Marisa (3)
Subí al coche y me fui...
Subí al coche y me fui a dar una vuelta antes de irme a casa, llegué hasta un mirador que me gustaba estar cuando me pasaba algo mirando el paisaje, solo que esta vez bajé hasta unas rocas para esconderme un poco y hacerme una paja de lo caliente que estaba.
Después de la experiencia con Mabel, no me daba la gana si tenía otra relación con una chica tener tabús en el sexo, a Mabel le respeté todo lo que me pidió que le respetara y cuando me puso los cuernos la hija de puta se dejó hacer de todo, me prometí que nunca más me volvería pasar, cumpliría la promesa por mucho que me gustara la chica con quien estuviera, estaba con mis pensamientos fumándome un cigarrillo después de la paja, recibí un mensaje de Marisa.
MARISA: “¿Te has enfadado conmigo?, lo siento si he hecho algo que te molestara.”
YO: “No te preocupes Marisa, no es culpa tuya, son cosas mías que me han pasado antes de conocerte, simplemente creo que no haremos buena pareja”
Sonó el teléfono, era ella.
MARISA: ¿Cómo que no haremos buena pareja?, hemos pasado un día muy bonito juntos.
YO: Sí, y tú lo has acabado redondo y yo me he quedado con las ganas, no pasa nada, total era el segundo día que salíamos.
MARISA: ¿No me jodas que es por el sexo?, escúchame, eso lo tenemos que hablar.
YO: Mira Marisa, creo que cada uno es libre de hacer o no hacer lo que quiere en la cama, yo lo respeto, pero no pienso tener una relación con alguien que no pueda disfrutar de ella al cien por cien.
MARISA: Esta bien, ¿porqué no vienes y lo hablamos tranquilamente?
YO: Prefiero no hacerlo hoy, mejor me tranquilizo y si quieres nos vemos mañana.
MARISA (voz de pena): Vale, te va bien pasarme a buscar a las siete por casa mañana.
YO: Sí, me va perfecto, hasta mañana.
MARISA: Adiós guapo.
Colgamos la llamada, me gustó que ella se interesara en seguir y hablar, parecía que todo no estaba perdido porque la verdad es que ella me gustaba mucho, me llegó un mensaje.
MARISA: “Me has hecho disfrutar mucho en la cama, me gustas mucho. Un beso.”
YO: “
Marisa: 2 corridas.
Javi: Una triste paja.
No ha sido muy justo el partido esta noche, un beso.”
MARISA: “Hablemos mañana con tranquilidad por favor”
Y así quedamos, hasta el día siguiente que la pasé a buscar por su piso, le envié un mensaje para que supiera que había llegado y recibí una llamada de ella.
MARISA: ¿Por qué no subes y nos tomamos una cerveza hablando?, aquí estaremos más cómodos.
YO: Vale, deja que aparque el coche y subo.
Me abrió la puerta con un vestidito para estar por casa, la parte de arriba se le apretaba al cuerpo marcando unas tetas sin sujetador y unos pezones para morirse, la cabrona sabía cómo impresionarme, me acerqué a ella y le puse las manos alrededor de la cintura, me sonrió, me pasó sus brazos por el cuello dándonos un beso cogiéndonos los labios.
MARISA: Perdóname por favor, ya sé que te enfadaste por lo que te dije.
YO: Ya sé que tú lo sabes, dime una cosa, porque no quieres que me corra en tú boca cuando lo han hecho antes otros tíos.
Era una estrategia que hacía bastante, decir algo que no sabía si era cierto con confianza y seguridad pareciendo que estaba seguro de ello.
Se sorprendió.
MARISA: Eso no lo sabes yo…
YO (interrumpiéndola): Se te han corrido en la boca y en unos cuantos sitios más, no me lo niegues.
MARISA: ¿Pero porqué…?
YO: Dímelo con tu boquita porque yo ya sé que lo han hecho.
MARISA (nerviosa): Sí, sí que lo han hecho, pero es que me gustas mucho y no quería que pensaras que soy una guarra el primer día que estábamos juntos…
YO: Arrodíllate.
