Marta, mi primera follaalumna

Marta G.S parece una mosquita muerta, pero es muy viciosa, antes estaba más rellenita y sus tetas aunque estaban caídas eran grandes, daba gusto comérselas y correrse en ellas con su piel blanca, sus aureolas grandes y claritas y sus pezones prominentes. De culo iba bien servida, un poco grande para mi gusto, mucho más follable ahora. A cuatro la ponía muchísimo y la gustaba fuerte, quería que la follara duro, además con ella fue mi primer anal, que la dieran por culo la excitaba muchísimo y claro, a mi también. Su coñito estaba depilado completamente y era ese típico coñito que parece que está dado de si. Me pedía que se lo comiera, la encantaba como se lo follaba con los dedos y la lengua, su primera corrida siempre era en mi boca.

Decía que su marido se hacía muchas pajas pero no sabía comerla el coño como yo, ni jugaba tanto como yo.

Probamos infinidad de posturas, infinidad de veces e infinidad de sitios, incluida su casa donde me quedé con las ganas de follarnela en su cama de matrimonio poniéndola a cuatro contra su cabecero de forja o en su cocina contra su puerta del patio que es tipo cuadra (de esas que se pueden abrir la mitad de arriba) dándole duro mientras estrujo sus tetas. En su garaje apoyada contra su coche me esperaba un día con una camisola blanca sin bragas y si no hubiera sido porque su hija dormía arriba además de haberla requete chupado el coño como hice, me la hubiera follado en esos sitios.

Nos escribimos mensajes muy sucios y al final después de mucho sexo y sudor empecé a aburrirme y finalmente se acabó.

A veces la veo por la calle y se me pone dura, pienso....¿un reencuentro?, estaría muy bien, quien sabe, igual un día vuelvo tenerla sentada en el aula frente a mi.