Marisa (18)

Al día siguiente le pedimos a Irene...

Al día siguiente le pedimos a Irene que fuera con su hija Carmen de compras y no estuvieran por allí, a media mañana que parábamos un rato para comer o beber algo, salimos los dos fuera y nos fuimos a casa, Marisa le envió el video a Alfonso con un mensaje:

“Cornudo, nos vemos en diez minutos en el lago, creo que te debo algo”

Fuimos al lago con un plan y esperamos que llegara el cabrón, no tardó mucho en aparecer caminando rápido enfurecido, yo estaba escondido para que no me viera, se acercaba a Marisa gritando.

ALFONSO: ¿Quién es el hijo de la gran puta que se folla a mi mujer de esa manera?

Marisa lo miraba fría y con tranquilidad.

MARISA: ¿Qué te pasa Alfonso, tú puedes follarte a quien quieras, pero tú mujer tiene que estarse quieta aguantando tus putadas?, tenías que haber visto todo el polvo, como gritaba de gusto y como se corría una vez detrás de otra.

ALFONSO: Hija de puta, supongo que ya sabes lo que tengo del cornudo de tú padre, arrodíllate y chúpamela que me voy a correr en tus tetas cabrona.

MARISA: ¿Eso quieres?, ven acércate.

El tío caminaba los últimos metros bajándose los pantalones, cuando estaba a un par de metros de Marisa salí de detrás de unos matorrales con la hoz en la mano poniéndosela alrededor del cuello, el tío se quedo helado y le cambió la cara de golpe.

YO: ¿Qué dices que le vas a hacer a mi novia cabrón de mierda?, cornudo, que te los pusimos que no cabes por las puertas, como te vea un ciervo sale corriendo del miedo que le vas a dar de los cuernos retorcidos que llevas capullo, te voy a matar y luego te liaremos en unos plásticos con piedras, te dejaremos en el fondo del lago hijo de puta.

El tío se cagó de miedo dejándose caer de rodillas en la arena, Marisa se tuvo que girar para que no le viera la risilla, se puso seria y se giró.

MARISA: Ya me estás dando todas las pruebas que tengas contra mi padre gilipollas, se te va a acabar el chollo mamón.

El cabrón sacó el poco orgullo que le quedaba.

ALFONSO: No lo voy hacer, me tendréis que matar y no solucionareis nada porque el notario lo sacará a la luz si me muero.

MARISA: Vale, o sea que lo tiene el notario.

El tío estaba tan nervioso que la cagó, se quedó en silencio.

MARISA: Llámalo y que te lo traiga.

Se puso a medio llorar.

ALFONSO: Me tendréis que matar.

YO: Lo voy hacer, total una mierda cornuda como tú nadie la va a echar en falta, pero antes te voy a hacer una cosita que seguro que te gusta.

El estaba arrodillado, yo en su espalda rodeándole el cuello con la hoz, le empujé con un pie dejándolo a cuatro patas, me agaché, como llevaba los pantalones desabrochados, le pegué un tirón bajándoselos dejándole el culo al aire, giró la cabeza mirándome no entendiendo lo que pasaba.

YO: Ven cariño sácame la polla.

Marisa sin dudar me bajó la cremallera de la bragueta, me sacó la polla pajeándola para que creciera, Alfonso miraba con los ojos muy abiertos.

MARISA: ¿Qué miras cabrón cornudo, te gusta el pollón de mi novio?, a mi hermana le encantó y disfrutó de él como en su vida a disfrutado contigo hijo de puta.

Alfonso puso cara de odio intentando levantarse, le apreté la hoz en el cuello tirándole la cabeza para atrás.

YO: Tranquilo campeón que te vas a degollar tú solo “atontao”.

Me saqué un condón del bolsillo dándoselo a Marisa.

YO: Toma cariño, pónmelo que se la voy a clavar a este cabrón antes de librarnos de él.

Marisa me ponía el condón con Alfonso mirándonos con los ojos que se le salían de las orbitas.

