Marisa (8)

Los siguientes días estuvimos atentos a María...

Los siguientes días estuvimos atentos a María, era una de las camareras que siempre estaba preparada a todo lo que le hacía falta al director, la veíamos subir las escaleras a su despacho con alguna bebida, con un té y algunas pastitas por la tarde, siempre era ella la que servía a Armando, ya nos imaginábamos lo que podía pasar en su despacho sobre todo cuando Isabel, su mujer, no estaba, que era pocas veces la verdad, yo con Isabel iba cogiendo confianza y cada día hablábamos un poco, empezó preguntándome como nos iban las cosas a Marisa y a mí y siempre se paraba algún momentito para cruzar cuatro palabras, yo la verdad es que en mi calenturienta mente pensaba que lo que buscaba la sub directora era un buen pollazo, supongo que también por saber cómo follaba su marido, si con una preciosidad como María era incapaz de pegar un buen polvo, con su mujer que no sé cuantos años llevaban casados no quería ni imaginármelo.

Cada día por la noche esperábamos acontecimientos con Marisa haciendo el cigarro después de cenar espiándola, un miércoles por la noche pasó lo que esperábamos y la vimos vestirse en su habitación, la fuimos siguiendo cuando salió llevándonos a la misma habitación que la había visto yo, miramos por la ventana y la vimos con Armando, él estaba sentado en la cama y ella arrodillada en el suelo le mamaba la polla, él hacía cara de póquer, yo creo que era porque sabía que en cuanto empezara a follársela no aguantaría y se correría antes de satisfacerla, metí una mano por debajo de la falda de Marisa agarrándole el coño por encima de las bragas, María dejó de chupársela a Armando y se quitó el vestido, él le bajó y quitó las bragas estirándose en la cama, María se le sentó encima empezando a cabalgarlo, yo seguía rozando con mi mano el chocho de Marisa notando como se le empezaban a mojar las bragas, antes de que pudiéramos llegar a más Armando se corrió y María se quedó decepcionada, él se salió de debajo vistiéndose, Marisa y yo nos fuimos para la habitación.

MARISA: ¿Y ya está, es todo a lo que llega el capullo este?

YO: No lo sé Marisa, es más o menos lo mismo que pasó la otra vez que los vi yo.

MARISA: Pobre María, no me extraña que después tenga que hacerse una paja para desahogarse.

Llegamos a la habitación y nos besamos, le metí la mano por encima de las bragas notándolas mojadas, Marisa me miraba con los ojos encendidos.

MARISA: Me da pena María, ¿no sé cómo puede estar con ese tío?

YO: Pues que no te de pena que hoy te vas a correr igual que ella con una paja.

Me miró extrañada.

MARISA: ¿Me estás diciendo que no me vas a follar?

YO: ¿No te da tanta pena María?, pues hoy te vas a correr igual que ella.

La empujé estirándola en la cama, le metí las manos por debajo de la falda estirando y quitándole las bragas, le subí la falda y le abrí las piernas empezando a acariciarle el chichi por encima con cuatro dedos, me miró y empezó a gemir, se le estaba empapando el coño por momentos y yo le intensificaba el frotamiento, subiendo y bajando hasta que la vi preparada para centrarme en él clítoris frotándoselo, dándole vueltas, de un lado a otro, el ruidito de sus flujos con mis dedos era cada vez más fuerte y yo le aumentaba la velocidad, empezaron a saltar algunas gotitas, Marisa levantó el cuerpo abriendo la boca del gusto a punto de correrse.

MARISA: Para, para Javi que me meo, por favor que me meo de gusto.

YO: Córrete mi amor, déjate ir y méate si hace falta.

Puso los ojos en blanco y empezó a correrse con unos gritos tremendos, meándose con unos chorros que mis dedos al seguir frotándole el coño lo esparcía saliendo chorritos por todas partes, miré de reojo y vi a María que nos miraba desde la ventana asustada, fui a buscar una toalla para que Marisa pudiera secarse un poco, se sentó en la cama, yo me puse delante sacándome la polla para metérsela en la boca, poco a poco se la fui metiendo más profundamente hasta llegarle a la garganta, follándome su boca con lentitud, María seguía mirando, pero esta vez con cara de excitación, Marisa acabó cogiéndome el cipote haciéndome una paja a la vez que me succionaba el capullo, hasta que me corrí en su boca tragándoselo todo cayéndole por la comisura de los labios un poquito de leche, María dejó de mirar y se fue, duchándonos juntos le expliqué a Marisa que había visto mirándonos a María, se encogió de hombros como indicándome que no le importaba.

