Marisa (11)

Al día siguiente por la tarde pasamos...

Al día siguiente por la tarde pasamos primero por la piscina a saludar a Felipe, estaba sentado en una mesa debajo de un árbol tomándose algo mirando a las chicas en bikini.

FELIPE: Creo que ha este rincón vendré más de una tarde, la vista se me está alegrando.

MARISA (haciendo broma): No sea muy ligón o no le podré hacer más cositas con lo que me gusta hacérselas.

Felipe le cogió una mano apretándosela mirándole a la cara.

FELIPE: Que encanto de mujer tienes Javi, quiérela mucho que se lo merece.

YO: Ya lo sé señor Felipe, ella es mi vida.

Marisa me miró con cariño a los ojos.

FELIPE: Venga no perdáis más tiempo y acercaros a ver a mi hija, esta mañana estaba contenta como no la había visto desde hace mucho tiempo.

Marisa le dio un beso en la cara y nos fuimos a ver a Estefanía, llamamos a la puerta y nos abrió, Marisa entró sin pedir permiso, Estefanía se fue para atrás mirándola un poco asustada.

MARISA: Así que tú eres de esas tías que se folla a los novios de las demás a traición y sin avisar.

Estefanía no sabía que decir.

ESTEFANIA: Yo, yo, pero si fue él, me dijo que tú ya lo sabías.

MARISA: Sí, pero entre mujeres, no habría sido más elegante que tú misma me hubieras dicho que te lo ibas a follar, cuando te vi salir de paseo con él ya me di cuenta que te estabas mojando las bragas.

ESTEFANIA: Perdona pero a mí no se me mojaba nada, fue él que…

MARISA: Ya, que en un descuido se tropezó y te metió la polla hasta el fondo en el coño llenándotelo de leche, y de paso sin saber cómo te corriste un par de veces, si cuando llegaste llevabas unos ojillos de bien follada que pagabas guarrilla.

ESTEFANIA: ¿Me acabas de llamar guar…?

MARISA: Y encima no tuviste cojones de comerle la polla bien comida, pues se la vas a comer ahora, arrodíllate.

ESTEFANIA: ¿Qué haga qué?

MARISA: Que te arrodilles para meterte el pollón de mi novio en la boca coño, quiero ver como se la mamas.

La mujer no sabía para donde mirar despistada por la manera de hablar de Marisa, se arrodilló y me acerqué sacándome la polla poniéndosela delante, me la agarró y se acercó la punta a la boca, me pasó la lengua por el agujerito y al intentar metérsela no le cabía, tenía una boquita pequeña.

ESTEFANIA: No puedo, es demasiado grande y no me cabe.

MARISA: Joder tía, que boquita de piñón que tienes, la boca no, pero el coño bien que se te abrió para metértela entera cabrona.

La cogió por el sobaco y la levanto mirándole a la cara.

MARISA: Si hiciste que mi novio se corriera ayer, hoy tienes que hacer que me corra yo para estar en paz.

Se le puso una cara que era un poema, estaba nerviosa y le empezaron a temblar las manos.

ESTEFANIA: Perdona pero no te entiendo…

MARISA: Que me tienes que comer el coño hasta que me corra zorrita.

ESTEFANIA: Pero, pero si yo no sé ni por dónde empezar, nunca lo he hecho.

YO: Por eso no te preocupes que yo te ayudaré.

Miró a Marisa estupefacta.

ESTEFANIA: ¿El también se va a quedar con nosotras?

MARISA: Huy, mira la recatada, ayer cuando te la metía no te pareció tan mal que estuviera cerca de ti.

Nos acercamos los dos a ella que no sabía que decir ni dónde mirar, le pasamos cada uno un brazo por la espalda acercando nuestros labios a sus mejilla dándole un beso en estéreo por cada lado.

YO: Relájate y disfruta que te gustará.

MARISA: Cuando acabemos esta tarde serás otra persona guapísima.

Marisa le beso en los labios, después lo hice yo y la desplazamos hasta el sofá, Marisa se sentó, a ella la pusimos al lado sentada de costado mirándola, Marisa se desabrochó lentamente la camisa y se sacó una teta, no llevaba sujetador, Estefanía se la miraba fijamente, le agarré una mano y se la puse suavemente encima de la teta debajo de la mía acariciándosela, le quité la mano de encima de la suya y ella la movía suavemente llegando al pezón, lo cogió entre dos dedos poniéndolo duro y salido, el tamaño del pezón de Marisa era algo espectacular cuando se le ponían tiesos, Estefanía le pasaba un dedito por encima y por los lados.

YO (al oído de Estefanía): Métetelo en la boca y chúpalo despacito.

