Marisa (6)

Como no tenía mucho que hacer...

Como no tenía mucho que hacer hablaba bastante con amigos por si se enteraban de algún trabajito, uno de ellos me propuso de salir un viernes a cenar en parejas con él y su mujer, así que quedamos los cuatro en un restaurante japonés, nos explicaron que tenían un niño que habían dejado con los padres de él, que no salían todo lo que les apetecía desde que nació su hijo, José y Maite, mi amigo me dijo que sabía de un trabajo pero era bastante lejos, en una zona del país donde hace buen tiempo todo el año, era en un hotel de gente que él conocía y siempre buscaban a personal para trabajar como camareros principalmente, que el sueldo no estaba mal y que te daban donde dormir y comidas, no teniendo casi nada de gastos y que incluso si nos interesaba podíamos pedir ir la pareja.

Me dejó el teléfono de contacto, aunque en ese momento Marisa tenía un trabajo que no estaba mal, pero con un contrato temporal que cuando se acabara no sabíamos si se lo renovarían, después de cenar dimos un paseo entrando en un garito a tomar algo, nosotros nos quedamos en una mesa, las chicas no paraban de bailar en una pequeña pista que había con varios tíos que no les quitaban la vista de encima, no me extrañaba porque las dos estaban muy bien y sabían contornearse en la pista llamando la atención.

Estábamos con el segundo cubata de la noche, las chicas volvieron a bailar un rato, me estaba comentando mi amigo un poco borracho lo guapas que estaban las dos cuando vimos como un par de tíos se les acercaban comentándoles algo, ellas pararon de bailar, se miraron entre ellas y se dieron un morreo de la ostia, los tíos se alejaron pensando que eran lesbianas, cuando volvieron a la mesa nos echamos unas risas con ellas, la verdad es que todos íbamos ya un poco tocados por los cubatas, en un momento que los chicos estábamos hablando de no sé qué nos giramos y ellas se estaba volviendo a besar en los labios sacando la lengua, mi amigo nos propuso de ir a su casa a tomar la última, aunque todos sabíamos a lo que íbamos, al entrar ellas se sentaron en un sofá y nosotros en otro delante de ellas.

Marisa se giró y besó a la mujer de mi amigo en los labios, metiéndole la mano por debajo de la falda avanzando hacía su coño, al levantarle la falda le vimos las bragas blancas, yo no aguanté más bajándome los pantalones y la ropa interior hasta los tobillos, cogiéndome la polla empezando una paja lenta para que fuera creciendo, mi amigo como había sido compañero del futbol en los vestuarios ya me había visto la polla y sabía el tamaño, su mujer evidentemente no, abrió los ojos como platos mirándomela, Marisa que se dio cuenta le dijo algo al oído y ella miró a su marido pidiendo permiso para algo.

JOSE: Hoy haz lo que quieras cariño, es un día especial.

Marisa me hizo un gesto, yo me quité la ropa de los tobillos y la camisa quedando en pelotas acercándome a ellas, mi novia me agarró la polla pajeándola enseñándosela a Maite, esta empezó a sonreír acercando su mano, mi novia se la entregó y Maite me la agarró intentando rodearla con sus dedos comprobando su grosor y tamaño, yo me fui acercando más poniéndosela cada vez más cerca de la boca, se metió toda la que pudo succionando con fuerza haciéndome dar un golpe de caderas del gusto, Marisa le dijo a José que se acercara, le hizo arrodillarse delante de ella y se apartó a un lado las bragas para que le metiera la lengua en el coño, yo le profundizaba todo lo posible en la boca de Maite, produciéndole una arcada soltándome saliva encima de la polla que la esparció con la mano, haciéndome una paja con su ruidito pertinente al rozar la mano con la saliva, Marisa empezaba a gemir por los lengüetazos de José, me senté en el sofá al lado de Maite, le quité las bragas, la subí encima de mí clavándole la polla en el coño, sacándole un grito muy fuerte, empezó a subir y bajar el culo con una fuerza tremenda empalándose en mi cipote, pensé que al haber parido conseguía dilatar el coño mucho más que otra mujer que no lo había hecho, Marisa vio la jugada y levantó a su marido para que se colocara detrás de Maite y se la metiera en el culo.

