Marisa (5)

Un viernes quedamos para tomar algo...

Un viernes quedamos para tomar algo con el grupo de amigos del equipo de futbol, para presentársela y que ella también conociera a algunos de mis mejores amigos, era bastante tarde y habíamos bebido bastante, unos cuantos jugaban al futbolín y nosotros en aquel momento estábamos sentados solos en la mesa hablando, me fijé que Marisa miraba bastante a uno de mis amigos, Miguel, aunque todos le llamábamos Miki, tampoco me extrañaba porque el chaval la verdad es que tiene un cuerpazo, delgado, fibrado por el gimnasio, bastante alto y guapetón, una de las veces que la enganché mirándole.

YO: Cariño te gusta Miki, es guapo el tío ¿eh?

MARISA: La verdad es que el chaval está muy bien.

YO: Ya, ya, no le has quitado ojo de encima en toda la noche.

MARISA: Hombre tampoco te pases, unas cuantas miradas no te lo niego, ¿qué estás celoso mi amor?

YO: ¿Celoso?, no, más bien estaba pensando si querrías follarnos a los dos esta noche.

Me miró abriendo la boca de la sorpresa.

MARISA: Cariño, me estás proponiendo hacer un trío contigo y Miki.

YO: Joder Marisa, te quiero por lo lista que eres tía, lo has pillado a la primera.

Me dio un golpecito en un brazo y me miró a los ojos sonriendo mordiéndose el labio.

MARISA: ¿Se lo propones tú?

Esa noche Tere la compañera de piso de Marisa no estaba, se había ido el fin de semana a casa de sus padres fuera de la ciudad, nos pareció un día perfecto para hacer algo así, me acerqué a Miki apartándolo del grupo para hablar con él y sentarnos con Marisa.

MIKI: Marisa, ¿lo que me ha propuesto Javi es cierto?

MARISA: Si es lo del trío me gustaría probarlo.

El chaval le miró las tetas a mi novia y contestó rápido el cabrón.

MIKI: Vale, ¿cómo lo hacemos?

Salimos del local y fuimos a buscar el coche, Marisa abrió la puerta y le pidió a mi amigo que se sentara con ella en la parte trasera, arranqué y empecé a conducir, Marisa me miró a los ojos por el espejo retrovisor con unas sonrisa traviesa, indicándome que empezaba el espectáculo, le acarició la cara a Miki y le besó los labios, mi amigo se puso de lado en el asiento para pasarle una mano por la espalda, enganchándose a los labios de mi novia sacando la lengua, ella le agarró la otra mano poniéndosela en el muslo por encima de la falda, poco a poco la fue subiendo abriendo las piernas para hacerla pasar por el medio, a mi me faltaba tiempo para mirar la carretera y mover el espejo retrovisor para ver cómo le metían mano, abrió más las piernas y vi como la mano de Miki le alcanzaba el coño por encima de las bragas, Marisa le dejó la mano en su chumino para que él pudiera sobárselo como quisiera, se desabrochó tres botones de su camisa apartándose el sujetador sacándose una teta, que se la ofreció a mi amigo que loco perdido no tardó nada en meterse el pezón en la boca.

Cuando ya lo tuvo entretenido tocándole el coño y chupándole un pezón, Marisa le bajó la cremallera del pantalón metiendo la mano dentro, después de moverla un poco por dentro le saco la polla que la tenía muy tiesa, haciéndole una paja que le hizo dar un par de gemidos de lo caliente que lo había puesto, llegamos a la puerta del piso, aparqué con ellos dos todavía sobándose, bajé del coche y abrí la puerta de atrás, bajaron los dos calientes de la ostia, tapándose lo justo para no enseñar nada en medio de la calle, subimos al apartamento metiéndonos en la habitación de Marisa, ellos empezaron otra vez con los morreos y tocamientos, yo me senté en un silloncito a mirar, se besaban y él le metió la mano por debajo de la falda agarrándole el culo con fuerza, para subirla un poco más y metérsela por dentro de las bragas bajándosela por el medio de la raja del culo, hasta llegar a tocarle con algunos dedos el coño, ella le había sacado la polla y la estaba pajeando con ganas, le desabrochó el pantalón dejándolo caer junto con los calzoncillos, él moviendo los pies se descalzó y se quito de en medio la ropa, después le estiró de la camiseta dejándolo en pelotas, se apartó un momento para mirárselo desnudo y me miró a mí confirmándome con la mirada que el tío estaba como un tren.