Acercó sus labios despacio dudando y se lo empezó a chupar, Marisa exageró un gemido y Estefanía se relajó poniéndole la mano encima de la teta mamando que parecía una niña pequeña, Marisa le puso una mano en la cabeza, se la levantó y acercó sus labios a los suyos besándose las dos sacando la lengua, yo las acariciaba a las dos pasándoles la mano por las piernas. Le agarré las dos manos a Estefanía con las mías, metiéndolas por debajo de la falda de Marisa, le cogimos las bragas juntos estirando quitándoselas, las cogí y se las puse en la nariz a Estefanía para que las oliera, después las olí yo profundamente, Estefanía estaba parada sin atreverse a hacer nada, le volví a coger una mano y se la puse encima de la rodilla de Marisa, subiéndola lentamente pasando al interior de los muslos, Marisa abrió las piernas y llegamos con las dos manos juntas al coño, le hablé a Estefanía en el oído.

YO: A partir de aquí te dejo sola que tú sabrás como tocar a una mujer mejor que yo.

Separé mi mano y ella la empezó a mover acariciándole suavemente el clítoris, Marisa levantó la cabeza gimiendo y Estefanía se animó a seguir con más soltura, cuando llevaba un ratito tocándole el chumino y ya se notaba que lo tenía mojado por el ruidito que se oía, volví a hablarle al oído.

YO: Cómeselo, chúpaselo y succiónalo hasta que consigas que se corra.

Marisa levantó las piernas para dejarle el chocho en mejor posición, Estefanía se arrodilló en el suelo metiéndole la cabeza en medio de las piernas colocando el culo en pompa, yo aproveché para meterle una mano por debajo de la camiseta larga que llevaba puesta y agarrarle el coño con toda la mano, ella le pasaba la lengua del clítoris al agujero, Marisa gemía y respiraba profundo, en la cara a Estefanía se le empezaba a notar la excitación parando la lengua en el clítoris de Marisa haciéndola gritar de gusto, yo tenía dos dedos por dentro de las bragas de Estefanía haciéndole una paja, cuando vi que a mi novia le faltaba poco para correrse le aparté las bragas a Estefanía metiéndole la polla de golpe, pegó un grito enorme levantando la cabeza, Marisa la miró riendo.

MARISA: Eso si que te gusta zorrita, que te la meta Javi hasta el fondo te pone cachonda verdad, pues venga sigue y no pares que me tienes a punto.

Agarrándole la cabeza se la metió en medio de las piernas para que siguiera comiéndole el chocho, Estefanía le siguió lamiendo el clítoris entre gemidos, Marisa empezó a correrse y yo aumenté la velocidad de la follada haciendo que se corriera justo detrás de mí chica.

ESTEFANIA: Dios que fuerte, que orgasmo por favor.

Marisa se levantó cogiéndole una mano a Estefanía.

MARISA: Ahora vamos a tú cama que te vas a correr unas cuantas veces más.

Estefanía estaba en un estado que ya se dejaba hacer cualquier cosa, iba haciendo lo que le decían sin rechistar, antes de estirarla en la cama le quitamos la ropa y nos la quitamos nosotros, le abrimos las piernas y me metí en medio a comerle el chichi, flexionó las rodillas apoyando los talones en la cama poniéndome una mano en la cabeza, Marisa le besaba los labios con una sonrisa acariciándole el pelo, chupando y succionando despacio, acelerando poco a poco se volvió a correr pegando unos buenos gritos, Marisa le acariciaba la cara y Estefanía la miraba.

MARISA: Muy bien cariño descanso un poco, ¿te está gustando todo lo que te hacemos?

Estefanía le sonrió moviendo la cabeza confirmándoselo, me puse al otro lado y en medio de los dos la fuimos acariciando y besando, Marisa fue bajando una mano tocándole el cuello, las tetas y la barriga, llegando a los pelos del coño jugando con ellos un poco antes de ponerle cuatro dedos encima empezando a masturbarla muy despacio, fui subiendo el cuerpo por la cama para dejarle al lado de la cabeza mi polla a Estefanía que me la cogió con una mano jadeando por la paja de Marisa.

ESTEFANIA: Como me gusta la polla de tu novio Marisa.

Marisa se descojonó de risa.

MARISA: Y que gusto que te da cuando te la mete, ¿verdad?

Estefanía le contestó con la cabeza pasándome la lengua por la punta del capullo, Marisa le fue acelerando la paja escuchándose más fuerte el ruido del contacto de sus dedos con el chumino, Estefanía me apretó la polla empezando a gritar de gusto abriendo mucho los ojos, Marisa todavía le dio más caña haciendo que empezara a mover todo el cuerpo.