Me empecé a desabrochar el cinturón del pantalón, Marisa me miró dudando un momento, me sonrió arrodillándose delante de mí, mirando cómo me bajaba los pantalones junto con la ropa interior, dejándole la polla delante de la cara, levantó una mano para cogérmela.
YO: Estate quieta y abre la boca.
Me cogí la polla que ya estaba empezando a ponerse dura, abrió un poco la boca y le metí la punta dentro.
YO: Venga empieza chupando despacio, haber si eres capaz de darme gusto de verdad o eres una mojigata de mierda calienta braguetas.
Me cogió la polla con la boca abriéndola bastante, le dio unos cuantos chupetones y lametazos.
YO: Te la voy a meter más adentro.
Me miró abriendo los ojos pidiéndome que no me pasara, le metí un buen trozo y se la saqué volviendo a metérsela, empecé un folleteo de su boquita durante un rato.
YO: Prepárate que te la voy a meter hasta la garganta.
Se la sacó de la boca mirándome asustada.
MARISA: Por favor Javi que es muy gorda.
YO: Es muy gorda, es muy gorda, cuando te la metí ayer en el coño no te quejaste, vamos abre la boca.
La abrió lentamente, yo se la metí profundizando con cuidado para no hacerle daño, no paré hasta que noté que tocaba la pared de la garganta, dio una arcada sacándosela de golpe tirándole encima un montón de babas.
YO: Hazme una paja, quiero oír como suenan tus babas rozando con mi polla.
Me la agarró con una mano repartiendo la saliva por todo el cipote pajeándome, me ponía loco el sonido de su manos moviéndose, le cogí la mano apartándola, me agarré yo la polla para ponérsela otra vez en la boca y metérsela hasta la garganta, cerró los labios alrededor del tronco, saliéndole unas lagrimas de los ojos sin dejar de succionar hasta que no pudo más, la volvió a sacar cogiendo aire con fuerza, mirándome con orgullo de estar haciéndomelo, la levanté del suelo y le apoyé las tetas encima de la mesa del comedor levantándole la falda, le bajé las bragas de un tirón hasta las rodillas y le metí la mano en el coño, para comprobar que estaba lo suficientemente mojada, le puse la punta de la polla en el agujerito con el condón puesto y se la metí sin parar hasta el fondo, pegó un grito girando la cabeza mirándome.
MARISA: Fóllame fuerte por favor Javi, fuerte.
Se la saqué y le pegué un empujón con las caderas metiéndosela hasta el fondo, dando un golpe contra su culo que movimos hasta la mesa del sitio, pegó un alarido de placer, no paré de follarla con aquel ritmo y fuerza hasta que se corrió gritando y moviendo todo el cuerpo, yo seguí a lo mío sin parar buscando correrme, cuando noté que estaba a punto se la saqué levantándola, girándola, bajándole el vestido para sacarle las tetas, me quité el condón y me fui haciendo una paja, mientras ella se arrodillaba otra vez para metérsela en la boca, empecé a correrme follándome su boca, volviéndosela a sacar para echarle los últimos lechazos encima de aquellas pedazo de tetas que tenía, me miraba sonriendo la cabrona con la leche cayéndole por la comisura de los labios mientras yo jadeaba recuperándome, se levantó y se fue al cuarto de baño, me subí los pantalones y me senté en el sofá esperándola, cuando entró en el salón me miró sonriendo.
YO: Ahora si quieres podemos tomarnos esa cerveza que me decías antes y hablamos.
Se sentó a mi lado pasándome una birra.
MARISA: ¿Te lo has pasado bien cabroncete?
YO: Pues tú por los gritos que pegabas no parecías pasarlo muy mal tampoco.
MARISA: Calla tonto, ¿querrás seguir viéndome, o ahora que ya has conseguido correrte donde te ha dado la gana ya no te intereso?
YO: Me interesa verte más que nunca.
Me abrazó y me besó.
YO: Me quedan muchos sitios donde correrme todavía.
Me dio un golpe en medio de la cabeza y me volvió abrazar riendo conmigo.
Durante la semana nos estuvimos viendo cada día en su piso follando, algún día después salimos a pasear un rato, me iba antes que llegara su compañera de piso, hasta el jueves que me dijo que al día siguiente su compañera le había pedido que cenáramos los tres juntos, para que nos presentara y si quería que me quedara a dormir para ir el sábado a la playa.
