Marturbo a Sara contra puerta del baño.
Apenas habían pasado unas horas cuando vuelvo a disfrutar de Sara en el cuarto de baño.
Era sábado por la noche, estaba con mis amigos de marcha, sin embargo el encuentro sexual de esa misma tarde con mi hermana Sara en el cuarto de baño (narrado en mi anterior relato "Sara y yo frotamos nuestros sexos hasta corrernos"; http://www.todorelatos.com/relato/84743/), no me permitía divertirme como lo hubiera hecho cualquier otro sábado.
No paraban de venirme a la cabeza la imagen de Sara sentada sobre mí moviendo las caderas fuertemente buscando el orgasmo.
Al finalizar la noche y de vuelta a casa mi deseo no era otro que el volver a tener un encuentro con ella, por lo que directamente me dirigí a su habitación para ver si había vuelto del concierto al que había ido con sus amigas. Con el pulso disparado y algo excitado abrí la puerta de su cuarto, pero Sara no estaba, era pronto.
Me dirigí a la cocina comí algo de lo que había cenado de la cena y me fui al salón. En el salón tumbado en el sofá estuve un buen rato zapeando en busca de alguna película con contenido sexual, hasta que caí dormido.
Lo siguiente que recuerdo es el sonido de la puerta de la casa cerrarse, era Sara de vuelta.
-Hola pedorro, - me dijo sin pararse dirección al cuarto de baño, yo no contesté, simplemente me incorporé y me quedé sentado unos segundos en sofá, estaba muerto de sueño, el efecto de las copas que me había tomado durante la noche aún permanecía en mi cuerpo, no llegaba a estar borracho pero si algo embotado.
Sara salió del cuarto de baño, y se dirigió a la cocina, allí oí el ruido de la puerta de la nevera, se estaba poniendo un vaso de agua. Yo seguía sentado en el sofá, desde allí la vi salir de la cocina y volver al cuarto de baño, había empezado a cepillarse los dientes, el ruido era inconfundible.
Me levanté y me dirigí al baño, allí estaba Sara cepillándose los dientes, yo entré y me puse detrás de ella, de forma que podía ver en el espejo a Sara justo delante de mí.
-Que tal ha estado?- Dije.
-Muy bien, hacia tiempo que no me lo pasaba tan bien- creí entender, ya que el sonido del cepillado y la espuma de la pasta de dientes costaba entenderla.
-Mejor que esta tarde conmigo?- dije mientras me aproxime a ella de forma que mi cuerpo estaba justo detrás del suyo a escasos centímetros. Acerqué mi rostro hacia su cabello para olerlo, Sara tenía un pelo bonito, era castaña, con el pelo largo y liso.
-Qué cabrón, - dijo ella al tiempo que me empujó hacia atrás con su culo, Sara llevaba unos vaqueros muy ceñidos, con lo que aquel pequeño contacto de su culo contra mi entrepierna me pareció delicioso.
Me volví a acercar a ella otra vez, pero esta rozando mi cuerpo contra el suyo, más concretamente era mi paquete el que estaba en contacto con su culo, no presionaba pero si notaba el contacto contra mi pene lo que provocaba que el mismo me palpitase y comenzará a tener una erección.
A Sara, se le escapó una risa floja, la típica risa de alguien que ha bebido alcohol, yo también reí y lleve mis manos hacia sus caderas, allí las dejé mientras miraba hacia abajo, su culo estaba perfectamente marcado por los vaqueros.
Sara no pudo contener otra risa floja, movió todo su cuerpo hacia atrás para apartarme, lo que otra provocó que su culo volviera a golpear contra mi paquete, lo que me dio más placer que la vez anterior ya que ahora mi polla estaba más erecta.
Volví a acercarme a ella otra vez, estaba otra vez totalmente pegado. En eso que Sara para enjuagarse la boca que tenía llena de pasta de dientes se inclinó hacia adelante sobre el lavabo, con lo que su culo retrocedió y presiono más mi polla. Yo ya no era dueño de mis actos y directamente aproveché y apreté mi entrepierna sobre sus nalgas. El bulto de mi polla, quedaba justo en la costura de los vaqueros que marcaban el centro de su culo.
Sara lo movía, para desplazarme hacia atrás pero lo me provocaba era placer, y que yo me pegará más a ella haciendo fuerza con mis brazos que la tenían cogida por la cintura.