MARISA: Mira que suerte vas a tener, te van a follar por el culo bien follado, sin vaselina ni nada, a lo salvaje, por si no lo sabes con ese tamaño cuando te la meta de golpe te lo va a reventar, necesitarás unos cuantos puntos para cerrar las heridas de los desgarros que te producirá, pero bueno, a ti tanto te da.

Alfonso se derrumbó con su orgullo de macho muy macho.

ALFONSO: No, eso no por favor, perdonarme por favor, perdonarme.

MARISA: Saca el teléfono y llama al notario que te traiga toda la información ya.

ALFONSO (llorando): No puedo, me quedaré sin poder si lo hago, os propongo un trato, me dejáis que me marche y compartiré con vosotros la venta del negocio.

MARISA: Serás hijo de puta, que estás hablando de mi familia cabrón, Javi métesela lo más duro que puedas destrózalo al cabrón este.

Me arrodillé detrás de él con la polla tiesa, que me había cuidado yo de mantenerla así.

ALFONSO: Javi por Dios no lo hagas, no me hagáis eso por favor.

MARISA: Huy el machito de mi cuñado, está preocupado porque le revienten el culo.

Me miró girando la cabeza para que Alfonso no la viera aguantándose la risa, por lo de “machito”, yo tosí por no reírme.

Me acerqué y le toqué el ojete con la punta de la polla enfundada en el condón, el tío pegó un alarido apretando el culo, poniéndose rojo de la cara de lo que apretaba.

MARISA: Tienes una última oportunidad, llama al notario que traiga los documentos o Javi te ensarta con la polla y te desangras por las heridas que te va ha hacer en el culo capullo.

ALFONSO: Vale, vale, Javi por tus muertos, estate quieto que lo llamo.

Sacó el teléfono con una mano buscando el número.

MARISA: Y otra cosa, le pedirás que prepare un documento para igualar los porcentajes del negocio, cuatro partes iguales al veinticinco por ciento, tu parte se la pasarás a mi hermana, te pagaremos una indemnización correcta y desaparecerás de nuestras vidas para siempre, ¿de acuerdo?

ALFONSO: No puedo Marisa, no puedo hacer eso.

Le empujé la punta de la polla encima del ojete, el cabrón abrió los ojos y la boca, pegando un grito enorme que salieron los patos volando del lago apretando más el culo, le di un fuerte azoté en una nalga que le dejé los dedos marcados relajándole el culo, le apreté la polla empezando a dilatarle el agujero.

YO: Mira Marisa, que voy a reventárselo de un pollazo lo más duro que pueda.

ALFONSO (cagado de miedo): Nooo, llamo, llamo, ya llamo no sigas por favor.

Se puso el teléfono en la oreja nervioso perdido y le dijo al notario punto por punto lo que le pidió Marisa, yo dejé de presionarle el culo levantándome.

MARISA: Muy bien ahora iremos a la oficina, le diremos a todos que se marchen a casa y esperaremos al notario.

El cabrón se levantó con mi ayuda y bajó la cabeza confirmándoselo totalmente derrotado, se había visto empalado.

YO: Como se te ocurra hacer algo con el notario delante te juro que te follaré delante de él y luego te mataré, a mí me importa una mierda todo ya, Marisa y su familia podrán seguir tranquilos con su vida.

Le dejé que se abrochara los pantalones para ir a la oficina, mientras caminábamos Marisa me miró seria porque no sabía si se lo había dicho en serio o no, le guiñé un ojo y se tapó la boca para disimular la risa, Alfonso caminaba delante nuestro sujetándolo por un brazo con la cara de estar totalmente ido y derrotado, entramos en la oficina y Marisa le dijo a su hermano que se fuera a casa con su mujer, se fueron los dos extrañados, entramos en el despacho y sentamos a Alfonso en medio, yo me puse a su lado con la hoz por debajo de la mesa poniéndole la punta en los cojones.

