Martita llegaba tarde y... (IV) En casa con papa

Padre e hija conociéndose mas a fondo, sexo oral por ambas partes, lluvia dorada y polvo, planes para un trio

12ª Parte. A quien madruga…

Los rayos del sol entrando por la ventana dándole en los ojos; esa fue la primera emoción visual que tuvo Fermín de aquel nuevo día, la otra sensación era mucho más carnal y placentera, sentía una maravillosa serie de caricias en su miembro viril, nuestro protagonista parpadeo confuso un par de veces, se colocó la mano extendida cerca de los ojos para que sirviera de visera improvisada y levanto un poco su cabeza.

Ahora podía ver sin ser deslumbrado, miró hacia su entrepierna viendo allí la cabeza y hombros de su hija, estaba arrodillada en la cama entre sus piernas, con las manos aferradas al miembro erecto, lamia con los ojos cerrados y evidente dedicación el grueso prepucio, vio su lengua contornear la cabezota lentamente, alternaba este movimiento con suaves chupadas en las que sus labios envolvían la cumbre del miembro, Fermín podía sentir aquella lengua lamiendo la rajita de la uretra, contempló como Martita usaba sus suaves manos, había colocado una cerca de las pelotas y la otra a continuación, aunque no podía cerrarlas del todo dado el grosor del instrumento, acaparaba su polla en casi toda su extensión, con ellas daba cálidos apretoncitos al tronco carnoso moviéndolo solo unos centímetros subiendo y bajando su piel, la joven tras introducirse el prepucio cuanto podía, lo mojaba y relamía su circunferencia antes de retroceder sacándoselo de la boca, en este movimiento dejaba caer algo de saliva para facilitar el deslizamiento de los dedos.

Los recuerdos de la pasada noche volvieron en tropel, la cabeza de Fermín recordaba escenas de sexo desenfrenado con Marta, visiones fugaces de ella cabalgándole exhibiendo su hermoso cuerpo, salpicadas de gemidos y gritos de placer, hasta que los cuerpos de ambos brillantes por el sudor fueron relajándose tras varios orgasmos, después se durmieron agotados y abrazados.

Naturalmente la chica se había dado cuenta del despertar de su padre, por tanto acelero sus manos y chupo con más intensidad su prepucio, con la boca repleta de carne martita se esforzaba ansiosamente en dar a su macho la mamada de su vida, en pocos minutos se convirtió en una hembra ansiosa y febril, sus manos agitaban la columna y los labios chupaban viciosamente cuanto pudo del miembro, sintió culear al macho intentando metérselo más dentro y seguidamente envarase quedándose quieto, lanzando esperma contra su paladar, Marta sintió las oleadas de cálido semen llenando su boca y bajando por la tráquea camino del estómago, pero era tanto que tuvo que sacarse la verga de la boca para respirar, la última descarga la recibió entre la mejilla y la nariz, aquel espeso líquido se unió al que salía de su boca, resbalando entre sus dedos que aun agitaban el rabo paterno.

Ella trago despacio y relamió la verga limpiándola a fondo, hizo lo mismo con sus dedos asegurándose de que su padre la veía; este recuperaba el resuello en silencio, alucinado por la experta mamada de la que había sido beneficiario, contemplo la cara salpicada de blanco y los hilos de esperma que ella lamia como un manjar, durante dos minutos solamente se miraron, fue la joven la que rompió el silencio.

-      Buenos días papi –dijo la joven desde su entrepierna.

-      Hola cariño, ¿Qué tal has dormido?

-      Bien, pero me he despertado pronto y me apetecía desayunar en la cama. –la rubia le guiñó un ojo.

-      Ya veo que has elegido el menú de degustación. –contestó Fermín.

-      Más bien el de salchicha a la saliva con salpicón de crema.

-      ¡Pues te la has comido de maravilla! –repuso el padre sonriente, añadiendo- ¿estaba a tu gusto?

-      Muy rica y en su punto de dureza, pero creo que la crema estaba algo floja, -dijo Marta riendo.

-      Será porque llevamos desde ayer tarde dale que te pego, contando mis tres corridas de anoche, es normal que ahora este algo flojo de sabor, ¿sabes? mi nueva amante rubia apenas me dejar recuperarme.

-      Llevas razón Papi, bueno dejare que te recuperes con un buen desayuno. –Marta se levantó de la cama de un salto y preguntó- ¿café con galletas?

-      Vale cariño, me visto y voy contigo.