Llegó un momento en que Sara se incorporó, se volvió a poner recta, con lo que su culo ya no hacia tanta presión sobre mí, yo para compensar ese movimiento metí mi cadera hacia ella para volver a notar sus nalgas pegadas. Subí mis manos desde sus caderas hacia sus pechos, quería tocarlos, quería cogérselos, manosearlos, así que deslicé mis manos por debajo de su camiseta y llegué hacia su sujetador, lo desplacé hacia abajo y liberé sus tetas. Acto seguido las cogí, llene mis manos de aquellos pechos que tenían una temperatura cálida y comencé a disfrutar de ellos. Notaba como sus pezones en las palmas de mis manos. Pezones que conforme iba moviendo mis manos por el contorno de los pechos se estaban endureciendo.
Sara, no dijo nada, estaba de pie, y miraba la escena por el espejo, con una sonrisa pícara. Yo también contemplaba la escena en el espejo, mis brazos no se veían, se habían perdido debajo de su camiseta.
Sara seguía empujándome de vez en cuando hacia atrás con su culo, pero cada vez los golpes eran más suaves, de hecho más que querer apartarme parecía que quería sentir mi sexo contra su trasero, ya que una vez lo golpeaba, lo dejaba pegado a mi paquete unos segundos.
-Me gustan tus tetas- le dije al oído, Sara no contesto, pero se le escapó muy ligera sonrisa.
-Me encantan son muy suaves y están muy calentitas.- Yo no podía estar más excitado ni empalmado, tenía sus tetas en mis manos y me estaba restregando contra su culo. Sara me miraba fijamente a través del espejo, parecía que estuviera viendo la televisión, seguía moviendo sus caderas, pero ya no eran golpes ahora era como si me estuviera haciendo un masaje en la polla con su culo.
-Te gusta mi culo?- dijo con la voz entrecortada.
-Me gusta tu culo, si, pero me gusta más lo que estas haciendo con el- Era feliz, Sara también se estaba calentando, una mis manos soltó el pecho que tenía agarrado y la baje hasta el botón de su vaquero, torpemente lo abrí, y bajé la cremallera. Podía ver a través del espejo las bragas blancas de Sara, introduje mi mano por dentro hasta que mis dedos hicieron contacto con su bello, era largo, rizado, deslicé los dedos lentamente hacia abajo esquivando sus rizos hasta que llegué a una zona con menos bello, mucho más caliente y algo húmeda, Sara estaba mojada.
Mi otra mano no dejaba el pecho que tenía cogido, Sara había dejado de empujarme hacia atrás, ahora la presión era constante, lo que buscaba era sentir la presión de mi miembro en la raja de su culo. Los dedos de la mano que tenía en su sexo buscaban la zona más húmeda y suave del mismo, mi dedo corazón estaba totalmente alineado con su raja y notaba la suavidad de sus paredes, se deslizaba perfectamente ya que Sara estaba muy lubricada.
-Te gusta?- le dije al oído.
Sara tenía todo su cuerpo apoyado hacia atrás sobre el mío, estaba excitada, le faltaba el aire y respiraba por la boca, de forma que entre suaves jadeos, me dijo:
-Si me gusta mucho, no pares, pero no metas tanto el dedo, hazlo superficial.
Yo quería sentir mi polla directamente sobre su piel estaba harto de tanto tejido entre ambos, además mi polla necesitaba ser liberada de mis pantalones, donde apenas tenia sitio.
-Espera, que me quite los pantalones.- Solté su pecho y su sexo, y llevé mis manos a mis pantalones para quitármelos lo más rápidamente posible, no quería perder un segundo. Los dejé caer hasta los tobillos, le siguieron los calzoncillos, mi polla salió disparada hacia delante buscando aire.
Sara aprovechó esos segundos de libertad para hacer lo mismo y bajarse los pantalones y quitárselos, no así las bragas que se las dejó aunque algo bajadas de forma que podía ver la parte superior de la raja de sus culo.
Volví a pegarme a ella, a colocar mi polla justo entre sus nalgas, que diferencia, sentir la suavidad de su piel. Sin embargo piel con piel, no resbalaba así que deje caer saliva desde mi boca que calló justo en la cabeza de mi polla, ahora si se deslizaba suavemente por su culo.
Inmediatamente volví a llevar mis manos donde estaban anteriormente, la que cogía su pecho llego enseguida, pero la que buscaba su sexo, tubo que hacerse paso otra vez a través de vello hasta llegar a contactar con sus labios vaginales, estaban más mojados que antes. Sara cogió aire, y se volvió a dejar todo su peso contra mi. Yo deslizaba el dedo a lo largo de todo su coño, hasta llegar al clítoris, allí lo acariciaba un poco, notaba ese pequeño botón , volvía a bajar para que mi dedo se lubricara con sus jugos, y volvía hacia su clítoris.
-Sara que caliente me tienes, tu como estas?
-Uf, estoy fatal, estoy chorreando. – dijo mirando hacia abajo para observar mi mano introducida dentro de sus bragas.