Le puso una mano encima del hombro y le hizo arrodillarse, se bajó las bragas hasta las rodillas cogiéndolo por la nuca, le metió la boca en medio de su coño, Miki rodeó con sus brazos a Marisa agarrándole el culo mientras se concentraba en comerle el chumino, yo me levanté para besar a mi novia y desnudarla poco a poco, primero la camisa, siguiendo el sujetador dejándole caer aquel maravilloso par de tetas, después la falda y le acabé de quitar las bragas y los zapatos, ya en pelotas la estiré en la cama para que mi amigo se pudiera meter en medio de sus piernas para seguir con la labor, mientras él la hacía jadear y gemir de gusto con sus lametazos, yo me fui desnudando y me arrodillé al lado de la cabeza de Marisa, para que me cogiera la polla y se la metiera en la boca chupándola con fuerza, mirándome a los ojos muy excitada, hizo que mi amigo le sacara la lengua del coño y le metiera la polla sin dejar de chupármela, Miki se la follaba como un animal, le hacía gritar ahogadamente por mi polla en la boca que intentaba profundizarle más, no tardó mucho Marisa en correrse pidiéndole a mi amigo que parara para que no se corriera demasiado pronto, lo estiró en la cama y le comió la polla a cuatro patas, lentamente, manteniéndosela tiesa de cojones, me puse por detrás y le apunté la punta del pepino en el agujero metiéndosela hasta el fondo, Miki grito que estaba a punto de correrse y Marisa le soltó la polla quedándonos todos quietos.

Cuando mi amigo recobró un poco la compostura, mi novia se le subió encima metiéndose la polla, empezando a cabalgarlo haciéndole cambiar otra vez la cara, yo me subí a la cama y le mojé con la mano llena de saliva el ojete lubricándolo un poco, para meterle seguidamente el capullo dentro del culo, ella se giró mirándome animándome a seguir, y no me lo tuvo que pedir más porque le metí la polla hasta el fondo haciéndole gritar, le fui follando el culo despacio subiendo el ritmo cada poco tiempo haciendo que la tranca de Miki se fuera moviendo dentro de ella, los dos iban subiendo el volumen de sus gritos, yo intentaba que llegáramos al orgasmo los tres a la vez, Miki pegó un gruñido y se empezó a correr en el coño de Marisa, creo que al sentir los lechazos dentro ella se acabó de excitar comenzando con su orgasmo, yo al ver a los dos corriéndose empecé a soltar chorros de leche dentro del culo de mi novia, al sacársela le caía el semen de los dos agujeros a la cama, ella respiraba aceleradamente, Miki se puso rojo y se salió de la cama vistiéndose rápido.

MIKI: Gracias por la experiencia pero tengo que irme, nos vemos.

YO: Espera un momento y te acompaño donde quieras con el coche.

No me dio tiempo a decir nada más que oímos la puerta del piso cerrarse.

MARISA: Pobrecito, me parece que lo hemos asustado al pobre.

Nos besamos con cariño un buen rato.

MARISA: Amor, porque no te lavas la polla y vuelves a la cama conmigo.

Me la enjaboné bien después de metérsela en el culo y volví con ella a la cama, seguía boca arriba con las piernas abiertas saliéndole la leche del coño y el culo, aquella vista me estaba poniendo cachondo otra vez pensando en metérsela en el coño follando sobre follado, Marisa que me conocía más que la madre que me pario, por lo menos en el sexo, se dio cuenta y con una sonrisa me dijo que me acercara metiéndose la polla en la boca entera, succionándola para hacerla crecer de nuevo, se la sacó agarrándomela fuerte con la mano mirándome.

MARISA: ¿Te gustaría correrte encima de la leche de Miki cariño?