ESTEFANIA: Sigue, sigue, más fuerte, sigue, no, no, no, que me meo para.

Le cogimos cada uno una pierna para evitar que las cerrara, Marisa siguió con el ritmo infernal de la paja que hacía que salieran disparadas gotas de lo mojado que tenía el coño, de golpe grito muy fuerte empezando a correrse y mearse que parecía una ducha, con los dedos de Marisa sin parar de moverse dispersándoselo por toda la cama, se puso de lado cerrando las piernas sin soltarme la polla, me pasó un brazo por encima apoyando su cabeza en mi pecho.

ESTEFANIA: No puedo más, me tenéis destrozada.

Cerró los ojos descansando, la dejamos un rato relajarse, seguía agarrada a mi cipote y Marisa sonreía de verla, le acaricié la cara y me miró, le besé suavemente los labios y fui bajando el cuerpo soltando la polla de su mano colocándome despacio en medio de sus piernas.

ESTEFANIA: Por favor, no puedo más, me tenéis agotada.

Marisa le acariciaba el cuello y la cara.

MARISA: Una vez más cariño, Javi se corre y te llena la boquita de piñón que tienes de leche.

Estefanía abrió los ojos pensando en lo que le decía Marisa, mientras yo le separaba las piernas con las mías metiéndole muy despacio la polla en su coño hinchado y rojo de tanto frotamiento, me estiré encima de ella y me pasó los brazos por el cuello, empecé con un ritmo muy lento escuchando sus gemidos en mi oído que fui aumentando poco a poco, Estefanía dobló una pierna apoyando el pie en mi culo para que pudiera penetrarla más profundamente, empezó a gritar abriendo la boca, poniendo los ojos en blanco corriéndose, seguí moviéndome hasta que acabó con su orgasmo, me arrodillé en la cama haciéndome una paja, Marisa ayudó a Estefanía a levantar el tronco y poner su boca abierta delante de mi polla, le metí la puntita dentro y me corrí, intentaba pasarme la lengua por la polla pero se notaba que nunca se lo habían hecho, le salía la leche resbalándole por la barbilla cayéndole por el cuerpo, cuando acabé se la saqué de la boca y Estefanía miró a Marisa preguntándole con la vista que tenía que hacer, Marisa le dijo que se la tragara y lo hizo poniendo una cara curiosa de estar probando un sabor nuevo, se estiró de nuevo cansada, le dimos un beso cada uno y nos fuimos.

Vimos a Felipe desde una cierta distancia que estaba cenando, le hicimos un gesto con la mano para que supiera que todo estaba ok.

El día que se iban nos fuimos a despedir de ellos, Felipe me dio con disimulo un sobre por todos los “servicios” prestados, después de unos abrazos y besos se fueron prometiéndonos que volverían.

En aquel momento estábamos tan contentos con el dinero que ganábamos que no nos paramos a pensar en la situación, seguíamos unidos, nos gustaba follar y parecía que era todo perfecto.

Llegaron al hotel un grupo de cuatro chicos que durante un día fueron deambulando por la piscina y los bares, yo creo que eran unos hijos de papa pijillos que se equivocaron de hotel al reservarlo, pensando que allí encontrarían chicas para ligar y se encontraron con una media de edad bastante más alta que la suya, estaban en el comedor de la terraza de la piscina repasándose a todas las mujeres que estaban de más o menos buen ver, sobre todo a las camareras, una de las veces que me paré en su mesa para que me dijeran que querían de postres.

UN CHICO: Perdona camarero, tú sabes si por aquí hay algún lugar donde poder encontrar algo de diversión, ya me entiendes.

YO: Por aquí cerca no hay nada, pero si queréis yo os puedo conseguir mucha diversión, lo que pasa es que no os va a salir gratis, pensároslo y me decís algo.

Me fui a pedirles el postre a la cocina y me crucé con Marisa poniéndola al corriente de mi conversación con los chicos, al volver a servirles los postres.

OTRO CHICO: Hemos estado hablando de lo que nos has dicho, el dinero no sería problema pero queremos ver de qué nos estás hablando exactamente, para decidir si nos vale la pena o no.

YO: Vale chicos, después del postre os vendremos a tomar nota para los cafés, os presentaré a alguien para que veáis si os va a valer la pena.

Avisé a mi novia y fuimos los dos, al vernos caminando se giraron todos mirándole las tetas a Marisa con la boca abierta, nos colocamos a su lado con la libreta en la mano disimulando que apuntábamos algo.

YO: ¿Qué os parece, vale la pena o no?

Se miraban entre ellos resoplando.

CHICO: ¿Y tienes amigas como tú?, porque somos cuatro.