-Ya lo veo, ya estas totalmente empapada, mis dedos se resbalan perfectamente por tu coño, te gusta como te lo hago?
-Si, pero suave, hazlo suave, me gusta suave. –Parecía que estaba bailando un tema lento, estaba moviendo sus caderas para coger el ritmo que le gustaba de mi dedo contra su sexo, y al mismo tiempo esos movimientos de cadera estaban haciendo que su culo me estuviera dando un placer enorme ya que friccionaba mi polla.
El dedo corazón de mi mano enterrada en sus bragas cada vez se deslizaba mejor por el interior de su raja, Sara estaba muy excitada, tenía sus brazos echados hacia atrás, en alto, cogiendo mi cabeza, el ritmo de su respiración se había acelerado. Los dos observábamos la escena en el espejo.
-Sara me voy a correr, no puedo más voy a correrme en tu culo.- Miré para abajo y pude ver mi capullo hinchadísimo de color casi morado escupir dos o tres corros de semen en la espalda de Sara.
Sara parecía que ni me había escuchado ni había notado que me había corrido ya que seguía moviendo su culo lentamente contra mi polla y miraba como mi mano manoseaba su encharcado sexo.
-Ven cojéeme el coño desde atrás- dijo mientras se separó de mí, se quitó las bragas y se puso de cara a la puerta del baño, como cuando la policía cachea a un sospechoso, sus piernas estaban separadas y echaba su culo un poca hacia atrás.
Yo me aproximé y Sara cogió mi mano, la llevó a su sexo. Con la mano la tenía toda cogida, la palma estaba posada en su culo, de forma que el pulgar estaba justo encima de su ojete, y el dedo corazón estaba otra vez alineado con su coño, haciendo otra vez hueco buscando sus labios empapados para apartarlos y llegar mejor a sus paredes y su clítoris.
Sara flexionaba sus rodillas para subir y bajar su coño, al tiempo que también lo movía hacia delante y atrás, estos movimiento junto con el de mi mano le estaba dando un placer enorme.
Yo ya estaba otra vez excitado perdido, pero no podía poner mi polla en la raja de su culo otra vez ya que estaba ocupada por mi mano, así que pequé mi miembro a uno de sus nalgas y la presioné con fuerza. Sara estaba echa un bocadillo entra la puerta y yo.
- Me la has puesto otra vez dura, la notas?- le dije pegado a su oído.
- Si la nota, y me gusta. Pero dame, dame más fuerte con la mano, muévela todo lo rápido que puedas.- dijo entre jadeos- Me voy a correr con tus dedos.
Yo al oír esto incrementé la presión y los movimientos de mi polla contra su nalga. Aún podía ver restos de semen resbalar por su espalda hacia la raja del culo de mi anterior corrida, lo que me excitó más.
-Voy a correrme otra vez Sara, vas a hacer que me corra otra vez en tu culo.
-Yo también, hazlo, mójame más con tu leche, échamela en el culo.
Sara no podía presionar más su sexo contra mi mano, la cual tenía totalmente encharcada de sus jugos, en el cuarto de baño había un delicioso olor a sexo.
-Joder, si, si, - y volví a imprecar a Sara de mi semen.
-Dame, dame rápido- dijo Sara, - mueve la mano todo lo que puedas, y cógeme las tetas.
Yo con mi mano libre le cogí uno de sus pecho y aprovechando su excitación lo apreté a mi placer.
-Si, si cógemelo, aprietazo, y haz que me corra.
Me dolía la mano de tanto masturbar a Sara, pero quería que se corriera a gusto así que seguía agitando mi mano todo lo rápido que podía al tiempo que mi pulgar presionaba tu ojete, hasta que noté como Sara presionaba las nalgas y puso su culo duro como un piedra, inmovilizando mi mano en su entrepierna. Estaba teniendo convulsiones, Sara se había corrido.
Yo mantuve mi mano un rato en su sexo, luego pasé mi mano libre desde su culo hacia arriba recogiendo un montón de semen que tenía deslizándose por su espalda y le puse la mano llena de semen delante de la cara.
Ella lo miró, y me sonrió mientras luchaba por recobrar una respiración normal.
Retiré mi mano de su sexo, estaba chorreando, no pude evitar llevármela hacia la nariz, quería oler de cerca esos jugos, y porqué no también saborearlos así que me metí un par de dedos en la boca delante de Sara y los succioné. La miré a los ojos sonriendo y le dije:
-Esta sabroso, me gusta, quieres un poco?
-Eres un guarro.
Yo me reí, Sara volvió a sonreír y se apartó de la puerta, fue al lavabo y se lavó la cara. Yo aproveché para ponerme los calzoncillos y los pantalones, me senté en la taza del retrete no me creía lo que acababa de pasar, pero ME HABIA ENCANTADO.