YO: Me tienes loco cabrona, sí que me gustaría.

Se colocó con las piernas muy abiertas abriéndose el coño con dos dedos para que lo viera bien.

MARISA: Vamos amor, fóllame como tú sabes, taládrame con ese pollón, déjame el coño abierto como no lo han hecho nunca, párteme por la mitad mi follador.

La hija puta me puso loco con la polla a punto de reventar, me estiré aguantándome con una mano en la cama y con la otra me cogí la polla apuntándosela en el coño, dando un empujón con mis caderas metiéndosela de un golpe seco y fuerte hasta el fondo, Marisa pegó un grito enorme cogiéndome con sus manos las nalgas, apretando contra ella pidiendo más marcha y por mis muertos que se la di, movía las caderas levantando el cuerpo para dejarlo caer en cada penetrada, queriendo metérsela hasta sacársela por la boca si podía, ella gritaba apretando con sus manos mi culo, ayudándome tirando de sus brazos para que al meterla lo hiciera con toda la fuerza posible, notaba como mi polla resbalaba en su interior por lo mojada que estaba por sus flujos y la corrida de Miki, no tardamos mucho en corrernos los dos mirándonos a los ojos como unos salvajes, no podía parar de follar notando como salían los flujos por los lados del coño mojándonos las piernas, me seguí moviendo hasta que la polla se me aflojó dentro de ella estirándome encima de su cuerpo derrotado, Marisa me acariciaba el pelo besándome la cabeza entre respiraciones.

Pasaron los días, nuestra vida seguía su ritmo estando cada día más enamorados, una tarde subimos a la terraza del edificio a tender la ropa como tantas veces habíamos hecho, en eso estábamos cuando se abrió la puerta de la terraza y entró una vecina, era mayor que nosotros, muy morena y muy resultona, nos saludó…

ELLA: Hola, soy Lola, la vecina del segundo, ¿vosotros estáis en el tercero, verdad?

MARISA: Sí en el tercero, no te había visto nunca.

LOLA: Pues ya hace bastante tiempo que vivo aquí, debe ser por los horarios que llevamos que no coincidimos.

Cada uno se dedicó a lo suyo pero yo no podía de dejar de mirarla, estaba tendiendo toda la ropa interior, cogía unas bragas, las colocaba bien, le ponía una pinza, las estiraba y les ponía una segunda sujetándola bien al alambre, Marisa se dio cuenta.

MARISA (hablándome al oído): ¿Qué, te estás poniendo cachondo viendo como cuelga sus bragas mamón?

YO: Joder tía, me la follaba ahora mismo.

Marisa se giró y miró a Lola.

MARISA: Lola, ¿sabes que me ha dicho mi novio?

Lola le devolvió la mirada distraída pensando, “a ver qué me dice esta ahora”.

MARISA: Que te follaba ahora mismo.

Lola me miró con poco interés.

LOLA: Pues dile a tú novio que para hacer eso necesita tener unos cojones muy bien puestos y no me da la impresión que los tenga.

Marisa me miró riéndose tapándose la boca.

MARISA: Tú qué dices Javi, ¿los tienes bien puestos o no?

Las dos se reían, yo caminé en dirección a Lola, cuanto más me acercaba más sería se le veía la cara, cuando estuve justo delante de ella la cogí del pelo estirando para abajo arrodillándola, me bajé el pantalón de deporte que llevaba puesto y le dejé toda mi polla delante de la cara.

YO: A ver si hay bastante con estos cojones o necesito más.

Lola me miró a la cara sorprendida.

YO: Venga, métetela en la boca a ver si es suficiente o no, te voy a ahogar con ella bocazas.

Marisa se había acercado y estaba detrás de mí pasándome un brazo por el pecho.

MARISA: Vamos Lola, pruébala a ver si te gusta y quieres más.

Me la cogió con una mano dudando y me chupó la punta, abrió un poco más la boca metiéndose el glande dentro succionando, le dejé que lo hiciera dos o tres veces y le agarré la cabeza empujando mi polla dentro de su boca metiéndosela hasta la garganta, abrió los ojos como platos mirándome fijamente, se la saqué un poco para que tosiera y le saltara algún lagrimón volviéndosela a meter follándola lentamente, le vino una arcada sacándosela toda.

