Marlen, la perra puta
Es por demás,lo experimenté y me gustó,en esta ocasión,un amigo me llevó a su casa, y dejó que su perro me cogiera.
Marlen, la perra puta
Un amigo íntimo, encontró el relato en el que cuento que "kaiser", un perro me da unas ricas cogidas. Lo conozco bien y he tenido sexo con él y su amiga Sonia.
Me llamó el fin de semana pasado, para vernos el lunes en su casa, aprovechando que estaría solo, y yo sola.
Su casa es especial, ya que tiene cochera muy discreta y se entra en carro muchas veces sin que los vecinos se den cuenta. Vive en la misma colonia así que pasó por mí para llevarme a su casa.
Sin perder tiempo apenas entramos y ya me estaba fajando de lo lindo, yo ardía en temperatura sexual. Le pregunté que porqué en su casa y sin responderme me llevó al patio trasero. Vi a un hermoso perro labrador color negro, que brillaba con el sol observando hacia nosotros. Muy bien alimentado y grande, pensé que así tenía que ser de adulto "chocolate" el perro labrador que mi hijo llevaría a casa.
Miré al perro e hice como si no entendiera; me tomó de la mano y me llevó a una recámara, noté que la puerta del patio la dejó abierta.
La recámara parecía la matrimonial, más bien de invitados, comentó que en ese lugar duerme solo porque desde hace mucho s esposa y él, nada de nada. Yo perversamente le dije que quería que me cogiera en la cama de su esposa, pero me dijo que me tenía una sorpresa y que solo ahí podía dármela.
Se sentó en la cama y me hincó para que se la mamara, me pidió que me pusiera en cuatro y siguiera con la mamada. Escuché que silbó y se oyeron los pasos del animal que se acercaba.
El perro que se llama "terry" se detuvo en la puerta observándonos. Tony lo llamó y éste se puso a jugar con su amo, mientras yo seguía mamando. Tony me daba nalgadas para que el perro me olfateara el trasero, lo hacía por un rato y seguía jugando con Tony. Me excitaba la respiración y el lengüeteo casual del perro.
El animal me ignoraba completamente, y Tony se desesperaba, so sabía que hacer para que "terry", me montara.
--¿ANTONIO, QUIERES QUE ME COJA EL PERRO?.
--¡QUIERO QUE GOCES OTRA VEZ COMO CON TU "KAISER"!.
--HAZ QUE SE LEVANTE EN DOS PATAS.Le tronó los dedos en el aire y el perro se levantó, yo sin escrúpulos ni nada de asco, lamí sus testículos, el pene estaba encogido pero apreciaba la cabeza roja de su verga.
El perro seguía lamiendo la cara de su dueño y yo empecé a acariciar sus huevos y a jalar su pene animal, me di cuenta que reaccionó casi de inmediato, Tony me dijo que ya buscaba una perra para que se desahogara porque el veterinario se lo recomendaba, y el cabrón pensó en mi, después de que leyó mi relato aquel.
El perro se acercaba a Tony moviendo su pelvis, éste lo puso detrás de mí, aún su pene no estaba muy parada, pero andaba jarioso y con ganas de coger.
Me di cuenta lo bien que Tony cuida a su perro, olía muy bien, no como "kaiser", que no lo habían bañado. Tony comentó que seguido le llevan perras para que las preñe, y le creí ya que "terry", con muy buen tino en la primera logró que su pene entrara en mi vagina. Apenas sentí su pene adentro y me volví loca de placer, no me importaba que Tony estuviera. Le pedí que me ayudara a quitármelo para que me cogiera por el culo. Lo quitó pero sin perder tiempo Tony me ensartó el ano y grité de dolor, y que no usó nada de lubricante. El perro escuchó mis gritos y se puso nervioso, poniéndose detrás de su dueño, y éste tuvo que quitarse.
El perro se montó de nuevo y otra vez mi panocha fue blanco de su verga, no le falló y empezó al mete y saca con una velocidad increíble que me desmayaba de gusto.
Las rodillas me empezaron a doler porque no había alfombra ni nada, y el peso del perro era considerable. Traté de levantarme pero el animal no me lo permitía, así que quedé sosteniéndome de la orilla de la cama.
