Marta

Historia de un polvo seis años después de enrollarnos. Nunca más nos habíamos vuelto a ver hasta aquella noche inolvidable...

Todo lo que aquí esta escrito es cierto, únicamente cambiaré algunos nombres, omitiré algunos datos relativos a lugares de procedencia e intentaré ser lo más concreto posible en cuanto a los detalles.

La historia que aquí os cuento se inició hace aproximadamente un año, es decir en enero del 2002; un domingo al levantarme con la resaca habitual del sábado; me encontré un mensaje en el móvil de alguien que nunca hubiera esperado, se trataba de Marta, que sorpresa...

Marta era una chica que había conocido cinco años atrás en una de esas noches locas de verano en la playa y que nunca más había vuelto a ver.

Sabía de ella por una amiga común, pero nada más, vagamente recordaba como era físicamente, y pese a tener su móvil nunca habíamos osado llamarnos. Ella tenia novio, es más, aun lo mantiene; y yo hasta hacia poco también había estado saliendo con una chica. La noche que nos conocimos nos enrollamos y la verdad es que lo pasamos bien, pero no paso nada más. En el menaje me preguntaba como me iba y si aun estaba soltero, yo evidentemente le conteste que sí, y que si ella también lo estuviera lo podríamos pasar genial; su respuesta fue un poco ambigua pero me incitaba... Yo le contesté que no me pusiera caliente que me acababa de levantar y después del calentón de la noche uno no esta para tonterías, a ello ella me contestó que lo que me pondría realmente caliente seria ella desnuda sentándose encima de mi polla... Quede perplejo! Ya podéis imaginar que mi polla despertó de golpe, empecé a seguirle el juego y a ponerme más cachondo, de repente dejo de contestarme, pero yo ya estaba como una moto.

En la ducha me hice una paja imaginando como me follaba a Marta, esa chica que solo había visto una vez, imaginé como realmente se sentaba encima de mi polla bajando lentamente hasta metérsela toda en su coñito, como galopaba encima de mí, como sentía su aliento y como gritaba de placer cada vez que se corría.

Los días siguientes a aquel domingo seguimos con los mensajitos, incluso aquella misma tarde de domingo la cosa se caldeo mucho más, siempre a través de mensajes, y llegué a desear locamente follarme a Marta, ella me decía que quería comerme la polla, hacerme una mamada como nunca me la habían hecho, pero como contrapartida yo debía de comerle el coño, algo que hasta aquel momento nadie le había echo: a su novio parecía darle reparo y la pobre, que solo había follado con él, ardía en deseo de que alguien le repasara bien el coño con la lengua. Yo le decía como se lo comería y ella parecía ponerse realmente cachonda con mis mensajes.

La verdad es que habíamos llegado a la conclusión que nos debíamos un polvo de aquella noche de verano de hacia cinco años, y aquellos primeros mensajitos solo eran la avanzadilla de lo que los dos creíamos desear, pero que a la práctica era poco probable de realizar. Nos separaban unos 200 km., y que ella tuviera novio ponía freno a sus anhelos.

Los días pasaron y podéis imaginaros que Marta se convirtió en la protagonista de mis masturbaciones, tenía ganas de hacerme pajas siempre que ella empezaba a enviarme mensajes: en el trabajo, en casa, cuando estaba conduciendo...

Un día decidí llamarla y después de cinco años volví a sentir su voz... La conversación que mantuvimos fue breve y hablemos poco de sexo, ya que parecía darnos reparo a los dos, pero las sensaciones fueron positivas, pese a que me convencí que poder realizar la fantasía que nos unía era realmente imposible. Poco a poco y con el paso de los días intenté convencerla de que nos viéramos, pero ella era reacia a cualquier encuentro, pese a ello no negaba que se moría de ganas de que le comiera el coño y de poder sentirme dentro. Le enviaba, vía mail, relatos eróticos que encontraba en la red y que servían para imaginarme como podía ser nuestro encuentro, con esos relatos que yo me había masturbado, ella lo hacía después... Pero no eran suficiente reclamo y mis deseos se frustraban cada vez que parecía que la convencía... En sus mails me ponía realmente cachondo y me decía cosas como: "Ahora mismo me gustaría desnudarme i meterme desnuda en una piscina mientras tu me acaricias todo el cuerpo y me lames el coño..." "Me pasarías tus labios húmedos por todo mi cuerpo hasta llegar entre mis piernas donde te esperaría otra cosa también húmeda...