MARISA: ¿Amigas, para que necesitamos amigas?, yo había pensado en hacer una orgía con todos vosotros, os aseguro que cada uno tendrá lo suyo.

Los chicos se movían en las sillas colocándose bien el paquete, se estaban calentando solo de pensarlo.

OTRO CHICO: ¿Y esto, cuanto nos va a costar?

Marisa se agachó sobre la mesa señalándoles algo en la carta de bebidas, se le bajó la camisa y les enseñó parte de sus encantos.

MARISA: La fiesta os va a costar quinientos euros a cada uno.

CHICO: ¡Joder!, eso es una pasta.

MARISA: Chico, estás en un hotel de categoría, a que no te importa pagar la habitación y la comida porque es buena aunque sea caro, pues yo soy la mejor, si queréis lo mejor hay que pagar por ello, cuando os traiga los cafés me lo confirmáis para guardaros la tarde o me buscaré otra cosa para hacer.

Nos fuimos sonriendo.

YO: Cariño eres una comercial de puta madre.

Nos reímos y Marisa les llevó los cafés, habló un rato con ellos y volvió a la barra.

MARISA: Ok, todo perfecto, les he dicho que tú también vendrías, no les ha gustado mucho la idea pero les he explicado que siendo cuatro tenía que tomar mis precauciones para que no se aprovecharan de mí.

Había visto a mi novia follar con otros tíos pero verla con cuatro era otra categoría, se me estaba empezando a poner dura solo de pensarlo.

Por la tarde se puso un vestido cortito con unos taconazos y fuimos al apartamento de los chicos, como ya os he explicado eran como casitas repartidas por el jardín, tenía una zona común donde había unos sofás con la tele delante y en su caso dos habitaciones, ellos estaban vestidos con ropa deportiva, un pantalón y una camiseta, les dije que yo me quedaría por allí sin dejarme ver demasiado y que ellos se relajaran.

Me senté en el porche mirando por la ventana, le preguntaron a Marisa si quería tomar algo nerviosos, ella se puso en medio de los cuatro diciéndoles que no hacía falta, les dio un beso en los labios a cada uno para romper el hielo, se arrodilló bajándoles el pantalón uno a uno dejándolos con la polla fuera pajeándolas de dos en dos, cambiando de pollas para ir endureciéndolas todas, cosa que no tardó mucho por la calentura de los chavales, le dijo algo a uno de ellos y se puso arrodillado detrás bajándole el vestido, mientras ella se metía la polla de uno en la boca y seguí pajeando con un poco más de alegría los otros dos, el de detrás le quitó el sujetador y le empezó a magrear las tetas, Marisa se metía la polla entera en la boca, les acariciaba los huevos y el culo a los otros, cuando ella quería los hacía rotar cambiándoles las posiciones hasta pasar todos, se levantó ordenándoles que se desnudaran y después dejó que ellos le quitaran el vestido y le bajaran las bragas, sentó a uno en el sofá poniéndose ella encima metiéndose la polla follándoselo, a otro le agarró el ciruelo chupándoselo y a los otros dos se las cogió con la mano siguiendo con la paja, al chaval que se la chupaba se empezó a poner rojo de la cara, Marisa se sacó la polla de la boca masturbándolo corriéndose en el suelo, se apartó y se sentó mirando lo que hacían sus compañeros.

Marisa les hizo cambiar de posición follándose a otro, hacerle una paja al que acababa de salir de debajo de ella y chupándosela al tercero, cuando pasaron los tres se puso a cuatro patas siguiendo con las pajas y las mamadas dejando que otro se la metiera, el chaval que se la follaba no tardó nada en gritar de gusto, Marisa adelantó el culo sacándose la polla teniendo que acabar el chico de correrse con una paja, supongo que no quería que se le corrieran dentro tan pronto, otro de los chavales se la metió rápido y ella se quedó chupándosela al segundo, empezó a mover el culo adelante y atrás y a chupársela con fuerza, en poco tiempo los tenía a los dos corriéndose haciéndoles una paja, no había pasado ni media hora y ya se habían corrido los cuatro, los chavales estaban como una moto y con cuatro comentarios de Marisa y alguna posición sexi que les hizo los tenía otra vez con las pollas tiesas.