Pasaron varias semanas sin prestarle atención a las idas y venidas de María, la verdad es que no nos interesaba mucho ver un medio polvo mal hecho.

Un día estábamos en un descanso y vimos a María que bajaba las escaleras del despacho de Armando, nos vio y se dirigió a Marisa pidiéndole si podía hablar con ella en privado, no le di importancia porque ellas dos hablaban muchos días de sus cosas y pensé que debía ser algo parecido, cuando volvió Marisa le noté en la cara que algo no iba bien.

YO: ¿Pasa algo Marisa?

MARISA: ¿Sabes lo que me acaba de decir María?

YO: Coño Marisa, ¿cómo quieres que lo sepa mujer?

MARISA: Que Armando le ha dicho si sería capaz de convencerme a mí, bueno, en realidad le ha dicho el cabrón si podría convencer a la camarera de las tetas grandes, de ir esta noche con ella para follarnos a las dos.

YO: Será hijo de la gran puta el cabrón de mierda, no tiene cojones de follarse bien a una y ¿quiere hacerlo con las dos?, voy a subir y le voy a pegar una patada en los cojones, nos vamos de aquí.

MARISA: Espera hombre, creo que tengo una idea mejor.

YO: ¿A sí?, ¿Cuál?

Por la noche esperamos dentro de la habitación hasta que llamaron a la puerta, era Isabel.

ISABEL: Ya he escondido el coche, Armando se cree que me he ido a casa.

Entró y apagamos la luz, esperamos que María pasara por delante de la ventana y la seguimos los tres, nos acercamos con cuidado a la ventana, los tres pares de ojos mirábamos por la rendija, el cabrón de Armando le estaba levantando la voz por no conseguir que Marisa fuera con ella, María se disculpaba diciéndole que como estaba conmigo no quería hacer esas cosas, el hijo de puta le dijo que la próxima vez le ofrecería dinero a Marisa para follársela, la cara de Isabel era un poema al escuchar a Armando y ver como se bajaba el pantalón sacándose la polla ordenándole que se la chupara, Marisa me bajó la cremallera del pantalón sacándome la polla, puso la mano por debajo del vestido del Isabel y le metió mano en el coño, Isabel se giró mirándola y Marisa le agarró una mano poniéndosela alrededor de mi polla, Isabel al notarla apretó comprobando su grosor, nos miró a los dos.

MARISA: ¿Quieres venir a nuestra habitación y saber que es que te follen de verdad?

Isabel se quedó pensativa un momento, sin soltarme la polla que le iba creciendo entre su mano.

ISABEL: De acuerdo, pero no vamos a ir a vuestra habitación, vamos a ir a otra que esté vacía y le voy a poner los cuernos a este cabrón como hace él conmigo.

Ella tenía una tarjeta maestra que las habría todas y sabía en cual de ellas no habían clientes, así que nos alejamos de la ventana cuando Armando le estaba bajando las bragas a María, caminamos un poco y llegamos a una zona donde habían dos bungalows muy grandes y lujosos, normalmente estaban reservados para gente importante. Entramos en uno, nosotros nos quedamos mirando la estancia mientras Isabel abría una botella de champán sirviéndolo en tres copas, nos sentamos en un sofá y bebimos.

ISABEL: Estoy un poco nerviosa con todo esto, dejadme que beba un poco y me entono en un momento.

Nosotros reíamos.

MARISA: ¿Y tú Isabel nunca sospechaste nada de Armando?

ISABEL: Claro que lo sospechaba, ya sabes que nosotras estas cosas las vemos, pero no me atreví nunca a hacer lo que habéis hecho vosotros, verlo con mis ojos…

Paró de hablar y le empezaron a caer algunas lágrimas, Marisa y yo nos colocamos uno a cada lado de ella, Marisa le pasaba un brazo por encima consolándola, le cogió de la barbilla levantándole la cabeza y con la otra mano le secó las lágrimas.