Así que el viernes me presenté por la tarde con una bolsita con todo lo necesario para pasar la noche y el fin de semana si hacía falta, fuimos a comprar algunas cosas para preparar la cena, cuando llegó su compañera sobre las nueve y media teníamos la mesa preparada con el vino abierto y todo a punto para cenar.
MARISA: Te presento a Tere, mi amiga y compañera de piso.
Nos dimos dos besos, Tere era más bajita que Marisa con media melena pelirroja, la piel blanca y unas pequitas en la cara que se la hacían muy graciosa, vestida parecía que tenía buen tipo, vamos que encontré que estaba bastante buena la nena, me lo confirmó un poco después cuando se fue a poner cómoda y salió con una camiseta hasta los muslos, sin sujetador marcando las braguitas, más o menos como estaba vestida Marisa, mientras estábamos en la cocina acabando de preparar los platos, las miraba y pensé que pasar la noche con dos tías como aquellas era como un sueño para cualquier tío. Cenamos hablábamos de diferentes temas bebiendo vino.
TERE: Nos vimos el primer día que os conocisteis en la playa, yo estaba con el grupito, pero tú solo tuviste ojitos para Marisa.
YO: Perdona Tere, pero tienes razón, ese día solo veía a tu compañera de piso.
MARISA: Ves tía, yo ligo poco, pero cuando lo hago los engancho bien enganchados al anzuelo.
YO: ¡Ja!, eso de que ligas poco se lo dirás a todos, con esos cuerpazos que tenéis os debéis de haber cepillado a todos los tíos que os ha dado la gana.
TERE: Que novio que te has “echao” más majo nena.
Me acarició la cara.
MARISA: Tú no seas zorrona y no toques lo que no es tuyo.
Le tiró la servilleta a la cara en broma a su amiga, reímos un rato y seguimos cenando acabando con el vino, abrimos otra botella y después de la cena seguimos escuchando música acabando con él. Nos fuimos a dormir, en la habitación de Marisa me quedé en boxes buscando una camiseta para dormir, Marisa se metió en la cama con la camiseta puesta.
MARISA: Javi, no te pongas nada para dormir por favor.
YO: ¿Quieres que duerma contigo en pelotas?
Se quitó su camiseta y las bragas tirando la ropa a un lado, me metí con ella, me puso boca arriba colocando medio cuerpo encima del mío besándome, subiéndome una mano por los muslos agarrándome los huevos apretándolos, pasó a cogerme la polla iniciando una paja lenta, separó sus labios de los míos con la cara excitada.
MARISA: Como me gusta esta polla que tienes, me pone a cien cada vez que la toco, me encanta sentir como va creciendo en mi mano.
Yo le iba acariciando la espalda mordiéndome los labios al notar su mano apretándome la polla, me miró sonriendo y me besó el pecho, bajó un poco más para besarme la barriga y el siguiente me lo dio en la punta de la picha, se metió la mitad en la boca succionando, haciéndome levantar el culo de la cama del gusto, me miró sonriendo.
MARISA: ¿Quieres correrte así cariño?
YO: Me gustaría follarte un rato antes si no te importa, lo de cariño me ha gustado.
Me sonrió subiendo por mi cuerpo poniéndome el chocho en la boca.
MARISA: Si quieres follarme, antes tendrás que mojarlo un poquito guapetón.
Saqué la lengua y me restregó "to" el chumino por la boca, dejándome toda la cara llena de flujos, parecía que se lo pasaba bien por los gemidos que salían de su boca.
MARISA: ¿Donde tienes los condones?
YO: En la bolsa, ya los busco yo.
Otro corte de rollo de puta madre, me levanté y fui a buscarlos pasándole uno, me volví a estirar, ella rompía el envoltorio.
MARISA: El lunes tengo hora en el ginecólogo, le voy a pedir la pastillita para poder follar a pelo, que no veas las ganas que tengo de hacerlo contigo.