Yo con impaciencia esperaría tu carne dura entre mis labios... mmmh! No puedo más..." "Me gustaría ver como me lames las tetas, las acaricias, las chupas, te las comes... mmmh! Los dos desnudos, yo sobre una mesa estirada y tú de pie, yo gozando de todos tus placeres y tu haciéndome sentir bien, ufff!... no puedo más... Ya siento tu carne dura entre mis piernas..." "Cuando pienso que me podrías comer el coño me noto mojada y te deseo tanto que hago cosas malas... Pese a que sola no mola tanto, ya lo sabes... A veces cierro los ojos e intento imaginar como sería, pero seguro que me quedo corta, no se pueden comparar los sueños con la realidad..." "Mira estoy super caliente, pero lo que tu me puedas hacer no me lo puedo hacer yo sola, así que te deseo, deseo que me la metas bien dura, que lamas todo mi cuerpo, que me comas el coño, que me hagas gritar de placer...

Pero eso no es todo, tu también te lo pasarías genial, te la comería hasta que te corrieses de gusto y cuando ya te hubieras corrido te haría un streaptease para ti solo que te la pondría tan dura que no podrías esperar a que se acabara la canción y me follarías allí mismo con las máximas ganas que pudieras tener... Te dejaría que me pasaras la polla por todo mi cuerpo, la cara, entre mis tetas y dentro de mi vagina, que te fueras moviendo, primero, suavemente y luego cada vez más fuerte, hasta que tu semen saliera disparado dentro de mí... Te encantaría..." "Sabes que hice... me desnude y me metí dentro de la cama, allí sentí como me metías la polla por detrás, como me follabas con tu polla dura y grande, mmmmh, me gustaba mucho. Mientras imaginaba esto mis dedos no podían dejar de tocar mi clítoris húmedo, inflado y caliente, que deseaba ser comido por tu lengua. Te llamaba para que te lo comieras y me volvía loca de placer pensando que mi sueño se podía hacer realidad. Más tarde me metía tu polla en la boca y la chupaba arriba y abajo mientras tu me pedías más, yo estaba muy caliente y quería que te corrieses en mis tetas, pero antes quería que me volvieses a follar y follar y follar y follar... Me quería quedar sin aliento, correrme hasta tener la mente en blanco, ahhhhh..." Estas eran algunas de las cosas que me escribía Marta, podéis imaginar que aun me pongo cachondo al leerlas. Los días pasaron y al llegar la fecha de mi cumpleaños, que coincidía con un fin de semana, decidí ir a ver a Lourdes, la amiga común que tenemos Marta y yo, ya que hacía muchos días que no nos veíamos, y así aprovechar y celebrar mi aniversario con ella y unos amigos, entre ellos su prima, a la que debíamos de ir a recoger a la estación de tren. El lugar de encuentro era una ciudad a medio camino entre donde vivo yo y donde vive Lourdes, ya que buena parte de nuestros amigos son de allí.

Lourdes, que estaba al corriente de lo que estaba pasando entre Marta y yo, aunque no sabía hasta que punto nos deseábamos, no hacía más que decirme que me olvidara de Marta, ya que tenía novio y no era plan de ir tocando los cojones a la pobre de su amiga. Todo aquello me olía un poco extraño, pero es evidente que no podía sospechar que algo podía pasar ya que Marta se había negado una vez y otra a un encuentro, pese a ello me daba la impresión que algo se estaba forjando.

Al llegar a la estación de tren estaba lloviendo, yo y un amigo de Lourdes nos esperamos en el coche mientras Lourdes iba a recoger a su prima al anden... La sorpresa fue mayúscula cuando quien apareció corriendo hacia el coche no era la prima, sino Marta! Joder! Que sorpresa! Mitad incrédulo y mitad acojonado no hice más que sonreír, mientras Lourdes me decía que ese era su regalo de cumpleaños... Tras la cena los cuatro comensales decidimos cambiarnos de ropa para adentrarnos ya definitivamente en la locura de la noche. Unas fotos son el único testigo de lo que paso esa noche y en ellas se retrata justo ese momento en el que acabábamos de vestirnos; de vez en cuando las miro (me las envío escaneadas Marta) y recuerdo perfectamente aquel momento, y no dudéis que ello me excita profundamente...