Se sentó encima de uno metiéndose la polla en el coño, a otro lo puso detrás para que le diera por el culo y a los otros dos se la pajeaba y chupaba, cogió ritmo con sus caderas y se corrieron dentro de sus agujeros, cambiaron los chavales follándose a los otro dos que no tardaron mucho también en hacerlo, menos de una hora y dos corridas para cada chico, se levantó metiéndose en el cuarto de baño cayéndole la leche por el coño y el culo, salió como nueva y les pidió que entraran en una habitación con ella, cuando estaban los cinco dentro yo me cambié de sillón para poder mirar por la ventana de aquella habitación, Marisa se estiró en la cama boca arriba abriendo mucho las piernas, señaló a uno y le dijo que se acercara, le hizo meter la boca en su coño para que se lo comiera, después que se estirara en medio de sus piernas para follársela, se los folló uno detrás de otro y el último encima de las corrida de los demás, los dejó a los cuatro en la cama volviendo a entrar a lavarse el coño al cuarto de baño, cuando salió les dijo algo, uno de ellos señaló un cajón que abrió Marisa sacando un fajo de billetes que contó, se despidió, se vistió y salió al porche dándonos un beso volviendo a nuestra habitación.

MARISA: Eran jóvenes y con poca experiencia.

YO: Ya, ya, te los has ventilado en nada nena.

Entramos en nuestra habitación, dejé el dinero en un armario, se me acercó con una sonrisa.

MARISA: Me han llenado el coño y el culo de leche, ¿pero sabes que me falta?

Le sonreí mirándole los ojos.

YO: Te falta en esa boquita tan bonita que tienes marrana.

Se arrodilló bajándome los pantalones y la ropa interior metiéndosela en la boca pegándome unas chupadas enormes, cuando me la puso a punto de reventar la cogí por el sobaco levantándola.

YO: Y te falta otra cosa mi amor.

Marisa me miró extrañada mientras la ponía cuatro patas encima del sofá.

YO: Falta que tú te corras que no lo has hecho.

Me miró con una sonrisa, le levanté el vestido por detrás y le bajé las bragas a los tobillos de un tirón, le metí la polla en el coño de un golpe hasta el fondo haciéndole dar un buen grito, la follé a mucho ritmo, dando fuertes golpes con mi pubis en su culo sin dejar que parara de gritar hasta que se corrió poniendo los ojos en blanco, le saqué la polla y ella se giró rápido metiéndosela en la boca haciéndome una “chupipaja” que me hizo llenarle la boca de leche, intentaba tragársela cayéndole algunas gotas por la comisura de los labios.

Pasaron unas semanas y nos volvimos a encontrar al Sr. Felipe con su hija Estefanía que habían vuelto, quedamos para merendar en su habitación por la tarde, al llegar nos habían preparado unas pastas de té con unos cafés, después de saludarnos.

FELIPE: Os queremos agradecer vuestra atención de la última visita, Estefanía me dijo que gracias a las “conversaciones” con vosotros tuvo fuerzas para dejar al déspota de su ex marido, eso me ha hecho muy feliz.

ESTEFANIA: Sí, es verdad, me abristeis los ojos, cuando me encontré con él de nuevo me di cuenta de lo que me decía mi padre siempre, ese hombre no me convenía, yo también os estoy muy agradecida, ahora soy mucho más feliz.

YO: Pues nos alegramos mucho de que te pudiéramos ayudar con nuestras “conversaciones” y que seas feliz.

MARISA: La verdad es que se te ve muy bien Estefanía, haces mucha mejor cara que cuando te conocimos.

ESTEFANIA: Le he pedido a mi padre volver a veros para poder seguir “conversando” un poco más con vosotros.

Todos nos reíamos sabiendo perfectamente de lo que iban las “conversaciones”.

FELIPE: Por eso esta vez hemos cogido dos habitaciones, la de ella está un poco más abajo, luego si queréis vais con ella para que os la enseñe que creo que es muy bonita.

A Felipe se le escapaba la risa, Estefanía disimulaba sirviendo los cafés con Marisa que se levantó para ayudarla, tuvimos una conversación agradable durante casi dos horas y Marisa se fue con Estefanía para “ver” su habitación, me quedé tomando una copa con Felipe.

FELIPE: No os podéis llegar a imaginaros lo contento que estoy con vosotros Javi, Estefanía parece otra mujer, está mucho más feliz desde que dejó al tonto del marido que tenía, sé que tuvo fuerzas para hacerlo después de estar con vosotros.

YO: Nos alegramos mucho de que todo os funcione bien, antes de venir hemos hablado con Marisa, en esta visita nos veremos como amigos o conocidos, ¿cómo usted prefiera decirle?

FELIPE: Para mí sois unos buenos amigos, muy buenos Javi, con vosotros he podido tener la confianza que no he tenido en los negocios o en otras facetas de mi vida, Estefanía también está encantada con vosotros y eso me hace muy feliz, se que os va muy bien sacaros algún extra de dinero y a mí no me importa dároslo, dejemos las cosas como están.

YO: Las cosas son que esta vez no hará falta que nos dé nada señor Felipe.

Me levanté y le extendí la mano, él se levantó del sillón y me abrazó.