YO: Como te pases un pelo, te “deshuevo”, te follo y te mato cabrón de mierda.

Marisa que estaba sentada al otro lado de él, se levantó para ir a la puerta para no descojonarse de risa, esperamos un rato y llegó el notario con varios maletines, Marisa lo acompañó muy amablemente para sentarlo delante de Alfonso al otro lado de la mesa, nos saludó y puso uno de los maletines encima de la mesa.

NOTARIO: Aquí están los documentos que me pediste que te guardara.

Sabíamos que eran las pruebas contra su padre, Marisa cogió el maletín apartándolo abriéndolo revisando por encima los documentos .

Sacó de un portapapeles varios documentos.

NOTARIO: Esto es tú renuncia al negocio por una indemnización a determinar, este otro iguala los porcentajes en cuatro partes iguales y este el traspaso de tus acciones a tú mujer Carmen.

Se los puso todos delante, Alfonso se los miraba hecho polvo, levantó un poco la cabeza abriendo la boca como si fuera a decir algo, yo le apreté la punta de la hoz en los huevos.

ALFONSO: De acuerdo.

Firmó los documentos y el notario se llevó el original dejándonos una copia, Marisa lo acompañó al coche sin soltar el maletín con las pruebas contra su padre, después sacamos a Alfonso de la oficina con cuatro cosas personales que tenía, acompañándolo a su coche para que se largara a tomar por culo y no verlo nunca más.

Al salir se cruzó con el coche de Irene que venía de comprar con Carmen, aparcaron y bajaron las dos, Carmen se fue para Marisa abrazándola llorando.

CARMEN: Mamá me lo ha explicado todo, que hijo de puta y yo como una idiota sin enterarme de nada.

Marisa la abrazaba consolándola, miró a su madre.

MARISA: Mamá avisa a todos para cenar juntos en tú casa, tenemos novedades para daros, y dile a papá que encienda el fuego en la chimenea.

IRENE: Pero hija, si no hace tanto frio.

MARISA (riendo): Tú dile a papa que lo encienda por favor, nos vemos en un par de horas.

Nos fuimos cada uno a su casa, repasamos todos los documentos, facturas y pruebas que demostraban la mala gestión de Juan en la empresa, Marisa se sentó en el sofá para relajarse un rato con el maletín al lado que no lo soltaba ni para cagar, antes de ir a la reunión familiar estuvo un rato en el ordenador, yo salí fuera a fumarme un cigarro, en ese momento me estaban saliendo todos los nervios y la tensión vivida.

Nos reunimos todos en casa de su madre, cuando entramos su padre estaba al lado de un fuego en una chimenea enorme.

JUAN: Marisa hija, te parece bien así o le tiro más madera.

MARISA: Ya está bien papá, a ver, sentaros todos por favor.

Se sentó toda la familia en los sofás, Marisa se puso en medio, yo me quedé de pie cerca de ella, dejó una carpeta encima de la mesita que había en medio de los sofás y abrió el maletín sacando un fajo de papeles tirándolos al fuego.

MARISA: Papá, mamá, estoy quemando los documentos que han estado martirizando a esta familia durante todos estos años.

Sacaba otro fajo y lo tiraba dentro, Juan empezó a llorar sin dejar de mirar a su hija Marisa como si fuera una heroína, Irene se tapó la boca bajando la cabeza llorando, Juan le pasó un brazo por la espalda y ella apoyó la cabeza en su hombro, los demás estaban todos emocionados porque a esas alturas sabían lo que se estaba quemando, cuando Marisa acabó de tirar los últimos papeles giró el maletín para que todos viéramos que no quedaba nada.

MARISA: Mas cosas.

Todos se la quedaron mirando sin saber de qué iba aquello, abrió la carpeta y sacó varios papeles.

MARISA: Carmen quieres venir por favor.

Carmen se levantó extrañada y se acercó despacio.

MARISA: Estos son los documentos que traspasan las acciones de Alfonso a tú nombre, ahora son tuyas.

