Mas alla del atlas - 3
Joven industrial secuestrado en Marruecos
MÁS ALLA DEL ATLAS – 3
Aquellas palabras me dejaron turbado, no sabía que responder, quise contestar pero lo único que obtuve fue un puñetazo en el estomago y otro en la cara, que me dejaron medio grogui, en eso me dijo.
- Tengo una persona muy interesada en ti, pero me ha pedido una serie de condiciones y no puedo rechazarlas, todo este tiempo, se te ha adiestrado en las costumbres del país y en la condición de la mujer. Mañana comenzaremos con un tratamiento muy especial, seguirás trabajando como hasta ahora pero el régimen de comidas será especial para ti, además tendrás que hacer ejercicios físicos y tonificar un poco tu musculatura, necesitaras un aporte vitamínico específico, no tengas miedo ninguno, lo único que tienes que hacer es seguir obedeciendo y la vida será mucho más placentera.
Me llevaron a mi cuarto y allí permanecí encerrado todo el día. Al día siguiente, me despertaron a las 5 de la mañana, me metieron en un gimnasio donde me espera un preparador físico particular. Me indico que todos los días tenía que acudir al gimnasio para ponerme en forma, con una serie de ejercicios estudiados para mi físico él lo dirigiría personalmente, me mando cambiarme de ropa, facilitándome una camiseta de tirantes, un short y unas zapatillas. Comenzamos esa misma mañana, los ejercicios en si no eran muy violentos, solamente era de mantenimiento y fortalecimiento de determinados músculos, como las piernas cintura y glúteos. Al terminar el mismo me daba un masaje y después una ducha de agua bien fría. Terminada las sesiones de gimnasia, tenía que hacer mis labores domesticas como hasta la fecha, a la hora de almorzar la comida era mejor que hasta la fecha además de ser mas nutritiva me daban un complejo vitamínico que tenía que tomar, mañana, tarde y noche sin faltar delante de ellos.
Un día después de los ejercicios, el entrenador al darme el masaje me mando desnudarme completamente, me pareció un poco raro que para darme el masaje que me daba todos los días, aquella vez tenía que desnudarme, pero si no obedecía ya sabía lo que me esperaba, me masajeo las piernas llegando hasta los muslos, entonces vertió sobre mi sexo, el aceite con el que me daba el masaje, y sin darme tiempo a reaccionar me estaba haciendo una paja, mi pene comenzó a reaccionar, pero hacia más de 2 años que no había tenido relaciones sexuales y claro enseguida se puso como el mástil de la bandera, llegando a su máxima excitación entonces le dije.
- Por favor no continúe que me voy a correr, además nunca me ha masturbado un hombre.
- Eso no tiene nada que ver, solamente estoy comprobando tu resistencia y medición de tu miembro, que por lo visto está muy bien de tamaño.
Después me mando darme media vuelta quedando mi culo al aire, me masajeo mis glúteos y me dijo que me pusiese de rodillas sobre la camilla, cuando estuve en la posición indicada, me separo los glúteos, unto bien mi esfínter y sin decir nada me metió dos dedos en mi culo.
El grito que di, se debió de oír en Sevilla, el cabrón me había perforado el culo sin avisar de inmediato salte de la camilla y al poner los pies en el suelo me encontré con su puño en mi cara que me volvió a subir a la camilla y me dijo.
- Se te dijo que tenias que obedecer en todo, pues hazlo ya y al que no quiere una taza se le dan siete.
Me volvo a poner en la posición de rodillas sobre la camilla y volvió a meterme los dedos en mi culo como si me estuviese follando así permaneció como 5 minutos, cuando termino agradecí por haberme sacado de mi culo sus dedos, pero en mi subconsciente me había gustado. Esa misma operación la repitió a partir de ese día constantemente, incluso la de masturbarme llego un día que eyacule, pero cuando estaba a punto de hacerlo, puso un vaso ante mi pene y me obligo a que eyaculase en él y después beber mi propio esperma. Su sabor era dulzón tirando algo a acido. Me gusto.
Todos los días la misma rutina, gimnasia, después el masaje, ponía el culo y me metía los dedos, algún día me masturbaba, después las labores domesticas y así durante 6 meses. Mi físico estaba cambiando, mis piernas eran más esbeltas mis glúteos mas redondeados mi tórax no era más musculoso pero si más prominente a la altura de mis tetillas, que habían crecido, un día en el gimnasio, me dijo que antes de ducharme me afeitaría mi pubis y recto, y así lo hizo, pero no fue con una maquinilla fue con una navaja barbera, me quede de piedra con el temor de que se le fuese la mano, me enjabono toda la zona y con mucha suavidad comenzó a afeitarme, cogía mi pene que con la excitación estaba duro y lo movía para un lado y para el otro con el fin de tensar la piel y poder pasar la navaja, después, poniéndome de rodillas le tocaba al ano, abrí lo máximo que pude mis glúteos para que la navaja no se equivocase. Cuando termino me pase la mano y estaba completamente limpio de pelo, nunca mejor dicho, como culito de niño.