De solo pensarlo la polla me creció de golpe, me lo puso y se subió metiéndosela despacio hasta sentarse encima, se fue moviendo cambiándole la cara, de una sonrisa a cerrar la boca y empezar a gemir cada vez más fuerte, hasta correrse intentando no gritar mucho, le di la vuelta y se la metí de nuevo follando rápido, sin dejar que se recuperara del anterior orgasmo, siguiendo ella con unos gritos bastante fuertes volviéndose a correr poniendo los ojos en blanco, se la saqué y la giré poniéndola a cuatro patas viendo como le colgaban las tetas preciosas, se la metí de golpe dando un golpe con mi pubis en su culo de puta madre, seguí con mi ritmo alto buscando correrme escuchando los gemidos y gritos que salían de la boca de Marisa, cuando pensaba que estaba a punto se corrió otra vez dejando caer la cabeza en la cama levantando el culo, pudiendo meterle todavía más la polla en el coño corriéndome a gritos llenando el condón de leche, se dejó caer a la cama de lado jadeando, yo me quedé arrodillado con el condón puesto colgando por la punta y la leche apresada dentro, me levanté para ir al cuarto de baño a tirar el condón y lavarme la polla, iba tan cansado del polvo que abrí la puerta de golpe, encontrándome con Tere sentada en la taza meando con las bragas en las rodillas.
TERE: Joder chicos que polvazos que pegáis, no me habéis dejado dormir coño.
Yo de entrada me quedé un poco cortado, me quité el condón de la polla y me quedé con él en la mano sin saber muy bien qué hacer, a Tere se le quedaron fijos los ojos mirándome el instrumento.
TERE: Madre de Dios, ahora entiendo los gritos de Marisa, si la debías de estar partiendo por la mitad, por Dios que exageración.
YO: Es una polla ostia, o es que nunca has visto ninguna.
Tere cortó un trozo de papel del rollo estirando el brazo para que lo cogiera.
TERE: Sí, sí, una polla dice, anda envuelve “eso” en el papel y tíralo a la papelera.
Se levantó enseñándome un coño pelirrojo y se subió las bragas.
TERE: Mejor me voy a ver si puedo dormir un poco.
Al cruzarnos me cogió la polla apretándola comprobando el grosor llenándose la mano de semen, la cabrona se lo puso en la nariz para olerlo y se las lavó, me acerqué al inodoro levantando las tapas para mear, cuando empezó a caer el chorro Tere ya había salido del baño.
TERE (voz lejana): Joder, si parece un caballo meando.
Cuando volví a la habitación Marisa me estaba mirando raro.
MARISA: ¿Qué ha pasado que me ha parecido oír la voz de Tere?
YO: Que he entrado al baño y estaba Tere meando, me ha dicho que no le has dejado dormir, me ha dado un trozo de papel para envolver el condón antes de tirarlo, me ha enseñado el chocho pelirrojo antes de subirse las bragas, me ha cogido la polla para comprobar lo grande que es y se ha acabado cachondeando de mi diciéndome que meaba como un caballo, eso ha pasado.
Marisa se moría de risa levantándose para ir ella al baño, nos dormimos y coincidimos los tres al día siguiente desayunando.
MARISA (riendo): Perdona Tere que ya sé que ayer no te dejamos dormir.
TERE: No me dejasteis no, tú no me dejaste de los gritos que pegabas cabrona, claro que después ya vi porque gritabas de aquella manera y no me extrañó, que pollón que te has buscado nena.
MARISA: Así que ya se la has visto y todo.
TERE: Visto y tocado para comprobar si era de verdad o te estaba engañando con una de goma.
Las dos se descojonaban de risa y yo las miraba comiendo como si nada.
MARISA: ¿Quieres verla bien ahora que está recién duchadito?
Desperté de golpe.
YO: ¿Eh?
TERE: ¿Me dejas que la vea y la toque un poco?
MARISA: ¿Si tú quieres?
YO: Perdón, pero puede que yo también tenga algo que opinar sobre eso ¿no?
Me miraron las dos a la vez como extrañadas.
LAS DOS A LA VEZ: Tú te callas.
MARISA: Va cariño levántate y enséñasela bien a Tere.
Pensé que me estaban tomando el pelo, me levanté como si enseñarle la polla a alguien fuera lo más normal del mundo, me bajé el pantalón con los calzoncillos poniéndosela delante de los morros a Tere, abrió los ojos mirándola por todos lados, me la cogió apretándomela un poco y bajó la mano agarrándome los huevos, sin soltarlos giró la cabeza mirando a Marisa.