Desayunaron en la cocina, ambos en camiseta y pantalón corto, pues Marta ya no tenía necesidad de ocultar a su padre la pintada de su trasero, el tema de conversación fue dar un esbozo a su futuro, el hombre no tenía pareja estable, aunque veía de vez en cuando a una amiga casada y se daban una alegría, Marta por su parte tenia a Rafa, el joven era buen amigo y amante mediocre pero voluntarioso, el muchacho se esforzaba por hacerla disfrutar cada vez que salían, naturalmente aquel fin de semana ella no podía exponerse a que le viese el culo pintado y la relación se fastidiase, casualmente en medio de la conversación sonó el teléfono, era Rafa… la chica dejo que sonara pero no contestó, miro a su padre y preguntó:

-      ¿Qué hago papa? Debería cortar con el pero… es un buen tío.

-      No lo sé hija, ¿Él fue el primero que…?  Bueno… ¡Ya sabes!

-      No papa, ese fue Antonio un compañero algo más mayor, la relación solo duró tres meses, me estrenó y salimos una temporada, luego fue a por otra.

-      ¡Menudo cabrito! –Fermín se puso muy serio y añadió- supongo que eso es normal con los chicos de ahora.

-      Si van como locos, parece que estén todos en un concurso de ver quien folla más.

-      La testosterona hace estragos en los jóvenes, lo siento nena.

-      Bueno papi, tenía que perder el virgo tarde o temprano, -ella suavizo el gesto y le miró a los ojos para añadir- si llego a saber que pasaría lo de anoche… ¡Te hubiera esperado!

-      ¡Marta cariño!

Ambos se fundieron en un beso, las manos recorrieron sus cuerpos como poseídas por un deseo irrefrenable, Fermín cogió a la joven en brazos y la deposito sobre la mesa apartando torpemente las tazas y platos, se sentó en una silla quedando entre ambas piernas y frente al coñito de Marta, sus manos acariciaron los muslos levantando la ligera tela del pantalón corto, acercó la cara y tras oler brevemente su perfume intimo dejo actuar a su lengua, esta recorría los pliegues de aquellos labios vaginales ya mojados, se fue abriendo paso a base de lametazos cada vez más intensos, el sabor del flujo en la lengua le excitaba, sentía su verga crecer como si volviera a la pubertad, el deseo de su niña era evidente y sus suspiros claramente audibles, usó ambas manos para abrir aquella almeja tirando suave hacia los lados, seguidamente inserto la lengua en aquella gruta cálida que reclamaba sus caricias, lamio a fondo, penetro la vagina con su lengua follándola una y otra vez, cada poco tiempo pegaba los labios al clítoris que ya asomaba ansioso de su capuchón, entonces lo absorbía febril apretándolo suavemente, usando la saliva de su boca para hacer succión sobre el órgano, alternando aquello con el titilar de la lengua haciéndolo vibrar, sin más pausa que la justa para volver a colar su lengua en las profundidades de la vagina y repetir el proceso.

Las caderas de Martita comenzaron a botar en la mesa, la joven lanzaba el coñito contra la cara de su progenitor a la vez que su bonita boca jadeaba ruidosamente, sus manos tomaron la cabeza de Fermín como impidiendo que este se alejara de ella o abandonase la tarea iniciada.

Nada más lejos de la realidad, allá abajo el hombre se tomó su tiempo para hacer gozar a la joven, alternando sabiamente las caricias con las penetraciones, su lengua y labios hacían maravillas en la vagina y clítoris de la rubia, llevándola sin remedio a alcanzar un orgasmo tan largo como devastador, no tardo en oírse la voz de Marta entrecortada diciendo:

-      Aaahhg… si papi…aaahg… me voy a correr, aagh siigueee.

Los caderazos ya eran continuos, ella parecía querer meterse la cara de Fermín dentro del coñito, el hacía presión con las encías en el monte de venus, su lengua se movía veloz penetrándola, la chica se tensó mientras alcanzaba el orgasmo y enviaba chorritos de gozo a la boca paterna, estuvo allí retemblando unos instantes transida de placer, mojando la cara del hombre hasta que su cuerpo se fue relajando.

---------------------------------------------------------______*---------------------------------------------------------

13ª parte. Deseo morboso cumplido.

