Marta. Me tocó el Euromillones 4
Cuarto capítulo de la historia. Noche de pasión y sexo, entre Marta y Natalia. El 17/10, más capítulos.
Este es el cuarto capítulo, de la historia de Marta, una madrileña de 29 años, a la que le tocan 200 millones de € en el
Euromillones
, y, su vida, comienza a cambiar, y, se convierte, en una espiral de sexo y drogas.
Sigo yo mismo, narrando la historia
**En mi casa de
Campodón
, en Villaviciosa de Odón, martes por la noche
(Toda la acción de este capítulo, transcurre allí)**
Tras la cena, en la que Natalia y Marta, me pidieron, ir a mi casa, para pasar la noche, y, follarse entre ellas, mientras yo grababa, agarramos nuestros coches (Yo, el mío, y monté con Marta, y, Natalia, llevaba su coche, nos fue siguiendo), y, llegamos a mi casa, en
Campodón
.
Ya sabéis, que, Natalia, tiene mando del garaje, y de la puerta, por si pasa algo, pues poder entrar, así que, al llegar, aparcó su coche en la parcela, y yo, aparqué, el mío, en mi garaje, y, entramos en mi casa, los 3.
Por suerte, aún nos quedaba, una de las dos botellas de whisky, que, Marta y yo, habíamos comprado, el día anterior, cuando salimos del restaurante, ya era tarde, y, no pudimos comprar más alcohol.
Así que, lo primero, fue sentarnos en el sofá, a tomarnos un vaso de whisky, cada un@.
Antes de ver como Marta y Natalia, se follaban, estuvimos haciendo planes, para las compras, del día siguiente:
- Por la mañana, la dedicaríamos a la compra de ropa, primero, iríamos, Natalia, Marta y yo, a una peletería para comprar abrigos de visón, y, largos de cuero, para ambas, aunque, claro está, en especial, para Marta, que, de eso, en ese momento, andaba escasa, pero, en realidad, lo estaba deseando, así como ropa en general, intentando que, en su mayoría, fuera de cuero.
- Por la tarde, tras visitar una casa, en Montepríncipe, lista para entrar, en régimen de alquiler, iríamos a comprar, productos de tecnología, para amueblar esa casa.
- Por supuesto, iríamos a comer, a mediodía, a un buen restaurante, donde nos pillase bien, según las compras
- Para poder ir más tranquilos, alquilé un microbús, con mucha capacidad para las bolsas, y, con chofer.
Mientras nos bebíamos los vasos de whisky, vi
cómo
, tanto Natalia como Marta, se iban, poco a poco, metiendo, rayas de cocaína.
Me excitaba ver, la evolución de Marta, la cocaína y ella, se iban a llevar muy bien, tal y como yo, imaginaba.
Fui a buscar la cámara y el trípode, para empezar a grabar, como Marta y Natalia, se follaban, también, fui a por un paquete de parches para los ojos, y, dos vendas negras, una para cada una, así, se excitarían, ambas, más.
Volví al salón, y, Natalia, al verme con lo que llevaba en las manos, se excitó aún más, y, agarrando uno de los paquetes, el de los parches, se lo mostró a Marta, que,
curiosa
, preguntó que para qué eran.
Yo, ya tenía la cámara montada, con el trípode, y, comencé a grabar.
Primero, Marta y Natalia, se fueron desnudando, la una a la otra, hasta quedarse, ambas, sólo con las botas que llevaban, a modo de calzado.
Pude comprobar que, Natalia, sólo llevaba un pequeño tanga negro, que le hacía un culo casi perfecto, a modo de ropa interior, nada de sujetador.
Cuando ya ambas, estaban casi desnudas, salvo, ya digo, por las botas, Natalia, agarró el paquete de parches, sacó uno del paquete, y, se lo puso a Marta, en el ojo derecho, como
buen médico
que es, y, sin dejar que Marta, pudiera protestar, repitió la operación, en el ojo izquierdo de Marta.
Al principio, Marta, se quedó un poco confusa, pero, pude ver, por la humedad de su coño, y sus pezones, que estaban muy duros y excitados, que estaba disfrutando, más aún, cuando, Natalia, le metió un dedo, en su coño, a Marta, que, empezó a gemir, de placer, por la excitación que llevaba.
Natalia, acabó la operación de vendaje, añadiendo la venda negra, lo que hizo que, Marta, se quedara relajada, y, empezara a buscar mi polla, para, chupármela.
Tardó un poco, porque yo, se lo puse difícil, pero, cuando la encontró, le di su premio, y, dejé que me la chupara; como ya suponéis, me corrí en su boca, pues es lo
que,
a Marta, le gustaba.
Al acabar, Natalia, comenzó a besar a Marta, para limpiarle los restos de mi semen que, aún, le quedaban a Marta, en los labios, y, ya de paso, deleitarse, ella misma, con el sabor de mi semen, la muy guarra.
Después, Natalia me pidió que, yo mismo, le pusiera a ella los parches, y, la venda negra, por encima, y, me aconsejó que esposara a Marta, para que no se pudiera quitar la venda, pero, yo no le hice caso, porque, sabía, que Marta se iba a comportar, y no se iba a intentar quitar la venda, sin mi permiso.