Carmen besó a su hermana y se volvió a sentar abrazando lo papeles, Marisa levantó otros documentos.

MARISA: Y aquí tenemos otro documento firmando ante notario que a partir de ahora todos tenemos el mismo porcentaje de la empresa, un veinticinco por ciento cada uno.

Su hermano se levantó aplaudiendo y todos rieron.

MARISA: Y también tenemos la dimisión de Alfonso.

JUANITO: ¿Ya no vamos a ver más a ese cabrón?

MARISA: Le ingresaremos en la cuenta una indemnización y se acabó Alfonso para siempre.

TOÑI: ¿Y se le tendrá que pagar mucho?

MARISA: Naaa.

Todos se pusieron a reír.

IRENE: Bueno, ya podemos celebrarlo cenando.

JUAN (levantando la voz): No.

Se quedaron todos quietos mirándolo.

JUAN: Tenemos que votar quien será el nuevo director, yo propongo a Marisa.

CARMEN: Me parece bien.

JUANITO: A mí también, ha demostrado que es la mejor.

MARISA (nerviosa): Yo, yo, pensarlo mejor.

Se levantaron y la abrazaron, nos pusimos a cenar todos alegres, cuando estábamos en los postres.

CARMEN: Alguien me podrá explicar cómo se ha conseguido todo esto de Alfonso, porque voluntariamente con el ego que tiene el hijo de puta seguro que no ha sido.

MARISA: Vamos a abrir unas botellas de buen vino de nuestras bodegas y lo explicaré sentados en los sofás.

Su padre abrió tres botellas, nos servimos sentados en los sofás, Marisa se levantó y manipuló algo detrás de la televisión.

MARISA: Ahora veréis en primicia la negociación que hemos tenido Javi y yo con Alfonso para solucionar el problema.

Todos nos mirábamos, porque yo tampoco tenía ni puta idea de lo que hablaba, apretó el botón del mando a distancia y salió en la tele el lago con nosotros tres, la cabrona lo había grabado todo, en los momentos "delicados" había puesto una berenjena para que no se me viera la polla, la gente se descojonaba de risa de ver como gritaba Alfonso, yo le devolví a Juan su hoz.

YO: Toma Juan, como bien dijiste, con esto hemos podido solucionar el problema.

JUANITO: Que gilipollas Alfonso, cómo se tragó que lo ibais a empalar por el culo.

Marisa y yo nos miramos serios, los demás se quedaron en silencio.

YO: Si se llega a poner cabrón le pego un pollazo que se la saco por la boca al hijo de puta.

MARISA: Puede que no hubiésemos conseguido nada, pero ese cabrón no se sienta en un mes con el culo reventado.

Todos se miraban en silencio, empezaron a salir risitas apagadas, acabamos con un descojone general.

Al día siguiente nos estábamos bañando Marisa y yo en el lago para celebrarlo.

Un par de meses más tarde estábamos en el sofá una tarde con Marisa, como casi siempre yo sentado con los pies estirados en el puf, ella estirada apoyando su cabeza en mi regazo mientras yo le acariciaba la carita y el pelo.

YO: ¿Cariño estás despierta?

MARISA: Claro.

YO: Es que estaba pensando en una cosita.

MARISA: Huy, que tú cuando piensas me das miedo.

YO: Pensaba que igual podría regalarte un anillo y dar un pasito más en nuestra relación.

Pegó un salto que se sentó encima de mí barriga cogiéndome la cabeza con las dos manos.

MARISA: ¿Me has comprado un anillo de compromiso?

YO: No mujer, te estoy preguntando qué te parece a ti la idea, porque si no te parece bien, ¿para qué gastar dinero en el anillo?

Se le borró la sonrisa de golpe.

MARISA: Desde luego Javi que puto desastre estas hecho coño.

Miró para arriba cerrando los ojos, relajándose para no pegarme una hostia en “to” la cara.

Yo metí la mano por un lado del sofá cogiendo una cajita abriéndola.

