Marta. Me tocó el Euromillones 5

Siguiente parte de la historia de Marta. día de compras en Madrid

Este es el quinto capítulo, de la historia de Marta, una madrileña de 29 años, a la que le tocan 200 millones de € en el

Euromillones

, y, su vida, comienza a cambiar, y, se convierte, en una espiral de sexo y drogas.

Sigo yo mismo, narrando la historia

El día de compras, por la mañana

Salimos a la calle, desde mi casa, y, el microbús, ya nos estaba esperando, a Marta, Natalia, y a mí, para pasar el día, de compras.

Ambas llevaban la misma ropa del día anterior, porque, no tenían ropa para cambiarse, no pensaban, haber acabado el martes, en mi casa, así que, la primera parada, fue a/en casa de Marta, para que se pudieran cambiar.

En esta ocasión, no se arreglaron mucho, ambas se pusieron sendas camisetas, y, pantalones cortos, con botas, para tardar lo menos posible, en estad disponibles, para la jornada de compras; si acaso, ya habría tiempo de cambiarse a algo más decente, en la primera parada de las compras.

Pasamos por otro VIPS, a desayunar, en condiciones, un desayuno americano, contundente, para cada uno, así que, las compras, empezaron, a las 11:30.

  • La primera parada, fue, en una peletería, en la que, Marta, arrasó, pues se compró, varios abrigos de visón, algún vestido de cuero, y, también, un montón de chaquetas y abrigos largos, de cuero, tanto en negro como en marrón, y, de distintos largos; Natalia, también se compró un visón, y una chaqueta de cuero negro.
  • Después, pasamos por un Zara, que también quedó, casi, desierto de ropa, la tarjeta de Marta, echaba humo, la mayoría de la ropa, era de cuero, compró también un montón de pares de botas, de distintos tamaños, alturas, y tacones.

Por la mañana, echamos tres horas, sólo en las compras, paramos para comer, en un restaurante muy conocido de Madrid, y comimos unos buenos platos de huevos fritos, de primero, y, de segundo, sendos lenguados, para los 3, eso, unido a un buen postre, variado, y, café y whisky, a tope, sin olvidar regar la comida, con buen vino, del que, de nuevo, los 3, abusamos.

Una vez ya comidos, dejamos a Natalia, en el hospital; Marta y ella, se despidieron, besándose apasionadamente, en la boca, y, quedamos, en que estaríamos en contacto, para conocer a la que, podría ser, nuestra esclava sexual, si las cosas, salían bien.

Por la tarde

Después, el microbús, nos dejó en Montepríncipe, pues íbamos a ir a ver, la casa de alquiler, de transición, hasta que la casa nueva, estuviera en orden, para poderla ocupar.

Mientras esperábamos a la de la inmobiliaria, Marta me dio una sorpresa agradable, Natalia, le había dado una bolsa enorme con cocaína, para que, Marta, se pudiera ir acostumbrando, a meterse cocaína; se me ocurrieron muchas cosas que se podrían hacer, ya iréis viendo...

Llegó la de la agencia, y, nos enseñó la casa, estaba muy bien, pero, sin muebles, así que, como decidimos alquilarla, por un año, prorrogable, le pagamos ya, en vivo, y por transferencia, los casi 100k€ que costaba el alquiler de un año.

Con eso, conseguimos tener dos juegos de llaves, y, pleno acceso a la casa, para mudarnos, cuanto antes.

Después, volvimos a Madrid, a empezar a comprar cosas y muebles, para la casa de alquiler.

Aunque, antes, cuando la de la inmobiliaria se fue, dejándonos ya solos, en la casa nueva, la inauguramos, como es lógico, follando.