TERE: Y que huevazos tiene tía.
MARISA: ¿Quieres verla tiesa, eso sí que es espectacular?
YO: ¡Nenas por favor!
Marisa me miró con toda tranquilidad, como si lo que le estuviera enseñando a su amiga fuera una herida en un brazo.
MARISA: Cariño, ya que la enseñas, que la vea bien hombre.
YO: Vale, vale.
Estaba alucinando con aquello, si lo veo en una película pienso que sería imposible.
TERE: Marisa, ¿me dejas que se la chupe para ponérsela tiesa?
Giré la cabeza mirando a mi novia porque no me creía lo que acaba de oír, Marisa me miró.
MARISA: ¿Tú qué dices, quieres que Tere te la mame un ratito?
Me encogí de hombros, aquello me parecía una locura pero si su amiga me la quería chupar un rato tampoco le iba a hacer un feo.
MARISA: Ya veo que te gusta la idea, que guarrotes que sois los hombres coño, va Tere dale que a él no le importa.
Su compañera me agarró la polla, la levantó y se metió la punta en la boca pasándole la lengua alrededor, bajó la cabeza y se tragó la mitad succionando, movió la cabeza arriba abajo, me dio un golpe de gusto que me tuve que sujetar a la mesa gimiendo, Marisa se dio cuenta y me sujetó cogiéndome del culo.
MARISA: Sigue, sigue Tere que le gusta.
Entonces Tere colocó su cabeza en un ángulo que consiguió meterse la poya hasta casi el final dentro de la boca, notaba que le tocaba las paredes de la garganta, se la sacó cogiéndola con la mano pajeándola.
TERE: Bueno, este debe ser el tamaño máximo.
MARISA: Perdona nena, pero me quieres explicar cómo has hecho eso.
TERE: ¿Hecho el qué?
MARISA: Por favor, meterte el pedazo polla que te has metido guapa.
TERE: ¿Qué pasa, te gustaría aprenderlo?
YO: Sí, sí.
MARISA: Ves, él también está interesado en que lo aprenda, ¿a qué te gustaría que te lo hiciera cariño?
Le respondía con la cabeza sin parar de moverla, Tere nos sonrió y abrió la boca volviendo a metérsela, esta vez un poco más profundamente todavía, de alguna manera conseguía abrir la garganta haciendo pasar la polla, la sacó llena de babas y se la pasó a Marisa.
TERE: Va, ahora tú, tienes que encontrar el ángulo del cuello para alinearlo con la polla.
Marisa se acercó, me cogió la polla mirándome a los ojos, se la empezó a meter hasta donde normalmente llegaba.
TERE: Tienes que girar un poco más la cabeza.
Marisa le hizo caso y se pudo meter un trozo más abriendo los ojos, la sacó de golpe.
MARISA: Joder, no podía respirar.
TERE: Claro tía, cuando llegas a esa profundidad tienes que aguantar la respiración.
Yo miraba a una y a la otra alucinando de cómo hablaban, parecía que le estaba enseñando a nadar y no a comerme el rabo.
Marisa volvió a repetir la operación y consiguió tocarme con los labios el pubis, no me lo podía creer, ni ella tampoco, me tenían entre las dos con la polla a punto de reventar.
YO: ¿Y no sería buena idea ir a la cama para estar más cómodos?
TERE: ¿Pero no íbamos a ir a la playa?
YO: ¿La playa?, que le den por culo a la playa.
Se rieron las dos cogiéndome de la cintura cada una por un lado llevándome a la cama de Marisa, me estiraron y nos desnudamos, mi novia me puso las tetas en la boca para que las fuera saboreando por todos lados acabando en los pedazos de pezones que tenía, no me dejaba utilizar las manos, ella se cogía la teta y me acercaba el pezón a la boca para que yo sacara la lengua para intentar lamérselo, me dejaba que lo hiciera y me la separaba intentando alargar la lengua para no perder contacto con él, Marisa reía de verme así de salido a la vez que Tere se entretenía con mi polla y mis huevos chupándola y amasándolos, Marisa puso una pierna a cada lado de mi cabeza poniéndome el coño encima de la boca moviendo las caderas restregándomelo, saqué la lengua para lamérselo, en ese momento noté un dedo mojado de Tere que me daba círculos alrededor del ojete del culo lubricándolo.