Yo me vestí completamente de negro: pantalón y camisa; y Marta vestía una falta negra por media rodilla y una blusa también con tonos negros, la verdad es que no estabamos nada mal el uno al lado del otro; desde el primer momento en que la vi con la falda la curiosidad de saber que era lo que realmente escondía, o mejor dicho saber si realmente su coño deseaba lo mismo que deseaba mi polla, creó en mi una sensación de inseguridad, pero a la vez de morbo que nunca había experimentado. El primer local al que fuimos estaba casi vacío, subimos al primer piso, donde Lourdes conocía a una de las camareras, y decidimos empezar a beber para así iniciar el proceso de desinhibición. Marta se acercaba a mí poco a poco, pero yo prefería guardar las distancias. Los minutos pasaron. Cayó el segundo cubata, y Lourdes se acercó a mí, susurrándome al oído: "Marta dice que le sigues gustando y que tiene ganas de que te la folles, lo harás no?" Mi única respuesta fue una sonrisa, Lourdes insistió: "Fóllatela a lo salvaje, a lo bestia, pero sobretodo cómele el coño, esta loca porque se lo hagan..." No dude en ningún momento que lo que me decía Lourdes era verdad, y me excitaba que me lo dijera ella. Ante una situación así uno no sabe como actuar, pero justo antes de irnos hacia otro local y mientras apurábamos el ultimo sorbo, me acerque y busque su lengua, fue corto pero contundente.

En el segundo local ya estabamos bastante fuera de lugar, pronto empezamos a tocarnos, no dudo que Marta descubriera rápido mi excitación, a la vez Marta y Lourdes jugaban y se acariciaban ante nosotros, incluso llegaron a besarse. La gente que nos rodeaba nos miraba atónitos y por lo que parecía les gustaba lo que veían. Yo acariciaba a Marta, buscaba su culo, sus curvas, mientras le comía la lengua, era algo parecido a pasión salvaje, no era el rollo de una noche, era algo que los dos deseábamos, el espectáculo era fascinante, ojalá ahora pudiera ver lo que hacíamos allí entre toda la gente, en ningún momento nos cortamos de nada, probablemente ahora me cortaría para hacer algo así... La noche acabo en un discoteca pequeña, abarrotada de gente, ahora mismo no recuerdo si estuvimos mucho rato o poco, íbamos muy borrachos e intentar recordar lo que paso es difícil, recuerdo que subimos a una especie de escenario que estaba vacío y se hacia servir de podium, allí había mucha mas gente, nos mezclamos entre ellos y seguimos el juego del local anterior, pero aquí mis manos entraron en acción: buscaron su coño por la parte superior de la falda, recuerdo que me costaba, pero que llegué a acariciárselo, ella me bajo la bragueta y busco mi polla que estaba grande y dura, hizo el intento de hacerme una paja, pero era difícil, estabamos los dos como locos, recuerdo que le susurre al oído que le iba a comer el coño, ella me contestó que me iba a comer la polla como nunca me lo habían echo... De aquel momento ahora me excita pensar que podríamos habernos colado en el lavabo y allí ella me la podía haber chupado hasta correrme en su boca, pero eso no pasó, y me excita pensar que podía haber pasado. Una vez de vuelta al piso Marta y yo dormíamos en la planta superior y Lourdes y Paco en la planta inferior. Nos dirigimos directamente al dormitorio y allí seguimos acariciándonos, estabamos muy excitados, empece a quitarle la ropa, acaricié sus pechos, estaban duros, no eran ni grandes ni pequeños, pase mi lengua por sus pezones; nos reclinemos en la cama, estabamos casi sin ropa: ella en ropa interior y yo con unos boxers azules. Poco a poco pasé mi lengua por todo su cuerpo llegué a sus bragas y allí por encima de la ropa empecé a pasar mi lengua, estaba realmente mojada, sus bragas estaban muy húmedas y decidí sentir esa humedad en mi lengua, le quite las bragas, ella estaba muy excitada, pensar que mi cabeza estaba entre sus piernas la volvía loca; empecé a comerle el coño, suavemente, con un dedo busque su clítoris, lo encontré fácilmente, estaba grande e hinchado, pase mi lengua por encima de él, otro dedo lo introducí en su coño y mientras, mi lengua seguía trabajando; Marta dejaba escapar algún grito de placer y eso a mí aun me excitaba más, con sus manos se agarraba a la cama y me decía que no parara...

Cuando se calmó me dijo que había sido fantástico y que me tumbara yo. Me quito los boxers y agarro mi polla con las dos manos, empezó a hacerme una paja mientras me tocaba los huevos, noté como su lengua me acariciaba los huevos y desde ahí subía hacia el capullo, al mirar vi como su lengua estaba en mi capullo, y de repente se metió mi polla en su boca, recuerdo haber emitido un sollozo de placer, empezó a chupármela poco a poco para luego ir acelerando, notaba como su boca hacia presión en mi polla, nunca me habían chupado la polla de aquella manera. Al mirar veía como ella se movía mientras me la chupaba, le dije que se girara y pusiera su coño en mi boca mientras seguía chupándomela, accedió rápidamente y empezamos a hacer el 69, ella no paraba de moverse y ello me dificultaba comerle el coño como me hubiera gustado, pero estaba como loca: se lo hice con los dedos y la lengua, mientras ella me la chupaba sin freno; se corrió en mi cara mientras se lo comía, y yo le tuve que decir que parara un momento porque me hubiera corrido al instante.