MARISA: Cariño, parece que Lola habla mucho pero a la hora de la verdad no puede con tu polla.

Lola la miró como si la quisiera fundir, se metió la polla hasta la garganta y un poco más apretando sus labios moviendo la cabeza de abajo a arriba follándomela, la cogí de los sobacos levantándola apoyándole la espalda contra una pared, rodeó sus piernas a mi cintura y Marisa metió las manos por debajo de la bata que llevaba Lola agarrándole las bragas arrancándoselas de un tirón, después me cogió la polla y la dirigió al agujero del coño de Lola empujando mis caderas con una mano para que se la metiera, parecía que se la estaba follando Marisa con mi cuerpo, los gritos de Lola se perdían por los terrados de la ciudad.

Yo aceleraba mis caderas empotrándola contra la pared, con una mano de Marisa tocándome el culo, poco a poco iba acercando un dedo a mi ojete metiéndomelo follándome ella a mí, cuanto más apretaba Marisa su dedo en mi culo, más apretaba mi polla contra el coño de Lola que no paraba de gemir y gritar, la corrida de Lola fue épica, perdiendo toda la fuerza deslizándose para abajo quedando sentada en el suelo contra la pared, con las piernas flexionadas y abiertas dejando ver un agujero del coño muy dilatado saliéndole su flujo blanco cayendo al suelo, Marisa se arrodilló delante de mi polla chupándola y amasándome los huevos con una mano, se la metió un par de veces hasta el fondo, siguió succionándome el capullo haciéndome una paja por la parte de abajo de la polla a toda ostia, sabiendo que yo estaba a punto de correrme, yo gritaba y gemía a punto de correrme y Marisa se movió para quedarnos al lado de Lola, que seguía sentada en el suelo mirándonos, cuando empezó a subirme el primer lechazo Marisa se la sacó de la boca apuntando mi polla contra la cara de Lola, dejándole ir la primera andanada en toda la cara, reaccionó acercando su boca abierta a la punta de mi polla, metiéndole dentro los siguientes lechazos acabando con los últimos repartidos por la cara.

MARISA: Bueno Lola, ¿crees que ha estado bien o te ha faltado algo?

Lola se levantó abriendo el grifo de un lavadero limpiándose la cara.

LOLA: Que suerte tienes hija de puta de tener esa polla para ti sola, cuídala, si algún día no te hace caso pasa por casa cariño que echaré a mi marido y me quedaré contigo.

Nos descojonamos los tres y seguimos tendiendo la ropa como si tal cosa.

Llegó el día que me llamó el jefe para decirme que mi contrato de tres meses se acababa y que ya me podía ir buscando otro trabajo, pues ala, a la puta calle otra vez y a buscar otro trabajo de mierda mal pagado que me duraría algunos meses como mucho. Por la tarde al verme con Marisa fuimos a pasear un rato por el paseo marítimo, hasta un espigón de rocas que se adentraba en el mar y por el cual nos gustaba caminar hasta la punta, sentándonos en una roca para mirar el mar fumándonos un cigarro, allí le dije que me quedaba sin trabajo, me vio tan triste que tuvo el detalle de invitarme a una pizzería a cenar y dejarme dormir con ella aquella noche, nos metimos en la cama desnudos muy abrazados y nos despertamos al día siguiente a la hora que le sonó el despertador a ella, desayunamos y me estiré en la cama mirando cómo se preparaba, se duchó y buscó en el armario la ropa que se iba a poner, una faldita con una blusa a juego y unos taconazos, de un cajón sacó unas bragas y fue lo primero que se puso, yo la miraba pensando cuanto me gustaba aquella chica y lo enamorado que estaba de ella.

MARISA (riendo): ¿No vas a decir nada, solo mirarme como me visto?

YO: Es que eres tan bonita que me dejas sin palabras guapa, tal como te vistes en la oficina debes de llevar a todos los tíos de culo.

MARISA: ¿Me estás diciendo que me visto como una guarra?