TERE: Marisa, ¿a tú novio todavía no le has metido un dedo en el culo?
MARISA: Hace muy poco que salimos mujer.
YO: ¿Eim?, ¿Qué?
La hija de puta me lo metió todo entero dentro haciéndome pegar un grito.
TERE: Pues se lo acabo de meter yo.
Marisa reía y gemía de mis lametazos en el coño, yo lamía y gritaba cada vez que me sacaba y volvía a meter el dedo Tere como si me estuviera follando, noté como me apresaba la polla en su boca apretándola con los labios succionándola con fuerza, la mezcla de sensación “rara” por el culo y placer por la polla me estaba empezando a hacer perder la cabeza, Marisa se corrió gimiendo fuerte moviendo las caderas pasándome el chichi por toda la cara, se apartó y noté que Tere me sacaba el dedo del culo subiéndose encima de mí poniéndome su coño pelirrojo en la boca, empecé de nuevo a lamerle el chocho a Tere y Marisa me agarró la polla pajeándomela y metiéndosela en la boca, su amiga gritaba muy fuerte y no paraba de soltarme flujo en mi boca y cara, noté un contacto de nuevo en el culo y algo me entró bastante más gordo que el dedo de Tere, haciéndome gritar otra vez, esta vez de un poco de dolor.
TERE: ¿Qué le has hecho Marisa?
MARISA: Si tú le has metido un dedo yo le he metido dos.
YO: “Hifa def pufaa”
Con un coño tapándome la boca las palabras salieron como salieron, en ese momento Tere pegó un grito y se empezó a correr llenándome la boca de flujos, Marisa seguía follándome el culo con dos dedos y pajeándome, Tere se apartó y yo le cogí por él pelo a Marisa para que se metiera mi polla en la boca, la cabrona apretaba más fuerte sus dedos en mi culo y yo le metí la polla todo lo profundamente en la garganta que podía, el gusto y el dolor se juntaban en una mezcla que estaba a punto de hacerme explotar, intentaba sacársela de la boca porque se estaba ahogando y en ese momento le empecé a soltar lechazos en la garganta, Marisa medio se ahogaba y al sacársela un poco tosió fuerte saliéndole la leche por la nariz, sacándome de golpe los dedos del culo, me puso tan cachondo que no podía parar de correrme y ella más leche sacaba por la nariz y la boca, cuando me salió la última gota le saqué la polla de la boca, Marisa me miraba como queriendo matarme y Tere se la miraba a ella con los ojos muy abiertos sorprendida, Marisa se levantó para ir al cuarto de baño enfadada y yo la seguí para disculparme, se estaba lavando la cara y la cogí por detrás.
YO: Perdóname cariño.
MARISA: Cariño, cariño, pero después haces conmigo lo que te da la gana.
YO: Yo no esperaba que te ahogaras de esa manera, ni que te saliera por la nariz laaa...
Me tapé la boca para no reírme, la cara de cabreo de Marisa era monumental, se giró para decirme no sé qué y la besé abrazándola antes de que dejara ir por la boca alguna animalada, forcejeó conmigo un poco y se dejo ir metiéndome la lengua en la boca pasándome los brazos por el cuello.
MARISA: Si no fuera por cómo eres y lo enamorada que me tienes te echaba de casa ahora mismo.
Intenté que se enterneciera un poco.
YO (susurrándole): ¿De verdad estás tan enamorada de mí?
MARISA: Claro que si tonto.
YO: ¿Y me dejarás follarme el coño pelirrojo de tú amiga?
Me pegó una colleja que me tiró para adelante la cabeza.
MARISA: Que golfo eres cabrón, te lo dejo follar si después me follas a mi mejor.
YO: Hecho.
Salimos del cuarto de baño agarrados de la mano, Tere estaba en la cama haciéndose una paja.
TERE: Cojones, habéis tardado tanto que ya me estaba poniendo caliente.
Le dije al oído a Marisa.
YO: Cómele el coño.
Me miró extrañada.