Le tapé los ojos a Natalia, con los parches, y, con la venda, y, ahí ya, la cosa se desató.
Natalia, empezó a buscar a Marta, y, cuando la encontró, le empezó a sobar sus tetas, le metía dedos por el coño y por el culo, le daba mordiscos... en fin, le hizo de todo.
Marta, gemía de placer, le pregunté si quería una mordaza, para reprimir los gritos, y, sí, me la pidió, así que, tuve que ir a buscar una mordaza, de las que tienen una especie de aro, en el centro, y, dejan la boca abierta, dejan respirar.
Después, Natalia, se centró en el coño de Marta, y, se lo estuvo lamiendo, hasta que, Marta, se corrió.
Tras unos minutos de descanso, en el que ya, le quité a Marta la mordaza, porque, iba a ser su turno, para lamer el coño de Natalia, además, paramos para beber otro whisky, y, esnifarse (ellas), otra raya de cocaína, por lo que, necesitaba poder hablar y tener la boca libre.
Llegó el momento, de cambiar los papeles, aunque, para Marta, no fue nada sencillo, teniendo en cuenta el tamaño, enorme, de las tetas de Natalia, le costaba lamerlas, sobarlas, casi no le cabían en la mano, de lo grandes que eran, finalmente, llegó hasta el coño de Natalia, lleno de piercings, y, tuvo que estar un buen rato, lamiendo y chupando, hasta que, finalmente, consiguió que, Natalia, se pudiera correr.
Era evidente, que había diferencias de experiencia en follar, pero, poco a poco, con entrenamiento, por mi parte, y, ayuda de Natalia, iba a poder convertir a Marta, en toda una puta, si me lo proponía, y, Marta, claro está, se dejaba.
Tras otro “
cooling
break”, para tomar más whisky y, también, más cocaína, (por parte de las chicas), llegó mi turno de follar.
Primero, agarré a Natalia, cuyo coño estaba ya muy húmedo, deseando que mi polla, lo volviera a visitar, así que, me puse a ello.
Marta, estaba mirando, sin poder ver, de lo cachonda que estaba, al no poder ver nada, se estaba masturbando, al adivinar, por los gemidos de placer de Natalia, lo que estaba pasando, que me la estaba follando.
Cuando llegó el momento de correrme, lo hice en las tetas enormes de Natalia, porque me daba más morbo que, correrme dentro de ella, además, al acabar, podía ordenar a Marta, que las limpiara bien, de los restos de mi semen, algo que, Marta, hizo de muy buena gana.
Una vez que ya, Natalia, estaba limpia, me follé a Marta, aunque, para cumplir su deseo, sí que me corrí dentro de ella, pues esa era, su única petición, cuando follásemos.
Al acabar la sesión de sexo, eran, en torno a las 2 de la mañana, yo, me quería ir a dormir, había sido un día agotador, no había dormido desde la noche del domingo al lunes, llevaba casi 48 horas despierto, además, al día siguiente, me esperaba una sesión de compras, y, quería estar en buena forma, así que, me fui a mi habitación, y, dejé a las dos guarrillas, en el salón, que siguieran la fiesta.
Yo, me fui a dormir, puse el móvil, para que me despertara a las 8, y, no tardé mucho en dormirme, aunque, a las 5, me tuve que despertar, para beber un poco de agua, bajé al salón, y, me encontré a las dos, abrazadas, durmiendo, y, aún, vendadas, no se habían quitado el vendaje, ninguna de las dos, supongo que, esperando, a que yo se lo quitara, una situación, muy excitante.
Al día siguiente, miércoles, por la mañana 09:00
Me desperté, y, me había quedado dormido, eran ya las 9, y, a las 10, había quedado con el del
microbús
, que nos iba a recoger, en mi casa.
Bajé al salón, y, Marta y Natalia, estaban aún, durmiendo, sin quitarse los vendajes, y, muy tranquilas.
Desperté, con un beso en la boca, a Marta, que, sonrió, y pidió 5 minutitos más, pero, yo les dije, a ambas:
“Arriba, dormilonas, tenemos una hora, para ponernos en marcha, que hoy, toca día de compras”
Después, le tocó el turno, a Natalia, a ella, la desperté, tocando sus enormes tetas, dio un respingo, y, sin más, me dio su mano, para que, siguiendo sin poder ver nada, con los ojos vendados, me la llevara a la ducha, durante el trayecto a la ducha, me pidió que me la follase, bajo el agua, para empezar el día, con energía.
Ambas duchas, tanto con Natalia, como con Marta, fueron muy parecidas, en ambas, aproveché para follármelas, a Natalia, en su coño, y, a Marta, por el culo.
Una vez ya vestidos
tod@s
, desayunamos, brevemente, y, a las 10, cuando el microbús, vino a buscarnos, para la jornada de compras, los 3, estábamos ya listos, para la odisea...
En el próximo capítulo, que escribiré el 16/10, os contaré, como fue, el día de compras, con Natalia y con Marta.
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