MARISA: No entiendo como teniendo un mujer tan guapa como tú se va con otras.

Isabel le miró a los ojos, Marisa acercó sus labios a los suyos besándoselos, en principio no hizo nada, con el segundo beso movió un poco los labios, y con el tercero abrió la boca cogiéndole los labios a Marisa con los suyos pasándole los brazos por el cuello, mi novia le empezó a acariciar la espalda y le pasó lentamente una mano por delante tocándole una teta, separaron los labios, Isabel no le quitaba la vista de los ojos, Marisa se desabrochó la camisa y se sacó una hermosa teta, no llevaba sujetador, le agarró una mano colocándosela encima para que se la acariciara, Isabel bajó la vista para mirársela pasándole la mano por encima.

ISABEL: No me extraña que el cabronazo de Armando las quisiera ver y tocar, que tetas tienes Marisa.

Marisa le puso la mano en la cara y le acercó la teta a la boca para que se la chupara, Isabel le abrió la camisa del todo chupándole una y acariciándole con la mano la otra un rato, yo ya me había sacado la polla pajeándomela, Marisa se levantó cogiendo a Isabel de la mano llevándosela a la cama, yo las seguí claro, la estiró y se puso a su lado besándola desabrochándole el vestido y el sujetador.

MARISA: Tranquila, ahora Javi te va a quitar las bragas y te va a comer el chichi, ya verás cómo te va a gustar.

Isabel le miraba los ojos y le confirmaba con la cabeza, le metí las manos por debajo de la falda del vestido, le agarré las bragas estirando quitándoselas por los pies, me puse en medio de sus piernas besándole la rodilla, subiendo mis labios por sus muslos le iba abriendo las piernas, cuando llegué al chocho le di un par de besos suaves encima y se lo abrí con dos dedos, entonces sin avisar le pegué un lengüetazo desde el agujero hasta el clítoris haciéndole pegar un grito enorme, Marisa la abrazó.

MARISA: Tranquila cariño, relájate y verás lo que es correrse sin parar, te vamos a llevar al cielo.

Le fui pasando la lengua suavemente, empezó a gemir excitándose muy rápidamente, me imaginaba que el capullo de su marido no le debía hacer ni caso y tenía un cuerpazo para disfrutar de verdad, al poco de ir intensificando los lametones por su coño empezó a moverse corriéndose abrazándose con fuerza a Marisa, le seguí tocando con los dedos poco a poco el chichi, la otra mano la metí por debajo de la falda de Marisa estirando de las bragas, se colocó bien y le empecé a comer el coño a mi novia, las dos estaban abrazadas mientras le pegaba lametazos al chocho de Marisa y acariciaba el de Isabel para que no se relajara, se besaron sacando la lengua, aumenté la presión en el clítoris de mi novia haciendo que se corriera, Isabel la miraba sin perderse detalle.

MARISA: ¿A que es bueno mi novio con la lengua?

Isabel se lo confirmaba con la cabeza, mi novia me dijo que me arrodillara al lado de ella y me bajó el pantalón sacándome la polla tiesa de tanto chupar coños, le giró la cabeza para que me la viera.

MARISA: Y ahora mira que polla tienes para disfrutarla esta noche, ¿quieres disfrutar de ella?

ISABEL (muy excitada): Quiero disfrutarla como una zorra, quiero ser vuestra zorra esta noche.

Marisa le agarró la cabeza acercándole la boca a mi polla.

MARISA: Cómetela zorrita, llénate la boca de polla.

Isabel me la cogió con la mano metiéndose el capullo en la boca chupándolo, Marisa se escupió en una mano y se la puso en el coño a Isabel frotándoselo despacio, se metía más polla en la boca gimiendo de la excitación, yo le aguantaba la cabeza, cuando tenía la mitad dentro más o menos no se atrevía meterse más, Marisa la apartó un poco para sacársela.

MARISA: Mira cariño como se hace esto.

Sacó la lengua pasándomela por la punta, se metió el glande en la boca y poco a poco se la fue metiendo más adentro hasta llegarle a la garganta volviendo a sacársela, Isabel la miraba con los ojos muy abiertos.

ISABEL: Yo, yo también quiero hacerlo.