Se la fue metiendo muy despacio, yo notaba desde el coño como entraba la polla por el culo, Maite gritaba todavía más y Marisa se empezaba a hacer una paja, yo alargué una mano metiéndole a mi novia dos dedos en el chocho para excitarla más, consiguiendo sacarle un grito de gusto, Maite se movía como una poseída metiéndose y sacándose las pollas, la que se corrió primero fue Marisa, que con su paja y mis dedos metidos empezó a pegar gritos corriéndose con los ojos de José clavados en su chichi, de pronto fue Maite la que pegó otro grito tremendo corriéndose como si se estuviera electrocutando, los dos chicos estábamos a punto y Marisa estuvo rápida arrodillando a Maite en el suelo con la boca abierta para arriba, para que nosotros nos pudiéramos correr, estábamos su marido y yo cada uno a un lado, Marisa pajeaba la polla de José y Maite la mía, las dos al lado de la boca de ella, José gruñó y empezó a soltarle lechazos en los labios, la boca y la cara de su mujer, cuando acabó, Maite se metió mi polla en la boca succionando fuerte, haciéndome correr llenándosela de leche hasta que me salió la última gota, que se le escapaba por la comisura de los labios cayéndole encima de las tetas, el matrimonio se sentó en el sofá cogidos de la mano descansando, la cara de Maite era para vérsela llena de leche por todas partes cayéndole por la boca, yo me vestí y Marisa se colocó bien la ropa, nos despedimos con un, “hasta otra”, y los dejamos solos, nos fuimos al piso de Marisa con prisas para follar como animales de lo calientes que salimos de aquella casa.

Con Marisa hablamos en algún momento del tipo de relación que teníamos, llegamos a la conclusión que a los dos nos gustaba mucho el sexo, que hiciéramos cosas con otras personas delante del otro nos excitaba y nos ponía mas cachondos para luego disfrutar entre nosotros, y otra cosa teníamos clara, que nos queríamos mucho y que estábamos dispuestos a hacer lo que fuera uno por el otro, si algún momento alguno de los dos no hubiera estado cómodo con alguna situación la habríamos parado y marchado para casa juntos, pero nunca fue así.

Se estaba acabando el verano, una noche que salimos con Marisa a cenar, estuvimos hablando sobre nuestros amigos, siempre habíamos salido con ellos por separado, tanto los suyos como los míos estaban pensando en hacer una cena o algo, se nos ocurrió que podíamos juntarlos a todos y hacer algo, cuanto más gente, más divertido podía ser pensamos, así que nos fuimos poniendo en contacto con ellos para organizar un día de playa con todos juntos, sus amigas y mis amigos, comer y luego ya veríamos, conseguimos reunir a diez chicos, casi todos de mi ex equipo de futbol, y ocho chicas, pasamos la mañana en la playa conociéndose unos a otros, había un chico y una chica que se les veía muy tímidos, más paraditos, Marisa y yo estuvimos un poco más por ellos, presentándole a gente para que fueran hablando con ellos. Comimos juntos lo que cada uno se trajo allí mismo en la arena, haciendo un buen grupo.

Cuando acabamos dormimos un rato la siesta, después uno de mi amigos que tenía una casa grande y sus padres estaban fuera de fin de semana, nos propuso ir para ducharnos y tomarnos una copa todos juntos, Marisa y yo nos miramos pensando lo mismo, si la gente estaba un poco receptiva podíamos liar una buena, nos besamos y nos abrazamos antes de levantarnos con los demás para distribuirnos en los diferentes coches y seguir a mi amigo hasta su casa.

Cuando llegamos nos fuimos a duchar por turnos, Marisa y yo lo hicimos juntos, planeando la tarde aprovechando la ducha para meternos un poco de mano y follar un poquito debajo del agua, la levanté agarrándola por el culo para que ella rodeara sus piernas a mi cintura y le metí la polla apoyándola contra la pared, moviendo mis piernas de abajo a arriba ayudándola con las manos cogiéndola por la cintura para que votara encima de mi polla clavándosela con fuerza, ella se tapaba la boca apretándola contra mi hombro para no gritar corriéndonos los dos a la vez.

