Maritza y Samantha

Dos primas a sus diez años descubren la pasión carnanal entre ellas y se enamoran la una de la otra.

Maritza y Samantha

Esta historia cuenta como una inocente niña descubre los placeres de sexo desde temprana edad con ayuda de su prima y afianzan su romance.

Maritza era una niña hija de unos padres muy corrientes y poco ardientes, sus padres eran sumamente religiosos y no le permitían a la niña tener mucho contacto con demás gente, ella siempre se la pasaba jugando sola en su habitación, es mas no querían a la niña solo la tenían por que sí.

Todo esto cambió cuando después de mucho insistencia la dejaron ir a casa de una de sus primas llamada Samantha por un mes, Maritza estaba emocionada y a sus diez años podía salir a ver a otra persona, ella y su prima siempre habían sido muy unidas, se conocían desde siempre y tenían la misma edad.

Maritza era de tamaño medio blanca con ojos verdes y rubia, su cuerpo formado para su edad, usaba faldas largas por debajo de sus rodillas y su largo cabello sostenido por una cola; Samantha en cambio era diferente, su piel era menos blanca que la de su prima y el cabello era castaño aunque más largo que el de su prima llegándole hasta las nalgas con ojos café, pero le gustaba la ropa de moda y bailar.

Cuando Maritza llegó su prima la recibió muy entusiasta, pasaron el día jugando y riendo, pero ya llegada la tarde su tía las mandó a que se bañasen, Samantha cogió las cosas para el baño y llevó a su prima para que pudiesen bañarse, Samantha ya se había desvestido totalmente pero Maritza no se había quitado nada y estaba un poco sonrojada.

"Maritza apúrate, vamos a entrar en la tina"

"Es que..."

"¿Que pasa Maritza? ¿Por qué no te desviste?"

"Es que me da vergüenza, recuerda que no he estado desnuda con prácticamente nadie"

"Ven, yo te ayudo"

Samantha comenzó a desvestir a su prima, le desabrochó la blusa que llevaba puesto y la dejó con el pecho al aire, esta se dejaba desvestir y simplemente se sonrojaba, Samantha la fue desnudando le quitó la falda y sus bragas, quedó mirando la vulva de su prima, luego la sentó en el retrete y le quitó los zapatos y las medias.

Maritza estaba inmóvil, su prima le abrió las piernas y colocó sus codos en los muslos de Maritza, levanto la cabeza y le sonrió diciendo.

"Ves, ya está, ahora vamos y metámonos en la ducha que mis padres nos van a apurar"

Maritza e Samantha entraron en la tina y comenzaron a enjabonarse mutuamente, Samantha por molestar a su prima comenzó a hacerle cosquillas, esta ya había perdido el extremo pudor de hace un rato y le respondió las cosquillas a su prima.

Así entre cosquillas, de la barriga fueron bajando hasta que Samantha comenzó a hacerle cosquillas a Maritza en su vulva, esta se estremeció, Samantha paró, pero su prima le rogó que continuase, Samantha obedeció y hubiera seguido así un buen tiempo pero su madre las apuró y Samantha tuvo que dejar de jugar así.

Maritza pensaba en lo ocurrido en la ducha, su prima estaba ya muy dormida pero Maritza daba vueltas en su cama, sus padres le habían dicho que no debía dejar que nadie toque su vagina, pero le había gustado que su prima le toque allí, decidió mandar al diablo los consejos de sus padres, que en realidad no le mostraban mucho aprecio.

Luego de varias noches Maritza se decidió, tenía puesto un babydoll largo, se quitó las bragas y las dejo bajo su almohada, fue a hurtadillas hasta la habitación de su prima, entro y cerró la puerta con seguro.

Samantha dormía placidamente, Maritza se sentía extraña, con pensamientos en su mente que nunca había tenido, se acercó a la cama y comenzó a destapar a su prima, esta llevaba un polo y bragas rosas, Maritza comenzó a frotar el brazo de Samantha, esta comenzó a despertarse.

"¿Que pasa Maritza? ¿Porque me despiertas?"