YO: Mi amor, ¿no me vas a contestar?

Volvió a mirar para delante con los ojos cerrados, abriéndolos poco a poco con cara de paciencia encontrándose con la cajita con el anillo delante de los morros, pegó otro salto poniéndose de pie, dando vueltas al salón sin parar de gritar con la mano en la boca sin saber qué hacer.

YO: Cariño vas a venir a ponerte el anillo o lo devuelvo.

Salió corriendo tirándose encima de mí besándome.

MARISA: Me lo tienes que poner tú zoquete.

Yo me descojonaba de risa de verla.

YO: Claro cielo, dame ese dedito bonito.

Le puse el anillo, por solo verle la carita de felicidad yo ya estaba contento, abrimos una botella de buen vino para celebrarlo.

Después de cenar fuimos a dar una vuelta haciendo el cigarrito, pasamos por la ventana de la habitación de su hermana Carmen, estaba estirada en la cama con un camisón sexi y bragas, tenía encima a un capataz de la finca con quien estaba saliendo, que le metía mano en el coño por dentro de las bragas y gemía con su polla en la mano pajeándolo, reímos y seguimos caminando, pasando por la casa de su hermano que tenía a su mujer Toñi encima, los dos en pelotas, cabalgándolo pegando los dos unos gritos de puta madre, pasamos por la casa grande, una de las ventanas del piso de arriba estaba abierta y con luz, al pasar por debajo oímos a sus padres.

IRENE: ¿Pero, Juan que haces?

JUAN: ¿Qué qué hago?, tú ponte bien que verás el pollazo que te voy a pegar.

IRENE: Huy sí, sigue, sigue…

Nos miramos riendo.

MARISA: Todo esta correcto, ¿volvemos a casa?

YO: No, vamos a entrar al almacén.

MARISA: ¿Al almacén, que quieres ver allí?

YO: Tú, tú verás una buena polla allí.

Entramos abriendo una luz tenue que daba una pequeña bombilla que colgaba del techo, Marisa me apoyó las manos en la cintura buscando mis labios para besármelos.

MARISA: ¿Dónde está esa buena polla que tenía que ver?

Me bajé el pantalón de deporte sacándola medio morcillona, ella la miró agarrándomela con una mano volviendo a besarme.

MARISA: Pues tenías razón es una buena polla.

YO: Y toda para ti mi amor.

Se quitó el vestidito, una especie de camiseta con falda que se ponía para estar cómoda en casa quedándose en braguitas, se puso en cuclillas y se metió la polla en la boca chupándomela muy despacio desde la punta hasta la base haciéndola crecer, se metía la mitad, la succionaba haciéndome mover las caderas del gusto, se la sacaba y me la pajeaba mirándome a los ojos sonriendo, se la metía toda, la sacaba, me follaba con su boquita volviéndome loco, cuando la tuvo bien mojada se la metió en medio de sus tetazas apretándolas con sus manos por los lados subiéndolas y bajándolas haciéndome una paja con ellas, me miraba a los ojos con una sonrisa enorme, sabía que aquello me gustaba y me ponía muy cachondo, bajó la cabeza y se metió el capullo en la boca succionándolo con fuerza sin dejar de moverse las tetas pajeándomela, me dio un golpe de gusto que me flaquearon las piernas y casi me corro, la levanté besándola con pasión.

YO: Como me pones, como me pones de cachondo joder.