Una vez todos juntos en el gran salón de la casa, tomábamos unas copas hablando de diferentes temas hasta que el alcohol empezó a hacer efecto, una de las chicas sugirió que podríamos jugar a algo, Marisa y yo nos miramos guiñándonos un ojo, la chica dijo de jugar a la botella, girándola y a quien le apuntara al pararse le tenía que dar un beso a quien le tocara en la siguiente ronda, les gustó a todos el juego y nos pusimos en los sofás en circulo con una botella en medio que alguien giraba, dio la puta casualidad que las dos primeras fueron dos chicos, la suerte es que eran dos tíos muy lanzaos y sin manías, se dieron un buen beso en los labios con las risas de todos los demás, la botella fuer girando y se fueron besando todos los que les tocó, al cabo de un ratito ya estaba todo el mundo un poco cansado del jueguecito ese y dijeron de cambiar.

MARISA: Yo tengo uno para proponer.

Todos se quedaron callados mirándola.

MARISA: Os explico, cada uno escribe en un papel algo para hacer, picante claro, luego con Javi los leeremos todos y lo distribuiremos en tres grupos, lo más inocente, otras cosas más provocativas y las más fuertes, por otro lado escribiremos el nombre de todos los chicos y el de todas las chicas, sacaremos la prueba a hacer y depende de lo que sea se escogerán los nombres de los diferentes chicos y chicas, después tendrán que hacerla delante de todos.

Se miraban unos a otros sin saber muy bien qué hacer, algunos disimulaban mirando para otro lado para no opinar, al final Tere la compañera de piso de Marisa se levantó.

TERE: A mí me gusta la idea, yo voto que lo hagamos.

YO: Vale, los que estéis de acuerdo en jugar poneros de pie.

Se levantó uno, después una chica y acabaron todos de pie.

MARISA: Muy bien perfecto, necesitaríamos cinco recipientes.

El chico que nos invito empezó recoger diferentes cosas de la casa para poner los papelitos, sacó folios y bolígrafos para que la gente fuera escribiendo las pruebas que les daba la gana y las colocaba en una olla, luego decidimos que donde irían los nombres de las chicas y donde el de los chicos, Marisa y yo fuimos los primeros en meterlos para apartarnos y mirar todas las pruebas que habían escrito, distribuyéndolas en tres recipientes diferentes, lo pusimos todo en medio.

MARISA: Bien, ahora sacaremos la prueba del primer recipiente y veremos que hay que hacer.

Se levantó una chica y cogió un papelito al azar.

CHICA: Quien le toque se pondrá en medio de todos y nos enseñará la ropa interior.

Aplaudimos todos riendo.

MARISA: Ahora un voluntario y una voluntaria que saquen los nombres del chico y la chica que tendrán que hacerlo.

Se levantaron varios y se pusieron de acuerdo en que fuera una pareja quien sacara el nombre del chico y la chica, lo leyeron en voz alta saliendo los dos en medio de todo el mundo, el chico empezó a desabrocharse el pantalón, la chica como llevaba una mini falda se la levantó sin manías enseñándonos unas bragas de color rosa, girando sobre ella misma para que todos las pudieran ver, el chico dejó caer el pantalón dejando a la vista un eslip negro apretado que le marcaba la polla de lado, todos aplaudimos riendo y seguimos el juego.

Siguieron saliendo pruebas, una pareja para darse un morreo con lengua y otra para hacer una postura sexual, como si follaran a cuatro patas en ropa interior, hasta ahí llegaron las pruebas más inocentes, todas las demás eran algo más fuertes.

MARISA: Se han acabado las pruebas más inocentes, a partir de ahora iniciamos las de nivel medio.

