Marta, una señora madura (2)
Marta me busco y lo seguimos haciendo.
Marta, una mujer madura II
En mi anterior relato os conté como conocí a Marta y como nos relacionamos, ahora os contaré como fue nuestro segundo encuentro.
Al segundo día volvimos para continuar con el trabajo en el cuarto de baño, para sorpresa mía Marta estaba en casa y su marido, el déspota también, nos fuimos directamente a recoger todo lo que yo había picado el día anterior y empezamos a llenar sacos, luego los llevábamos a la entrada y mientras Rafa hablaba con el marido yo bajaba los sacos de runas por las escaleras, siete sacos de 50 kg cada uno, en el último saco me crucé con Rafa y el marido, Rafa me dijo que se iba a comprar unos lavabos y unos grifos y que se llevaba al dueño para que los eligiera, yo ya sabía que faena hacer así que subí y llamé al timbre, me abrió Marta, me saludó y entré, al cerrar la puerta se me echó en los brazos dándome un beso en la boca, abriendo los labios y buscando con ganas mi lengua, yo la rodeé con mis brazos y le devolví el beso, cuando se separó me dijo:
- Tenía ganas de verte, de estar contigo, he pasado una noche pensando en lo de ayer...-, le cerré la boca con otro beso, ella se aferró a mí y la abracé de nuevo, luego nos separamos y yo le dije que tenía faena, que me acompañara al lavabo y mientras hacía que me lo contase, Marta me vio trabajar y se acomodó en la escalera, la bata que llevaba se le abrió mostrando sus piernas y parte de sus braguitas blancas, yo me daba prisa en acabar mi trabajo para poder estar con ella, se desabrochó un botón de la bata para mostrar sus hermosas tetas en un escote precioso y sin sujetador, Marta me vio el bulto que ya llevaba en el mono de faena y se sonrió, yo la miré y deje de recoger todo, apenas quedaba nada, me acerqué y la besé con la boca abierta metiendole mi lengua con ganas y levantándola de la escalera la abracé y recorrí su cuerpo y empecé a desabrochar su bata, apareció con sus tetas redondas y de pezones gordos, duros, con sus braguitas blancas, que cuerpo tenía, le empecé a bajar las braguitas y Marta me paró, me pidió que esperara y se fue, me quedé parado, volvió enseguida y me dijo que había ido a cerrar la puerta, se acercó y mirándola a los ojos volví a meter mis manos entre su braguita y empecé a bajárselas muy despacio, Marta me miraba y veía en sus ojos el deseo, la cogí y la recosté en la escalera, me arrodillé y me puse a besar sus muslos, me fijé en su monte de venus, muy cuidado, recortado, su coñito rasurado, sus labios entre abiertos, acerqué mi boca a su cueva y saqué mi lengua, la pasé de abajo a arriba por sus labios y Marta se estremeció, cerró los ojos y me acarició el pelo, volví a pasar la lengua de arriba abajo y ella se abrió mas de piernas, coloqué una sobre mi hombro y separando sus labios empecé a meter mi lengua en su coño hasta lo mas profundo que podía, Marta gemía y se agitaba, atrapé su clítoris con mis labios succionándolo y me apretó contra su coño como si quisiera metérme en él, empecé a pasar mi lengua por su clítoris mientras metía uno de mis dedos en su cueva, Marta rotaba sus caderas y gemía, se sentía en un éxtasis que la perdía, yo seguía chapándole el clítoris con ganas y ella casi gritando y apretándome contra ella se empezó a correr en mi boca, se agitaba, su respiración se entre cortaba, jadeaba y me decía: -Que bueno..,ahhh...,que gusto...,ohh...sí..asíii...,ahhh...-, se derrumbó y la sujeté, poco a poco fue cobrando fuerzas y acabó dándome un tierno beso en los labios.
Dejé a Marta que se recuperara y recogí lo que me faltaba, preparé todo para cuando volviera Rafa, Marta se puso la bata y se acercó a mí, me rodeó y me besó con ganas, su lengua buscó la mía se fundieron en una lucha hasta que apartándose se agachó y bajando la cremallera de mi mono buscó mi polla que ya asomaba desafiante, la cogió con una mano y mirándome me dedicó una sonrisa, luego se la metió en la boca y empezó una mamada lenta que hacía que me estremeciera, se la fue metiendo cada vez más y podía sentir como le llegaba a la garganta produciéndole arcadas, aún así no dejó de chuparla, yo la cogí por la nuca suavemente y empecé a follarle la boca en un mete y saca lento pero seguido, ella ni se inmutó, siguió chupando y aferrándose a mi polla como si le gustara hacerlo de siempre, sentía ganas de correrme y se lo hice saber, entonces Marta hizo algo que no me esperaba, se aferró a mis piernas y sin sacársela espero que yo lanzara chorros de leche a su boca, sentía que le llenaba la boca y ella tragaba, no se cuanta leche le descargué pero no desperdició ni una gota...
Después nos incorporamos y besé a Marta en la boca tiernamente, luego me dijo que había disfrutado mucho y que quería aprender mas, pero eso ya se lo contaré en otro relato, espero sus comentarios.