"Quiero que me sigas haciéndome cosquillas, se sentía muy bien"

"Pero si puedes hacértelo tu sola, yo ya lo había hecho sola antes"

"Sé que si se puede, pero quiero estar contigo"

"Te refieres a..."

Maritza la calló y le plantó un beso en la boca, Samantha dudó un poco, pero cuando Maritza dejó de besarla, esta volvió a pegar sus labios a los de su prima, se acariciaban el cabello y todo el cuerpo, se deseaban, estuvieron muchos minutos entre caricias y besos, hasta que Maritza se quitó el babydoll quedando desnuda ante su prima.

Samantha, echó a su prima en la cama y le abrió las piernas para disfrutar de su vulva, Maritza se excitaba por primera vez y lanzaba débiles gemidos inaudibles para alguien fuera de la habitación, pasaba sus manos sobre la cabeza de su amada prima y tenía los ojos cerrados y la cara en una combinación de excitación y alegría.

La lengua de Samantha jugueteaba con el clítoris de su prima, y sus labios besaban a los de su prima en un ósculo divino, Maritza tuvo su primer orgasmo y de su vulva salieron sus primeros jugos, estaba un poco cansada pero se levanto para ver a su prima, Samantha estaba sentada con las piernas abierta, mirando a Maritza desnuda tendida en la cama.

"Vamos ven y hazme lo mismo"

Maritza se incorporó, mientras su prima se tendía con las piernas bien abierta, Maritza acercó su cabeza a la vulva de su prima y esta la enrolló con sus piernas como si no quisiera que se valla, Maritza se dio cuenta que la vulva de su prima olía muy bien, como si le diera constante cuidado, luego procedió a pasarle la lengua a la vulva de su prima.

Samantha podía ver a su prima chupándole el sexo, sus gemidos comenzaban a escapar de su boca y su cuerpo se estremecía de placer, el calor subía y su prima alzaba los brazos y frotaba los nulos pechos de Samantha, esta agarraba sus manos y las hacia frotar cada vez mas fuerte sobre si.

La lengua de Maritza se insertaba entre los labios vaginales de Samantha, esta apretaba sus piernas y sus músculos se tensionaban, ideas que no podían ver claramente iban y venían por su mente; Maritza estaba encantada con el sabor de la vulva de su prima y se sentía entre las nubes dando lengüetazos a la vulva de su prima.

Samantha no resistió más y dio un gran gemido anunciando su orgasmo, sus piernas se descolgaron y Maritza comprendió que había acabado, subió hasta estar a la altura de su prima, se miraron y se besaron apasionadamente, por un buen rato estuvieron manteniéndose así, pero la noche no era eterna.

"Me voy al cuarto Samantha, antes que me descubran"

Samantha asintió con la cabeza, Maritza se vistió y se fue de regreso a su habitación, en medio de la noche y sin hacer ruido, logró llegar a su cama sin ser descubierta, volvió a colocarse las bragas y durmió placidamente.

Los días pasaban y se acercaba el fin de mes fue entonces cuando a los padres de Samantha recibieron una carta, los padres de Maritza que decía así:

Querido Primo y esposa

Mando esta carta para comunicarles que no manden a Maritza a la casa, pues ya no vivimos allí, nos hemos mudado a otro país que no especificaremos en esta carta, en resumen deseamos que se hagan cargo de la niña, si desean pueden hacer los tramites para que la pongamos bajo su tutela.

Esperamos nos comprendan y nos perdonen, pero no podíamos seguir cuidando a esa niña, espero que ustedes si sepan cuidar y educarla como nosotros no habíamos hecho.

Los padres de Samantha estaban atónitos ante la carta de los padres de Maritza, no sabían como explicarle a la niña que sus padres la habían abandonado, para suerte de Maritza sus tíos eran gente buena, y no la dejarían sola.

Al fin en la noche llamaron a Maritza para hablarle de la carta, la niña estaba muy extrañada y en un momento llegó a pensar que la habían descubierto con su prima, pero no fue así.

"Maritza, esto es difícil de explicar, tus padres dicen que ya no tienes que irte para cuando acabe el mes"

"Me puedo quedar cuanto tiempo quiera"

"No, te tienes que quedar permanentemente"

La mente de Maritza tardó en razonar, pero dio con la respuesta acertada y comprendió lo que estaba pasando.