Alguien que estaba nervioso propuso que nos preparáramos unas copas antes de seguir, lo hicimos dando unos cuantos tragos antes de seguir para que el alcohol nos hiciera el efecto, salió la primer prueba, el chico y chica que le toque se enrollarán durante diez minutos metiéndose mano y masturbándose uno al otro, de manera que lo podamos ver todos, no vale por dentro de la ropa, leyó la voluntaria para sacarlo, todos se quedaron en silencio y nadie se ofrecía para sacar los nombres.

MARISA: Como no hay voluntarios estos los sacaremos Javi y yo.

Nos levantamos, movimos los papelitos con los nombre y sacamos uno cada uno, yo leí el del chico, era el del más cortado y tímido de todos, Marisa leyó el del la chica, Tere, su compañera de piso, ella se levantó rápido porque el chico le gustaba, lo fue a buscar y lo sacó en medio de todos.

TERE: Ven cariño, tú no te preocupes y tranquilo.

Le quitó los pantalones dejándolo en calzoncillos, ella se quitó el pantaloncito que llevaba y se quedó en tanga, le hizo sentarse en la alfombra y ella se sentó a su lado, todos los demás nos pusimos delante de ellos para no perdernos nada, Tere le giró la cara y empezó a besarlo metiéndole la lengua dentro de la boca, el chaval le pasó un brazo por la espalda y Tere le cogió una mano poniéndosela encima del coño por encima del tanga, le agarró la polla que la tenía tiesa desde el inicio, se apartó el tanga enseñándonos el chocho pelirrojo a todos, le agarró la mano al chaval para que se lo acariciara acompañándola ella con la suya, le enseñaba cómo hacerlo, cuando él movía los dedos solo, ella le bajó el calzoncillo cogiéndole la polla empezando una paja, no habían pasado ni cinco minutos, ella empezó a gemir cogiéndole un dedo a él para metérselo dentro del coño acelerándole la paja, en unos segundos el chaval se empezó a correr que nos tuvimos que apartar para que no nos salpicara el semen. Se levantaron y se vistieron.

Tere se puso al lado de Marisa.

TERE (en voz baja): Joder tía me ha dejado a punto de correrme el cabrón, voy caliente de cojones.

MARISA (al oído): No te preocupes que te lo compensaré.

Tere la miró con curiosidad.

TERE (susurrando para que nadie la escuchara): ¿Vas a hacer trampas?

MARISA: Tú espera.

Y le guiñó un ojo.

Seguimos con la siguiente prueba, el chico le tenía que comer el chichi a la chica que le tocara hasta que se corriera, salió el papel de la chica más tímida que se puso roja de cojones, entre todos la animamos, estaba muy cortada.

MARISA: Como la chica es tan tímida propongo que en vez de sortearlo sea ella quien escoja el chico que quiera.

Todos estuvieron de acuerdo y dejé caer el papel del chico que le tocaba otra vez dentro del recipiente, los miró a todos pero ya sabíamos que escogería uno de mis amigos, con el que habían estado hablando toda la mañana en la playa y se le notaba que a ella le gustaba, lo miró y él se levantó con una sonrisa dándole un piquito en los labios, diciéndole algo al oído que le hizo sonreír, la acompañó hasta un sofá sentándola poniéndole el culo en el borde, le desabrochó el pantalón corto quitándoselo, la chica llevaba unas bragas bastante grandes que él con paciencia se las fue bajando para quitárselas, dejando a la vista un coño moreno con bastante pelo, le abrió las piernas metiendo la cabeza en medio lamiéndole los muslos, ella cerró los ojos con la cara un poco asustada, dejó que él fuera avanzando hasta pegarle un primer lametón en medio del coño que le hizo dar un grito enorme, el chaval se lo fue lamiendo y chupando con una buena lengua que tenía, ella no paraba de gemir y gritar del gusto, puso la boca encima del clítoris moviéndola para arriba y para abajo, la chica gemía cada vez más fuerte y acabó pegando un grito corriéndose sin poder parar de mover el cuerpo, saliéndole el flujo por el agujero cayendo a la alfombra, abrió los ojos, se puso las bragas rápidamente y se fue con el chico a un lado escondiendo su cara en el pecho de él de la vergüenza, él le acariciaba el pelo hablándole y acabaron dándose un buen morreo, de allí salió una parejita por lo menos, de hecho al poco desaparecieron y no les volvimos a ver el pelo, se hicieron algunas cosas más por el estilo y entonces llegó el momento cumbre, empezaban las pruebas más fuertes, todos estaban expectantes, Marisa metió la mano en el recipiente y sacó un papelito que fue desplegando lentamente, todo el mundo estaba nervioso, Marisa lo leyó y levantó los ojos mirándonos a todos.