FELIPE: Anda, ve con las chicas que deben estar “conversando” de sus cosas, seguro que te echan de menos.

Nos despedimos con una risilla y me acerqué al bungalow de Estefanía, abrí la puerta que la habían dejado sin cerrar con el pestillo, ya pude sentir los gemidos de las dos, me asomé con cuidado a la habitación y estaban las dos desnudas haciéndose una paja una a la otra besándose, al separar los labios Estefanía me vio.

ESTEFANIA: Hola Javi, entra cariño.

Marisa me miraba sonriendo, entré y me senté en un sillón para verlas, era un espectáculo ver aquellas dos criaturas preciosas desnudas acariciándose, Estefanía le abrió las piernas a Marisa metiendo la cabeza en medio lamiéndole entre medio de los muslos, subiendo la cabeza lentamente hasta darle un pequeño lametazo en el coño, que hizo que mi novia levantara la cara mirando al techo gimiendo cerrando los ojos, Estefanía se fue acomodando bien entre las piernas sin dejar de chuparle y lamerle el chichi haciendo gemir sin parar a Marisa, acabó centrándose con la lengua en el clítoris metiéndole dos dedos en el coño follándola, mi chica en cada grito aumentaba el volumen, se corrió moviendo las piernas de un lado para el otro del gusto que le proporcionaba Estefanía, que no paró de lamerle el chichi hasta que se relajó en la cama, me miró con toda la boca llena de flujos riendo de haberlo conseguido.

ESTEFANIA: Ven aquí guapo que me voy a ocupar de ti ahora.

Me levanté y me acerqué a la cama lentamente, ella me esperaba sentada sin dejar de mirarme, me desabrochó el pantalón bajándomelo y quitándomelo junto con los calzoncillos y los zapatos, yo me quité la camisa y me quedé en pelotas, me agarró la polla pajeándola suavemente para hacerla crecer, cuando tuvo un buen tamaño se metió el capullo en la boca mirándome a los ojos, observando mi reacción porque la última vez no pudo hacerlo, no sé que había hecho en ese tiempo que no nos vimos pero la boca le daba más de sí, me lo fue succionando acariciándome los huevos, haciendo un ruido con la boca que hasta Marisa se incorporó para verlo.

MARISA: ¡Estefanía!, ¿pero qué has hecho criatura?

Se la sacó un momento de la boca.

ESTEFANIA: He estado practicando para poder hacerlo, solo pensando en la próxima vez que nos veríamos.

Y volvió a tragarse mi polla hasta casi la mitad, chupándola y succionándola haciéndome dar un fuerte gemido, me la seguía pajeando por la parte de abajo y me acariciaba los huevos apretándolos con cuidado.

ESTEFANIA: Dámela Javi, dame tú leche, quiero que me llenes la boca de leche y me ahogues con ella.

Intensificó las chupadas y succiones aumentando el ritmo de la paja, le agarré la cabeza marcándole un poco el ritmo, no tardé mucho en soltarle un primer lechazo que le entró directo en la garganta, haciendo que se la sacara un poco dejándose dentro solo el glande que seguía escupiéndole semen dentro de su boca, no pudo con toda la cantidad que salía de mi polla y le empezó a caer por los lados de la boca, que abrió sacando la lengua para pasármela por la punta mientras acababa con la paja lentamente, sacándome los últimos tiros que le cayeron encima de la nariz, al tener la boca abierta le caía todo el semen por encima del cuerpo haciéndome gritar como un animal de la excitación, Marisa la miraba sorprendida por lo decidida que la veía, Estefanía se tragó el semen que le quedaba en la boca, nos miró sin limpiarse el que le iba bajando por la cara cayéndole encima.

ESTEFANIA: ¿Qué os ha parecido?, he pensado tantas veces en este momento, en devolveros parte de lo que hicisteis por mí la otra vez.

MARISA: Chica, no sé como lo has hecho pero te has vuelto una amante de puta madre, el hombre que te pille estará muy contento contigo.

ESTEFANIA: Estos días no quiero pensar en hombres, solo quiero concentrarme en vosotros.

Entré en el cuarto de baño cogiendo una toalla, le limpié con delicadeza toda la leche que tenía por encima de su cuerpo, nos estiramos en la cama los tres riendo.

ESTEFANIA: Prometerme que no saldremos de esta cama hasta mañana que tengáis que ir a trabajar.

La abrazamos entre los dos, estuvimos follándonos unos a otros hasta la hora de la cena que fuimos con Felipe, para volver a meternos en la cama hasta las tantas durmiendo poco esa noche.

Estuvieron cuatro días que aprovechamos todo lo posible, los fuimos a despedir una mañana muy temprano, les ayudamos a llevar las maletas, esperando el taxi.