Me cogió la polla y siguió los pasos de Marisa metiéndosela bastante más adentro, pero sin atreverse a llegar tan profundamente, le sujeté la cabeza y de un pequeño golpe de caderas se la clavé en la garganta, le vino una arcada y se la sacó de golpe cayéndole un lagrimón.

Marisa se reía.

MARISA: Muy bien Isabel, ¿ya sabes que sin arcadas ni lagrimones no es mamada?

Isabel me la volvió a coger con la mano metiéndosela directamente hasta el fondo, aguantando un poco, sacándola respirando rápido medio ahogándose.

MARISA: Muy bien, ahora cuando la tengas dentro succiónala fuerte y ya serás una buena zorrita mamona.

Isabel lo hizo, yo pegué un buen gemido.

MARISA: Sigue, sigue zorrita, ¿ves como le gusta?, sigue y te llenara la boquita de leche.

Isabel estaba excitada y caliente fuera de sí, me comía la polla como si le fuera la vida mientras Marisa seguía frotándole el coño que lo tenía empapado, le fue acelerando la paja haciéndola gemir con la polla dentro de su boca, Isabel estaba con las piernas muy abiertas y la mano de Marisa frotándole el chichi muy rápido haciendo un ruido con sus flujos saliendo despedidas gotas en todas direcciones, cada vez gritaba más con mi polla en su boca que no paraba de succionar y metérsela hasta el fondo volviéndola a sacar, en una de esas me corrí llenándole la garganta y la boca de leche, Isabel se sacó la polla de la boca.

ISABEL: Me corro, me corro.

Pegó un grito atragantándose con la leche que le salió por la nariz, a la vez que lanzó por el coño una eyaculación que parecía que se estaba meando, con la mano de Marisa sin parar de moverse lanzando el líquido en todas direcciones, de la boca y la nariz no paraba de salirle leche, se pasó la mano para limpiarse un poco y se estiró en la cama a descansar.

ISABEL: Que corrida, joder como me habéis hecho correr.

Marisa se estiró a su lado dándole un piquito, luego me cogió la polla metiéndosela en la boca limpiándome el semen que quedaba, se relamió y miró a Isabel.

MARISA: Que bueno está, ¿te ha gustado la leche de mi novio zorrita?

ISABEL: Sí, casi me ahogo saliéndome por la nariz pero me ha gustado.

MARISA: No te preocupes, a mí también me pasó al principio.

Se rieron la dos, yo me levanté para ir a buscar las copas y la botella para seguir bebiendo mientras nos recuperábamos, Isabel fue al cuarto de baño a lavarse la boca que tenía rastros de semen por todos lados, cuando volvió Marisa se estaba tragando mi polla poniéndomela dura de cojones.

ISABEL: ¿Pero qué hacéis?, yo pensaba que se había acabado.

MARISA: De acabarse nada, tú tienes que salir de aquí bien follada por todos sitios.

La cogió de una mano y la estiró en la cama a nuestro lado.

MARISA: Ahora mi novio te la va a meter en el coño y te lo va a dejar escocido de tanto follarte.

Isabel volvía a poner cara de cachonda mientras Marisa le tocaba el chirri.

MARISA: Mírala, pero si está mojada otra vez la zorrita.

Isabel iba a decir algo pero mi novia se arrodilló en la cama metiéndose la cabeza de Isabel en medio de las piernas, poniéndole el chocho en la boca, Isabel gimió y se puso a lamérselo pegándole unos lengüetazos que se podían oír, yo le abrí las piernas apuntándole la punta de la polla en el coño y se la fui metiendo despacio, Isabel dejó de lamer y pegó un suspiro enorme hasta que se la metí hasta el fondo.

ISABEL: Dios que polla tiene tú novio, me está llenando todo el coño.

MARISA: Calla y sigue chupando pedazo de puta.

Sacó la lengua y Marisa se restregaba con ella el agujerito del chichi mientras con una mano se frotaba el clítoris jadeando y gimiendo, yo le sacaba y le metía a Isabel la polla a todo lo que me daban las caderas, en poco tiempo Marisa se empezó a correr frotándose muy rápido con sus dedos, con el chic chic típico del roce con la humedad, tirándole los flujos encima de la cara de Isabel que abría la boca para correrse como una loca por la follada que le estaba pegando, cuando le saqué la polla tenía el coño muy dilatado y blanco de sus flujos, ella respiraba recuperándose, le cogí la mano para que se metiera dos dedos, después tres y acabó metiéndose cuatro dedos en el coño abriendo la boca de la sorpresa.