"Mis padres me han abandonado"

"No, no es eso, bueno sí"

Maritza comenzó a derramar lagrimas, sabía que no la querían mucho pero ¿cómo pudieron abandonarla?, Sus tíos intentaron calmarla, pero esta se levantó y salió corriendo en medio de la noche, cayendo gotas de lluvia sobre ella, Samantha y sus padres salieron en su búsqueda, se dividieron y fueron por distintos puntos de los alrededores.

Samantha gritaba su nombre al igual que sus padres, pero no obtenían respuesta, luego de una larga caminata Samantha encontró a Maritza sentada a la copa de un árbol, oculta tras muchos arbustos, se acercó a ella y la abrazó fuertemente.

"Me abandonaron Samantha, como si fuera una cosa me dejaron"

"Ya Maritza, ya pasó, mis padres ganan bien, ahora vivirás conmigo"

"Samantha, oh Samantha"

Las primas se miraron y recordaron sus juegos, y se besaron ardientemente bajo la copa del árbol, comenzaron a calentarse y tocaban sus cuerpos con sus manos, sin quitarse la ropa pero si las bragas, tocaron sus sexos y los acariciaron.

Ardientes de deseo e intentando hacer olvidar malos momentos sus lenguas se enredaron y sus labios se fusionaron, mientras sus brazos se entrelazaban tras sus espaldas, llenas de pasión las niñas no se querían separar.

Maritza se tendió sobre el frío césped y Samantha colocó su vulva en la cara de su prima, recogió la falda de Maritza y comenzó a comer el sexo de su amada, Maritza hacía lo mismo, las niñas se unieron en un formidable 69 en el parque muy de noche.

Las pequeñas golosas seguían en sus asuntos, mientras con sus manos tomaban las nalgas de su apasionada compañera, sus gemidos y lengüeteos se combinaban y su excitación llegaba al límite, jadeaban y sus mentes ya no razonaban solo querían más, solo se deseaban mutuamente.

Y de repente un gemido ahogado y unos jadeos seguidos de este dieron anuncio a que tal bello espectáculo había terminado, bebieron su jugos hasta saciarse, Maritza rodó a un lado con la boca de un extraño sabor, estaban cansadas.

"Maritza, ¿ya te sientes mejor?"

"Sí, creo que sí"

"Me han invitado para una fiesta el próximo fin de semana, quieres venir conmigo"

"Claro, contigo voy a donde sea"

Y allí tendidas solo podían escuchar el aire y las hojas rozando, la lluvia se calmaba y la última gota caía, anunciando el fin de la tormenta.

En medio de esa paz casi infinita, dos voces se mezclaron con el susurro del aire, eran los padres de Samantha, que se acercaban, las dos niñas se acomodaron las faldas, y fueron rápido hacia la pareja que las esperaban.

Esa noche mientras todos dormían, los aseadores limpiaban el parque y la vereda, cortando el césped y las ramas sobresalientes de los árboles, uno de ellos encontró dos bragas de niñas tiradas bajo un árbol.

"¿De quien es esto?"

Su compañero se limitó a encogerse de hombros, el hombre no siguió haciéndose preguntas y tiró las bragas a la basura, mientras las dueñas de estas notaban que no traían su ropa interior, y que se habían perdido para siempre, era mejor no buscarlas.

Maritza se había comprado ropa nueva, mini falda y pantalones ajustados, además de un babydoll mas corto y traslucido. Maritza y Samantha estaban entusiastas ese día irían a una fiesta, que en realidad no se esperaban, entraron a la casa de la amiga de Samantha y se llevaron una sorpresa, era una fiesta infantil.

"Sami, ¿de quien era la fiesta?"

"De la hermana de mi amiga"

"¿Y sabias la edad que tiene su hermana?"

Samantha simplemente sonrió y no le dio ninguna respuesta, pues esta caía por su propio peso.

"Dime que dice en ese cartel"

"Feliz tres añitos"

"Tenemos diez, diez años, vamos al carro de mis tíos"

Cuando salieron a la calle para volver a subirse al auto, este ya se había ido y estaba muy lejos, ahora solo les quedaba esperar hasta que volviesen lo cual seria en mucho, mucho tiempo.