MARISA: ¿Quién, yo?
YO: Claro que sí, tú, no será la primera vez, porque hacéis una pinta de comeros el coño una a la otra que asustáis.
Marisa me miró sonriendo y se subió a la cama amorrándose al chichi de Tere, otra vez que la estrategia de afirmar algo sin saberlo me salía bien, se lo chupaba haciendo un ruido con la boca que me estaba poniendo a cien, Tere me cogió la polla acariciándola otra vez, se la acerqué a la boca y se la metió pegándole unas chupadas y succiones que me hizo gemir, esperé un rato que Marisa le hiciera gritar por su comida de chichi y me aparté para ponerme un condón, una vez bien puesto le toqué en el hombro a Marisa para que se apartara, me puse en medio de las piernas de Tere que tenía el coño pelirrojo mojado por todas partes, Marisa me cogió la polla enfundada y puso la punta en la entrada del agujerito, apreté un poco metiéndole el glande dentro, Tere pegó un grito temblándole las piernas de lo cachonda que estaba, moví un poco más las caderas metiéndole la mitad del cipote entrando apretadito, notando las paredes de su vagina estrecha, volvía a gritar tanto de gusto que Marisa le tuvo de poner la mano en la boca para que no fuera tan escandalosa.
Tere se agarraba a la cama apretando los puños mirándome con los ojos muy abiertos, haciéndome señales con la cabeza que se la siguiera metiendo, di un empujón más y se la metí entera pegando ella un alarido enorme ahogado por la mano de Marisa, la saqué un poco y la volvía meter, otro grito bestial, Marisa me miraba medio descojonándose de risa de ver a su amiga tan cachonda, se la saqué casi entera y la metí de golpe haciéndola gritar de nuevo medio enloquecida, soltó las manos de la cama y me las colocó en las nalgas pegándome una ostia con las manos abiertas que me dejó los dedos marcados un par de días, me agarró el culo con fuerza con la cara totalmente desencajada de lujuria, apretándomelo para que la follara más rápido, cada penetración era un grito más alto hasta que se empezó a correr clavándome las uñas en el culo como una gata salvaje, Marisa intentaba taparle la boca para que no gritara tanto pero Tere estaba totalmente desatada, moviendo todo el cuerpo corriéndose de una manera bestial, por fin se dejó caer en la cama relajada apartando las manos de mi culo, me salí de su coño, puse a Marisa a cuatro patas metiéndosela de golpe haciéndola gritar como a su amiga, ahora era Tere quien levantaba una mano para taparle la boca a Marisa, me había puesto tan caliente el orgasmo de Tere que me follaba a mi novia con todo lo que me daban las caderas y las piernas para chocar con mi polla en su coño, iba pensando que en el mismo momento me había follado un coño pelirrojo y otro negro poniéndome tan cachondo que me subía por el cuerpo un calentón tremendo, Marisa empezó a moverse echando el culo para atrás para que la penetrara más fuerte, mordiendo la mano de Tere para intentar apagar los gritos cuando nos corrimos los dos como animales, al sacarle la polla del chichi le salió un chorrito de flujo que resbaló por el muslo cayendo a la cama, miré el chocho de Tere y también tenía otro chorro de flujo cayéndole con el coño muy abierto, Marisa se giró y me quitó el condón metiéndose la polla en la boca limpiándomela del semen que tenía por encima, me besó y me abrazó.
MARISA (susurrando en mi oído): Muy bien cariño, has estado genial.
Me estiré en medio de las dos en la cama.
TERE: El cabrón de tú novio me acaba de destrozar el coño tía.
MARISA (todavía jadeando): Calla hija puta que ya he visto como gritabas.
Las dos se reían.
TERE: ¿Me lo dejarás para mi sola otro día?
MARISA: Y una mierda, te buscas uno que este es mío.
Joder, ya empezaban otra vez a hacerme sentir como un puto muñeco hinchable.
YO: Yo también tendré algo que decir ¿no?
LAS DOS A LA VEZ: Cállate.
Nos vimos durante toda la semana siguiente cada día con Marisa echándome de casa antes de que llegara Tere, me decía que si su amiga tenía ganas de follar que se buscara a alguien, que cada día no iba a ser fiesta conmigo.