Nos empezamos a desnudar, e hicimos el amor, en tres actos:

  • Primero, Marta, me la empezó a chupar, me hizo una mamada, de las que hacen época, de lo excitada que estaba, ayudó el hecho de que, Marta, me puso cocaína en la polla, y, se la esnifó directamente de ahí, pues, no había una mesa u, otro lugar mejor, en el que prepararse la raya de cocaína.
  • Después, llegó el turno, de follarme su coño, como siempre, me corrí dentro de Marta, pues es lo que ella deseaba.
  • Y, finalmente, me follé su culo, creo que era el tipo de sexo que, Marta, más disfrutaba, evidentemente, pasó lo mismo, que cuando me follé su coño, la corrida, fue a parar, al interior de su culo.

Mientras Marta, se metía otra raya de cocaína, le estaba agarrando gusto al asunto, le sonó el móvil, era Natalia que, aparte de preguntar, por cómo nos estaba yendo la tarde, y, las cosas con la casa de alquiler, nos citó, para el día siguiente, en su consulta, porque, Miriam, la que sería nuestra futura esclava sexual, quería conocernos, y saber si, éramos compatibles, con lo que ella buscaba; ya, Natalia, nos advirtió, de que, era un proceso, muy duro, el que Miriam demandaba...

Eran las 19:00, cuando acabamos, Marta y yo, de follar, en la casa nueva, de todas formas, decidimos ir a hacer alguna compra más, de muebles y de tecnología.

Estuvimos hasta casi la hora de cierre, las 22:00, haciendo compras, entre las que destacan, varios televisores, electrodomésticos para la cocina, algún ordenador nuevo, tanto de sobremesa como portátil... en fin, dejamos la tarjeta, echando humo.

Para acabar el día, en Madrid capital, fuimos a cenar, a un restaurante italiano, que tiene muchas franquicias en Madrid, cenamos una pasta negra, que, a mí, me gusta mucho, y, de nuevo, como ya era costumbre, regada con una botella de vino.

Por la noche

Finalmente, o eso creía yo, íbamos a ir ya para mi casa, en

Campodón

, pero, no, Marta, me tenía una sorpresa preparada.

A Marta, le apetecía, seguir de fiesta, así que, fuimos a una discoteca, en la que, como era de esperar, Natalia, nos estaba esperando.

Ya había podido cambiarse de ropa, con respecto al día anterior, llevaba una falda de cuero, que le tapaba lo justito, un top de cuero, que marcaba sus enormes tetas, y, estrenaba el abrigo de visón, que se había comprado esa mañana, durante las compras, de ropa.

Estábamos en un reservado, por lo que, Marta y Natalia, debido al alcohol y a la cocaína, pues, entre ellas dos, solo, se bebieron una botella de vodka, y, se acabaron la bolsa de cocaína que, Natalia, le había dado por la mañana, se liaron entre ellas, me puso muy cachondo, ver cómo se estaban besando, cerca estuvieron de follarse allí mismo...

Acabamos la fiesta, a las tres de la mañana, al llegar a casa, Marta, aún tenía ganas de más, a Natalia, la dejamos en su casa, con el microbús, que nos salió, por un pico, pero, pagaba Marta.

Marta me pidió, que le tapara los ojos, cómo los llevaba, la noche anterior, con los parches, y que, se dejaba hacer, lo que yo quisiera, era lo menos que podía hacer, por haber estado con ella, todo el día, y, ayudar en su nueva vida...

Yo, quería irme ya a dormir, pero, tenía que aprovechar la oportunidad, así que, ya con Marta a ciegas, le pedí que me hiciera una mamada, para ver si mejoraba algo, sin poder ver, y, sí, fue aún mejor, se notaba que, Marta, se sentía relajada, al no poder ver, y, daba lo mejor, de sí misma, a nivel sexual.

Cuando me corrí, Marta, se tragó mi semen, le dije que, por esa noche, ahí se acababa la sesión de sexo, eran las 4 de la mañana, quería dormir, además, habíamos quedado con Natalia, a las 11, en la clínica, para conocer a Miriam.

Subimos los dos a mi habitación, y, nos acostamos, y, estuvimos durmiendo, unas 5 horas, hasta las 9, de la mañana.

Lo que pasó, al día siguiente, en la consulta con Natalia, y, la presentación de Miriam, en el próximo capítulo de la serie.

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