YO: No, no, todo lo contrario, vas tan guapa que seguro que te han salido ligues por todos sitios.

MARISA: No me jodas que estás celoso cielo.

YO: Bueeeno, no te digo que no lo esté un poquito.

Se acababa de abrochar la falda y se acercó a mí cogiéndome la cara besándome suavemente en los labios mirándome a los ojos.

MARISA: Tú eres mi novio, del que estoy enamorada y la única persona con la que quiero estar y me interesa, ¿vale?

YO (con una sonrisa): Vale, es que quería que me lo dijeras.

Me dio una palmada en el culo.

MARISA: Va, y tú levántate también que no quiero que te quedes en casa con mi compañera de piso aburrida por aquí.

Me vestí y salimos a la calle juntos, le propuse llevarla en coche hasta su trabajo.

YO: ¿Crees que podría ir a visitarte al trabajo algún día de estos?

MARISA: Si te hace ilusión porque no, ven al medio día y podríamos salir un momento a comer algo rápido.

YO: De acuerdo, ¿hoy te va bien?

MARISA: Vale, a la una y media puede ser una buena hora.

Perdí el tiempo por la mañana buscando algún trabajo que no encontré, antes de la hora estaba esperando en el coche delante de la oficina de Marisa, subí al piso que tocaba y abrí una puerta de cristal, dentro habían un montón de mesas, pasó una chica jovencita con unos archivadores en las manos, le pregunté por Marisa, la nena no se cortó una mierda y pegó un grito.

NENA (gritando): Marisa, tienes visita.

Ella se levantó de su mesa, toda la oficina me estaba mirando haciéndole comentarios, Marisa caminó sonriendo hasta donde estaba yo, me besó en los labios cogiéndome del brazo, se escucharon algunos silbidos de algún o alguna graciosa y me sacó de allí.

MARISA: Ya ves donde trabajo, ¿qué te parece?

YO: Muy bien, muy bonito todo, ¿qué quieres que me parezca mujer? Son unas oficinas coño, como todas.

MARISA: Ven que te la acabo de enseñar tontín.

Me llevó a una sala de archivos que estaba la chica de antes colocando y ordenando varias cosas, de allí me enseñó una habitación pequeña que tenían la fotocopiadora, al intentar Marisa salir cerré la puerta y la besé apretándola con mi cuerpo contra la pared.

MARISA: ¿Qué haces Javi?, que es mi trabajo, ¿quieres que me echen?

Le subía la mano por el muslo por debajo de la falda tocándole el coño por encima de las bragas.

YO: ¿No es la habitación de la fotocopiadora?, pues quiero hacer unas fotocopias.

Cerré la puerta con el pestillo y la cogí por la cintura, abrí la tapa de la fotocopiadora y le subí la falda sentándola encima apretando el botón de inicio, salió una fotocopia de su culo en bragas, le agarré las bragas estirando de ellas sacándole una pierna dejándolas colgando de la otra, le abrí las piernas y le volví a dar al botón saliendo otra fotocopia de su culo y su potorro, la bajé dándole la vuelta para que apoyara sus manos en la máquina y sacara el culo, me agarré la polla de dentro pantalón sacándola pajeándomela, se la acerqué al chumino metiéndosela despacio para evitar que pegara un grito, de todas maneras se tapó la boca con la mano para ahogar un gemido, fui acelerando mis caderas hasta que se corrió y luego lo hice yo dejándole el coño lleno de leche, le ayudé a meter el pie para ponerle otra vez las bragas en su sitio.

YO: Vas a llevar todo el día mí corrida en el coño y las bragas para no olvidarte de mí, esta tarde te vendré a buscar a la hora que sales y antes de llegar a casa, pararé el coche en algún sitio para comerte el potorro como te mereces.

Me pasó los brazos por el cuello mirándome a los ojos excitándose.

MARISA: Cómo me gustan las cosas que me haces cabrón, te esperaré impaciente esta tarde mi amor.

Me besó con pasión, salimos de la habitación con la cara un poco más roja que cuando entramos y con las fotocopias enrolladas en mi mano.