El sábado pasó entre polvos y demás alegrías, nuestra pareja se demostró sus habilidades mutuamente, tanto feladoras como dactilares, ella había llamado a Rafa dando una excusa, no saldría el fin de semana pues tenía la menstruación y le había llegado muy dolorosa, lo cierto es que ella no tenía la regla, pero si que sintió algo de dolor el sábado, por culpa de una segunda sodomizacion a la que fue sometida por Fermín, sus grititos de dolor no tardaron en convertirse en mutuos gemidos de placer. El domingo apenas se levantaron de la cama más que para comer e ir al baño, la pareja parecía poseída por un extraño pero comprensible deseo mutuo.

Fue precisamente en el baño donde se desarrolló la siguiente escena, tras dormir la siesta juntos en la cama de matrimonio, Marta se había levantado y dirigido al aseo para hacer pipí, aquel repentino vacío en un lado de la cama despertó a su padre, este escucho en silencio unos instantes mientras acababa de espabilarse, reconoció los sonidos de agua que venían del servicio e imagino a su hija sentada con su afeitado chochete al aire.

Follar en el váter tras hacer a la mujer una lluvia dorada, esa había sido siempre una de las fantasías de su vida, su ex siempre se había negado a complacerle pero ahora sería distinto, ya que Marta parecía más que dispuesta a complacerle siempre; sigilosamente se acercó a la puerta y miro dentro, ella aún estaba sentada hojeando distraída una revista ajena a lo que se la venia encima.

Al darse cuenta de que entraba el hombre en el baño ella dijo:

-      Ya salgo papa, me seco y…

-      ¡Estate quieta jovencita! hay cosas que aún no has probado.

Fermín la quito la revista tirándola a un lado, quedándose de pie entre sus piernas y echándola la cabeza hacia atrás para darla un beso en la boca, ella respondía apasionadamente a la caricia enredando la lengua con la de su progenitor, sentía el roce del miembro entre sus pechos, sintió los pezones erguirse excitándose rápidamente por el contacto de la piel: el hombre separo la boca de sus labios y acercándola a su oído susurró:

-      No te apartes ni te asustes… ya me viene.

-      ¿Que…?

Marta sintió un fuerte chorro caliente en los pechos, la oleada de calor liquido se extendía por la piel de sus senos y bajaba, la sintió salpicando los brazos y la barbilla, el líquido bajaba hasta su cintura empapando la piel y seguía descendiendo sinuoso, unas cálidas oleadas se expandían por su cuerpo, ella inclinó la cabeza para mirar entre sus senos,  viendo el chorro dorado salpicando ya levemente sus tetas húmedas y brillantes, superando el asco contempló aquel rio sinuoso descendiendo por su piel, bajando hasta su vientre donde se desplomaba hacia el fondo del asiento como una catarata entre sus muslos abiertos.

Sintió de nuevo la boca de su padre en la suya, su lengua dentro moviéndose, el calor del pipí en su cuerpo se extendía en oleadas por su piel, pero la ligera brisa que entraba por la ventana transformaba aquella sensación en un frescor suave, aquel contraste la puso más cachonda que antes, sentía su vagina humedecerse viciosa notando aquel chorro cálido cayendo entre sus labios vaginales, notó a la vez las manos masculinas acariciando codiciosamente sus senos, los pezones delataron su cachondez irguiéndose de golpe para ser sobados y pellizcados por los dedos masculinos, la verga vertía las ultimas gotas doradas sobre su ombligo, cada impacto enardecía un poco más a nuestra caliente rubia.

Fermín puso la mano izquierda bajo la nuca de Mata, haciendo que esta se incorporase quedando sentada, ante su cara estaba la verga que el sujetaba con la mano derecha, había echado la piel del prepucio hacia atrás con lo que la cabezota en pleno estado de crecimiento quedaba a pocos centímetros de su boca.

-      Chúpamela cariño, ¡pónmela bien dura!

-      ¡Eres un guarro papi!

-      Y tú una zorrita, ¡así que chupa y calla!

Un breve tirón en la nuca hizo que la boca de Martita se viera rellena de carne, esta venció una nausea al sentir el sabor acido del pis en la piel de la verga, dio un par de mamadas absorbiendo y acumulando saliva, seguidamente retrocedió sacándose la verga y escupió en el vientre paterno diciendo:

-      ¡Sabe mal!

-      Ahora que la has lavado con saliva te sabrá mejor putita, ¡adentro otra vez!