Aunque ahí estaba Tony, no me importaba, solo el placer que el labrador me daba, gozando y fantaseando con el cachorro que mi hijo llevará a casa, imaginaba las ricas cogidas que me iba a dar cada vez que tenga ganas, aunque no siempre los perros tienen ganas, y qué lástima. Pero sabía que lo educaría para que me coja y me convierta en su perra, y no permitiré que lo quieran cruzar con otra perra, solo yo seré su perra.
Tony observaba la acción desde un sillón, cuando me di cuenta ya estaba tomándome fotos y video, y nada, nada me importaba, estaba perdida con la verga de "terry" en mis entrañas.
Y es que desde que mi relato llamado "La perra de Kaiser", salió publicado, muchas mujeres me han escrito para felicitarme, algunas con la experiencia de estar con un animal, otras que apenas se estan animando y otras que en vez de salir de casa a buscar una verga de hombre, tienen sus mascotas que las consuelan. Yo creí que solo yo era la loca y trastornada, pero que trastorno tan rico, nadie debe privarnos de este placer, no debe ser prohibido. Quizá hay quienes lo ven aberrante, yo era de esas, pero ahora lo gozo y a veces mucho más que con un hombre.
Los dos perros que me han cogido, me han llenado satisfactoriamente, han hecho que me venga a chorros eternos y desmayarme de puro placer.
Entonces pienso que no deben criticar si no han probado el sexo zoo, es de lo más excitante y cachondo, ya no lo miro mal.
Así como me tenía el perro, observaba la verga de Tony, muy parada, sus huevos y palo se tambaleaban mientras enfocaba su cámara hacia nosotros.
Yo loca de cachondez, le hablaba al perro como si me entendiera, le decía que lo hacía muy rico, que era su perra y que mis nalgas eran para él.
Empecé a sentir más pesado al perro en mi espalda, yo estaba a punto de venirme, sentí unos arañazos en mi espalda por sus manos delanteras, la vista se me nubló y de mi vientre brotó un orgasmo que me hizo mover mis nalgas en círculos, casi sacaba el palo del perro, pero éste se afianzó rasguñando mis nalgas y espalda. Apenas terminé de venirme y "terry", empezó a babear en mi espalda, su pelvis parecía una máquina de placer que aumentaba la velocidad, más y más y más. Hasta que mi vagina empezó a arder, el motivo, un chorro de semen inundaba mis entrañas, el contacto del semen caliente me hizo perder el control y si poder evitarlo de nuevo me vine como loca, gritaba de placer mientras Tony trataba de taparme la boca para que no se escucharan mis gritos. El perro ladró satisfecho, me dejé caer en la orilla de la cama pero "terry" no se salió de mí, yo caí en la cama y el perro se aventó al piso para posarse en sus cuatro patas. Los dos quedamos pegados culo con culo, sentía como su pene daba vueltas en mi interior tratando de salir. Yo ya no pude más y me quedé quieta en la cama, la fuerza del perro me empujaba hacia él. Apenas Tony iba a tomar una foto así, pero le pedí que me ayudara a quitármelo, aunque me agradaba sentir a "terry" pagado a mí. Antes de quitármelo, el cabrón me pidió que se la mamara, porque solo él faltaba de venirse, se masturbó y mamé un poco, ya estaba a punto y no tardó nada en venirse, como le gusta a Tony, tragué su semen y el resto lo embarré en mis tetas.
El animal se estaba poniendo nervioso y decidí terminar con el espectáculo, Tony estiró al perro pero fue inútil, lo tranquilizó y así nos quedamos como quince minutos, sin esfuerzo su pene salió de mi vagina que palpitaba y chorreaba semen de "terry". El placer de sentir eso, casi me cachondea de nuevo, pero ya era tarde y tenía que irme.
Otra vez fui perra de un ejemplar canino que si fuera hombre, se dedicaría a satisfacer a las mujeres. Créanme, me gustó, me encantó y no me arrepiento ahora de eso, lo disfruté mucho y lo recomiendo. Si se atreven, me darán la razón.
Ahora entiendo porque a las mujeres nos gusta que nos digan "putas, perras, etc.," yo no estoy lejos de serlo, es más, otra vez fui "perra" de un buen semental llamado "terry".
Ansío ya la llegada del cachorro que le regalaron a mi hijo, no imaginan lo que gozaré cuando "chocolate", crezca, pues lo educaré a mi modo.
Y volveré a ser como me dijo Tony; MARLEN, LA PERRA PUTA.