La levanté por los sobacos sentándola y estirándola encima de una mesa de madera barnizada dejándole las piernas colgando, se las levanté abriéndoselas, le metí la nariz encima del chocho oliéndole las bragas que ya las tenía mojadas, los dos gemimos por la excitación, le subí las bragas por las piernas dejándoselas en las rodillas, abriéndole las piernas para meterle la lengua en medio del coño lamiéndoselo y chupándole sus flujos, ella gemía más fuerte, paré la lengua en su clítoris chupándoselo y succionándolo con suavidad, para ir aumentando el roce y la presión hasta que Marisa se corrió con sus gemidos sensuales, le pasé los dedos por encima de los pezones delicadamente y le quité las bragas dejándolas encima de la mesa, le saqué el culo hasta el borde de la mesa, le levanté una pierna con mi brazo por debajo y con la otra mano me agarré la polla poniéndole la punta en la entrada de su agujerito del coño, metiéndosela despacio hasta el fondo, miró para el techo poniendo los ojos en blanco mientras yo se la sacaba y metía lentamente, le puse la mano en la carita acariciándosela y le puse el dedo pulgar encima de los labios rozándoselos, me miró con sus ojazos y abrió los labios atrapando mi dedo pasándole la lengua, le aceleré el ritmo, se incorporó entrelazando las piernas por detrás de mi cintura enganchando sus tetas a mi pecho y los brazos alrededor de mi cuello besándome dulcemente los labios, yo movía las caderas suavemente metiéndole y sacándole la polla de su coño empapado, ella me miraba con una carita de placer que me enamoraba, me abrazó acercando su boca a mi oído.

MARISA (susurrando): Me voy a correr, me corro mi amor, sigue, sigue…

Se empezó a correr con una vocecita que me hizo llenarle el chichi de leche gimiendo y gritando los dos, se estiró de nuevo recuperándose, yo recogí las bragas de encima de la mesa poniéndoselas, se levantó y nos besamos con cariño, se puso el vestidito, yo me puse los pantalones y salimos apagando la luz cogidos de la mano, al pasar por la casa grande sus padres estaban en la ventana, nos miraron sonriendo.

JUAN: Buenas noches pareja.

MARISA: Mamá, convoca a todos para una comida el sábado que tenemos noticias que daros.

Su madre sonrió diciéndole que lo haría, caminábamos para casa.

MARISA: Me está bajando todo y me están quedando las bragas bonitas.

YO: Cuando lleguemos a casa te las voy a arrancar y te voy hacer mear de gusto cariñin.

Marisa me rodeó un brazo con los dos suyos con una risilla tonta.

MARISA: ¿El sábado en familia me pedirás que me case contigo?

YO: ¿Qué?, yo pensaba que con el anillo ya estabas contenta.

Se paró en seco delante de mí mirándome nerviosa con mala leche.

MARISA: ¿Tú, tú eres tonto del culo o es que no llegas a más?

YO: ¿Yo, por qué lo dices cariño?

MARISA (levantando la voz nerviosa): ¡Joder!, si me regalas un anillo de compromiso, ¿para qué coño te crees que es el puto, com...pro...mi...so?, para casarnos hostia, para casarnos.

No aguanté más y me descojoné de risa, me soltó una colleja que la debieron de oír en todas las casas.

MARISA: Que capullo eres tío.

YO: Mi amor, eres la única mujer en este mundo con la que me querría casar, claro que te lo pediré delante de tú familia y de quien quieras.

Se le puso cara de tonta enamorada y me besó en los labios, seguimos caminando cogidos.

MARISA: ¿Y, y después querrás tener niños conmigo?

YO: Niños y niñas, de todo.

MARISA: ¿Pero cuántos te gustaría tener?

YO: Te haré uno cada día.

MARISA: Vale, me encanta.

Entramos en casa descojonándonos de risa.

Cuando nos conocimos teníamos ganas de comernos la vida, aprendiendo y experimentando cosas nuevas, y lo hicimos, ya lo creo que lo hicimos, el amor que nació y creció dentro de nosotros por el otro se fue haciendo tan grande que fuimos capaces de superar todos los reveses que nos fueron llegando haciéndonos madurar y crecer como personas.

FIN

Marisa, es esa persona tan especial que parece diseñada para nosotros/as que todos/as nos mereceríamos conocer y por desgracia no siempre pasa.

Un abrazo para todos/as, vivir y disfrutar de la vida al cien por cien, que pasa demasiado rápido y solo lo hacemos una vez.