MARISA: ¿Te gusta cómo te ha dejado el coño mi novio guapa?

ISABEL: Que suerte tienes cabrona de tener esta polla para ti.

MARISA: Pues ya verás cómo te va a dejar el culo.

Isabel se puso nerviosa y le temblaba la voz.

ISABEL: Por, por, el culo no por favor.

MARISA: Tú te callas, ya te he dicho que saldrás de aquí bien follada por todos sitios zorrita.

Le di la vuelta dejándola boca abajo, le abrí el culo y le metí la lengua en el ojete lamiéndoselo, la cara de susto de Isabel era para vérsela.

MARISA: Isabelita cariño, no me dirás que el cabrón de tú marido no te ha dado nunca por el culo.

Le contestaba girando la cabeza negándolo.

MARISA: Pues hoy te la van a meter y yo te follaré el coño con dos o tres dedos, te vamos a follar por delante y por detrás a la vez, ¿qué te parece?

Isabel estaba a punto de decir algo y le metí un dedo en el culo, gritó por la sorpresa y no dijo nada, Marisa le pasó por debajo del cuerpo una mano llegándole al coño metiéndole dos dedos.

MARISA: Serás guarra, que te estás quejando y tienes el coño empapado de lo caliente que estás zorrita.

ISABEL: Sí, sí, hacerme lo que queráis, que le crezcan unos cuernos a mi marido que no quepa por las puertas el cabrón.

Marisa le metió un tercer dedo haciéndole gemir, yo le metí en el culo el capullo de mi polla pegando un grito, la mano de mi novia se movía ganando velocidad, podía ver el movimiento de su brazo arriba y abajo, Isabel gritaba y gemía sin parar, yo se la iba metiendo más adentro poco a poco hasta llegar a tocarle el culo con mi pubis, dio un suspiro entre gemido y gemido volviendo a gritar de gusto, le abrí las nalgas y se la metí todo lo profundamente que pude, la fui moviendo en círculos muy despacio y poco a poco la fui sacando para volver a meterla dilatándole el agujerito, acabamos follándola como desesperados haciéndola gritar a todo pulmón hasta correrse pegando unos gritos tremendos, le saqué la polla del culo abriéndoselo para que Marisa pudiera ver lo dilatado que lo tenía, Isabel pasó una mano para atrás para tocarse con los dedos notando el agujero que le había dejado dando un suspiro relajándose, me hice una paja de lo caliente que estaba tirándole la leche en la cara a Marisa a distancia, movía la cabeza para que le cayera en la boca, me fui a lavar la polla y cuando volví estaban las dos durmiendo.

Me puse a su lado y me quedé dormido hasta que sonó la alarma de mi móvil por la mañana.

MARISA: Hostia Javi, el despertador, corre que llegaremos tarde.

Nos levantamos con prisas, Isabel se sentó en la cama.

ISABEL: Tranquilos, tranquilos, que prisas, Marisa pásame mi teléfono por favor que está en el bolso.

Marisa se lo pasó y ella se lo puso en la oreja.

ISABEL: Hola soy Isabel, escucha dile al director de sala que hoy Marisa y Javi se cogen el día libre, me están ayudando a mí en algo personal.

Dejó el teléfono encima de la mesita.

ISABEL: Ya está, listo, tenemos todo el día para nosotros.

Nos miramos riendo y nos estiramos uno a cada lado de Isabel volviendo a dormir.

Isabel habló con la gobernanta, la mujer que llevaba a las chicas que limpiaban las habitaciones que era amiga intima de ella, nos quedamos en la habitación casi todo el día, nos trajeron el desayuno, el almuerzo y la merienda, nosotros no paramos de follar, sobre todo a Isabel que se fue que casi no podía caminar de lo escocido que le dejamos el coño y el culo.

Después de aquello Isabel hizo que María volviera con todos los demás y el que sirviera a Armando fuera un chico, la cara de Armando los siguiente días era para vérsela, la bronca que debió de tener con su mujer.