Me puse un condón y ella se subió encima de mi, mi polla entro fácilmente dentro de ella y empezó a moverse mientras yo le agarraba las tetas, notaba como estaba muy mojada, no parábamos de movernos y de decirnos cosas que aun nos excitaban más, lo hicimos de varias formas diferentes, fue un polvo largo, al final me corrí dentro de ella, no recuerdo cuantas veces se corrió ella, pero puedo asegurar que mi corrida fue larga e intensa. Pasaron unos minutos y Marta se abrazaba a mí mientras hablábamos de lo increíble que era la situación y de como habíamos llegado a echar un polvo después de casi seis años sin vernos... Mientras charlábamos ella recostada de lado frotaba disimuladamente su coño contra mi pierna, era muy suavemente y me excitaba muchísimo, creo que ella lo noto rápidamente y mientras no parábamos de hablar de las posturas que nos gustaban, me volvió a coger la polla con la mano por debajo de las sabanas y me dijo: "Ponte otro condón que me voy a subir encima de ti y te voy a follar así, como tanto te gusta" Dicho y echo. Volvimos a empezar a follar mientras le comía las tetas y agarraba con fuerza su culo, al tiempo que le seguía el ritmo al cabalgar, se movía como loca, se mojo muy rápido e hizo que me volviera a correr al poco rato, fue fantástico. Seguimos charlando y al tiempo nos dormimos, era tarde, el alcohol nos pudo, y el sexo nos había agotado. Al cabo de unas horas cuando el sol iniciaba su temprano ascenso volví a notar la mano de Marta, me estaba haciendo una paja mientras yo me despertaba, evidentemente no deje escapar la oportunidad y volvimos a follar, estabamos como locos, volvió a ser otro polvo salvaje, no nos cortemos y ella volvió a sentir como me corría dentro de ella, estabamos empapados en sudor; volvimos a dormir. Al mediodía siguiente nos despertamos y seguimos con el cachondeo y charlando, yo notaba que ella quería que volviéramos a hacerlo, pero yo estaba rendido y tenia un poquito de resaca de tanto beber; se dirigió al cuarto de baño para darse una ducha mientras yo me quede en la habitación, era evidente que no podía desaprovechar la ocasión de follarme a Marta en la bañera. Cuando oí que ella ya estaba bajo el agua me desnude y me fui hacia el baño, entre y ella ya me estaba esperando, me mojo con el teléfono de la ducha, me froto la polla y me la humedeció, para, al instante, agacharse y metérsela en la boca, mmmh solo de pensarlo me dan ganas de masturbarme...

Me la estuvo chupando largo rato, notaba como movía su lengua, como le gustaba sentirme suyo, me acariciaba los huevos y también se los metía en la boca, me volvía loco con una mano tuve que aguantarme en la pared, porque me costaba mantener el equilibrio del placer que ella me daba. Le agarraba la cabeza y ella la movía con más fuerza... Salimos de la bañera y empezamos a follar, tenia unas ganas locas de correrme en su boca pero, al tiempo, quería que ella me sintiera dentro de su coño, quería estimular su clítoris con mi polla, se la metí por detrás, estabamos de pie y ella tenía el tronco superior recostado hacia delante, no paraba de golpear su culo con mi pelvis, estábamos los dos muy cachondos, recuerdo que el cuarto de baño quedo empapado, sudaban hasta las paredes... Finalmente me corrí dentro de ella, el suspiro que siguió al orgasmo fue intenso, muy intenso... Tras ese último orgasmo, nos duchemos, nos vestimos y comimos con Paco y Lourdes... Al poco rato Marta y Lourdes marcharon hacía su pueblo y yo me quedé un rato más con Paco charlando de la noche y de nuestras aventuras... De eso hace más de un año, tan sólo he vuelto a ver a Marta en una ocasión: cenamos, charlamos y nos despedimos... No pasó nada más, tampoco hemos vuelto a vernos desde entonces...

Para ambos aquella noche es y será durante mucho tiempo la mejor noche vivida... No sé que me depara el futuro pero ojalá pueda volver a vivir una noche tan fantásticamente sexual como aquella... Si quieres charlar de lo que pasó, de sexo, buscar nuevas sensaciones, o sin tan solo te gustó el relato y quieres compartir tus historias escríbeme, será divertido... Autor: FLAVOUR nochedeseo@hotmail.com