FELIPE: Anoche Estefanía me dijo algo en lo que estoy de acuerdo, ¿Estefanía quieres decírselo tú?

ESTEFANIA: Me gustaría que os lo pensarais vale, os quiero proponer que os vinierais a vivir con nosotros, la casa es muy grande con espacio para todos, podríais trabajar con nosotros en la empresa de papá y ganaros bien la vida, lo habláis entre vosotros y me decís algo vale.

Nos dejó su teléfono y muy sorprendidos, evidentemente le agradecimos la oferta y le dijimos que nos la pensaríamos, entendíamos que viniera por el hotel a buscar “diversión” y folleteo, pero querer vivir con nosotros en la misma casa era otra cosa, ¿querría tener una relación a tres, o tenernos como distracción para cuando a ella le diera la gana?, nos dejó algunas dudas.

Una noche después de cenar tomamos algo con María, ella tenía ganas de tener una relación más o menos sería con alguien, pero no le gustaba ninguno de los chicos que trabajaba con nosotros, así que para poder enrollarse con alguien se fijaba en los nuevos clientes que llegaban al hotel, de tanto en tanto nos informaba de las nuevas entradas, cuando a ella le gustaba alguno claro, esa noche nos dijo que había llegado un hombre rubio solo muy guapo, no le hicimos mucho caso pensando que era otra de sus cosas, incluso Marisa le hizo algo de broma diciéndole que haber si este no se escapaba y pegaba un buen polvo, se puso roja de vergüenza y nos reímos un rato.

Al día siguiente a la hora de comer vimos a un tío rubio que se sentaba en una de las mesas de la terraza, era pronto y estábamos hablando con Isabel, desde luego el tipo llamaba la atención, alto, rubio, con ojos claros y con cuerpo de deportista.

MARISA: Hostia, aquel debe ser el hombre de quien nos habló ayer María.

ISABEL: ¿Qué?

YO: Nada, que María nuestra compañera siempre va observando a la gente nueva que llega al hotel, anoche nos avisó de que había llegado alguien especial.

MARISA: Lo que no nos imaginábamos era que sería tan “especial”, voy a ver que se le ofrece.

Se fue riendo cogiendo una carta para que escogiera la comida.

ISABEL: Javi, vigila a tú chica que la veo muy animada con el nuevo cliente.

Nos reímos y ella se fue, me quedé mirando como Marisa le entregaba la carta y hablaba un poco con el rubio, cuando volvió pidió un aperitivo en la barra para llevárselo.

MARISA: Joder, el tío esta bueno de cojones, esta vez María tenía razón.

YO (riendo): ¿No estarás pensando en follártelo?

Marisa me miró a los ojos con una sonrisa.

MARISA: Pues mira, ahora que lo dices, no me importaría.

Me quedé sirviendo mesas en el comedor interior y Marisa en la terraza, la iba observando cómo iba y venía, sobre todo cuando hablaba con aquel tipo, algo no me acabo de cuadrar, por primera vez desde que estaba con ella sentía celos, no sé que tenía aquel tío o era la manera que ella lo miraba que no me dejaba estar tranquilo, respiré cuando el tipo se fue, acabamos el servicio y nos encontramos en la habitación, dormimos una pequeña siesta como casi cada tarde, vi como Marisa empezó a buscar ropa en los armarios.

YO: Cariño, ¿tienes algo que hacer esta tarde?

MARISA (haciéndose la distraída): Hay, ¿no te lo he dicho?, con el cliente nuevo que ha comido hoy en la terraza he quedado esta tarde, me he insinuado un poco y ha picado rápidamente, creo que le podré sacar un par de días por lo menos.

YO: ¿Por qué no me has dicho nada?, siempre me has avisado cuando iba a hacer algún “extra”.

Se acercó dándome un piquito en los labios.

MARISA (sonriendo): Va Javi no seas tonto, se me ha olvidado y ya está, lo hemos hecho muchas veces, ¿no me dirás ahora que estás celoso?

YO: No, no, solo me ha extrañado enterarme ahora.

En realidad sí que sentía algo, que el tío estuviera tan bueno, que Marisa no me hubiera avisado de nada hasta ese momento, ver como se buscaba un vestido bonito y se ponía guapa para él, aunque le fuera a cobrar veía en ella que no era lo mismo de siempre, se fue despidiéndose de mí con un beso.

La esperé intranquilo tardando mucho en volver, demasiado me pareció a mí, cuando abrió la puerta tenía una sonrisa enorme que tampoco me gustó nada.

YO: ¿Qué tal, como ha ido?

Se hacía la distraída quitándose la ropa para meterse en la ducha.

