daban más placer.
Carlos estaba salido de si mismo clavándose una y otra vez. Su verga medianamente dura se movía sobre mi abdomen, que de vez en cuando era acariciada por mi, centrándome mas en sus bolas pegajosas y calientes.
No se cuento tiempo habíamos estado así solo se que Carlos no respondía, estaba centrado en cada vez meterse más mi verga pero hubo un momento en el que se quedo paralizado su respiración se escuchaba en toda la habitación.
Lo acosté boca abajo poniendo una almohada en su pelvis, dejándome ese culo parado a mi disposición, ahora seria yo el que tendría el mando.
El estaba demasiado perdido, estaba fuera de aquella habitación, el estaba en un laberinto de placer del cual no quería salir.
Mi verga salía una y otra vez sin contemplación de aquel agujero caliente y apretado. Suaves gemidos salían de su boca pero no abría los ojos su cabeza de lado mostraba el rostro de una persona que recibía un placer infinito.
Mis arremetidas eran cada vez mas fuertes haciendo la cama chillar, la suave corriente de aire junto al placer que me daba ese culo me daban la sensación de que estaba levitando de una manera lenta pero continua, me estaba elevando junto a mi amante. Estábamos volando.
-Aaaahhhhhhh
Y aquella sensación de elevamiento se incremento cuando mi verga fue apretada mucho más por aquel culo una y otra vez. Carlos estaba acabando.
Yo empecé una embestida más rápida, Carlos no dejaba de jadear y yo quería seguir disfrutando de ese culo, pero no soporte más y llegue a un orgasmo que me llevo al infinito. Cada chorro que salía de mi verga era energía que brotaba de mi cuerpo, era la fuerza del universo que era derramado en aquel culo.
Quede descansando en su espalda por unos segundos luego caí boca arriba en la cama quedando nuestras bocas demasiado cerca para no darnos un beso. Y así nos quedamos dormidos.
Casi al mediodía, despertamos uno junto al otro totalmente desnudos, olorosos a sexo y maría.
No nos hablamos solo nuestras miradas nos comunicaban y así quedamos un rato, disfrutando de la cama y la compañía.
Más tarde fuimos a almorzar a la calle estábamos demasiados relajados aunque agallonados como para cocinar. En realidad era una excusa para poder hablar.
Carlos era mi mejor amigo, el primer hombre al que se la metí y el mejor polvo que he tenido. Para los dos fue el mejor polvo de lo que va de vida.
Llegó la noche en la residencia donde nos reunimos todos a ver tv y a cenar.
-De todos los polvos que he escuchado en esta casa creo que el de anoche fue medio alucinante- dijo Miguel -como se nota que gozaron jajaja.
Miguel había sido el único que no había caído como un muerto anoche y escucho todo.
Como la confianza entre nosotros era buena las bromas no se hicieron esperar. Miguel no se corto y lanzaba cualquiera barbaridad para hacernos reír a nosotros.
-Estuve a punto de llamar a la policía pensé que estaban matando a alguien jajaja.
No hubo problemas por lo de mi salida del closet en realidad todos estaban contentos aunque se veían mas sorprendidos por Carlos jaja que tuvo que confesar que era bisexual desde hace tiempo.
En cuanto a la relación de Carlos y yo, solo quedamos en una relación abierta de la cual sacamos muchísimo placer y aprendizaje.
En cambio a Enrique, a veces le daba unos ataques de celos abstractos y algunas insinuaciones que no calaron conmigo, seguimos siendo amigos aunque como dije anteriormente ya nada era igual.
Sobre mi autocontrol, tengo problemas con el de vez en cuando, he aprendido sobre el sexo, he sabido como manejarme y como volverme un animal salvaje en la cama. No soy la persona más feliz por salir del closet pero se que estoy a un paso mas cerca de serlo.
Fin
Gracias por leer el relato, espero que te haya gustado y si quieres conocer más sobre estos amigos, puedes leer: fiesta con los amigos: autocontrol y perdiendo el control con Enrique.
A los que ya habían leído las historias y que imagino que ya no se acordaban solo puedo decir tarde pero seguro jajaja disculpen la tardanza.
Twitter: @luisarimendi85