Lograron convencer a los padres de la festejada para que se quedasen el cuarto de cambiado que estaba en el segundo piso, de allí salió la animadora de la fiesta, era una joven morena con cabellos rizados, negros y ojos de igual color, con su taje azul su mini falda y sus botas, las niñas no le prestaron mucha atención y entraron en la habitación.

A un lado de la cama estaba la ropa de la animadora, doblada, Maritza y Samantha encontraron una pelota y comenzaron a jugar con ella para pasar el tiempo, y si que pasó el tiempo, cuando se cansaron de la pelota se sentaron en la cama preguntándose que harían ahora, las dos pensaban lo mismo y sentían lo mismo.

Comenzaron a besarse y ha acariciarse, mientras sus manos las desvestían unas a las otras, sus faldas caían al suelo junto con sus bragas y sus blusas eran sacadas del encima de sus propietarias, completamente desnudas y arrodilladas sobre la cama las dos disfrutaban.

Con un deseo desenfrenado y una excitación gigantesca, las chicas no prestaban atención a nada, menos al chirrido de la puerta y la intromisión de un espectador de su tan apasionado desenfreno, Maritza y Samantha no se daban cuenta de que eran observadas y no se hubieran fijado de no ser porque les habló:

"Disfrutándolo niñas"

Maritza y Samantha inmediatamente se soltaron y se separaron, vieron quien era la persona que les habló, era la animadora del show, al parecer ya había acabado, las niñas no sabían que decir estaban mudas solo podían agachar la cabeza como si estuviesen arrepentidas.

La animadora se les acercó mientras se quitaba su traje, primero la parte de arriba y luego se quitó la minifalda y las bragas, quedándose con las botas, se acercó a las niñas y se puso de rodillas.

"Niñas yo no le diré nada a nadie, si hacen lo que yo diga, he echado llave a la puerta y nadie nos molestara"

Maritza y Samantha aceptaron y la animadora les mandó a mamar sus pechos y si que tenía senos, las niñas chupaban como bebes mientras la animadora gemía de placer, pasando sus dedos por la cabeza de las niñas y luego por sus espaldas hasta llegar al nacimiento de sus nalgas.

Ya bien caliente la animadora hizo que Maritza bajase y le chupase la vulva mientras atendía a Samantha, Maritza chupaba esta vulva rasurada, su lengua entraba por completo y se notaba que no era virgen, mientras la animadora llenaba de caricias a la pequeña que ya hacia tendida sobre la cama, proporcionándole un exquisito placer a la vulva de la niña.

La animadora gemía mas a prisa al igual que Samantha, Maritza no paraba de chupar al igual que la mayor de ellas, Samantha cogía de los rizos a la animadora hasta que toda fuerza la abandonó, fue entonces luego de unos minutos cuando la animadora igualmente se vino y llenó la cara de Maritza con sus jugos.

Maritza probó los jugos que le habían bañado la cara ( mucho menos que los de su prima), terminó de limpiarse y subió a la cama, Samantha también se sentó, pero la animadora le ordenó a Samantha que bajase ahora, que siguiese lo que su amiga había comenzado, y Samantha bajó y colocó su cabeza bajo esa vulva, mientras Maritza se dejaba acariciar.

Samantha comenzó a chupar y fue de frente a coger el clítoris de la joven, esta gimió de placer mientras hacía lo mismo con la niña de sobre la cama, Samantha jugueteaba con ese clítoris y Maritza sentía la lengua de la animadora entrando y saliendo de su vulva, Samantha no daba tregua al clítoris y la animadora se vino mas rápido por el placer que Samantha le daba, esta bebió sus jugos vaginales que resultaron un néctar delicioso para ella, Maritza también se agotó luego de ser tallada por los dedos de tan febril chica.

"Hay niñas todavía me queda una corrida mas, vengan y chúpenme las dos mi vulva ardiente"

Las niñas obedecieron y entre las dos agitaban a la animadora que ya no podía resistir más, las lenguas de las niñas batallaban para entrar en la reja de la joven, hasta que en las caras de las niñas la lluvia de jugos vaginales las llenó y disfrutaron de su tan ansiado sabor.