YO: ¡Marisa!

MARISA: ¿Qué, perdona?

YO: ¿Qué cómo te ha ido la tarde?

MARISA: Ah, muy bien, ha ido muy bien todo, hemos quedado para mañana también, me voy a duchar que estoy muy cansada.

Me di cuenta que algo pasaba, bueno, lo que pensé es que Marisa se había encaprichado de aquel tío por el motivo que fuera y que estaba rara, cada vez que quería hablar con ella del asunto me daba largas sin querer entrar en profundidad, así que la esperanza que me quedaba era que pasaran los tres días que tenía contratados aquel tío y se fuera a tomar por culo, a ver si así recuperaba de nuevo a mi novia.

El segundo día volvió a ponerse guapa y se fue, muy tarde me envió un mensaje diciéndome que esa noche la pasaba con él, aquello me alarmó mucho porque nunca lo había hecho antes con nadie, al día siguiente llegó un poco tarde al trabajo y no pude hablar con ella hasta acabar la jornada por la tarde, estaba sería y no me miraba directamente a los ojos diciéndome que hablaríamos en la habitación, llegamos y me senté en la cama esperando que ella me dijera algo.

MARISA (triste): Javi, yo, yo no sé qué ha pasado estos días pero algo ha cambiado dentro de mí.

YO: Vamos Marisa, llevamos mucho tiempo juntos, sabes de sobra lo que te pasa, por favor dímelo.

Le empezaron a caer algunas lágrimas girando la cabeza para que no la viera llorar.

MARISA: Lo siento Javi, me voy a ir con él mañana.

Me puse de pie de golpe.

YO: ¿Qué, qué me estás diciendo?, que te vas, así en dos días, sin más.

Recogía con prisas su ropa metiéndola en una maleta, yo no sabía qué hacer, pensaba que le estaba afectando lo de aquel tío, pero que se quisiera ir con él conociéndolo solo dos días me hacía explotar la cabeza, cerró la maleta y salió de la habitación.

MARISA: Me ha dicho que si tuviera una novia como yo nunca aceptaría que hiciera de puta, que me cuidaría como una diosa, tiene razón, no sé cómo hemos llegado a esto, adiós Javi, lo siento.

Fue lo último que le oí decir antes de que desapareciera, por primera vez le oí decir “puta”, me quedé en medio de la habitación con la cara de idiota mirando los armarios abiertos sin su ropa, me dejé caer en la cama intentando entender qué coño había pasado en aquellos días para verme así, no entendía nada, no pegué ojo en la puta noche. Al día siguiente llamaron a la puerta, la abrí con la esperanza de que fuera Marisa, era Silvia preocupada.

SILVIA: ¿Qué ha pasado Javi?

Yo estaba medio zombi sin dormir y me costaba reaccionar.

YO: No lo sé Silvia, no lo sé.

SILVIA: He visto esta mañana a Marisa, se ha ido con ese tipo, que tú llegaras tarde al trabajo por primera vez no era normal.

YO (totalmente despistado): Hostia es verdad, ¿qué hora es?, perdona, voy al comedor.

Empecé a dar vueltas por la habitación buscando la ropa de trabajo sin saber muy bien que hacía, Isabel se acercó y me abrazó poniéndome una mano en la cabeza, apoyé mi cara en su hombro y me vine abajo llorando perdiendo las fuerzas.

ISABEL: Tranquilo Javi, llora, llora y desahógate.

Se quedó conmigo, avisó para que nos trajeran unos cafés y estuvimos hablando de lo que había pasado desde mi punto de vista, me explicó que aquella mañana cuando llegó, Marisa la estaba esperando para decirle que se iba, que estuviera pendiente de mí.

Me dejó el día libre para que me calmara, tomé la decisión que quedarme allí sin mi novia no tenía ningún sentido, por la tarde hablé con Silvia para decirle que el que se iba ahora era yo, reservé un pasaje de avión para el día siguiente y preparé la maleta. Me fui de allí con bastante más dinero del que llegué, pero infinitamente más desgraciado también, perder a Marisa no me compensaba todo el dinero ganado, lo hubiera cambiado todo, seguir sin un euro y estar con ella, seguía sin entender que pasó, ella había visto a chicos muy guapos y se los había tirado sin que yo le pusiera ningún problema, incluso estaba yo delante cuando lo hacía, siempre entendíamos que nuestro amor estaba por encima de eso, pero aquella vez no le sabía ver que había marcado la diferencia, que había hecho que Marisa se comportara así, estaba claro que el tío era mucho más guapo que yo y tenía mejor cuerpo, pero eso a Marisa nunca le había preocupado, algo debió pasar que a mí se me escapaba.