Un nuevo empujón en la nuca y la joven se vio de nuevo con la boca llena, el sabor había menguado y la verga crecido, resignada a mamar de nuevo la rubia se esmeró en su trabajo, la lengua se movía locamente desde la uretra hasta debajo de la corona, recorría toda la carne del prepucio mientras daba suaves apretones con sus labios en el tronco del miembro invasor, no tardo en advertir que el rabo había alcanzado su máximo grosor y dureza ante aquellas sabias caricias orales.

Pero Fermín no deseaba correrse tan rápido, sacando la verga de aquella boquita se inclinó tirando de las piernas de Marta, dejándola prácticamente tumbada en el asiento pero con las rodillas juntas y levantadas, situó sus piernas por fuera de las femeninas, aquello dejaba a la joven con la cabeza recostada en la cisterna del váter, su cuerpo tenía una postura parecida al de una letra J , el hombre seguía de pie, separó ligeramente las piernas de su hija quedando con los pies de esta a cada lado de la cabeza, entonces flexiono las rodillas hasta tocar el coño con su verga erecta y empujó.

El coñito de la joven se abrió al paso de la verga, Fermín veía claramente aquellos labios dilatados abriéndose a su paso, el capuchón del clítoris resaltando rojizo, el flujo formando una película fina en los bordes de aquellos labios que engullían su polla, sintió calor y presión según entraba, las paredes vaginales le oprimían el largo miembro en cada estocada, su hija gimió cachonda pidiendo más velocidad, el aumentó la cadencia de la penetración haciéndola caso, al mismo tiempo lamio sus tobillos, allá abajo Marta se acariciaba lascivamente los pechos sin apartar los ojos de su padre, ambos veían el placer reflejado en sus caras.

En el silencio de la casa solo se escuchaba una serie de jadeos mutuos, estos y una serie de chasquidos húmedos reflejaban el placer que sentían, la taza del váter retemblaba ante la violencia de los envites, el notaba la verga entrando y saliendo oprimida gozosamente por las paredes ansiosas del coño joven, ella su cuerpo relleno por aquella gran polla que se metía hasta su matriz, se la cerraban los ojos y sintió la boca reseca de tanto jadear, pero el ansiado orgasmo llegaba recorriéndola entera, tembló de gusto, el placer se extendió hasta su cabeza donde reventó al correrse:

-      AAAAHH, siii aah yaaa –jadeó Marta.

Su cuerpo se tensó por la violencia del orgasmo, sin tiempo de relajarse bajo las incesantes estocadas paternas, Fermin notó el aumento de lubricidad y acelero sus envites, ¡estaba a punto de acabar! bastaron tres o cuatro movimientos antes de sacar el miembro rápidamente, lo sujetó con una mano justo a tiempo de que este se convirtiera en una manguera de la brotaron chorros de esperma, estos cayeron sobre el trémulo cuerpo de Marta que dada su posición los recibió desde la vulva a la barbilla, los chorros y lamparones blancos y cálidos sembraron su piel.

Fermín soltó las piernas de la joven y retrocedió un paso apoyándose en la pared, en ese momento Marta consiguió sentarse en el borde del váter, pero no se limpió el esperma que empapaba su cuerpo, tomó la verga paterna y la llevo a su cara frotándola en sus mejillas y labios, tras rebozarse un poco la cara abrió los labios y chupo despacio la polla hasta dejarla limpia.

-      Bueno preciosa ¡Ha sido tremendo! –dijo Fermín- espero que no te haya molestado mucho lo de la lluvia dorada, lo deseaba desde siempre, pero tu madre no estaba mucho por la labor.

-      ¡Me has sorprendido! No imaginaba esa faceta tuya papá, pero ha estado bien.

-      Bueno jovencita, me parece que debemos limpiar esto y darnos una ducha.

-      ¿Nos duchamos juntos? –dijo ella guiñándole un ojo.

-      ¡Naturalmente preciosa! Ya da lo mismo que estemos en pelotas todo el día, pero me tendrás que respetar un poco o no te podre follar esta tarde, ¡ya no soy un chaval!

-      ¡Cómo eres papá! Aun tienes dedos y lengua así que no me quedare a medias.

Limpiaron las salpicaduras y el váter, luego pasaron a la ducha y se enjabonaron mutuamente, en determinado momento Marta dijo:

-      Papi me pica ahí abajo ¿puedes mirármelo?

-      Si claro cariño, ¡a ver! -dijo Fermín arrodillándose ante la vulva pelada.