A los pocos días, comenzamos con nuevos ejercicios, que consistían en mover las caderas y el vientre, para ello me puso una música y me dijo que tenía que llevar el ritmo con caderas y vientre, en un principio era lenta pero según pasaban los días el ritmo aceleraba, fue entonces que me dijo
- Mira todo esto es para enseñarte a bailar nuestras danzas, queremos que seas una bailarina experta, tu destino será la de bailarina típica, aprenderás lo que vosotros decís la danza del vientre, moviendo caderas y vientre muy sensualmente. Te adelanto que tendrás que bailar en Clubs de copas para extranjeros te vamos a transformar en una hermosa mujer, serás la bailarina más sensual de Marruecos, quieras o no, si lo haces bien ganaras mucho dinero pero si lo haces mal bailaras en tabernas de mala muerte, donde se aprovecharan de ti y te golpearan.
- Pero eso no lo podéis hacer, la policía me estará buscando y cuando me encuentren pagareis todas las fechorías que me estáis haciendo.
- Olvídate de la policía, han encontrado un cadáver dentro de un choche totalmente carbonizado, lo único que se encontró fue tu documentación, estás muerto, y tu cadáver ya fue repatriado a España y estas enterrado, tu nombre a partir de ahora y como se te conocerá es FATINE, ósea que ya sabes tu destino, si quieres empeorarlo desobedece y los cinturones no dejaran de caer sobre tu cuerpo.
Después de aquellas noticias, mis esperanzas de salir de aquel encierro se esfumaron, estaba condenado a una transformación de personalidad, pero en mi mente había todavía una esperanza, mis recuerdos, podrían cambiarme físicamente pero no mentalmente, en la primera ocasión, podría acudir al consulado y exponer mi caso, si es que podía demostrar algo.
El tiempo fue pasando, las clases de baile seguían, iba teniendo más soltura y cogiendo el ritmo de los bailes que me enseñaban, un día cuando me desperté, no estaba en mi habitación, estaba en un hospital, atado a una cama y con la cara vendada, me dolía todo el cuerpo. Pude comprobar que en la habitación tenia constantemente dos personas, una mujer y un hombre que cuidaban de mí y no permitían que hablase con nadie, tras varias semanas, entro una mujer, no llegue a verle la cara, pero oí su voz, pude oírle lo siguiente.
- En dos días le dan el alta, la lleváis a mi casa que la tengo reservada para casos especiales, tengo que darle unas lecciones antes de presentarla en público.
Aquellas palabras, me trastornaron, mis constantes vitales se dispararon la tensión arterial me subió tenía una taquicardia, rápidamente entro un medico y me inyecto un calmante que me hizo dormir. Aquella alteración hizo que el alta hospitalaria se retrasase un par de semanas más. Un día aquella mujer volvió a visitarme y me dijo.
- Fatine, no te alteres, dentro de unos días te llevaran a mi casa, en ella estarás como una reina, tendrás una nueva vida, hermosos vestidos viajaras, ganaras dinero te enamoraras incluso puede que llegues a casarte, eso sí, no podrás tener hijos. Como ya te abras dado cuenta por todas las conversaciones e instrucciones que se te dieron te hemos transformado en una hermosa mujer, tienes unos hermosos pechos, incluso muy sensuales y más bonitos que los míos, unas caderas que lucirás en tus bailes, los hombres al verlas mover seguro que alguno se correrá de gusto, tu pene, lo hemos cortado, pero no lo tiramos, con el hicimos una vagina, una bailarina no puede llevar esos colgajos entre las piernas, te hemos hecho una depilación definitiva, no tienes un solo pelo de los ojos para abajo, las axilas, las manos el pecho la espalda, los brazos, piernas culo y como es natural el pubis, estas completamente limpia de polvo y pelo, bueno lo de polvo de momento pues te hemos dejado muy apetecible a la vista de los hombres. Como sabes, nosotras las mujeres cuando tenemos la regla somos impuras según la ley del Corán y no podemos tener relaciones sexuales, eso a ti no te preocupara, podrás abrirte de piernas todos los días del mes. Ahora te dejo, que tengo que ir a comprarte la ropa para ti, necesitas de todo, te encantara lo que voy a comprarte. Dentro de unos días te espero en mi casa.
Toda aquella información que me dio aquella mujer me dejo atontado, pero no me quedaba otro remedio que resignarme.
El día señalado, me trasladaron a una finca, era muy distinta a las casas en las que había estado retenido, me metieron en una habitación y me dejaron encerrado, al poco entro una mujer algo mayor y me dio una ropa para ponerme, al verla me di cuenta de que toda la ropa que me traía era ropa de mujer, me mando desnudarme , me ayudo a quitarme todas las vendas que tenía puestas, y ante un espejo de cuerpo entero se reflejaba la imagen de una mujer, pelo negro, cejas depiladas y marcadas, pómulos un poco sobresalientes, los parpados hacían que tuviese los ojos más grandes, mis manos femeninas, con una perfecta manicura, las orejas perforadas para recibir pendientes, unos pechos que al moverme se movían al compas de mis pasos, sus pezones oscuros al igual que las areolas , una cintura estrecha y unas caderas que daban a mi figura la clásica imagen de una mujer sensualmente receptiva, mis glúteos, redondos, me dio una bragas, un sujetador y una chilaba para ponerme así como unas sandalias de medio tacón, me mando sentarme y procedió a pasarme un cepillo por el pelo, al mismo tiempo que me decía.
- Fatine, nunca he visto a una joven tan hermosa como tú, serás la admiración de los hombres.
Luego me maquillo, marcando la línea de los ojos, los labios con un tono rosa pálido y un poco de colorete y me acompaño a un salón.
CONTINUARA.
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