MARISA: Se sorteará una chica y cinco chicos que se la follarán uno detrás de otro.

Algunas chicas al escuchar aquello se levantaron diciendo que se iban, otros chicos se ofrecieron para llevarlas al pueblo porque también les parecía demasiado fuerte la prueba, se quedaron cinco chicos y yo, de chicas solo habían cuatro y Marisa.

MARISA: Vale, voy a sacar el nombre de la chica, si no está sacaré otro papel.

Abrió el papel con el nombre.

MARISA: La afortunada es… Tere.

Me vino a la cabeza lo que le había dicho antes Marisa a Tere, que la compensaría, no sé cómo se lo hizo pero sacó el papel con su nombre, luego sacó los papeles de los chicos, el que me quedé fuera fui yo, los chicos empezaron a desnudarse y Tere se acercó a ellos.

TERE: Como creo que el juego ya se ha acabado, porque la gente no ha tenido cojones de seguir voy a hacer esto como a mí me dé la gana.

Esperó que todos estuvieran desnudos y se puso en medio de ellos cogiendo las pollas a pares, una con cada mano a la vez que los besaba a todos cambiando de boca en boca, se arrodilló y se metió una polla en la boca pajeando a otras dos, cambiaba de polla constantemente, uno de los chicos le quitó el pantalón y el tanga estirándose en el suelo boca arriba metiendo la boca debajo del coño de Tere chupándoselo, fueron haciendo turnos pasando todos por el chichi, todos se iban excitando y llegó un momento en que un chico se estiro en el suelo, Tere se sentó encima metiéndose la polla en el coño, otro se le puso delante para que se la chupara y un tercero se puso detrás mojándole el culo para meterle el cipote, una vez empalada por delante, por detrás y por la boca los otros dos se pusieron a un lado, para que ellas les cogiera las pollas haciéndoles una paja.

La cabrona no podía estar dándole gusto a más tíos a la vez, el que se la metía por el culo no aguanto más y se corrió de cómo se movía ella gimiendo, se apartó y uno al que le estaba haciendo una paja se la metió en el culo con el semen del otro dentro, Tere dio un grito porque la tenía más gorda que el anterior, se le corrieron en la boca medio ahogándola, cogiendo el sitio el que quedaba, pudiendo ella apoyar las manos en el pecho del chico que tenía debajo ya liberada de las pajas, aguantaron un rato así sin dejar de gemir Tere, el que estaba debajo se corrió a la vez que ella arrastrando a los otros dos llenándola de leche por todos los agujeros, ella se estiró boca arriba recuperándose.

El primer chico que se corrió se estaba tocando la polla que la tenía tiesa otra vez, se estiró en medio de sus piernas metiéndosela de nuevo follándosela como un animal, Tere le agarró por el culo volviendo a gritar de gusto, los otros al verla se les volvió a poner el cipote tieso, cuando el chaval se corrió se apartó y sin descanso se estiró otro metiéndosela de un pollazo, ella se corría y él no aflojaba sus caderas dándole a todo lo que le daban hasta correrse y salirse, para que entrara el siguiente, se la volvieron a follar los cinco dejándole el coño rojo, hinchado y lleno de leche que le salía cayendo sobre la alfombra.

Las tres chicas que quedaban nos pidieron si las podíamos dejar en la ciudad, ya se querían ir, el dueño de la casa nos dijo que ya se ocuparía de Tere aquella noche, nos fuimos dejándola con los cinco tíos.