Las tres se vistieron rápidamente y la animadora prometió no hablar jamás de lo ocurrido al igual que Maritza y Samantha, poco después de haberse vestido de haber concluido tal trío sexual los padres de Samantha vinieron por las niñas, que después de todo estaban muy contentas de haber venido.

Maritza y Samantha planearon su pérdida de la virginidad, en la fiesta pasada Maritza había sentido los dedos de la animadora rozando su himen, lo prepararon todo para una noche en que estarían solas en casa y sin interrupción.

La tina del cuarto de baños estaba llena y las niñas desnudas y listas, entraron en la tina y se sentaron una enfrente de la otra, los nervios las carcomían, mutuamente comenzaron a introducir sus dedos en la vulva de su compañera, las dos comenzaban a excitarse, fue cuando sintieron con sus dedos una barrera que consideraban impenetrable, se miraron y dijeron:

"Maritza, ¿estas lista?"

"Sí, ¿tu?"

"Igualmente, vamos y hagámoslo juntas"

Simultáneamente le proporcionaron mas fuerza a sus brazos y sus dedos atravesaron su defensa vaginal, un alarido al unísono, las lagrimas y la sangre que comenzaba a salir de sus vulvas tiñendo de rojo la traslucida agua de la tina, sus hímenes se habían roto por completo, pero las chicas aun no habían acabado de disfrutar, luego de recuperar un poco las fuerzas de aliviar un poco el dolor, se limpiaron toda la sangre de sus vulvas, se secaron y dejaron pasar el agua roja.

Se dirigieron al cuarto de Samantha y ni bien entraron comenzaron a besarse y acariciarse, sus brazos rodeaban sus cinturas desnudas y sus labios se entrelazaban y las lenguas entraban en bocas de su amada y daban vueltas contra la pared chocándose la espalda de una y de otra, y después de ese baile cayeron las dos en la cama y siguieron rodando, y sus manos bajaban y acariciaban sus vulvas recién desvirgadas.

Abrieron sus piernas una enfrente de la otra y las entrelazaron, sus labios vaginales se besaron y pronto ellas estaban en el cielo, sus cinturas se movían a una gran velocidad y sus vulvas húmedas se frotaban entre si, mientras las niñas daban gemidos y de placer y agradeciendo la falta de gente en el hogar.

Las niñas deliraban de placer y el orgasmo se hacia cada vez más cercano, el cabello de Samantha se agitaba y su prima ya gritaba de tanto placer, sus cuerpos no resistieron mas y cayeron agotados por el placer, y de sus vulvas brotaron jugos deliciosos, inmediatamente se colocaron en un 69 para beber los jugos que traían un poco de la perdida de su virginidad, se besaron y compartieron el sabor de sus jugos.

Samantha cayó de bruces sobre la cama, Maritza fue bajando por el cuerpo de su prima, besando su cuello, su pecho y su estomago hasta llegar a su ombligo, luego a su sexo, Samantha gemía de placer y sus piernas estaban bien estiradas facilitándole a su prima el trabajo, Samantha estaba roja y su prima no se detenía.

"Maritza dame más, siiiiiiiiiiiiiiiiiiii"

Hasta que la niña tuvo su segundo orgasmo y le dio a su prima sus últimos jugos, Maritza se sentó sobre la cara de su prima y esta comenzó a jugar con el clítoris de Maritza, la cual parecía volverse loca de tanto placer, no pudo resistir mucho tiempo y se le fueron las fuerzas con sus jugos.

Las niñas se arrodillaron sobre la cama y se abrazaron.

"Samantha, tengo algo que decir"

"Dime Maritza"

"Quiero que seamos enamoradas Sami, quiero que estemos juntas las dos"

"Sí, Maritza, mi amada, quiero estar siempre junto a ti"

Las niñas se abrazaron muy fuerte, Samantha sacudió su cabello que envolvió a ambas niñas y se besaron las dos, y así desnudas quedaron inmóviles como si el tiempo no existiese para ellas.

Como si su amor detuviera el tiempo y mantenga ese momento por la eternidad.