En ese momento Marta orinó un fuerte chorro ante la cara del hombre, este retrocedió pero no pudo evitar el chorro caliente que le salpicó el pecho, la joven se reía con ganas mirando a su padre, este miró desde abajo a su hija y dijo:

-      Un poco guarrilla sí que te estas volviendo, nena.

-      Es mi revancha papi, ¡Donde las dan las toman!

-      Vale lo acepto pues me lo merezco, eres mi zorrita meona desde hoy.

Tras la ducha comieron algo, pasaron el resto de la tarde sentados viendo la tele y metiéndose mano mutuamente, más que familia parecían dos novios en plena luna de miel, al oscurecer ya estaban en la cama haciendo el amor como posesos, hacia las diez de la noche se durmieron ambos, agotados y felices.

El lunes siguiente en el instituto, se le presentó a Marta el chaval de la mamada, intentaba chantajearla a cambio de sexo, ella naturalmente se negó y el chico la amenazó con contarlo, ella se mantuvo firme en su decisión y por la tarde hizo el camino de vuelta a casa con Rafa, al que tranquilizo de su mosqueo con dos besos y una pajilla en un portal, por la noche volvió a acostarse con Fermín y le conto todo, en especial lo de la paja a Rafa con todo lujo de detalles; aquello excito al padre y acabaron follando como locos.

Las cosas empeoraron el miércoles, pues nuestra protagonista discutió con Rafa, le habían llegado rumores de que ella se la había mamado a un chico en el patio, el joven no se creía las explicaciones y excusas de Marta debido a su reciente frialdad en el trato, la pareja se disolvió de una manera fulminante, naturalmente a la vuelta a casa su padre la consoló… dos veces, desde ese día Marta comenzó a convivir con su padre como mujer en vez de hija, solo entraba en su propia habitación para cambiarse de ropa, pues en caso de visita de familiares o amigos, hubiera parecido sospechoso el tener todo en la habitación grande y la otra vacía.

Fermín también hizo cambios en su vida, fallo o dio excusas a aquella casada con la que se acostaba esporádicamente, también se hizo el tonto ante los acercamientos de una profesora de matemáticas del instituto en el que trabajaba, aquello le dolió un poco, pues la mujer estaba francamente bien tanto económica como físicamente, la había echado el ojo meses atrás, pero su falta de interés había demorado una relación provechosa para ambos, ahora el no dejaría a su niña por nadie, por muy interesada que estuviera la madura, la mujer no reacciono bien al desprecio insinuando que podía hacer que le echaran del trabajo.

El hombre no accedió, pero se lo comento a Marta y la joven urdió un plan, debía llevarse a la madura a casa y ella se ocuparía de entrar pillándoles en la cama y montando un escándalo, la otra opción sería participando con ambos en un trio, de ambas maneras y ante el temor al escándalo subsiguiente, la profesora dejaría en paz a Fermín y permanecería en silencio para no ser perjudicada. El hombre tras escuchar tan pérfido plan, exclamó sonriente:

-      Me estas resultando algo guarrilla cariño, ¿Te atrae el sexo con mujeres o el trio?

-      Ya probé lo del lesbianismo una vez con Paqui, ya sabes la vecina de mi edad, estuvo bien pero a mí me gusta más algo bien duro dentro, en lugar de tanta boca y dedos, por cierto a ella se la escapaba algo de pipi al correrse, así que siento decirte que ya había probado algo de lluvia dorada antes de tu incursión en el baño.

-      ¡Pero hija, menuda guarrilla me estas saliendo! en fin que lo que buscas es un trio –el padre se puso serio y añadió- ¡no me digas que eso también lo has probado!

-      No papi, esta sería mi primera vez.

-      ¡Coño! Vale lo haremos, así al menos te estrenare en algo, ya me veía metiéndotela por una oreja.

--------------------------------------------------------------------*----------------------------------------------------------------

Continuara…

Bien amigos, ni que decir tiene que al que le moleste la lluvia dorada, solo ha de saltarse un par de párrafos en su segunda lectura del relato. Supongo que la frase “Nunca llueve a gusto de todos” adquiere aquí todo su valor.

Suponía que este sería el último capítulo de Marta, pero como veis la cabeza sigue buscando historias y giros argumentales, intentare acabar esta historia en la siguiente entrega.

Aprovecho para agradeceros vuestros comentarios, tanto los buenos como malos, pues me ayudan a mejorar.

No paséis mucho calor (salvo en ciertos momentos íntimos) y sed felices.